sábado, 31 de mayo de 2025
Marta Orriols: A l’altra banda de la por
viernes, 30 de mayo de 2025
Liliana Blum: Ráfaga roja
Año de publicación: 2025
Valoración: Está bien
Ráfaga roja narra la historia de Hannie Schaft, figura destacada de la resistencia antinazi, desde un punto de vista en primera persona y media (el narrador, Hannie, le cuenta la historia a un interlocutor que no somos nosotros). Desde la celda donde sufre torturas y aguarda su inminente ejecución, rememora su vida y su lucha. Esto no es un spoiler: Hannie Schaft existió y los hechos son reales. De hecho, resulta una trama apasionante: la de una joven que mataba nazis. Sin embargo, la novela no logró convencerme del todo.
Quizá lo que más me desconcertó fue el tono desenfadado, casi de desapego, con el que se narra la historia. A pesar de ser víctima de la sed, el hambre y el dolor, la evocación alegre de sus años de juventud, de sus inicios en la resistencia y de sus actividades subversivas adquiere un matiz casi fantástico. En una situación tan terrible y desesperanzadora, no solo por su encarcelamiento, sino también por la guerra y el auge del nazismo, uno esperaría sentirse conmovido, aterrado o desesperanzado. Sin embargo, no es así: la historia resulta interesante y la figura de Schaft cautivadora, siempre que uno conozca su trayectoria o decida indagar en la Wikipedia.
Creo que es un riesgo al que uno se expone al escribir sobre una figura histórica: apoyarse demasiado en las hazañas del personaje real y descuidar al personaje novelístico. No estoy seguro de que la Hannie Schaft de la novela se sostenga por sí misma. Además, la saturación de relatos sobre el nazismo y la Segunda Guerra Mundial provoca que muchos pasajes resulten redundantes, a pesar de que ocurran en un lugar del que poco se habla. Quizá un lector poco familiarizado con el tema y con ojos vírgenes viva la obra de forma distinta, pero no fue mi caso.
Por otra parte, la novela posee varios aciertos notables: Liliana Blum escribe con precisión, es capaz de plasmar la cotidianidad de la vida en la resistencia; el ritmo, alternando recuerdos íntimos con momentos de tensión, hace amena la lectura; la reconstrucción histórica es rigurosa, valiéndose de datos y referencias auténticas que aportan profundidad y credibilidad; y, sobre todo, la voz de Hannie Schaft, aunque a veces distante, resulta memorable.
En conjunto, me parece una obra interesante; sin embargo, considerando los altos estándares a los que Liliana Blum nos tiene acostumbrados, acaba quedándose algo corta.
jueves, 29 de mayo de 2025
Juan Montiel: Cada lunes de aguas
Año de publicación: 2025
Valoración: Está muy bien
Apenas 6 textos y 140 páginas son más que suficientes para que me atreva a aventurar que Juan Montiel es un magnífico autor de relatos y que este Cada lunes de aguas debería ser objeto de mucha mayor atención por parte de los medios. ¡Pero para eso estamos nosotros, para llegar a donde otros no llegan!
Con un posible encaje en lo genérico cercano al gótico rural, varios son los "lugares comunes" que comparten estos relatos:
- el lenguaje, apegado a la tierra, que confiere a los textos una ambientación de otra época.
- su ubicación espacial en lugares, ya sean cerrados o abiertos, tan lúgubres y oscuros como la imagen de cubierta.
- la permanente presencia de la violencia.
- la importancia fundamental del contacto físico y la interrelación de este con la citada violencia.
- el lenguaje. No estamos ante un vano ejercicio de erudición. La apuesta estilística es clara, pero está plenamente al servicio de los textos, de sus atmósferas y desarrollos.
- el manejo de lo no dicho, de los gestos, los detalles, las miradas o lo apenas insinuado, que son clave en la trama de todos y cada uno de los relatos
- los finales, abiertos por lo general, que hacen que uno se quede dando vueltas durante un rato a lo leído.
- las oscuras y turbias atmósferas.
miércoles, 28 de mayo de 2025
Colaboración: El loco de Dios en el fin del mundo, de Javier Cercas
Año de publicación: 2025
Valoración: Está bien (por lo tanto, decepcionante)
No he leído las demás obras de Javier Cercas. Me acerqué a este libro no tanto por el autor, al que tenía ganas de leer hace rato, sino por el tema en sí: la travesía de un escritor al que el Vaticano abre las puertas para realizar una crónica de un viaje papal, concretamente del viaje a Mongolia del Papa Francisco en 2023.
Podría decirse que estoy más cerca de Javier Cercas en cuanto a su postura anticlerical y firme en su ateísmo, hasta podría decirse que me resulta difícil no salir del encasillamiento racional a la hora de analizar los diversos cuestionamientos y respuestas que pone en boca de curas y otros cargos pertenecientes a la jerarquía del Vaticano. Y con todo, me es difícil no pensar en que este libro hubiese sido una novela más profunda e interesante en manos de otro escritor, ya fuera de convicciones ateas o religiosas.
Me explico: el libro se divide en tres partes, En busca de Bergoglio, Los soldados de Bergoglio y El secreto de Bergoglio. A riesgo de revelar las situaciones claves, pasaré directamente a detallar lo que creo que son las deficiencias de las obras.
Para empezar, hay una excesiva reiteración de su condición de ateo militante. Por supuesto que Cercas intenta establecer el tono de la obra, el punto de vista con el que va a encarar la insólita propuesta, su reticencia inicial y su aceptación posterior en base a la promesa a su madre enferma de Alzheimer (que por otro lado, para el lector esta cuestión pasa a un segundo plano rápidamente, a pesar de que en la primera parte cierra casi cada capítulo con una frase al estilo: “para preguntarle al loco de Dios sobre la resurrección de la carne y la vida eterna y contárselo a mi madre”), pero la insistencia con que lo hace, su desconfianza a que el lector no intuya o comprenda la trascendencia del viaje, termina por aburrir al darlo todo masticado. Ni siquiera el primer encuentro con Francisco revela un manejo literario de la situación, apenas un informe frío.
