viernes, 30 de abril de 2010

Ismail Kadare: El accidente

Idioma original: albanés
Título original: Aksidenti
Año de publicación: 2008
Valoración: recomendable

Siempre había tenido a Sánchez-Dragó por un ególatra y un insustancial, pero mis sospechas se confirmaron con sus declaraciones después de que, con él como miembro del jurado, se le concediera el Premio Príncipe de Asturias a Ismail Kadare. "Es una extravagancia"; "Hemos premiado al escritor más importante de Albania, lo que no sé es si hay otros", dijo, entre otras lindezas. Quizás debería haber esperado, antes de ponerse a soltar boutades, a leer algunas de las novelas de este novelista sorprendente y cautivador, y que, en mi modesta opinión, se encuentra muy por encima de Haruki Murakami, uno de los autores por los que abogaba el bueno de Sánchez-Dragó. Por ejemplo, podría leer esta novela que acaba de ser publicada en nuestro país, y que contiene una mezcla de intriga policiaca, novela romántica y relato sobrenatural.

El accidente comienza, como era de esperar, con un accidente de tráfico, en el que mueren Besfort Y. y su amante, Rovena; y narra, a través (supuestamente) de la investigación forense posterior, las últimas semanas de la pareja, que se reúne tormentosamente en diversas ciudades europeas. De las tres partes de que consta la novela, la primera y la última componen el marco narrativo policiaco; la segunda, la más larga, reconstruye la historia de amor de los amantes, su éxtasis inicial y su descenso hacia la autodestrucción (emocional y física, en este caso), incluyendo un simpático -aunque narrativamente chocante- homenaje a El curioso impertinente, de Cervantes. La tercera parte, que debería ser la conclusión, introduce en cambio nuevos interrogantes sobre la trama: ¿tal vez las cosas no son lo que parecen? ¿Quizás la historia no ocurrió como se nos ha contado desde el comienzo?

Desde luego, en una novela de Kadare uno nunca va a encontrar lo mismo de siempre. Para mi gusto, Kadare podría juntarse a Kundera y Kertesz (todos con K, kuriosamente) en una terna de escritores capaz de sugerir reflexiones mucho más amplias que las historias concretas que narran; aunque Kadare lo hace de manera sutil e implícita, mientras que los otros dos son mucho más explícitos. En este caso, por ejemplo, se percibe, tenue pero innegablemente, que los destinos de Besfort y de Rovena están unidos a los de su propio país, Albania: la guerra, los crímenes, la relación con el resto de Europa...

Es verdad que El accidente no es, quizás, la mejor novela de Kadare: a mí me gustaron más El palacio de los sueños o Frías flores de marzo. Pero aun así, sigue siendo una novela magnífica, muy superior a la media, que creo que no decepcionará a ningún lector. Salvo, claro, a Sánchez-Dragó...

Todas las reseñas sobre Ismaíl Kadaré en ULAD: Aquí

jueves, 29 de abril de 2010

Colaboración: ¿Quién soy y… cuántos?, de Richard David Precht

Idioma original: alemán
Título original: Wer bin ich – und wenn ja, wie viele?
Año de publicación: 2007
Valoración: Muy recomendable

Supongo que por algún rasgo de personalidad snob cuyo origen desconozco, nunca he confiado en los best-sellers. Y menos aún en materia filosófica. De adolescente viví la publicación de El mundo de Sofía con mucha ilusión, y reconozco que avivó mi interés por el tema del pensamiento humano. Sin embargo, desde entonces nunca he vuelto a acercarme a nada parecido a un blockbuster filosófico. Y, a pesar de todo, algo llamó mi atención en esta ocasión. Traducido a más de una veintena de idiomas y con más de un millón de lectores, este libro despertó mi curiosidad desde el principio y, ahora que he finalizado su lectura, puedo afirmar que es diferente, así como interesantísimo.

Con una portada bien alejada de la idea que cualquier mundano posee sobre los manuales de filosofía y un título impactante, este escritor, periodista y filósofo, hace un inusual recorrido en estas páginas por cuestiones filosóficas de actualidad, en las que no escatima esfuerzos al aludir a todos aquellos avances de saberes como la neurociencia, la medicina y la psicología, que pueden arrojar luz sobre ese misterio que somos los seres humanos para con nosotros mismos.

Dividida en tres bloques, cuyos títulos (¿Qué puedo saber?, ¿Qué debo hacer? y ¿Qué me cabe esperar?) homenajean descaradamente al también filósofo alemán Immanuel Kant, quien ya planteó tales cuestiones en sus tres famosas críticas, Richard David Precht no tiene reparo alguno en afrontar en esta obra preguntas como: ¿es moral el aborto?, ¿tiene sentido la vida?, ¿debería permitirse la eutanasia? O incluso ¿es lícito matar a ciertas personas? De un modo ameno y fuera de lo habitual, argumenta sus respuestas amparándose en los standards de siempre (Platón, Kant, Rousseau, Santo Tomás) pero también, saliéndose por fin de esa espiral autocomplaciente y repetitiva en la que se han venido convirtiendo los manuales de filosofía, haciendo alusión a muchos otros grandes cerebros: Ernst Match, Thomas Henry Huxley, Antonio Damasio, Noam Chomsky, Peter Singer, Talcott Parsons y su brillante alumno Niklas Luhmann y Santiago Ramón y Cajal, por mencionar a unos pocos.

Muy gráfica en ejemplos, experimentos recientes y casos reales, este texto es tremendamente entretenido y, en muchas ocasiones, polémico. Sin caer en el anecdotario frívolo y cotilla, Precht aporta también datos biográficos muy curiosos sobre los grandes dinosaurios de la filosofía y nos explica fenómenos cotidianos que despertarán nuestra curiosidad y nos robarán una sonrisa de perplejidad en más de una ocasión.

Por tanto, si además de saber si la moralidad humana es innata o si la felicidad es realmente posible, queréis descubrir, por ejemplo, qué son las neuronas-espejo, qué es la oxitocina, qué le ocurrió a Phineas Gage, de dónde tomó Daniel Defoe sus ideas para escribir Robinson Crusoe, qué contestó la gorila Koko cuando le preguntaron sobre la muerte y/o porqué muchos lectores se convirtieron al vegetarianismo casi al instante después de leer el capítulo "¿Es lícito comer animales?", no os perdáis este libro.

Firma invitada: Naiara

miércoles, 28 de abril de 2010

Irvin D. Yalom: El día que Nietzsche lloró

Idioma original: inglés
Título original: When Nietzsche Wept
Fecha de publicación: 1992
Valoración: está bien

Esta novela tenía muchas papeletas para no gustarme. Por lo general me molestan esos relatos que juegan con personajes célebres y se mueven entre la frontera de la realidad histórica y la ficción. Sobre todo porque el autor suele estar esperando cualquier oportunidad para desplegar su erudición ante el lector de un modo muy mal disimulado. Por ejemplo: "Entonces vio a uno de sus alumnos más prometedores paseando pensativo por las calles de Viena. Sigmund -pensó- llegaría muy lejos." El lector ata cabos y concluye "Ajá, Sigmund Freud"; da un codazo inteligente al autor y éste le corresponde con un terrón de azúcar.

El pasaje -aunque no es literal- está sacado de este libro, pero hay que admitir que Yalom maneja con bastante equilibrio el reto de hacer ficción sobre personajes conocidos. Y tan conocidos. Ni más ni menos que Freud y Nietzsche, junto a Josef Breuer y Lou Salomé. Los primeros no necesitan presentación. En cuanto a Breuer, el auténtico protagonista, yo desconocía por completo su papel fundamental en el nacimiento del psicoanálisis. Fue maestro de Freud e inventó una terapia contra la histeria basada en la hipnosis. Durante un tiempo trató exitosamente los extraños síntomas de su paciente Anna O. haciéndola rememorar, en trance hipnótico, el origen traumático de sus dolencias. La relación de dependencia que la paciente generó hacia él hizo que Breuer abandonara precipitadamente el caso, pero Freud siguió aplicando y perfeccionando el método con otros pacientes.

La acción de la novela transcurre en Viena en el invierno de 1882, es decir, meses después de que Breuer interrumpiera el tratamiento de Anna O. Yalom presume una obsesión erótica del doctor por su paciente, y de esto, desde luego, no se sabe nada, pero tampoco es imposible. Tampoco hubiera sido imposible la premisa fundamental del argumento: la visita de Nietzsche a Breuer durante ese mismo invierno. Al filósofo le quedaban unos 7 años de vida cuerda y es sabido que su mala salud le obligó a vagar por las consultas más afamadas de Europa. Yalom quiere, además, que sea Lou Salomé quien arregle el encuentro. Esta inteligente y bella mujer fascinó a Nietzsche durante bastante tiempo, aunque ella acabó decantándose por Paul Rée, amigo de ambos. Aquí podéis ver una foto de los tres que no tiene desperdicio.

