sábado, 19 de julio de 2025
Ana Paula Maia: Búfalos salvajes
viernes, 18 de julio de 2025
Reseña + entrevista: La ballena azul de Raúl Quinto
Año de publicación: 2025
Valoración: Está muy bien
Lo fácil, tras el éxito de crítica y público de Martinete del rey sombra, Premio Nacional de Narrativa incluido, hubiera sido saltar a una editorial grande, escribir un libro "parecido" y aprovechar el tirón. No sería el primero ni el último (y no me hagáis dar nombres...), aunque tampoco es que sea criticable per se.
Pero quienes ya hemos leído con anterioridad a Raúl Quinto sabemos que es un escritor al que le va la marcha. Por eso no nos sorprende del todo que continúe con Jekyll y Jill y que su nueva entrega sea un artefacto como La ballena azul, libro que ahonda, aunque desde otra perspectiva, en temas ya tratados en los magníficos La canción de NOF4 y Martinete del rey sombra, aunque creo que tiene más que ver con el primero que con el segundo).
Artefacto. Creo que esa es la palabra que mejor define a un texto que no es puramente novela de terror, ni "historiografía" del mal, ni ensayo, ni poema en prosa, pero que admite, aunque sea solo parcialmente, todas esas lecturas. Especialmente la de novela ya que hay unos personajes, una trama o una acción que se va desarrollando; eso sí, olvidaos del tradicional "planteamiento-nudo-desenlace".
Ahondando en la búsqueda de una definición, días después de la lectura (¡lo que son las cosas!) se me ocurre que La ballena azul podría definirse como unos Cantos de Maldoror de la era de la tecnología.
Estructurado en 50 (o 51) capítulos basados en las 50 pruebas que habían de superar los jugadores del macabro "La ballena azul", el texto es una indagación en lo más oscuro y perturbador del alma humana, un desasosegante desfile de fantasmagorías proyectadas sobre nuestros cerebros, de atrocidades y violencias "patrocinado" por una mente manipuladora que juega con los miedos de gente sola y rota en espacios aparentemente destinados a normalizar las heridas y "abandonar" la soledad, aunque esas huidas se conviertan en paranoias.
Y así, una sociedad hiperconectada acaba convertida en un conjunto de islas habitadas por seres para los cuales es mejor el dolor que el vacío, el horror que el aburrimiento o la sangre que la nada, en un lugar en el que tipos como Fritzl, Koresh o Breivik se convierten en íconos de lo oscuro y en el que hijos de puta redomados son capaces de tomar el control.
Creo que lo más destacado del libro está en:
- Las imágenes. Recuerdo haber dicho en otras reseña que Raúl Quinto viene de la poesía y eso se nota en la construcción y manejo de las mismas, contribuyendo de forma decisiva a la atmósfera del texto.
- El progresivo crecimiento del desasosiego que genera en el lector según avanzan los capítulos.
- La representación de la soledad contemporánea como epidemia e Internet como síntoma. La soledad, el miedo o el dolor no son nuevos; lo que cambian son las formas en las que los profetas y salvapatrias del más variado se aprovechan de ello.
- Las preguntas que suscita: ¿por qué no somos capaces de ver el horror?, ¿o acaso no lo queremos ver? o, ¿lo vemos y nos da exactamente igual?
Como podéis imaginar, La ballena azul no es un libro para todo tipo de lectores. Digamos que se sale de lo habitual en fondo y forma y que uno se queda con "mal cuerpo", pero ¿es que no existe aquello de lo que no se habla, aquello que no se nombra, aquello que solo se deja ver el los márgenes?
Aquí os dejo, además, el enlace a la interesantísima charla que mantuvimos con Raúl Quinto para nuestro canal de Youtube (SUSCRIBÍOS AL CANAL, QUE SI NO OS PONEMOS DOS VELAS NEGRAS, TETES!!!!)
También de Raúl Quinto en ULAD: La canción de NOF4 y Martinete del rey sombra
jueves, 17 de julio de 2025
Metaentrada: Ni Akutagawa, ni Naoki
En 1998, un hecho inusual sacudió la escena literaria japonesa: no hubo ganadores de los premios literarios Akutagawa ni Naoki. Ninguno de los candidatos alcanzó la calidad necesaria para obtener una decisión unánime del jurado. Entre las razones oficiales por las que, en el pasado, no se ha otorgado alguno de estos premios se incluyen la imposibilidad de alcanzar un consenso, preocupaciones éticas y, por supuesto, la interrupción causada por la Segunda Guerra Mundial.
El pasado 16 de julio, los asistentes a la ceremonia de premiación apenas pudieron contener su asombro al revelarse que, por primera vez en 27 años, ningún autor sería premiado: ¡¿Naaaniii?!
¿Qué es un Akutagawa?
En resumidas cuentas, el Premio Akutagawa y el Premio Naoki son los galardones literarios más prestigiosos de Japón. Se suele decir que el primero está dirigido a escritores emergentes, en su mayoría jóvenes, mientras que el segundo reconoce a autores consolidados, valorando su trayectoria y popularidad, casi como una versión japonesa del Nobel, pero centrada en la ficción.
La repercusión comercial de estos premios es enorme. Ganar el Akutagawa, en particular, puede convertir al autor en un idol literario de la noche a la mañana. Un ejemplo claro es Hibana, la novela de Naoki Matayoshi galardonada en 2015, que vendió más de dos millones de copias. Puede que esa cifra no parezca impactante a escala global, pero considerando que solo en Japón se habla japonés, equivale a que casi el 2% de la población del país haya adquirido el libro. En términos internacionales, sería como si una novela escrita en inglés vendiera tanto como Harry Potter en su momento.
Sin embargo, el propósito original de estos premios, fundados en 1935, era mucho más claro. El Premio Akutagawa fue concebido para distinguir obras de literatura “jun” (純文学), es decir, literatura “pura” o artística, centrada en la introspección, el estilo y la exploración de la condición humana. Por otro lado, el Premio Naoki estaba orientado a la literatura “taishū” (大衆文学), o literatura popular, con énfasis en la narración, la accesibilidad y el entretenimiento.
Ambos premios, creados en memoria de los escritores Ryūnosuke Akutagawa y Sanjugo Naoki, respectivamente, reflejan desde sus inicios una dualidad fundamental en la literatura japonesa: la tensión entre arte y consumo.
