Idioma original: italiano
Título original: Emmaus
Año de publicación: 2009
Valoración: Muy recomendable
Mi primer encuentro con Baricco, como el de muchas otras personas, supongo, fue Seda, una novela preciosa, poética y minimalista; luego me leí Océano Mar y Novecento, si no recuerdo mal, y bien, me gustaron, aunque ya sin la sorpresa ni el nivel de perfección de Seda. En Sin sangre me pareció, como a Izas, que Baricco intentaba copiarse a sí mismo, con escaso éxito, y después de eso le perdí algo la pista a Baricco: llegué a comprarme Esta historia, pero no llegué a leérmelo: está en casa en la balda de los libros pendientes. Luego supe que Baricco había reescrito la Iliada y pensé que se le había ido la cabeza. Pero aun así cuando vi este Emaús en la estantería decidí darle una oportunidad. Y no me arrepiento. No me arrepiento para nada.
Da la impresión de que Emaús es una novela más madura, como era de esperar, que las primeras de Baricco. Conserva algo de ese aire de irrealidad abstracta, casi de fábula de sus anteriores novelas (no se nos dice, por ejemplo, dónde ni cuándo sucede la acción, aunque podamos suponer que es en Italia a finales de los 60 o en los 70), pero la trama es más oscura y más profunda, también. Los personajes ya no viven en un mundo de fantasía lleno de excentricidades felices, sino en un universo confuso, complejo y muchas veces agresivo, al que intentan dar un sentido, antes de ser consumidos por él.
La novela se centra en cuatro adolescentes: Luca, Bobby, "El Santo" y el narrador, que viven en un mundo cerrado y armónico cimentado sobre sus creencias religiosas, sus actos de caridad y sus relaciones amistosas y familiares; en este mundo todo lo que es oscuro o peligroso es negado o ignorado, lo que no significa que los cuatro jóvenes sepan que exista un mundo "al otro lado", formado por gentes de otras clases sociales, con otras ideologías, con problemas serios y amenazantes. Ese mundo cerrado, aparentemente ideal aunque carcomido de hipocresía, se verá sacudido por la influencia de Andre, una joven hermosa, independiente y desinhibida que atraerá uno a uno (voluntaria o involuntariamente, es difícil saberlo) a los cuatro chicos, desequilibrando sus vidas, sus creencias, sus seguridades.
Baricco consigue recrear lo que tantas veces se ha contado en "novelas de aprendizaje" semejantes: el paso de la inocencia a la consciencia, paso que viene muchas veces acompañado o provocado por un evento traumático. Será el caso del narrador, de Luca, de Bobby, del Santo. De los cuatro, solo el narrador conseguirá salir adelante del proceso de crisis y construir una nueva vida, más sincera aunque más dolorosa. Todo ello consigue contarlo Baricco a través de la voz de un narrador con personalidad propia, que mantiene un fondo poético al que Baricco no puede renunciar, pero que es al mismo tiempo más entrecortado y elíptico de lo que es habitual en él.
Estamos, creo, ante una obra sólida e inteligente; no atrapará a los lectores como Seda (es desde luego un libro mucho menos "regalable"), pero dejará muy satisfechos a los seguidores de Baricco; incluso a los que lo hubieran dado por perdido, como yo...
También de Baricco: Aquí
4 comentarios:
Pues Santi, tras Seda leí City y ya eché de menos esa sutileza. Pero no pude con Emaús. Ni recuerdo hasta que avanzada página llegué antes de hartarme.
Vaya, pues a mí me ha gustado bastante (como se ve en la reseña, claro). Claro que es mucho menos imaginativo que Océano mar por ejemplo, pero también me parece mucho más adulta. Algo desencantada, incluso. Al principio me sorprendió el estilo entrecortado del texto, que no es el habitual de Baricco, y los personajes me parecieron muy estereotípicos, pero esa sensación se desvaneció con el paso de las páginas...
Para mí Océano Mar es, por lejos, la mejor obra del autor. Tiene una sutileza y capacidad de evocación únicas, es de los mejores libros que he leído últimamente. Este en cambio me pareció flojo y algo más monótono, un libro escrito para cumplir más que por autoconvencimiento
En mi concepto, abundan, en esta novela, los lugares comunes, lo que le resta bastante a una historia que, de otro modo, hubiese tenido bastante potencial.
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