lunes, 27 de marzo de 2023

Rocio Bonilla: ¿Qué será eso del amor, Minimoni?

Idioma original: catalán/castellano
Título original: Què és això de l'amor, Minimoni? (edición en catalán de Ánima Llibres) / ¿Qué será eso del amor, Minimoni? (edición en castellano de Algar Ediciones)
Año de publicación: 2023
Valoración: entre recomendable y muy recomendable


Tal y como vengo haciendo desde hace unos meses, de vez en cuando me animo a reseñar literatura infantil, pues es un género que aunque no acostumbra a aparecer en blogs no especializados, es igualmente importante, puesto que es nuestra vía de entrada en el mundo de la literatura.

En la reseña global de la obra de Rocio Bonilla que publiqué hace unos meses, ya quedó patente mi clara devoción por los libros de la autora barcelonesa, por la calidez de sus trazos y por el carisma entrañable de Minimoni, protagonista de algunos de sus libros. Y, aprovechando la reciente publicación de su nuevo libro con la misma protagonista aprovecho para traerla de nuevo al blog.

En este nuevo álbum ilustrado, Minimoni sigue cuestionándose el mundo que la rodea. Así como en anteriores ocasiones se preguntaba de qué color eran los besos o buscaba soluciones para las ocasiones en las que estaba aburrida, en este caso se pregunta algo más profundo: ¿qué será eso del amor? La respuesta, claro está, no es nada fácil para una niña de pocos años (diría que tampoco lo es para los mayores), así que empieza a buscarla en las cosas que sí conoce. Porque sí ha oído hablar del amor en boca de los mayores, pero ella no sabe cómo es ya que "no se puede, ni se puede oler, ni se puede tocar..." así que no parece fácil saber de qué se trata. Pero sí sabe algo de él: que puede mover montañas, por lo que debe ser fuerte, aunque también le han dicho alguna vez que es delicado y que hay que regarlo. Y es algo raro porque también, según dicen las canciones, el amor está en el aire, por todos los sitios... Hasta que deduce que a lo mejor no es algo físico, sino que está en los gestos, en las actitudes, y...  no cuento más, vosotros ya lo sabéis donde está ;)

De esta manera, el libro de Rocio Bonilla mantiene su línea argumental habitual en torno a los valores, al cariño, al amor, a la comprensión afectiva. Sus obras siempre están envueltas de buenas intenciones, de una enorme calidez y amabilidad con la vida; a su vez, su delicado, redondeado y suave trazo acompaña tal propósito y deja al lector con sensación de ser acogido en un espacio tierno y bondadoso, introduciendo muy pequeñas pinceladas de pequeños y ligeros toques de humor. También los tonos suaves elegidos en sus libros mantienen esa coherencia artística entre fondo y forma.

Por todo ello, es una lectura recomendable especialmente para los más pequeños, pues su poco texto invita a mirar y disfrutar el libro por sus imágenes y por la sensación que transmiten acercándonos a unos valores que no deberíamos perder nunca de vista, sea cual sea la edad que tengamos.

Otros libros de Rocio Bonilla en ULAD: aquí

domingo, 26 de marzo de 2023

Virgilio: Eneida

Idioma original: latín

Título original: Aeneis

Traducción: Eugenio de Ochoa

Publicación: siglo I a.C.

Valoración: Está bien


Yo pensaba ingenuamente que eso de ir a buscar las raíces a lo profundo de las brumas de la Historia era cosa de románticos del siglo XIX, que la necesidad de contar con un origen mitológico o arraigado en algún tipo de epopeya era un tic de nacionalismos modernos, siempre ansiosos de fundar sus bases en la lejanía de lo incomprobable. Pero una vez más compruebo con humildad que leer sirve para abrirle a uno la mente y corregirle de prejuicios, entre otras cosas. Porque, hay que ver, parece que el célebre César Augusto encargó a Virgilio (por entonces un poeta reconocido) un libro en el que diese a conocer al mundo el glorioso nacimiento del Imperio romano, algo que exaltase su grandeza y los elevados designios con que fue concebido. 