Jun y Taishū
Me parece necesario hacer un paréntesis para hablar sobre una dicotomía fundamental, aunque hoy en día bastante desdibujada, en la literatura japonesa: la división entre junbungaku (純文学) y taishūbungaku (大衆文学). Comprender esta separación es clave para entender no solo el propósito original de los premios Akutagawa y Naoki, sino también la evolución de la industria editorial japonesa.Junbungaku: La literatura "pura"
El término junbungaku se refiere a la "literatura pura" o "literatura seria", centrada en la introspección, la psicología de los personajes, los dilemas existenciales y la búsqueda estilística. Sus obras suelen publicarse en revistas literarias de prestigio como Shinchō, Gunzō, Subaru o Bungakukai. Estas revistas han sido, desde principios del siglo XX, el semillero de escritores de alto calibre y un espacio donde la experimentación formal y temática es bienvenida. En estas revistas han publicado figuras como los Murakamis, las Kawakamis, Ōe, Abe, entre otros.
Publicar en estas revistas era (y en cierta medida aún es) una especie de rito de paso para los escritores serios. Los textos se publicaban como cuentos o novelas cortas completas, muchas veces seguidas de críticas o reseñas por parte de otros escritores o críticos.
Taishūbungaku: La literatura "popular"
Por otro lado, la taishūbungaku, o "literatura popular", está orientada al entretenimiento y al consumo masivo. Incluye géneros como el misterio, la aventura, el romance o el drama histórico. Estas obras eran tradicionalmente serializadas en revistas semanales o mensuales de gran tirada como Kingu o Sunday Mainichi, pensadas para un público más amplio y menos especializado.
La publicación por entregas no solo respondía a criterios económicos y editoriales, sino que también moldeaba el estilo narrativo: los autores debían mantener al lector enganchado semana tras semana, con giros argumentales, cliffhangers y personajes cómicos y carismáticos.
Aunque la frontera entre jun y taishū se ha ido desdibujando, con autores que transitan entre ambas categorías, e incluso obras que combinan ambas tradiciones, los premios Akutagawa y Naoki aún reflejan esa división originaria. Hoy, plataformas digitales, editoriales independientes, y fenómenos como el web-novela (webu shōsetsu) han reformulado completamente las formas de publicación, distribución y legitimación de la literatura en Japón. Sin embargo, las revistas literarias tradicionales siguen siendo un símbolo de prestigio, y el sistema de premios mantiene viva, aunque sea de forma simbólica, esta antigua tensión entre arte y mercado.
Un escaparate llamado Akutagawa
Aunque el Premio Akutagawa fue concebido originalmente como un reconocimiento a la calidad literaria en su forma más pura, hoy resulta ingenuo pensar que se mantiene ajeno a intereses editoriales y dinámicas de mercado. Las revistas literarias que tradicionalmente han sido las plataformas del junbungaku no solo publican las obras candidatas: también hacen lobby activamente para impulsar a sus autores y asegurar que su publicación sea premiada.
El mecanismo es más o menos el siguiente: una revista promueve a un autor emergente con una novela corta o media, acompañada de reseñas favorables y entrevistas estratégicas. Una vez nominada al Akutagawa, comienza una campaña de visibilidad: eventos, portadas, menciones en medios literarios. Si el premio se concreta, el libro pasa a imprimirse bajo un sello comercial del mismo grupo editorial, por ejemplo, Bungeishunjū o Shinchōsha, y, en muchos casos, se adapta para cine, televisión o manga. La saturación es tanta que la calidad de estas adaptaciones es, en el mejor de los casos, mediocre. El Akutagawa se convierte así en un escaparate para transformar papel en moneda.
Un caso polémico que puso en evidencia esta lógica fue el de Akio Miyahara, ganador del Akutagawa en 1972 con Derek ga Sawatta. Poco después de recibir el premio, se descubrió que su obra incluía fragmentos plagiados de trabajos académicos. Aunque no se le retiró oficialmente el galardón, el escándalo provocó un intenso debate sobre el proceso de selección, la presión editorial y la responsabilidad crítica del jurado.
Más recientemente, en 2024, se desató otra controversia cuando Rie Kudan admitió haber utilizado herramientas de inteligencia artificial para generar fragmentos de su novela Tokyo-to Dojo-to. Aunque la autora fue transparente y defendió su decisión como parte del proceso creativo, críticos literarios y escritores reaccionaron con escepticismo, cuestionando si un texto parcialmente generado por IA podía representar el espíritu del junbungaku.
Estas situaciones demuestran que el Akutagawa, lejos de ser una torre de marfil literaria, funciona también como un dispositivo de visibilización y, en ocasiones, como una maquinaria de legitimación mediática y comercial en un ecosistema editorial altamente competitivo.
Dazai vs Kawabata
El Premio Akutagawa no siempre ha sido una celebración pacífica del talento literario. Ya desde su primera edición, en 1935, hubo tensiones, desilusiones y acusaciones veladas. Uno de los protagonistas de aquel primer episodio fue un joven Dazai Osamu, apenas debutante, luchando contra una adicción a los barbitúricos y con deudas acumuladas por el costo de sus medicamentos. Los rumores daban por ganador a Dazai, por lo que él ya tenía ese dinero gastado. El premio de 500 yenes era, para él, más que un reconocimiento: era una tabla de salvación. Y sin embargo, no lo ganó.
En el proceso de deliberación, uno de los jurados, nada más y nada menos que el Nobel Yasunari Kawabata, hizo comentarios que dejaron una marca en Dazai. Según Kawabata, aunque Dōke no Hana (La flor del bufón), la obra defendida por el círculo cercano a Dazai, contenía talento y una visión literaria clara, el propio autor estaba envuelto en “una nube desagradable” que empañaba su expresión creativa. Para Kawabata, el genio de Dazai no fluía con honestidad ni transparencia.