Pues bien, dicho todo esto, la novela puede parecer un amasijo de anécdotas semi-ficticias destinada a los lectores aquejados de morbo biográfico. En parte sí, pero no sólo. Yalom consigue hacer creíble la relación entre Nietzsche y Breuer, animándola con todo cuanto sabemos de ambos sin caer en un exhibicionismo de erudito. En mi caso, al menos, ha logrado que suspendiera mi incredulidad durante la lectura: y eso que estaba bien dispuesto a no hacerlo. Los diálogos entre ambos son sugerentes y evidencian una construcción compleja, paulatina y sutil de los caracteres. Aceptada la premisa ficticia, engancha y se disfruta. Hay adaptación al cine.

martes, 27 de abril de 2010

J. M. Coetzee: La edad de hierro

Idioma original: inglés
Título original: Age of Iron
Fecha de publicación: 1990
Valoración: Muy recomendable

El panorama de la Sudáfrica de la época del apartheid que Coetzee pinta en sus novelas no hace que lamentemos, precisamente, no haberla elegido como destino turístico. Pero los más curiosos (en el mejor sentido) leerán sus novelas con avidez e, incluso, sentirán la necesidad de saber qué hay detrás de esos sombríos rasgos de paisaje humano que, con espléndida maestría, traza el autor para nosotros. Sobre todo, porque, a través de ellos, indaga en lo más profundo de las almas. Y, si bien no querríamos retroceder en el tiempo, sí nos gustaría aparecer, como por arte de magia, en los escenarios de sus novelas y, habiéndonos vuelto invisibles, poder observar a nuestro gusto. De esta forma evitaríamos sentirnos bajo la piel de esos seres desorientados (ajenos a una culpa de cuyos responsables, aunque conocidos por todos, su autor no suele darnos noticia y a cuyos ejecutores atisbamos apenas) que pululan como almas en pena por sus páginas desoladas.

A Coetzee, aunque leamos sus historias con el corazón encogido, le agradecemos que nos hable desde el fondo de sí mismo, que nos explique lo que siente ante el drama que se desarrolló a su alrededor y del que – según creo entender –se consideró un espectador involuntario que arrastraba, sin quererlo, la más culpable de las inocencias.

Esta novela es muchas cosas: un largo y lúcido grito de agonía, también una larga carta de amor, un sórdido Paseando a Miss Daisy , un somero acercamiento a alguien consciente hasta el límite de que ya no tiene nada que perder; la descripción de uno de los momentos más duros de la vida y la resignación que puede acompañarle, sin anular por ello el inevitable instinto de supervivencia que mueve al ser humano a aferrarse a cualquier clavo ardiendo disponible, aunque lo note incandescente y lleno de herrumbre. O mejor, una mirada atenta a dos clavos ardientes y sensibles sujetándose mutuamente con todas sus escasas fuerzas y sin ninguna convicción.

Podría seguir enumerando pero sólo sugiero que quien esté buscando una novela para pasar un rato agradable sin complicarse demasiado la vida elija cualquier otra.

Todas las obras de J.M. Coetzee reseñadas en ULAD: Aquí

lunes, 26 de abril de 2010

Pablo D'Ors: El amigo del desierto

Idioma original: español
Fecha de publicación: 2009
Valoración: decepcionante

El desierto como oportunidad de encuentro con un mismo; como símbolo de una vida auténtica; como posibilidad de silencio y profundidad.

De todo esto pretende hablar esta novela. Aunque, en mi opinión, no logra hacerlo con la suficiente hondura. Digamos que se esbozan muchas cosas interesantes en esta novela pero no terminan de perfilarse.

Creo que la primera parte de la historia (el modo en que el protagonista conoce un grupo de aficionados al desierto y descubre, a través de ellos, su propio interés) resulta demasiado extensa. En cambio, hay un punto en la narración, en que el personaje principal toma una decisión importante, a partir del cual el autor podría haber desarrollado muchas cuestiones que sólo llega a sugerir.

Quizá ése era, a fin de cuentas, su propósito y no pretendía mayor densidad "filosófica". O quizá, simplemente, no logró abordar con brillantez los temas que planteaba.

De esta novela breve, me quedo con algunos retazos sugerentes que os comparto.

"¿Cuándo sabe un hombre que ha llegado a ese punto del que, según dicen, no hay posible retorno? ¿Existe verdaderamente un punto desde el que ya no sea posible echarse atrás? (...) podía volver atrás, eso era un hecho. Sin embargo, algo me decía que pronto o tarde llegaría el día en que habría de arrepentirme una y mil veces de esa decisión: el día en que me lamentaría de haber desoído aquella voz inapelable y, pese a todo, respetuosa."

"Permanentemente amenazada y en condiciones muy adversas, la vida -mi vida. se expresó en el desierto en toda su plenitud. No, no creo que lo que allí estaba a punto de vivir hubiera podido sucederme en cualquier otro lugar."

"Estaba en mi patria, sí, pero como forastero. Resulta muy extraño sentirse huésped en la propia casa."

"Piensa que sólo eres libre cuando al partir puedas llevar contigo todo lo tuyo."

"(...) hasta entonces nunca había vivido lo más grande que un viaje puede deparar al viajero: el deseo de quedarse, la necesidad de no volver, el impulso -irresistible- de nacer de nuevo."

Creo que merece la pena leer este libro aunque sólo sea por éstos y otros destellos de lucidez. Pero sin poner en él demasiadas expectativas.


Más obras de Pablo D'Ors reseñadas en Un Libro AL Día: Andanzas del impresor Zollinger

domingo, 25 de abril de 2010

Nick Cave: La muerte de Bunny Munro

Idioma original: inglés
Título original: The Death of Bunny Munro
Fecha de publicación: 2009
Valoración: Recomendable

Bunny Munro es un vendedor a domicilio de productos de belleza y sabe que está acabado. Para ser exactos, sabe que va a morir. Lo presiente. Por eso, pocos días después de que su mujer se suicide (después de una larga crisis depresiva que él ha provocado a base de engaños, infidelidades y excesos de drogas y alcohol), Bunny coge a Bunny Jr., su hijo de nueve años, y comienzan juntos un viaje hacia los infiernos, marcado por el insaciable apetito sexual de Bunny, la presencia espectral de su esposa y un sinnúmero de situaciones tan surrealistas y patéticas como el protagonista de la novela.

Aunque hayan pasado casi veinte años desde que Nick Cave escribió su primer libro, la publicación del segundo ha demostrado que aquello no fue un capricho ni un éxito casual. Si bien La muerte de Bunny Munro coincide con Y el asno vio al ángel en que ambas hablan de personajes al límite, miserables, que gastan de forma irracional y desesperada sus últimos cartuchos, podemos apreciar un cambio absoluto en su estilo narrativo. La historia de Munro es de lectura rápida, sórdida y sin concesiones, a veces humorística, a veces patética, que bebe de la mitología popular (de ahí las referencias a Kylie Minogue y sus pantaloncitos dorados, entre otras) y se va espesando a medida que lo hace también el propio Bunny.

Podría recomendaros este libro porque está bien escrito, porque la historia tiene su aquel o por puro frikismo hacia un artista como Cave (que sí, me pierde, lo reconozco). Pero, ante todo, os lo recomiendo por la calidad con la que narra la historia de una caída. Tan acostumbrados como estamos a ser testigos (literarios) de grandes éxitos, de alegrías y grandes recompensas emocionales tras una vida de sufrimientos (ay), nos hace falta, de vez en cuando, recordar que también caemos, que ninguno de nosotros está nunca a salvo de fracasar y que salir adelante o intentar sobrevivir no ha sido jamás un deber, sino tan sólo una opción.

También de Cave: Y el asno vio al ángel.

sábado, 24 de abril de 2010

Junot Díaz: La maravillosa vida breve de Óscar Wao

Idioma original: inglés
Título original: The Brief Wondrous Life of Oscar Wao
Fecha de publicación: 2007
Valoración: recomendable

Óscar Wao es el protagonista de esta novela en la que, sin embargo, el personaje principal es la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo y su negra influencia sobre todos los aspectos de la vida de los dominicanos, influencia que alcanza a exiliados e incluso a sus familiares años después de la muerte del dictador. Sin lugar a dudas, esta novela es una muestra sumamente interesante para quien se quiera acercar a la terrible historia de este país de las Antillas. Aunque si uno se acerca a esta novela, sin ningún conocimiento sobre el tema, con afán de conocer aspectos históricos, quizás no sea la mejor opción. Facilmente la terminará sin tener muy claro qué ocurrió en la República Dominicana.

