Título original: "Ela, maldita alma" en Ela, maldita alma
Fecha de publicación: 1999
Valoración: recomendable
"Ella, maldita alma" es al mismo tiempo un cuento y el título del libro en el que Manuel Rivas recopila unas cuantas historias con temáticas diversas. Sin embargo, en esta ocasión me voy a centrar en este cuento, sin duda el mejor de todo el libro, tanto por su argumento, como por su estilo o sus juegos hipertextuales.
Manuel Rivas plantea desde las primeras líneas un diálogo entre su pequeña historia y la novela descomunal de Clarín: La Regenta. Al escritor gallego no le preocupa ocultar este guiño narrativo y desde el principio muestra claramente con palabras como "la heroíca ciudad" cuáles son sus intenciones: tomar el argumento central de la novela realista y elaborar una versión moderna, breve, quedándose sólo con lo fundamental y dándole un aire melancólico e intimista.
De este modo, Rivas nos introduce en el monólogo de un cura obrero, profundamente enamorado de una de sus feligresas, con la que mantiene una relación demasiado estrecha. Ante el lector aparecen sus dudas, sus miedos, sus remordimientos. Pero también sus momentos de gozo y pasión, en los que ve claramente que su destino no es la iglesia sino esa mujer, ella, esa maldita alma. Sin embargo, toda alegría está empapada de responsabilidad y puro realismo.
Un cuento breve, rápido de leer, sencillo, interesante y con un trasfondo de morriña que recuerda a la voz siempre profundamente melancólica de Mario Benedetti.
También de Manuel Rivas en ULAD: ¿Qué me quieres, amor?, Las voces bajas
Manuel Rivas plantea desde las primeras líneas un diálogo entre su pequeña historia y la novela descomunal de Clarín: La Regenta. Al escritor gallego no le preocupa ocultar este guiño narrativo y desde el principio muestra claramente con palabras como "la heroíca ciudad" cuáles son sus intenciones: tomar el argumento central de la novela realista y elaborar una versión moderna, breve, quedándose sólo con lo fundamental y dándole un aire melancólico e intimista.
De este modo, Rivas nos introduce en el monólogo de un cura obrero, profundamente enamorado de una de sus feligresas, con la que mantiene una relación demasiado estrecha. Ante el lector aparecen sus dudas, sus miedos, sus remordimientos. Pero también sus momentos de gozo y pasión, en los que ve claramente que su destino no es la iglesia sino esa mujer, ella, esa maldita alma. Sin embargo, toda alegría está empapada de responsabilidad y puro realismo.
Un cuento breve, rápido de leer, sencillo, interesante y con un trasfondo de morriña que recuerda a la voz siempre profundamente melancólica de Mario Benedetti.
También de Manuel Rivas en ULAD: ¿Qué me quieres, amor?, Las voces bajas