A Cercas le ha quedado una mezcla extraña entre querer poner el foco de atención en la figura del Papa y su recorrido histórico y personal y la intromisión de su narrador como alguien atormentado por el divorcio de su herencia católica, por no hablar de los excesivos diálogos que coronan cada capítulo con diversos personajes que se van olvidando uno tras otro y que simplemente sirven para repetir lo mismo, con leves variaciones, acerca del papel de Francisco en la Iglesia y de sus virtudes y defectos.
El libro mejora con el viaje a Mongolia, dándole frescura hasta cierto punto, porque luego vuelve a incurrir en los mismos errores (esquematización de diálogos e incluso acartonamiento de personajes que, por sus caracteres, deberían ser potentísimos: la incredulidad y admiración que todos sentiríamos por los misioneros se ve opacada justamente por la incredulidad y admiración del narrador, que se siente artificial y reiterativa). La única parte que justifica el libro es cuando el narrador se encuentra con el Papa para consultar sobre lo que le aqueja, porque ahí es cuando se expone de verdad a una descripción certera de un personaje histórico y no una semblanza superficial. La pregunta en sí carece de importancia; de hecho, uno puede intuir lo que ha contestado el Papa, y la necesidad de esconderlo hasta el final de la historia revela una falta de tensión alarmante en un texto de estas características.
No puedo decir que no sea un libro que se lea rápido, que infunda conocimiento al lector de los mecanismos internos de cónclaves y sínodos y otras parafernalias, pero todo termina por ser tan insulso, todas las reflexiones del narrador parecen ser básicas (incluso la revelación de haber discernido a la persona que es Jorge Bergoglio y a su puesto como Papa Francisco es corta de alcance y profundidad), casi como un deber a ser formuladas porque son obvias, que la sensación al cerrar el libro es la que mencioné al principio: que ojalá otro escritor hubiese tenido el encargo (y el encumbramiento de la novela no sé si habla peor de Cercas o del Vaticano) de realizar una crónica y poder hablar con el Papa, que, guste o no su figura y la institución a la que representó, ha sido un personaje clave en estos últimos años.
Firmado: Félix
Más de Javier Cercas reseñado en ULAD: aquí
martes, 27 de mayo de 2025
Martin Panchaud: El color de las cosas
Título original: La couleur des choses
Traducción: Xisca Mas
Año de publicación: 2019
Valoración: Imprescindible
Ese muchacho regordete que vemos destacado en la cubierta es Simon Hope, un chico de catorce años al que su madre ceba a base de pasteles y cuyo físico le hace acreedor a las burlas, y quizá algo más, de los chavales del barrio. En su familia las cosas no van muy bien porque el padre se gasta el dinero en las apuestas hípicas, y las broncas son continuas y muy desagradables. No hacía falta decirlo pero, por si acaso, Simon es ese círculo ocre con borde marrón alrededor del cual se muestran otros personajes que irán apareciendo, junto con las circunstancias que incidirán en esta etapa de su vida: el dinero, los caballos, un boleto, un arma. Todo expuesto de manera que parece el esquema de un circuito eléctrico, o algo así.
La historia es sencilla aunque también cruda, el chico en un ambiente familiar irrespirable, protagonista contra su voluntad de sucesos trágicos, objeto de los insospechados vaivenes de la suerte, y víctima de errores y cobardías de tiempos pasados. Un relato duro, sin apenas contrapeso de nada mínimamente amable, que destila amargura por todas partes.Peor aún, porque el autor nos lo presenta de esta forma insólita, como en un viejo juego de Arcade, con lo que aparenta una ligereza que no existe por ningún lado. Esa especie de imagen cenital que reduce los personajes a puntos de colores puede ser también una forma de deshumanización, en virtud de la cual quedarían privados de alma, reducidos a cosas que evolucionan en una pantalla, aumentando el contraste con una historia que de por sí está en el fondo llena de emotividad y es profundamente humana.
Pero no nos equivoquemos, que no veamos caras (que podrían estar llenas de miedo, ira, desesperación, tristeza, rencor) no convierte el relato en algo frío, y ese es uno de los grandes aciertos del aspecto gráfico del libro: una vez que en un par de páginas hemos adaptado el ojo y el cerebro a las imágenes, podemos apreciar pequeños movimientos, la forma de colocarse, las distancias, las trayectorias, todo lo cual deja claro que esto lo están protagonizando seres humanos, una familia, un grupo de chavales, el vendedor de boletos, la pitonisa.Ser capaz de expresar todo esto con solo unos círculos de colores, y a salvo de que alguien me diga que ya se hizo antes, es algo absolutamente revolucionario, una forma de expresión tan radical que solo podía haber salido mal. Y sin embargo Panchaud no solo lo modela con mimo, con auténtico arte, sino que narrativamente consigue sostener con ello un buen relato, y hasta se permite tirar puntualmente de otros recursos (el dibujo realista, el esquema, el ideograma) sin perder equilibrio, manteniendo siempre el control sobre lo que quiere contar y cómo lo quiere contar.