Probablemente lo mejor de este libro sea la polifonía que Junot Díaz le imprime. Evita abordar una realidad compleja desde el punto de vista de un solo personaje, el protagonista Óscar Wao, por ejemplo, y se lanza a narrar la historia desde la perspectiva de todos los familiares de Óscar. Lo que en un principio parece el relato de los males que acechan a este adolescente friki -un nerd, como lo describen en la novela-, enganchado a los cómics, los videojuegos y sagas fantásticas como Star Wars o El Señor de los anillos, muy pronto crece hasta conventirse en la narración de la historia de una familia dominicana marcada por la dictadura y el exilio.

La maravillosa vida breve de Óscar Wao es una lectura muy interesante que entretiene, emociona y enfada profundamente a lo largo de sus páginas. Además, la traducción del original en inglés se ha hecho al español dominicano, un gran acierto que da mayor fuerza y viveza al relato. Una novela recomendable para todo aquel interesado en la historia de este pequeño país. Y para todo el que no, también.

También de Junot Díaz en ULAD: Así es como la pierdesLa maravillosa vida breve de Óscar Wao (re-reseña)Los boys

viernes, 23 de abril de 2010

Leo...

...porque no hay nada bueno en la tele.

Leo para relacionarme con la Realidad de diferentes formas: evadiéndome de ella o sumergiéndome en ella, amándola u odiándola, comprendiéndola o quedándome atónito ante ella.

Leo porque leer es reinventar la realidad, apreciarla críticamente, desdoblarse en otros seres, empatizar con ellos.

Leo por recomendación médica: tenía un ojo vago y el oculista me dijo que tenía que ejercitarlo. Como terapia no sé si ha sido muy efectiva, porque ahora tengo más de 5 dioptrías además de una afición que raya en la adicción.

Leo porque me emociona, porque me cabrea, porque me deja indiferente. Creo que leo por leer, como una mala costumbre, como un vicio confesable, aunque nocturno e íntimo.

Leo, leo y leo, porque siento las cosas que otros sienten, veo las cosas que otros ven, oigo las cosas que otros oyen...y así aprendo, y me completo, y puedo comprender mucho más. Los libros me ayudan en mi camino. Y, además, disfruto con ellos.

¿Para qué voy a vivir una vida si puedo vivir centenares usando algo tan asequible como imaginación y palabras?

Leo para conversar con los muertos como si vivieran, y con los vivos como si no. Leo para no ser yo, para disfrutar de una pequeña muerte, cotidiana y reversible.

Le he estado dando vueltas a la cabeza y he descubierto que no tengo ninguna buena razón para leer. Leo porque sí, porque me apetece, porque me gusta. Y ya.

jueves, 22 de abril de 2010

Grandes decepciones: El niño con el pijama de rayas, de John Boyne

Idioma original: inglés
Título original: The Boy in the Striped Pyjamas
Fecha de publicación: 2006
Valoración: Decepcionante

Conversación entre Izas y la persona que le recomendó este libro:

Izas: No lo entiendo.
X: ¿Qué?
Izas: Que no entiendo por qué me diste la tabarra durante un mes para que leyera este libro.
X: ¿No te ha gustado?
Izas: Pues no. Los personajes son planos hasta el insulto, el final es predecible desde antes de la mitad del libro y la narración está caracterizada por una voz infantil increíble.
X: ¿Increíble?
Izas: Sí, que no me la creo.
X: Es un libro para niños, igual por eso te ha decepcionado...
Izas: Eso no tiene nada que ver. La historia interminable, Momo y un montón de libros más han sido escritos para niños y no sólo son leídos y disfrutados por personas adultas, sino que no tienen ese tono de "soy un niño inocente y bueno por naturaleza y vivo en el país de la piruleta, no me entero de nada". Los niños también son crueles y hacen travesuras. ¡Y lo observan todo! No me creo que el protagonista del libro no se entere de lo que pasa a su alrededor y, sobre todo, no me creo ciertas escenas.
X: ¿Cómo cuál?
Izas: Como la de la cocina. ¡Por favor! Sólo faltan carteles luminosos que emerjan del libro y anuncien que se acerca una escena traumática que denuncia la maldad de los oficiales de las SS. Ya me imagino a todos los lectores llevándose las manos a la cabeza y exclamando "¡Oh, qué malos!".
X: Sigo pensando que es debido a que es un libro para niños. El autor habrá querido dar "mascadas" algunas escenas para que se entiendan mejor.
Izas: Venga ya. ¿Desde cuándo son los niños idiotas? Lo que quería hacer es una novelita melodramática con moraleja que se pueda convertir fácilmente en un guión cinematográfico. Que me parece muy respetable, ¿eh? Pero que no me lo vendan como un libro valioso literariamente hablando, porque no lo es.
X: Mujer, mal escrito no está.
Izas: Eso es cierto a medias. Boyne escribe bien, en mi opinión, pero tiene muchas incorrecciones y hace ciertos juegos de palabras en inglés imposibles en alemán.
X: ¿Y?
Izas: Hombre, pues que el niño protagonista es alemán y habla en alemán, pero llama a Hitler Fury (El Furias, en la versión en castellano). Si es alemán y habla en alemán, ¿qué problema tiene en llamarle Führer, como hace el resto del país (de hecho, el resto del mundo)? A menos que sea disléxico, a mí me parece una –más que triste– estrategia de Boyne para que el lector piense "¡Oh, Dios mío, se refiere a Hitler!" y suenen de fondo unos CHA-CHA-CHAAAAANNNNNN...
X: Mmm... pero la historia es bonita; la amistad que se establece entre los niños...
Izas: Sí, claro, y que el niño pueda entrar en el campo de concentración ya es el colmo. ¡Si las vallas estaban electrificadas!
X: Puede ser una licencia literaria, tampoco hay que ser tan quisquilloso...
Izas: Pero hay que ser coherente incluso al hacer este tipo de licencias. ¿Un niño puede entrar en un campo de concentración sin que los vigilantes (los mismos vigilantes que no se han dado cuenta de que los dos niños llevan MESES reuniéndose. Ejem) se enteren y los adultos que están dentro no pueden escaparse? Por favooooooor...
X: Vaya, visto así... Ya siento que no te haya gustado.
Izas: Bah, tranquilo. Seguro que el próximo libro que me leo es mejor.
X: Pues acabo de leer uno buenísimo. Si quieres...
Izas: Déjalo.

miércoles, 21 de abril de 2010

Grandes decepciones: Rayuela, de Julio Cortázar

Idioma original: Español
Año de publicación:
1963
Valoración:
Está bien

Más de un año después de empezar este blog, digo yo que ya es hora de reseñar Rayuela, una de las novelas (o contranovela o antinovela, tanto da) más influyentes de la literatura del siglo XX, y uno de los hitos que contribuyeron a formar y reforzar el boom de la narrativa latinoamericana. Pero aunque a alguno le pueda parecer una herejía, en mi modesta opinión, en Rayuela las intenciones y las intuiciones generales del autor son muy superiores al resultado concreto, que a ratos es, reconozcámoslo, sinceramente aburrido.

Quien hojee por primera vez la novela, se encontrará con un "tablero de dirección", en el que se proponen dos lecturas posibles: una tradicional (empezando en la primera página, y terminando en la página que dice "fin") y otra alternativa, saltando por los capítulos de la novela, siguiendo el orden que se indica en ese tablero. Se elija la versión que se elija -aunque sospecho que todo el mundo elige la segunda-, uno se encuentra con las aventuras intelectuales, amorosas y literarias de Horacio Oliveira, primero "del lado de allá" (en París) y luego "del lado de acá" (en Buenos Aires).

Por supuesto, es innegable que en Rayuela hay capítulos insuperables, magníficos, que ponen la piel de gallina y producen hasta vértigo de lo buenos que son. Por ejemplo, el precioso capítulo 7; o esa sensual escena en glíglico (sensual, a pesar de estar en glíglico); o el personaje de La Maga, con su hijo de nombre improbable, de la que es casi imposible no acabar enamorado. Y sin embargo, a la novela le sobran decenas, si no centenares de páginas; las morellianas (capítulos de reflexión filosófica o literaria de un supuesto escritor llamado Morelli, probable trasunto de Cortázar) son casi siempre pesadas y molestas; y toda la segunda parte "del lado de acá" resulta insulsa, absurda, innecesaria. ¿Y qué tenemos que hacer quienes no sabemos de jazz con todas las referencias que el bueno de Julio puso ahí, más por afán exhibicionista que divulgativo, sospecho?

Siempre que se habla de los antecedentes de la narrativa hipertextual, se menciona Rayuela. Lo sé, porque yo también he dado clases de narrativa hipertextual, y he mencionado a Rayuela. Y sin embargo, esta novela, poderosamente dominada por el ego de Cortázar, está muy lejos de ejemplificar esa "muerte del autor", o esa "libertad del lector" que, se supone, caracteriza a la literatura posmoderna. La mano del autor se muestra desde la primera página (ese "mapa" que el lector no puede dejar de seguir si no quiere perderse), pero sobre todo en su superabundante ego, que rezuma en cada página, y que termina por empalagar o por ahogar al lector...

