viernes, 26 de julio de 2024

Paco Alcázar y Torïo García: Las 100 primeras películas de Nicolas Cage


Idioma: español

Año de publicación: 2021

Valoración: recomendable para todos públicos, pero, sin duda, imprescindible para fans...

El fabuloso actor Nicolas Cage(¿qué digo, actor? ¡La estrella!) brilla por derecho propio en el universo hollywoodiense y gracias a su magnífica labor interpretativa y a su indudable carisma ha ido generando a lo largo de su dilatada carrera todo un ejército de seguidores, que se pueden encontrar en los lugares más insospechados... Sin ir más lejos, en este benemérito blog cuenta, al menos, con dos: nuestro padre fundador, Santi y yo mismo (he de aclarar que soy fan, pero de baja intensidad; no duermo en unas sábanas estampadas con la cara de Nicolas Cage, ni nada de eso... Ojo, que tampoco estoy diciendo que Santi lo haga. Repito: NO ESTOY AFIRMANDO QUE SANTI DUERMA EN UNAS SÁBANAS ESTAMPADAS CON LA CARA DE NICOLAS CAGE... A mí, al menos, no me consta).

Como es de supone otros dos grandes fans de Nicolas Cage son los autores de este libro, Paco Alcázar, dibujante que ya había incorporado al actor como personaje de sus tiras cómicas, y Torïo García, autor en internet  de una NicCagepedia; dos personas, por tanto, idóneas, para llevar a cabo la gloriosa recopilación de las cien primeras películas de este titán de la interpretación.  Y sí, no me equivoco, porque Cage ha aparecido ya -y sin tener en cuenta el doblaje de dibujos animados- en más de cien películas, cien (bastantes más, a estas alturas), desde su primera aparición en la pantalla, siendo aún adolescente. Y también: cien películas puede parecer una barbaridad (lo es) para cualquier actor, pero es que Cage no es un actor, es toda un género cinematográfico, en palabras del propio libro... Entre estos cien interpretaciones encontramos, claro está simples cameos -bien es cierto que cuando hablamos de quien hablamos, nada es "simple"- y papeles más o menos secundarios, pero también claramente protagónicos e incluso dobles; películas de culto, blockbusters y de serie Z, cine experimental y palomitero, metaficción y adaptaciones de cómics. películas dirigidas por grandes directores contemporáneos -ojo ahí, porque Nicolas Kim Coppola, a.k.a. Cage, ha sido dirigido por los hermanos Coen, David Lynch, Paul Schrader, Martin Scorsese, Brian De Palma, Werner Herzog, Ridley Scott, Oliver Stone, Spike Jonze (con guión de Charlie Kaufman) y, por supuesto, su tío Francis Ford... Bien es cierto que,  salvo en el caso de Jonze, ninguna de las películas es de las mejores de estos directores,-, así como por artesanos del cine de acción -Simon West, Michael Bay-, visionarios de la ida de olla gore -Rob Zombie, Panos Cosmatos- o dobles de acción, operadores de cámara y debutantes en busca de su oportunidad. Incluso ha sido dirigido por sí mismo, aunque en un papel secundario, que Cage puede tener algún que otro patito desalineado, pero no todos... Naturalmente el registro de personajes que ha interpretado en todas estas películas es inacabable, épico, aunque con alguna repetición de cierta tipología: agentes de la ley tanto corruptos como incorruptibles, delincuentes variados -gángstwr, ladrones, traficantes diversos-, guionistas, borrachos o no, rebeldes juveniles y maduros, vampiros, caza tesoros, leñadores, superhéroes, motoristas fantasmas y, sobre todo, vengadores de diverso tipo y condición, porque puede que ningún otro actor se haya vengado tantas veces en la pantalla, excepción hecha de Liam Neeson...

Toda esta facundia interpretativa la debemos agradecer, en buena medida, al colapso financiero sufrido por Cage hace unos años, consecuencia, más que de la crisis económica, de la legendaria tendencia al despilfarro, sobre todo inmobiliario, que adolece nuestro ídolo. Pero también, creo yo, a una tendencia  totalizando, a la ambición de convertirse en un artista, más que completo, absoluto. Aparte que, entre tanta morralla como la que ha debido aceptar desde que se arruinó (entiéndase de la forma en que se arruinan los ricos y famosos) pueden surgir y, de hecho, surgen gemas que cimentan su prestigio y leyenda como actor. Todo gracias a sus técnicas interpretativas que él mismo ha bautizado como "Nouveau Shamanic" o "Western Kabuki" (sic), pero, sobre todo,  a ciertos recursos caracerísticas, como sus famosas "explosiones Cage", sus gestos y expresiones de locatis o sus excesos (en la pantalla, se entiende)a la hora de beber, cantar, bailar o mataer a sus adversarios. Rasgos que le han convertido no ya en carne de cañón de memes en las redes sociales, sino, posiblemente, en uno de los principales proveedores, aunque involuntario, de los mismos. Circunstancia que, por otra parte, ha contribuido de forma decisiva al culto a su figura (puede que este término sea excesivo, dejémoslo en "subculto") que estamos viviendo en los últimos años, y que quizás ya sea incluso mainstream.

La estructura del libro, repetida cien veces, es sencilla: cada película está explicada en una página, en la que consta una escuela sinopsis del film, cómo fue su proceso de gestación y anécdotas relacionadas -más o menos jugosas- del rodaje, promoción, etc. Se completa la ficha con las opiniones de los autores sobre dicha película y una valoración del " nivel de intensidad Nic", que puede ir desde " moderado" a "demonio volador", por ejemplo. En la página opuesta, un retrato de Cage hecho por Paco Alcázar, con el look que luce el actor en esa película y que, no en pocas ocasiones, suele ser bastante peculiar (1).