Sí, señores, igual le escamoteamos el Imprescindible a grandes popes de la literatura, pero este libro se lo merece con todas las letras, qué pasa.
lunes, 26 de mayo de 2025
Luciana De Luca: El amor es un monstruo De Dios
domingo, 25 de mayo de 2025
Ann Marks: Revelar a Vivian Maier
Título original: Vivian Maier Developed
Año de publicación: 2021
Traducción: Ignacio Villaró Gumpert
Valoración: bastante recomendable, sobre todo para interesados/as
Una vez más y sobre todo para quienes no hayan oído hablar nunca de la persona biografiada en este libro, el subtítulo resulta engañosamente revelador (nunca mejor dicho); en efecto, Revelar a Vivian Maier nos cuenta La historia de la niñera fotógrafa, cuya ingente obra, desconocida hasta entonces, fue descubierta por azar en 2007 -a raíz de la subasta de guardamuebles donde ella acumulaba copias y negativos de sus fotos- y divulgada en exposiciones, libros y, en gran medida, gracias a un documental de 2013 nominado a los premios Oscar (no ha sido el único que se ha hecho sobre ella, empero). La historia, para qué engañarnos, posee muchos puntos de interés tanto artístico como "humano"; ¿cómo, una obra fotográfica de gran valía que no se conoció hasta, prácticamente, la muerte de su autora (fallecida en 2009, de hecho)?¿Que dicha autora era una niñera, una especia de Mary Poppins contemporánea, que dedicaba sus horas libres a fotografías, sobre todo, a las gentes que encontraba por la calle en las ciudades donde residía -Nueva York y Chicago, sobre todo- durante más de cuatro décadas, dejándonos un valioso testimonio de aquel tiempo?¿Que sus fotografías irradian una empatía y una humanidad que, sin duda, denotan que fueron tomadas por una artista de una sensibilidad y unos valores extraordinarios?
Vivian Maier se nos descubre en esta exhaustiva biografía de Ann Marks (el adjetivo "exhaustiva" va a salir mucho en esta reseña, aviso) como una artista no ya talentosa e intuitiva, sino incluso carismática e inmersa en la contemporaneidad, amén de resultar una figura más que interesante: contradictoria, enigmática, inquieta y, sobre todo, muy vital. Una mujer a caballo siempre entre dos culturas, entre dos ciudades, entre dos oficios o entre dos actitudes: EE.UU. y Francia, Nueva York y Chicago, fotógrafa y niñera, la misantropía -muy matizable, esto- y una profunda empatía hacia sus modelos -también matizable, esto otro-; incluso, ¿por qué no?, entre una viva y talentosa inteligencia y la enfermedad mental. El enigma Maier, en cualquier caso, se puede resumir -o se podía, antes de esta biografía- con un signo de interrogación o una x que represente la incógnita que su biógrafa trata de despejar y creo que lo consigue en gran medida. Quizás incluso en exceso... Me explico: la biografía es, como ya he dicho, muy exhaustiva. O, mejor dicho, doblemente exhaustiva; por una parte, Ann Marks ha investigado, en muchas ocasiones documentado y analizado toda la trayectoria vital de la fotógrafa y, lo que es más, de sus parientes, conocidos o incluso empleadores. Pero es que, además, se trata de la biografía de alguien que no fue un personaje público hasta después de su muerte, con lo que los datos le resultaron de lo más complicados de obtener a la autora del libro. Pero lo consiguió, vaya que sí y de hecho, sin duda se sintió tan legítimamente orgullosa de ello que decidió dejar constancia de sus indagaciones en los apéndices del libro e incluso en uno de ellos da consejos para realizar una investigación genealógica (en EE.UU.; ella misma reconoce que en Francia, para su sorpresa, las cosas le resultaron bastante más fáciles). Hacedme caso, posibles lectores/as de esta biografía: aunque tengan su interés, no pasa nada si os saltáis estos apéndices. Lo mismo puede decirse, aunque quizás se puedan presentar más como un último capítulo del libro en sí, con los otros dos. uno sobre las batallas legales acerca de la obra de Maier y otro sobre la interpretación que debemos y, sobre todo, podemos dar a su legado artístico.
No me extenderé aquí sobre las peripecia vitales y condicionantes de la figura de Vivian Maier, que son sorprendentemente variadas y significativas (quiero decir, para alguien a quien se ha etiquetado como "la niñera fotógrafa"); baste decir que esta biografía se lee, por momentos, como un culebrón familiar, una obra de microhistoria o un interesante estudio del papel laboral y creativo de la mujer artista en la segunda mitad del siglo XX. Sin olvidar, por supuesto, el fundamental papel que tuvo en la vida de la fotógrafa la enfermedad mental, tanto la de sus allegados como la suya propia... Porque si algo hay que reconocerle a esta biografía, además de su exhaustividad (ya advertí que iba a emplear mucho este término) es que no se trata de una hagiografía; a Marks no le duelen prendas en exponer los "defectos" y contradicciones de su biografiada: empezando, ya digo, por sus problemas de salud mental, que se manifestaban sobre todo por medio de un trastorno de acumulación, que le llevaba a alquilar guardamuebles donde almacenaba toneladas de sus "tesoros", sobre todo periódicos y material fotográfico (lo que, al ser subastado alguno por impagos, permitió el descubrimiento al mundo de sus fotos).; una fotógrafa vocacional y obsesiva que, sin embargo, era de lo más avara en compartir sus obtas con nadie; una niñera profesional que durante décadas cuidó de niños ajenos, pero que, pese a sus convicciones progresistas y feministas, no dudaba en recurrir al castigo físico sobre sus pupilos/as; una fotógrafa que demostraba una gran humanidad y empatía sobre sus retratados, muchas veces personas que vivían en la calle, pero que, según testimonios recogidos en el libro, no respetaba ni el espacio físico ni la intimidad de éstos, siendo de lo más intrusiva a la hora de conseguir la foto que quería. Una mujer que, por lo visto, sentía gran aversión hacia el contacto con los hombres, quizás por algún trauma de su niñez o juventud, lo cual no le impidió relacionarse y tener amigos varones del mundillo artístico. En fin, que tenía una personalidad de lo más compleja y que no resulta fácil de aprehender, lo cual casa, por otra parte, con su sensibilidad artística, como queda de manifiesto en esta biografía. He de confesar, empero, que en ocasiones, leyéndola, he sentido un cierto reparo en enterarme en las circunstancias personales menos halagüeñas de esta mujer (y no digamos ya de sus familiares más cercanos, que ahí sí que hay mucha tela que cortar), ya que, como he mencionado, no fue un personaje público hasta después de su fallecimiento y en vida se mostró en numerosas ocasiones de lo más reservada acerca de sí misma y su pasado. pero, en fin, supongo que es lo que tiene ser el objeto de una biografía tan (ahí voy de nuevo) exhaustiva como ésta.