También de Cortázar en ULAD: Aquí

martes, 20 de abril de 2010

Grandes decepciones: Carta de una desconocida, de Stefan Zweig

Idioma original: alemán
Título original: Brief einer Unbekannten
Fecha de publicación: 1922
Valoración: Se deja leer

Cuando alguien querido, o de confianza, o alguien cuyo criterio nos es a menudo bastante fiable (porque, para qué negarlo, se aproxima bastante al nuestro) nos recomienda una obra, ya sea literaria, musical o cinematográfica, nos quedamos de una pieza cuando comprobamos que se trata de algo que no sólo no nos gusta especialmente, sino que nos resulta pobre o incluso decepcionante.

Algo me pasó a mí con el libro que he escogido para hablar de una de mis "Grandes decepciones" literarias. Una chica muy agradable y con un gusto literario y cinematográfico parecido al mío me recomendó apasionadamente que leyera Carta de una desconocida, plenamente convencida de que me iba a encantar. Y bueno, fue ella misma la que me prestó el libro, deseosa de que lo leyera y le dijera que sí, que me había parecido muy bueno, y de que comentáramos ambos pasajes o frases que nos había "llegado". A ello se unió que otra amiga (también "de fiar") vio la película que Ophüls rodó sobre el libro en 1948 y me habló maravillas de ella. ¿Cómo iba a negarme? Lo hice: lo leí.

El libro de Zweig posee un argumento en verdad sugerente (seré breve para salir airoso, una vez más, de mi huída imaginaria de los cazadores de spoilers): mujeriego empedernido tiene un romance con una delicada dama a la que deja embarazada sin saberlo, y con la que coincidirá de nuevo sin llegar a reconocerla. Ésta, madre de ese hijo que no sabe nada sobre su origen, a la vista de unas dolorosas circunstancias, se decide a mandarle una carta al Casanova empedernido contándole qué fue de su vida desde que le conoció. Vamos, que se trata de eso, de la carta de una "desconocida" al despreocupado playboy que la marcó para siempre.

El libro es breve y se lee de un tirón, como si de un relato largo y ágil se tratara, pero bueno, lo que es bueno..., en mi opinión no lo es. Es que cuando lo terminé, me quedé como si hubiera leído uno de esos cuentos que escriben (con cierta desgana) escritores consagrados para periódicos y suplementos en los meses estivales. "Sí, bueno, vale, lo he podido leer, pero vamos...¿es esto la pequeña maravilla de la que me han hablado? No lo creo: me ha parecido un folletín difícil de creer, con sobredosis de glucosa, bastante incoherencia argumental, y bueno...que no: que no me ha gustado" , le confesé a otra persona de confianza, la cual, animada por la idea de descurbrir por ella misma si la obra de Zweig era tan buena o mediocre, también lo leyó...Y me confesó que pensaba como yo. "Qué tontería de libro, ¿cómo te puedes creer que esa mujer actúe así? Es imposible, o al menos, no está escrito como para que pienses que la protagonista haga esas cosas...Quizás le falla el ritmo, el lenguaje...Pero esa melancolía descomunal y ese automartirio sobrehumano de la señora no tienen sentido...". Cien por cien de acuerdo.

Pero bueno, no hace falta que todo el mundo esté de acuerdo con uno para que el criterio propio valga más o menos: es precisamente eso, el propio (que no ajeno) criterio el que nos lleva a amar, odiar o "pasar" de algo que gusta, por lo general, al resto.

Y ya que estamos, contaré un secreto: no me atreví a confesarle a la propietaria del libro que no me había gustado. Ella interpretó mi silencio a su manera: "¡Ya sabía yo..., ya sabía yo que te iba a encantar! ¡Cómo te conozco!" (...)

Otras obras de Stefan Zweig en ULAD: El mundo de ayer¿Fué él?Fouché. Retrato de un hombre políticoMendel el de los librosMaría AntonietaTiempo y mundoNovela de ajedrezVeinticuatro horas en la vida de una mujerViaje al pasadoLos ojos del hermano eternoLas hermanasLa piedad peligrosa o La impaciencia del corazónMontaigneClarissa, MiedoArdiente secretoUna boda en LyonEl amor de Erika Ewald

lunes, 19 de abril de 2010

Grandes decepciones: El asesino ciego, de Margaret Atwood


Idioma original: inglés
Título original: The Blind Assassin
Año de publicación: 2000
Valoración: Está bien


En cualquier obra de ficción podemos encontrar, al menos, tres motivos, – válidos y no excluyentes entre sí – para ocultar información al lector: 1) Apelar a su inteligencia prescindiendo de los detalles que puede deducir por sí mismo. A un autor demasiado explícito se le puede acusar de que escribe para tontos. 2) Mantener la intriga, tanto sobre las circunstancias de un hecho luctuoso como sobre la identidad de su autor, descubriendo al final todas las cartas ocultas de un ensamblaje en el que todo encaja perfectamente. 3) Añadir cierto encanto a la trama creando un ambiente de misterio y melancolía, como si lo enfocado quedase en penumbra. prescindiendo de explicaciones innecesarias, sin olvidar ningún dato fundamental. Nada de esto se produce en esta novela, Premio Booker 2000, cuya autora recibió hace dos años el Príncipe de Asturias de las Letras.

Historia de asuntos familiares y personajes femeninos, desde el principio – un principio que promete – se nos introduce en un ambiente y una época impregnados de un encanto añejo. La recreación de escenas y lugares es buena y la presentación de los personajes convence en un primer momento. Sin embargo, al no desarrollarse con claridad los hechos, se les impide evolucionar de forma natural y esto acaba limitando sus posibilidades y volviéndoles, a medida que avanza la novela, cada vez más planos y próximos al cliché.

Novela ambiciosa, cuya complejidad estructural no sólo no añade nada al conjunto sino que diluye el dramatismo del relato y deriva la lectura por vericuetos intrascendentes que le alejan del verdadero núcleo, el que justifica realmente el argumento. Demasiadas páginas para contar muy poco. En realidad, la acción se atasca en lo secundario, sembrando una intriga que de momento atrae; hasta que acabamos intuyendo que la única razón de eludir lo fundamental es el temor de la autora a enfrentarse a sucesos escabrosos y probablemente nada sencillos de abordar. Por eso, en lugar de reflejarlos con delicadeza, lo que hace es pasar por su lado de puntillas tapando los ojos del lector.

La realidad se nos presenta con cuentagotas mediante la alternancia de un escrito (de título idéntico, novela dentro de la novela) y algunos extractos de prensa separados por años de distancia, con la intención de mantener el interés durante el mayor tiempo posible. Ni siquiera existe un verdadero desenlace: al final no tenemos más que indicios de aquello que, pretendidamente, justifica toda esa gran verborrea.

Para el escamoteo también hay recursos: habladurías, medias palabras, sucesos que son tabú y un cerrilismo que no cuadra con la inteligencia que se atribuye a los personajes. Ni me parece mínimamente creíble que individuos con un temperamento fuerte y capacidad de decisión se inhiban de conocer y atajar hechos graves, dolorosos y que les afectan directamente.

Por todo ello, aunque no está mal escrita ni mal contada El asesino ciego es, en mi opinión, una trampa de principio a fin, un hurto descarado de información mientras se arrulla al lector con violines, – que, por cierto, no suenan mal, circunstancia que explicaría su éxito –. No obstante, aunque podría admitirse, quizá, una broma de 150 páginas, si lo que está en juego son nada menos que 625 la cosa cambia y mucho.

Otras obras de Margaret Atwood en ULAD: Oryx y CrakeDoña OráculoPor último, el corazónNada se acabaLa semilla de la brujaAlias GraceUn día es un díaLos testamentosEl cuento de la criada, Posturas políticas

domingo, 18 de abril de 2010

Grandes decepciones: Ana Karenina, de León Tolstoi

Idioma original: rusoTítulo original: Анна Каренина
Fecha de publicación: 1877, publicación completa. Pero como folletín entre 1875-1877Valoración: aburridísimo

Ya sé que voy a empezar la reseña con un chiste malísimo para el general de los mortales y de invención propia, pero no lo puedo evitar. De hecho, hasta aún sonrío cuando lo cuento porque me encanta, y es que Tolstoi me ha resultado un auténtico “tolstón”.

Y no es que me haya resultado más que aburridísimo por el género en sí, que se adscribe dentro del realismo ruso, pues me suele gustar la literatura rusa, y el género realista, pero no pude con esta obra. Así como la propia vida del autor resulta fascinante (se le define como filósofo cristiano libertario y anarcopacifista, precursor del naturismo libertario, crítico de la institución eclesiástica, pero cristiano convencido, y excomulgado), esta obra en concreto es intragable. He releído algún pasaje al preparar la reseña, pues lo leí hace unos cuantos años, y he recordado aquellas horas interminables en las que me tenía que obligar a finalizarlo, por orgullo, por principios, qué sé yo, pero debía leerlo entero. ¿Y si lo mejor estaba al final?