Para ello Virgilio, no sé si motu proprio o aleccionado por su promotor, decidió buscar la línea directa con la más insigne civilización hasta entonces conocida, el mundo griego, con el que Roma tenía un parentesco evidente. Pero Virgilio no va desde luego a buscar el entronque en las relaciones que las colonias griegas mantenían con los antiguos habitantes de la península, sino directamente en lo más elevado de su tradición literaria, las leyendas homéricas, bien nutridas de héroes, viajes, dioses y episodios bélicos con que adornar el relato. Así que Virgilio, con mucha habilidad, toma elementos de la Odisea y la Ilíada y construye con ellos una historia interesante y atractiva con la que embelesar a los romanos e impresionar a sus eventuales enemigos.

Toma para ello nada menos que a Eneas, uno de los grandes héroes del asedio de Troya. Y viene a contarnos que, tras la caída de la ciudad con la entrada del famoso caballo, Eneas consiguió escapar con parte de su familia y, bajo la indicación de los hados (cómo no) se lanza en busca de la península italiana, designada como el lugar donde había de renacer el pueblo teucro. Así comienza Eneas un periplo marítimo claramente inspirado en la Odisea, con una importante escala en Cartago, que Virgilio utiliza para fundamentar el tradicional odio entre este pueblo y Roma.

Este viaje, que ocupa algo menos de la mitad del libro, es la parte más entretenida. Porque más adelante los troyanos arriban finalmente al Lacio y lo que encuentran es un recibimiento inicialmente amistoso del rey Latino, que no obstante desemboca rápidamente en un enfrentamiento brutal. Aquí Virgilio pasa a una especie de reescritura de la Ilíada, es decir, una batalla descomunal, ininterrumpida y salvaje entre los recién llegados y la mayor parte de los reinos aborígenes. Como en la obra de Homero, todo es una sucesión interminable de lances de guerra, cabezas que ruedan, venablos clavados en los cuerpos, sangre que tiñe el río, un sitio inmisericorde, soflamas y lágrimas.

Cuesta entender cómo todo esto podía gustar al público de la época, porque la narración (que fue mucho más ágil y transparente en la primera parte) es ahora una sucesión interminable de nombres de guerreros victoriosos o derrotados, con sus correspondientes apuntes genealógicos, escenas de similar dramatismo, alternativas bélicas y peroratas de héroes que se despachan a gusto en el momento previo a matar o morir, que de todo hay. Sin contar con la continua, y bastante irritante, intervención de los dioses y los hados, que se diría que en el mundo antiguo nadie era capaz de enamorarse, equivocarse, cambiar de opinión, errar un lanzamiento o sentirse atemorizado sin que alguno de esos seres superiores lo hubiera decidido mediante maniobras arteras. Pero claro, todo esto era el signos de una época, y seguramente quienes escuchaban aquellas historias disfrutaban mucho más que si les hubiéramos mostrado cualquier cosa que ahora nos parece más razonable o interesante.

Pero aun así, aunque Virgilio se esfuerce en copiar, y lo hace bastante bien, ese estilo de Homero, hay algunas diferencias que resultan bastante llamativas. La primera es que en toda la Eneida no hay un solo momento para sonreír. Ese humor, puede que no del todo voluntario, que en Homero oxigena muy de vez en cuando el relato, aquí no existe en absoluto. Se ve que el poeta romano tenía muy claro que estaba escribiendo una epopeya muy seria a mayor gloria de su país y de su César, y no deja el menor resquicio a la relajación (o es que era un señor muy grave, que también podía ser).  Y tampoco, y esta es otra diferencia clave, se deja ver aquella equidistancia entre los bandos en la que el maestro griego se mantenía durante la mayor parte de la Ilíada. Virgilio está narrando el origen mismo de Roma, y debe tomar partido, así que no debe caber duda de quiénes son los buenos y quiénes los malos.