Un último apunte y prometo que ya acabo, para explicar el calificativo de "engañoso" que he utilizado al comienzo de esta reseña: tras leer la biografía, no estoy en absoluto de acuerdo con ese sobrenombre de "la niñera fotógrafa"; si algo queda claro y diáfano en este libro es que antes que cualquier otra cosa, la vocación de Vivian Maier era la fotografía, vocación artística e incluso podríamos decir que vital, no un mero hobby... Que no consiguiese dedicarse a ello profesionalmente fue algo circunstancial, pues ella lo intentó y, sobre todo, articuló en buena medida su vida alrededor de la fotografía, aunque tuviese que ganarse la vida ejerciendo de niñera. De ahí que creo que debemos considerarla más "la fotógrafa niñera" que "la niñera fotógrafa", del mismo modo que (ya que estamos en blog sobre libros) no consideramos a Kafka "el oficinista escritor", a Bukowski "el cartero escritor" o a Lucia Berlin "la mujer de la limpieza escri.... vale, éste no es el mejor ejemplo (aunque también es muy significativo cómo nos cuesta más reconocer la categoría artística a las mujeres y más aún si han ejercido oficios de poco prestigio). Da igual, en todo caso: lo importante es conocer y disfrutar la extraordinaria obra de esta artista, una de las fotógrafas callejeras más interesantes del siglo XX -pródigo en esta variedad de fotografía- y apreciar la visión que nos ofrece del mundo que conoció, de la época que le toco vivir...
Para quien tenga curiosidad sobre la figura de Vivian Maier y conocer sus fotografías , puede encontrar muchas de ellas en este blog: <http://vivianmaier.blogspot.com>
sábado, 24 de mayo de 2025
María Bastarós: No era a esto a lo que veníamos
Idioma original: español
Año de publicación: 2021
Valoración: muy recomendable
La verdad es que uno puede desorientarse entre tanto libro de relato corto, formato que viene siendo habitual entre cierto perfil de escritor: joven, carrera en fase de lanzamiento, tanteo de diversos enfoques, elección de aquél en el que uno se desenvuelve mejor (o es más apreciado por el público, quizás). Entre ese marasmo he llegado a esta colección de relatos. Una autora joven con una poderosa imagen algo alternativa y un variado currículum multidisciplinar.
Un perfil que la depauperada industria editorial de este país puede abocar a redactar manuales de instrucciones, servir mesas en un restaurante o decidir, sumido en la desesperación, probar a opositar para algún trabajo anodino. Que esto no es uno de esos países escandinavos, por ejemplo, donde se intenta proteger a los creadores. Por suerte, aunque siempre hay que decir "de momento", María Bastarós ha encontrado tiempo para escribir ya algunos libros, y No era esto a lo que veníamos es uno de ellos. Y el promedio aquí es muy notable, sin olvidar que hay una cierta corriente que cohesiona la colección, como si estuviéramos abriendo ventanas desde distintos algunos de un escenario común. Y me encanta que esto se parezca más al remoto Ray Pollock de Knockemstiff que a Alice Munro, por ejemplo, que Bastarós no tenga miedo alguno a tocar temas delicados, incluso perturbadores, ya no por la cuestión del puñetazo en la quijada, sino por el atrevimiento descarado y desinhibido que a veces no encuentra su punto medio. Eso no es tan fácil: uno puede asentarse en cierto territorio de corte de sobras conocido: urbanita, ligeramente pasado de rosca en términos de adicciones, cuestiones turbias, o pasarse de frenada (se amontonan los ejemplos) y pensar que a base de llenar la página de exabruptos, situar personajes extraídos del mundo audiovisual y decir joder y puto y follar todo el rato y ya: soy un literato alternativo.
Pero para nada, moviéndose en un ámbito geográficamente limitado, mostrando personajes cuyas caras puedes ver en el autobús, en el coche de al lado en el semáforo, en la cola del supermercado, Bastarós ha trazado un fresco algo desesperanzador sobre las relaciones entre las personas y sus entornos. Y reacio como soy a extraer o destacar relatos en concreto, aquí no he podido resistirme: las veintipico páginas de Los que mantienen el fuego, último y osadísimo cuento de la colección, son una auténtica obra maestra, de esas que, lejos de cualquier pretensión acomodaticia, quieren propinar la patada exactamente donde más duele.
viernes, 23 de mayo de 2025
Barry López: Sueños árticos
Año de publicación: 2003
Traducción: Mireia Bofill
Valoración: Fascinante, aunque irregular
La primera mitad del texto se centra, fundamentalmente, en la ecología, biología e historia evolutiva, pero no como algo aislado sino situándolo en el contexto de la presencia humana en las tierras polares. Para ello pone el foco en cuatro animales (ánsar nival, buey almizclero, oso polar y narval) y en su biología, en su comportamiento social, en sus formas de adaptarse al entorno y en su vinculación con la actividad humana, lo que nos lleva, incluso, hasta la historia medieval. Personalmente, esta parte del texto me resulta de lo más didáctica y fascinante, tanto por lo fácil que lo hace Lopez como por mi desconocimiento sobre el tema.
