miércoles, 8 de junio de 2011

Ana María Matute: La torre vigía

Idioma original: español
Año de publicación: 1971
Valoración: está bien

Ana María Matute es, para mí, un caso excepcional: su persona, o su personaje público (esa abuelita dulce y entrañable de voz quebrada y sabiduría secular) es más conocida y reconocible que su obra, que me atrevería a decir que es casi desconocida para el gran público. Creo que es imposible no adorar a la Matute-personaje: la vemos en entrevistas, en programas de televisión y ahora, durante la reciente entrega del Premio Cervantes, y no solo dice cosas interesantes, sino que las dice con sencillez y humildad, sin darse importancia, como asumiendo que son cosas conocidas por todos y que ella solo lo pone en palabras. En cambio, reconozco que (como la mayor parte de la gente) de ella solo he leído Olvidado Rey Gudú (hace años, y recuerdo que me gustó mucho). Así que hace unos días me compré esta novela para ampliar mis lecturas de la Matute-novelista. Y bueno, no está mal, pero sin duda no debe de ser de las mejores suyas.

La Torre Vigía se sitúa en el mismo mundo, esa Edad Media más épica, mítica o fantástica que propiamente histórica, de Olvidado Rey Gudú (que de hecho, junto con Aranmanoth, forman la "trilogía medieval" de la escritora). Caballeros y escuderos, condes degenerados y condesas lascivas, bárbaros salvajes, violencia y animalidad son los elementos fundamentales de la ambientación. Por momentos, parece mentira que la adorable señora que nos habla en las entrevistas sea capaz de escribir sobre realidades tan brutales.

La historia, por lo demás, es escasa: el proceso de encumbramiento -inesperado y fugaz- del último hijo de un decadente señor feudal de cuarta fila. Hay en toda la narración un ambiente misterioso, casi místico, pero difícilmente se podrá calificar esta obra como "novela fantástica": no se encontrarán en ella elfos, dragones o hadas, ni magia ni ningún otro elemento sobrenatural. Y si embargo, sí parece intuirse que hay fuerzas poderosas (¿los dioses antiguos?) que mueven los destinos de los hombres.

En todo caso, la novela está fuertemente marcada por un aspecto que a mí me deja algo desconcertado: el estilo, arcaizante, recargado y por momentos incluso pedante. Como digo, no he leído más novelas de Ana María Matute (y casi no me acuerdo de Olvidado Rey Gudú) así que no puedo saber si, como sospecho, se trata de una elección premeditada para contribuir al tono medieval de la historia. En todo caso, dado que la novela está narrada por el propio protagonista, produce un efecto extraño y algo inverosímil: ¿cómo es posible que un guerrero brutal y de educación muy limitada emplee un estilo y un vocabulario tan elevado y solemne? Supngo que es mejor no pensarlo demasiado y aceptarlo como es.

En resumen, esta novela no me saca de dudas: sin ser una mala novela, y a pesar de su originalidad en el panorama de la narrativa española contemporánea, muy poco dada a la fantasía, no justifica la fama de su autora, que debe de estar fundamentada en otras obras. En todo caso, la Matute-personaje bien se merece que sigamos dándole oportunidades a la Matute-escritora, así que en cuanto pueda, me leeré otras novelas suyas, a ver. Y lo contaré aquí, claro...


También de Ana María Matute en ULAD: Primera memoria, Olvidado rey GudúLos niños tontosFiesta al Noroeste, Olvidado rey Gudú (contrarreseña)

7 comentarios:

Montuenga dijo...

No me extraña que te asombres. Lo que pasa es que la Matute verdaderanebte excepcional es la de las novelas y los libros de relatos de los años 50 y 60. Ella empezó a escribir con poco más de veinte años y lo hizo ininterrumpidamente, aunque espaciaba más de lo que se hace ahora (creo), hasta que tuvo más o menos cincuenta. Eran historias familiares, en las que exponía conflictos de relación y problemáticas de entonces, bastante poéticos e intimistas. Yo leí mucho de esto y regalé sus cuentos a los niños de mi entorno. Me parecía la mejor prosista española, con diferencia, junto con Rosa Chacel.
Los que escribió después de una pausa de 20 años , reanudando con 70 su carrera literaria, no los conocía. Hace un par de primaveras, pasé en el desierto muchos días con "Olvidado Rey Gudú" y ni siquiera así pude con él, leí unas 200 pgs. de mala gana y en cuanto vi un oasis librero lo abandoné por otro. No me gusta nada esa etapa suya, y eso que lo cogí con ilusión porque pensaba que iba a ser una especie de "El Hobbit" o "El señor de los anillos", que me encantan. Pero no tienen nada que ver·

Anónimo dijo...

Yo leí Olvidado Rey Gudú hace ya unos años y me parece recordar que me gustó. Me estoy terminando La Torre Vigía y es infumable, lo siento. Estoy viendo buenas reseñas en Internet, pero creo que es por la fama de la autora. Si no conocieramos la identidad de la autora, calificaríamos la novela de mala, directamente. Como dices es racargada, y yo diría que muchas palabras están puestas a la fuerza. Parece la novela de una escritora de 15 años. Mira que me fastidia decirlo, pero es que es muy mala ...

Eusantis dijo...

El libro nobes malo en absoluto, lo que pasa es que tú eres un imbécil.

Eusantis dijo...

El libro no es malo en absoluto, lo que pasa es que tú eres un imbécil.

Francesc Bon dijo...

Creo, Eugenio, que puedes demostrar discrepancia con la opinión sobre un libro sin llegar al extremo de insultar a quien opina diferente. No es que me parezca mal que una opinión se defienda con una cierta visceralidad, pero no hay que llegar a ese extremo. Por ejemplo, prueba a justificar tu diferencia con algún argumento.

Unknown dijo...

Acabo de finalizar el libro y venía en busca de interpretaciones. Veo que la tónica es parecida. Solo he leído Olvidado Rey Gudú y Aranmanoth, y no me extraña que los califiquen como una trilogía propia. Más allá de eso... parece tener un gran dominio del lenguaje, que efectivamente puede parecer pedante (a mí no me lo parece, aunque sí bastante recargado; sin embargo, se lo perdono porque no me parece que caiga en la redundancia, sino más bien en el exotismo). La trama está muy poco clara (especialmente el final), y el tono místico al final se acaba haciendo cansino.
Recuerdo haberme quedado con una impresión parecida tras acabar Olvidado Rey Gudú; pero al menos aquel libro era más claro. Tras acabar La torre vigía me decidí a apartarme de Matute por una temporada. Si decís por aquí que las novelas maduras son mejores le daré otra oportunidad en su momento.

Juan Ramón dijo...

No es el qué sino el cómo....