lunes, 20 de junio de 2011

Robertson Davies: A merced de la tempestad


Idioma original: inglés
Título original: Tempest-Tost
Año de publicación: 1951
Valoración: Muy recomendable

Querida S.:

estos últimos meses han llenado Salterton de emociones. Una compañía de teatro amateur ha decidido representar La tempestad, de Shakespeare, en los jardines de St. Agnes, ¿te lo puedes creer? Nadie pensaba que George Webster les dejaría pisotear su querido césped, pero al final lo consiguieron. Teniendo en cuenta que su hija mayor (Griselda, seguro que la recuerdas, todos los chicos de la escuela la perseguían como locos) va a actuar en ella... imagina. Creo que incluso a su hija pequeña (la sabelotodo Freddy) le han dado un papel.

No voy a juzgar si los merecen o no, porque, por lo que ha llegado a mis oídos, elegir a los actores ha sido complicado. Claro, todos querían lucirse y hacerse con los personajes protagonistas, y luego pasa lo que pasa. Tenías que ver a Hector, el tesorero de la compañía, haciendo el papel de Gonzalo. Madre mía, pobre hombre, qué despropósito de actuación. Aunque las actrices, en general, estaban muy bien. Demasiado descocadas para mi gusto, pero bien.

Después de todo el tiempo que estuvieron ensayando y de los disgustos que le dieron al pobre Tom... Tom es el jardinero de los Webster, un hombre amable pero muy maniático con su cobertizo, donde guarda las herramientas. Imagina dónde decidió la compañía que iba a trabajar con el decorado... en el cobertizo, claro. No he visto a un hombre sufrir tanto en la vida.

Pero es que una obra de teatro no es un camino de rosas, no, señor. Después de ver todos los problemas que han tenido para representar esta obra en Salterton (y eso que la directora venía de Nueva York, ¡de Nueva York!, donde es una reputada dramaturga), no me llama nada la atención ese mundillo. Demasiado trabajo y demasiados líos para una obra de teatro donde, encima, nada sale como debería.

Claro que también dicen por ahí que, cuando acababan los ensayos, aquello parecía Sodoma y Gomorra. Rara era la noche que no terminaran bebiendo. ¡Y el baile! ¡Tenías que haber visto a la compañía en el baile! Si empiezo a contar, no paro, así que mejor te lo cuento en otra ocasión.

Tuya,

L.

También de Robertson Davies en ULAD: Trilogía de Deptford

4 comentarios:

Santi dijo...

Mmmmh, esta editorial está publicando cosas interesantes últimamente, ¿eh?

Iñaki dijo...

Os recomiendo El Quinto en Discordia, de la Trilogía de Depford de este mismo autor. Le debemos un gran favor a Libros del Asteroide.

Azul Sanchez dijo...

hola,
esta genial el Blog...me lo apunto!
Abrazo!

lecturayescritura dijo...

Como siempre que leo los artículos del blog saco partido. Enhorabuena, el sitio web se ha convertido para mí en una referencia. Podré estar o no de acuerdo con algunos planteamientos pero siempre es enriquecedor leer los artículos colgados. Felicidades nuevamente, seguid así y animo a la gente a que participe con sus comentarios en este tipo de sitios educativos porque la verdad es que son de un valor enorme en esta época de internet.
Ánimo y suerte con las publicaciones, os seguiré