Idioma original: inglés
Título original: Hercule Poirot's Christmas
Año de publicación: 1938
Traducción: J. Mallorquí Figuerola
Valoración: Está bien
¡Alegría, júbilo y cascabeles, amigos y amigas de ULAD, que esta noche es Nochebuena y mañana Navidad! Saca la bota, María, que me voy a emborrachar... Por fin llegaron estas fechas tan señaladas en las que familiares y amigos se reúnen en un ambiente de paz y amor, en las que los buenos sentimientos imperan por doquier, en las que mostramos al mundo lo mejor del ser humano... Bueno, vale, no: reconozcamos que lo más habitual es que te entren ganas de arrear un botellazo al pesao de tu cuñado o clavarle el cuchillo de trinchar el pavo a la pécora de la suegra... Es comprensible, después de todo, con el estrés que se genera en las cenas familiares, entre el tío abuelo fachorro y el primo creepy... (por no hablar de las tradicionales reuniones con los compañeros del cole, las cenas de empresa y demás eventos sacacuartos).
¿A qué viene esta entradilla navideña, aparte de lo que me gusta
soltar gilipolleces compartir mis pensamientos con vosotros/as? Pues a que, hablando de cuñados, esta novela se debe al de la señora
Christie, que por lo visto se quejaba de que los asesinatos de sus libros cada vez eran más sofisticados y lo que ha él le
ponía gustaba era un buen crimen violento con mucha sangre... Dicho y hecho, doña Agatha escribió está novela, de ambiente familiar y navideño, no sé si como una indirecta a su cuñado, de nombre James, para que dejara de tocarle los... crímenes.
En fin, como digo, trama navideña expeditiva y eficaz: en la mansión de las Midlands del anciano multimillonario Simeón (así, con tilde... cosas de las traducciones de antaño) Lee, éste convoca a sus cuatro vástagos y a sus esposas para pasar juntos la Navidad. A la reunión se unen su nieta española, hija de su hija ya fallecida y el joven hijo de un antiguo socio suyo en Sudáfrica. Ahora bien, no llegan a pasar en paz y armonía tan entrañable celebración, porque la tarde anterior (o sea, en Nochebuena. O sea, hoy...) el viejo Lee es brutalmente asesinado. Ahora bien, dentro de tamaña fatalidad se da la buena suerte de que el afamado detective Hércules Poirot se encontraba pasando la velada con el jefe de policía de Middleshire y le acompaña a la escena del crimen para ayudar a atrapar al asesino/a (es decir, la buena suerte no es para éste o ésta, previsiblemente).
(Esperad un momento... ¿un ricacho que siente simpatía por una bella joven de origen hispano y que es asesinado de forma sangrienta en su habitación durante una reunión familiar? ¿El mejor detective del mundo que interviene para desentrañar el caso? ¿Eso no lo he visto yo en alguna parte? Pues sí, hay una exitosa película de hace pocos años, protagonizada por un James Bond y una chica Bond que, mira por donde, parte de la misma premisa que esta novela...aunque, bien es cierto, luego su desarrollo va por otros derroteros... o no, habrá que leerlo para saberlo).
En fin, lógicamente, no voy a revelar quién es el asesino o asesina. Tan sólo diré que esta es una novela bastante entretenida, con muchos de los elementos típicos de las de Agatha Christie: personajes de clase alta con secretos, rencillas familiares, crimen aparentemente irresoluble -es verdad que no muy fino, en este caso- con cuarto cerrado incluido y el más conocido detective belga, el inefable detective Hércules Poirot. soltando aquí y allá sus observaciones, un tanto desconcertantes para la mentalidad británica... cierto es que en esta novela parece un poquito más benévolo, menos impertinente que en otras (también debo reconocer que hace tiempo que no leía una de las suyas). Y, por supuesto, no puede faltar la preceptiva reunión final con todos los sospechosos, deslumbrados por la brillantez deductivoa de Poirot... Como curiosidad, y dado que la historia se desarrolla a fines de los años treinta y una de las parientes del finado proviene de España, hay ciertas referencias a la Guerra Civil que supongo que en su momento sirvieron para darle un toque de actualidad atractivo para sus lectores. En todo caso, doña Agatha le dio bien en los morros una buena lección a su cuñado, que es lo importante. Tomad nota, para estas fiestas y no os dejéis avasallar... Y si el cuñado /a sois vosotros o vosotras, no le toquéis las narices a nadie, coño, que ya es -casi- Navidad...
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