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lunes, 13 de mayo de 2024

Ian Haydn Smith: Breve historia de la fotografía

Idioma original: inglés
Título original: The Short Story of Photography
Traducción: Carolina Bastida Serra
Año de publicación: 2018
Valoración: Está bien

Con cierta frecuencia es recomendable no hacer mucho caso de los títulos de los libros. A todos nos ocurre, o a mí al menos, que es lo primero que despierta la atención, y especialmente cuando no se trata de libros de ficción le concedemos un carácter descriptivo. Quiero decir, se supone que el contenido responde a lo que enuncia el título. Luego ocurre que a veces no es así y, según lo que hayamos ido a buscar, puede venir la decepción. Pero tampoco siempre.

La verdad es que un título que empieza por ‘Breve historia…’ no pinta nada bien, parece algo que podría venderse con el periódico del domingo, un texto de divulgación sin mucho fundamento, para interesados superficiales en algún asunto. Confieso que era un poco mi caso, empujado a conocer algo más de la historia de la fotografía por culpa de aquella buena novela de Miguel Ángel Hernández que hablaba de daguerrotipos y retratos mortuorios. 

Así que de entrada la elección me pareció equivocada, porque basta abrir el libro por la primera página para comprobar que de historia de la fotografía, entendida como descripción de técnicas, materiales e innovaciones expuesto con cierto orden cronológico, pues prácticamente nada. Pero lo que hay puede tener su gracia si cambiamos el foco: menos historia convencional a la manera de los manuales de arte, a cambio de un muestrario bastante interesante de buenas fotos que han dejado huella en la no tan larga trayectoria de esta actividad, manifestación artística o modo de expresión, como queramos verlo.

Aunque de un formato algo modesto, este sería un libro como para habitar en la estantería del salón, junto a volúmenes sobre animales (pongamos perros o caballos, al gusto), algo de pintura clásica, quizá algún deporte plásticamente vistoso (tenis, automovilismo), paisajes espectaculares o libros sobre mitología ricamente ilustrados. Cosas que podemos enseñar a las visitas cuando de pronto surge la conversación y tenemos a mano el material con el que impresionar. También es verdad que en este caso no impresiona mucho, pero sí que ofrece buenos ejemplos de fotos que por alguna razón hicieron historia, supusieron una ruptura con lo anterior o aportaron innovaciones en técnica, temática o perspectiva.

Hay imágenes sorprendentes, desde aquellas que exigían tiempos de exposición casi eternos, hasta esos mismos efectos buscados a propósito muchas décadas más tarde para crear una atmósfera de misterio, perspectivas insospechadas para fotografiar un pimiento o un tenedor (dos de mis preferidas en el libro), enfoques alucinantes de la gran ciudad por la noche o de un almacén de Amazon, retratos de gobernantes tratados con diferentes técnicas, o imágenes oníricas que hicieron las delicias de surrealistas y dadaístas. Todo un muestrario que arranca desde algunos pioneros del siglo XIX hasta cerca de la actualidad, cada foto con unos breves comentarios para ponerla en contexto y destacar un par de pinceladas sobre su autor.

Entiendo que el objetivo es justamente reunir una serie de imágenes interesantes, que eso creo que lo consigue, más que presentar un relato ordenado sobre la evolución de la fotografía, como insinúa el engañoso título. Pero, siempre desde mi posición de profano, quizá me atrevería a deducir que la historia de este arte, o esta técnica, puede que no admita esa exposición parecida a las que acostumbramos a ver en relación con las artes plásticas o la literatura, organizadas en torno a ismos y tendencias que, al menos en líneas generales, marcan una evolución más o menos explicable y coherente. En el caso de la fotografía el aspecto técnico es fundamental, pero a nivel creativo no está tan claro que haya movimientos que se vayan sucediendo en el tiempo, tal vez se trata de iniciativas o descubrimientos puntuales que conviven con otros de forma más bien aleatoria hasta formar un amplísimo panorama que tiene mucho que ver con el talento o la creatividad individuales. 

