martes, 31 de mayo de 2022

Fernando Hernández Sánchez: El torbellino rojo. Auge y caída del Partido Comunista de España

Idioma original: Español

Año de publicación: 2022

Valoración: Está muy bien

Varias son las preguntas a las que trata de responder este interesantísimo y ameno (cosa que puede parecer difícil de conseguir en este tipo de textos) ensayo del profesor Fernando Hernández Sánchez, pero vamos a tratar de resumirla en una sola: ¿qué llevó al Partido que lideró la lucha antifranquista durante la posguerra a autoinmolarse y dilapidar el "capital político" acumulado durante años de clandestinidad?

Para responder a esta cuestión el autor realiza un recorrido de 350 páginas a través de la historia del PCE, desde 1940 (aproximadamente) hasta la actualidad, y nos traslada a un escenario político y social bastante más complejo de lo que a simple vista aparenta.

El recorrido, eso sí, no sigue un estricto orden cronológico sino que en un primer momento se organiza a través de una serie de "items" que sirven para obtener una visión global del Partido. Así, aspectos como la organización, la financiación o las relaciones con el bloque del Este se intercalan con la historia de personajes vinculados, como victimarios o como mártires, con la Historia del Partido hasta llegar a aspectos más estrictamente políticos y "ambientados" en la etapa final del franquismo y la Transición.

Todo esto puede parecer un tostón de campeonato pero es necesario admitir que el autor consigue que el texto fluya con agilidad (sin que este humilde lector sea experto en la materia, ni mucho menos), hasta el punto de haber capítulos que perfectamente pueden ser leídos como si fueran parte de una novela histórica o de una novela de intriga / espías, etc. Por poner otra referencia, leyendo "El torbellino rojo" tenía la sensación de estar viendo un thriller político de esos que tan de moda se puso en los 70.

Más allá de lo anterior, otras virtudes adornan el texto. Por ejemplo:

  • su carácter más "analítico" que "crítico", pese a que alguna que otra puyita dirigida a algún exdirigente del Partido ya encontramos. Es más importante en este caso analizar lo que se hizo y su porqué que lo que se pudo haber hecho.
  • su tono no panfletario. Aciertos y errores, logros y renuncias, contradicciones, disensiones, etc aparecen con toda su crudeza y es de agradecer.
  • que obliga al replanteamiento personal sobre algunos temas. De verdad, no todo fue tan sencillo como ahora nos parece y vayan ustedes a saber lo que algunos hubieran hecho en esas circunstancias.
  • las lecciones para el presente. Los grupos a la izquierda del PSOE debería echar un vistazo al texto y tratar de no incurrir en los mismos errores, aunque no sé yo...

Y bien: ¿responde el texto a la pregunta inicial? Diría que sí, que objetivo cumplido. Así que, en resumen, libro más que interesante que habla de un pasado reciente que, en buena medida, ha marcado el presente que vivimos. Una muy buena lectura.

lunes, 30 de mayo de 2022

Dolores Reyes: Cometierra

Idioma original: español
Año de publicación: 2019
Valoración: Muy recomendable
 
Las brujas están de vuelta. No quiero decir que haya mujeres narigudas volando en escobas y cocinando ojos de sapo y lenguas de serpiente, sino que la figura de la bruja, el tema de la bruja, ocupa un lugar relevante en la imaginación literaria, artística y fílmica (ahí está The VVitch como ejemplo), pero también en el discurso y los eslóganes feministas, en la investigación histórica y antropológica, con lecturas muy diversas, algunas vinculadas con el imaginario tradicional y otras más revolucionarias, contestatarias, críticas o reivincidativas. La bruja, se diría en algunas de estas relecturas, es la mujer libre, aquella que es consciente de su poder, de su libertad, de su sexualidad, de su destino, y que por ello es castigada por el poder (patriarcal). 

En esta línea de recuperación y redefinición de la bruja se podría situar, pienso, Cometierra, la primera novela de Dolores Reyes. La protagonista, huérfana de madre y con un padre ausente, come tierra, como su apodo indica, y al comer tierra consigue comunicarse con los espíritus de las personas que pisaron esa tierra y la habitaron, vivas o muertas. Cuando su don se muestra útil para encontrar víctimas de secuestro, de violación, de asesinato de las que la policía o la justicia no saben (o no quieren saber) nada, Cometierra se convierte en una especie de detective o consultora psíquica, y las botellas llenas de tierra comienzan a acumularse junto a su puerta. Naturalmente, esto tiene un riesgo, emocional, psicológico y físico, sobre todo cuando algunos de los casos investigados comienzan a acercarse demasiado a su propio círculo personal y familiar.

Como se puede ver por este breve resumen, Cometierra ofrece un cruce entre varios géneros o subgéneros. Para comenzar, se integraría en la larga y fructífera tradición argentina de literatura fantástica; también en el actual (y también muy fructífero) boom de la narrativa hispanoamericana de terror, sobre todo de autoría femenina (Samantha Schweblin, Mónica Ojeda, María Fernanda Ampuero...), pero con elementos también de novela policiaca, incluso de procedural televisivo. Y a todo ello se añadiría una capa de crítica social, o de descripción social de la ciudad de Buenos Aires, si se quiere, a través de la figura de Cometierra, su familia, su grupo de amigos y la violencia en la que viven envueltos...
 
Hay aún otro elemento que me parece relevante en la novela, y que se relaciona con lo que mencionaba al principio sobre el retorno de las brujas: Cometierra puede ser un tipo de detective, o de justiciera, pero es también una mujer que se une a muchas otras mujeres (víctimas, madres de víctimas, otras brujas) en una cadena de solidaridad que viene a sustituir a quienes deberían protegerlas: la policía, la justicia, la sociedad. De hecho Cometierra visita a unas mujeres llamadas "las maes" en un momento de la novela, y una de ellas le dice: "Vos también sos una bruja". Pero no una bruja como un ser monstruoso, sino como alguien poderoso, casi una diosa, como piensa la protagonista, aunque a ella le cueste encajar su cuerpo flacucho en esa imagen. También la afinidad que la narradora establece con "Miseria", la pareja de su hermano, tan flaquita y pequeña como ella, podría entenderse como un ejemplo de esta solidaridad femenina.

Por lo demás, esta es una novela que se podría llamar "descarnada", si el adjetivo no estuviera ya algo gastado. De estilo rápido, sin lirismos, se sitúa en el mundo de los excluidos en una ciudad inabarcable y hostil, un Buenos Aires que está más cerca de Roberto Arlt que a Borges, a pesar de sus elementos fantásticos. Se podría hablar de un realismo sucio-fantástico, un tipo de terror en que la violencia sobrenatural y la social o política se confunden, y que en América Latina ha dado también ejemplos destacados en el cine (me acuerdo, por ejemplo, de Los tigres no tienen miedo, película mexicana de terror de 2017 dirigida por Issa López, y en la que los niños, y las niñas, tienen también un papel central).
 
Desde luego, Cometierra es una magnífica primera novela, que confiemos que sea el inicio de la trayectoria de su autora.

domingo, 29 de mayo de 2022

Albert Noguera / Jule Goikoetxea: Estallidos


Idioma original: español

Año de publicación: 2021

Valoración: espeso

Perdonaréis, espero, que abra esta reseña con una algo obvia perorata: las opciones políticas de derechas ya disponen de la mayoría de los medios de comunicación. Por pura definición, tienen los recursos económicos para usarlos para sus fines, los resortes adecuados para elegir sus contenidos, y sería falaz exponer ejemplos de su capacidad de sesgo de la opinión pública. Nos quedaríamos sin espacio. Entonces, digamos, a las opciones de izquierdas les quedan los medios independientes, las editoriales alternativas, las redes sociales (bueno, eso se suele creer), aparte de plantarse en medio de la calle y vociferar sobre lo injusto que es todo y recibir un aluvión de aplausos, de gente que luego ya veremos si llega a votarles.

Pero todo ello no deja de resultar ingenuo y casi entrañable. Y hace unos meses le preguntaba a Jorge Herralde por las editoriales de corte militante (Capitán Swing, por ejemplo, era mencionada) y acordábamos que ese perfil resulta adecuado y hasta necesario. Eso, y las asambleas y los tenderetes donde te regalan un pin y te piden la voluntad. Pero lo primero que debería asimilar la izquierda es que no es malo (podría ser incluso un perverso símil troyano) asimilar el deje capitalista e intentar vender su mensaje aunque sea para ejercer un tímido ejercicio de proselitismo, llámese a éste captar adeptos, convencer a quienes dudan, o, triunfo absoluto, hacerse con conversos. 