Lejos de aceptar en silencio el veredicto, Dazai reaccionó con furia (supongo que no estaría en sus cinco sentidos). En un texto titulado “Carta a Kawabata Yasunari”, publicado en Bungei Tsūshin, le respondió con palabras cargadas de resentimiento, casi odio. Cuestionó la autoridad moral de Kawabata, ironizó sobre su estilo de vida refinado: “¿acaso criar pajaritos y mirar danzas es una vida admirable?”; y lo acusó de representar una falsa objetividad, una hipocresía “dostoievskiana” disfrazada de frialdad crítica. Incluso sugirió que hubo presiones externas o favoritismos en el proceso de selección, alimentadas por las expectativas que su amigo Dan Kazuo había depositado en Kawabata como posible aliado.
La carta no solo fue un acto de rebeldía, sino también una declaración de principios: Dazai se negó a participar de ese desfile de las vanidades que, desde entonces, y hasta hoy, acompaña a los premios literarios. En su amarga pero brillante respuesta, se revela no solo el orgullo herido de un escritor rechazado, sino también una temprana intuición: el Premio Akutagawa no sería un simple laurel literario (por no decir un buen apoyo economico para un escritor joven), sino una mescolanza de estética, poder, mercado y rivalidad.
Las razones oficiales
El pasado 16 de julio de 2025, durante la 173ª edición de los premios, el anuncio fue inesperado: ningún ganador del Premio Akutagawa ni del Premio Naoki. Era la primera vez en 27 años que ambos galardones quedaban con el anticlimático 該当作なし (sin obras aplicables).
En el caso del Premio Akutagawa, la escritora Hiromi Kawakami, miembro del comité, explicó que “cada una de las obras finalistas tenía aspectos atractivos, pero todas compartían una carencia indefinida, como si algo esencial estuviera ausente.” Ninguna, según su criterio, alcanzó el nivel de madurez o contundencia necesario para representar con dignidad la literatura japonesa contemporánea. La declaración es vaga, pero revela algo claro: se espera que el ganador del Akutagawa no solo demuestre talento, sino que encarne una visión sólida del mundo y una maestría técnica de la forma literaria.
Por el lado del Premio Naoki, el presidente del comité, Natsuhiko Kyogoku, fue más directo: “Todas las obras estaban al mismo nivel; había un empate de calidad. Aunque debatimos durante más de cuatro horas, no pudimos llegar a una decisión unánime.” La afirmación pone en evidencia un problema distinto: la abundancia de buenas obras (tal vez un eufemismo para decir que todas eran igual de mediocres), pero la ausencia de una que destacara claramente por encima del resto. En el mundo de la literatura popular, donde el atractivo narrativo suele ser más valorado que la complejidad estética, esta indecisión sugiere que ninguno de los finalistas logró cautivar completamente al jurado.
Ambas declaraciones, con sus matices, revelan un trasfondo común: la crisis de la literatura japonesa contemporánea. En un panorama literario cada vez más diverso, híbrido y mediado por nuevas formas de circulación, ¿qué significa hoy “merecer” un premio literario? ¿La obra más innovadora, la más legible, la que más se vende, la que conmueve a un jurado en particular, la que más apoyo reciba por parte de sus agencias literarias?
Epílogo
Es cierto: esta decisión conlleva costos. Las obras nominadas, al no recibir el respaldo oficial de un premio, tendrán menos impulso en librerías. Las editoriales no podrán imprimir la ansiada faja roja con letras doradas, y las librerías verán disminuidas sus ventas, especialmente en una industria que ya vive tiempos precarios.
Pero hay algo profundamente valioso en esta negativa. Un premio que se niega reafirma su importancia. En este silencio institucional hay, paradójicamente, una forma de respeto: hacia los lectores, hacia los escritores, y, sobre todo, hacia la literatura misma.
Pueden ver la (no) ceremonia de premiación del 16 de Julio de 2025: 第173回「芥川賞・直木賞」
Referencias
1. 朝日新聞デジタル「芥川賞と直木賞、27年ぶりの該当作なし 『何かが足りず』『拮抗』」2025年7月16日
https://www.asahi.com/articles/AST7J31J8T7JUCVL01KM.html
2. 毎日新聞「芥川賞・直木賞ともに『該当作なし』 27年ぶり」2025年7月16日
https://mainichi.jp/articles/20250716/k00/00m/040/281000c
3. 日本文学振興会(日本文学賞): https://www.bunshun.co.jp/shinkoukai/award/akutagawa/
4. 芥川龍之介賞: https://ja.wikipedia.org/wiki/芥川龍之介賞
5. 直木三十五賞: https://ja.wikipedia.org/wiki/直木三十五賞
6. 中村真一郎「純文学と大衆文学」『日本文学史概説』岩波書店、1998年
7. Fowler, Edward. The Rhetoric of Confession: Shishōsetsu in Early Twentieth-Century Japanese Fiction. University of California Press, 1988.
8. 角田光代「純文学って何ですか?」NHK出版、2012年
9. 片山倫太郎・田村嘉勝「文豪をめぐる八人の作家たち」『別冊太陽 川端康成』平凡社、2009年
10. 太宰治「川端康成へ」『文藝通信』1935年10月号
11. Fuente de la foto: 2025年7月16日午後7時55分、東京都内、浅野哲司撮影
miércoles, 16 de julio de 2025
Tuli Márquez: 365 momentos estelares de la música
Idioma original: español
Año de publicación: 2025
Valoración: recomendable
No deja de ser curioso que Tuli Márquez siga inédito en español por sus cuatro brillantes novelas y, en cambio, su primer título publicado en este idioma sea esta colección de artículos de título inequívocamente zweigiano, casi un guiño o un juego privado, como un acto de levantar la mano y apuntar, sotto voce, en realidad soy un novelista que pasaba por aquí. 365 momentos estelares de la música es un curioso experimento a medio camino entre aquellas añejas agendas que, aparte del santoral del día, añadía citas o aforismos y una de los fetiches habituales de los entornos culturales: las listas de referencias.