Es una primera impresión así, muy desde fuera, pero si nos basta con hacernos una idea rápida de lo que se ha hecho en fotografía desde hace casi dos siglos, el libro ofrece una muestra que tiene su interés, algo que puede servir de aperitivo, quizá para inducirnos a explorar un poco más en ese terreno.

domingo, 30 de abril de 2023

Nick Cave: Más extraño que la bondad

Idioma original: inglés

Título original: Stranger than Kindness

Traducción: Mariano Peyrou

Año de publicación: 2022

Valoración: Recomendable para fans, Curioso para el resto


No me contaría del todo entre esos fans para los que pienso que es recomendable el libro. Nick Cave me parece un artista interesante, le he visto en algunos conciertos, cuando era más gótico y salvaje (Cave, no yo), menos crooner, sé que ha escrito algún libro y que es un personaje algo extraño que tuvo su época de problemas con las drogas (eufemismo). No mucho más. 

El libro es ya sorprendente por su presentación, formato grande, tapas duras y más de kilo y medio de peso, que es una característica que no se suele tener en cuenta en un libro pero en este caso sí que es digna de mención. Por no hablar de la cubierta, con la reproducción de una pintura sumamente inquietante con dos Caves, que parecen padre e hijo pero solo por el tamaño y el ademán, porque vienen a tener una edad parecida, además de un aspecto que tiene más bien poco de humano, podrían ser muñecos de cera o replicantes de los modelos más primitivos. Por lo que dicen los créditos finales, parece que el libro está relacionado con cierta exposición celebrada en Copenhague en torno a este músico.

Iba a decir que el libro tiene dos partes, pero no sería correcto, en realidad solo tiene una: una amplia colección de fotos de objetos que tuvieron o tienen algún significado en la creación artística del autor australiano: dibujos y cuadros pintados por él mismo (algunos con su propia sangre) o por amigos o amantes; objetos encontrados o comprados en mercadillos, sobre todo figuras de índole religiosa (vírgenes, cristos); libretas hechas por el propio Cave o encargadas exprofeso para tomar anotaciones para sus canciones; fotografías personales, unas pocas de la infancia o de sus padres, otras de sus parejas o amigos; y sobre todo, un buen número de papeles con letras de canciones, casi siempre, claro está, garabateadas o llenas de tachaduras.

Con todo este material se va haciendo el lector una idea aproximada de la personalidad de este caballero, como supongo que es lo que se pretende. Parece un tipo excesivo en casi todo, con un punto maníaco y tanta necesidad de crear, de asimilar y expresar como de respirar. Sorprenden los diferentes rasgos de su escritura, el esperable caos de las anotaciones y la pulcritud con la que, una vez concluidas, pasaba a máquina las letras de las canciones y las pegaba en la misma libreta junto al borrador. Pero sobre todo llama la atención esa extraña mezcla entre la actitud punk y la religión que recorre todo el muestrario. No es solo la imaginería, vemos páginas de la Biblia subrayadas y frecuentes referencias en sus canciones a Dios o a la muerte, hay como una angustia por querer entender los mensajes, una obsesión por ese mundo de la fe al que él no pertenece pero que le atrae y le perturba. Una aleación que podemos detectar en otros artistas, pero que en este caso no presenta atisbo de broma o de ironía, sino que es como un fuego interior que uno puede apreciar escuchándole interpretar From Her to Eternity o Your funeral, my Trial, por ejemplo. Y es que Cave, cuando canta, es como un predicador, no sé si más furioso que atormentado o al revés.

Pero volviendo al libro, lo que las imágenes inspiran o sugieren lo confirma el escaso pero sobresaliente texto, un muy interesante ensayo firmado por Darcey Steinke titulado Dios está en casa. Sitúa la atracción de Cave por el mundo bíblico en paralelo a la influencia religiosa que recibió Elvis (uno de sus ídolos) en su juventud, incide en la presencia del mal, el perdón o los ángeles en la música y los libros de Cave y, sobre todo, disecciona pasajes de sus canciones y de sus dos extrañas novelas, la relación con los grupos de los que formó parte (fundamentalmente, The Birthday Party y The Bad Seeds, últimamente Grinderman), siempre desde una perspectiva casi filosófica, absolutamente alejada de la simple historieta del músico y sus andanzas. Un texto de mucho nivel en el que podemos encontrar referencias a Chéjov, Barthes, E.T.A. Hoffmann o William Blake, por poner algunos ejemplos. Aunque las imágenes que se nos muestran no nos interesasen en absoluto, este texto merece realmente la pena solo por sí mismo.