Y no, no lo estaba. Reconozco el valor que tiene como crítica a la aristocracia rusa de finales del s. XIX y principios del XX, pero se hace demasiado lento. La historia, a grandes rasgos, se puede dividir en dos partes. Primero, tenemos como protagonista a Ana Karenina, casada, pero descontenta con su vida. Y aquí nos encontramos con historias de amor y desamor, de dudas morales, felicidad y tristeza, dentro de la alta sociedad rusa. En estos entresijos, conocemos a Lyovin, el protagonista central de la otra historia paralela de la novela.

Si la parte que hace referencia a Ana y lo que le rodea resulta un poco aburrida por lo enmarañado y fútil, la parte de Lyovin lo resulta por lo denso y lento. Después de un primer y corto encuentro con el mundo que circunda Ana y su familia, vuelve a su granja donde comienza un camino espiritual que le llevará a pasar por varias etapas, intentando mejorar la situación de los campesinos, consiguiendo lo que se suponía que le iba a dar la felicidad y descubriendo que sólo Dios y el crecimiento espiritual puede concedérsela. Se dice que Lyovin es el mismo Tólstoi, y que relata su propia experiencia personal.

Así dicho, parece interesante. Además, si lo ha escrito uno de los grandes de la literatura universal, del que por cierto, este año se conmemoran los cien años desde su muerte, la cosa es de lo más atrayente. Pues bueno, ha sido mi gran decepción. Terminé la novela, pero a rastras. Y releer algún pasaje no ha hecho más que convencerme.

No apta para propensos al sueño durante la lectura.

También de Lev Tolstói en ULAD: Sonata a KreutzerGuerra y Paz

sábado, 17 de abril de 2010

Colaboración: El curioso incidente del perro a medianoche, de Mark Haddon

Idioma original: inglés
Título original: The curious incident of the dog in the night-time
Fecha de publicación: 2004
Valoración: muy recomendable

Christopher tiene 15 años, adora las listas, y los esquemas, y nunca dice mentiras. Nunca ha pasado de la tienda de la esquina, pero cuando la señora Shears le acusa falsamente de haber asesinado a Wellington, su caniche, decide convertirse en un Sherlock Holmes bastante particular... Christopher es un hacha con las matemáticas, pero odia el amarillo y el marrón. Su orientadora, Siobahn, que tiene el pelo largo y rubio y unas gafas de plástico verde, le ha pedido que escriba el libro que le gustaría leer, y ha decidido que escribirá una novela policíaca; todo un libro con sus pesquisas como detective con los capítulos enumerados con números primos, porque a Christopher le encantan los números primos, aunque odie el contacto físico.

El curioso incidente del perro a medianoche fue la primera novela de Mark Haddon después de una carrera literaria dedicada a los libros infantiles. En ella nos introducimos en el particular universo de Christopher, un chico autista con una visión muy particular y, en ocasiones envidiable, del mundo que le rodea y las personas que forman parte de él. Quizá lo que hace tan especial a esta novela es la narrativa empleada; escrito en primera persona directamente por su protagonista, su lenguaje, sin dejar de ser sencillo, desprende ternura y singularidad, un loable trabajo por parte del autor que consigue que nos pongamos en la piel de ese niño que nunca hemos sido.

“Y esto significa que el tiempo es un misterio, y que no es ni siquiera una cosa, y nadie ha resuelto jamás el rompecabezas de qué es el tiempo exactamente. Y por eso, si te pierdes en el tiempo es como perderse en un desierto, solo que no puedes ver el desierto porque no es una cosa. Y por eso a mí me gustan los horarios, porque son la garantía de que no te vas a perder en el tiempo”.

Pero este pequeño tesoro no sólo constituye una descripción cercana del protagonista, sino que se convierte en una novela de misterio diferente, en la que te encuentras con esquemas, dibujos, fórmulas, gráficos… y con un desenlace poco previsible. Un libro de 268 páginas que se lee con gran facilidad y que engancha desde el primer momento gracias a una forma muy particular de hacernos testigos de una historia que puede parecerse a otras muchas pero que su protagonista hace distinta a las que hayas podido leer hasta el momento. Sin duda, no te arrepentirás de empezarlo y te apenará que se acabe.

Firma invitada: Patricia Sánchez

viernes, 16 de abril de 2010

Jose Luis Cortés: Un dios llamado Abba.

Idioma original: español.
Fecha de publicación: 2003.
Valoración: muy recomendable.

En realidad, da igual cuales sean las creencias religiosas del lector de este cómic; es imposible que no se le escape una sonrisa frente a un dios tan "de andar por casa", en bata y zapatillas.

Cortés, con su humor habitual, nos presenta en este libro a un "papá" cercano, afectuoso, alegre y muy lúcido, al que le duelen las injusticias del mundo y la infelicidad de las personas... y le indigna la indiferencia y torpeza de la iglesia.

Más próximo a los principios de la teología de la liberación que al conservadurismo de la institución eclesial, este "abba" consuela a una joven lesbiana por la discriminación que sufrió; se quita de la cabeza el triángulo símbolo de su divinidad, para ponérselo a una mujer pobre y acostumbrada a sufrir; se hace cómplice de un niño que no cree que le esperen las llamas del infierno por portarse mal; o insiste en que le expliquen las ventajas del celibato voluntario, porque sigue sin comprenderlas...

En fin. Es un dios al que quizá sentaran también en la silla en que sentaron a Galileo y a Boff. Quizá alguien me diga que exagero pero estoy segura de que ciertos sectores de la iglesia considerarán este libro, a pesar de su humor y su ternura, ciertamente "subversivo".

Con Cortés pasa algo así como con Quino. Al menos a mí me pasa. Leerlo es como tomarse un respiro; un poco de alivio en medio de la superficialidad, el egoísmo y la hipocresía. Y entre sus lectores suelen darse conversaciones similares a las que surgen, por ejemplo, entre los fanáticos de Mafalda: "¿Te acuerdas de esa viñeta en la que...?"

Insisto en algo que me parece importante; si alguien duda de si merece la pena leer este libro sin creer en dios, sin ser cristiano o sin entender nada de teología, le aconsejo que lo tome sin prejuicios, con la mente abierta y la sonrisa dispuesta. A fin de cuentas, así es como el autor nos presenta su peculiar visión del "cielo".

jueves, 15 de abril de 2010

Walter Scott: La novia de Lammermoor


Idioma original: inglés
Título original: The Bride of Lammermoor
Fecha de publicación: 1818
Valoración: Recomendable

¿Es posible hacer una reseña literaria a base de preguntas? ¿Por qué no intentarlo? ¿Acaso no es La novia de Lammermoor un libro adecuado para hacerlo? ¿No son sus personajes principales (dos viejos enemigos y sus hijos, que se enamorarán al coincidir accidentalmente) merecedores de ser recordados en ULAD?

¿Qué habría que decir (preguntar en este caso) sobre la obra del escocés Walter Scott para que el lector se haga una idea? ¿Es esencial mencionar que se trata de la enésima versión del mito de Romeo y Julieta, pero esta vez en tierras británicas? ¿Es importante avisar de que su introducción, su nudo y su desenlace son tan típicamente románticos que los lectores más hastiados de lo requete-contado huirán como de la peste?

¿La novia de Lammermoor merece ser etiquetado como "Recomendable" pese a que no aporte nada nuevo a lo ya escrito? ¿Debe ser etiquetado como "Recomendable" por obra y gracia de su lenguaje cuidadísimo y poético, de sus descripciones humanas eficaces aunque arquetípicas, y de su encanto antiguo? ¿Su argumento predecible le hace perder puntos a la hora de ser juzgada como obra literaria de peso? ¿No son las fórmulas una y otra vez repetidas pero eficaces las que hacen que un libro o una película cuenten con apoyo por parte del público y de la crítica?

¿El haber sido el best seller de la época puede volver a hacer brotar la eterna discusión de que si hay best sellers de calidad y best sellers para llorar?

¿A alguien le interesaría saber más cosas sobre el escritor, sir Walter Scott, un abogado escocés de buena familia que se puso a escribir a los veinticinco años sin saber el éxito que ello le reportaría? ¿Recordará la gente que es el responsable de que William Wallace y Rob Roy sean mundialmente conocidos (aunque las películas también han hecho su trabajo, la verdad)? ¿Es trascendental mencionar que escribió con pseudónimo una buena temporada hasta que se "descubrió"?