Porque esa es la triste realidad de los medios: cada uno consulta los afines y los que le dicen lo que le gusta leer y así estamos reforzando convicciones. Mirad,si no, Twitter y las fake news. De ese panorama libros como este (que, aclaro, dudo si va dirigido al público general, yo lo he tomado de la mesa de novedades de mi Biblioteca Municipal) no ayudan precisamente a escapar. Sus autores son politólogos de claras convicciones ideológicas. Terror para el Estado Español: uno tiene su nombre en catalán, la otra en euskera. O sea, Abascal no va a pasearse haciendo ostentación. Cualquier oyente de ciertas emisoras o lector de ciertos periódicos, si llegara a enterarse de su mera existencia, saldría corriendo hacia el otro lado o lo usaría para prender la barbacoa. Casi desde la portada. Yo ni siquiera puedo decir que, alineado con muchos de sus planteamientos, me haya resultado estimulante. Demasiado párrafo interminable. Demasiado polisílabo encadenado y terminología inasequible, mucha mención de autores, supongo, de los círculos afines y, me temo, pocas ganas de romper la barrera. Ya que estamos, una obsesión por ampararlo todo bajo un manto teórico, una argamasa que aglutina los argumentos de siempre sobre el enorme poder de las grandes corporaciones y cómo éste se sitúa por encima del ámbito político, una clara escora hacia lo conspiranoico, algunos ejemplos ya canónicos - la Primavera Árabe, Bolivia, el procés - para acabar un poco en lo de siempre, que es el dominio del poder del rico, liberal, masculino, blanco y heterosexual, como enorme bota que aprisiona a todo lo que es diferente, que lo aprisiona todo aunque de forma desigual e intermitente para que no siempre se note. Ahí me ha parecido que el texto (en realidad, un diálogo entre los dos autores) se salta una premisa importante, que es que las fronteras entre los colectivos son muy difusas. Y que la pertenencia a los colectivos desfavorecidos no es una garantía de nada en el sentido ideológico: hay mujeres machistas, hay muchos cismas internos en el colectivo LGTBIQ, hay una división enorme incluso en cómo responder ante la opresión. No digo que el libro no contenga planteamientos válidos. Pero incluso su propio título parece un clickbait. En realidad hay muy poca concreción y todo se extiende en ámbitos teóricos que ni harán que nadie cambie su posición e incluso han conseguido que quien la comparte se aburra o se hastíe. Una lástima.

sábado, 28 de mayo de 2022

Monstruo Espagueti: Tratado sobre la resaca

Idioma original: castellano

Año de publicación: 2021

Valoración: Recomendable


Vaya, nos hemos ido a lo fácil, eh? Ves en Norma Comics un librito que te hace gracia sobre algo tan manido como el pedo y la resaca, y ala, directo a Un Libro Al Día. Porque es un libro, claro, y aquí cabe cualquier cosa que tenga esa forma, no?

El asunto, ya sabemos, es tan recurrente y propenso al chiste que recuerdo una ocasión en que montamos entre varios una especie de Un, Dos, Tres… para ver cuántos sinónimos de borrachera éramos capaces de recordar, y salieron muchos, muchos de verdad, y siempre, inevitablemente, cargados de cachondeo, porque lo uno lleva a lo otro al parecer sin remedio. Y el libro, pues eso, que se mete de lleno por ese camino que es difícil que defraude porque, a poca gracia que uno tenga, contar cosas relacionadas con el descontrol alcohólico es garantía de éxito.

Cuenta la autora (porque Monstruo Espagueti es una ilustradora barcelonesa cuya página web podéis visitar aquí) que le propusieron hacer un libro sobre el cambio climático, le pareció demasiado aburrido y se decidió por esto del desparrame y sus consecuencias. Y desde luego creo que acertó porque, por muy manoseado que esté el tema (sin ir más lejos, creo que mi paisano Juan Bas escribió un libro exactamente con el mismo título) siempre hay alguna esquina que encontrarle.


Evidentemente, reina en el libro un permanente tono desenfadado, ayudado por esa caligrafía gamberra y los divertidos dibujos que lo llenan, generalmente de formato pequeño, muy básicos, infantiles, pero de una expresividad aplastante, capaces de hacer que te partas de risa al acompañar el texto dándole siempre una orientación cómica. Porque no se trata exactamente de una simple sucesión de ocurrencias o chistes, tiene como un corazoncito didáctico, es decir, quiere entretener y divertir pero no a base de decir disparates sino contando cosas que ocurren, que seguramente nos han ocurrido a todos, o casi, y haciéndolo de forma desinhibida, mostrando el lado irrisorio, pero dejando claro que hablamos de situaciones muy reales.

Así que no debía de extrañarte que el librito pierda algo de gancho cuando por ejemplo describe los diferentes brebajes responsables de un buen número de curdas, o que se quede en la mera curiosidad (aunque no sin cierto interés) al describir los matices que el universal consumo adquiere según las diferentes culturas. Y en cambio reconocerás que te has tronchado con la sección Pelis con resacón (genial el Dumbo piripi o la famosa escena de la inyección de Pulp Fiction) y, sobre todo, Famosos y sus resacas, donde la combinación entre el dibujo y los comentarios (ácidos aunque en apariencia inocuos) resulta ya irresistible, iniciándose con leyendas de la alcoholemia como Ozzy Osborne, Ernesto de Hannover, Hommer Simpson y Ava Gardner. Una bomba.

Otro desternillante puñado de páginas es el que dedica a algo muy parecido al juego que te decía sobre los apelativos de la borrachera: aquí se trata de formas de nombrar a la resaca en los distintos idiomas y países, donde se encuentran algunas versiones realmente fantásticas, todo un descubrimiento que incorporar a nuestro bagaje cultural sobre el asunto. Triunfa incluso la autora cuando se adentra en terrenos algo más serios, como la presión social que se ejerce sobre aquellos que se niegan a beber o lo hacen a un ritmo que alguien considera demasiado moderado, pongamos en una salida nocturna o en algún tipo de celebración especial. Situación que, digámoslo ya, resulta sumamente irritante.

Así que no fue mala elección la de este libro. Un tema muy visto, sí, pero tratado con desparpajo y atinando con la dosis exacta de mordacidad. Nada demasiado original ni transgresor, pero un trabajo simpático, entretenido y bien hecho que le saca a uno unas cuantas sonrisas y alguna carcajada, que nunca viene mal. 


viernes, 27 de mayo de 2022

Sabina Urraca: Las niñas prodigio

 Idioma original: español

Año de publicación: 2017

Valoración: Está bien



Con este texto inclasificable me he sentido como en una montaña rusa: unas veces arriba, otras abajo, hasta invadirme una especie de mareo por tanto vaivén y querer que acabase cuanto antes. Desde el principio se advierte su intención de atrapar al lector, de epatar con todo lo que cuenta, y lo hace con una anécdota tan escabrosa como desagradable que podía haberse ahorrado, la verdad, o profundizar más en ella y aprovechar la ocasión para reflexionar sobre inusuales prácticas post-parto o para, ya puestos, describir una escena terrorífica. Quienes usan la auto ficción para no complicarse la existencia, hacen exactamente esto, tiran la piedra y esconden la mano, amenazan con escandalizarnos pero se arrepienten antes de entrar en detalles que sucedieron realmente o sienten pereza si tienen que inventar lo que no sucedió. Pero la literatura es eso, una mezcla de ficción y realidad, y si no quieres completar las lagunas, en lugar de dejar boquiabierto al lector, escritor o escritora del género, acabarás fastidiándole con tanto relato a medias, tanto personaje indefinido, tanto amagar y no dar. Gran parte del tiempo, el lector camina a trompicones, desconcertado y eso, en literatura, significa aburrimiento; cuando llegamos a convencernos de que no podemos esperar gran cosa, llega la apatía, la indiferencia y hasta el hastío lector.

Y es una pena, porque Sabina Urraca tiene una prosa contundente y, una vez superado ese primer escollo, me sedujo durante un buen trecho. Me pareció que introducía relaciones inusuales y sus análisis eran profundos, que su introspección estaba  bien dirigida, que conseguía reivindicar a las niña que fue, y a todas las niñas de paso, que señalaba acertadamente los mil hándicaps que estas encuentran en el camino y lo pronto que asumen la diferencia con los chicos, bien para resignarse (en su propio detrimento) bien para oponerse a ese estado de cosas. Llegó a fascinarme ese sarcasmo suyo, la conciencia crítica que asoma a veces, aunque enseguida encontré banalidades que se multiplicaban con el tiempo.

La narradora, que es un trasunto de la autora fabricada con sus propios retazos, vive en un estado de frustración permanente. Y eso, que al principio puede suscitar empatía, nos acaba convenciendo de que su estado es crónico, que no tiene remedio y que nunca saldrá del atolladero ya que es el escenario que ha creado para mostrar su faceta de víctima en constante pelea con el mundo. Esta postura, escéptica hasta el nihilismo, mejor aprovechada podría dar mucho juego, pero la constante indefinición a que aludía antes la corta de raíz y quien acabamos frustrados somos nosotros, los sufridos lectores de Las niñas prodigio. ¿Es la protagonista una niña prodigio, lo ha sido la escritora en el pasado? No sabría decirlo. Habilidades literarias tiene, aunque, creo, muy desaprovechadas en esta (casi) inacabable confesión. 

