Título original: Horrorstör
Año de publicación: 2014
Traducción: Jaime Valero Martínez
Valoración: recomendable, sobre todo para fans
Seamos sinceros: ¿Hay algo que pueda causar más pavor al ser humano contemporáneo que la idea de pasar la tarde eligiendo muebles en un IKEA? (No hace falta que contestéis, porque, primero, la pregunta es retórica y, en segundo lugar, la respuesta sólo puede ser un NO). Pues eso debió pensar el escritor Grady Hendrix cuando decidió ambientar una novela de subgénero fantasmal en en una de esas macrotiendas de mobiliario de estilo escandinavo. Que, en este caso, no es un IKEA -lo deja bien claro desde la primera página, supongo que por aquello de prevenir demandas y tal-, sino de otra cadena llamada ORSK y que está situada en las afueras de Cleveland, Ohio, en un terreno donde antaño hubo... bueno, mejor no sigo para no espoilear más de lo necesario.
Debido a ciertos incidentes vandálicos que están sucediendo por las noches, un grupo de empleados se queda en la laberíntica tienda tras la hora del cierre, para tratar de localizar al o los responsables. Como cabe suponer, dado que se trata de un libro de los de dar miedito, pronto aparece el elemento sobrenatural que se dedica a hacer la puñeta -por decirlo suavemente- a nuestros personajes y del que hasta el propio Iker Jiménez saldría corriendo... para montar un programa bien seguro en su plató, eso sí (siempre que le deje tiempo la propagación de delirios racistas e infundios de la ultraderecha, claro). El caso es que este grupo de empleados, variopinto como exigen los cánones del género y sobre todo la protagonista, una joven sarcástica y derrotista llamada Amy se ven obligados a rendirse ante lo desconocido o luchar por su supervivencia, en una clara metáfora o símil que identifica los acontecimientos espectrales a los que asiste y es víctima con su propia disyuntiva vital y que no deja de atormentarla en su interior... pero de nuevo, mejor no sigo para no espoilear más de lo necesario.
Como se ve, Horrorstör no es más que una variante, más o menos original y divertida -los momentos de cierto humor tampoco escasean- del clásico tema de la "casa encantada", que tan de moda parece estar últimamente (aunque esta novela de Grady es de hace ocho años)-; sólo que se han cambiado las típicas viviendas de estilo victoriano por una inmensa nave sin ventanas rodeada por un aparcamiento y los interiores lóbregos y llenos de antiguallas por un sinfín de mesas, sofás armarios, etc. con imposibles nombres en sueco o lo que sea... A la originalidad de la ambientación contribuye, en no poca medida, que el libro esté maquetado como si fuera un catálogo de IK...quiero decir de ORSK, y no sólo en lo que se refiere a sus cubierta; también el interior, en el que abundan las infografías, planos, textos publicitarios y corporativos, etc. que simulan los de este tipo de comercio... Incluso los diferentes capítulos llevan como títulos los nombres de diferentes muebles.
En suma, una novela de terror diferente -o más o menos, porque en buena medida podría homologarse con cualquier novela o peli de este subgénero, sobre todo si acudimos a la serie B- que hará las delicias de los más aficionados, pero también puede interesar a cualquiera a quien le guste pasar de vez en cuando un buen rato de miedo, sin más trascendencia.
Nota post-reseña: ¡Coño... y ahora me doy cuenta de que he hecho una reseña de un libro de terror sin mencionar a Stephen King! Esto no puede ser, ¿qué digo? Vale, ya sé: Horrostör no es El resplandor ni la tienda Orsk es el Hotel Overlook, pero por lo menos Kubrick no ha hecho una peli con Jack Nicholson para joder la historia. Sólo por eso, seguro que a Stephen King le mola...
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