viernes, 30 de septiembre de 2022

Gabrielle Wittkop. El necrófilo

Idioma: francés

Título: Le nécrophile

Año de publicación: 1972

Traducción: Lydia Vázquez Jiménez

Valoración: repugnante (a ser posible, pronúnciese a la manera gallega: "repunante")

Hay en el mundo literario francés toda una tradición, ejercida con mayor o menor fortuna y por voluntariosos enfants terribles (o no tan enfants), de épater les bourgeoises (en los últimos años, más bien, épater les progressistes). Algo menos evidente, pero quizás más interesante sea toda una corriente, o quizás tan sólo un hilo, a través del tiempo, de escritoras francesas que han escandalizado a la sociedad bienpensante con sus narraciones o incluso autoficciones en la que el tema sexual no sólo resulta explícito, sino que se lleva a extremos que pocos de su colegas varones han tocado. A bote pronto, se me ocurren los nombres de Anaïs Nin, Marguerite Duras, Catherine Millet, Marie Darrieusecq, Anne Serre, Virginie Despentes... (tal vez debería empezar por Colette, pero a estas alturas resulta de lo más pudorosa) y seguro que hay muchas más.  A pesar de que alguna de éstas ha escrito libros de agárrate que vienen curvas, ninguna ha llegado, creo, a traspasar la frontera de  uno de los comportamientos más execrados por la sociedad, bien pensante o no, como Gabrielle Wittkop en esta novela, que, sin más artificio, cuenta la historia de un necrófilo; es decir, alguien que se pone verraco se excita sexualmente con los cadáveres.  

En este caso, se trata de un anticuario parisino llamado Lucien, que se dedica a profanar tumbas recientes en diversos cementerios de la ciudad para llevarse los cuerpos a su apartamento -suena harto complicado, lo sé- y allí hacer guarrerías disponer de ellos a su antojo y satisfacción... Un asco, sí, y más aún cuanto que madame Wittkop no nos ahorra detalles sobre las maniobras que ejecuta el susodicho Lucien ni sobre la evolución natural de los cuerpos en descomposición, que como todo el mundo sabe, no permanecen precisamente inalterados a temperatura ambiente... (y no sigo, porque me están dando arcadas al acordarme). Todo ello envuelto en el delirio en el que vive este hombre, aparentemente un tipo tranquilo y educado, pero en su interior como las maracas de Machín. A través de su diario, que es la forma en que está conformada la novela, nos enteramos de sus cuitas para conseguir "amantes", aquéllas y aquéllos que le han dejado un recuerdo más imperecedero, de dónde le viene tan morbosa querencia por la carne muerta... en fin, toda una serie de pormenores de los que casi mejor hubiera sido no saber nada, por más que se trate de una ficción. Ojo, que tampoco digo que éste sea un mal libro, ni mucho menos; de hecho, cuenta con páginas bellísimamente escritas, con ese estilo suntuoso y alambicado, pero fascinante y que no pierde el nervio narrativo, que tan bien les sale a los literatos/as franceses (a algunos/as, por lo menos). Atendiendo a este aspecto (y como pasa, por ejemplo, con ¡Ponte, mesita!, de Serre), la novelita sería, sin duda, recomendable... si obviáramos todo lo demás. Porque, así como otras reseñas que califican a su libro reseñado como "repugnante" parecen utilizar este calificativo en el sentido de "muy malo", "inadecuado" o incluso "inmoral", yo lo he usado aquí de acuerdo con su más estricto significado: "repugnante" quiere decir que da mucho repelús, carallo...

¿Qué le pudo inducir a una señora en apariencia tan reflexiva, culta y distinguida como era Gabrielle Wittkop (recomiendo a todo el mundo que vea la entrevista que concedió en un programa de Bernard Pivot y que se puede enlazar desde la página web de la editorial Cabaret Voltaire) a escribir una novela tan escabrosa como ésta, descartada, creo yo, la motivación de épater, etc.? Puede que, como declara ella en esa entrevista, la idea de que las mujeres no han de ponerse límites, tampoco en literatura. O su ansia y voluntad de libertad en todos los ámbitos, como se puede deducir a tenor de la muy interesante biografía de esta escritora (por lo demás, discípula declarada del marqués de Sade, según ella)... pero yo tengo la sospecha que quizá esta idea de ir más allá de cualquier límite permisible o al menos permitido (se entiende que en la ficción) venga del acicate que supuso, en su momento, el éxito de la Lolita de Nabokov y que pudo hacerle pensar: "Si tú te has atrevido a contar una historia desde el punto de vista de un pederasta, yo voy a ir más allá, viejo ruso de los co..." Dicho de otro modo. un "sujétame el cubata" en toda regla. O quizás simplemente lo hizo porque pudo y porque quiso, como otro marqués, el del Viso, qué sé yo. En todo caso, advierto a quien se plantee leer esta corta (afortunadamente) novela: por utilizar el argot taurino, aténse los machos y que Dios reparta suerte... La van a necesitar.

Nota final: por un momento pensé en programar esta reseña el día 31 de octubre o el 1 de noviembre, pero, visto lo visto, hubiese resultado de pésimo gusto hasta para mí...

jueves, 29 de septiembre de 2022

Luis Salvago: Los lugares verdes

Idioma original: Español
Año de publicación: 2022
Valoración: Está bien

Nos trasladamos en esta ocasión a Afganistán de la mano de Luis Salvago, suboficial del Ejército del Aire y escritor (ahí es nada), y de esta Los lugares verdes en la que asistimos a una historia envuelta en los velos de lo local pero absolutamente universal. Los velos de lo local hacen referencia al paisaje geográfico, social y cultural, protagonistas todos ellos de la novela, y lo universal se observa en unos personajes marcados por la culpa, el miedo, el dolor, la venganza, las presencias impalpables, etc.

La vida es eso: afectos que aparecen, que desaparecen, y entre unos y otros, en ese tortuoso camino, mediamos nosotros, iguales o diferentes, calculando el valor de lo que amamos, esforzándonos en olvidar todo aquello que una vez fue referencia y luego fue obstáculo

Tres son los vértices del triángulo en lo que a personajes se refiere (Ismail, Najimulah y Saira) y dos son los opuestos que los dos últimos encarnan (los equívocos y lo prohibido frente a las certezas y lo preestablecido) en un texto que no deja de ser una novela de formación, más allá de su apariencia hasta cierto punto folletinesca como si de un Brokeback Mountain afgano se tratara.

Porque Los lugares verdes es la historia de un amor prohibido (buscad en internet "bacha posh" y alucinad) en un contexto como el Kabul postalibán (o pretalibán, también), pero es también la historia de una toma de conciencia.

Entre los aspectos más destacados del texto cabe mencionar:
  • Lo personajes de Ismail y Najimulah, los más completos y complejos, los más trabajados en mi opinión.
  • La conjunción entre naturaleza, paisaje urbano y personajes.
  • El tratamiento otorgado a las diferentes violencias que atraviesan el texto
  • El tono lánguido y el ritmo de la novela en una primera mitad en la que la acción y el lirismo funcionan adecuadamente
 En el lado menos positivo habría que citar:
  • Ciertas reiteraciones en la segunda mitad del texto que rompen ese ritmo inicial
  • La impresión de que muchos personajes hablan de forma muy parecida
  • Un exceso de afectación en determinadas escenas 
  • El final de algunas de las tramas secundarias, demasiado "sencillo" 
En resumen, novela algo irregular que supone el acercamiento a una realidad muy muy particular que no deja de esconder sentimientos completamente reconocibles para todos. 

miércoles, 28 de septiembre de 2022

Paco Villar: El asesino anda suelto

Idioma original: Español
Año de publicación: 2021
Valoración: Recomendable para interesados

El "true crime" en general me gusta, pero encuentro particularmente fascinantes los casos sin resolver. Diez de éstos compila El asesino anda suelto, de Paco Villar. Todos sucedieron en la Barcelona franquista. Todos nos permiten seguir, paso a paso, las pesquisas de la Policía y el juez de instrucción. Algunos incorporan, incluso, imágenes del sumario. 

Se refleja el periodo histórico que sirve de telón de fondo a dichos casos en, por ejemplo, la nomenclatura de lugares desaparecidos, el uso de expresiones castizas extintas, el recelo a la hora de hablar de política o la afirmación casual por parte de las autoridades de que el catalán es un «dialecto».