Márquez juega con una doble ventaja: la del senior que ya acumula una experiencia de cómo han ido las cosas por este planeta nuestro y la del abnegado pero incansable oyente de todo tipo de música. Me cuesta no imaginar al hombre entregado febrilmente a su oficio de escritor mientras la música desfila por la amortizadísima cuenta premium de alguna plataforma, cuestión que, si el algoritmo se comporta, acaba resultando más práctico y confortable que levantarse cada cierto rato de la silla y elegir ese vinilo, ese CD. O, por despojarlo de tanta alharaca trasnochada, es un freak de la música. Y el reto aquí es vincular efemérides del mundo musical con fechas señaladas de la historia contemporánea, y hacerlo para todas y cada una de las fechas de un año no debe haber resultado sencillo, y ello es perceptible en el ritmo del texto. No hacía falta, por eso, esos tres apuntes en la portada que parecen recomendar el libro como si se tratara de una enciclopedia comprimida, algo impersonal. De impersonal, este libro no tiene nada. Por el, ahora sí, enciclopédico conocimiento de Márquez, que es capaz de saltar de Nino Bravo a Japan, de los Beatles a Kraftwerk, en elecciones que pueden resultar chocantes o incluso antagonistas, y de salpimentar tantas menciones a fechas de publicaciones de discos, de conciertos, con las fechas clave de la historia contemporánea, como recordando esa coexistencia de realidades globales, con una lógica preponderancia de los acontecimientos del mundo occidental (bullidero, por otra parte, de una buena proporción de la producción musical más difundida), lo que acaba procurándonos una excitante y refrescante lectura de esas que empujan a la exploración de nuevos territorios.
Más reseñas de Tuli Márquez en ULAD: aquí
martes, 15 de julio de 2025
Wilkie Collins: El fantasma de John Jago
lunes, 14 de julio de 2025
Samanta Schweblin: El buen mal
domingo, 13 de julio de 2025
John Steinbeck: El invierno de mi desazón
Traducción: Miguel Martínez-Lage
Año de publicación: 1961
Valoración: Recomendable
sábado, 12 de julio de 2025
Karina Sainz Borgo: El Tercer País
Año de publicación: 2021
Valoración: Entre Recomendable y Está bien
El Tercer País es un cementerio, un camposanto alegal situado en alguna zona fronteriza, quizá entre Colombia y Venezuela, y gestionado por Visitación, una mujer negra que recoge y da sepultura a cadáveres de las localidades próximas, cuerpos de gente desconocida o sin medios para pagarse un enterramiento oficial. Al lugar llegan Angustias y su marido, huyendo como tantos otros de una epidemia de peste y cargando con sus dos hijos recién nacidos y recién muertos, cuyos ataúdes son sendas cajas de zapatos.
Toda esta crudeza nos va a acompañar sin respiro durante las casi trescientas páginas de este volumen a través de tierras inhóspitas y polvorientas donde el calor es una maldición y donde campan a sus anchas los personajes más abyectos y los más bajos impulsos del ser humano: la ambición del terrateniente, la cobardía del alcalde corrupto, la bestialidad de los paramilitares, la rapacería del juglar, la ignorancia, el miedo, la indiferencia, el ansia de sangre. Solo Visitación mantiene la dignidad y el apego a la vida en su extraño reducto, sin que conozcamos sus motivos ni su historia.
El ritmo de la narración es de una regularidad aplastante, con capítulos muy cortos que le dan cierto aire cinematográfico y la hacen adictiva, aunque a veces se permite algunos guiños que quieren sonar a García Márquez y cambios de perspectiva no del todo justificados. Pero fundamentalmente lo que la autora no quiere es perder la pulsión dramática, añadiendo horrores con precisión de cirujano: violaciones, perros feroces, incendios, amenazas, desapariciones y mucha sangre, la violencia como vicio, diversión, como forma de vida.
Ciertamente el libro está muy bien escrito, responde a un patrón claro y lo cumple a rajatabla sin un vacío y con total eficacia. También los personajes, al menos los principales, están bien definidos, aunque en mi opinión tienen más bien poca profundidad, es más, con el paso de las páginas empiezan a caer un tanto en el estereotipo. Y por este mismo camino viene mi principal crítica: me da que tanta crudeza en todas sus variantes, tantos personajes tan marcadamente despreciables, el tono tan brutal, casi apocalíptico, a la hora de describirnos ese mundo ¿no está conduciendo la narración por el camino del efectismo?
Es una impresión que solo surge cuando la lectura está bastante avanzada, pero me parece inevitable, porque todo, personajes, situaciones, entorno, prosa, parecen estar al servicio de un objetivo, que no es otro que buscar el mayor impacto, dejar al lector sin aliento y sumergido en la atmósfera viciada y cruel de esos parajes de la sierra infestados de maldad, pobreza y violencia. Sin dobleces ni recorrido, la narración se sostiene por sí sola en ese medio hostil y solo en él, y lo que empezaba pareciendo una aproximación interesante a la gran literatura latinoamericana se convierte en algo diferente, un producto muy bien hecho, eso sí, potente y construido con destreza, pero algo que igual se aproxima un tanto al mero entretenimiento.
viernes, 11 de julio de 2025
A. S. Byatt: Posesión
jueves, 10 de julio de 2025
Paulina Flores: La próxima vez que te vea, te mato
Año de publicación: 2025
Valoración: Entre recomendable y está bien
Una historia de amor sin moraleja.
Cada vez que leo autoficción, recuerdo el documental de Barbet Schroeder The Charles Bukowski Tapes. En uno de los episodios, un amigo le reclama a Bukowski haberlo retratado como un borracho violento en uno de sus cuentos, mientras que él mismo se mostraba como un ser magnánimo. “Fue completamente al revés”, le increpaba su amigo. Bukowski respondió tranquilo, como si fuera una obviedad: “En mis historias, yo siempre soy el héroe”. Creo que tenía razón. Leer autoficción (y ni hablar de escribirla) es un acto de fe. Bajo esas condiciones, veo innecesario considerar a la autoficción como una categoría independiente; llamémosle, simplemente, ficción.
En La próxima vez..., Paulina Flores nos cuenta la experiencia de Javiera (sería muy avaro de mi parte no derle el lugar de alter ego) como inmigrante chilena en Barcelona, primero como estudiante, luego como desempleada indocumentada. Además de lo que cabría esperar (choques culturales, aislamiento, nostalgia, etc.), se nos presenta una historia de amor. Pero amor amor, de esos que acaban en tragedia y muerte; ya saben de cuál. No se trata solo de un amor a la antigua: Javiera incursiona en el poliamor, lo cual, considerando que proviene del tercer mundo católico, resulta una aventura destinada al fracaso. Además, se relaciona con un catálogo de personajes, cada uno más extravagante que el anterior, lo que enriquece su mundo con ideas profundamente contrastantes respecto a su vida anterior.