Con el capítulo 5, Migraciones, el texto vira hacia lo antropológico e histórico. El espectáculo de las migraciones en el mar de Bering da paso a las migraciones humanas, a los procesos adaptativos a los ritmos de la naturaleza, pero también a las pérdidas culturales o lingüísticas de los últimos siglos. En este mismo "paquete" podemos incluir los capítulos dedicados a la luz y al hielo o al paisaje ártico. Paisajes físicos, mentales y espirituales, huellas pasadas y presentes, mapas que reflejan realidades y / o deseos. Especialmente interesantes resultan las páginas dedicadas a las formas de ver y sentir el paisaje, a la historia cultural, a las diferencias entre la mirada de los pobladores locales y la mirada occidental.
Finalmente, los mapas dan paso a una breve historia de los viajes por el Ártico, desde San Brandán o las sagas islandesas hasta los ligados al desarrollo industrial del presente. Aquí entra en juego algo que decía en el primer párrafo de la reseña. Lo que sabemos de ella. Para bien o para mal, he leído bastante sobre viajes al al Ártico y me queda la sensación de que esta parte del texto es, en cierto modo, un "refrito", un resumen de historias pasadas a la que le falta esa mirada del autor que sí se puede apreciar en el resto del libro. Vaya, que puede funcionar perfectamente como "guía para no iniciados", pero se queda corto para alguien que ya haya leído a Rasmussen, Cook, Peary, Amundsen y compañía.
Por tanto, y pese a esa pequeña decepción que deja el final del libro, mejor rescatar la parte positiva que este tiene, esas páginas centradas en la historia natural, en la historia evolutiva y en lo antropológico. Merecen la pena, de verdad.
jueves, 22 de mayo de 2025
Pilar Quintana: La perra
Año de publicación: 2017
Valoración: Recomendable
Esta es una novela corta de Pilar Quintana, autora ganadora del Premio Alfaguara de Novela por Los abismos. La perra es la obra anterior a esta última, escrita ya en plena madurez literaria.
Damaris vive en una comunidad costera en condiciones de extrema pobreza. Comparte una pequeña casa con su esposo y lleva una vida marcada por continuas penurias que no le ofrecen ninguna satisfacción ni oportunidad de trascendencia. La sutil transformación que experimenta su vida tras adoptar una perra es suficiente para que comience a observar su situación actual desde un ángulo distinto, enfrentándose así a las experiencias y recuerdos que ha rumiado durante años.
En la brevedad de la novela, Quintana abarca un amplio espectro de situaciones vitales, como la maternidad, el abandono, el perdón o la resignación. La perra no se presenta como una suerte de ángel guardián o amiga incondicional que llega para transformar la vida de la protagonista. Más bien, es la presencia de un ser indefenso y totalmente dependiente, que se desarrolla hasta volverse autónomo mientras todo lo demás permanece atrapado en la rutina más mundana, lo que genera interesantes contrastes.
Además del eje principal de la novela, se presentan breves vistazos a otros personajes que, aunque fugaces, resultan imprescindibles para representar el contexto en el que transcurre la vida de Damaris: vecinos atrapados en dinámicas familiares conflictivas, mujeres que han tenido que resignarse a vivir bajo la inercia de supersticiones y creencias religiosas, o figuras masculinas marcadas por la frustración y la violencia. Estos personajes complementan y enriquecen la atmósfera, dibujando con pocos trazos una realidad áspera pero profundamente humana.
La novela también destaca por su estilo narrativo conciso y directo. Quintana no necesita adornos excesivos para retratar la crudeza y dureza de la vida cotidiana. Su lenguaje es preciso, lo que intensifica aún más la sensación de angustia y desesperanza que atraviesa la historia. A pesar de la brevedad, consigue transmitir emociones profundas.
En conclusión, La perra es una novela breve, potente y auténtica.
miércoles, 21 de mayo de 2025
Colaboración: El amor de los hombres solitarios, de Victor Heringer
Traducción: Francisco Cardemil Pérez
Año de publicación: 2024
Valoración: Muy recomendable
La mejor recomendación posible de esta novela la hace Zadie Smith en la solapa:
“Al terminarla, uno tiene el deseo de conocer de inmediato al joven que la escribió, estrechar con fuerza su mano y felicitarlo por el comienzo de una carrera brillante. Pero Victor Heringer ya no está. Se marchó dejando atrás este hermoso libro”.
Efectivamente, este libro es hermoso. Trágico, pero hermoso. Heringer nos cuenta una historia de descubrimiento de la vida, de la amistad y del deseo de un joven de familia acomodada de la periferia de Rio de Janeiro cuya apacible vida adolescente se ve alterada por la llegada a su casa de un joven adoptado por el que se sentirá irremediablemente atraído. Esa llegada trastocará la precaria estabilidad de una vida familiar oscurecida por las connivencias del padre con la dictadura y el desequilibrio mental de la madre, y marcará para siempre la trayectoria vital de Camilo, nuestro protagonista.
Alrededor flota siempre el ambiente amenazador de la delincuencia, las drogas y la violencia física que asfixia la vida de los habitantes del suburbio en el que vive y del que intenta escapar y al que vuelve en un último intento de redimirse y de hallar un sentido a una vida que quedó paralizada por un trágico suceso. El diagnóstico de Camilo sobre su vida es demoledor: “Crecí más triste que una paloma. Me convertí en un adulto inútil, amargado y sucio. Apenas puedo encontrar belleza en las cosas”.