Además de la lista de películas, está curiosa biografía nos ofrece también una serie de apartados, que tratan desde la fascinación de los autores (y el público en general) por Nicolas Cage, sus ajetreadas circunstancias biográficas, familiares y conyugales, las fases por las que ha pasado su carrera actoral, las fases, aún más variadas, por las que han pasado sus arreglos capilares e indumentarios, sus técnicas - igual esto es mucho decir- interpretativas y los proyectos en los que Nic se hallaba embarcado a partir de su película número cien, muchos de los cuales ya han sido llevados a la pantalla, grande o pequeña. Porque, amigues, de momento, en los tres años transcurridos desde que se publicó este el señor Nicolas Cage ya ha intervenido en nada menos que trece películas, con interpretaciones tan destacadas como la del dueño de una cerda trufera en Pig, un histriónico -cómo, si no- conde Drácula en Renfield o la encarnación de sí mismo en la metaficcional El insoportable peso de un talento descomunal, cuyo título ya lo dice todo...

A este ritmo, pronto Nic Cage llegará a las doscientas películas y los autores de este libro escribirán otro, no menos descacharrante. Disfrutemos entre tanto de esta primera parte y, sobre todo, de ese "talento descomunal" de su (y nuestro) ídolo... ¡Larga vida al cine y a Nicolas Cage!

(1) Hay que señalar (y admirar), que para el libro Paco Alcázar ha dibujado a Cage, si no me equivoco, no cien, sino ¡doscientas cincuenta veces! Eso, sin contar los innumerables Nics de la tapa y la contratapa, con los que ya no me he atrevido...

jueves, 25 de julio de 2024

Sergio Villanueva: Los adioses póstumos

Idioma original: Español

Año de publicación: 2024

Valoración: Está bien

«Todas las familias felices se parecen unas a otras, pero cada familia infeliz lo es a su manera».

León Tolstói

Este puede ser uno de los comienzos más populares de la historia de la literatura y podría funcionar como resumen de Los adioses póstumos porque esta es la historia los hermanos Marcelo y Sofía Martín-Santos Benedet y, por extensión, la historia de la familia a través de los últimos 100 años.

Toda la novela está construida a partir de contraposiciones: entre los Martín-Santos (familia paterna) y los Benedet (familia materna), entre Sofía y Marcelo, entre la España nacional y la España republicana, entre los valores de uno y otro lado de la historia. Revisitado de algún modo, pero la eterna dicotomía "civilización" o "barbarie".

Esta contraposición no es solo temática porque Los adioses póstumos se construye, en lo formal, en base a la utilización del presente y del pasado en el que transcurre la "historia dentro de la historia" que ocupa el centro de la novela y que pone de manifiesto recuerdos y olvidos compartidos, revelaciones, soledades e incomunicaciones que marcan vidas.

En el lado positivo de la balanza de esta novela vamos a situar:

  • su parte proustiana, especialmente en el capítulo titulado "Trayecto". De hecho, al menos en la parte inicial de la novela, Benibaite podría ser el Balbec de Marcel Proust. Aunque luego ya...
  • su retrato de la alta burguesía valenciana en una bien dibujada trama secundaria (o no tanto) que emparenta con el Chirbes  de Crematorio.
  • los diálogos, que son, por lo general, ágiles y creíbles. 

En el lado menos bueno debemos mencionar:
  • la tendencia del autor a la sobreadjetivación.
  • cierto maniqueísmo en los personajes. Resultan, en mi opinión, demasiado arquetípicos y se echa en falta una gama de grises más amplia.
  • ligado en cierta forma a lo anterior, creo que la parte más "panfletaria" se come a la novela, sobre todo en su parte central. 
  • algunas partes demasiado "paulocoelhescas". Entiendo la situación de los personajes, pero el texto bordea en ocasiones el manual de autoayuda
En definitiva, una novela que parte de una buena premisa, que toma desvíos en los que se combinan aciertos y desaciertos y que resulta, en conjunto, algo irregular. 

miércoles, 24 de julio de 2024

Reseña + entrevista: Mireia de Purificació Mascarell

Idioma original:
valenciano
Título original: Mireia
Traducción: Purificació Mascarell
Año de publicación: 2022
Valoración: recomendable / muy recomendable

La portada de Mireia (que se mantiene, con ligeras variaciones, en el original en valenciano y en la versión castellana) sirve para introducir algunos de los temas de la novela: se trata de Lilith, el cuadro de John Collier que retrata a la mítica "primera mujer de Adán", creada con el mismo barro que él (y no a partir de su costilla, como Eva) y expulsada del Paraíso por no aceptar una posición subordinada en relación con el hombre. Esta imagen es significativa para el significado de la novela en dos sentidos: en primer lugar porque una de las protagonistas, la propia Mireia, es en varias ocasiones comparada con Lilith, por su independencia, su belleza, su carácter seductor y su sexualidad abierta... pero también porque la representación de la mujer (en la pintura, la literatura, la ciencia...) casi siempre desde el punto de vista masculino es uno de sus temas centrales, diría yo.

En el plano narrativo principal, la novela se centra en dos mujeres: Neus, la narradora, una joven pintora, y Mireia, una chica por la que Neus siente una fascinación abrumadora. La aparición de un tercer personaje, Llorenç, un hombre misterioso que encarga a Neus un retrato, y que inicia una relación (lo que las sinopsis cinematográficas denominan "un tórrido romance") con Mireia. A las tensiones existentes en este triángulo de personajes (seducción, celos, inseguridades...) se añade un tono de misterio y peligro cuando comienzan a suceder fenómenos extraños: una misteriosa música que nadie parece tocar, un hombre (¿o un fantasma del pasado?) que parece perseguir a las protagonistas... 