De lo que no estoy tan seguro es de si el autor era realmente consciente de lo que en realidad estaba escribiendo. Porque sí, es muy impresionante entroncar el origen de Roma con el fascinante mundo de los héroes griegos, pero si nos paramos a pensar, a lo mejor fue a buscar el nexo en el lado equivocado, porque a fin de cuentas los troyanos fueron los perdedores de aquella legendaria guerra, y Eneas, por muy aguerrido y valeroso que se nos presente, y por muchos designios divinos que le dirigiesen, no dejaba de ser un tipo que huyó con su familia de la ciudad derrotada. Claro, que no pasa nada, que a lo largo de la Historia algunas grandes potencias han sido fundadas a partir de fugitivos, presidiarios y aventureros, pero no veo claro si eso aporta suficiente gloria, o si por el contrario de alguna manera resta. A ver si va a ser por esto por lo que Virgilio a última hora dejó la obra inacabada y se opuso a que se hiciera pública. Pero en todo caso el César y sus asesores parece que no advirtieron el detalle, y a fin de cuentas gracias a eso existe la Eneida y tenemos hoy una nueva reseña en Un Libro Al Día.


sábado, 25 de marzo de 2023

Colaboración: El ladrón de cuerpos, de Anne Rice

Idioma original: inglés

Título original: The tale of the body thief

Traducción: Hernán Sabaté Vargas

Año de publicación: 1992

Valoración: Se deja leer



Llegamos a la cuarta entrega de nuestros vampiros favoritos, las famosas Crónicas vampíricas de Anne Rice: En esta ocasión nos alejamos de los tortuosos mundos victorianos de la Europa decimonónica y acompañamos a Lestat y a su nuevo, inseparable, mortal y (cómo no x6 (1)), también enamorado, amigo David Talbot en la recuperación de su poderosamente cuerpo inmortal, hazaña que se desarrollará gran parte en un crucero de lujo; un cambio de aires nunca viene mal, y se ve que la autora ya estaba harta de hacer corretear a sus personajes por oscuros callejones siniestros en la oscuridad de la noche. Vampiros sí, pero disfrutones también. Lo entiendo perfectamente.

Y es que nuestro insufrible protagonista sufre un engaño de lo más inocente que nos lleva a preguntarnos si es este realmente el mayor punto de suspensión de credibilidad en toda la historia de la saga: ¿han oído eso de Santa Rita, Rita, lo que se da no se quita? Pues se ve que Lestat no.

La situación es esta: nuestro protagonista (pre)siente que algo o alguien lo está persiguiendo, y, como suele pasar en estos casos tan vampíricos y sobrenaturales, una cosa lleva a la otra y bueno, acaban intercambiándose de cuerpo; la experiencia de volver a tener un cuerpo mortal, con dolores, enfermedades y demás - perra vida – a nuestro amigo no le acaba de venir bien y trata de recuperar su cuerpo original, pero, oh sorpresa (¡no!), no todo va a ser tan fácil como parece. Necesitará toda su astucia y la ayuda de su nuevo amigo (los antiguos pasan olímpicamente de él) para volver a ser el de siempre.

Entre medias una monja católica que se enamora de él (cómo no x7), le pide que le quite su virginidad y que acaba sufriendo estigmas en la selva amazónica (de verdad, todo esto es en serio), una chica a la que viola y le deja cargo de conciencia (esto sí y los asesinatos no, qué curioso) y un sinfín de aventuras más del tipo al que nos tiene acostumbrados la buena de Anne Rice.

Hasta aquí los destripes sobre el argumento; este libro representa una clara vuelta de tuerca al mundo sobrenatural y a la apertura de nuevos estilos de la saga, dejando de lado el terror gótico y la profundidad psicológica de los personajes que la caracterizaba, llegando a rozar en algunos casos el thriller y el cine de acción y suspense (rasgos que se acentuarán en futuros libros). Es por esto por lo que considero que este ejemplar es de peor calidad que el resto de libros leídos hasta ahora: se empiezan a agotar los tortuosos procesos mentales de nuestros personajes y se hace patente la necesidad de otros nuevos que tomen el relevo y nos ofrezcan otra perspectiva.