Con estos mimbres podríamos encontrarnos ante una historia que podría ser sombría, triste, descarnada, pero Heringer escribe con mucha ternura y delicadeza y arroja luminosidad y esperanza sobre unas vidas que transcurren al borde de la tragedia.
Efectivamente, es una pena que Heringer ya no esté con nosotros. Leer esta excelente novela puede ser nuestro mejor homenaje.
Firmado: José Miguel Martínez
martes, 20 de mayo de 2025
Junji Ito: Black Paradox
lunes, 19 de mayo de 2025
Adolfo Bioy Casares: La aventura de un fotógrafo en La Plata
Año de publicación: 1985
Valoración: Muy recomendable
Empiezo a tener claro que tengo que volver con más frecuencia a autores a lo que tenía un poco arrinconados, más aún si se trata de literatura sudamericana, con su prosa, su lenguaje peculiar (que disfruto más cuanto más marcado) y ese punto de sensibilidad diferencial que trasciende escenarios, argumentos o acento, que yo creo que responde a un punto de vista que se ha hecho autónomo, una especie de epigenética literaria que le confiere un carácter totalmente singular. Al pobre Bioy Casares no solo le tenía un poco perdido entre las estanterías sino que tampoco estaba demasiado cerca de mi top personal, donde habitan varios de sus compatriotas.
Esa escasa expectación se cura rápido, en apenas unas páginas, cuando nos presenta la pequeña historia de Nicolás Almanza, un joven fotógrafo que acepta el encargo de obtener imágenes significativas de la ciudad de La Plata. Llega el chico a su destino sintiéndose extranjero, sin apenas dinero, entrando enseguida en contacto con la familia Lombardo, padre y dos hijas de buen ver, que van a ejercer de acompañantes y protectores en una relación que alcanza gran intensidad en un tiempo insólitamente breve. Esta extraña evolución despierta el recelo de todos los personajes con los que se irá relacionando Almanza, que le aconsejan ser cauto y desconfiar, como si ya conocieran a los Lombardo o hubieran vivido situaciones semejantes.
Un argumento tan sencillo sirve a Bioy Casares para atraparnos con la misma rapidez. El protagonista está solo, o casi, en una ciudad desconocida, es cierto, pero podría muy bien dedicarse en exclusiva a su trabajo y prescindir de la relación con la peculiar familia. Sin embargo no lo hace, en parte por el atractivo de las hijas, y también por lo algo misteriosos argumentos del padre, pero sobre todo, parece ser, por una especia de obligación autoimpuesta por simple cortesía o buena educación.
Es algo que no queda del todo claro, como tampoco por qué todos dan por cierta la maldad de los Lombardo, y esta incertidumbre, el estupor ante una situación confusa, no deja al lector más opción que seguir febrilmente buscando la verdad, un desenlace. Parece que no podemos soportar esa atmósfera permanente de sospecha, y así un relato aparentemente inocuo se convierte en una fuente de dudas.
Cómo algo por completo infundado (¿o no?) se puede convertir en motivo de inquietud, por qué ciertos signos, quizá fortuitos, puede que totalmente inanes, pueden provocar miedo y ansiedad, serán preguntas que desde luego podrían contestar algunos propagandistas políticos. Pero si se trata de que esas sensaciones lleguen al lector de una novela el único responsable será el talento del autor, que tiene al mismo tiempo el control para mantener a su personaje principal entero y templado, sin un mal gesto, consciente pero al mismo tiempo voluntariamente ajeno al rumor y la recomendación.
De alguna manera todas estas actitudes y situaciones equívocas se resuelven en esas pocas páginas finales tan sorprendentes. Por supuesto que no voy a destripar nada, pero creo que, en la sencillez de ese desenlace, cada lector queda habilitado para aportar una interpretación. Es algo grande ser capaz de dejar que se cierre un relato de esta forma, como una escena de la vida real que, vista desde fuera, presenta tantos interrogantes ¿por qué actúan así? ¿qué pensaban realmente durante su relación? ¿cuál puede ser el futuro cercano de estos personajes? ¿qué ha significado para ellos todo lo que hemos conocido? Si no lo leemos no podremos dar respuesta a estas preguntas. Y si lo leemos, probablemente tampoco, o mejor, podremos dar las nuestras, las de cada lector, todas posibles pero también seguramente equivocadas.
domingo, 18 de mayo de 2025
Solange Rodríguez Pappe: La primera vez que vi un fantasma
Año de publicación: 2018
Valoración: entre recomendable y está bien
Confieso no saber mucho sobre literatura ecuatoriana y lo que conozco se limita a unas cuantas escritoras actuales (Mónica Ojeda, María Fernanda Ampuero, Natalia García Freire), excelentes y que cultivan una literatura que, si bien no se puede adscribir del todo al género de terror, sí que resulta bastante inquietante (como poco). A este trío de nombres puedo añadir ahora el de Solange Rodríguez Pappe, que en 2018 publicó este libro de relatos, varios de los cuales sí que entrarían, en este caso, dentro de las premisas del género, incluso en su vertiente sobrenatural. Eso no quiere decir que todos los cuentos incluyan este componente ultraterreno, pero sí, quizás no por casualidad, varios de los mejores, según mi gusto. Se trataría del primero, Tiempo para de desayunar, en el que nos relata el día a día en un espacio liminar que podríamos identificar con alguno de los que nos aguarda, según la religión cristiana, más allá de la muerte -otra cosa es de cual se trata... O de si se trata de esto y no de otra cosa diferente, pero igual de desoladora-; La historia incómoda que contó Olivia el día de su cumpleaños, en el que el humor se combina perfectamente con lo espeluznante; El atanudos, un efectivo cuento sobre la superstición, las maldiciones y cómo evitarlas y el relato que da título al volumen, La primera vez que vi un fantasma, que trata justamente sobre eso -o quizá no y sea la narradora quien se convierte en un fantasma en vida-, tras una historia que podríamos considerar un noir desesperanzado. También lo sobrenatural es el motivo último de Un paseo de domingo, aunque, en mi opinión, el nivel de este cuento está un poco por debajo de los anteriores, por más que también responde a una idea notable. Algo parecido ocurre con Instantánea borrosa de mujer con luna, un microrrelato que recrea el mito vampírico.