A tener también en cuenta (y no saltarse) las notas finales con comentarios a las distintas ilustraciones, que nos ponen un poco en situación sobre el momento o las circunstancias en que aparecieron.

Hay que reconocer que el conjunto es algo bastante extraño, desproporcionado como el propio protagonista del material, quizá poco comprensible para quien no conozca de nada a Nick Cave, pero a poco que nos atraiga el personaje o su entorno, o por mera curiosidad, el libro bien merece al menos un vistazo.

 


martes, 28 de mayo de 2019

Erik Kessels: ¡Qué desastre!

Idioma original: inglés
Título original: Failed it!
Año de publicación: 2016
Valoración: Curioso (Recomendable para fans)


Si es usted contable o cocinero, por ejemplo, más vale que no haga caso de este libro. Si es médico, ya no le digo: le suplico encarecidamente que se olvide del libro y de la reseña. A no ser que tenga usted, señor doctor, una oculta afición por la fotografía creativa o cosa similar que cultiva en sus ratos libres. En ese caso -y solo para eso- sí le puede interesar.

Porque, amigos, lo que hace este librito es poner en valor el error como fuente de creatividad, elevar la metedura de pata a la categoría de genialidad, promover el gazapo para hacer posible el impacto, la imagen que estalla frente al espectador en una voltereta conceptual. Así que ojito con lo que estamos jugando. Como el tal Erik Kessels es artista, fotógrafo, diseñador, creativo, publicista y cosas de esa índole, puede permitirse lanzar proclamas rupturistas sin que nadie se eche a temblar, y las que integran el libro pues la verdad es que son interesantes.

Como digo, la apuesta de Kessels es de alguna manera la huida de la perfección. Si otros buscaron la creatividad en las drogas (la Historia del arte está repleta de ejemplos) o pusieron el acento en la improvisación del gesto o en la suma aleatoria de imágenes, este señor propone rebuscar en el error, hacer del fracaso el trampolín para salir de lo ordinario. El arte de equivocarse, una idea desde luego sugerente que anima a los creadores a no arredrarse ente el fallo, a perseverar en él y buscarle un sentido no previsto: Las grandes ideas surgen cuando se duda de ellas, dice este caballero holandés. 

Lo ilustra con algunos ejemplos interesantes, como el uso de agentes disruptivos (el insecto que se coloca en el objetivo) o la descontextualización de elementos cotidianos. Tenemos también imágenes (porque buena parte del libro son fotografías) en las que el dedazo del fotógrafo borra la cara del novio en la boda (¿premonición?), o deja al bebé en manos de alguien sin rostro, el desenfoque o la mala iluminación convierten al perro en una mancha oscura o hacen nacer brillos temibles en los ojos de los fotografiados. De esta forma, las imágenes pierden su inocencia y se convierten en escenas inquietantes que descolocan al espectador. Si hablamos del álbum familiar igual la cosa no tiene mucha gracia, pero a nivel creativo el efecto puede funcionar muy bien.

No se puede decir que el libro sea un tratado teórico serio, por lo que tampoco se le puede pedir profundidad, coherencia o rigor. De forma que el autor mezcla claramente conceptos algo heterogéneos y, mientras lanza imperativos de publicista (No siga las normas, Mantenga a su público alerta o Alabemos lo ilógico), extiende la defensa del error a otros campos que pueden ser muy próximos, pero no del todo semejantes. Por ejemplo, la serendipia, el arte de captar el hallazgo, la casualidad de objetos que se superponen por puro azar (véase la foto del pavo azul), una de cuyas variedades sería el trampantojo; o el error planificado, como esos fascinantes puzzles que Rogowsky reconstruye en desorden. Aquí hablamos ya de trucos, de recursos de fotógrafo para salirse de la norma y explorar otras formas de expresión, buscando cada cual su camino, el arte, la sorpresa o el impacto comercial. 