La única pega que le pondría al libro de Villar es que tiene cierta tendencia a reiterar información que ya había dado al lector. Detalle minúsculo, en todo caso, que no impide que los amantes de la temática aquí expuesta disfrutemos de lo lindo con esta amena a la par que asequible lectura.

martes, 27 de septiembre de 2022

Victor Hugo: El noventa y tres

Idioma original: francés

Título original: Quatrevingt-Treize

Traducción: Luis Hernández Alfonso

Año de publicación: 1874

Valoración: Recomendable


Victor Hugo es sin lugar a dudas uno de esos grandes nombre de la literatura a los que no hemos prestado demasiada atención en el blog (solo un par de entradas, indicadas abajo), quizá porque algunas de sus obras más significativas son de cierto volumen, porque tampoco damos mucha bola al teatro (ahí habría cosas interesantes que pescar) o, simplemente, porque no somos franceses, porque este señor está decididamente en el Olimpo de las letras de nuestro país vecino. A falta de que Marc se decida un año de estos a traernos por fin Los miserables, de momento nos conformamos con El noventa y tres, su última novela, escrita a una edad ya avanzada.

El escenario se sitúa, como indica el título, en el convulso año de 1793, poco después del paso del rey Luis XVI por la guillotina, ya saben, bajo el gobierno de la Convención, que pronto daría paso al periodo conocido como el Terror. En una situación plenamente revolucionaria, con los ánimos muy exaltados y conscientes de estar protagonizando un momento histórico, el dominio recae, como suele ocurrir, en los segmentos más radicales. Al mismo tiempo, apoyados por las potencias europeas, los monárquicos pugnan por restablecer el antiguo régimen y se producen episodios encarnizados y muy salvajes.

Hugo presenta muy pronto a los cuatro personajes fundamentales: el marqués de Lantenac, erigido en caudillo de los realistas, un tipo entrado en años con tan pocos escrúpulos como su oponente, el exclérigo Cimourdain, comisario político republicano con la fe del converso. El joven Gauvain es el tercer elemento del choque militar que se avecina, como jefe del Ejército revolucionario en la región noroccidental. Y finalmente, aunque no menos importante, una mujer anónima que intenta proteger a sus hijos en la espesura del bosque. Todos ellos se reunirán en las sangrientas situaciones que se desarrollarán en la revuelta realista de la Vendée, el intento más serio para derribar la recién nacida República. 

Ya encontramos cosas interesantes. La azarosa llegada de Lantenac a las costas francesas, con el apoyo inglés, es una excelente secuencia de aventura marítima espléndidamente narrada, con su punto de misterio. Y las primeras páginas del libro se dedican a la madre y los niños, un breve y potente flash inicial que de inmediato se abandona, provocando un efecto muy cinematográfico. El recurso, bastante original para el siglo XIX, no es el único francamente moderno que maneja el autor. En varias ocasiones juega también con los tiempos, moviendo la acción hacia delante y hacia atrás, de forma sutil pero bien perceptible, dejando claro que el orden narrativo se antepone si es necesario al cronológico.

Tiene su punto de audacia Hugo, aunque en otros momentos también se pasa claramente de frenada. Una vez presentados los personajes, parece que quiere dibujar de forma precisa el ambiente efervescente de Paris, quizá para enfocar mejor al ciudadano Cimourdain, o para hacer patente el aire de conspiración, sin sustraerse a la tentación de hacer aparecer a Robespierre y sus compinches. Bien está, pero pasan páginas y más páginas y la novela que habíamos empezado de forma tan apetecible se transforma en una especie de ensayo, una crónica histórica del periodo de la Convención que desciende a los mínimos detalles, una digresión a la que no vemos final. Y, sobre todo, cargada con el tic de enumeraciones casi eternas de personajes que ni conocemos ni nos interesan, un auténtico castigo al lector (quien tiene la muy sana opción de saltarse de vez en cuando dos o tres páginas, que nada se perderá). A los setenta años don Victor ha vivido mucho, se ha bandeado en política sin descanso y ha escrito muchos libros. Yo creo que ya le da igual lo que piense o haga el lector, le apetece escribir sobre la Convención, y lo hace hasta que se cansa. También hay que decirlo, con un entusiasmo no disimulado aunque sí matizado en parte por el relato que sigue a continuación.

Porque efectivamente (y afortunadamente) las historias iniciales se recuperan y confluyen en duros episodios bélicos donde vuelve a brillar el talento del narrador. Con los cuatro personajes hábilmente reunidos, irrumpe también la imagen más imponente de la época, la máquina, la guillotina que recorre los campos buscando a los enemigos de la Revolución. Porque al final, lo que plantea Hugo es nada menos que la dialéctica del proceso revolucionario a nivel humano: los ideales, el valor, la piedad, la integridad, los medios y los fines, los límites que cabe establecer para lograr los objetivos, o los que se pueden o deben transgredir. Las dudas, y el peso de la conciencia que con el tiempo obligaron al propio autor a afinar su postura están presentes en estas páginas, expresadas con la crudeza de las situaciones y sin llegar a conclusiones demasiado claras: ¿qué es lícito hacer para alcanzar un objetivo loable? ¿hasta dónde fue justificada la crueldad del Terror revolucionario, o hasta dónde fue admirable el apego a los ideales de sus oponentes?

Preguntas seguramente eternas y universales que dejan clara la dificultad de establecer normas y que la novela deja planteadas en su versión más extrema para que el lector busque las respuestas, o simplemente tome conciencia de la imposibilidad de responder. Y todo ello con un relato muy bien construido, con sus baches y sus excesos, pero sin dejar de resultar gratificante como texto de ficción.

lunes, 26 de septiembre de 2022

Jon Krakauer: Donde los hombres alcanzan toda gloria

Idioma original: inglés
Título original: Where Men Win Glory
Año de publicación: 2010
Traducción: Enrique Maldonado
Valoración: muy recomendable

Leer a Krakauer siempre es satisfactorio. De esos escritores (o periodistas) que, por la mera descripción de los hechos y de sus circunstancias, activa mecanismos en el lector que llevan a analizar no solamente lo descrito, sino sus causas y consecuencias. Incluso a elevar ese análisis y extrapolarlo a niveles más elevados. Cuando en este brillante (aunque quizás algo excesivo en su extensión) Donde los hombres alcanzan toda gloria se describen los hechos, prácticamente descritos en la sinopsis y desde luego al mero alcance de cualquiera que teclee "Pat Tillman" en Google, no estamos pendientes de desentrañar misterio alguno ni intrigados por el fin de una historia. Estamos verificando una realidad.

Ésta consiste en la historia de Patrick Tillman, jugador de fútbol americano de emergente carrera que, en vez de abrazar la gloria y el boato de una vida millonaria como deportista de éxito, se siente llamado, después de los hechos del 11-S y con el inicio de las acciones bélicas de Estados Unidos en Afganistán, a ayudar a su país, se alista junto a su hermano y, tras el potestativo periodo de formación, acude a la primera línea de combate. Y en una misión casi rutinaria, el típico acto de guerra que no debería complicarse, Tillman fallece tiroteado. Y como los conflictos bélicos, especialmente cuando uno de los bandos el estadounidenses, la cuestión de cómo se presentan los hechos y cómo puede afectar a la parafernalia propagandística, a la moral de la tropa, a la percepción del conflicto (sobre todo cuando éste no se libra en el interior de sus fronteras) acaba siendo capital. Estados Unidos ha de vender la necesidad de sus intervenciones al resto del planeta, pero ha de contar con un mínimo apoyo interior. Así que la muerte de Tillman se rentabiliza a base de rodearla de todo el atrezzo acorde a sus fines: un ciudadano modelo que huye de la riqueza y la opulencia y perece en medio de un episodio heroico en el que ha sacrificado su vida para salvar las de sus compañeros - normalmente gente más anónima. Pero resulta que esa realidad tan cinematográfica no es cierta: Tillmam ha perecido por un desgraciado episodio de fuego amigo. Vaya. No dejes que la realidad estropee una buena historia. Hay que silenciar eso, hay que ocultar los informes, las declaraciones de los compañeros, no hay que dejar que la información dé al traste con una imagen tan brillante. Condecoraciones incluidas y declaraciones oportunas de los mandos, de los políticos, de los medios de comunicación.

Krakauer establece dos líneas en su narración: la vida de Tillman, lejos de ser un fanático descerebrado o un deportista de pocas luces, un ser inquieto y crítico con la realidad. No exactamente un disidente. Su carrera deportiva, llena de lucha y contratiempos. Por otro lado, la evolución post 11-S de la sociedad americana y sus cambios de rumbo en el mundo post caída del muro. Los efectos colaterales de apoyar con dinero y armamento a quienes pasan de ser tus aliados (porque había que ir contra la URSS) a convertirse en tus enemigos (porque hay que combatir a Al Qaeda). Una partida de ajedrez que pasa de tener dos bandos a, por lo menos, tener tres. Este no es un libro politizado sino un muy notable estudio de los terribles hechos (que se empeñan en ser actuales) que manifiestan que los mandatarios piensan, en su gran mayoría, en sus súbditos en términos espeluznantes. Carne de cañón, eslabones en la cadena de mando, recursos humanos que deben ser explotables incluso cuando son cadáveres. Tampoco es una proclama pacifista, o ese no es su objetivo principal. Más que ello es una denuncia de cómo los hechos se manipulan para amortizarlos a gusto de cada cual. Ni siquiera las voluntades de Tillman en lo concerniente a su funeral son respetados. Las alternativas deseadas por el aparato propagandística se ajustan mejor a sus fines.