La novela es breve, entretenida, e incluso tiene momentos reveladores. Es la segunda novela de Flores y, aunque se nota su juventud (referencias a la cultura pop millennial, reflexiones propias de una novela de formación, un tono desenfadado), también revela una escritura madura, aunque aún no se logre distinguir un estilo propio. (Por alguna razón, en la descripción del libro se lee “una voz a medio camino entre Violeta Parra y Bad Bunny”; no sé si eso es bueno o malo).
Por último, quisiera mencionar algunos reparos:
1. Entiendo que cada quien descubre el mundo a su manera y a su debido tiempo, pero esperaría que una protagonista inmadura, impulsiva, que descubre el mundo y el amor pasional, fuese una adolescente o una joven en sus veintes. Que la protagonista tenga 31 años me resultó un tanto anticlimático. Además, se relatan aventuras de secundaria, lo que deja un hueco en el curriculum de más de diez años (supongo que la escritora estaba demasiado ocupada con los estudios y el trabajo como para que le ocurriera algo interesante en ese periodo).
2. A falta de un mejor adjetivo en español, la trama me resultó, por momentos, demasiado edgy: pasiones exaltadas, intentos de asesinato y suicidio que rebasan mi gusto personal.
La próxima vez que te vea, te mato es una novela visceral más que confesional, que se mueve entre el drama amoroso y la búsqueda de identidad. Aunque su protagonista y sus decisiones pueden generar cierta resistencia, Flores logra construir una voz narrativa potente y honesta. Puede que no todos (digase yo) se identifiquen con el torbellino emocional que atraviesa Javiera, pero pocos quedarán indiferentes ante la intensidad con la que se cuenta su historia. Una apuesta arriesgada, con sus aciertos y excesos.
miércoles, 9 de julio de 2025
Seicho Matsumoto: Un lugar desconocido

Título original: 聞かなかった場所 (Kikanakatta Basho)
Año de publicación: 1975
Traducción: Marina Bornas
Valoración: bastante bien
Tsuneo Asai es un modesto, aunque de lo más eficiente, funcionario del Ministerio de Agricultura japonés que, en el transcurso de un viaje de trabajo con su jefe, recibe la noticia de que su esposa Eiko ha fallecido de forma repentina. Tras el estupor inicial y una vez cumplidas las debidas ceremonias funerarias Asai se pone a indagar sobre las circunstancias concretas de la muerte de su esposa, quien, por lo visto, sufrió un infarto y por ello hubo de refugiarse en una tienda de cosméticos de un barrio que no era el suyo, donde al fin falleció. Pero el viudo empieza a sospechar que hay algo raro en todo el asunto y comienza a investigar sobre una posible doble vida de su mujer.
La novela nos va desgranando, al menos en sus tres cuartas partes, toda esta pesquisa del infausto Asai para averiguar la verdad. No se trata, en todo caso, de un thriller trepidante, ya que el protagonista actúa exactamente como lo que es: un funcionario discreto e incluso gris, pero concienzudo y persistente, que va dando todos los pasos necesarios, uno a uno, pera llegar a su objetivo. Lo mismo que hace, por cierto, autor del libro, que elige una narración no diré que morosa, pero sí pausada y exhaustiva, con frecuentes recapitulaciones (quizá innecesarias, aunque tampoco es que molesten demasiado) sobre lo que ha ocurrido hasta ese momento. En todo caso, es una lentitud engañosa, puesto que llega un momento en que los acontecimientos se precipitan y de qué manera... No voy a adelantar nada, claro, salvo que el cuitado Asai acaba metiéndose por caminos que nunca pensó que fuera a transitar...
A Matsumoto, prolífico escritor de novelas no sólo policíacas (también de carácter histórico) se le considera, al parecer, el "Simenon japonés", al haber sido el primero en introducir una importante carga psicológica en la novela negra -más bien noir, en este caso- de su país. No digo que no, pero a mí esta obra me ha recordado más a las de la gran Patricia Highsmith, con sus personajes aparentemente inocuos pero proclives al crimen y sin remordimientos por ello -aunque sí con miedo al castigo-; sus tramas que transcurren en buena medida dentro de los pensamientos de sus protagonistas, su mundo de secretos y recelos... y también de los imprevistos de los que está trufada cualquier vida, por controlada que parezca y que determinan en muchas ocasiones nuestro devenir. Su comprensión de los rincones no sólo oscuros, sino turbios del alma humana y la empatía que no podemos dejar de sentir por sus personajes. Lo mismo que ocurre en este libro de Matsumoto, un escritor al que habrá que seguir leyendo y descubriendo pequeñas joyas como ésta, bisutería de aspecto modesta que pueden esconder brillantes quizá no perfectos del todo pero, precisamente por eso, más interesantes.
martes, 8 de julio de 2025
Catherine Lacey. Altar
Título original: Pew
Año de publicación: 2020
Traducción: Núria Molines
Valoración: bastante recomendable
Decidí, a raíz de mi anterior reseña de Catherine Lacey, indagar en la obra de la autora estadounidense. Cosa aparentemente sencilla, es una autora joven y ha publicado sólo cuatro novelas, que reseñaré en un orden cronológicamente inverso a su publicación, veré si se aprecia una progresión, ya que la escena literaria norteamericana suele responder a estallidos iniciales que, en demasiadas ocasiones, la lista es extensa ya, no suelen cuajar en carreras continuas, regulares, coherentes; cualidades éstas que quizás en estos tiempos no son necesariamente la panacea, pero ciñéndonos a los patrones clásicos, suele funcionar así: algunas novelas de tanteo hasta que se define estilo, consolidación, obras de madurez.