Ya digo que no estamos ante un libro al uso, son 165 páginas de las que apenas un tercio son de texto, no es una formulación de ideas elaboradas, sino más bien una pequeña provocación, una forma de hacer ruido para sacudir lo convencional, invitar a los creativos a no acomodarse, a buscar los límites y a utilizar el fracaso como medio para romper moldes. Huir de la perfección académica para transmitir sensaciones que no necesariamente tienen que ver con la belleza. Cosas que se han experimentado en distintas épocas y por procedimientos variados, y que aquí reciben un impulso fresco y entusiasta.

Hay momentos en que las soflamas de Kessels se aproximan a un ejercicio de coaching, animando al creador a no desfallecer, a no rendirse ante la decepción, a defender con vigor la obra si uno está convencido de su potencial (subraya los doce editores que rechazaron la historia de Harry Potter) o, en el peor de los casos, a atesorar las chapuzas como bagaje creativo del que aprender. Cualquier cosa menos quedarse quieto y seguir la corriente, puede ser un mensaje estimulante.

Por mi parte les puedo contar que compré y leí el libro justo después de ver una magnífica exposición de Giorgio Morandi, y de alguna manera me ayudó a entender la seducción de esos bodegones, casi todos parecidos, con jarrones ligeramente torcidos, objetos arracimados y trazo tembloroso. Quizá parte de su poder reside justamente en su imperfección.

P.D: No sé cómo interpretar el hecho de que la cubierta del libro esté en la parte trasera, al estilo manga. Desconozco si, como parece sugerirse, la peculiar encuadernación de los mangas, de detrás hacia delante, es también efecto de un error. Pero eso a lo mejor nos puede aclarar Juan, que es un experto (creo). 

martes, 26 de marzo de 2019

Toni Amengual: Flowers for Franco


Idioma original: Fotografías
Año de publicación: 2019
Valoración: Muy interesante

Los libros de Toni Amengual tienen la virtud de pulverizar la indiferencia. De conseguir que el lector –o mejor, el mirón- se vea interpelado, empujado a posicionarse, a responder a las imágenes que el fotógrafo captura para contarnos algo. Esas cápsulas visuales que contienen un lugar y un tiempo concreto, como son las fotografías de Toni Amengual (Palma, 1980), tienen para mí el mérito de dejarme casi siempre concernido, con frecuencia vapuleado, desasosegado, incómodo. Flowers for Franco es la entrega final de una trilogía en la que el autor fija su mirada, mantiene su narración, sobre la España contemporánea. 

Un proyecto que arrancó en 2014 con Pain, que le valió el premio PhotoEspaña 2015 al mejor libro autoeditado. Pain recogía 120 retratos realizados con la cámara del teléfono móvil entre los años 2010 y 2011 y daba el protagonismo a las personas anónimas y frágiles en las que más evidente y devastador era el efecto de la crisis económica. Pain jugaba con el nombre del país y con los colores de su bandera y era preciso atacar al libro con un objeto punzante o afilado para separar sus páginas y acceder al contenido. En 2015 apareció Devotos, que recoge en cuarenta imágenes y en un formato tipo acordeón (tanto da que da lo mismo) a los parroquianos que acudían a los actos electorales de los dos partidos mayoritarios del bipartidismo hegemónico desde la instauración de la monarquía parlamentaria en 1977 hasta estos últimos años, donde la oferta electoral parece haberse diversificado, al menos en número; para el caso Devotos visualiza que aquellas multitudes de fieles parecían idénticas, que apenas se diferenciaban en su imagen de marca, en algún matiz, en un color corporativo.