¿No es hermoso el nombre de su heroína, la joven Lucy, que incluso ha inspirado una ópera? ¿Y no es la madre de la joven, la maquiavélica lady Ashton, contraria al amor de los protagonistas, una de esas mujeres pérfidas y poderosas que tanto abundan en páginas y fotogramas?

¿A los lectores de hoy en día les puede interesar leer un libro romántico con argumento manido y lenguaje del año de la polca?

¿Lograré que alguien busque La novia de Lammermoor para devorarlo cuando lea esta pseudo-reseña llena de interrogantes?

¿No es la vida en sí una serie de interrogantes sin respuesta?

¿No me estoy desviando ya del tema?

¿Es esto una reseña?

¿Paramos?

¿?

miércoles, 14 de abril de 2010

Maestro Kong (Confucio): Analectas

Título original: 論語
Idioma original: chino
Fecha de publicación: en debate, pero se acepta comúnmente entre el 475-221a. C
Valoración: imprescindible

“No hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti”. Esta es una de las Analectas más conocidas, una de las variaciones de la Regla de Oro- sentencia de la ética de la reciprocidad común a todas las grandes religiones-, del maestro Kong, al que conocemos por su nombre latinizado Confucio. Filósofo chino del siglo VI a.C , es decir, un filósofo de hace mucho, mucho tiempo, y de una tierra muy, muy lejana. Y porqué matizo estas dos características: pues porque a pesar de la enorme distancia espacio-temporal que nos separa de su persona, sus pensamientos, transmitidos a través de sus numerosos discípulos, nos llegan hoy como escritos ayer mismo en la habitación de al lado de nuestro salón- y no, no en el templo más cercano, pues Confucio, aunque hombre piadoso, no hacía mucho caso de los designios divinos y cargaba de toda responsabilidad al ser humano. Así pues, perfectamente podría escribirlo en esa habitación al lado de nuestra sala.

Las Analectas, o Lun Yu, son una compilación de sentencias recogidas unos treinta-cuarenta años tras la muerte del maestro por sus discípulos. En algunas se ha reconocido la mano de estos propios transcriptores que variaban el pensamiento de su maestro adaptándolo a su momento particular. Pero la esencia es la misma. Para terminar con el aspecto formal de la obra diremos que forma parte de los Cuatro Libros Clásicos del confucianismo, siendo este el tercero y el único de autoría atribuida al propio Confucio. Los Cuatro Libros eran de estudio obligatorio hasta hace poco, y siguen formando parte esencial de la cultura y pensamiento chinos.

Se trata de una obra ética y moral que enseña al lector a alcanzar la sabiduría . Bueno, más bien a perseguirla, porque el propio maestro reconocía no haber alcanzado el máximo en ninguno de sus tres principios. Estos tres principios del confucianismo son: Li, Yi y Ren. Li es la norma ideal del comportamiento; Yi, es la virtud de la justicia y la reciprocidad; y Ren, la virtud de la bondad y la benevolencia.

Una obra para reflexionar sobre uno mismo y sobre la naturaleza humana universal pues, aunque escrito en China, a miles y miles de kilómetros de aquí, y hace dos mil quinientos años, todos somos seres humanos que buscan la respuesta a las mismas preguntas, una y otra vez.

“Transporta un puñado de tierra todos los días y construirás una montaña.”
"Si un pájaro te dice que estás loco, debes estarlo, los pájaros no hablan."
"Nuestra mayor gloria no está en no caer jamás, sino en levantarnos cada vez que caigamos."

martes, 13 de abril de 2010

Colaboración: Las aventuras del buen soldado Svejk, de Jaroslav Hasek

Título original: Osudy dobrého vojáka Švejka za světové války
Idioma original: Checo
Año de edición: 2008 (Traducido al castellano)
Valoración: Muy recomendable

Creo que fue a Dámaso Alonso, en una entrevista que le hicieron en la tele a propósito de cierta celebración relacionada con el Quijote, a quien oí relatar la siguiente anécdota hablando del Ingenioso Hidalgo. Un conocido le confesó en una ocasión que no lo había leído a lo que él le respondió: "Enhorabuena, porque todavía le queda a usted por disfrutar de uno de los mayores placeres de esta vida". No sé si Las aventuras del buen soldado Svejk llegará a tanto, pero si no es así sin duda se aproxima mucho, y ello refrendado por la afirmación que se atribuye a Bertold Brecht sobre ella: "Si me pidieran que eligiera tres obras literarias de este siglo que formaran parte de la literatura universal, diría que una de ellas es sin duda Las aventuras del buen soldado Svejk de Hasek".

Jaroslav Hašek la publicó entre 1921 y 1922. Falleció de tuberculosis al año siguiente sin terminarla, cosa que hizo un amigo. Es sin duda la novela más popular fuera de las fronteras checas.

Pero regresando a nuestra literatura no cabe duda de que El buen soldado Svejk guarda una entrañable relación con Cervantes y con nuestros pícaros, quizás más concretamente con el Lazarillo. Svejk es un pícaro que se define a sí mismo como un “idiota oficial”, recalcando el orgullo que le produce la oficialidad de esa condición, y a lo largo de la novela, después de desternillarnos de risa con muchas de sus aventuras, descubriremos que, al igual que le sucede a la gran mayoría de los personajes a los que presta sus servicios en el ejercito Austro-Húngaro durante la Primera Guerra Mundial, no queda muy claro si es un idiota irremediable o un tipo tan fino y listo que se burla de todos ellos sin que ninguno tenga la más mínima posibilidad de admitir que es así. Esa dualidad estupidez/inteligencia será constante en la novela y constituirá un enigma nunca desvelado sobre el que cada lector puede crear su propia opinión.

Desde su idiotez oficial y como sin querer, Svejk realiza una crítica de la guerra, retrata y ridiculiza a muchos personajes destacados de la sociedad checa, de un imperio, el Austro-Húngaro, en descomposición, con su amalgama de culturas y lenguas diferentes, como una torre de Babel, de la jerarquía militar y del caos y anarquía reinante en el ejército en el que le toca batallar. Es muchísimo más que un simple manifiesto antibelicista, Svejk es una lección para la vida y a uno, al terminar su lectura, le entran tentaciones de convertirse también en un “idiota oficial” y encarar la existencia con una jarra de buena cerveza en la mano. No te la pierdas.

Firma invitada: Saljo

lunes, 12 de abril de 2010

Sapphire: Precious


Idioma original: inglés
Título original: Push
Fecha de publicación: 1996
Valoración: Recomendable

Reconozco que llegué a este libro gracias a la televisión. Después de ver mil y una noticias sobre la película Precious, su protagonista, todos los premios que ha ganado y lo buena que es (algo sobre lo que no puedo opinar, pues no la he visto), decidí hincarle el diente a la novela en la que está basada. Precious (o Push) cuenta en primera persona la historia de Claireece Precious Jones, una adolescente analfabeta que, a sus 16 años, está embarazada de su segundo hijo, fruto (al igual que el primero, que tuvo cuando sólo tenía 12) de las sistemáticas violaciones a las que la somete su padre. Brutalmente maltratada por su madre y expulsada del instituto cuando su estado se hace más que evidente, Precious acude a una escuela alternativa, donde espera aprender a leer, escribir y sacar adelante a sus hijos sin depender de nadie.

Si nos guiamos por este resumen del argumento (que básicamente podéis obtener en cualquier sitio, ya se hable de la película o del libro), pensaremos que estamos ante una novela durísima, tristísima, que nos va a repugnar o a hacer llorar y nos va a amargar cada momento que dediquemos a leerla. Afortunadamente, no es así. A pesar de que el punto de partida de la historia es el incesto y los malos tratos, Precious es una novela que, sin sentimentalismos ni dramatizaciones, nos da una lección sobre la superación personal. Nos habla de levantarnos cada mañana y hacer algo por nosotros mismos. De sufrimiento, sí, pero sólo en la medida en que ese dolor nos da fuerza e impulso para salir adelante y resurgir de nuestras cenizas.

Os recomiendo leer este libro porque la historia que en él se cuenta merece la pena, y os recomiendo hacerlo en inglés (a pesar del slang), porque conocemos a Precious a través de sus palabras y a medida que ella y sus escritos evolucionan, la acompañamos en un viaje que, al final (y salvando ciertas diferencias), también es el nuestro.

domingo, 11 de abril de 2010

José Saramago: Caín

Idioma original: portugués
Título original: Caín
Año de publicación: 2009
Valoración: se deja leer

Últimamente, casi todo lo que leo de Saramago me resulta decepcionante. Incluso libros que en su día me gustaron mucho, como Ensayo sobre la ceguera, me han parecido maniqueístas y tramposas, como dije en otro blog. Pero este libro me tentó, primero porque estoy haciendo mis pinitos leyendo literatura portuguesa en portugués, y segundo porque el mito de Caín me parece muy interesante y muy rico en matices y lecturas posibles (lecturas que han realizado escritores como Byron, Steinbeck o incluso Unamuno).