Un elemento no tanto sobrenatural, pero sí fantástico o, en algún caso, distópico, es lo que encontramos en los relatos Matadora, sobre una familia formada por una madre, su hija y una gata, que tratan de encajar en un nuevo domicilio; Un hombre en mi cama, distopía romántico-futurista que con un trasfondo de calentamiento global y complicadas relaciones personales; Confeti en el cielo, que ya directamente nos narra la noche del fin del mundo, desde la perspectiva de una mujer que vive en alguna ciudad latinoamericana y los más surrealistas Funeral doméstico y Pequeñas mujercitas (éste último trata, precisamente de eso, de una colonia de diminutas mujeres, un tanto salvajes, que viven debajo del sofá de casa de los padres de la narrador). Paladar, por su parte, no tiene ese toque fantástico, pero sí macabro -o no- y la protagonista, al igual que en muchos de los demás relatos, es una mujer latinoamericana, en este caso casada con un gringo al que le gusta explorar las gastronomías exóticas. Por último, mencionar otros tres relatos -micro, en realidad- que se alejan de los parámetros que he ido mencionando y que casi podemos considerar más como ejercicios literarios que narraciones con todos sus sacramentos: Conversación de los amantes, Cuento antes de ir a la cama y Pistola cargada. Éste último, que es el más extenso y también, creo yo, el mejor de los tres, resulta más interesante, además, porque se trata de un ejercicio irónicamente metaliterario -sí, la pistola del título vendría a ser la famosa "pistola de Chéjov"-; en todo caso, es un cuentito a la altura de los mejores del libro.
La sensación que deja la lectura de esta recopilación de cuentos es algo ambivalente: muy satisfactoria en el caso de los primeros cuentos que he mencionado, algo menos en los últimos. pero, sobre todo, la idea de un tipo de narración adscrito -aunque no del todo, o no siempre- a lo fantástico, pero que deja un regusto más agridulce, melancólico, incluso, que la mayoría de la literatura que podemos considerar de este género. En cualquier caso, dan ganas de seguir leyendo la narrativa de esta autora, sean relatos (que creo que es lo que más ha cultivado) o novela, un nombre más que añadir a la magnífica y extensa lista de escritoras latinoamericanas que nos están dando esta época en la que vivimos.
sábado, 17 de mayo de 2025
Joyce Carol Oates: Una hermosa doncella
viernes, 16 de mayo de 2025
Oriol Alonso Cano: David Cronenberg. Infecciones y mutaciones narrativas
Año de publicación: 2025
Valoración: Bastante recomendable
Hace unos días hablaba de Andy Warhol y ahora toca hablar de David Cronenberg, quien ha sido capaz como pocos de conciliar dos lenguajes con registros, recursos y potencialidades tan diferentes como cine y literatura.
Pero primero hay que presentar al autor / personaje y para ello se ofrecen, en el capítulo inicial, pinceladas biográficas de un David Cronenberg que siempre quiso ser escritor, que siempre tuvo esa voluntad de escribir y ser leído y que siempre intentó, de una u otra manera, ordenar el caos. La puesta en situación se completa con la enumeración de las constantes y referencias (por ejemplo, en lo literario, Nabokov, Burroughs, Kafka, Camus...) que recorrerán una obra independiente, autónoma y subversiva con la que el canadiense busca que nos sumerjamos en abismos a veces insondables.
Superada esta presentación inicial, Alonso Cano se adentra en los puntos cardinales que orientan la obra de Cronenberg. Romanticismo existencialista, espectros errantes, colonizaciones parasitarias y la infección mutua de carne e inconsciente vertebran una obra también recorrida por la pulsión de muerte y por sexualidades complejas en permanente transformación y redefinición. Y claro, aquí es inevitable que aparecen Freud, Lacan o Derrida y la cosa se va poniendo densa. ¡PSICOANÁLISIS Y EXISTENCIALISMO, LA KETAMINA DE LOS GAFAPASTAS! ¡Mas no temáis, amados lectores, porque densidad y profundidad no están reñidas con accesibilidad!
En cualquier caso, algo más ligero es el tercer e interesantísimo capítulo en el que el autor se centra en las diferentes recreaciones llevadas a cabo por Cronenberg. King, Ballard o Burroughs han pasado por la lente del canadiense, quien dice que ninguna novela es adaptable; en todo caso, será recreable. Y aquí entran en juego cuestiones como la posible conciliación de ambos lenguajes, la fidelidad al original o el nivel de reescritura que existe en esas recreaciones. No hay una respuesta tajante a estas preguntas y, por tanto, el autor no puede ofrecerlas. Pero cualquier interesado en la materia encontrará ejemplos de esa hibridación entre cine y literatura que hacen de la pregunta "qué es mejor: el libro o la peli" algo sumamente espinoso.
Y quizá el ejemplo más logrado de esa hibridación sea Dead ringers (Inseparables), película ambigua e irreal con un magnífico Jeremy Irons ( y una Genevieve Bujold que es absolutamente 💓💓💓) en la que se condensan las obsesiones y temas cronenbergianos. Se me ocurrió ver la película días antes de leer el libro y, de verdad, creo que el análisis que Alonso Cano hace de la película, de su imaginería, de su simbología es magnífico.