Y un apunte: tras un amago de final (como esta reseña) se produce una interacción entre Lestat y su supuesto nuevo mejor amigo David Talbot que, si llegan a leerla ustedes, ya me contarán qué tal; si la autora quería construir un personaje insufrible, EGOISTA, y con el que resulte imposible empatizar desde luego lo ha conseguido. Es más, lo ha convertido en el protagonista de una saga de veinte libros. Impresionante.

En fin, seguiremos leyendo Crónicas vampíricas, los placeres culpables hay que disfrutarlos hasta el final y quedan aún muchos volúmenes por delante.

(1) Véase reseña anterior

Firmado: EPS

Otras obras de Anne Rice en ULADMemnoch el diabloEntrevista con el vampiroLa reina de los condenadosLestat el vampiro

viernes, 24 de marzo de 2023

Domènec Guansé: Una nit

Idioma original: Catalán
Año de publicación: 1935
Valoración: Entre recomendable y está bien

¡Qué lectura tan deliciosa, esta Una nit de Domènec Guansé! Dicen los expertos que se trata de una de las mejores obras del autor; una en la que cristalizan su estilo e inquietudes literarias. 

Recuerda a las novelas breves del gran Stefan Zweig en formato, estructura, extensión y motivos. También me ha hecho pensar en La sumisa de Fiódor M. Dostoievski. A fin de cuentas, y salvando las distancias, ambas son historias de amor trágicas cuyo desencadenante es la muerte de una joven, ambas hacen hincapié en la psicología de los personajes y ambas se relatan desde la óptica de un narrador no fiable y contradictorio.

En fin: ¿de qué va Una nit? A Maurici le notifican la muerte de Aurèlia, de quien estuvo (y quizá siga estando) totalmente prendado. Eso le obliga a examinar sus propios sentimientos y la relación que mantuvo con la fallecida. «Mi amor era muy puro», nos confiesa en la página 33. «Era un exceso de pureza, precisamente, aquello que lo convertía en morboso.» 

Como podréis intuir, Una nit reflexiona en torno a los riesgos de idealizar al amor o la persona objeto de nuestra devoción; gira, también, alrededor de la confusión de los sentimientos y la escasa fidelidad del recuerdo de los mismos; y explora, sobre todo, el dolor que ocasionan las vanas esperanzas, el rechazo, la pérdida, las expectativas malogradas o la lúcida aprehensión de aquellas emociones que nos vuelven frágiles.

En la primera mitad del texto prima la introspección. En la segunda, en cambio, abundan la acción y los diálogos, aunque en ningún momento se deja de lado la abstracción. Personalmente, creo que esta segunda mitad resuelve algunas dudas que eran más efectivas cuando ambiguas. Asimismo, aporta información que, pese a ser verosímil, bordea el culebrón.

En resumidas cuentas, merece la pena leer Una nit. La sensibilidad que supuran su prosa y sus  meditaciones es sumamente atractiva; por otro lado, es imposible no empatizar con el atribulado protagonista y la pasividad o desesperación que le atenazan.

jueves, 23 de marzo de 2023

Arthur Miller: El crisol (o Las brujas de Salem)

Idioma original: inglés
Título original: The Crucible
Traducción: Ramón Espejo Romero
Año de publicación: 1953
Valoración: Recomendable

Será una deriva de lo más natural que tras leer una obra que reflexiona sobre un hecho histórico, empiece una a querer leer todo lo relativo a ese mismo hecho hasta conformarse lo más parecido a una idea propia. En ese sentido, quizá lo «natural» no hubiera sido empezar con la magnífica novela gráfica con perspectiva de género, si no por esta archiconocida y archiversionada pieza teatral de Arthur Miller. Una obra tan universalizada que, sospecho, ha suplantado los verdaderos acontecimientos en el imaginario del gran público.

Resumen resumido: Nueva Inglaterra, 1692. Un grupo de niñas, lideradas por la joven Abigail Williams, son sorprendidas de noche en el bosque, en medio de unas danzas y ritos extraños. Ante el terror de ser castigadas, se hacen pasar por víctimas de algún tipo de maleficio y acusan de brujería a varias conciudadanas. Lo que empieza como una descabellada huida hacia adelante acaba convirtiéndose en una gran bola de nieve que muchos tratan de dirigir para satisfacer sus propias venganzas y anhelos. Abigail Williams, por su parte, acusará de brujería a la esposa de John Proctor, con el que está obsesionada desde que tuvieron un encuentro carnal clandestino.