Flowers for Franco incluye 47 fotografías tomadas entre 2011 y 2014 en el exterior del Valle de los Caídos, un santuario monumental y público en las cercanías de Madrid donde está sepultado y se ensalza la figura de Francisco Franco, el militar que lideró un golpe de Estado que en 1936 liquidó la República democrática tras una Guerra Civil de tres años y que gobernó el país como dictador durante 35 años más hasta su muerte natural. (Permítanme la contextualización; por este blog también pululan curiosos muy jóvenes y de muchos orígenes geográficos). Flowers for Franco se presenta como un misal, cuya visión y tacto nos hace retroceder unas cuantas décadas en el tiempo, con los bordes de sus páginas imitando un acabado en oro y el diseño de la cubierta recreando aquel estilo gráfico entre humilde y cafre.

Y las imágenes me vuelven a estremecer, a incomodar, a producir desazón, a generar indigestión. Rostros serios, adultos endomingados y parejas de domingueros, unos ofreciendo flores frescas en señal de agradecimiento y reconocimiento, otros curioseando, pasando el día retratándose lúdica, alegremente, en un mausoleo tétrico y grandilocuente, levantado por miles de presos esclavizados y en el que se almacenaron los restos de millares de allegados y cómplices de la dictadura pero también, y contra la voluntad de sus parientes, los de muchas víctimas del dictador. Mantenido con los impuestos de todos. Fondos oscuros, colores planos, sensación de frío, de desolación ambiental y emocional, figuras humanas y arquitectónicas simétricas, composiciones sorprendentes, rosarios y ramos de flores. Definitivamente, Flowers for Franco tiene la capacidad de someternos a lo ineludible de mirar, de mantener alta la mirada hacia aquellas partes de nuestra sociedad y de nuestra realidad cotidiana en las que no quisiéramos jamás reconocernos pero con los que toca convivir y competir. Leyendo libros. Mirando fotografías. O llenando urnas. Por ejemplo.



viernes, 27 de octubre de 2017

Carlos Spottorno & Guillermo Abril: La grieta

Idioma: español

Año de publicación: 2016

Valoración: recomendable 


Según cierto razonamiento occaniano que gusta mucho a los polis de las películas norteamericanas, si algo camina como un pato, vuela como un pato, etc., entonces ya se sabe... Pero no siempre se acierta: este libro, por ejemplo, tiene formato de cómic, está formado por viñetas, como un cómic y publicado por una editorial de cómics... y sin embargo, no es un cómic. En realidad, se trata de un reportaje periodístico o, si se quiere afinar, de un fotorreportaje, puesto que dentro de las viñetas o hay dibujos, sino fotografías -convenientemente "pictorizadas", eso sí-, seleccionadas entre las, al parecer, miles que tomó el fotógrafo Carlos Spottorno cuando, junto con el periodista Guillermo Abril, realizaron una serie de reportajes para el diario El PAÍS sobre las fronteras de la Unión Europea.

Porque en eso consiste la grieta que menciona el título: la resquebrajadura que se abre, de forma más o menos notoria o aún imperceptible, en el bloque en principio sólido y hasta pulido que supone, en un mundo asediado por las guerras, la miseria, la inseguridad cotidiana, la existencia de la UE, un refugio al que tantos fugitivos de aquellos males quieren llegar. Como es lógico, los migrantes, ya lo sean por unas causas u otras, tienen una gran presencia a lo largo de todo el libro-reportaje, y sus autores los encuentran desde el comienzo, en la frontera de Melilla, hasta el final del libro, más allá del Círculo Polar Ártico, en la frontera entre Finlandia y Rusia. Pasando, por supuesto, por un hasta entonces indocumentado rescate de una embarcación abarrotada de personas en el Mediterráneo, cerca de Lampedusa o la crisis de los refugiados sirios en el 2015, en las fronteras de Hungría y Croacia.

Pero el libro no trata sólo de las migraciones e incluso éxodos que llegan a las fronteras europeas: también de los movimientos geoestratégicos y los conflictos bélicos que tienen lugar a sus puertas; en las fronteras entre Lituania y Estonia con Rusia y la de Polonia con Ucrania, se encontraron con maniobras de la OTAN y con asesores militares de países miembros de la misma, como respuesta a la  anexión rusa de Crimea y la guerra en el Donbáss. La idea que viene a dar el libro es la de que tenemos (aunque por aquí abajo nos cae un poco lejos) un vecino poderoso e inquietante, cuyos movimientos -y no sólo en Ucrania, también en la guerra de Siria- suponen la apertura de nuevas grietas en la frontera de la Unión Europea; una visión que quizás no agrade a todo el mundo (pues el señor Putin también tiene sus admiradores), pero que en todo caso conviene tener en cuenta para entender lo que pasa en el mundo. Asimismo, el libro toca sólo de pasada -ya que cronológicamente los reportajes en que se basa son anteriores-, las grietas interiores, y no menos importantes, de la UE, como son el Brexit y el auge de la extrema derecha en prácticamente todos los estados de la Unión.