Puede que algunos párrafos (especialmente los esencialmente descriptivos de su ascenso en el deporte, algo decantados en los aspectos técnicos) puedan ser prescindibles, puede que al lector toda la letanía de hechos bélicos pueda atosigarlo. pero Krakauer escribe con urgencia, dinamismo y naturalidad. Así que muy recomendable.

domingo, 25 de septiembre de 2022

Susanna Kaysen: Inocencia interrumpida

Idioma original: Inglés
Título original: Girl, interrupted
Año de publicación: 1993
Traducción: Sandra Caula
Valoración: Muy recomendable

Y es fácil desplazarse a un mundo paralelo. Hay muchos: mundos de locos, de criminales, de lisiados, de moribundos, quizá hasta de muertos. Estos mundos existen a los lados de este y se le parecen, pero no están adentro.

El resumen resumido de Inocencia interrumpida diría que se trata de las memorias de Susanna Kaysen, quien con solo 18 año fue diagnosticada de trastorno límite de la personalidad e ingresada durante casi 2 años en el "Hospital" McLean. Pero quedarnos aquí sería demasiado reduccionista, porque aunque es evidente que Inocencia interrumpida se trata de un texto autobiográfico, hay en el una potente voluntad de estilo y una proyección de la experiencia personal hacia aspectos sociológicos, clínicos y políticos nada desdeñable.

Jugando permanentemente con esa idea de mundos paralelos (dentro/fuera, yo/ellos, personal/enfermos, cuerdos/enfermos, refugio/prisión, etc) de la que habla la cita inicial y que tanto me recuerda a una de las escenas finales de El túnel, Kaysen construye desde diversos ángulos un lúcido relato que oscila entre el humor y la amargura, entre la risa y el llanto.

Así, a lo largo del texto encontramos la propia historia personal de Kaysen (pre y pos-encierro), sus recuerdos de la estancia en el hospital, las historias de algunas de las chicas que la acompañaron, reflexiones a posteriori, etc. Textos que en ocasiones pueden ser leídos como breves relatos independientes y autoconclusivos y que hablan de las ansias de libertad, de la dignidad menoscabada o del estigma que las persigue, que ponen en tela de juicio categorías aparentemente predefinidas, etc.

Tres son los principales aspectos a destacar de Inocencia interrumpida:

  • Tono: A diferencia de la famosa película protagonizada por Winona Ryder y Angelina Jolie, el libro está dominado por el humor (negro, si se quiere) y la ironía. Obviamente que hay escenas terribles, pero el tono general del libro esta muy alejado del lado melodramático que tiene la película
  • Enfoque: Literatura autobiográfica, sí, pero que no es ajena a lo que ocurre a su alrededor. Poco ombliguismo encontraremos en un libro en el que tanto compañeras como entorno sociocultural tiene un papel fundamental. 
  • Distancia, tanto a la hora de analizar situaciones, contextos y diagnósticos como a la hora presentar a compañeras de encierro, personal sanitario y demás. Todo es mucho más complejo de lo que puede parecer y esto se refleja muy bien en el texto.   

Por tanto, hayáis visto o no la película, este Inocencia interrumpida es un libro más que recomendable. Literatura de la buena, oigan.

P.S.: Hace uno días aparecía en uno de los suplementos culturales más importantes de este país un artículo sobre editoriales recién aterrizadas en España y con fuertes lazos con América Latina. Sumad otra: Big Sur, que abre su catálogo con este magnífico libro.

sábado, 24 de septiembre de 2022

Rocio Bonilla: 7x1, reseña global

Idioma original: catalán
Valoración: muy recomendable


Saliendo de mi zona de confort temática habitual en cuanto a reseñas, hoy traigo al blog una de las ilustradoras infantiles que, en mi opinión, saben llegar a un público más amplio de lectores o, al menos, tiene un gran seguimiento por estos lares.

Con una trayectoria profesional que parte de la licenciatura en bellas artes (qué bonito nombre para una licenciatura, cabe decir) y pasando por el mundo de la publicidad, el acercamiento a la mirada infantil empezó con la decoración. A partir de ahí, irrumpe en el mundo editorial como ilustradora en 2014 con su primer libro. Después de ello, su capacidad prolífica la lleva a publicar más de veinte libros y trabajos relacionados, entre los que destaco algunos de ellos.

El estilo de Rocío Bonilla destaca por el uso de una paleta cromática de tonos suaves, con predominancia casi absoluta de colores pastel y un trazo habitualmente redondeado que aporta calidez y confort a la mirada. Estos detalles técnicos son plenamente acordes al texto y a los mensajes que, a través de sus libros, transmite la autora catalana. Porque en todos sus libros el mensaje encaja con unos valores que tratan sobre la importancia de la comunidad y el valor de la diversidad en «Gracias. Historia de un vecindario», la valentía, el respeto hacia los demás, las relaciones con los demás y la autoafirmación en «La pandilla de los 11», la belleza existente en las relaciones fraternales a pesar de sus puntuales rivalidades en «¡Hermanos!» o la asociación entre emociones y colores y el amor maternal en «¿De qué color es un beso?» al que añade un componente de la inigualable (y que debería permanecer siempre en nosotros) curiosidad infantil.


De esta manera, partiendo siempre de la mirada infantil, la autora expande y afianza esa curiosidad transmitiendo la importancia de la imaginación para alegrar y animar nuestras vidas en «¿Te aburres, Minimoni?» o las dudas existentes e inevitables ante la llegada de un nuevo hermano/a que la autora narra en «¿Qué es esta barriga?».


Así, los mensajes que transmite la autora se envuelven de calidez y solidaridad, de valores y principios que deberían convertirse en pilares éticos para lograr una sociedad más cohesionada y amable. Estos aspectos se pueden entrever de manera más o menos evidente en cada uno de sus libros, pero también destacan otros aspectos, de manera más puntual, relacionados con inquietudes pero también con ilusiones o fantasías. 

Los personajes que protagonizan los libros de Bonilla acostumbran a ser niños/as o animales, y la mirada que transmiten está acogida por la inocencia y bondad y un anhelo de ver la cara amable que (sin duda) hay en nuestras vidas pero que no siempre es evidente ni visible. Es por ello por lo que considero que sus obras son de lectura más que recomendable, por lo que transmiten pero también por la calidad de las ilustraciones y dibujos. 

Y, por razones evidentes, la foto que merecía encabezar la reseña corresponde a «La montaña de libros más alta del mundo», un libro arrebatadoramente precioso que transmite la pasión por la literatura y que nos recuerda que, gracias a los libros, podemos crear tantos mundos como queramos y volar hasta ellos, lejos, muy lejos... tan lejos hasta donde nos permita nuestra creatividad y nuestra curiosidad vital.

Otros libros de Rocio Bonilla en ULAD: aquí

viernes, 23 de septiembre de 2022

Reseña + Entrevista: Feminismo e islam. Una ecuación imposible, de Waleed Saleh

Idioma original: Castellano
Año de publicación: 2022
Valoración: Recomendable para interesados (aunque algo obvio)

Feminismo e islam. Una ecuación imposible es un ensayo de Waleed Saleh. Demuestra, recurriendo a las enseñanzas del Corán y la Sunna, cómo el islam considera que la mujer es inferior al hombre. También detalla cómo la cultura islámica, valiéndose de su religión, discrimina, infantiliza, veja y maltrata a las mujeres. 

El libro consta de seis capítulos. Los dos primeros barajan información que ya conocía, mientras que los cuatro restantes ofrecen datos y reflexiones que, en su extensa mayoría, ignoraba. 

Me ha gustado el estilo de Saleh. A veces tiene cierta tendencia a la reiteración, y en ocasiones empaña su argumentación con alguna que otra salida de tono, pero el conjunto está correctamente estructurado, profusamente ilustrado con ejemplos y goza de un saludable sentido del humor.       

Por todo lo dicho, recomiendo Feminismo e islam. Una ecuación imposible. Incluso para las personas que, en líneas generales, ya sabían lo aquí expuesto, me parece que el libro de Saleh supone una aportación valiosa. A fin de cuentas, resume magistralmente todas las injusticias que el islam depara a las mujeres, amén de las múltiples contradicciones e incongruencias que su lógica interna cobija.   