Biografía de X encajaría en este grupo. Novela de temática y estructura ambiciosa, muy bien acogida. Altar, en este sentido, es una obra que tiene poco en común pues es una novela mucho más introspectiva. Altar es el nombre que recibe una persona, no llegaremos a conocer ni su género en toda la novela, y su nombre es el que se le da cuando se la encuentra durmiendo cerca del altar de una iglesia a la que ha ido a refugiarse. La de un pueblo del sur de Estados Unidos, en un momento que no acabamos de identificar. La pequeña comunidad actúa de una manera hospitalaria, y Altar va siendo acogida en diversos hogares, entiende lo que se le dice pero no habla, no da indicio alguno sobre su pasado, sobre cómo ha llegado allí, a pesar de la insistencia de quienes le prestan cobijo, muestra una actitud pasiva y tenaz, incluso rehusando una pretendida revisión médica con la intención de comprobar su estado de salud. Altar es persistente en esa actitud, pero la comunidad empieza a no aceptar su actitud esquiva, su ensimismaniento, empiezan a urdir teorías sobre su pasado y la actitud hospitalaria pasa a tener matices, a acusar fisuras.
Altar funciona, obviamente, como una parábola, y tiene no pocos equivalentes audiovisuales, aunque a mí me ha recordado bastante, en su desarrollo, en su intriga reptílica, a Dogville, el clásico de Lars Von Trier, una de esas que yo llamo películas cabronas en el sentido de que revelan, a un nivel casi faulkneriano, la larva de maldad que anida a veces escondida tras la aparente bondad, el inevitable rechazo a lo que no se amolda a lo establecido. Creo que la pura elección del perfil del personaje, de edad y género inciertos, está hecha con una pura intención de universalizar la narración y hacerla adaptable a muchas situaciones, cuestión que entraña asumir cierto riesgo, por cuanto la historia que se nos relata, aunque su ubicación temporal no se identifica, posee arraigos contemporáneos, diría que lamentablemente, por el señalamiento del diferente a nosotros por su mera diferencia, aunque esta sea inocua y pasiva. Altar pasa de familia en familia y apenas intercambia unas palabras con otro personaje que ha sufrido circunstancias parecidas a las suyas, no causa más problemas má allá de su actitud hosca y esquiva, no es violenta, no es molesta, parece solo pendiente de que su presencia sea anónima y no tenga impacto.
lunes, 7 de julio de 2025
Néstor Reina: La naturaleza nos acabará abrazando
También puede haber alguien, probablemente miembro de "El club de los heteruzos chungos y fachas™" que lea el libro y diga que vaya gilipollez, que eso le ha pasado a todo el mundo (o casi), que está hasta los cojones de libros autobiográficos en los que el autor expone sus lujos y miserias (**), etc. ¡Pues no, queridas y queridos míos, porque hablando de lo personal se puede hablar perfectamente de lo general (aquello de hablar de tu aldea para hablar del mundo "revisited")!
Así que yendo más allá de lo estrictamente autobiográfico, este libro es una mezcla de Sexo en Nueva York y Fleabag (serie casi imprescindible y crush absoluto con Phoebe Waller-Bridge, por cierto), una tragicomedia sobre el amor y el miedo (***) o los miedos, sobre esa sensación de que "algo falta", sobre rituales o asideros, sobre ganas de llorar (¿los chicos no lloran?, como decía la canción del subnormal de Bosé), sobre nuevos comienzos y sobre ensoñaciones acerca del pasado y del futuro. Especialmente descacharrante, y muestra del tono del libro, es una visión que tiene de su propio funeral con parada final en la sala 1 de Apolo (****).
En resumen, que lo que leemos en La naturaleza nos acabará abrazando es un desinhibido ejercicio de introspección bajo la forma de diario de pensamientos, citas y duelos alejado de estructuras narrativas más o menos convencionales. Claro que esto último no debería sorprendernos cuando el libro lleva el sello Jekyll & Jill, ¿no?
Bueno, el caso es que esa estructura, obviamente, condiciona el texto y hace que no haya una continuidad o un desarrollo del autor-personaje (y de ahí ese final también un tanto abrupto), pero contribuye de forma decisiva a que el libro transmita frescura y sinceridad. Estas cualidades, además, se ven reforzadas por ese distanciamiento que marca el autor, por ese mirarse desde fuera y verse, según el momento, gigante, patético, triunfante, perdido, radiante, etc.
domingo, 6 de julio de 2025
Spike Milligan: Mala pinta
Título original: Puckoon
Año de publicación: 1963
Traducción: Julia Osuna
Valoración: entre recomendable y está bien
En la irladérrima localidad de Puckoon, que por su pintoresquismo, mayor aún que el de Innisfree, habría hecho las delicias de John Ford, el advenimiento de la República de Irlanda resultó un acontecimiento gozoso, por razones obvias, a la par que perturbador, pues los miembros del comité encargado de trazar la frontera entre la nueva república y el Reino Unido, hartos ya de no llegar a un acuerdo y deseosos de irse al pub, decidieron tirar por la calle de enmedio, que casualmente pasaba por el citado pueblo de Puckoon y, sobre todo, por algunos de sus lugares más emblemáticos , como el pub local -que quedó dividido entre el territorio irlandés, mayoritario pero con los precios de las bebidas alcohólicas más altos y un rincón británico, más barato y, por lo que sea, más concurrido- o el cementerio, que quedó en el territorio de Su Graciosa Majestad, con el consiguiente trastorno para los vivos y aun los muertos irlandeses.
¿Me ha salido un parrafito más bien largo y algo abarrocado, verdad?, Bueno, pero es que cierto abarrocamiento, por no decir una afectación forzada, es precisamente el estilo predominante en la novela, trufado tanto con expresiones que imitan el habla popular, como con sorprendentes hallazgos que podríamos considerar poéticos .. además de un recurso "metaliterario" (quizás sea excesivo utilizar este término), con alguna que otra ruptura de la "cuarta pared", por decirlo así. Todo ello, de forma paradójica (o no), al servicio de una historia evidentemente humorística que, sin renunciar en ningún a la ironía, tiende al absurdo, la astracanada y el slapstick literario... Así, nos podemos encontrar desde difuntos que deben sacarse el pasaporte para poder ser enterrados o contrabando de ataúdes hasta verdaderos cataclismos en los que se ven envueltos miembros del IRA vestidos de romanos, militares británicos retirados y tropas de granujientos boy-scouts. Por no hablar de cierta pantera negra, claro...