Lo más interesante del libro, además de ser un testimonio de las últimas crisis humanitarias -y humanas, algo que con frecuencia se nos olvida- que hemos vivido y aún vivimos en Europa, es la reflexión que cabe hacer, a partir de él, sobre el concepto de frontera, sobre su naturaleza y finalidad y sobre si realmente separan más que unen, o viceversa. Hoy en día, en que la demencial idea de convertirlas en muros impenetrables parece estar cada vez más extendida (y no sólo en EEUU, sino a lo largo y ancho del mundo), o simplemente la de hacerlas resurgir donde ya habían desaparecido, tal vez deberíamos pensar un poquito más sobre lo que queremos hacer con ellas y si lo que decidimos (o deciden por nosotros) beneficia o no a todo el mundo. Bueno, por lo menos hemos aprendido que a los contrabandistas de vodka seguro que sí... ; )


jueves, 29 de septiembre de 2016

Ransom Riggs: El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares

Idioma original: inglés
Título original: Miss Peregrine's Home for Peculiar Children
Año de publicación: 2011
Traducción: Gemma Gallart
Valoración: se deja leer

En muy breve va a estrenarse en España la película El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares, dirigida, como no podía ser de otra forma, por el inefable Tim Burton y basada, como también suele suceder, en una novela -a estas alturas ya trilogía-, en este caso escrita por el señor Ransom Riggs y que, a pesar de estar dirigida, en un principio, al público juvenil, ha estado tropecientas semanas en la lista de libros más vendidos del New York Times (enhorabuena, Ransom).

-Ya, pero tan buena no será, si aún no ha sido reseñada en ULAD.

Pues sí pero no, amable lector de impecable lógica; hay que tener en cuenta que, a pesar de tener a pleno rendimiento a nuestra cuadra de esclavos lectores e incluso externalizar parte de la faena a precio de sweat factory filipina, no damos abasto: sencillamente no podemos reseñarlo todo, por lo que se nos escapan a veces libros estimables. No digamos los no tan estimables, como es el caso...

De acuerdo, dejémonos de chorradicas y marchando una sinopsis: Jacob Portman es un adolescente de florida que ha crecido escuchando las historias de su abuelo, un judío huido de Polonia durante la II Guerra Mundial, acerca de su estancia en un hogar para niños situado  en una isla de Gales. Historias repletas de seres fantásticos, monstruos horripilantes y aventuras sin fin...pero inventadas, es de suponer. No obstante, y tras una serie de vicisitudes,al morir su abuelo, el chaval decide viajar a la isla para conocer la verdad sobre las mismas. Allí, al cabo de más vicisitudes -que quizás se alargan un poco en exceso- Jacob encuentra el camino hacia un "bucle temporal" que le lleva al 3 de septiembre de 1940 y al anunciado desde el título Hogar de Miss Peregrine, etc...., que resulta ser una especie de escuela del profesor Xavier para jóvenes mutantes -bueno, "una especie" no: es exactamente eso-, sita en un mundo a medio camino de la tierra de Ooo (donde viven sus aventuras Jake el perro y Finn el humano) y la intemporal Punxsutawney, lugar de celebración del Día de la Marmota.