Pero a este plano narrativo se le unen, además, otros elementos. En primer lugar, el tema de la tesis doctoral de Mireia (recurso que también usó por ejemplo Katixa Agirre en Los turistas desganados) nos lleva a conocer a Luis Simarro, psicólogo y neurólogo de Xàtiva, como las dos protagonistas (de hecho Xàtiva es el escenario imprescindible de la acción de la novela) que promovió el avance de la ciencia en España a finales del siglo XIX e inicios del siglo XX; y a través de él llegamos a Charcot, psicólogo francés que desarrolló el concepto de "histeria" (influyendo, por ejemplo, en Freud) o las técnicas hipnóticas para tratarla; y a la amistad de Simarro y Sorolla, plasmada en varios cuadros y retratos del científico. La pintura, como es lógico siendo Neus la narradora, ocupa un lugar fundamental también, y muy particularmente el modo en que la pintura ha representado a las mujeres, a través de mitos, símbolos o estereotipos que van desde la vampira a la prostituta, desde Pandora hasta la Virgen María. 

Mireia es un libro corto, ágil y entretenido. Quizás con una mayor extensión podría haber llegado a adensar alguna de sus muchas facetas (personalmente, como aficionado al terror, me habría gustado que la parte fantástica fuese algo más desarrollada y más oscura aún), pero en todo caso el equilibrio entre los diferentes hilos que se entretejen en el texto está bien conseguido y mantenido, y eso no es fácil teniendo en cuenta su número y diversidad. El cierre de la novela (que no desvelaré, claro) deja un cierto regusto amargo, pero añade también nuevas complejidades a los personajes y a los temas de la obra. 

Es en definitiva una lectura recomendable, como poco, ya sea en su versión original en valenciano (o en catalán, según preferencias terminológicas), o en la versión castellana publicada por Dos Bigotes, en traducción de la propia autora.


ENTREVISTA
  • Comienzo con una curiosidad: ¿Hay alguna relación entre tu novela y la Mireia de Frederic Mistral, más allá de la coincidencia de nombres?

Sí que es curioso, porque solo tú y otra persona (un crítico musical catalán que conocí el año pasado en los Premis Ovidi de la Música), me habéis señalado esta conexión y preguntado lo mismo. Y no, la verdad es que no tenía en al radar ese poema del autor francés en lengua occitana. De hecho, busqué si existía alguna novela con el mismo título antes de apostar al 100% por él, sin pensar que podía haberse usado para otros géneros literarios. Y sí, resulta que, en 1859, ya alguien había titulado con ese nombre femenino, tan bello, por otro lado… Aunque una de las razones, en mi caso, para titular Mireia a mi novela fue su parecido fónico con un relato de femme fatale, muerte y misterio de Edgar Allan Poe que siempre me ha fascinado: Ligeia.

  • En la novela se entrelazan varias tramas: la del presente de la narradora y de Mireia, y la vida del psicólogo Luis Simarro, hijo del pintor Ramón Simarro (y sus relaciones con Charcot, con Sorolla, etc.). ¿Cuál fue el primer impulso para escribir la novela: contar la historia de Simarro, o la de Mireia, o ambas surgieron juntas?

El primer impulso fue Simarro, porque al comenzar a leer sobre su vida me fascinó la modernidad que representaba en una España de atraso científico y gran peso de la religión. Podía hacer una biografía de este psiquiatra valenciano, pero la magia de la ficción me atrae tanto que decidí armar un artefacto literario para contar la vida y obra de Simarro a través de personajes creados por mi imaginación, Neus, la narradora, y Mireia, la investigadora en psicología experimental y autora de una tesis sobre Simarro: dos jóvenes del siglo XXI que se entralazan con las jóvenes del XIX que Charcot diagnosticó de histeria. Esa unión de líneas temáticas y temporales se fue construyendo de una manera orgánica y también muy divertida para mí.

  • En el plano del presente, la historia se desarrolla como un relato fantástico, con una ambigüedad entre lo real o lo irreal. ¿Por qué optaste por ese género o por esa ambigüedad?

Porque me encanta el género fantástico, lo gótico, las historias de miedo, las mansiones apartadas a lo Daphne du Maurier, porque crecí leyendo a E.T.A. Hoffmann, a Guy de Maupassant, los cuentos de Emilia Pardo Bazán o las leyendas de Bécquer, que me sabía de memoria de pequeña. Y disfruto mucho rindiéndoles homenaje a todas las autoras y autores que me han hecho soñar. Además, ¿qué es la literatura sino ambigüedad, en todos los sentidos? Para forzarnos a mirar las cosas de una manera “recta”, plana, sin claroscuros, ya hay otros muchos discursos culturales. La literatura es la reina de la dilogía, de las interpretaciones abiertas, del juego vacilante perpetuo… Y me gusta que sea así.

  • En la novela se habla de diversas violencias sufridas por las mujeres (a través de la idea de "histeria" por ejemplo) y con su representación y subordinación a lo largo de la historia. El personaje de Mireia se relaciona, por ejemplo, con el mito de la femme fatale, de Lilith, del súcubo, de la vampira... ¿Dirías que ese es el tema central que une todas las diferentes facetas del texto?

Las figuras vampíricas provienen de la tradición oral europea y son adaptadas perfectamente en la literatura gótica: son seres que viven succionando la vida a los humanos. Y ahí radica su potencia metafórica: ¿cuántos elementos vampíricos nos rodean, nos modelan, sin darnos cuenta? En Mireia, he querido jugar con la figura del vampiro a varios niveles que el lector va descubriendo a medida que avanza la trama. La iconografía de la femme fatale del XIX se relaciona directamente con la de las vampiras y simboliza el miedo masculino a la pérdida de poder, a ser “succionados” por la fuerza femenina. Mireia podría ser esa mujer fuerte, independiente, una vampira del siglo XXI. Pero poco a poco descubrimos otros vampirimos más ocultos ejecutados, sin escrúpulos, por los hombres del XIX y del presente. Y nuestra idea de lo vampírico muta…

  • La pintura ocupa un lugar muy importante en la novela. ¿No resulta algo paradójico que la historia la cuente alguien que dice no ser muy buena con las palabras y sí con los pinceles?