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A continuación adjuntamos un pequeño cuestionario que Waleed Saleh ha respondido con suma amabilidad:

ULAD: Algunos críticos del modo en que el islam trata a las mujeres ensalzan, en cambio, al cristianismo. ¿Crees que hay una diferencia significativa en cómo esta última religión percibe a las mujeres? Te lo pregunto pese a saber que, para ti, «El feminismo es un movimiento (...) liberal y laico», y pese a saber que la pensadora Mona el Tahawy asegura que «Todas las religiones monoteístas están atravesadas por el conflicto entre lo divino y lo femenino, pero ninguna tanto como el islam».  

WS: La mujer en las tres religiones monoteístas es considerada inferior al hombre. El Antiguo Testamento así la vio, la Biblia siguió esta tradición y el islam heredó buena parte de esas consideraciones. La diferencia entre el cristianismo y el islam, en cuanto a la mujer se refiere, es que el cristianismo ha dejado en gran medida en la actualidad las enseñanzas bíblicas que limitan los derechos y las libertades de las mujeres. En cambio, en las sociedades musulmanas su discriminación se manifiesta en las costumbres sociales, en las leyes, en los códigos de la familia y en otros muchos ámbitos. Sucede lo mismo en los sectores ortodoxos de las sociedades de religión judía.

ULAD: ¿Consideras que la visión que los países de mayoría musulmana tienen de la mujer puede acabar extendiéndose por otras latitudes? Imagino que sí, pues dices, por ejemplo, que «El territorio europeo tampoco se ha salvado de estas consideraciones», o que el islam intenta «influir en sociedades pertenecientes a otras religiones o simplemente laicas para cambiar su modo de vida».

WS: Los individuos y grupos conservadores, incluso los que se conocen como "comunidades musulmanas" afincadas en países donde no existen mayorías musulmanas, intentan llevar las prácticas y costumbres que marginan a la mujer a los países de acogida. Algunos padres obligan a sus hijas a llevar el hiyab, no permiten que participen en actividades deportivas, especialmente la natación o hacer excursiones con los compañeros de clase. Esta actitud perjudica a la alumna porque la aísla y la excluye del resto de los alumnos y tiene unas consecuencias negativas para su crecimiento y su formación.

ULAD: ¿A qué se debe el desconocimiento occidental de las mujeres relevantes en la lucha contra la tradición islámica?

WS: El mundo occidental, lamentablemente, se ha preocupado por sus intereses en su relación con los países de mayoría musulmana. Intereses políticos y económicos. No ha tenido reparo en aliarse con dictaduras y sistemas antidemocráticos para garantizar estos intereses. El mundo político, incluso el académico, se ha sentido más cómodo con las clases conservadoras del mundo árabe e islámico que con los liberales y librepensadores. Muchos ciudadanos a nivel individual y grupal luchan contra las normas y las leyes injustas en sus países, pero su labor apenas tiene eco en los países occidentales porque o bien son ignorados o tratados con indiferencia.

ULAD: A tu juicio, ¿qué podemos hacer desde Occidente para ayudar a que la igualdad entre sexos se instale en países regidos por el islam? 

WS: Occidente puede hacer mucho. Puede apoyar a las organizaciones civiles, liberales y laicas. A las asociaciones feministas que luchan para conseguir la igualdad entre los sexos y para abolir las leyes que perjudican la vida de la mujer. Los gobiernos pueden actuar regidos por la ética en sus relaciones con los gobiernos de estos países. Pueden presionarlos condicionando su cooperación si no mejoran las condiciones de vida de la mujer. No venderles tecnología o armas antes de introducir los cambios necesarios para la eliminación de todo tipo de desigualdades que afecta seriamente a la mujer y su rol en la sociedad. En definitiva, exigir medidas democráticas porque la situación de la mujer está vinculada intrínsecamente a la democracia.

ULAD: Cito a Sophie Bessis para lanzarte a ti sus inquietudes: «¿Cómo librarse del yugo de una tradición establecida por el discurso religioso que asfixia a todos, hombres y mujeres por igual, aunque los primeros tuvieran el poder? ¿Cómo independizarse de un Dios al que se había privado de espíritu y se había convertido, con el paso de los siglos, en un meticuloso escribano de lamentables prohibiciones?»

WS: Los sistemas políticos en la mayoría de los países árabes y de mayoría musulmana hacen que tanto hombre como mujeres sufran por la falta de libertades, de derechos y de igualdad en las oportunidades. Pero lo cierto es que la mujer sufre más por ser víctima de algunos valores religiosos y sociales que se traducen en forma de trato en el hogar o en la calle, en las leyes y los estatutos personales. El poder de la religión representada por sus guardianes tiene mil y una forma para controlar a la sociedad, explotarla emocional, económica, política y socialmente. Por lo tanto, para liberarse del yugo de todas estas fuerzas solo queda la lucha generalizada y prolongada para conseguir el cambio deseado.

jueves, 22 de septiembre de 2022

Zoom: El instante, de Louis Aragon

Idioma original: francés

Título original: L´instant

Traducción: Carmen Artal

Año de publicación: 1928

Valoración: Recomendable con reparos


Parece mentira que un opúsculo de apenas cincuenta páginas pueda dar para muchas reflexiones, pero El instante sí que da, ya verán. Por ponernos en situación, la obrita se escribe en 1928, esa época de entreguerras en la que Aragon desarrolló la parte más intensa de su actividad política, formando parte del gran grupo de intelectuales comprometidos contra el nazismo. Como es sabido, el poeta parisino ya estaba en la vanguardia de la creación literaria, habiendo participado tangencialmente en el movimiento Dadá y, sobre todo, como fundador del colectivo surrealista. El instante es en realidad un fragmento de una novela más extensa que se iba a llamar La Défense de l´infini, finalmente destruida por el rechazo de los surrealistas, y que todo parece indicar que tendría un alto contenido sexual, de hecho el otro fragmento conservado y luego editado era El coño de Irene, relato de voltaje bastante elevado.

El erotismo, por llamarlo de alguna manera, constituye en efecto un elemento importante de este cuento. Pero dentro de su extraña y seguramente caprichosa estructura el único punto de conexión es el Metro. En el Metro se desarrolla la primera escena, que consume más o menos la mitad de las páginas: frotamientos y excitación desbordada en el vagón lleno de gente. No sabemos quién ha empezado a arrimarse a quién, el hombre o la mujer anónimos que viajan de pie, el contacto comienza quizá por casualidad, y la ebullición se extiende a otra pasajera que observa atentamente desde un asiento, aunque apenas puede ver más que algún gesto aislado. Imágenes puede que algo cuestionables, que Aragon relata con sencillez y sinceridad, sin ahorrarse detalles y sin que lleguemos a saber tampoco si cuenta algo que ocurre (en la ficción, se entiende) o es una ensoñación o un deseo.

Nos olvidamos del magreo ferroviario y, sin abandonar el Metro, Aragon se lanza a narrar la tragedia de Couronnes en la que, debido a un incendio, un apagón y varias casualidades, decenas de personas murieron aplastadas y asfixiadas. La descripción del desastre da paso a reflexiones sobre las víctimas, casi todas ellas trabajadores que habían terminado su turno, y a comparaciones con sucesos similares, como el incendio del Bazar de la Charité. En este caso los muertos fueron en su mayoría mujeres de buena posición reunidas en un acto de beneficencia. El paralelismo resulta repulsivo. Todo lo que en el relato de Couronnes era dolor se convierte en sangrante ironía, sarcasmo describiendo a las damas intentando saltar una tapia para huir, rezando resignadas por sus vidas, la aristocracia convertida en cenizas, cosas así.

Tocamos una vez más los límites de la literatura. ¿Es lícito regodearse en una escena que bien pudiera asociarse (aunque no necesariamente) al acoso sexual? ¿La crítica social habilita para una mofa despiadada ante personas que pierden la vida? Con autores así, desprejuiciados y tal vez jubilosos de hacer un regate a la ética, es difícil saber hasta qué punto estos dos momentos son o no una mera provocación al lector. Personalmente creo que no, o al menos no del todo. La transgresión en general, y el derribo de tabúes sexuales en particular eran algo muy del gusto de los surrealistas, como lo han sido de todas las vanguardias, y no en vano el relato se ha publicado junto con el otro fragmento de la novela inacabada-desechada, más otro pequeño cuento, también muy procaz, titulado Las aventuras de Don Juan Lapolla Tiesa. Se diría que en esa época Aragon debía estar en plena combustión, y no solo literaria, todavía lejos de dedicar poemas mostrando el amor a su esposa Elsa como haría más tarde. La sensibilidad social tampoco era exactamente la misma de hoy en día, y por tanto el petting (y su propagación posterior) quizá habría que verlo con alguna condescendencia. Más difícil de tragar es a mi juicio el relato de las tragedias del suburbano. Ni siquiera la sólida conciencia política del autor puede redimirle de la crueldad que se deja ver de forma indisimulada.