“Al día siguiente volvería a los caminos helados del pueblo, a vivir durante semanas con el pijama debajo de la ropa, a comer sopa de col junto a un padre alcohólico y silencioso. Pero durante un momento, en su cara curtida de niño tortuga sin cuello, la sonrisa se abrió paso y arrojó un poco de sol sobre la granja, las vacas, el cazo de leche hirviendo, el cazo de leche hirviendo con la nata flotando…” 

Repasando lo leído en conjunto veo demasiada auto exploración, auto victimismo, demasiado auto todo. Demasiado "auto". A ratos se diría que se ha tumbado en el diván, pero el psicoanalista es puro humo ya que la familia no aparece, solo sabemos que existe. Pues ¿qué es una niñez sin padres? si prescindimos de referencias familiares ¿dónde hemos dejado a Freud? En realidad nadie sabe cómo darle sentido a una vida. No hay fórmulas para eso, el absurdo nos invade seamos o no conscientes de ello. Podemos ignorarlo o bien refugiarnos en alguna de las opciones disponibles (ciencia, religión, esoterismo…) entre las que lo literario quizá sea una de las más inocuas, ya que incluye lo irracional sin permitir que nos aplaste. En algún momento he pensado que Sabina Urraca bebe de fuentes surrealistas, me han impresionado algunas imágenes potentes. Me pareció que lograba conectarme con el núcleo de una personalidad compleja que sabe transmitir sus claves y el origen de ellas, si esto fuera posible. Pero, en fin, sin ánimo de comparar esta lectura con un Robert Walser o un Thomas Bernard, me han entrado ganas de cerrar el libro y refugiarme en cualquiera de los dos para compensar algunos desatinos con auto ficción pata negra, que la hay, se lo aseguro. Encadenar situaciones extremas es un recurso válido, tal como han demostrado tantos genios, pero no suficiente para componer una obra medianamente digna. La papelera está siempre al alcance de la mano, y recurrir a ella cuando hace falta es síntoma de sensatez y buen gusto.

Mi conclusión es que Urraca describe una personalidad errática –la suya o una que se ha inventado, no sabemos– y lo hace también de forma errática demostrando talento, es verdad, pero desperdiciado en parte, tanto en literatura como en la vida de ese trasunto suyo que no acaba de ubicarse en ningún sitio ni de transmitirlo con verdadera habilidad.

jueves, 26 de mayo de 2022

Grady Hendrix: Horrorstör

Idioma original: inglés

Título original: Horrorstör

Año de publicación: 2014

Traducción: Jaime Valero Martínez

Valoración: recomendable, sobre todo para fans

Seamos sinceros: ¿Hay algo que pueda causar más pavor al ser humano contemporáneo que la idea de pasar la tarde eligiendo muebles en un IKEA? (No hace falta que contestéis, porque, primero, la pregunta es retórica y, en segundo lugar, la respuesta sólo  puede ser un NO). Pues eso debió pensar el escritor Grady Hendrix cuando decidió ambientar una novela de subgénero fantasmal en en una de esas macrotiendas de mobiliario de estilo escandinavo. Que, en este caso, no es un IKEA -lo deja bien claro desde la primera página, supongo que por aquello de prevenir demandas y tal-, sino de otra cadena llamada ORSK y que está situada en las afueras de Cleveland, Ohio, en un terreno donde antaño hubo... bueno, mejor no sigo para no espoilear más de lo necesario.


Debido a ciertos incidentes vandálicos que están sucediendo por las noches, un grupo de empleados se queda en la laberíntica tienda tras la hora del cierre, para tratar de localizar al o los responsables. Como cabe suponer, dado que se trata de un libro de los de dar miedito, pronto aparece el elemento sobrenatural que se dedica a hacer la puñeta -por decirlo suavemente- a nuestros personajes y del que hasta el propio Iker Jiménez saldría corriendo... para montar un programa bien seguro en su plató, eso sí (siempre que le deje tiempo la propagación de delirios racistas e infundios de la ultraderecha, claro). El caso es que este grupo de empleados, variopinto como exigen los cánones del género y sobre todo la protagonista, una joven sarcástica y derrotista llamada Amy se ven obligados a rendirse ante lo desconocido o luchar por su supervivencia, en una clara metáfora o símil que identifica los acontecimientos espectrales a los que asiste y es víctima con su propia disyuntiva vital y que no deja de atormentarla en su interior... pero de nuevo, mejor no sigo para no espoilear más de lo necesario.

Como se ve, Horrorstör no es más que una variante, más o menos original y divertida -los momentos de cierto humor tampoco escasean- del clásico tema de la "casa encantada", que tan de moda parece estar últimamente (aunque esta novela de Grady es de hace ocho años)-; sólo que se han cambiado las típicas viviendas de estilo victoriano por una inmensa nave sin ventanas rodeada por un aparcamiento y los interiores lóbregos y llenos de antiguallas por un sinfín de mesas, sofás armarios, etc. con imposibles nombres en sueco o lo que sea... A la originalidad de la ambientación contribuye, en no poca medida, que el libro esté maquetado como si fuera un catálogo de IK...quiero decir de ORSK, y no sólo en lo que se refiere a sus cubierta; también el interior, en el que abundan las infografías, planos, textos publicitarios y corporativos, etc. que simulan los de este tipo de comercio... Incluso los diferentes capítulos llevan como títulos los nombres de diferentes muebles.

En suma, una novela de terror diferente -o más o menos, porque en buena medida podría homologarse con cualquier novela o peli de este subgénero, sobre todo si acudimos a la serie B- que hará las delicias de los más aficionados, pero también puede interesar a cualquiera a quien le guste pasar de vez en cuando un buen rato de miedo, sin más trascendencia.

Nota post-reseña: ¡Coño... y ahora me doy cuenta de que he hecho una reseña de un libro de terror sin mencionar a Stephen King! Esto no puede ser, ¿qué digo? Vale, ya sé: Horrostör no es El resplandor ni la tienda Orsk es el Hotel Overlook, pero por lo menos Kubrick no ha hecho una peli con Jack Nicholson para joder la historia. Sólo por eso, seguro que a Stephen King le mola...

miércoles, 25 de mayo de 2022

Ali Smith: Chica conoce chico

Idioma original: inglés
Título original: Girl meets boy
Traducción: Dolors Udina en catalán para Raig Verd y MAgadalena Palmer en castellano para Nórdica Libros
Año de publicación: 2007
Valoración: recomendable

Destaqué hace poco que el éxito comercial de obras recientemente publicadas por diversos autores permitía a las editoriales hacer una indagación en sus obras anteriores y decidirse por dar el paso a recuperar obras que ya tienen algunos años pero que, por razones no conocidas, quedaron sin traducción. Pasó con Tevis y su gran novela «Sinsonte», traducida después de ver el éxito de Gambito de Dama, y ahora pasa también con Ali Smith y la obra que nos ocupa, originalmente publicada en 2007 pero traducida este mismo año tras el éxito de su cuarteto estacional. 

El inicio del libro es altamente enigmático con una primera gran frase que capta la atención desde el primer instante al empezar diciendo que «Os hablaré de cuando fui una chica, dice nuestro abuelo» para continuar el relato dirigiéndolo hacia a la protesta y la reivindicación porque, como es habitual en Smith, su obra está nutrida de proclamas pero también guiños y referencias a otros libros y relatos (como en puede ser el «If—», de Rudyard Kipling, al afirmar que «si puedes soportar oír la verdad que has dicho (…) si puedes llenar el minuto irrecuperable. Con sesenta segundos que valgan la distancia recorrida. Tuya es la tierra y todo lo que contiene»).

Es en estas páginas iniciales donde vemos enseguida la marca de la autora, pues la escritura Ali Smith siempre sobresale en los diálogos intergeneracionales; sucedía en su cuarteto estacional y sucede aquí (principalmente al inicio del libro), en este libro publicado originalmente mucho antes. Porque ese contraste entre generaciones y visiones del mundo ofrece a la autora una oportunidad mayúscula para abordar los complejos problemas de la sociedad desde sus polos más opuestos: el de la inocencia y el optimismo que nace de quien no ha visto aún sus sueños y anhelos rotos por un mundo carcomido y autodestructivo, y quien ve la historia como algo que podemos recuperar y enderezar a través de las nuevas generaciones si conseguimos que tomen consciencia de cómo era todo, y cómo debería ser. Porque, como es habitual, en los textos de Ali Smith siempre el peso del cambio recae en los jóvenes y la autora parece ser consciente de ello cuando en boca de Anthea Gunn, una de las voces narradoras, de veintiún años, profesa que «me hubiera gustado ser vieja. Estaba cansada de ser tan joven, tan estúpidamente lista, tan estúpidamente olvidadiza. Estaba cansada de tener que ser nada».