Conociendo la postura ideológica de Saramago y varias de sus obras anteriores, y teniendo en cuenta los debates (o más bien trifulcas) actuales sobre religión y laicismo, yo esperaba una reivindicación humanizadora de Caín: un alegato de su dignidad injustamente despreciada por un dios absurdo; un alegato de la razón frente a la revelación, de la tolerancia frente al fanatismo, algo así. Y no: lo que hay es una lectura desmitificadora (pero no remitificadora), infantilizante, pretendidamente humorística (algunos pasajes hacen gracia, pero el conjunto no) de diversos pasajes bíblicos conocidos por todos: el Paraíso, Abraham, Noé, etc.

La novela no me ha revelado nada, no ha añadido nada sobre los mitos bíblicos que no supiéramos ya. Saramago parece haber pensado que los mitos judeocristianos, por el hecho de tener orígenes religiosos, son inservibles para hacer literatura seria; cuando es evidente lo contrario: estos mitos, por el hecho de ser mitos, y por estar imbuidos en nuestra cultura, son poderosísimos como fuente de imágenes, de narrativas, de símbolos (respetando o subvirtiendo sus significados originales, claro).

Después de la publicación de la novela hubo una importante polémica en Portugal y (algo menos), en España -algo que, estoy seguro, Saramago esperaba e incluso deseaba-. Pero después de leerla, la polémica no se comprende. Caín es un libro tan tontorrón, tan inofensivo, hace tan poca sangre contra los verdaderos puntos negros de las religiones actuales, que protestar contra ella es tan infantil como taparse los oídos cuando alguien dice "culo". A no ser, claro, que quienes se sientan ofendidos sean los que como yo esperaban una reflexión narrativa de mayor enjundia en la pluma de todo un premio Nobel como Saramago...

También de Saramago: El hombre duplicado.

sábado, 10 de abril de 2010

Miguel Delibes: Cinco horas con Mario

Idioma original: español
Año de publicación: 1966
Valoración: imprescindible

Irónicamente, la muerte de un escritor suele ser el acontecimiento más rentable de su carrera: los críticos alaban su trabajo, las editoriales reeditan sus obras, el público vuelve los lacrimógenos ojos a él... En este blog conmemoramos la obra de Miguel Delibes el día de su fallecimiento, día en que nos dimos cuenta de que apenas habíamos reseñado nada de uno de los maestros de la narrativa española del siglo XX.

A Delibes no le hizo falta irse para que críticos, editores y lectores le hicieran justicia: afortunadamente, llevaba años ostentando esa bien merecida posición entre nuestras letras. Yo no lo descubrí ni lo redescubrí a su marcha, ni tampoco he necesitado releer Cinco horas con Mario durante este último mes porque hacía muy poco que lo había leído. Sin embargo, sí me ha influido este fenómeno "post-mortem" en un sentido: sin saber bien por qué -tal vez movida por un sentimiento de "si todos seguimos leyendo a Delibes evitaremos que se haya marchado del todo"-, ahora me he animado a regalar esta obra literaria con mayúsculas.

Excepto por un prólogo y un epílogo, la novela está escrita en clave de monólogo interior (técnica narrativa que, sin ser una novedad en 1966, Delibes demuestra conocer y manejar con habilidad y efectividad pasmosas). Cinco horas con Mario se desarrolla, precisamente, durante las cinco horas que pasa una mujer de mediana edad velando el cadáver de Mario, su marido. Cinco horas que se pasa hablando consigo misma y con su esposo muerto, durante las cuales va desgranando los detalles de su vida juntos.

La verborrea de esta mujer -cotilla, autoritaria y un poco mezquina- es irritante y adictiva al mismo tiempo. Aunque queremos meternos de un salto entre las páginas para espabilarla de una bofetada, no podemos evitar seguir leyendo: en cada capítulo, entre repeticiones y reiterados "si ya te lo decía yo", se nos va ofreciendo nueva información, como con cuentagotas. Cuando la novela termina -sorpresa final, relacionada con nuestra parlanchina protagonista, incluida-, nos damos cuenta de que el triste de Mario ha muerto siendo un completo desconocido para su mujer. Éste es el mayor logro de la novela: cómo el lector llega a comprender a un personaje que sólo está de cuerpo presente precisamente a través de las palabras de quien jamás logró hacerlo.

Creo que Cinco horas con Mario es, para muchos de nosotros, el típico clásico que acumula polvo en lo más hondo de la estantería y que no leemos porque "ya la leeremos algún día". Por favor, quien lo esté haciendo que no lo siga posponiendo: habrá a quien no le guste, pero no creo que deje indiferente a nadie.

Otras obras de Miguel Delibes en ULAD: Aquí

viernes, 9 de abril de 2010

Luis Landero: Retrato de un hombre inmaduro


Idioma original: español
Valoración: Se deja leer
Fecha de publicación: 2009

En algún lugar de este blog he escrito que las enumeraciones son para mí un placer. Y añado, mucho mejor cuanto más largas y caóticas. Eso me ocurría hasta que cayó en mis manos este libro y no pude resistirme a leerlo. Había ido siguiendo, casi paso a paso, la trayectoria del autor desde su primera y sorprendente novela y no quería perder la ocasión de completarla. Por desgracia para mí, tenía demasiado reciente la anterior, Hoy, Júpiter, que terminé por el mismo motivo a pesar de habérseme hecho tan larga como tediosa y, sobre todo, haberme parecido innecesaria.

Retrato de un hombre inmaduro continúa la inagotable retahíla de enumeraciones de relleno de aquella, en un relato sin ninguna trabazón argumental, con un protagonista que carece de entidad psíquica, cuyo motivo para desgranar esos recuerdos no entendemos, y cuyo interlocutor y circunstancia en que tiene lugar la larga sucesión de confidencias no se nos revela nunca.

Recuerdos, personajes y anécdotas van apareciendo sin ninguna justificación y sin que, por lo demás, contribuyan lo más mínimo al desarrollo natural de la trama. Es difícil que, en estas condiciones, surja la necesaria corriente de empatía o cualquier emoción, la que sea, ni siquiera hacia su personaje principal. Aquí, las peripecias más anodinas se presentan de forma totalmente arbitraria mientras van desfilando muchos de los personajes menos creíbles que he encontrado nunca en una obra de ficción. Aunque es cierto que libros malos, rematadamente malos, he leído pocos.

Ignoro si los autores actuales se ven obligados o no a publicar con cierta frecuencia y reconozco que esta vez Landero ha tenido el buen gusto de no abrumar al lector con un número excesivo de páginas. Pero no es suficiente: en mi opinión, cuando alguien no tiene nada más que decir, lo mejor que puede hacer es callarse.

También de Luis Landero: Juegos de la edad tardía

jueves, 8 de abril de 2010

Zoom: El entierro de las ratas, de Bram Stoker

Idioma original: inglés
Título original: The Burial of RatsFecha de publicación: 1891Valoración: recomendable

Quiero leer algo...uhm...pero algo corto. Sí, hace meses que leo demasiadas sagas, trilogías y libros con miles de páginas...quizá lea un relato, por ejemplo. Veamos, ¿qué tengo por aquí? Vaya, tengo varias cosas de Bram Stoker. ¿Es que acaso tiene algo más publicado aparte de Drácula? Hala, varias colecciones de relatos y otras novelas. No, novelas no, hemos dicho que algo más corto. A ver si me va a dar por el ciclo Stoker. Además, la novela gótica de época victoriana se hace bastante rutinaria...bueno, pero Drácula es EL CLÁSICO del género. Ya, pero resulta raro que aparte de eso no se le conozca por nada más, ¿no? Leamos títulos: El Huésped de Drácula -uhm, no, algo distinto de Drácula-, La casa del juicio -en otro momento quizá, ahora no me llama...-, El entierro de las ratas -uhm...ratas, ¿eh?, bueno, es bastante corto. Venga, este pues.

Y nos adentramos en el París de 1850, con un guía inglés que lleva vagando más de seis meses por Europa a causa de su profundo amor. Los padres de su amada le exigen una prueba al novio, por la que tiene que estar un año sin contactar con su amada, de ninguna forma. Así que este inglés enamorado se dedica a viajar por Europa, y nos lleva directamente a los peores barrios de París en su búsqueda de nuevos conocimientos. Se empeña en conocer de primera mano el mundo de los traperos. Y allá vamos con él.

Sufrimos las experiencias del protagonista. Y nos sorprenden las reflexiones que se dejan caer en los momentos más tensos. Se pueden leer frases realmente interesantes. Vaya con el relato corto, no está nada mal. Cuando os apetezca leer algo de este estilo narrativo, leed esto.