Como fragmento que es, el relato no tiene realmente mucho sentido. Al final, alguna clave se puede encontrar en las tres o cuatro páginas que sirven de enganche entre las dos narraciones, y que son algo parecido a una reflexión en torno a la literatura. La brecha entre la vida y el arte, tema inagotable, se plantea al observar qué ocurre cuando las cosas no se desarrollan de la misma forma en la vida y en la novela. Aragon parece estar pensando en los finales felices, en las relaciones propuestas y aceptadas, en todo aquello a lo que la ficción abre la puerta y la realidad con frecuencia hace imposible. Si estas elucubraciones (en todo caso un mero boceto, nada elaborado) queremos aplicarlas a los dos relatos que componen el librito, puede que sea un sano ejercicio de lectura creativa. En caso contrario, puede uno contentarse con conocer este extraño texto, que no deja de ser original, seguramente provocativo, curioso y, desde luego, escrito con talento.


miércoles, 21 de septiembre de 2022

Stephen King: El resplandor

Idioma original: inglés

Título original: The Shining

Año de publicación: 1977

Traducción: Marta I. Guastavino

Valoración: muy recomendable (al borde del imprescindible)

Continuando con la reparación histórica, a la par que servicio público, de reseñar obras míticas del Rey que, increíblemente, aún no habían aparecido en Un libro Al Día y, sobre todo, aprovechando que hoy Su Majestad cumple nada menos que 75 AÑAZOS (HAPPY BIRTHDAY, MR. KING! Esperamos que le hagan una fiesta con payaso incluido...;) toca hoy la tercera de sus novelas publicadas, sin duda una de las más conocidas y puede que, para mucha gente, la que más, merced (es necesario decirlo) a la adaptación cinematográfica de la misma perpetrada dirigida por Stanley Kubrick.

Debido a ello, quizá no sea necesario ni siquiera hacer una sinopsis de la trama, pero, por si acaso, allá va: Jack Torrance, ex-profesor de literatura, ex-alcohólico y aspirante a dramaturgo, acepta el trabajo de guarda de invierno del hotel Overlook, en las montañas de Colorado, donde debe pasar cuatro o cinco meses aislado por la nieve junto a su familia -su esposa Wendy y el pequeño Danny-; en apariencia, una oportunidad perfecta para acabar la obra que está escribiendo. Sin embargo, el aislamiento y la soledad así como el ambiente del hotel desierto, parecen ejercer un influjo malsano en quien se queda a su cargo, como le sucedió al anterior vigilante... Claro, que tampoco es de extrañar, porque el Overlook es un hotel viejo, con mucha historia y acoge más fantasmas que una convención de cryptobros. O, mejor dicho, en realidad es el propio Overlook el único ente fantasmagórico y maligno  (la versión de King del tema clásico de la "casa encantada", aunque ya apareciera una en El misterio de Salem's Lot, excitado ante la presencia del pequeño Danny, que detenta ciertos poderes psíquicos de una forma excepcionalmente potente-el llamado shine, "resplandor" o "esplendor" en la versión española-; el hotel pondrá toda la carne en el asador para conseguir hacerse con el crío (perdón por el spoiler, aunque no sé si lo es tanto, a estas alturas) y la cosa se pone bastante peliaguda y escalofriante... en todos los sentidos, cuando el Overlook queda aislado por una tremenda nevada.

Porque El replandor es, ante todo, una gran novela de terror, ciertamente, que le supuso a King el espaldarazo para convertirse en, cómo no, el rey del género ya en los años 70, con tan sólo tres novelas publicadas (no digamos ya cuando se estrenó la adaptación cinematográfica...). Pero, sin embargo, esta novela es mucho más que eso: El resplandor, despojada de su envoltura terrorífica (o, mejor dicho, cambiando un terror por otro) aparece, sobre todo, como una novela psicológica sobre la culpa, la frustración y la ira;  no digo que sea una nueva Crimen y castigo, pero tampoco se trata de un simple best-seller de género... Es además, un estudio sobre los peligros de la "masculinidad tóxica", como se dice ahora, del riesgo de dejarse caer en el abismo que acecha tras la frustración por no haber conseguido alcanzar las metas autoimpuestas, por no lograr ser un "triunfador" (en este sentido, se puede considerar que también estamos ante una de esas "grandes novela americanas", que proliferaron durante el siglo XX y aún en el XXI). 

Aunque, tal vez antes que ninguna otra cosa, se trate de una autoexploración, una inmersión en los miedos interiores del propio King, casi una catarsis para él (ejercicio que luego repetiría en La mitad oscura): Jack Torrance, como él mismo ha explicado, tiene mucho de sí mismo, o al menos antes de encarrilar (y nunca mejor dicho) el camino del éxito literario, cuando apenas podía mantener a su familia dando clases, y escribía en un cuartito de la su caravana con la Olivetti de su mujer. Qué demonios, en realidad Jack Torrance podría ser cualquiera cuyas ambiciones y sueños sean superiores a su talento, su fortaleza y su suerte... En el Overlook, al fin y al cabo, estamos todos encerrados. 

Nota final: El premio Nobel de Literatura se falla de aquí a dos semanas. No quiero influir en la Academia Sueca (ojalá pudiera), pero no me digáis que no sería un bonito regalo de cumpleaños...

Muchos libros de Stephen King (pero menos de los que debería haber) reseñados: aquí

martes, 20 de septiembre de 2022

Remedios Zafra: El bucle invisible

Idioma original: Español

Año de publicación: 2022

Valoración: Está muy bien

Ya hemos hablado en más de una ocasión de los efectos o posibles efectos de la "cultura algorítmica" en el mundo actual, si bien lo hemos hecho siempre desde el lado de la ficción. Es el caso, por ejemplo, de la reseña de algunas de la últimas obras de Edmundo Paz Soldán. Esta vez la aproximación viene de un lado más teórico a través de este magnífico ensayo de la extremeña Remedios Zafra. 

Todo lo que prolifera si ser visto inquieta. Con esta frase lapidaria da comienzo un texto que, como todo buen ensayo, trata más de plantear preguntas que de ofrecer respuestas. Preguntas que pueden resumirse prácticamente en dos (¿qué es trabajar? y ¿qué es vivir?) pero que implican reflexiones mucho más amplias sobre, por ejemplo, los peligros que la tecnología implica para la democracia, la mercantilización de los individuos, la relación tecnología / ideología, los roles, las "casillas preestablecidas", la permanente necesidad de más de todo, etc.

Preguntas y reflexiones que abarcan distintos ámbitos (laboral, académico, cultural...) pero que no obvian algo fundamental que puede ser olvidado en este tipo de análisis: que la tecnología es creada por humanos y no algo meramente abstracto y que la crítica de la autora no implica en absoluto desdeñar los avances científicos y tecnológicos, las posibilidades que estos ofrecen y la necesidad que de ellos podemos tener.

De lo que Remedios Zafra habla es, más bien, de una necesidad de replantearnos una serie de aspectos que conduzcan a aquello que en teoría nos decían hace años, que la tecnología debe ayudar y no controlar o limitar las vidas. Para ello habrá que tratar de cambiar inercias, de salir de esos bucles invisibles que nos llevan a un sentimiento de esclavitud y vértigo ante la "lógica aplastante" de los mercados y la eficiencia, ante la velocidad de los acontecimientos. De ahí el elogio del pensar / imaginar sobre el producir / consumir, de la lentitud sobre la urgencia, de la comprensión y la empatía sobre la polarización, del valor social del trabajo sobre las (i)lógicas del mercado, etc.