Cabe decir que el estilo de Ali Smith ha permanecido bastante invariable a lo largo del tiempo, si bien es cierto que ha afilado su estilo. Aun así, para el lector que haya leído su cuarteto estacional, es perfectamente identificable su trazo y sus objetivos en este libro publicado hace quince años; Ali Smith nutre sus novelas de críticas sobre la sociedad, las injusticias y esgrime una defensa inquebrantable sobre la naturaleza y la necesidad de preservar la ecología ante la imperiosa y ávida necesidad de la humanidad en abusar de ella. Y, en este caso, las hermanas que copan el protagonismo de la historia trabajan en Pure, una agencia creativa que debe encontrar el eslogan perfecto para comercializar agua embotellada. Esta vertiente del relato sirve para nutrir la historia de críticas y proclamas, algo siempre presente en primer plano en las novelas de Smith y lo encauza hábilmente para poner de relieve el ansia imparable del consumismo cuando uno de sus personajes afirma, sin tapujos ni ética, que «el agua no es un derecho humano. El agua es una necesidad humana. Y eso significa que la podemos comercializar». De igual manera, Ali Smith también carga contra las injusticias patriarcales, contra el machismo a todos los niveles, contra los bajos salarios de las mujeres y los pocos puestos directivos que ocupan en las empresas y encarna en sus personajes la lucha y las contradicciones existentes en la sociedad.

Y, en medio de ese torbellino de críticas, la autora abre una vía en el relato para encaminarlo hacia las relaciones humanas y, a través del mito de Ifis y Yante, hablar de la relación afectivas entre dos chicas. La habilidad de la narradora en describir los sentimientos de ambas sobresale al hablarnos de la exploración de los cuerpos y la descubierta de los sentimientos guardados, inexpertos y encerrados esperados a ser liberados por la explosión de sus sentimientos que irrumpen porque «éramos hojas, éramos un cuchillo que podía penetrar en el mito, éramos dos cuchillos lanzados por un brujo, éramos flechas lanzadas por un dios, hacíamos diana en el corazón, hacíamos diana en casa (…) éramos la pluma que dominaba la gravedad», «yo era todos mis sentidos abiertos juntados en una cabeza de alfiler, y era un ángel que sabía cómo utilizar las manos así, como alas». Smith rinde culto a Ovidio, y afirma de él que, «es muy variable, como escritor, mucho más que la mayoría. Sabe, mejor que la mayoría, que la imaginación no tiene género. Es realmente bueno. Honra todos los tipos de amor. Honra todos los tipos de historia».

Con esta novela, Ali Smith lanza un canto a la libertad y a la vida, al amor, cuando los sueños y las posibilidades se encuentran, cuando la «muerte encuentra vida encuentra final encuentra principio una y otra vez, la historia de la naturaleza en sí, siempre inventiva, haciendo una cosa a partir de otra y convirtiendo una cosa en otra, y nada dura, ni nada se pierde, y nada muere nunca, y las cosas pueden cambiar, porque las cosas siempre cambiarán, y las cosas siempre serán diferentes, porque las cosas siempre pueden ser diferentes». Y, sin duda, el lector también es diferente cuando termina cualquiera de sus libros, pues su estilo hace que sea una autora de referencia para identificar y abordar los problemas de nuestra consumista y ambiciosa sociedad.

También de Ali Smith en ULAD:  La historia universal, OtoñoInviernoPrimaveraVerano, Fragua

martes, 24 de mayo de 2022

3*1: La traición de Rita Hayworth, El beso de la mujer araña y Pubis angelical de Manuel Puig

El próximo mes de diciembre se cumplen 90 años del nacimiento de Manuel Puig, magnífico escritor argentino contemporáneo de buena parte de "las vacas sagradas" del boom pero que no llegó a alcanzar en vida (ni en muerte) el reconocimiento que estas tuvieron, en buena medida porque su escritura y su vida poco o nada tienen que ver con el canon o las modas del momento.

Afortunadamente, Seix Barral se ha animado a reeditar buena parte de su obra y así el pasado mes de abril se han publicado (en formato grande y con prólogos de Antonio Muñoz Molina, Camila Sosa Villada y Bob Pop) "El beso de la mujer araña", "Pubis angelical" y "La traición de Rita Hayworth". 

Sirvan, por tanto, estas reediciones y estas tres breves reseñas como homenaje a la figura de un autor que supo combinar como pocos lo culto y lo popular, la forma y el fondo.

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Año de publicación: 1968
Valoración: Bastante recomendable

Novela de debut (y vaya debut) de Manuel Puig en la que buena parte de su obra posterior aparece ya prefigurada, texto que va desde la novela de formación a la crónica y la denuncia, libro de fortísima carga autobiográfica que se deja ver, por ejemplo, en el nombre del pueblo en que transcurren los hechos y en el apellido de su protagonista (Coronel Vallejos y Casals, trasunto de General Villegas y Puig, respectivamente) o en la sensibilidad del propio Casals. 

Novela de formación de un "inadaptado" en busca de una ¿explicación? a su alteridad, crónica y denuncia por la vía del retrato coral de un tiempo (1933-1948) y un lugar (un pueblo perdido en la Pampa) en el que los roles y las expectativas determinan la vida de las gentes. Machismo, clasismo, chismorreos, habladurías...aparecen descritos sin tapujos haciendo bueno aquello de "Pueblo pequeño, infierno grande".

Pero como ya sucede en otras obras de Puig, el fondo está íntimamente ligado a la forma. En esta ocasión la novela avanza a través de 16 capítulos en los que predomina el monólogo interior, pese a ese comienzo con diálogos desconcertantes, y en los que Puig hace un manejo brutal de la oralidad y de los diferentes registros de los protagonistas. Curiosamente, solo 3 de ellos están narrados por Toto Casals, pero los 13 restantes sirven para ir completando los huecos y conociendo la vida de Casals, su alteridad y su forma de "enfrentarse" a ella.

Todo lo anterior para construir un texto que huele a polvo y a sexo por los cuatros costados y al que sólo se le puede achacar una cierta dificultad en los momentos iniciales, algún que otro capítulo "de relleno" y cierta dispersión en cuanto a la forma que no acaba de encajar tan bien como en "El beso de la mujer araña", por ejemplo. Cuestión de gustos, quizá, pero yo hubiese preferido una determinada opción (o monólogo interior o diálogo, pero no esa mezcla). 


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Año de publicación: 1976
Valoración: Imprescindible

Esta es la segunda lectura que hago de la novela y he de confesar que me ha parecido más interesante aún que la primera vez. Nuevas capas, nuevas impresiones se superponen al recuerdo de aquella primera lectura y me descubren un texto sumamente complejo en el fondo y arriesgado en lo formal.

En el aspecto formal, Puig se sirve de materiales, técnicas y registros de lo más variados para narrar la relación entre Valentín (preso político) y Molina (preso común por abuso de menores, nada menos) en el universo cerrado de una celda. Diálogo, narración pura y ensayo (a pie de página), informes, películas, boleros, psicoanálisis... a través de los cuales avanza una historia con una estructura plenamente teatral que nos habla de las infinitas posibilidades de la novela.

En cuanto al fondo, dos son las principales lecturas: la política y la sexual. La primera nos habla de la distancia entre la "vanguardia del proletariado" y el propio proletariado y de la necesidad de acercamiento entre ambos; la segunda pone a la izquierda política del momento frente al espejo de sus propias contradicciones. Luchas de liberación política y luchas de liberación sexual, si, en lo colectivo y en lo íntimo. 

En resumen, novela que condensa a la perfección la apuesta estilístico / política de Manuel Puig y que sigue absolutamente vigente 46 años después de su publicación.

Otra visión de El beso de la mujer araña en ULAD AQUÍ

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Año de publicación: 1979
Valoración: Muy recomendable

Si "La traición de Rita Hayworth" es el intento de ¿explicar? la propia otredad y "El beso de la mujer araña" es la aceptación (y el logro de la liberación por el camino) de la otredad, podemos decir que "Pubis angelical" sería algo así como una combinación de ambas.

De ahí esa triple vía en la que la historia de Ana, mujer argentina exiliada en México e ingresada en un hospital por padecer una grave enfermedad, ocupa el carril central y en la que las historias de Ama, actriz de éxito en los años 30 y 40, y de W218, quien presta servicios civiles obligatorios de carácter sexual en un futuro distópico, no son otra cosa que proyecciones de la propia Ana.

Tres historias, tres mujeres que son solo una y que nos hablan de relaciones de poder que apenas varían en el fondo, de la búsqueda de un sentido, ya sea a través de la acción política, de la pura fantasía, del amor o del sexo. Para ello, y como viene siendo habitual en él, Puig hace uso de diversos formatos y registros en función de los diferentes planos: diálogos, entradas de diario, narración omnisciente... novela romántica, folletín, distopía, texto político (ojo al análisis sobre la argentineidad y sus clichés) ensayo psicoanalítico... pero sobre todo novela feminista, sí, de toma de conciencia.