Un aspecto que siempre me ha fascinado de las narradoras o protagonistas de las novelas victorianas escritas por mujeres es que son chicas jóvenes que se presentan ante los lectores exhibiendo una gran modestia, luciendo una humildad poco acorde con su auténtica valía. Neus nos advierte de que es una mala narradora, pero logra exponer perfectamente todos los hilos de una historia enrevesada y compleja. Y creo que también logra enganchar con ese hilado a los lectores, algo que, en realidad, no es algo fácil. Así que podríamos decir que Neus opta por ser discreta y no envanecerse de sus capacidades, aunque se le den tan bien las teclas como los pinceles…

  • Otro aspecto importante en la novela es su localización, Xàtiva, que te resulta tan próxima y tan querida. ¿Qué implicaba para ti situar la acción de la novela en Xátiva, y recuperar también a personajes nacidos o fallecidos en ella?

Bueno, ha sido un acto de reivindicación histórica y cultural de mi ciudad, pero sobre todo, un acto literario de amor: Xàtiva es un personaje más de la novela y, además, se presenta lejos de la imaginería tópica valenciana de “sol, playa y fiesta”. Aquí es una ciudad sobria y misteriosa, con muchos toques góticos y modernistas, con una densidad histórica muy decimonónica, y las aventuras de Mireia y Neus no podían disponer de un escenario más idóneo.

  • La novela se escribió y publicó originalmente en valenciano, y ha sido después traducida al castellano por ti misma. ¿Cómo fue ese proceso? ¿Hiciste una traducción "pura" o reescribiste el texto a medida que lo traducías? ¿Y cómo ha sido la recepción del libro en ambas versiones? ¿Has notado diferencias?

Intenté, sobre todo, que fuera una traducción fiel al ritmo, al tono y a la cadencia del original, porque estos aspectos los había cuidado mucho en valenciano y quería mantenerlos. Al principio de mi tarea traductora, me iba resultado extraño leer mi texto en castellano, pero cuando terminé todo el proceso la impresión fue estupenda: la verdad es que estoy muy satisfecha con cómo suena Mireia en castellano y, sinceramente, ambas versiones me satisfacen por igual.

Sobre la recepción: es curioso descubrir cómo un sistema literario pequeño, minoritario, más débil, recibe con mayor mimo e ilusión lectora un nuevo texto en el panorama literario, que un sistema macro y ultrasaturado de novedades como el del castellano. Y no me refiero a la prensa o los medios: en ambas lenguas la atención ha sido excelente, ninguna queja. Me refiero a la atención de los lectores: mucho más fiel, comprometida y duradera en valenciano y mucho más fugaz y dispersa en castellano. Algo completamente lógico y previsible, teniendo en cuenta la cantidad de novelas que se publican en España cada semana… Ya me parece todo un logro haber llegado a las dos ediciones en castellano con Dos Bigotes tras haber vendido más de tres mil ejemplares en el original…

  • Por último, quería preguntarte qué proyectos literarios o editoriales tienes entre manos... Has editado libros de o sobre Elena Fortún, también una antología de relatos sobre animales... ¿Ahora mismo qué estás preparando?

Sigo, cómo no, trabajando con nuevas ediciones para Renacimiento de Elena Fortún. Lo próximo será la recuperación de un libro muy raro y especial dentro la producción fortuniana… Ya veréis. Y en septiembre de este año saco un ensayo literario con Ariel en el que he estado trabajando los dos últimos años: un recorrido a través de la narrativa escrita por mujeres que se ha ocupado de retratar la opresión dentro de la institución matrimonial. Un libro de alto compromiso feminista, humanista y, por supuesto, literario, porque la selección de autoras es muy potente. Y, por supuesto, siempre hay ideas anotadas para proyectos futuros, tanto de ficción como de no ficción. Pero hay que encontrar el tiempo, la disposición de ánimo y la energía física para llevarlos a cabo. Eso sí, no hay prisa alguna. Solo ganas de pasarlo bien.

martes, 23 de julio de 2024

Patricio Pron: La naturaleza secreta de las cosas de este mundo


Idioma original: español
Año de publicación: 2023
Valoración: bastante recomendable

Al hilo de mi última reseña, (porque quizás un día hubiera de establecerse - posible guion para una eventual serie abocada a una segura cancelación- una especie de hilo argumental por el que uno transita de una lectura a otra), he de decir que no hay nada más alejado a los escritores relativamente mediáticos que escritores como Patricio Pron. Que se limita a ir publicando sus novelas y continuar con una sólida carrera. Que tiene un nivel notable, de hecho ninguno de sus libros reseñados ha estado por debajo del recomendable y ya empieza a acumular un cierto número, esta sería su décima novela y que, hasta ahora, en todas las que he leído consigue mantener una cierta esencia y cuesta pocos párrafos reconocer su estilo y establecer una confortable y cierta familiaridad. 

Para empezar, sus títulos se convierten en una marca de la casa. Hace unos días, tuve una relativa decepción al leer un artículo de la muy brillante Begoña Gómez Urzaiz sobre títulos de libros, en el que no se le mencionaba. Supondré que esa omisión fue un tácito reconocimiento de que en estas lides Pron merece un capítulo aparte. Con esta novela,  Pron se incorpora al catálogo de Anagrama, proveniente de Random House, y he decir que,  aunque sus portadas con la maquetación de su anterior editorial siempre me resultarán reconocibles, resulta un cambio nada discordante o traumático, casi un paso lógico, una secuencia natural. Me da que a Pron le sienta perfecto ese traje ya vestido por Bolaño, por Zambra, Villoro o Vila-Matas, todos ellos compañeros en intenciones y, lo suelto ya, en firmeza y seguridad a la hora de afirmar su narrativa. Permitid que reivindique por enésima vez a Bolaño como escritor de temeraria convicción en su obra y que se limitó (aunque los cálculos temporales le fallaron - él perdonaría esta broma) a esperar el reconocimiento. 

