Título original: Le Rouge et le Noir
Idioma original: francés
Fecha de publicación: 1830
Valoración: Muy recomendable
Siete razones para no reseñar Rojo y negro, por un vago llamado Ian Grecco:
1-Es que lo leí hace mucho, mucho tiempo, cuando apenas era un adolescente, venciendo así la terrible oleada de pereza que me invadía cada vez que cogía entre mis manos la edición que andaba por casa. Se trataba de un ejemplar del año de la polca, adquirido en una tienda de segunda mano, grueso, polvoriento, con letra enana y la jeta de un tipo con cara de interesante en la portada, seguramente, un personaje sacado de algún cuadro famoso y "recortado" para la ocasión por el diseñador de turno. Rojo y negro, decían unas austeras y regias letras colocadas encima de la cara de aquel hombre con gesto duro, casi de perfil, y portador de cabellos y ropas negras. Parecía un cura joven pero ya muy quemado por la existencia. Y en la contraportada, flotaba una ausencia total de sinopsis o buenas palabras sobre la obra. Pereza, pereza, pereza...Pero lo acabé leyendo. "Te van a devorar los ácaros", me advirtió mi buena madre. Y aunque me encantó y puedo contar de qué trata, sucede lo que he dicho en la primera línea: que hace demasiado que lo leí como para poder reseñarlo dignamente.
2-Si reseño este libro, tengo que hablar inevitablemente de su final, porque Stendhal se basó en un suceso similar para escribirlo. Y los cazadores de spoilers de ULAD pedirán mi cabeza...
3-Me iría demasiado por las ramas aludiendo a las similitudes entre Stendhal (llamado en realidad Henri Beyle) y Julien Sorel, su criatura, un joven de origen humilde que quiere trepar en la escala social cueste lo que cueste, y que se debate entre dos opciones: la de decantarse por el romanticismo del buen soldado que quiere defender a su patria (uniformado de Rojo), o la de entregarse a Dios y a su servidumbre (vestido pulcramente de Negro).
4- Es un rollo explicar el contexto histórico, político y social de la obra, la época de la Restauración borbónica, y explicar por qué Julien Sorel, pese a ser fan de Napoleón hasta la médula, oculta sus verdaderos ideales para caer bien en el medio en el que quiere medrar.
5- Si hablo de las dos mujeres a las que Julien Sorel seduce, los hunters of spoilers pedirán para mí, una vez más, la guillotina cibernética. Ellas son una mujer madura y su propia hija, esposa y retoña respectivamente del hombre para el que Sorel entra a trabajar, pero sólo una de las dos (no, no diré quién) es la que verdaderamente le roba el corazón a nuestro protagonista y la que le llevará a la perdición...
6-Debería, por propia debilidad personal (adoro hablar de "síndromes" con nombres sugerentes), explicar de qué va el síndrome de Stendhal, y por qué se le llama así, desviándome de la obra a tratar...Pero si hacen memoria, no hace mucho, en un anuncio de coches, se me adelantaron; en él contaban cómo Stendhal entró en una catedral en Florencia, y que la construcción le pareció tan hermosa, que se le cortó la respiración, se le nubló la vista y casi le dio un pampurrio al buen hombre. El doctor le diagnosticó algo así como una sobredosis de belleza. El síndrome de Stendhal es eso, desde entonces...
7- En Internet ya existen varias reseñas sobre el libro, ¿las han visto? Aunque no sean muy buenas, son más concretas que la que yo pueda hacer, y explican que Rojo y negro es una maravilla para el estudio psicológico de los personajes, y que la galería de secundarios es impecable, y que la obra se divide en dos libros, y que escritores como Tólstoi o Gide la tomaron como ejemplo...Vamos, que otros ya han hecho el trabajo.
Resumiendo: que no pienso escribir un reseña sobre Rojo y negro. Ya lo siento...
Idioma original: francés
Fecha de publicación: 1830
Valoración: Muy recomendable
Siete razones para no reseñar Rojo y negro, por un vago llamado Ian Grecco:
1-Es que lo leí hace mucho, mucho tiempo, cuando apenas era un adolescente, venciendo así la terrible oleada de pereza que me invadía cada vez que cogía entre mis manos la edición que andaba por casa. Se trataba de un ejemplar del año de la polca, adquirido en una tienda de segunda mano, grueso, polvoriento, con letra enana y la jeta de un tipo con cara de interesante en la portada, seguramente, un personaje sacado de algún cuadro famoso y "recortado" para la ocasión por el diseñador de turno. Rojo y negro, decían unas austeras y regias letras colocadas encima de la cara de aquel hombre con gesto duro, casi de perfil, y portador de cabellos y ropas negras. Parecía un cura joven pero ya muy quemado por la existencia. Y en la contraportada, flotaba una ausencia total de sinopsis o buenas palabras sobre la obra. Pereza, pereza, pereza...Pero lo acabé leyendo. "Te van a devorar los ácaros", me advirtió mi buena madre. Y aunque me encantó y puedo contar de qué trata, sucede lo que he dicho en la primera línea: que hace demasiado que lo leí como para poder reseñarlo dignamente.
2-Si reseño este libro, tengo que hablar inevitablemente de su final, porque Stendhal se basó en un suceso similar para escribirlo. Y los cazadores de spoilers de ULAD pedirán mi cabeza...
3-Me iría demasiado por las ramas aludiendo a las similitudes entre Stendhal (llamado en realidad Henri Beyle) y Julien Sorel, su criatura, un joven de origen humilde que quiere trepar en la escala social cueste lo que cueste, y que se debate entre dos opciones: la de decantarse por el romanticismo del buen soldado que quiere defender a su patria (uniformado de Rojo), o la de entregarse a Dios y a su servidumbre (vestido pulcramente de Negro).
4- Es un rollo explicar el contexto histórico, político y social de la obra, la época de la Restauración borbónica, y explicar por qué Julien Sorel, pese a ser fan de Napoleón hasta la médula, oculta sus verdaderos ideales para caer bien en el medio en el que quiere medrar.
5- Si hablo de las dos mujeres a las que Julien Sorel seduce, los hunters of spoilers pedirán para mí, una vez más, la guillotina cibernética. Ellas son una mujer madura y su propia hija, esposa y retoña respectivamente del hombre para el que Sorel entra a trabajar, pero sólo una de las dos (no, no diré quién) es la que verdaderamente le roba el corazón a nuestro protagonista y la que le llevará a la perdición...
6-Debería, por propia debilidad personal (adoro hablar de "síndromes" con nombres sugerentes), explicar de qué va el síndrome de Stendhal, y por qué se le llama así, desviándome de la obra a tratar...Pero si hacen memoria, no hace mucho, en un anuncio de coches, se me adelantaron; en él contaban cómo Stendhal entró en una catedral en Florencia, y que la construcción le pareció tan hermosa, que se le cortó la respiración, se le nubló la vista y casi le dio un pampurrio al buen hombre. El doctor le diagnosticó algo así como una sobredosis de belleza. El síndrome de Stendhal es eso, desde entonces...
7- En Internet ya existen varias reseñas sobre el libro, ¿las han visto? Aunque no sean muy buenas, son más concretas que la que yo pueda hacer, y explican que Rojo y negro es una maravilla para el estudio psicológico de los personajes, y que la galería de secundarios es impecable, y que la obra se divide en dos libros, y que escritores como Tólstoi o Gide la tomaron como ejemplo...Vamos, que otros ya han hecho el trabajo.
Resumiendo: que no pienso escribir un reseña sobre Rojo y negro. Ya lo siento...