Pero así como en "La traición de Rita Hayworth" esa combinación no me parece depurada al 100%, creo que en "Pubis angelical" las piezas encajan mucho mejor. Cada plano su formato, cada mujer (o cada proyección de mujer) su registro, siempre dentro de un texto plagado de vasos comunicantes en el que destaca, por encima de todo, la evolución (en todos los aspectos) del personaje de Ana.

También de Manuel Puig en ULAD: Boquitas pintadas

lunes, 23 de mayo de 2022

Reseña + Entrevista: Todo en orden de Luis Sánchez Martín

Idioma original: Castellano
Año de publicación: 2022
Valoración: Entre recomendable y está bien

Todo en orden compila once relatos de extensión variable. Once relatos que abordan temas como el ostracismo, la precariedad, la depresión, la soledad y la muerte desde un enfoque pesimista no exento de cierta dignidad. 

En general, los cuentos de Luis Sánchez Martín me han parecido correctos; eso sí, creo que un par son más flojillos que el resto y mejorarían con sólo aplicarles algunas modificaciones. Por ejemplo, su prosa se podría pulir, ya que peca de erratas ocasionales, reiteraciones intrusivas, frases excesivamente largas o estructuras redundantes. Asimismo, opino que sus premisas tienen margen de maniobra en lo que a exprimir al máximo su potencial respecta. 

Sea como fuere, aprecio el regusto a realismo sucio que dejan las historias de Luis; también el humor negro y la mala leche que supuran. Del conjunto destacaría "Distrito Federal" por su lograda atmósfera y su ambiciosa trama, "Nada en el buzón" por sus inquietantes implicaciones y la pieza que da nombre a la antología por abocarnos a la espiral de venganza de un antihéroe que no tiene nada que perder.


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A continuación adjuntamos un pequeño cuestionario que Luis ha respondido con suma amabilidad:

ULAD: Buenas, Luis. Antes que nada, deja que te diga que me encanta la franqueza que destila Todo en ordenSe nota que no te asusta desnudar tus imperfecciones frente al lector; que no te acompleja mostrarte frustrado, rabioso y resentido con la vida. Eso es de ser un valiente.

L.S.M.: No sé si soy valiente porque lo hago desde una silla frente a un ordenador, pero desde luego planto cara (simbólicamente) a un sistema (llámalo neoliberalismo, llámalo capitalismo) que nos ha hecho creer que la sumisión y el tener el tiempo libre justo para ver un rato la tele(basura) por la noche, porque el resto del tiempo hay que trabajarlo para pagar una hipoteca que se lleva el 70 % del sueldo y un BMW que no necesitamos, es el modo de vida que tenemos que aceptar como normal. No sólo eso, sino que debemos rechazar, “reprogramar” a quien no piense así.

ULAD: ¿No te preocupa que tus cuentos se puedan malinterpretar? Lo digo porque hoy día mucha gente es incapaz de separar al autor de la obra, la ficción de la realidad. Igual alguien lee Todo en orden y se imagina que eres un sádico y un degenerado (risas).

L.S.M.: Y para el modelo de persona que describo en la anterior respuesta quizá lo soy. Mr. Wonderful me come los huevos, reivindico el derecho a estar enfadado y legitimo ciertos tipos de violencia. Creo que deberíamos preguntarnos por qué se considera terrorismo lanzar un cóctel molotov contra una sucursal bancaria, pero no es terrorismo que esa sucursal bancaria deje en la calle a una familia con hijos y sin ingresos (y que la deuda se mantenga aún después de quitarles la casa); por qué no es violencia que te obliguen a trabajar 10 horas de lunes a sábado por 800 euros y sí lo es darle un guantazo a ese empresario. Y así, infinidad de violencias que hemos legitimado y a las que no nos permiten enfrentarnos, pues han creado una burocracia ‘legítima’ y unas leyes que no sirven absolutamente para nada.

ULAD: Se te da bastante bien construir personajes de dudosa moralidad con los que, sin embargo, es fácil empatizar, e incluso simpatizar. ¿Cuál es tu truco?

L.S.M.: Todo es real, tan sencillo como eso. Lo que cuento ocurre, y busco incomodar. Si incomodo y eso ayuda a que la gente vea la realidad de otro modo (o, simplemente, vea LA REALIDAD), sin los filtros del Mr. Wonderfulismo y la “poesía de mierda” (frases de sobre de azúcar, memes con arcoíris de Facebook, etc…), he logrado el objetivo. Y si incomodo porque alguien cree que exagero y se enfada porque ese no es su mundo, también (por idiota, a ver si abre los ojos algún día).

ULAD: Tengo entendido que eres un admirador incondicional de Charles Bukowski. Y lo cierto es que se nota la influencia que ha tenido el autor en tu literatura. ¿Extrapolas deliberadamente su visión del mundo a España o simplemente nuestra tierra se parece, en el fondo, a los EEUU decadentes y sórdidos que él ayudó a desenmascarar?  

L.S.M.: No admiro, ADORO a Bukowski. Y sí, creo que nuestra España actual (la del milagro económicJOJOJOJOO) se parece a aquellos EEUU donde él tuvo que dormir en la calle sobre cartones para poder trabajar por unos céntimos la hora. Vivo en la huerta de Murcia, y en los últimos años han salido a la luz varios casos de empresas que tenían a los trabajadores en condiciones de esclavitud, con jornadas de doce horas, descontándoles el tiempo para comer e incluso ir al servicio y durmiendo hacinados en zulos y almacenes. En pleno siglo XXI, empresarios que van en Mercedes paseando sus barrigas y tocando el culo a las camareras porque se creen con ese derecho.

domingo, 22 de mayo de 2022

V.V.A.A.: Buenos Aires Noir

Idioma: español 

Año de publicación: 2019

Valoración: entre recomendable y está bien

No he estado nunca en la ciudad de Buenos Aires, pero ya os digo que, si alguna vez tengo la suerte de caminar por sus calles, sin duda tendré muy presentes (junto con muchas otras páginas de la inagotable literatura argentina) los relatos que componen este Buenos Aires Noir; un libro en el que el título ya lo dice todo: se adscribe al género negro, en diferentes variantes, y se desarrolla en la capital porteña. La peculiaridad es que cada uno de estos cuentos, escritos por catorce autores del género diferentes  - de edades variopintas y de ambos sexos  por igual- y  reunidos por uno de ellos, Ernesto Mallo,  tiene lugar en un barrio distinto de Buenos Aires y casi todos en la época actual, componiendo entre todos un mosaico de lo más interesante para conocer la "vibra" de esa gran urbe. Además, claro está, del disfrute inherente a la lectura de muchos de ellos.

Los relatos, agrupados en tre bloques. Infidelidades, Amor y Crímenes imperfectos, son todos bastante cortos -entre 5 y 15 páginas- y están escrito en un castellano que oscila entre el estándar con los lógicos modismos argentinos y el argot porteño más o menos desatado, que quizá dificulte la comprensión para los  lectores de otras latitudes,aunque entre lo que se deduce simplemente por el contexto y la ayuda de San Google (mi agradecimiento desde aquí también a Google Maps), nadie debería tener mayor problema.Debido a su disposición en diferentes barrios, encontramos aquí ambientaciones de todo tipodesdee las zonas más acomodadas a las "villas miseria", pasando por los barrios más célebres y castizos de la ciudad, otros más anodinos, populares, etc.  Repito que uno de los principales atractivos del libro es justamente esta especie de radiografía o escáner que hace de toda una ciudad, con sus diferencias de clase, sus tensiones raciales, los conflictos políticos, la incidencia de la droga... si olvidar el reflejo -o reflujo, más bien- de pasado reciente de la ciudad.

Al tratarse de catorce autores/as diferentes, procedo a consignarlos todos, así como el barrio en el que se desarrollan los cuentos, por si alguien los conoce (o incluso reside en uno de ellos, en el caso de quien nos lea desde aquellos pagos):

