Idioma original: inglés
Año de publicación: 2010
Traducción: Enrique Maldonado
Valoración: muy recomendable
Leer a Krakauer siempre es satisfactorio. De esos escritores (o periodistas) que, por la mera descripción de los hechos y de sus circunstancias, activa mecanismos en el lector que llevan a analizar no solamente lo descrito, sino sus causas y consecuencias. Incluso a elevar ese análisis y extrapolarlo a niveles más elevados. Cuando en este brillante (aunque quizás algo excesivo en su extensión) Donde los hombres alcanzan toda gloria se describen los hechos, prácticamente descritos en la sinopsis y desde luego al mero alcance de cualquiera que teclee "Pat Tillman" en Google, no estamos pendientes de desentrañar misterio alguno ni intrigados por el fin de una historia. Estamos verificando una realidad.
Ésta consiste en la historia de Patrick Tillman, jugador de fútbol americano de emergente carrera que, en vez de abrazar la gloria y el boato de una vida millonaria como deportista de éxito, se siente llamado, después de los hechos del 11-S y con el inicio de las acciones bélicas de Estados Unidos en Afganistán, a ayudar a su país, se alista junto a su hermano y, tras el potestativo periodo de formación, acude a la primera línea de combate. Y en una misión casi rutinaria, el típico acto de guerra que no debería complicarse, Tillman fallece tiroteado. Y como los conflictos bélicos, especialmente cuando uno de los bandos el estadounidenses, la cuestión de cómo se presentan los hechos y cómo puede afectar a la parafernalia propagandística, a la moral de la tropa, a la percepción del conflicto (sobre todo cuando éste no se libra en el interior de sus fronteras) acaba siendo capital. Estados Unidos ha de vender la necesidad de sus intervenciones al resto del planeta, pero ha de contar con un mínimo apoyo interior. Así que la muerte de Tillman se rentabiliza a base de rodearla de todo el atrezzo acorde a sus fines: un ciudadano modelo que huye de la riqueza y la opulencia y perece en medio de un episodio heroico en el que ha sacrificado su vida para salvar las de sus compañeros - normalmente gente más anónima. Pero resulta que esa realidad tan cinematográfica no es cierta: Tillmam ha perecido por un desgraciado episodio de fuego amigo. Vaya. No dejes que la realidad estropee una buena historia. Hay que silenciar eso, hay que ocultar los informes, las declaraciones de los compañeros, no hay que dejar que la información dé al traste con una imagen tan brillante. Condecoraciones incluidas y declaraciones oportunas de los mandos, de los políticos, de los medios de comunicación.
Krakauer establece dos líneas en su narración: la vida de Tillman, lejos de ser un fanático descerebrado o un deportista de pocas luces, un ser inquieto y crítico con la realidad. No exactamente un disidente. Su carrera deportiva, llena de lucha y contratiempos. Por otro lado, la evolución post 11-S de la sociedad americana y sus cambios de rumbo en el mundo post caída del muro. Los efectos colaterales de apoyar con dinero y armamento a quienes pasan de ser tus aliados (porque había que ir contra la URSS) a convertirse en tus enemigos (porque hay que combatir a Al Qaeda). Una partida de ajedrez que pasa de tener dos bandos a, por lo menos, tener tres. Este no es un libro politizado sino un muy notable estudio de los terribles hechos (que se empeñan en ser actuales) que manifiestan que los mandatarios piensan, en su gran mayoría, en sus súbditos en términos espeluznantes. Carne de cañón, eslabones en la cadena de mando, recursos humanos que deben ser explotables incluso cuando son cadáveres. Tampoco es una proclama pacifista, o ese no es su objetivo principal. Más que ello es una denuncia de cómo los hechos se manipulan para amortizarlos a gusto de cada cual. Ni siquiera las voluntades de Tillman en lo concerniente a su funeral son respetados. Las alternativas deseadas por el aparato propagandística se ajustan mejor a sus fines.
Puede que algunos párrafos (especialmente los esencialmente descriptivos de su ascenso en el deporte, algo decantados en los aspectos técnicos) puedan ser prescindibles, puede que al lector toda la letanía de hechos bélicos pueda atosigarlo. pero Krakauer escribe con urgencia, dinamismo y naturalidad. Así que muy recomendable.
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