lunes, 30 de junio de 2025

Jeremy Robert Johnson: Ciudad revientacráneos

Idioma original: Inglés
Título original: Skullcrack City
Año de publicación: 2015
Traducción: Hugo Camacho
Valoración: Recomendable para raritos

En Ciudad revientacráneos hay un poco de todo: un antihéroe drogadicto, una conspiración sobrenatural que amenaza al mundo entero, penes retorcidos, monstruos come cerebros, famosetes que someten sus cuerpos a insospechadas alteraciones físicas, armas que afectan al cuerpo humano de formas la mar de peculiares, etc...

La novela, de Jeremy Robert Johnson, es entretenida, dinámica y moderadamente original. Se lee en un suspiro, de tan adictivo que es su argumento, y combina con asombrosa solvencia "thriller", acción, crimen, ciencia ficción, terror, bizarro, romance, humor y los excesos de la serie B más genuina.

Trata sobre S. P. Doyle, quien, después de servir durante trece años a un banco, decide estafarlo. Para ello sucumbe a su adicción a la hexadrina, droga que le permite llevar a cabo su plan sin apenas descansar. Doyle pronto desentrañará una conspiración a gran escala y se verá obligado a elegir bando en una guerra que lleva años gestándose en las sombras.

De Ciudad revientacráneos destacaría:

  • Su expansión del universo explorado por el autor en su relato "La Liga de los Céroes".
  • Algunas de sus ideas, creativas, alocadas y desacomplejadas.
  • Su humor, por lo general razonablemente efectivo y protagonista de momentos brillantes.
  • El pasaje dedicado a relatar el escalofriante pasado del doctor Tikoshi.
  • El arco de personaje que experimenta Doyle, un tanto abrupto pero hábilmente planteado.

Por otro lado, señalaría algunas cosillas que, aunque no lastran significativamente al conjunto, me han hecho fruncir el ceño durante la lectura:

  • La irregularidad de su ritmo, que no logra mantener todo el tiempo el mismo nivel de interés.
  • El romance entre Doyle y Dara, aunque bien llevado y convincente, es en esencia algo forzado y cliché. Personalmente, hubiera preferido que el amor de Doyle fuera unilateral y no correspondido.
  • Las armas extravagantes que aparecen en estas páginas son bastante creativas, pero me hubiera gustado que se usaran más a menudo, y ver otros tipos.

Sea como fuere, Ciudad revientacráneos es un pastiche adictivo y desacomplejado que nos hará pasar un rato estupendo, al igual que lo hace la serie B más absurda, macarra y sangrienta que, de tan buena que es, puede incluso tomarse un pelín en serio a sí misma con éxito.


También de Jeremy Robert Johnson en ULAD: Aquí

domingo, 29 de junio de 2025

Nacho Vegas: Política de hechos consumados

Idioma original: Español

Año de publicación: 2006

Valoración: Recomendable para fans

En el momento en que se publicó este libro, Nacho Vegas ya se había consolidado como músico solista, aunque aún se le consideraba un artista independiente o indie (esta última palabra tiene una acepción ligeramente diferente, pero quizás más acertada). Las letras de sus canciones, muchas veces autobiográficas, contaban historias de depresión, abandono, ansiedad, adicción, etc. Fue en esa época cuando me encontré con su música, y me gustó bastante. No por sentirme identificado con sus letras, sino por la autenticidad que transmitía, amplificada por su estilo desgarbado, sus melodías simples y su muy particular color de voz.

Este libro refleja perfectamente esa etapa del cantautor de Gijón. Se presenta como una compilación de textos diversos que van desde pequeños cuentos, minificciones, entradas de diario (posiblemente reales), aforismos y, por qué no, poemas que bien podrían ser la letra de alguna de sus canciones.


Esta mañana en la calle alguien

parecía sonreírme.

Cuando me acerqué todo lo que vi

en su cara fue una mueca.

Sólo cuando me detuve a encender

un fuego supe calmarme

(y aun entonces hubiera jurado que

aquella persona sonreía).

Me limité a arder hasta apagarme.


Quizá lo que más me gusta del libro, al igual que de su música, es esa autenticidad, casi inocente, con la que Vegas nos cuenta lo que piensa y siente. A pesar de que rara vez se presenta abiertamente en primera persona, se muestra vulnerable al exponer episodios de abuso, adicción y desesperación. Sin embargo, pese a lo oscuro de la mayoría de las temáticas, y aunque no haya ninguna melodía que imponga una atmósfera específica, se nota que estos textos fueron escritos con una mirada esperanzadora, con cierto aire de resiliencia y catarsis. Eso sí, a veces exagera un poco con el fatalismo:


Rocío, no sé por qué escribo acerca

de ti.

Realmente me importa poco

si estás viva o muerta,

y dudo mucho que fueras necesaria

para que yo me encuentre aquí

en estos momentos.


Desde el punto de vista formal, no hay mucho que destacar: los pequeños cuentos se presentan como situaciones más o menos concretas, con finales en su mayoría abiertos o ambiguos. Las minificciones/poemas, casi aforísticas, nos muestran como imágenes más que como ideas, dejando mucho espacio a la imaginación. Si bien la temática general del libro es bastante homogénea, la recopilación de textos no parece seguir una lógica interna clara; se presentan uno tras otro como si se tratara de una recopilación póstuma de papeles olvidados en un cajón.

Con el tiempo, Nacho Vegas fue madurando y, probablemente, saliendo de su depresión. La temática de sus canciones cambió, lo cual alienó a muchos de sus fans. Pasó de ser un poeta maldito a un luchador por la justicia social; un giro radical respecto a los textos sombríos de sus inicios. Este libro pertenece claramente a un Nacho Vegas que ya no existe.