Spike Milligan fue un humorista indo-anglo-irlandés -lo de "indo" es porque nació en la India, hijo de un oficial del Ejército británico, cuyo recuerdo, por cierto da lugar a unas hermosas páginas de este libro-, muy popular en los años 60, al parecer (lo digo porque yo no lo conocía), colega de Peter Sellers -de hecho, hay momentos catastróficos en esta novela que parecen sacados de El guateque... O viceversa- y maestro, según decían ellos, de los mismísimos Monty Python, nada menos. Me creo que, como dice su nota biográfica, fuera una de las grandes figuras del, por otro lado, muy concurrido humor británico porque está novela está plagada de personajes peculiares, momentos hilarantes e incluso crítica social. Quizás su único problema es que el autor se recrea tanto en la descripción de esos personajes peculiares y de los momentos hilarantes que la crítica social y, más aún, la propia trama de la novela quedan un tanto deslucidas... Pero vaya, al menos las risas están aseguradas, lo que, tal y como están las cosas del mundo (y tal y como estaban cuando apareció el libro, hace más de sesenta años), ya me parece bastante.
sábado, 5 de julio de 2025
Edgar Cotes i Argelich: Un àngel cruel
viernes, 4 de julio de 2025
ZOOM: Retratos: de Cézanne a Picasso, de Ambroise Vollard
jueves, 3 de julio de 2025
Bekim Sejranović:De ningún lugar a ninguna parte
Traducción: Patricia Pizarroso y Marc Casals
Año de publicación: 2008
Valoración: Recomendable
Un funeral según el rito islámico, un montón de hombres acuclillados y un solo hombre que permanece en pie, sobresaliendo por encima de los demás y sin saber dónde poner los brazos. La viva imagen de la desubicación, de estar fuera de lugar o de no saber cómo hacer para "pertenecer" a ese sitio.
Esa es la imagen con la que se abre De ningún lugar a ninguna parte, novela en la que se (re)construye un pasado en forma de mosaico, en la que se entrelazan biografía personal y álbum familiar y en la que el desarraigo y voluntad de pertenencia protagonizan un texto con un aparentemente alto contenido autobiográfico, si bien esto haya que cogerlo con pinzas ya que según confiesa el narrador "no confío en el recuerdo y la verdad no la puedo soportar"
(Re)construir un pasado en forma de mosaico. That is the question! Y de ahí se derivan las infinitas idas y venidas espaciotemporales (desde la época de la Segunda Guerra Mundial hasta el siglo XXI, desde el pueblo bosnio de la infancia hasta la isla de Svalbard) Siempre en fuga, siempre huyendo a cualquier rincón del mundo que nos de una nueva oportunidad.
Pero también de ahí los diferentes estilos y tonos que encontramos en el texto. Porque Sejranović puede ser una especie de Delibes deslenguado cuando habla del Brcko de su infancia o un Unamuno del vacío y la soledad balcánica o un Knausgard o un Saeterbakken pasado de rosca en esa parte final del libro en la que destroza la idílica imagen de los países escandinavos. Porque, ¿qué opción es la menos mala: emborracharse o dejar que los recuerdos te devoren como termitas?
En cualquier caso, una buena y amarga crónica del desarraigo a través del tiempo y el espacio (Alija, Lars, Marko, el propio narrador), a la que acuden a dar oxígeno ciertas dosis de humor negro, una historia de perdedores, de búsquedas y huidas, muchas veces grotescas y absurdas, de intentos de felicidad que se van diluyendo con el transcurso de las páginas; un texto que crece a medida que avanzamos en él y se aleja de aparentes arquetipos y/o estereotipos, un texto jodido pero altamente recomendable.
miércoles, 2 de julio de 2025
Grace Ellis & Hannah Templer: De otro planeta
Título original: Flung out of Space
Año de publicación: 2022
Traducción: Esther Cruz Santaella
Valoración: recomendable y, sobre todo, para fans
Una vez más, resulta aconsejable acudir al subtítulo de este libro para enterarnos de qué va... Pues bien, dice así: Las indecentes aventuras de Patricia Highsmith. En realidad, con esto ya sería suficiente para dar por hecha la reseña o al menos, dos tercios de la misma. El resto sería dar mi parecer ("me ha gustado mucho, bla, bla, bla"), aconsejar su lectura ("no os lo perdáis y menos aún quienes seáis fans de esta escritora, bla bla bla"), cobrar mi suculentos honorarios y pa' casa... Pero vaya, uno es un profesional prestigioso del mundo de las reseñas y vosotros/as os merecéis algo un poco más elaborado y además, si no, me echan de este chollo, así que aquí va la de esta ¿biografía ficcionada gráfica? ¿Ficción biográfica gráfica? ¿Lo que sea, pero gráfica? Bueno, da igual la taxonomía que apliquemos a esta obra; el caso es que se trata de una recreación de la época juvenil de la gran escritora Patricia Highsmith, justo en el momento previo -meses, en verdad- a que comenzara a publicar novelas, cuando se dedicaba, para su desespero, a escribir guiones para cómics, algo que le resultaba bastante degradante -y muy gracioso a las autoras de este otro cómic, puesto que insisten bastante en ello-, mientras se dedicaba a crear sus primeras obras literarias de enjundia: las novelas Extraños en un tren y Carol (que primero se llamaba así, luego se publicó como El precio de la sal, firmada con un pseudónimo, y en 1989 volvió a ser Carol, ya con la autoría declarada de Highsmith). Momentos complicados para esta escritora, en primer lugar por las cuitas propias de cualquier escritor o escritora que trata de publicar su primer libro (a no ser que sea algún presentador/a de televisión, influencer, tiktoker o cualquier otra gansada por el estilo), pero también -al menos es sobre lo que las autoras de este cómi... novel... biografía gráfica o lo que sea, hacen mayor hincapié- por su lesbianismo galopante, que no sólo se ve obligada a disimular -tampoco mucho-, sino que le crea un fuerte sentimiento de culpa y le impulsa a buscar ayuda psicológica e incluso a seguir lo que hoy llamamos "terapias de conversión". Esta situación nos puede parecer hoy un despropósito (y con razón) a las personas de bien, pero recordemos que la historia está ambientada a finales de los años 40 del pasado siglo, por más que sea en Nueva York, una gran ciudad donde era esperable encontrar un poco más de tolerancia. Aún así, la homosexualidad era considerada una enfermedad que debía ser tratada por psicólogos y terapeutas, algo a lo que incluso una personalidad tan indómita como la de Patricia Highsmith no pudo resistirse.