Todo ello tratado de una forma relativamente asequible para un lector medio (o medio-bajo, como yo), con referencias teóricas entre las que destaca "La condición obrera" de Simone Weil y situaciones de la vida cotidiana perfectamente reconocibles, pero sin reduccionismos absurdos ni maniqueísmos. Aquí no se trata de "criticar por criticar" sino de pararse a reflexionar y decidir qué camino tomar. Porque otra sociedad "menos mala" es posible. Es nuestras manos está.

lunes, 19 de septiembre de 2022

Paul Klee: Sobre el arte moderno

Idioma original: alemán

Título original: Über die moderne Kunst

Traducción: Alfredo y Clara Pastor

Año de publicación: 1924

Valoración: imprescindible


Uno de los libros (con permiso de DFW y de ese ingenuo y caducado panfleto llamado Indignaos) más cortos que se ha reseñado en este blog, y  un patético ejemplo del escaso margen temporal de este sufrido reseñista, ha ido a dar la casualidad de que las escasas sesenta páginas (como un tercio de ellas ocupadas por ilustraciones en blanco y negro con sencillos bocetos o trabajo en progreso del artista) es uno de esos textos que no solo se aúpa al Olimpo de los imprescindibles sino que es susceptible de citas, remarcados (por favor, no subrayéis los libros*), extractos o incorporación de sus conceptos a anuarios con voluntad de modernidad, y por supuesto lecturas sucesivas, no digamos ya inmediatas sino espaciadas en el tiempo. Casi un siglo tras su publicación, su vigencia es insultantemente absoluta, incluso diría que Klee (además de genio de la pintura, músico notable y muy digno lector) lo convierte en un impactante manifiesto cuyo cumplimiento a rajatabla le procuró persecución política e inclusión en las abyectas listas del arte degenerado, obligándole apenas una década después de su publicación, a poner el pellejo a salvo de la barbarie nazi.

¿Y qué tenemos en este texto, que creo que la traducción desde el alemán ha conseguido preservar de conceptos complejos o abigarrados en exceso? Pues basándose en una preparación para una conferencia, cuestión que permite sostener un tono incisivo, que combina cierta humildad como individuo con una implacable lógica, entreverada con alusiones a filosofía, música, incluso conceptos matemáticos, una defensa aguerrida y contundente del arte moderno. Sin contraponer ni enfrentar, la defensa y los ejemplos que la acompañan, podríamos decir que se centra en el arte abstracto, sí, aquel que los cortos de miras, pobres ellos, suelen soslayar con la frase de "estos garabatos los hace mi hijo" porque prefieren la depuración técnica del arte figurativo y suelen menospreciar todo lo demás. Y lo que Klee expone, frase tras frase de contundencia y tras un preámbulo exponiendo sus conceptos que cualquiera debería enmarcar antes de lanzarse a la creación, es el latido que marca su obra. Sin buscar la polémica, simplemente desgranando su intención sin mostrarse dogmático o presuntuoso, el texto, esquemático y huidizo de todo engolamiento, deja caer sus conceptos uno tras otro y los desgrana desde una perspectiva lógica y contundente, convirtiendo su declaración en una secuencia que equipara arte moderno y libertad individual, que acerca la expresión creativa a su receptor natural - el individuo que la contempla y es libre de limitarse a ello o pretender comprenderla o descodificarla - sin alejarlo de nadie, sin intención polémica o desacreditadora de otras corrientes, simplemente estableciendo ese punto como el final de un proceso.

La cuestión es que, al margen de la cuestión técnica implícita a la pintura, todo es aplicable a cualquier manifestación artística que opta por la evolución o la creatividad antes que el puro reflejo de la realidad y sus variaciones sobre ella. Leer a Klee en tales condiciones es prácticamente clave para entender las corrientes culturales de los últimos dos siglos, desde la perspectiva del artista protagonista en una de ellas y esquivando la argamasa conceptual que a veces los expertos amontonan sobre ella. Qué  más se puede pedir.

* Defensores del subrayado, podéis esgrimir vuestros argumentos en los comentarios

domingo, 18 de septiembre de 2022

H. P. Lovecraft: En las montañas de la locura

Idioma original: Inglés
Título original: At the Mountains of Madness
Año de publicación: 1936 (por entregas)
Traducción (al catalán): Edgar Cotes Argelich
Valoración: Imprescindible para interesados. Para el resto, recomendable

Septiembre de 1930. Los integrantes de una expedición a la Antártida descubren verdades tan antiguas como pavorosas. El geólogo William Dyer, uno de los pocos supervivientes, relatará lo sucedido. 

Esta vendría a ser la premisa de En las montañas de la locura, clásico del terror y la ciencia ficción tremendamente adictivo. Se cuenta entre las obras más conocidas de H. P. Lovecraft y tiene la particularidad de ser una narración larga salida de una pluma proclive al formato breve.

A mi juicio, la novela baraja magistralmente los elementos que caracterizan al horror cósmico: 

  • Atmósferas ominosas.
  • Misterios que nos quedan grandes a los meros mortales.
  • Protagonistas pasivos que sólo pueden enloquecer frente a aquello que se despliega a su alrededor.  
  • Un final que deja claro que poco puede hacer la Humanidad contra lo que mora en el gélido silencio del espacio.

Por contra, en el lado menos positivo destacaría que:

  • La prosa se antoja, en ocasiones, flojilla, pues abunda en descripciones sobredimensionadas, incontinencia de adjetivos, detalles anecdóticos...  
  • Las escenas se alargan más de lo estrictamente necesario (sobre todo teniendo en cuenta que la acción de este relato es prácticamente nula). 

Resumiendo: En las montañas de la locura puede hacerse largo, pesado, por momentos repetitivo. Aun así, creo sinceramente que es una aportación literaria impagable. Vale la pena leerlo, seas un admirador del autor o no, un entusiasta del género o no. Actualmente no me gusta tanto como cuando era adolescente, pero sigue pareciéndome una experiencia increíble. «¡Tekeli-li!», amigos míos, «¡Tekeli-li!».


También de H. P. Lovecraft en ULAD: Aquí

sábado, 17 de septiembre de 2022

Zygmunt Bauman: ¿La riqueza de unos pocos nos beneficia a todos?

Idioma original: inglés

Título original: Does the Richness of the Few Benefit Us All?

Traducción: Alicia Capei Tatjer

Año de publicación: 2013

Valoración: Bastante Recomendable


Pues una pregunta bien explícita, no? Generemos riqueza, cuanta más mejor, aunque (o para que) se la lleven unos pocos, porque al final algo de todo eso nos llegará a los demás. También conocida como teoría del goteo, es la última vuelta de tuerca del neoliberalismo, que triunfa en todo el planeta y a la que tampoco hace ascos la socialdemocracia con aquello de hacer una tarta bien grande, que ya habrá tiempo de repartirla. En lenguaje más coloquial: cuanto más rico sea yo más sobras os echaré en el plato. Eso, si me beneficia y os portáis bien.

La respuesta de Bauman a la pregunta es obviamente negativa, no tanto desde el punto de vista económico (para lo cual no sé si tendría los argumentos técnicos necesarios) como desde el ético, claro está. Porque la clave está en el verbo: nos beneficia. Ya habrá expertos que discutan si en base a ese axioma la economía va mejor, suben los sueldos y desciende el desempleo y la miseria. Pero aunque así fuese esa situación nos beneficia tanto como si mañana Elon Musk o Amancio Ortega nos prometiesen un incremento del diez por ciento en nuestro salario si nos convertimos en sus esclavos. Ganamos más, pero eso no necesariamente nos beneficia, porque no es el único parámetro que hay que valorar.

La desigualdad, que es en definitiva de lo que estamos hablando, se ha multiplicado de forma explosiva en el siglo XXI. Bauman aporta algunos datos seguramente ya conocidos. Uno: 'casi todo el crecimiento del producto nacional que consiguió Estados Unidos desde el colapso crediticio de 2007, más del 90 por ciento del mismo, cayó en manos del 1 por ciento más rico de los estadounidenses'. Dos: 'el 20 por ciento más rico de la población consume el 90 por ciento de los bienes producidos''. Tres: 'el 1 por ciento más rico posee ahora casi 2.000 veces más que el 50% de la población mundial'. Y así hasta el infinito, más y más ejemplos extendidos por todo el mundo, desigualdades enloquecedoras y en aumento exponencial entre personas y entre países, cifras escalofriantes que ponen negro sobre blanco la concentración de la riqueza en manos de una minoría cada vez más ínfima y cada vez más acaparadora. El libro está editado en 2013, los datos han seguido disparándose desde entonces y lo que cuenta Bauman es una muy pequeña muestra frente al apabullante material, mucho más pormenorizado y técnico, que expone por ejemplo Thomas Piketty

Pero como el pensador polaco no es un economista que conozca a fondo los resortes del sistema, lo que le preocupa no es tanto subrayar la evidencia, ya de sobra demostrada, como detectar sus consecuencias. La primera es que la concentración de la riqueza implica también concentración del poder, y por tanto ‘la primera víctima de esa profunda desigualdad será la democracia’, toda vez que los bienes necesarios para la supervivencia van quedando en manos de unos pocos y por tanto la capacidad de decisión se ve cada vez más limitada. La desigualdad, planteada en estos términos brutales, deriva en una alteración de los conceptos de sujeto y objeto, y sectores cada vez más extensos de la población, engullidos y degradados por el sistema, centrados en la mera subsistencia, pasan progresivamente a convertirse en objetos, piezas que voluntariamente o no, dejan de tener voz y se limitan a contribuir a que el mecanismo siga funcionando.