Entonces, Pron no necesita epatar con la trama para noquear al lector. Le sería suficiente con la prosa y cómo esta serpentea y seduce. La historia está dividida en dos bloques. En el primero Olivia Byrne, joven actriz británica, reproduce a toda prisa su existencia, que ha quedado marcada y condicionada por la desaparición de su padre siendo ella una niña. En la segunda parte Edward Byrne, padre, narra su desaparición y su vida, dejadas atrás esposa e hija. Las dos narraciones tienen confluencias muy puntuales y evitan mencionar explícitamente causas y consecuencias, ya no juzgarlas o valorarlas, la figura del narrador está configurada con una extrema frialdad, reforzada por la práctica ausencia de diálogos y la propia composición narrativa, frases y párrafos extensos sin apenas pausas, Pron se extiende y retuerce hasta la extenuación, puede que hasta la veintena de páginas o así el lector pueda mostrarse hasta incómodo, pero, volvamos a mi modesto texto introductorio, Pron no escribe para ser gustado o interpretado o desentrañado sino para entregar una obra redonda, coherente y sin una sola grieta. Y esta novela puede interpretarse como una alusión a la huida como parte del tránsito vital o como ruptura que representa liberación, al reencuentro como cierre de círculo o como actualización de sistema. Pero nos queda una cierta sensación de expectativa de continuidad, de flujo. De hecho la novela menciona en sus agradecimientos no poco material en internet que puede usarse para complementarla y enriquecerla. 

Más reseñas de Patricio Pron aquí 

lunes, 22 de julio de 2024

2 x 1 Pauline Réage: Historia de O y Retorno a Roissy

Título original: Histoire d’O
Idioma original: Francés 
Año de publicación: 1954 (revisada en 1977)
Traducción: Ángel López
Valoración: Está bien (aunque no para todo el mundo)

¿Qué esperaba encontrar en Historia de O? Supongo que una novela erótica que debe sujetarse con una sola mano. Y algo de eso tiene, no os quiero engañar. A fin de cuentas, Pauline Réage (pseudónimo de Dominique Aury) la escribió, originalmente, para seducir a su amante. Pero la verdad es que el clásico de Réage es más, mucho más, que un mero libro masturbatorio.

Porque a esta obra la atraviesan una serie de virtudes de índole literaria que harán que su lectura no sólo estimule los genitales. A mí, por ejemplo, me sorprendió ya en sus primeras páginas, cuando ofrece dos inicios alternativos. También aprecié la audaz elección del nombre de la protagonista; y es que la letra O tiene implicaciones sexuales (recuerda a un agujero -una boca, una vagina, un ano...- o a los anillos con que será marcada O; también puede ser la primera letra de orificio u objeto).

Historia de O narra cómo O, una mujer que trabaja en una agencia fotográfica, es convertida en esclava sexual por René, su amante. O será usada para el disfrute de los afiliados a una sociedad secreta, los criados vestidos de opereta que cuidan el castillo donde se reúne la misma y el inglés Sir Stephen (a quien un estrecho vínculo une a René).

A mi juicio, lo que más destaca del libro son las sutiles caracterizaciones de los personajes, los razonamientos que éstos esgrimen para obrar y desear como lo hacen y las oblicuas (pero siempre explicadas) interacciones que mantienen. Asimismo, valoro los debates cuasi filosóficos que genera: por ejemplo, en torno a si uno puede sentirse libre estando subyugado, si uno puede consentir a abandonarse a la voluntad de otro o si el dolor puede devenir placer. 

Resaltaría otras virtudes de Historia de O, aunque son más discretas: el constante cambio del statu quo argumental se siente orgánico y las descripciones (sobre todo de vestimenta, estancias, mobiliarios o sesiones de dominación y tortura) son muy minuciosas. 

Eso sí, quizá le pondría algunas pegas a la novela de Réage. En primer lugar, que su prosa es un tanto burda (cuesta visualizar determinadas escenas y tiene párrafos que deberían desmigarse en varios). Que ciertos tramos se antojan sumamente reiterativos. Que termina sin haber dado una participación satisfactoria a determinados personajes (Natalie, sobre todo). O que su final es demasiado abrupto, aunque en la edición de Tusquets que yo he tenido entre manos se advierte que la autora llegó a escribir un par de desenlaces, no compilados en este volumen.

A día de hoy, el libro sigue siendo casi tan escandaloso como lo fuera en el momento en que se publicó, aunque no por las mismas razones. Entonces indignó a la sociedad bienpensante su alusión a sexualidades disidentes y su manera de representar, sin entrar en juicios de valor, una parafilia. Actualmente se le reprocharía el papel que otorga a la mujer (olvidando que hay mujeres abiertamente emponderadas en la novela, como Anne-Marie y Jacqueline, e incluso la propia O podría considerarse como tal, dependiendo de cómo abordes su situación).

Resumiendo: Historia de O sigue siendo un libro bastante explícito (que no vulgar), por más que en general emplee un lenguaje refinado y recurra de vez en cuando a elipsis o eufemismos. Es por ello que puede llegar a epatar a mucha gente. Asimismo, su forma de retratar el amor, el sexo y el sadomasoquismo ofenderá a más de uno. Sin embargo, yo lo recomiendo, al menos a lectores abiertos de mente, que quieran descubrir en esta joyita la sensualidad, voluptuosidad y erotismo que sólo es capaz de plasmar la ficción.

Desde su publicación ha inspirado multitud de adaptaciones al cine, la televisión y el cómic, entre las que destaca la película de 1975. Además, ha servido como molde referencial para creaciones de todo tipo que continúan con su legado.