Decía al comienzo de la novela que Cronenberg siempre quiso ser escritor. Pues bien, en 2012 publicó su novela Consumed, cuyo examen ocupa el quinto capítulo del libro. Referencias cinematográficas y literarias que reaparecen en un texto con el que intenta centrarse en su voz literaria, si bien resulta imposible escapar de lo visual y escenográfico.
Ya termino. Vale que David Cronenberg. Infecciones y mutaciones narrativas es un ensayo sobre cine, pero no es solo eso. Es un ensayo sobre (re)escrituras, hibridaciones, obsesiones y miedos, sobre el hombre de nuestro tiempo (y de todos los tiempos) y sobre cómo la ficción refleja todo lo anterior. Así que sin miedo, a ver pelis de Cronenberg (hay que joderse, Oriol, con lo que me gusta a mi Eastern promises y apenas la citas en el libro) y a leer este librito.
jueves, 15 de mayo de 2025
Contrarreseña: Cadáver exquisito de Agustina Bazterrica
Año de publicación: 2017
Valoración: Está bien
Reseña original: Cadáver exquisito
miércoles, 14 de mayo de 2025
Edoardo De Angelis y Sandro Veronesi: Comandante
Título original: Comandante
Año de publicación: 2023
Traducción: Juan Manuel Salmerón Arjona
Valoración: recomendable
Recomendable y, sobre todo, humanista y hasta entrañable novelita que recrea un hecho real, un episodio sucedido durante la II Guerra Mundial, cuando, en octubre de 1940 el submarino italiano Cappellini hundió en aguas del atlántico al carguero belga Kabalo que transportaba material militar británico (quizás el término "humanista" no sea el más apropiado para esta historia... o tal vez sí; seguid leyendo...). La peculiaridad de este suceso se debe a que, tras el exitoso ataque, el comandante del submarino, el veterano Salvatore Todaro, contraviniendo las órdenes del almirantazgo alemán, acudió en ayuda de los supervivientes, no ya una, sino en tres ocasiones -los cabos con los que remolcabna la lancha de los belgas se rompieron- llegando por fin a acogerles dentro del abarrotado submarino, con el objeto de trasladarles a las islas Azores, a pesar de que de esta forma su nave se convertía en un objetivo fácil para los aviones de la RAF.
Vale, ya digo que "humanista" o "humanitario", dado que se trata de una historia bélica y, además protagonizado por el bando de los malos (no sé si el otro era muy bueno, pero no tengo dudas de la iniquidad de los fascistas, aunque Todaro y sus hombres tampoco lo fueran), no es el adjetivo más adecuado, pero, sin duda, sí que es una historia muy humana, en el sentido en que se utiliza popularmente este término, ya que muestra un comportamiento cuando menos compasivo hacia los vencidos, pese a que momentos antes habían tratado de matarse unos a otros. Es entrañable, además y hasta quizás algo naif, la razón que da el comandante del submarino para su decisión de rescatar y dar buen trato a los supervivientes del barco hundido: "Porque somos italianos" (el que esto escribe, que es italianófilo desde siempre, no puede por menos que sonreír satisfecho, pero, al mismo tiempo, recuereda que por aquel entonces detentaban el poder en Italia Mussolini y su banda de maleantes y que los métodos para obtenerlo y conservarlo fueron cualquier cosa menos "humanos" o "humanitarios". Y no eran menos italianos, aquéllos). Contribuye la empatía que se siente hacia los personajes el hecho de que la novela esté escrita desde multitud de puntos de vista, distintos tripulantes del submarino o la esposa de Todaro, pero también marinos del carguero belga, sobre todo el segundo de a bordo, un tal Reclerq, que, mira tú por dónde hablaba italiano y servía de intérprete entre los capitanes.
Hasta aquí, podemos decir que Comandante se trata de una novelita amena y fácil de leer -los capítulos son bastante breves, además- sobre un episodio de tantos, si bien peculiar, que ocurrieron durante la guerra mundial. Ahora bien, la intención de los autores del libro, el escritor Sandro Veronesi y el cineasta Edoardo De Angelis va o iba más allá de esto. A raíz de la crisis migratoria que tuvo lugar en el Mediterráneo central en 2019, con cientos de personas que trataban de llegar a las costas italianas ahogadas en el mar ante la prohibición de rescate por parte de las autoridades (si no me equivoco, el Ministro del Interior y Vicepresidente por aquel entonces, igual que ahora, era el infame Salvini), en contra del criterio del propio almirante de la Guardia Costera, el intento de criminalización de las ONGs que acudían al rescate, la ola de xenofobia en la sociedad, etc., Veronesi creó con amigos suyos un movimiento que llamo "Cuerpos" para oponerse a la política al respecto del gobierno italiano. Entre estos amigos estaba el director de cine napolitano Edoardo De Angelis, con quien, al conocer el conmovedor antecedente que suponía la historia del comandante Todaro (de ahí, por cierto, que no resulte tan naíf, en realidad, la frase de "Somos italianos", sino cargada de intención ante los nacionalistas xenófobos), decidieron investigar sobre ella y, al cabo, escribir un guión de cine. Y no sólo un guión, sino también esta estupenda novela (que no es la novelización de aquel, que conste, sino una obra literaria por derecho propio). La película, por cierto, se estrenó en 2023, con un apropiado y seguramente estupendo, como de costumbre (yo aún no la he visto) Pierfrancesco Favino como el comandante Salvatore Todaro.
martes, 13 de mayo de 2025
Richard P. Feynman: Está usted de broma, Sr. Feynman?
Título original: Surely You're Joking, Mr. Feynman. Adventures of a Curious Character
Traducción: Luis Bou
Año de publicación: 1987
Valoración: muy recomendable.