  • Inés Garland: La esposa muerta (Belgrano R.) - Quizá el relato que más se ajusta al noir clásico, con un cierto eco a la Rebeca de Daphne du Maurier.
  • Ernesto Mallo: Amor eterno (Once) - Una suerte de parodia dela historia clásica de Pigmalión, con un escultor enamo... bueno, que tiene un lío con su modelo.
  • Verónica Abdalá: El naranja es un color hermoso (Chacarita) - Divertido (dentro del humor negro) ejemplo de cómo se las gasta una mujer traicionada.
  • Elsa Osorio: Tres ambientes con patio (Núñez) - Tensa investigación sobre el paradero de un desaparecido, en plena dictadura militar, por parte de una antigua amante.
  • Claudia Piñeiro: La muerte y la canoa (San Telmo) - Una historia que se desarrolla en el ambiente literario, protagonizada por una especie de Pérez-Reverte un escritor de gran éxito, pero estilo regulero.
  • Pablo de Santis: Una cara en la multitud (Caballito) - Minimalista relato, con poco más de dos personajes, y un regusto a Borges y, sobre todo, al Cortázar de Las babas del diablo.
  • Inés Fernández Moreno: Crochet (Parque Chas) - Historia de ambiente  doméstico -por no decir cozy- en la que la protagonista investiga un crimen que pudo, o no, haberse cometido en el pasado.
  • Alejandro Parisi: La furia del Gusano (Mataderos) - El relato más gore de todos, con una intensidad arrabalera y rabiosa, pero que atrapa, sin duda, al lector.
  • Alejandro Soifer: El camaleón y los leones (Palermo) - Ambientado en el mundo de la cumbia, con un dudoso investigador: un policía veterano de los tiempos de la represión política.
  • Enzo Maqueira: Has dicho mi nombre (Almagro) - Relato de las cuitas de una drogadicta capaz de cualquier cosa -quizás- para evitar el mono.
  • Gabriela Cabezón Cámara: El onceavo dorado (Villa 31 y Barrio parque): Una especie de stream of consciousness anfetamínico de un tipo que quiere salir de la miseria por la vía más expeditiva.
  • Leandro Ávalos Lancha: Los isleños (Recoleta) - Una mujer de clase trabajadora hereda en piso de lujo de su hermano, que fue asesinado en él... Lo que pasa a partir de ahí os sorprenderá...
  • María Inés Krimer: Quema, quema (Monte Castro) - Historia que se desarrolla en un gimnasio durante un corte de luz, con un transfondo trágico que nos sonará a todos, por desgracia...
  • Ariel Magnus: De oficio (Bajo Flores) - Curioso "relato-problema" con sorpresa, en el que un policía fuera de servicio investiga lo ocurrido en su propia escalera de vecinos.
Reconozco no conocía hasta ahora a la mayoría de estos escritores y escritoras, pero resulta una forma de explorar futuras lecturas.En todo este conjunto, como es de suponer, hay relatos más destacables que otros, pero la media general es bastante  notable. Casi todos echan manos del costumbrismo, desde una u otra perspectiva, como marco en el que se desarrollan las tramas y, en muchos casos, de la premisa de que las cosas no son siempre como parecen. Por destacar alguno de los relatos, a mí me han gustado sobre todo (aunque no sólo), la inquietante pero también entrañable cotidianeidad de El naranja es un color hermoso Crochet, el dominio de la tensión narrativa de Tres ambientes con patio, la energía e intensidad de La furia del Gusano y El onceavo dorado y el cinismo adaptativo, aunque comprensible, que muestran los protagonistas de Los isleños y De oficio; tanto la vida como la literatura  pueden  no ser muy edificante, pero es lo que hay, ché...



sábado, 21 de mayo de 2022

Terenci Moix: No digas que fue un sueño

Idioma original: castellano

Año de publicación: 1986

Valoración: Decepcionante


Seguramente, no estoy del todo seguro, Terenci Moix es hoy en día un autor olvidado, pero tuvo su momento de gloria allá por los 80 del siglo pasado, cuando coincidió una cierta notoriedad en medios de comunicación con la concesión (oh!) del premio Planeta. Como nunca le había leído, y el libro merecedor de tal galardón era uno de los que aparecían por la estantería de casa, me decidí sin más por él a pesar de sus cerca de cuatrocientas páginas.

Moix, que por lo visto era un experto en historia de Egipto y un enamorado de Alejandría (ciudad de aluvión, cruce de numerosas culturas, de vocación plenamente mediterránea y fama de vida tan intensa en lo cultural como en lo digamos carnal), sitúa en ese entorno todo un clásico de las historias de amor, la de Marco Antonio y Cleopatra. Todo fuego y pasión era la relación entre el triunviro romano y la reina egipcia, la típica relación explosiva que parecía hecha a medida de Richard Burton y Elizabeth Taylor, aunque creo que han existido otras versiones cinematográficas (admito entre paréntesis que no he visto ninguna de ellas, como tampoco conozco la dramática del mismísimo Shakespeare).

Los vaivenes de la política romana se entrecruzan con los de la pareja, y se suceden encuentros y rupturas, victorias y derrotas, intrigas para enfrentarse al poderoso Octavio o para encumbrar a Cesarión, hijo de Cleopatra y supuestamente de Julio César, todo un arsenal de asuntos que, bien manejado, da para hacer las delicias de los aficionados a la novela histórica que, todo hay que decirlo, tampoco es mi caso.

Pero don Terenci pone el foco en los amantes, de forma muy especial en Cleopatra, e intenta construir la historia definitiva del amor imposible, la pasión más excelsa que han conocido los tiempos, sometida a tensiones inimaginables, las traiciones, la ambición, los excesos, todas las dificultades posibles contra las que puede enfrentarse y ante las que triunfará (o no, según se mire). Empresa superlativa la que acomete el autor, porque quizá no exista tema más clásico desde que el mundo es mundo, y para crear con ello algo realmente importante, diferente, hace falta picar muy alto.

No lo consigue en absoluto. Está claro que el libro intenta siempre transmitir la intensidad de esa relación desbordante entre la serpiente del Nilo y el atlético militar romano: ella, que se supone de un atractivo irresistible, una diosa con su punto maligno, tan diestra en la cama como en las maniobras políticas, coleccionista de amantes, convencida de su talento infalible para acometer cualquier empresa. Él, con el aura del hermoso bruto de quien no es difícil obtener los placeres más extremos y, ya puestos, a quien se puede manejar para construir un fantástico imperio. Una relación tóxica y muy pasada de vueltas que sin embargo se presenta envuelta en un lenguaje que quiere ser elegante, un poco barroco y con unas gotas de incorrección que le den picante a la lectura, gotas muy medidas, muy floreadas, como para excitar un poquito al lector del Planeta sin llegar a ofenderle. Con tales ropajes, la turbadora historia de los enamorados acaba por convertirse en una novela erótica vulgar, con el toque algo cursi de tantas otras.

Ese estilo amanerado, relamido, gustará a determinado tipo de lector que se cree que está leyendo alta literatura porque encuentra adjetivos por todas partes, porque se muestran escenas escabrosas con una supuesta elegancia, pero en realidad no son más que juegos florales para no meterse en problemas, sugerir sin perder la corrección, amagar con lo escandaloso, solo amagar para no incomodar. No solo eso. Asistimos a parrafadas interminables, todo es una sucesión de discursos (casi todos en el mismo tono) que acaban transformando un relato que debiera ser vivo y dinámico en una especie de obra teatral lenta, pesada, aburrida.

Pero es que si apartamos un poco el foco de la pareja en permanente combustión, se ve que a Moix se le escapan cosas que podrían haber salvado parte de la historia. Hay personajes, como Octavio César o su hermana Octavia, o el sacerdote Totmés, que podrían haber dado bastante más juego, y se quedan ahí, más bien acartonados, a veces relegados a comparsas para no deslucir a los protagonistas, otras armando subtramas más bien absurdas y completamente prescindibles. Y tampoco saca el autor provecho de sus al parecer amplios conocimientos de la historia de Egipto. Las intrigas políticas, la lucha por el poder y el escenario general de la Roma del siglo I a.C. se nos presentan sin vigor, como en un aparte desgajado del argumento, algo que a veces suena como trozos de un ensayo incrustado en la narración en un intento de darle algún realce histórico.

Como se ve, el intento de montar una especie de novela erótica en un escenario más o menos espectacular se salda con un fracaso porque don Terenci parece querer meter en el mismo saco demasiadas cosas y demasiado heterogéneas, y además lo construye sin gracia, muchas veces queriendo explicarlo todo (no vaya a ser que el lector no capte correctamente lo que debe) y casi siempre con una irritante tendencia a colocar la frasecita memorable en cada escena y para cada uno de esos personajes tan estereotipados que parecen extraídos de algún clásico de MGM.

Está claro que hay cierto público que acepta de buen grado este tipo de libros: un fondo histórico que siempre aporta credibilidad, algunas dosis de amor tórrido (un pelín por encima de cierto estándar aceptable, que estamos en los ochenta) y un lenguaje un poquito alambicado que le da mucho tono. Para este tipo de lector, el libro puede ser incluso aceptable. Pero si usted es de los exigen algo más que el nivel planetario, mejor corra a buscar otra cosa.


viernes, 20 de mayo de 2022

Colaboración: La escena, de Clarence Cooper, Jr.

Idioma original: Inglés
Titulo original: The scene
Año de publicación original: 1960
Año de publicación: 2016
Traducción: Guido Sender
Valoración: Recomendable para interesados

Para aquellas personas que aún no hayan caído en sus redes, la editorial Sajalín, afincada en Barcelona, está especializada en rescatar autores poco conocidos por el gran público. Bajo la colección Al margen, centrada en el realismo sucio y poblada de adictos y perdedores, dicha editorial saca a la luz olvidadas obras de culto como “La Escena”. Clarence Cooper Jr. no pudo afianzar su carrera pese al gran éxito de esta novela. Hastiado del fracaso editorial, e incapaz de superar su dependencia de la heroína, Coopper Jr. murió solo y sin un centavo en la YMCA de la calle veintitrés de Nueva York.