No seguiré para no chafarle a nadie el argumento antes de que vea la peli lea este libro. Sólo me permito avanzar que Jacob encuentra allí , en efecto, a una serie de amigos de lo más "peculiar", sí  -fenómenos de feria, de toda la vida-, que corren un grave peligro debido a... bueno, ya he contado demasiado. Claro, que tampoco es que importen mucho los spoilers; si bien la novela no está mal, teniendo en cuenta que parece destinada al público pubescente y, por tanto, aún menos maleado que el adulto por los lugares comunes de la ficción, para un lector más experimentado la cosa se queda un tanto escasita, y además muchos de los elementos que aparecen en el libro recuerdan a narraciones ya bien  conocidas, tanto del medio literario como el audiovisual o comiquero. Los supuestos valores que parece transmitir a la chavalería (me moría de ganas por usar este palabro), a saber: tolerancia, autoestima, aceptación de la diversidad, etc... son loables pero se transmiten sin demasiado énfasis (igual eso está bien, de todos modos); el recurso al frikismo y al género de terror no acaban de sorprender, y menos a estas alturas: ya son casi tópicos en la literatura juvenil.

Lo más interesante de la novela -y tampoco es que sea para volverse uno loco- resulta ser la inserción de tanto en cuando  de fotografías de aire viejuno, montajes cutres en algunos acasos, pero con el encanto vintage que se le supone a este tipo de cosas y que ilustran a personajes o situaciones d ela novela. Lo curioso es que parece que el autor escribió ésta a partir de aquéllas o cuando menos, se inspiró en algunas fotografías para pergeñar su historia, indagando después para dar con otras que casasen bien con la narración. por lo visto, incluso  hay también un cierto "movimiento" de fans que se visten como los niños de las fotografías, etc... pero eso ya  no creo que sorprenda a nadie en la época de las convenciones trekkies y los cosplayers.

En conclusión, una novela pasable pero perfectamente prescindible para quien tenga más de, pongamos, catorce años (y también para los que tengan menos, me temo). Quizás, al fin y al cabo, y aunque no sé si debo poner esto en un blog dedicado a los libros,  sea más aconsejable y suficiente con limitarse a ver la película. En la que, además, aparece Eva Green, con lo que al menos en algo saldremos ganando...

domingo, 5 de abril de 2015

Javier Marías: Vidas escritas

Idioma: español
Año de publicación: 1992
Valoración: muy recomendable

No soy demasiado devoto del santoral literario y, aún mucho menos, de la prosa de Javier Marías. No obstante, he de reconocer que este libro suyo en particular me encanta y suelo releer a menudo alguno de sus capítulos. Porque este Vidas escritas está compuesto a base de semblanzas de un buen puñado de escritores, la mayoría célebres representantes del universo de las letras, así como una serie de observaciones hechas a partir de retratos fotográficos, en un apartado llamado "Artistas perfectos". Se trata de artículos que fueron apareciendo, antes de 1992, en las revistas Claves de la Razón Práctica y El Paseante. El libro cuenta además con otro apartado titulado "Mujeres fugitivas", semblanzas de unas cuantas escritoras -algunas no demasiado conocidas, al menos para mí-, que aparecieron en 1993 en la revista Woman.

Estos retratos que hace Marías no tiene mucho que ver con las biografías al uso y menos aún con lo que podemos encontrar en la wikipedia -ay, qué tiempos aquéllos en los que ni siquiera existía internet...-; sí que relata brevemente las circunstancias familiares y natalicias de los retratados y algo de sus carreras literarias, pero, sobre todo, se centra en sus costumbres y manías, algunas anécdotas -ciertas o no- que se cuentan de ellos y ellas y sus enfermedades, así como las circunstancias de su muerte. Son semblanzas amablemente irónicas, en la mayoría de los casos (sólo hay tres retratados por los que el autor, según reconoce en el prólogo, sentía poca simpatía), que nos desvela el lado cotidiano y doméstico, casi banal (aunque es en éstos detalles "banales" en los que a veces reside la clave para entender a las personas) de grandes figuras literarias de las que a menudo no conocemos sino su nombre escrito en la portada de sus libros.

Para quien pueda interesar, la lista de ilustres retratados es la siguiente: Faulkner, Conrad, Isak Dinesen, Joyce, Lampedusa, Henry James, Conan Doyle, Stevenson, Turgueniev, Thomas Mann, Nabokov, Rilke, Lowry, Madame du Deffand, Kipling, Rimbaud, Djuna Barnes, Wilde, Mishima, Laurence Sterne, Lady Stanhope, Vernon Lee, Adah Isaacs Menken, Violet Hunt, Julie de Lespinasse y Emily Brönte.