La obra de Arthur Miller no pretende ser una crónica ficcionada de los verdaderos acontecidos. El interés del autor al poner el foco en este episodio histórico tiene mucho que ver con otro episodio de «caza de brujas» perpetrada durante los años 40 por McCarthy, que arrasó con el panorama artístico e intelectual de los EEUU en busca de supuestos comunistas a sueldo del gigante rojo. Incluso a día de hoy seguimos empleando la expresión «caza de brujas» para referirnos a una vulneración sistemática del principio de presunción de inocencia. La batería de juicios y la convulsión social que generaron son un denominador común en ambos momentos históricos y que la obra recoge perfectamente. Miller sufrió la «caza de brujas» en sus propias carnes sin que ello llegara a truncar su carrera definitivamente, como sí les sucedió a otros amigos y compañeros. Y ese hecho biográfico sumado a la vis política que siempre imprime en todas sus obras, fue un claro detonante a la hora de abordar la escritura de este texto. Eso en cuanto al marco y al tema de la obra.

En cuanto al conflicto (la redención de la culpa personal a través de la autoinmolación universal) y al héroe (John Proctor) también existe un vínculo biográfico muy potente: Arthur Miller le había sido infiel a su esposa con la estrella del momento, Marilyn Monroe, y la culpa lo estaba reconcomiendo. Sin ir más lejos, «El crisol» está dedicado a su esposa Mary. Este hecho se filtra en la trama del matrimonio Proctor y le otorga a su conflicto una profundidad emocional arrolladora. Y aunque la deriva de la obra acabe por separarlos, su momento de reencuentro y perdón mutuo en el ojo del huracán de la tragedia, es muy verosímil y de una belleza que pone los pelos de punta. (*)

El texto de la obra resulta natural y verosímil, los personajes se interrumpen, se solapan, tal como sucede en la vida real. Todos los personajes principales tienen un recorrido coherente y dramático, el ritmo en el que se van sucediendo los hechos hasta llegar al despropósito judicial con el mezquino juez Danforth a la cabeza, funciona muy bien. No se puede añadir mucho más, quizá me han sorprendido especialmente algunas acotaciones excesivamente largas, como las explicaciones de un narrador editor que desea intervenir demasiado en las sensaciones que deben llegarle al lector (o al director y a los actores).

Sobre el título, la definición de «crisol» es cavidad en la parte inferior de un alto horno donde se recoge el metal fundido. Me gusta pensar que Arthur Miller eligió ese término para referirse al resultado de ejercer la opresión y persecución en el seno de una comunidad: una masa caliente y peligrosa contenida en una pequeña cavidad. Pero seguro que hay estudios rigurosos que se extienden páginas y páginas a este respecto.

De todos los subproductos (léase en el buen sentido) derivados de la obra teatral, destacaré la película de 1996, cuyo guion fue escrito por el propio Arthur Miller, lo que se hace patente por la cantidad de frases y diálogos extraídos directamente del texto original. Y funcionan. Las variaciones para adaptar la historia a la gran pantalla son mínimas aunque haya que sumarle los peajes para el cine mainstream. No hay más que mirar el cartel. En mi opinión personal, a Daniel-Day Lewis la intensidad de Proctor le viene al dedo, Joan Allen está excelsa como su esposa Elizabeth y Winona Ryder interpreta una Abigail un poco pasada de vueltas. Eran los 90 y a toda película le venía bien una «Lolita» ni que fuera con cofia.

Y hablando de subproductos en el buen sentido, y en este caso basados en los hechos reales, no en la obra de Miller, el compañero Juan reseñó esta curiosidad sobre Tituba, primera señalada, esclava del reverendo Parris (tío de Abigail y colaborador necesario en el esperpento de lo acontecido).