Título original: Retour à Roissy
Idioma original: Francés 
Año de publicación: 1969
Traducción: André Pieyre de Mandiargues / Álvaro Castillo
Valoración: Decepcionante

Años después de publicar Historia de O, Réage escribió un breve capítulo a modo de cierre, titulado Retorno a Roissy. El final en él plasmado es algo agridulce para la protagonista, pero al menos no muere, como sí sucedía en otro desenlace alternativo. 

Básicamente, Retorno a Roissy narra el regreso de nuestra heroína al castillo, donde seguirá siendo usada por sus afiliados. Esta vez, en condiciones distintas a la anterior, pues aunque la lleva ahí Sir Stephen, tal y como la llevara en su momento René, parece que el primero pretende abandonarla.

Esta secuela de Historia de O no me ha gustado demasiado. Creo que carece del interés (quizá sobredimensionado por el factor novedad, no lo niego) del material original, expande la historia en una dirección poco atractiva y apenas desarrolla los elementos barajados. Sinceramente, sólo la recomiendo a completistas.

domingo, 21 de julio de 2024

Aki Shimazaki: Suzuran

Idioma original: francés

Título original: Suzuran

Traducción: Robert Joan-Cantavella

Año de publicación: 2019

Valoración: está bien

“Los Temerarios” es una banda mexicana de música grupera y de baladas románticas, de esas con la que los borrachos se ponen a tomar cuando la fiesta ya está en las últimas. Es uno de los grupos musicales más reconocidos de México… hace 30 años. En México ya nadie los escucha, pero su agenda está llena de conciertos en Estados Unidos. ¿Por qué? La respuesta es sencilla para quienes conocen la situación migratoria de México: esos mexicanos que cruzaron la frontera ilegalmente y no pueden regresar a su país, siguen viviendo en el México que dejaron atrás.

Aki Shimazaki nació en Japón, pero lleva viviendo en Canadá desde hace más de 40 años. Me sorprende que la mayoría de sus novelas estén escritas en francés, su segundo idioma (con lo difícil que es escribir en el propio idioma). A diferencia de Ishiguro, que para algunos está demasiado “occidentalizado”, las novelas de Shimazaki hablan de Japón. Basta ver los títulos para darse cuenta de que Shimazaki extraña su tierra. Pero, como aquellos mexicanos que escuchan a “Los Temerarios” con nostalgia, Shimazaki vive en un Japón que ya no existe.

Suzuran es la historia de dos hermanas. La mayor, ambiciosa, hedonista, calculadora. La menor, la protagonista de la historia, sensible, empática, muy unida a su familia. Esta última, Anzu lleva una vida indolente, alejada de las pasiones. Dedica su vida a criar a su hijo, y a su vocación desde niña, la alfarería. Pareciera que el proceso de moldear y cocer la arcilla le permite dar forma sus ideas, a sus sentimientos, a sus frustraciones. Cada pieza lleva un nombre. Su jarrón favorito, Suzuran, será una especie de fetiche, que le servirá a Anzu de anclaje para evitar ser arrastrada por el desbordante pasado con su hermana.

A pesar de haber pasado décadas fuera de Japón, Shimazaki conserva una conexión profunda con su tierra natal, evidente su sensibilidad para captar las sutilezas del comportamiento humano. A través de sus personajes y su narración llena de metáforas, Shimazaki nos presenta temas como la identidad, la familia y el paso del tiempo. Esta habilidad para mantener viva su herencia cultural, mientras se expresa en un idioma adoptado, es testimonio de su maestría literaria. Sin embargo, y retomando mi introducción. Ese país al que Shimazaki hace referencia, es un mundo alterado y embellecido artificialmente por su nostalgia. La forma de vida y las tradiciones de dicho mundo parecen propias de una ensoñación, en el que los personajes parecen movidos por fuerzas externas, llamémosle fatalidad si se quiere, aunque por momentos parecen estar a la deriva. Tengo que aceptar, no obstante, que la mezcla de esa nostalgia idealizada y la realidad cruda es lo que hace que sus obras sean, si no auténticas, tan conmovedoras.

Rant: ¿Por qué las editoriales se empecinan en hacernos tragar las novelas japonesas como algo exótico, evitando traducir ciertas palabras? El ofuro es una bañera, el kamataki es el horno donde se coce la cerámica, yakimono no es otra cosa que cerámica, y la lista sigue. A mi parecer, solo hace que se pierda el foco del texto y acabe siendo otra “novela japonesa”.



sábado, 20 de julio de 2024

Bernardo Atxaga: El hijo del acordeonista

Idioma original: euskera

Título original: Soinujolearen semea

Traducción: Asun Garikano y Bernardo Atxaga

Año de publicación: 2003

Valoración: Recomendable


'La gran novela vasca', es uno de los ditirambos que, como es habitual, lucen en la solapa del libro. Eso de la gran novela quiere tener un aura definitiva, la gran obra que representa a un país, una lengua, que debe ser un texto de extensión generosa, con guiños a la identidad de la cultura en cuestión, y que recorre una parte significativa de su historia a través de unos personajes o de una saga. A todos estos parámetros se ajusta en líneas generales la que creo que es la novela más extensa de Bernardo Atxaga, de manera que, al menos conceptualmente, podría entrar en esa supuesta categoría.

La acción se sitúa en la localización imaginaria clásica del autor, Obaba, una pequeña población, paradigma de la Euskadi rural, que Atxaga fundó en su obra más conocida. Allá por los años sesenta del siglo pasado, el protagonismo lo adquiere un grupo de jóvenes del pueblo, algunos más abiertos a lo urbano, otros incrustados en las tradiciones más rústicas de las pequeñas aldeas montaraces. Esta podría ser, con sus divergencias y conexiones, la primera de varias segmentaciones de aquella primera generación nacida después de la Guerra civil. Porque precisamente otra de las grietas, en principio poco visibles, serán sus antecedentes familiares, en unos casos muertos o represaliados, en otros adictos al bando franquista en distintos grados, simpatizantes, colaboradores o directamente asesinos. Algunos saben y callan, porque la guerra terminó hace mucho, por miedo, espíritu de supervivencia o por simple amistad. Lo que en principio parece ajeno a la vida despreocupada de los jóvenes, va asomando poco a poco, fruto de la casualidad o de la curiosidad, hasta empezar a marcar su propia vida.