"La historia de la humanidad está llena de seres humanos complicados y destructivos. Creo que es importante que no olvidemos eso. No todas las figuras influyentes o relevantes merecen que se las ponga en un pedestal, lo que incluye a mujeres y personas LGBTQ. Las hagiografías simplificadas tienen sus objetivos, pero considero que, en última instancia, nos hacen un flaco favor al mostrar a personas reales reducidas a simples héroes y villanos, cuando la verdad casi siempre es más rica y compleja (...)"
No puedo estar más de acuerdo, aunque también cabe preguntarse qué ocurre para que la autora de un libro sobre otra escritora real, en este caso, tenga que incluir esta nota a modo de prólogo para evitar herir susceptibilidades y, en última instancia, poner la venda antes que la herida, por si las moscas... No sé, casi se diría que el público lector (por no hablar del público televidente o usuario de las redes sociales) no está formado por adultos conscientes de la complejidad del mundo, de la variedad de personalidades y comportamientos humanos y de las interacciones entre las personas, sino por pre-púberes incapaces de entender las cosas de forma no binaria: bueno/malo; me gusta/no me gusta; salvación/condenación eterna en los fuegos del Infierno (lo digo por decir, ¿eh?, que ya sé que no es así y todos nosotros nos movemos en la sutileza, ambigüedad y tolerancia como peces en el agua).
Por apuntar alguna cosa sobre el aspecto gráfico del libro, el trabajo de Hannah Templer me parece magnífico, desde el planteamiento de cada página y el uso de una gran diversidad de planos -por cierto, muy eficaz e inteligente el recurso a repetir las viñetas finales de algunas páginas en la siguiente, para enfatizar el efecto que se quiere transmitir... además de ahorrarle algo de trabajo a la dibujante-, hasta el estupendo trazo, claro a la par que expresivo y detallista. Además de al cómic clásico norteamericano (el de superhéroes, por entendernos), a mí, que ya soy un señoro machirulo de ésos, me ha recordado al de dibujantes franceses e italianos de los 80-90, como Vittorio Giardino e incluso, cuando se trata de mujeres, a... ejem, Milo Manara. Pero no, debo de estar equivocado... ¿Cómo va a ser un referente para una historia donde la protagonista se acuesta con un buen número de macizas gentiles congéneres a lo largo de la misma (perdón por el spoiler, si es que lo es) un tío que las dibujaba de maravilla, para solaz de los salidos de media Europa? Y que conste que yo sólo leía sus cómics por los guiones...
Un montón de títulos de (que no sobre) doña Patricia Highsmith reseñados: aquí
martes, 1 de julio de 2025
Alain Finkielkraut: Pescador de perlas
Idioma original: francés
Título original: Pêcheur a perles
Año de publicación: 2025
Traducción: Elena M. Cano e Ïñigo Sánchez-Paños
Valoración: muy recomendable
Dos portadas en riguroso blanco y negro coinciden en las cotas altas de mi tsundoku, las que presagian una lectura inmediata. La de la siempre postergada (y no traducida aún al español) The age of David Bowie de Paul Morley y la de este Pescador de perlas de Alain Finkielkraut. Juego a las similitudes, pues desde la portada de ambos libros hay una mirada frontal de dos personajes desinhibidos sin demasiados reparos en expresar las cosas como las ven, a través de sus cauces artísticos o culturales. Y también sometidos a la posibilidad de ser malinterpretados o sacados de contexto por ciertos sectores, usemos cierto eufemismo rebuscado, de puristas poco bregados en el sentido crítico, siempre ávidos de saltar a la yugular de quien disiente, de quien se expone a la polémica. Cierto es que comparar a Finkielkraut con Bowie pueda parecerle a más de uno como algo aberrante o pretencioso, pero las voces discordantes son bienvenidas aquí.
En Pescador de perlas, Finkielkraut - que se fotografía con estantes repletos de libros al fondo - parte de frases de autores favoritos para desarrollar sus artículos. El filósofo francés elige sobre todo a autores clásicos como punto de partida de estas quince piezas, permitiéndose algún ligero desvarío heterodoxo (el último artículo, casi un manifiesto, toma prestada una célebre frase de una estrofa de The Beatles) pero desplegando a partir de ahí algunas claves del argumentario que lo ha convertido, gracias a su presencia en medios francófonos, en objeto de vivas polémicas. Y hay que agradecer que su actitud sea, a la par que erudita y basada en un extenso conocimiento filosófico, literario, social, la de alguien que no tiene que rendir cuentas por sus opiniones ante nadie. Ni audiencias ni electorado, especialmente. Aunque no suelo sentirme cómodo con las alusiones a la izquierda woke, sus planteamientos de cómo las izquierdas tradicionales, en su ciego empeño de abarcar toda minoría o sector desfavorecido, asisten a un desgaste y un descrédito que han ido abonando a base de división y estupor ante algunas incongruencias en sus planteamientos, condenadas a decidir entre uno u otro oligarca, entre uno u otro integrismo religioso. Y esa es la punta del iceberg de estos escritos, que abarcan, y nadie se libra en sentido metafórico de recibir, desde las cómodas lagunas de memoria de los educadores, la obsesión por la tábula rasa con el pasado, al auge del antisemitismo, la mala digestión de la sociedad francesa - conservadora, envejecida - de la creciente influencia de las comunidades procedentes, no solo de las antiguas colonias, sino del constante flujo migratorio.
Uno puede alinearse con algunos planteamientos o no, por supuesto, pero Finkielkraut es valiente (o incluso temerario) en mostrar los suyos sin interponer personajes. Me gusta su estilo y su contundencia firme y considerada, su escaso señalamiento de otro enemigo que no sea la pasividad, la abulia o incluso la deserción por abrumamiento, por comodidad, por suscripción de la opinión que da mejores réditos, que tanto se da en las sociedades europeas. Pide educadamente, cierta reacción, y le da igual que ello pueda adjetivarlo como reaccionario. Reivindica no cancelar el pasado per se y logra no parecer alzar la mano a favor de la nostalgia, ese concepto temido, denostado y anquilosado. Coincidirás o no con él, pero hacen falta más filósofos así.
Otros libros de Finkielkraut reseñados en ULAD: aquí