Así que Muy recomendable y especialmente esta edición de Cátedra, que tiene un prólogo muy interesante y completo, escrito por el que también es el traductor, Ramón Espejo Romero, y que profundiza (con rigor y sin aburrir) en las cuestiones técnicas de la obra, así como en el marco histórico.

(*) Y por cosas como esta, Arthur Miller es un genio, por ser capaz de trasladar emociones y conflictos reales y muy complejos al papel, a las tablas o a la pantalla. Por otra parte, podemos deducir que o bien su sentimiento de culpa o bien la paciencia de Mary no eran tan grandes, y Arthur Miller acabó casándose con Marilyn Monroe. También podemos saber (si recurrimos a la extensa bibliografía sobre la vida de Marilyn Monroe) que Arthur Miller se portó con ella como lo que viene siendo un jabalí doméstico.

miércoles, 22 de marzo de 2023

Ingvild H. Rishøi: La puerta de las estrellas

Idioma original: noruego
Título original:  Stargate: en julberättelse
Traductora: Lotte Katrine Tollefsen
Año de publicación: 2021
Valoración: Recomendable 

Resulta algo anacrónico leer esta novela en marzo, como he hecho yo, porque, como todas las críticas y reseñas apuntan, y como indica también el subtítulo original astutamente eliminado en la versión española, esta es "una historia de Navidad". Se sitúa en diciembre, hay nieve para aburrir, y encima uno de los elementos centrales es un árbol de Navidad, o mejor dicho, muchos, muchísimos, muchisísimos árboles de Navidad.

Dickensiana. Ese es otro adjetivo que aparece en casi todas las reseñas de La puerta de las estrellas. Y es casi imposible no utilizarlo: las protagonistas son dos niñas, dos hermanas, Ronja y Melissa, pobres, extremamente pobres, cuyo mayor sueño es tener algún día un árbol de Navidad en casa. ¿Y por qué son tan rematadamente pobres las dos hermanas? Porque su padre es un alcohólico que no consigue mantener ningún trabajo, ni siquiera uno que le consigue su hija pequeña vendiendo árboles de Navidad (oh, the irony!). Después de un periodo de sobriedad viene otro de caída, y luego la culpa, la recuperación, la nueva (aparente) estabilidad... Solo Ronja, más pequeña, mantiene la esperanza y la ilusión por tener una vida normal (y un árbol de Navidad en su casa); Melissa, más madura y por eso más desencantada, solo contesta: "ya veremos, ya veremos".

Como buen relato navideño, este es también un libro de buenos sentimientos (aunque sin ser empalagoso): además de la ternura que surge entre la dos hermanas (con Melissa adoptando el papel de adulta protectora), también encontramos otros personajes que se preocupan por las hermanas y las cuidan de formas más o menos declaradas, como el conserje de la escuela de Ronja que conversa con ella, o como su vecino, el señor Aronsen, que finge no preocuparse pero que acaba adoptando una actitud paternal con la pequeña Ronja. Y tampoco falta, claro, el scrooge de turno, en este caso Eriksen, el dueño de la compañía de árboles de Navidad, que parece empeñado en boicotear los esfuerzos de las dos hermanas por salir adelante...

Con estos materiales, La puerta de las estrellas (que, por cierto, es el nombre de un bar, no tiene nada que ver con la mítica película/serie de ciencia ficción) podía haber resultado un pastiche, un cliché melodramático kitsch. Pero creo que la autora sostiene la novela sin caer en estos extremos, primero porque consigue equilibrar los aspectos duros (las borracheras del padre, la enfermedad, el hambre y el frío de las hijas) con los momentos tiernos o emotivos (las noches que las niñas pasan abrazadas, los gestos desinteresados del vecino o el conserje...) De hecho, la voz que narra la historia es la de la pequeña Ronja, lo que nos transmite su mundo de sueños, esperanzas y miedos. (La autora ha escrito también literatura infantil y juvenil, y demuestra tener una cierta proximidad con ese mundo maravilloso y terrible que es la infancia). Y también porque la novela está narrada de forma ágil, con capítulos cortos y elipsis, en que lo realista (no tremendista) se entrecruza con lo onírico. Además, dado que se trata de una novela relativamente corta (unas 170 páginas con muchos blancos), no tiene literalmente tiempo de hacerse pesada...