Las heridas de la guerra, mal cicatrizadas y ocultas quizá por la voluntad de olvidar para poder seguir adelante, se reproducen sin embargo en estos jóvenes que no la vivieron, y que conviven sin embargo con algunos de sus responsables, ahora bien colocados por el régimen. Los chicos asimilan el pasado, lo entienden a su manera, muchas veces diferente a la de sus mayores, y en poco tiempo se embarcan en una lucha voluntarista, a veces bajo una ideología muy marcada, otras impulsada por la simple necesidad de ‘hacer algo’. Encontrándonos en Euskadi, en un pequeño pueblo donde se conservan bien las esencias, en esa decisiva década de los sesenta, no es difícil adivinar que estamos ante el germen de ETA, una pequeña parte de cuyo desarrollo veremos también.

Atxaga tiene un estilo bien reconocible, sosegado, se podría decir que amable y, si convenimos que la vida no es tan trepidante como a veces nos la quieren presentar, se puede decir que su cadencia se ajusta muy bien a la realidad. Es decir, que acompasa el relato a un ritmo más bien lento que, hay que reconocerlo, puede hacerse algo pesado cuando la narración, como es el caso, tiene un crescendo de fondo bastante evidente. Otra cosa es que voluntariamente haya querido retirar el foco de lo que parecía más importante, el inicio de la violencia política, para reducirlo a consecuencia, inevitable aunque indeseable, del descubrimiento de un pasado que opera también como elemento de maduración. De esta forma, aquellos jóvenes de Obaba, entre los problemas cotidianos de su mundo más o menos idílico, van descubriendo, y el lector con ellos, las sombras de lo que se suponía oculto bajo una trampilla o tras un silencio hosco, y llega así la ruptura con una vida anterior que parece lejana aunque solo hayan pasado unos meses. 

Encontramos también algunos otros aspectos significativos de la prosa del autor de Asteasu, su capacidad para levantar personajes y diferenciarlos con sutileza, la afición por la diversidad de localizaciones, a veces quizá algo forzada (de California a Japón, nada menos) o la necesidad de subrayar el protagonismo de la lengua, la ‘vieja lengua’ que en el relato parece sucumbir más por la diáspora, una globalización avant la lettre, que por la represión o la colonización cultural (Y aquí tengo que reiterar, detalle menor desde luego, que siempre me resulta algo enojoso el empleo de una especie de traducción simultánea, no solo del euskera, que podría haberse resuelto mucho mejor mediante notas al pie, por ejemplo).

Tal vez sea mucho considerarla la gran novela vasca, aunque por argumento, localización y momento histórico, incluso por extensión, pudiera cumplir los supuestos requisitos. Pero es desde luego un libro muy estimable, que puede leerse igualmente como obra narrativa en sí, o como retrato de una época y unas circunstancias, si es que nos interesa esta otra vertiente.

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viernes, 19 de julio de 2024

Edmund White: Una vida anterior

Idioma original: Inglés 
Título original: A previous life
Traducción: Ariel Schettini
Año de publicación: 2022
Valoración: Recomendable

Nos ha salido juguetón Edmund White. Así, en el capítulo I nos sitúa en el año 2050 y nos hace pensar en una distopía (o en una utopía, que siempre nos vamos por el lado malo, caray) que resulta que no es tal; en la página 13 ya aparece el propio Edmund White como personaje de la novela y nos hace pensar en juegos metalitararios y modernidades varias que aparecen, sí, pero no ocupan un lugar primordial en el texto, etc. Pero todo lo anterior no dejan de ser guiños al lector y no ocultan que Una vida anterior es una novela, en el fondo, clásica.

En ella, el tema principal es del amor y el deseo, si bien muchas son las ramificaciones que este admite. Por ejemplo, la (in)seguridad, la autopercepción, el deseo de estabilidad y las ansias de aventura, la belleza, etc. 

Para ello, el autor recurre al doble relato confesional. Por un lado está Ruggero, egocéntrico e inseguro aristócrata de origen siciliano y clavecinista profesional de 70 años; por otro está Constance, mujer de unos 40 años que conforma con Ruggero una "extraña pareja" que rememora su pasado amoroso, en el que ocupa un lugar fundamental Edmund White . Y aquí entra narración pura, cartas, correos electrónicos, etc. 

Esa doble vertiente permite al autor escribir dos "subnovelas" bien diferentes: una con ecos de Bearn o el Gatopardo, con esa aristocracia decadente más pendiente de placeres hedonistas que de crudas realidades, y otra muy muy norteamericana. Personalmente, me quedo con la atmósfera que transmite la narración de Ruggero, si bien la conjunción de ambas funciona.

Pero tanto en una como en otra hay sexo (mucho) y en todas las "variantes" posibles. Y aquí creo que White lo hace muy bien. Es posible que haya escenas o pasajes en los que "se recree", pero por lo general las escenas sexuales no son "gratuitas" dentro de la trama y, sobre todo, resultan plenamente creíbles. Creo que escribir bien sobre sexo (y no digamos practicar buen sexo que nos metemos en un berenjenal del carajo) es algo de lo más complicado y White lo resuelve de forma mas que satisfactoria.

Quizá la parte final de la novela, en la que hay una ruptura con el tono confesional anterior y que se centra el la visión desde fuera de la relación entre Ruggero y Edmund White, resulte la más floja del conjunto. Puedo entender el sentido de la misma, ese ofrecer "el otro lado del espejo", pero no sé si realmente era necesaria. Prefiero quedarme con lo que cuentan los protagonistas en primera persona y hacer yo mis conjeturas sobre lo que pudo o no pasar, lo que puede ser cierto y lo que no.