Apuntada esta información a modo de introducción, procedo a desgranar la trama de “La Escena”. Una trama en exceso alambicada debido a las constantes elipsis, profusión de datos, numerosos actores secundarios y ramificaciones de la historia. De hecho, ante el desconcierto que me provocó dicha estructura narrativa, y ya avanzada la novela, tuve que releer el primer capítulo, puesto que allí radica la clave de todo lo que acontecerá en las siguientes páginas.

La novela consta de tres vértices argumentales. En un lado, los detectives de la brigada de estupefacientes del distrito seis, Mance Davis y Virgil Patterson, se disponen a asestar el golpe definitivo al tinglado que Floyd Angelo, más conocido como El Hombre, ha edificado para gobernar el mundo de la droga. Por otro lado se encuentra Rudy Black, máximo exponente de la cohorte de traficantes de medio pelo, proxenetas y demás ralea callejera, cuyo objetivo es convertirse en camello y mano derecha de El Hombre. En último lugar, la propia Escena, un lugar determinado por una amplia zona de calles y avenidas de una ciudad ficticia -trasunto del Nueva York más peligroso- donde se cuece el asunto.

La historia da comienzo cuando Rudy Black recibe el encargo de liquidar al soplón Andy Hodden. Un encargo que El Hombre le ha encomendado para demostrar su lealtad, debido a que las malas lenguas dicen que Black se entiende con Davis y Patterson. Los métodos expeditivos de estos dos detectives, y los chivatazos de algunos de los compinches de Rudy Black, les llevan a acercarse al objetivo de detener, por fin, al capo de la droga. Sin embargo, la investigación policial dará un giro de ciento ochenta grados al aparecer en escena el hijo de Richard Halsted, un importante y poderoso magnate industrial, que muere atropellado después de ser detenido por posesión de droga de extrema pureza. Este imprevisto suceso llevará a la pareja de detectives a sospechar que, quizá, la manzana podrida se encuentre dentro del mismísimo cuerpo policial.

Aunque los retratos psicológicos de Davis y Patterson son acertados y el autor les dota de profundidad, sí creo que cae en los tópicos habituales en este tipo de personajes. Davis, cercano a la jubilación y con el culo pelado en múltiples batallas, acepta con recelo y a regañadientes a su nuevo compañero, un joven Patterson recién salido de la academia y con ganas de hacerse un nombre en el departamento de policía. Los miedos e inquietudes de ambos quedan muy bien reflejados pero, como ya digo, he sentido la impresión de haber visto muchas veces esta película.

Lo más notable de la novela, aparte de la propia intriga de la trama, es la descripción cruda y terrorífica del submundo de la droga. Desde los hábitos, usos y dolencias del yonqui hasta la falta de escrúpulos por conseguir un chute y delatar a quien se ponga por delante para ello. El hervidero psíquico en que se convierte el cerebro de un yonqui está muy bien construido en este relato, tan sórdido como interesante, donde los múltiples personajes se muestran como, en palabras del propio autor, inevitables perdedores deformados por el peso de la vida.

Bajo mi opinión, sin ser uno de los mejores títulos del catálogo de Sajalín, “La Escena” es una lectura que recomiendo para los amantes de la temática yonqui y las tramas policiales.

Firmado: Carlos Télez Sedano

jueves, 19 de mayo de 2022

Beatrice Blue: 3x1 Érase una vez un unicornio, Érase una vez un dragón, Érase una vez una sirena

Idioma original: inglés
Título original: Once Upon a Unicorn Horn, Once Upon a Dragon's Fire, Once Upon a Mermaid's Tale
Traducción: Anna Pauner en catalán para Cruïlla, Alejandra Freund en castellano para Ediciones SM
Año de publicación: 2019, 2020, 2021
Valoración: entre recomendable y muy recomendable


Rompiendo un poco la temática y tipo de libros que acostumbro a tratar en las reseñas, hoy cambio de registro y me inicio con una serie de libros infantiles, pues la literatura infantil también es literatura, y creo que es apropiado darle más espacio en nuestro blog, pues, indudablemente, si hemos llegado hasta aquí en nuestra personal biografía literaria es gracias a esos primeros libros que nos han hecho soñar e ilusionar con otros mundos y personajes.

En los tres libros traducidos hasta la fecha por parte de la escritora, ilustradora y diseñadora gráfica Beatrice Blue, y a pesar de que se trata de libros totalmente independientes (no forman parte de una misma historia, ni tienen los mismos personajes ni comparten trama argumental), vemos en todos ellos ciertos rasgos comunes, que modelan un estilo muy característico a nivel argumental pero también gráfico lo que me lleva a hacer una reseña conjunta de todos ellos. Estos rasgos que conforman el estilo de la autora se caracterizan principalmente por los siguientes aspectos:

  • A nivel argumentativo: los personajes de Beatrice Blue son niños ni muy pequeños ni tampoco muy mayores (quizá estarán entre los cinco y los diez años) que viven rodeados de naturaleza (ya sea el campo, la montaña o el mar) y esa naturaleza y los animales que en ella viven forman siempre el núcleo central en cuanto al argumento. De esta manera, los tres libros guardan como argumento común la relación entre los niños y los animales pero, especialmente, cómo los niños, a través de su relación con ellos, aprenden a conocer el entorno en el que viven, a respetarlo y a cuidar y ayudar a los animales que en él habitan.

  • A nivel gráfico, el trazo de la autora se caracteriza por líneas redondeadas para dibujar sus personajes, aunque en su evolución se aprecia una cada vez mayor precisión y perfilamiento en los rasgos físicos de sus personajes. A nivel colorativo, la autora utiliza una amplia gama cromática, buscando a menudo el contraste entre la oscuridad del entorno (ya sea un bosque, el mar o el campo) con la luz que irradian los personajes.

Los tres libros que se incluyen en esta reseña son interesantes, pues ahondan en temas como la solidaridad y la inclusión en el caso del libro del unicornio, el miedo a lo desconocido y los temores infundados en el caso del dragón, y la importancia de cuidar el entorno y no interferir en el medioambiente. Así, los valores que transmiten los libros de Beatrice Blue giran en torno a la necesidad y conveniencia de establecer vínculos con nuestro entorno, a la vez que en ayudar a los necesitados (a pesar de su apariencia feroz en algún caso) y no dejarnos llevar por nuestros intereses personales sino en pensar en el bien común. Todo ello, rodeado de un estilo gráfico cálido a la vez que rico en matices, en los que los trazos de Beatrice Blue nos acompañan a entrar en sus historias cálidas y bondadosas que seguro que gustarán a los niños y niñas a partir de los tres o cuatro años. Una autora a tener en cuenta.

miércoles, 18 de mayo de 2022

Cristina Peri Rossi: Todo lo que no te pude decir

 Idioma original: español

Año de publicación: 2017

Valoración: Está bien



Cristina Peri Rossi. Uruguaya de nacimiento, residente en España desde hace cincuenta años, nada menos. Ganadora del último Premio Cervantes y una de las voces literarias en castellano más reconocidas, nada menos. Etc. Pues bien, no creo que la novela esté a la altura de todo ese prestigio, sencillamente. ¿Qué se trata de mi gusto personal? Por supuesto, pero puedo aportar motivos.

Nadie niega que la experimentación es un valor añadido, pero solo si el resultado supera lo esperable de un proceso creativo más tradicional. Por otra parte, pretender epatar a toda costa no suele dar buenos resultados aunque, es cierto, la sorpresa puede reducir el juicio crítico. Este no es el único recurso que utilizan algunos escritores para salir del paso, la profesionalidad enseña trucos como utilizar un formato más corto –el relato en este caso– o cualquier otro que resulte más cómodo y disfrazarlo de aquel que queremos presentar al público. Lo que sostengo, y naturalmente puedo equivocarme, es que esta obra es la consecuencia de encadenar varios relatos cortos, mediante procedimientos argumentales y estructurales fáciles de idear para alguien con tanta experiencia. Lo argumental se encadena en el tiempo, pero yo no veía continuidad sino añadidos traídos por los pelos, y según iba leyendo más me reafirmaba en mi impresión. En cuanto a la estructura, apenas hay alguna continuidad de escenas, repetición de personajes, débiles alusiones, pero los argumentos, en realidad, van muriendo según aparece uno nuevo, o agonizando, que viene a ser lo mismo.