El proceso se alimenta en gran parte del consumismo (una de las bestias negras de Bauman) que, inyectado profundamente en la sociedad, crea necesidades crecientes que el ciudadano se ve impulsado a satisfacer, con lo que se lanza a recoger las migajas que le caen, se endeuda, compra, y alimenta así al sistema de forma indefinida y creciente porque el beneficio que se genera va de nuevo, en términos macroeconómicos, a aquella minoría cada vez más reducida. La competitividad es otra de las patas del invento, al establecerse una competición entre los consumidores para intentar obtener siempre algo de más valor, algo que al menos simule un estatus algo más elevado.

Entrando en terrenos más propios de la sociología que de la economía, hay también espacio para la tecnología. Recogiendo una idea de Jonathan Franzen, Bauman ve en la tecnología un medio para escapar de la realidad, que en definitiva es aquello que se resiste al ser humano, algo que debemos doblegar o ante lo que debemos plegarnos, y fuerza nuestra voluntad en uno u otro sentido. La tecnología permite escapar de esos límites y plantearnos un mundo a nuestra medida, que se ajuste a nuestras expectativas y que podemos ignorar con solo darle a un botón. Un nuevo bien de consumo para no pensar demasiado y mostrarnos dóciles con lo que nos lo ofrece (y eso que, insisto, el libro tiene casi una década y el autor no se podía imaginar lo que vendría en los años siguientes)

Pese a que son poco más de cien páginas, Bauman va sondeando en distintos aspectos de la sociedad actual a partir de aquellos datos iniciales sobre la desigual distribución de la riqueza. A veces podemos tener la sensación de que se pierde un tanto en digresiones sobre temas sin una conexión demasiado clara, aunque la exposición es siempre fundamentada y rigurosa. Pero es lo que tiene poner un título tan sonoro y específico: puede que el lector acuda con un interés directo sobre lo que se propone y se decepcione al encontrarse con temas diferentes aunque colaterales. Para evitarlo conviene olvidarse un poco de la pregunta inicial y centrarnos en la lectura de un autor que ya es un clásico cuando se trata de analizar estos tiempos líquidos.

viernes, 16 de septiembre de 2022

Chris Offutt: Los cerros de la muerte

Idioma: inglés

Título original: The Killing Hills

Año de publicación: 2021

Traducción: Javier Lucini

Valoración: Está bastante bien


Primera novela de un prevista trilogía noir rural (no sé hasta qué punto es correcto emplear este término, pero va...), protagonizada por Mick Hardin, un militar natural de un villorrio de Kentucky que sirve en la División de Investigación Criminal del Ejército de EEUU... En esta novela, encontrándose Mick en su pueblo, Rocksalt, por motivos personales, su hermana Linda, sheriff de la localidad, le pide ayuda para resolver un crimen: una mujer ha sido encontrada muerta en una hondonada de los cerros boscosos de la zona. Mick se lanzará entonces a una investigación informal entre los recelosos lugareños para averiguar la verdad, no sin las consabidas interferencias del FBI, algún magnate local y los maleantes del pueblo...

Por decirlo claramente, esta novela reúne buena parte de los topicazos del género hardboiled, sin ningún rubor, sólo que trasladadas a las montañas Apalaches: secretos familiares, violencia que se dirime dentro de una comunidad cerrada, matones, algún asuntillo sexual que es mejor no difundir...  Sobre todo, el personaje de Mick Hardin supone la enésima versión del "detective" de novela negra: duro y algo desencantado pero no despiadado; extremadamente competente en lo suyo pero abrumado por su desastrosa vida personal; con un gran sentido de la justicia, pero no necesariamente respetuoso con la ley... Todo ello, eso sí, pasado por el ambiente y la idiosincrasia hillbillie de esa región... idiosincrasia que, básicamente, consiste en la consabida pregunta de "¿Y tú de quién eres?", como en cualquier pueblo de la España vaciada o sin vaciar. Aunque con una idea de la restitución y aún de la venganza más propios del agro corso o siciliano (o eso se supone). 

Claro que, pese a que la novela no suponga ninguna sorpresa para los aficionados al género, hay que reconocer que Chis Offutt sabe su oficio y lo hace muy bien: el libro se lee como quien bebe un vaso de agua, pero sin que deje la sensación de ser una lectura baladí. Gran parte de esta sensación se debe al dominio del autor en la creación de personajes (recordemos que también es guionista en exitosas series televisivas), en la agilidad en los diálogos y, sobre todo, en las descripciones del entorno; en esta novela, lejos de los callejones, clubes nocturnos o apartamentos donde se desarrollan las clásicas novelas policiacas urbanas, el entorno natural, con su accidentada orografía, los árboles y otras plantas, los animales y las personas que conviven con ellos adquiere un protagonismo que resulta fascinante y refrescante, y que consigue dejarnos con ganas de seguir visitando este rincón olvidado de Kentucky.


Otros títulos de este autor reseñados en Un Libro Al Día: Noche cerradaKentucky secoDos veces en el mismo río

jueves, 15 de septiembre de 2022

Katherine Mansfield: Sopa de ciruela

Idioma original: Inglés
Traducción (prólogo, selección y notas): Eleonora González Capria
Ilustraciones: Josefina Schargorodsky
Año de publicación (de este volumen): 2022
Año de publicación (de los textos incluidos en la selección): 1893 - 1923
Valoración: Sorpresa más que agradable

Una pequeña explicación al un tanto farragoso encabezamiento de la reseña: los textos que se incluyen en Sopa de ciruela proceden, en su gran mayoría, de los más de 50 cuadernos que Mansfield dejó tras su muerte y han permanecido inéditos en castellano hasta la publicación de esta compilación, lo que explica ese doble "año de publicación". En cuanto a la escasamente canónica valoración, esta obedece especialmente a cierto miedo inicial a una supuesta (por mi) rareza de los textos y a su carácter fragmentario.

Dicho esto, ¿qué clase de textos se recopilan en Sopa de ciruela y qué "orden" se sigue? Pues bien, podemos encontrar anotaciones de diario, estampas, viñetas, (bocetos de) cartas, (bocetos de) relatos, poemas, reseñas literarias, recetas de cocina, listas de gastos, etc que son agrupados según un no excesivamente estricto criterio "temático": el hambre, el buen beber, la escasez, en el café, en viaje, entre jardines... A primera vista, sorprende no encontrar demasiadas referencias a la escritura como proceso, como técnica. Al fin y al cabo, cabría esperar algo así de los diarios de una escritora, ¿no? Nada más lejos de la realidad. Lo que fundamentalmente hallaremos en los diversos materiales que componen Sopa de ciruela es cotidianeidad pura y dura. La vida, vaya.

Tú y yo todavía nos amamos, pero ya no me necesitas como antes y yo, por alguna razón, siempre tengo que sentirme "necesitada" para ser feliz.

Pero pese a esa aparente fragmentariedad y a ese aspecto breve o hiperbreve, "instantáneo" por momentos, sí que encontramos una cierta "continuidad narrativa", en especial en las partes 3ª y 4ª del volumen, hasta el punto de que las mismas pueden ser leídas como una novela (plagada de elipsis, eso sí).

Vivo de viejas ilusiones inventadas, pero ya no engañan a ninguno de los dos. 

Por lo tanto, ficción y no ficción se unen para conformar algo parecido a la (auto)biografía de Katherine Mansfield a través de unos textos en los que se combinan lo naif y lo oscuro, en los que angustia existencial, enfermedad y muerte comparten espacio con el humor, la ternura o el amor.

Me siento como una mosca que dejaron caer en el vaso de leche & después rescataron, pero todavía está demasiado empapada de leche & y ahogada como para empezar a a asearse.

Ojalá se pudiera distinguir el amor verdadero del falso como se distinguen los champiñones de los hongos venenosos. 

En lo referente a la parte ficcional, la literatura de Mansfield me trae a la cabeza a la gran Silvina Ocampo. Escenarios bucólicos (jardines, sobre todo, pero también cafés), niñas o mujeres jóvenes como protagonistas y algo oscuro u oculto que no acaba de encajar. Textos cargados de luces y aromas, relatos que insinúan en lugar de mostrar.

En cuanto a lo no ficcional, me quedo con la capacidad de la autora para mostrar el desgarramiento y la extrañeza que causaron en ella los sucesivos traslados a los que la obligaban sus enfermedades, con la combinación del detalle impresionista y la objetividad más fría en las descripciones y con el ejercicio de autodisección de su interioridad.