Pese a este pequeño bajón final, Una vida anterior resulta una novela recomendable, tanto por lo que supone de indagación en loa mecanismos de amor, el sexo y el deseo como por las diversas capas y desvíos que en esa indagación sigue. 

jueves, 18 de julio de 2024

Grady Hendrix: Guía del club de lectura para matar vampiros

Idioma original: inglés

Título original: The Southern Book Club's Guide to Slaying Vampires

Año de publicación: 2020

Traducción: Paz Pruneda

Valoración: recomendable

Al igual que todo escritor español tiene derecho a escribir una novela sobre la Guerra Civil o todo escritor sueco puede escribir una novela negra donde podamos descubrir las costuras del supuesto paraíso del bienestar escandinavo, todo escritor/a del género de terror tiene derecho a escribir una novela de vampiros. Al menos una (y si le sale bien, mejor sólo una); ahí tenemos ejemplos tan notorios y ¿felices? (no sé si es el adjetivo más adecuado) como El misterio de Salem's Lot del Rey, o Déjame entrar del sueco John Ajvide Lindqvist (éste mató dos pájaros de un tiro). Pues bien, una de las estrellas rutilantes de la última hornada del género, el simpático Grady Hendrix, en su aparentemente irónico recorrido por todos los topics y tópicos del terror nos ofreció hace unos años su aportación vampírica, que, de acuerdo con su querencia hacia los títulos más bien larguitos y aparentemente humorísticos, no podía titularse simplemente Sangre en los suburbios, Anochecer sangriento, Vecinos sanguinarios o cualquier otra variante que contuviera alguna palabra con la raíz "sang-"... Eso sí, el término "vampiros" lo puso, no sea que alguien se confundiese y pensara que estaba ante una novela cuqui sobre señoras que se reúnen para tomar el té mientras hablan de literatura romántica.

Algo de eso hay, no obstante, sólo que dichas señoras no se reúnen para hablar de novelas románticas sino de libros de true-crimes y sucesos truculentos en general. Y el elemento vampírico, aviso ya desde ahora, no se ajusta exactamente al canon al que estamos acostumbrados: en vez de un rutilante pero perturbador conde extranjero o los misteriosos nuevos habitantes de un caserón desvencijado, personajes que hubieran sido de inmediato detectados y neutralizados en la asimismo cuqui comunidad de Mount Pleasant, a las afueras de Charleston, Carolina del Sur (de donde procede el propio Hendrix, así que cabe suponer que conocerá bien de lo que habla), encontramos aquí, y perdón por el spoiler, a un atractivo sujeto que se integra perfectamente en ese entorno e incluso se convierte en un pilar de la comunidad, fuente de ingresos de las familias a las que encandila. En este punto podemos encontrar una de las posibles lecturas subyacentes de esta novela, que se puede interpretar como una metáfora de lo que la economía especulativa, el enriquecimiento fácil y rápido o, ¿por qué no llamarlo así?, la avaricia turbocapitalista le ha causado a la clase media norteamericana e incluso mundial... (algo de eso sabemos en la España post-crisis, aunque a algunos ya se les haya olvidado). 

Otra lectura, más evidente, de hecho, es la del empoderamiento femenino: se nos cuentan las aventuras de un grupo de amas de casa (ni pruebas ni dudas de que Hendrix tenía en mente la serie Desperate Housewives cuando escribió esta novela) de las que no se espera otra cosa que mantener en orden sus hogares  y entretenerse leyendo libros --en el caso de Patricia, la protagonista principal, fue enfermera, pero dejó sus carrera para que su marido pudiera prosperar en la suya como psiquiatra-, pero que acaban combatiendo a una fuerza maligna sobrenatural que amenaza a sus familias ya su comunidad y que, en gran medida, representa el epítome del machismo imperante en su sociedad -sin olvidar, claro, que sus maridos también son unas joyitas, a ese respecto-; que la novela la haya escrito un señor no invalida esta interpretación de la misma, sino que, a mi juicio, la fundamenta aún más, si cabe, pues si fuera obra de una escritora de convicciones feministas se le podría atribuir una intención adoctrinadora que, en este caso, no resulta tan evidente, quedando diluida, (si bien presente) además, en una historia de, al fin y al cabo, inequívoca impronta terrorífica.

Y es en este punto donde puede haber más disensión sobre la novela, me parece a mí, al menos entre los aficionados al género de terror, pues si bien esta es una obra, sin duda, perteneciente al mismo y podemos encontrar en ella varios pasajes de una agobiante tensión y considerable repeluzno, es cierto que el autor se detiene mucho más en los aspectos costumbrista y en la relación entre los personajes -sobre todo femeninos- que en el componente vampírico, en este caso, de la historia. Lo cual, por una parte, resulta conveniente para construir una narración sólida y, por otra, el hecho de dejar un tanto en el misterio el elemento sobrenatural de la novela a mí tampoco me disgusta, pero puedo entender que a los fans más conspicuos del terror y, sobre todo, de los vampiros, la novela les deje un poco insatisfechos e insatisfechas (pues quizás las amantes del subgénero vampírico sean más mujeres que hombres, no sé).

No obstante lo anterior, creedme cuando os digo que Guía del club de lectura... resulta una novela de lo más entretenida, suficientemente terrorífica y con un ritmo narrativo adictivo, que hará imposible que nadie deje a la mitad sus más de cuatrocientas páginas. Especialmente adecuada, además, en mi humilde opinión, para ser comentada en los muchos clubes de lectura que, felizmente, proliferan por doquier y que suelen contar con una mayoría femenina entre sus componentes. Os aseguro, chicas, que no volveréis a mirar con los mismos ojos a ese solitario maromo que se deja caer de vez en cuando por vuestro club... ; )


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