Año de publicación: 1888
Valoración: Está bien (recomendable para interesados)
Criadero de curas es una «historia individual» que pretende referirse a algo más amplio. Es, también, «la inmolación cruenta de un niño a los fanatismos de sus padres» (y, añadiría yo, a los de un Estado confesional).
Narra la breve existencia de Manuel (o Manolito), un joven internado según el designio de sus difuntos progenitores en un seminario. La severidad de la vida religiosa, así como la indiferencia de los curas que se encargan de él, lo impelen a huir. Desgraciadamente, es localizado y castigado.
Como habréis podido intuir, Criadero de curas es rabiosamente anticlerical. Sawa acomete contra los curas sin darles tregua. «¡Bah! ¿Es por ventura que un sacerdote pueda querer sino a la sotana que lleva puesta?», inquiere despectivamente en la página 55. En la 57 se muestra todavía más implacable al afirmar que: «Es que eran malos. El amor a los santos les había absorbido y agotado el amor a la humanidad. Eran malos hasta ser peligrosos.» En las páginas 69 y 70 les acusa sin miramientos de ser «monstruosos» y «bestias carniceras».
Hay muchas similitudes entre Criadero de curas y Noche. Ambas novelas son de Alejandro Sawa, fueron escritas en 1888 y se adscriben al naturalismo. En ambas se arremete con virulencia contra la religión, la fe y, sobre todo, los representantes de éstas en la Tierra. Ambas tienen idénticas virtudes y acusan los mismos defectos.
El argumento de Criadero de curas, al igual que sucedía con el de Noche, está al servicio de las ideas de Sawa. Así pues, las ideas están en primer plano, y todo lo demás en el segundo. Es por eso que la historia es sumamente lineal, los personajes son bastante sencillos y el rol de éstos en el relato es a menudo más anecdótico de lo que sería menester (pienso, por ejemplo, en la nula participación que Federico, el amigo de Manolito, tiene en la trama).
La prosa de ambas novelas es muy parecida. Una prosa rica y expresiva en su forma, aunque a ratos algo reiterativa, grandilocuente y proclive a diluir la acción o el ritmo a causa de varias disertaciones.
En resumen: Criadero de cura es, al igual que lo era Noche, una novela imperfecta. Aun así, resulta sumamente atractiva como ejemplo paradigmático del naturalismo literario (con su cientifismo, su determinismo y su bestialización de ciertos personajes); también cumple en tanto que ficción contundente y reivindicativa, pese a la irregularidad de su ejecución y su mensaje.
También de Alejandro Sawa en ULAD: Aquí
1 comentario:
Absorber es con b.
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