Lo dicho. Sorpresa más que agradable la de este volumen y esta autora, absoluta desconocida para mi, de quien ya tengo por casa Fiesta en el jardín y otras narraciones. Algún día hablaremos de el. O igual no. ¿Quién sabe?

miércoles, 14 de septiembre de 2022

​Rodney Garland: El corazón en el exilio

Idioma original: Inglés
Título original: The Heart in Exile
Traducción: Carlos Sanrune
Año de publicación: 1953
Valoración: Curioso

El corazón en el exilio, novela que el escritor húngaro Adam de Hegedus publicó bajo el muy británico pseudónimo de Rodney Garland, fue un "bestseller" en su época, pese a tocar un tema, el de la homosexualidad masculina, por entonces controvertido.

La historia aquí narrada es, hasta cierto punto, sencilla. El psiquiatra Tony Page investiga el suicidio de Julian Leclerc, con quien mantuvo un romance en la juventud y se introdujo en el mundo clandestino del Londres gay.

Como podéis intuir, esta premisa le debe mucho a la literatura detectivesca, por lo que entrega un misterio y suspense interesantes. Asimismo, permite al autor deleitarnos con una serie de caracterizaciones bastante logradas y un minucioso retrato del escenario.

A la obra de Garland sólo le reprocharía que en ocasiones se disgrega demasiado del argumento principal, que abusa del azar y la conveniencia (aunque esto último queda excusado, en cierto modo, al final del capítulo ocho) y que la trama del suicidio de Leclerc se cierra de forma algo anticlimática.

En resumen: El corazón en el exilio es una novela entretenida, con personajes trabajados y un subtexto rico. Si bien su visión está desfasada hoy día (de la homosexualidad, la moralidad, las relaciones entre hombres y mujeres o las diferencias de clases sociales), es un testimonio curioso y hasta cierto punto pionero que merece la pena conocer.

martes, 13 de septiembre de 2022

John le Carré: El espía que surgió del frío

Idioma original: inglés

Título original: The spy who came in from the cold

Traducción: Nieves Morón

Año de publicación: 1963

Valoración: Recomendable alto


Espías los ha habido siempre, pero a mediados del siglo pasado se llegó a consolidar una especie de subgénero literario basado en aventuras de ese mundo, seguramente tan oscuro y complejo como parece desde fuera.  Recién terminada la Segunda Guerra mundial (incluso podría decirse que antes de terminar) ya estaban configurados los dos bloques antagónicos que se enfrentarían durante los cincuenta años siguientes. En ese momento esos dos bloques comparten frontera en la Alemania ocupada y, de forma muy significativa, en el propio Berlin, de inmediato dividida, donde los nuevos enemigos literalmente se rozaban. El famoso Checkpoint Charlie, con toda su leyenda, es el símbolo de la guerra fría y el espionaje.

Por allí anda el espía británico Alec Leamas, responsable del tinglado en la República Democrática alemana, hasta que pierde a su último hombre justo cuando iba a cruzar la frontera. Parece que el trabajo de Leamas no ha sido demasiado provechoso, y el alto mando (todo lo dirige un tipo enigmática y muy apropiadamente conocido como Control) le manda un tiempo a la nevera. El agente, ya bastante bregado y un poco harto de todo, termina sin un céntimo, con un trabajillo de circunstancias, hasta que se le encomienda una última misión, que será al mismo tiempo una oportunidad para redimirse de su derrota.

La perspectiva del mundo del espionaje es muy diferente de la que proponía Graham Greene, por ejemplo en El factor humanoEn Greene interesa sobre todo la subjetividad, el espía como individuo cuyo trabajo es ese como podía ser cualquier otro. Para Le Carré, sin perder de vista el lado humano, es más importante la intriga, cómo funcionan los mecanismos del engaño y la simulación, qué leyes gobiernan ese entramado político-militar que hoy llamaríamos Inteligencia, en definitiva descubrir el juego oculto del adversario, anticiparse a sus movimientos, conocerle para debilitarle y destruirle. Y lo que encontramos es que no hay en realidad ninguna ley, nada tiene valor, incluida la vida, al margen del éxito de una misión, eso es lo único que importa.

Las redes de espionaje son realmente una gran trituradora que va destruyendo a todos los que, voluntariamente o no,  se acercan a ella, los destruye física o mentalmente, o ambas cosas. No a todos: solo pueden salvarse los que realmente conocen el sistema, quienes carecen de escrúpulos como el sistema exige, y saben mantenerse a flote a cualquier precio. Así vamos distinguiendo entre ese puñado de personajes bien dibujados (idealistas, desengañados, funcionariales) quiénes serán capaces de sobrevivir y quiénes sucumbirán en esa criba inexorable y muy descriptiva.

Según se dice, las novelas de John le Carré, y ésta en concreto, son el canon de la literatura de espionaje, el modelo que muchos otros copiaron después y que se llevó al cine una y otra vez. Y es que realmente el libro está estupendamente escrito, tiene el ritmo perfecto, el grado adecuado de complejidad para no frustrar al lector y que su esfuerzo resulte gratificante, integra ciertos elementos emocionales (la relación entre Leamas y la joven Liz, pero también la envidia de Fiedler, por ejemplo) en la justa medida para no deshumanizar del todo la trama. Y no falta el tanto de literatura forense (ya saben, la larga escena del juicio en donde se dilucidan cosas fundamentales), que tal vez no sea tan novedosa, bien llevada aunque intuyo que con un sesgo anglosajón que puede no ser del todo adecuado. 

Un conjunto brillante, donde tiene también cabida la sutileza para describir situaciones de forma que el leguaje digamos literario no es un adorno, sino que esté realmente al servicio de la narración:

‘En todas partes, ese aire de conspiración que se produce entre la gente que está levantada desde el amanecer, casi de superioridad, nacido de la experiencia común de haber visto desaparecer la noche y llegar la mañana.’

Es decir, captando las atmósferas necesarias para contextualizar el relato de forma impecable.

No sé si una historia de espías da como para hablar de literatura de gran calibre pero, si no perdemos la perspectiva de lo que estamos leyendo, hay que decir que el libro se cerca bastante a lo perfecto y desde luego merece ser conocido.


También de John le Carré en ULADEl sastre de PanamáUn hombre decente

lunes, 12 de septiembre de 2022

Darío Adanti: La ballena tatuada

Idioma: español

Año de publicación: 2021

Valoración: entre recomendable y está bien

Se cumplen estos días cinco siglos de una de las mayores gestas de la historia de la Humanidad: la primera vuelta al Mundo...

-Espera, espera... ¿esta reseña no la habías hecho ya? ¿Os dedicáis ahora a plagiaros a vosotros mismos o qué?

-No, no, nada de eso... aquella era la reseña sobre el libro de Antonio Pigafetta; ésta sobre uno muy diferente, una novela gráfica de Darío Adanti que trata de...

-Ah. vale, otro libro de dibujitos... Había pocas ganas de trabajar, ¿eh?

-...trata también, aunque no sólo, de la primera circunnavegación del Globo llevada a cabo bajo el mando de Magallanes y Elcano, pero desde una perspectiva diferente. ¿Puedo seguir?

-Si no hay más remedio...Venga, dale, dale...

Darío Adanti, ilustrador argentino que reside en España desde hace la tira de años y muy conocido por ser uno de los (ir)responsables de la revista Mongolia, parte para componer este libro de algunos de sus intereses de la infancia y juventud, como la fascinación que le produjo el libro Moby Dick y, en concreto, la mención que se hace a una ballena de las cotas chilenas, a la que llamaban Don Miguel y que parecía "estar cubierta de tatuajes". Con este primer elemento realizó unas cuantas páginas que publicó en 1996, al poco de llegar a España y que, 25 años después, amplió hasta conformar este libro, añadiendo otros nuevos ingredientes, como la fascinación por la Historia de los navegantes que dieron la primera vuelta al mundo y por un libro ilustrado con fotografías del etnólogo Martin Gusinde sobre los habitantes originales de Yierra de Fuego y que estaba en el hogar de los adanti en Buenos Aires.


Combinando, pues, a Moby Dick, historias bíblicas, personajes casi olvidados de la Historia junto con otros harto conocidos, como los exploradores y conquistadores del XVI, leyendas marineras, un cancionero popular inexistente -pergeñado, claro, por el propio Adanti-, unas ilustraciones entre el underground clásico  y un estilo Lowbrow no menos lisérgico. Y mucho humor -negro, eso sí- y frescura, como si Bruce Chatwin hubiese sido dibujante de El Víbora. 
O Gary Baseman hiciera gala de un saber enciclopédico.