(Esto, sin tener en cuenta los fotografiados en el capítulo "Artistas perfectos", que van desde Dickens a Poe, pasando por la falsa máscara mortuoria de William Blake).

Mis retratos favoritos, quizás por simpatía, son los dedicados a Malcolm Lowry, Sterne y Lampedusa. Aunque también el que dedica a Yukio Mishima, como ejemplo fehaciente de hasta dónde se puede llegar haciendo el tontaina, a pesar de la brillantez demostrada en el ámbito literario.

Por último, mencionar que Marías volvió a repetir este ejercicio -o parecido- en una recopilación publicada como Miramientos en 1997, en donde retrataba a una serie de autores en lengua española -entre ellos él mismo, me temo- a partir de unas cuantas fotos de cada uno de ellos. El resultado creo que no fue tan brillante, y, en todo caso, menos divertido.


Otros libros de Javier Marías reseñados en Un Libro Al Día: Los enamoramientosMientras ellas duermenLos dominios del loboTodas las almasCorazón tan blanco

lunes, 7 de mayo de 2012

Bastian Sick: Ora feliz

Idioma original: alemán
Título original: Happy Aua
Fecha de publicación: 2011
Valoración: está bien

Bastian Sick es un periodista, escritor y traductor alemán muy conocido gracias a la columna Der Dativ ist dem Genitiv sein Tod (que literalmente se podría traducir como El dativo es para el genitivo su muerte) que escribe desde hace años para el semanario alemán Der Spiegel. En ella se dedica a hablar sobre los errores gramaticales que a menudo cometen los alemanes (el título debería ser Der Dativ ist die Tod des Genitivs, o El dativo es la muerte del genitivo) y, gracias al humor del que hace gala, ha conseguido un gran éxito entre los lectores.

Además de los artículos escritos para Der Spiegel (que han sido recogidos en varios libros), Sick también ha publicado Ora feliz, una compilación fotográfica de "patadas" al lenguaje que podemos encontrar en la vida diaria.

Así, nos presenta en este libro fotografías de señales de tráfico, carteles, anuncios... ¡incluso libros para niños! en los que los errores idiomáticos son tan flagrantes, que no sabemos si reír o llorar. Pero nos reímos, claro. Y mucho.

Está claro que éste no es un libro de gran valor literario, pero sí nos sirve para aligerar la cabeza entre dos lecturas profundas o, simplemente, para pasar el rato. Además, a los que estamos estudiando alemán, nos viene de perlas para utilizarlo de terapia y no frustrarnos más de lo necesario.

miércoles, 18 de agosto de 2010

Lugares literarios

En el grupo de facebook de Un libro al día hemos creado un álbum de fotos llamado "Lugares literarios", en el que proponemos añadir fotografías de sitios de todo el mundo directa o indirectamente relacionados con la literatura (librerías, bibliotecas, monumentos dedicados a escritores o a personajes, casas de escritores, lugares ficcionalizados, teatros, y cualquier otra cosa que tenga que ver con los libros y la escritura).

No solo los autores de este blog podemos añadir imágenes al álbum: está abierto a la colaboración de cualquiera; así que, si tienes perfil en facebook y has visitado algún "lugar literario" estas vacaciones, animaos a compartirlo con nosotros. Puede quedar un álbum curioso...

Estas son algunas de las imágenes subidas al álbum por ahora:

Bouquinistes a orillas del Sena


Les Deux Magots, café literario parisino

Oscar Wilde en un parque de Dublín

Tumba de Anne Brönte

Manuscrito original de 'Una habitación propia' de Virginia Woolf

The Globe, reconstrucción del teatro donde Shakespeare estrenaba sus obras, en Londres

Corral de comedias de Almagro

Estatua de Ovidio en el centro de Constanza (Rumanía)


Estatua de James Joyce en Dublín

Estatua de Camoes en Lisboa