El primer bloque argumental muestra ese deseo de impresionar al lector, de retenerle desde un primer momento al que aludía en el párrafo anterior. Se trata de una serie de escenas que rozan el porno  y cuyo significado profundo es más escabroso que lo meramente explícito. Eso sí, están narradas con mano diestra, sin embargo, lo que leemos no resulta nada verosímil y la forma de zanjar bruscamente la historia todavía menos. Aparte de la pareja protagonista –no voy a hablar de la auténtica compañera de Suarez porque su sola mención me parece humillante para las mujeres en general, no por ella misma, sino por el rol que Peri Rossi le obliga a adoptar– aparece un policía (absolutamente prescindible) que servirá de enlace con el bloque siguiente. En este se muestra la relación entre prostituta y cliente –el susodicho comisario– justo cuando está llegando a su fin. El motivo tampoco parece muy creíble, un improbable cambio de orientación con enamoramiento enloquecido y previsiblemente eterno que, además de dejarnos las páginas más anodinas y sensibleras del conjunto, relatan la terrible experiencia de Silvia en el seno de la dictadura uruguaya, su temeraria huida y secuelas presentes. (Como ven, pastel o pistola, no hay mucho término medio). Se trata del tercer bloque, que se inserta en el anterior con más fluidez que en otros casos. De su amante no sabemos nada, salvo que triunfa en un muy gratificante oficio. Esto sirve para traer a colación el mito del rapto de Proserpina, sus reelaboraciones a lo largo de los siglos y relacionarlo con las vivencias de Silvia. Existe un quinto argumento, muy apresurado, que muestra un asesinato machista y su resolución gracias a un chivatazo providencial, pero estos hechos sirven exclusivamente de pegamento entre bloques y apenas tienen relevancia en la novela. Sabemos que el comisario volverá a las andadas y que Suarez debe apartarse del foco… Por último, conocemos la versión del oficial uruguayo, así como su vida actual, otro esbozo de relato cuya función es cerrar la novela dejando más o menos abiertos los argumentos precedentes. Soluciones ingeniosas, hay que reconocerlo. Aun así, no sé ustedes, yo lo que veo es una absoluta falta de unidad, un intento de cohesionar tramas con poca (o nula) hilazón entre sí, y en estos casos, como es natural, se notan demasiado las costuras.


También de Peri Rossi: El amor es una droga dura

martes, 17 de mayo de 2022

Carlos Zanón: Love Song


Idioma original: español

Año de publicación: 2021

Valoración: mediocre

Me perdonaréis cierta insistencia (atribuidlo a cierta manía con el producto de proximidad) con ciertos autores. Enésimas oportunidades y vuelvo a recaer en Amat, en Cercas, ahora en Zanón. Pero es que me da que hay cierta nebulosa endogámica que hay que contrapesar. Carlos Zanón, por ejemplo, resulta casi omnipresente en sus colaboraciones en prensa, en radio, empieza a formar parte de cierta élite mediática (junto a Santi Balmes o David Carabén) que parece tener muchas oportunidades de manifestarse por cauces adicionales a aquellos por los que se dieron a conocer. Aunque en el caso de Zanón, digamos que siempre ha escrito, y que ahora simplemente se ha hecho con cierta celebridad. Cosa legítima, claro, cada uno se busca la vida y más cuando a raíz de la progresiva degradación de la industria cultural, es decir, de sus rendimientos económicos, empieza a parecer que una sola actividad no da para lo básico o para el tren de vida que cada uno piense que tiene que llevar. O sea, que Zanón está aprovechando su tirón y va publicando, y sus dos últimas obras, Taxi y una especie de intento de relanzar el personaje de Pepe Carvalho, las dejé pasar, escarmentado de las poco gratas experiencias previas. Y lo que se dice de Love Song, aunque sea fruto de reseñas en los medios que suelen emplearlo, y en las sempiternas notas de contratapa, parece prometer.

Bueno, no.

Ahora fue él quien sacó el brazo por la ventanilla del automóvil. Tocó el frío lomo del auto como si fuera un dragón. Quizá estuviera más borracho de lo que creía. Pero quería estarlo más. Quería bebérselo todo. Llegar hasta la inconsciencia. El reto siempre fue ése. Beber, comer, follar, drogarse, tocar, meterte en la boca del Gran Lobo hasta el límite de la resistencia: el estómago girado, los dedos sangrando, la cabeza agujereada. Pasarlo bien, destrozarte para que cuando el Lobo cierre las mandíbulas, encuentre tu cuerpo en el peor estado posible y así se enfade y te diga gritando: ¿esto qué es? ¿Qué mierda me das? Todo deteriorado, inservible: cuerpo y afectos. ¿Para eso he corrido toda la vida detrás de ti, hijo de puta?¿Para este despojo he ido detrás toda la vida, Cowboy?

Todos los tópicos que se acumulan en las trescientas páginas largas de este libro están aquí. Bueno, faltaría el cuero y los tattoos. Pero todos los capítulos regresan a ellos de una manera u otra. La narración de tres músicos que van de gira acompañados de un chófer en una furgoneta y que recorren los clásicos locales decadentes de la costa mediterránea y sus reflexiones y actos (muy superficiales) en lo que parece el ocaso de sus carreras. Y el párrafo citado no es particularmente mediocre en el sentido literario. Es tópico y es recurrente, y ese es el lastre del libro. Que es una narración que debería fluir con naturalidad y Zanón la anquilosa interponiéndose como autor y no dejando que ningún personaje se defina sin apelar a los estereotipos que fascinan al escritor. Así que asistimos a una constante mención de influencias musicales y de elementos del mundillo del rock, claro hábitat (os recuerdo que Zanón tituló uno de sus libros Yo fui Johnny Thunders) del escritor, y sucede que cada uno de esos cortos capítulos, en vez de aportar coherencia a la historia, la va enmarañando y lastrando, incluso a veces da la sensación de que Zanón ha convertido una ocurrencia en una parte de la novela. Así que la historia se dispersa y se hace eterna. Cuando estamos ante una novela de esencia rock'n'roll (subgénero a batirse en retirada) esta Love Song muestra una alarmante carencia de ritmo narrativo. Los personajes resultan tan confusos e intercambiables en ese trazado de triángulos que cualquier concursante de First Dates resulta más estimulante a nivel narrativo. Zanón tira de todo recurso, jugueteando con la novela negra - otro despropósito - para que eso arranque, pero en un punto, partir de la mitad del libro, ya resulta imposible. Y vuelvo a referirme a L'endemà de Tuli Márquez, como demostración de que se puede narrar con solvencia el proceso de decadencia de las rock-stars. A todo eso, esta novela opone la ristra de tópicos de rigor, página tras página. No hay libro donde se emplee con tanta profusión el verbo follar y todo resulte tan poco sensual. Pero es una más de entre tantas cuestiones inexplicables. Solo el amiguismo justifica cualquier elogio.

lunes, 16 de mayo de 2022

Kjartan Flogstad: Pyramiden. Retrato de una utopía abandonada

Idioma original: Noruego
Título original: Pyramiden, portrett av ein forlaten utopi
Año de publicación: 2007
Traducción: Mario Puertas
Valoración: No soy objetivo. Estos libros y estos temas me encantan

La fuerza expresiva de una "ciudad" minera abandonada por completo en pleno archipiélago de Svalbard, al norte del Norte. Para más inri, una "ciudad" soviética en pleno Ártico de soberanía noruega, lo que hace que la potencia de la imagen y su posible sentido metafórico se multiplique.

Cosas que a uno se le pasan por la cabeza a medida que "pasea" con Flogstad por Pyramiden: el abandono de la utopía, el contraste entre la "ciudad" soviética y la naturaleza virgen, el carbón prehistórico convertido en progreso y futuro... pero sobre todo Pyramiden como mausoleo de una época y una cultura, como vestigio en pie de otros tiempos.

Porque Pyramiden fue una especie de ciudad (con 2000 personas, como mucho) ideal construida por los soviéticos en los años 40 al pie de la explotación minera que le da nombre y que fue abandonada a mediados de los 90 tras el derrumbe del bloque del Este. Vamos, algo así como una "Utopía" en pleno Ártico, con biblioteca bien surtida, hospital, Palacio de la Cultura, polideportivo, busto de Lenin, etc, una especie de "respuesta" a los Vorkutá o Kolima de la época.

Pero Pyramiden no es un libro de viajes. O, al menos, no es un libro de viajes al uso. De hecho, diría que se acerca más a las crónicas viajeras de Kapuscinski porque lo que inicialmente semeja un recorrido por la historia de la explotación minera y de la ciudad se vuelve un texto diferente al inicialmente previsto en el que cabe el arte, la política, la economía, la antropología, la etnografía, la historia de la minería (en general) y la exploración, la ecología... 

Ahí radica, aunque parezca curioso, lo mejor y lo peor de este libro. Por un lado, que Flogstad opte por salirse de los límites de la "literatura de viajes" y convierta Pyramiden en algo mucho más amplio hace que el texto tenga un toque ensayístico que multiplica su potencialidad. Por contra, ese "tocar diversos palos" provoca que el interés se pueda "dispersar" en función de las preferencias del lector. En mi caso, por ejemplo, así como la parte "histórico-artística" me resulta acertadísima, la parte "económica" se me queda corta y la parte "etnográfica" me satura un poco. Cuestión de gustos y/o formación, supongo.

Lo que sí es seguro es que si os interesa el tema "polar" en su más amplio sentido y/o el tema "soviético", Pyramiden puede ser vuestra "ciudad" y vuestro libro. Y Svalbard vuestro destino para este verano. ¿Por qué no?