Recomendaría a posibles lectores que esperen a Navidad antes de comprarse esta novela, pero claro, estamos en marzo, y para diciembre ya nadie se va a acordar de esta reseña - y probablemente el libro haya desaparecido de las librerías porque, como todos sabemos, entre tanto habrán aparecido otras 600.000 novedades literarias imprescindibles. Así que, olvidad lo que he dicho: si os apetece leer una novela bonita, entrañable, triste y tierna, no esperéis, y abrid La puerta de las estrellas. La novela, quiero decir. Ya me habéis entendido.

martes, 21 de marzo de 2023

Edurne Portela: Maddi y las fronteras

Idioma original: Español

Año de publicación: 2023

Valoración: Recomendable 

Quien haya leído con anterioridad a Edurne Portela sabrá que la violencia y la memoria son (dos de) los ejes fundamentales de su obra. Por tanto, no debería extrañar que esta Maddi y las fronteras reincida en esas obsesiones, si bien esta vez lo haga de una manera algo diferente.

Porque esta vez estamos ante una novela en la que los personajes y los acontecimientos son reales mientras que el pegamento que los une es imaginario. El personaje "elegido" por Edurne Portela es María Josefa "Maddi" Sansberro, personajes fascinante por contradictorio (católica y divorciada, contrabandista y colaboradora de la Resistencia, etc) ; los acontecimientos son los hechos transcurridos en su vida entre 1929 y 1944; el pegamento es la opción elegida por la autora para rellenar los espacios vacíos que los fríos documentos de archivo dejan.

Esto de la opción es fundamental en la novela. Entre todas las Maddi posibles, la autora elige crear una propia, gracias a la utilización de una primera persona que determina el tono de la novela y que permite que esta sea más íntima que documental (pese al evidente trabajo de documentación). Monólogo interior, sí, pero también frecuentes diálogos que oxigenan la novela y le dan agilidad.

En Maddi y las fronteras podemos encontrar dos partes bien diferenciadas, que daré en llamar la "barojiana" y la "sempruniana", siendo para mi gusto mucho más destacable la segunda que la primera.

En cuanto a la parte "barojiana", que vendría a ocupar unos dos tercios de la novela, posee los ecos, defectos y virtudes que tiene parte de la obra de Don Pío (en especial, la tetralogía Tierra Vasca). Así, comparte con ellos escenarios fronterizos, fluidez en la narración, un ligero aire aventurero, un muy buen personaje central y cierto desaprovechamiento de algunas escenas y secundarios. En este sentido, la primera parte de la novela cubre un período de unos 13 años que dan la impresión de pasar demasiados rápidos. Hay situaciones (la entrada de Maddi en la Resistencia) y personajes (Lucien, Fidel...) que tienen un potencial brutal y que darían, creo yo, para algo más. Quizá esa fuese otra novela, quién sabe.

Pero la novela da un giro radical y se convierte en "sempruniana" a partir de un determinado momento. Un acontecimiento brutal hace que la novela sea mucho más cruda, más "corporal", que Portela adopte mayores riesgos en lo estilístico, que la voz de Maddi cambie por completo y que el texto se acerque a la literatura concentracionaria, con un magnífico reflejo de la deshumanización causada por la violencia y de la evolución final del personaje.

En resumen, una novela en la que creo que la autora sacrifica algo de profundidad a costa de una mayor facilidad de lectura, que mejora con el paso de la páginas, que recuerda (sobre todo en su segunda mitad) a la mejor Edurne Portela y que demuestra que la santurtziarra es un valor seguro. 

P.S.: Maddi y las fronteras lleva 3 semanas entre los 100 libros más vendidos en librerías españolas!!! Y nosotros nos alegramos un montón. Edurne se lo merece!

También de Edurne Portela en ULAD: Los ojos cerradosFormas de estar lejosMejor la ausencia y El eco de los disparos