Además, nos lo narra maravillosamente, al más puro estilo victoriano y gótico que hemos mencionado antes. De lectura muy rápida, casi sin aliento, recorremos las pocas páginas disfrutando de un agradable rato de mano de un autor del que leeré más cosas a partir de ahora.

Ahora toca encontrar información sobre este relato. Vaya, resulta que lo escribió durante su luna de miel, en 1878. Uhm... lo mencionamos como algo anecdótico pero obviamos el resto de comentarios, supongo, ¿no? Sí, mejor, porque se supone que la reseña debe resultar terrorífica, no irónica, ni jocosa. Vale.

Bueno, ya lo hemos leído y reseñado. ¿A por otro relato?

También de Bram Stoker en ULAD: Drácula

miércoles, 7 de abril de 2010

Takiji Kobayashi: Kanikosen. El pesquero

Idioma original: japonés
Título original: 蟹工船
Año de publicación: 1929
Valoración: Muy recomendable

A lo largo de la historia de la literatura, la vida de la gente de mar (ya sean pescadores, transportistas o militares) parece haber sido una fuente inagotable de inspiración, como muestran obras como Moby Dick, El viejo y el mar, la serie de Aubrey-Maturin, etc. En Kanikosen, los protagonistas son los miembros de la tripulación de un pesquero, un extraño grupo formado por experimentados y alcoholizados lobos de mar, estudiantes que han de pagar una deuda al Estado y campesinos que ven en el trabajo en el barco la única manera de poder salir adelante y sacar a sus familias de la pobreza.

Faenando en la costa de Kamchatka, al este de Rusia, y vigilados de cerca por barcos de la marina Imperial japonesa, la tripulación sufre interminables jornadas de trabajo, los castigos inhumanos del patrón y un sinfín de enfermedades causadas por la falta de higiene, el agotamiento y la paupérrima alimentación. A pesar del miedo a las represalias, poco a poco se extiende entre los agotados hombres el germen de la revolución e, inevitablemente, el motín estalla.

Considerado un clásico de la literatura japonesa y comparado con Las uvas de la ira, Kanikosen es también una obra escrita con la intención de defender los derechos del proletariado y de denunciar los abusos a los que estaba sometido. Por eso, no es de extrañar que su autor (colaborador con el movimiento sindical y el Partido Comunista, y secretario de la Asociación de Escritores Japoneses) fuera perseguido, encarcelado y torturado hasta la muerte, convirtiéndose así en un mártir del movimiento obrero japonés.

Pero Kanikosen es algo más que un libro-denuncia. Es una gran novela que relata con maestría la vida de los hombres de mar, sus miedos y anhelos, que nos atrapa desde la primera página e inevitablemente se convierte en un ejemplar indispensable en nuestra librería.

También de Kobayashi en ULAD: El camarada

martes, 6 de abril de 2010

Colaboración: La filosofía de Nietzsche, de Eugen Fink

Idioma original: alemán
Título original: Nietzsches Philosophie
Año de publicación: 1960
Valoración: recomendable

“Nietzsche no puede escapar, desde luego, al destino de todos los grandes filósofos de ser vulgarizados y trivializados. Mas el que se haya abusado de él no es un argumento en contra suya.” Con esta declaración de intenciones, Fink nos presenta a uno de los filósofos más idolatrados, fundada o infundadamente, de todos los tiempos. Este asistente del fenomenólogo Husserl es consciente de la fascinación que suscita el pensador vitalista alemán, y comienza su reflexión en torno a este maestro de la sospecha preguntándose algo que todo aquel sinceramente interesado por su filosofía se ha hecho en más de una ocasión: la sobreadmiración que Nietzsche despierta, ¿está producida por o pesar de su propia obra?

Es innegable que la fuerza de su estilo aforístico y su despiadada crítica a toda la cultura lo convierten en un sabroso ídolo para todos aquellos con afán antisistema, adolescentes en fase de oposición, entidades contraculturales, fugitivos de los convencionalismos sociales o individuos fóbicos del superyo freudiano. El hecho es que autoproclamarse nihilista y presentarse como nietzscheano sigue haciéndole a uno intelectualmente “cool”. Al parecer, el panorama no ha cambiado mucho en el medio siglo que nos separa de la fecha de publicación de este libro. Y, sin embargo, en palabras del propio Fink, “la filosofía de Nietzsche es lo que menos influye, lo que tal vez no ha sido comprendido todavía”. Es éste, precisamente, el punto de partida de esta obra, una presentación de las claves del pensamiento nietzscheano en la que pretender revisitar sus obras más importantes y resucitar viejos diálogos con el lector que comprobará, seguro, la vigencia de gran parte de la deconstrucción que llevó a cabo a martillazos este filólogo alemán.

Publicada por primera vez en Stuttgart en 1960, La filosofía de Nietzsche consta de cinco capítulos. En ellos, Fink, además de establecer paralelismos con otros autores, hace innumerables referencias a los textos del autor y revela las influencias que condicionaron este “antisistema” filosófico que, por su peculiar estilo, resulta sujeto a tantas interpretaciones que el debate está siempre abierto a nuevas aproximaciones.

Aunque no pretende ser una obra fácil o cómoda, es, pese a rondar las 200 páginas, suficientemente exhaustiva y clara como para que todos aquellos abanderados del nihilismo, todos los pseudonietzscheanos maravillados ante la genialidad de este loco o ante la demencia de este ser tan talentoso (según se mire), comiencen a rendir un homenaje real acercándose, aunque sea someramente, a su obra.

En cualquier caso, la paradoja es obvia. Niezstche ilustró muy bien en su genial autobiografía Ecce Homo, también publicada por Alianza, qué esperaba en torno a su figura: “No quiero ser un santo, prefiero ser un bufón… Quizás yo sea un bufón”. Y sin embargo, hoy sigue siendo ídolo de masas, emblema kitsch, estampa de camisetas, motivo cinematográfico y/o profeta del ateísmo. Para todos aquellos verdaderos creyentes, he aquí la obra ideal para conocerle.

Firma invitada: Naiara

lunes, 5 de abril de 2010

Zoom: Los amigos de los amigos, de Henry James

Idioma original: inglés
Título original: The friends of the friends
Fecha de publicación: 1876
Valoración: Muy recomendable

Si he de ser sincero, aún no he leído ninguna novela de Henry James, algo de lo que me avergüenzo. Pero bueno, tiempo al tiempo, que aún somos jóvenes...

En fin, que me voy por las ramas. A lo que iba...

Hoy quiero presentarles uno de los cuentos que más me han impactado, Los amigos de los amigos, de Henry James, del que acabo de decirles que no me he leído ninguna novela.

He escogido Los amigos de los amigos para mi primer Zoom porque pocos cuentos me han llegado tan hondo y me han obsesionado tanto y me han robado la cabeza durante tantas noches en esos segundos indescriptibles (entre la lucidez y la alucinación) que discurren antes de que caigan los párpados.

En mi mitología literaria personal comparte pódium con él, entre otros pocos, Casa tomada, de Julio Cortázar. ¿Y que por qué me ocurre algo así con estos dos relatos habiendo tantos relatos buenos y disponibles para su lectura por ahí sueltos? Supongo que porque ambos tocan mi fibra sensible, rozan mi talón de Aquiles particular y halagan la esencia de mi sensiblidad como nadie. Vamos: que los dos entroncan con lo más íntimo de mi persona, llegándome al alma.

Casa tomada ya será analizado en su momento, ahora me quedaré con Los amigos de los amigos, aunque escribir sobre este relato me es harto dificultoso por lo etéreo de su textura, lo sugerente de su trama, la fuerza implícita de su agridulce corazón.

No es cuestión de hablar de uno mismo en un espacio como el presente, pero sí diré que a mí me ha ocurrido algo similar a lo que narra este relato en el que un hombre llega a enamorarse de una mujer a la que no termina de ver gracias a lo que su propia esposa, amiga de la aludida, le cuenta sobre ella. Aunque les diré que, en mi caso, sí que había visión física de la otra persona...

Pero basta ya de confesiones, que esto no es la consulta de ningún especialista. Dejémoslo en que Henry James escribió, en mi opinión, un relato prodigioso. En Los amigos de los amigos la inocencia, el miedo, el dolo y la inseguridad de una enamorada, las malas artes del destino, y la terrible convicción de que los seres humanos nos juntamos y nos amamos y nos odiamos muchas veces manipulados por fuerzas externas (ya sean humanas o naturales), son los escurridizos hilos con los que el escritor teje una obra de artesanía sublime cargada de fuerza que ya querrían para sí muchos novelones actuales, heridos de vulgaridad verbal y argumental.

Los amigos de los amigos...Léanlo, amigos míos, y díganme lo que les parece, y si a ustedes, al igual que a mí, un ser de su especie les saboteó para que no llegaran a ser conocidos por el que hubiera sido, con toda seguridad, el amor de su vida.

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