Política de hechos consumados es un testimonio íntimo y descarnado de una etapa turbulenta en la vida de Nacho Vegas. Aunque desordenado y a ratos excesivamente fatalista, el libro conserva un valor genuino como documento emocional y poético. Es una obra que gustará especialmente a quienes encontraron consuelo o reconocimiento en las canciones de su primera etapa. Una lectura breve pero cargada de resonancias.

Recomiendo acompañar el libro con el álbum Desaparezca aquí.

sábado, 28 de junio de 2025

Maximiliano Barrientos: El horizonte del grito

Idioma original: castellano

Año de publicación: 2024

Valoración: Entre Recomendable y Está bien


Está claro que ni mucho menos domino las etiquetas que se asignan a los distintos subgéneros de lo que podríamos llamar literatura de terror, así que para no meter la pata ni se me ocurre citar ninguna de las que me pueden sonar. Supongo que, como en tantos otros campos, no son más que clasificaciones más o menos intuitivas o caprichosas para distinguir tendencias, tanto nos gusta organizar conceptos y ordenar de alguna manera cosas demasiado amplias, haciéndolas más manejables. En todo caso, como aquí en el blog tenemos expertos en esta materia que podrían dar una master class, dejo a otro el trabajo.

La docena de relatos que propone Maximiliano Barrientos digo yo que podemos al menos ubicarlos dentro del género del terror, así, a grandes rasgos. Yo diría que un terror un poco singular, con unas señas de identidad bastante peculiares. En todos encontramos elementos que irrumpen en la realidad distorsionándola, sin que lleguemos a saber si de un modo objetivo o en los pliegues de lo mental, quizá ambas cosas a la vez. Es un hombre que se presenta en cierta población ante la noticia de la muerte repentina de su hermano, un alcalde aquejado de un deterioro cognitivo galopante, la desaparición de un avión en la selva, un antiguo nazi que guarda secretos sobre su hijo, o unos jóvenes metaleros que quieren quemar una iglesia. Historias que de entrada ya bordean la proximidad de la muerte o de situaciones de máxima tensión, en las que se abrirán paso hechos o vivencias que traspasan la línea de lo convencional.

Los relatos se internan entonces en mundos extraños, unas veces tangibles y otras incorpóreos, comportamientos extraños, sonidos o presencias, trances que parecen sacados de experiencias con alucinógenos, desapariciones (y reapariciones), hipersensibilidad para establecer conexiones. Pero también lo que parecen episodios de enajenación, extracción de órganos u obsesiones, un avión construido en secreto, híbridos humanos, ver con los ojos de otro o sentir su muerte como propia. Muchas cosas ciertamente para apenas una docena de relatos no demasiado extensos.

Barrientos lo cuenta bien, excelente mientras comienza a desarrollar las historias incorporando los elementos de misterio en un crescendo potente y bien dosificado. Llega sin embargo un punto en que el hilo empieza a deshacerse, porque seguramente el autor quiere a toda costa internarse en ese mundo de pesadilla, no sabría decir si es porque la transición resulta algo inconsistente. Quizá es que a la conexión entre lo real y lo fantástico le falta un nexo más convincente, que la inmersión en esos mundos aberrantes es tan inverosímil que, aun resultando sugestiva, le falta algo de credibilidad para hacerla de verdad aterradora.

O puede que uno sea lector demasiado convencional y necesita un asidero para sentirse realmente sobrecogido por la aparición de lo extraño. Quizá la acumulación de estímulos o lo que parece una búsqueda deliberada de confusión no son el mejor vehículo para transmitir desasosiego, y ahí lo que pintaba como relatos bien construidos termina por quedarse un poco en tierra de nadie.


También de Maximiliano Barrientos reseñado en ULADUna casa en llamas

viernes, 27 de junio de 2025

Benjamin Markovits:El resto de nuestras vidas

Idioma original: Inglés 
Título original: The rest of our lives
Año de publicación: 2025
Traducción: Juan Nadalini
Valoración: Bastante recomendable 

Microrreseña express:
El resto de nuestras vidas es una muy buena novela sobre el amor y el desgaste de las relaciones de pareja. ¡Leedla!

Versión extendida: 
Plenamente entroncada en la tradición estadounidense de "novela en la que el viaje ocupa un lugar fundamental" (Las uvas de la ira, En el camino, etc), El resto de nuestras vidas es una agridulce reflexión sobre la puta vida y el desgaste que esta conlleva, sobre decisiones que condicionan presentes y futuros, sobre oportunidades perdidas, malgastadas o desaprovechadas, etc.

El argumento podríamos resumirlo en que Amy cometió una infidelidad hace 12 años, momento en el cual Tom decidió no separarse hasta que su hija pequeña cumpliera 18 años y marchara a la Universidad. Ese momento ha llegado y Tom emprende viaje con su hija de Boston a Pittsburgh.

Así, el viaje funciona en la como metáfora de la vida, como forma de "huida" a través de la cual rememorar y replantearse la propia existencia, como camino de autoexploración y posible redención.

Y pese a que el viaje continúa y que Tom acaba cruzando el país de Este a Oeste, el paisaje apenas tiene protagonismo. No hay, por tanto, una mística de los espacios abiertos o un "elogio de la libertad individual". El viaje es, eminentemente, interior y temporal, hacia un pasado que no volverá y que nos ha traído hasta aquí, hasta un presente que tal vez no era en que soñamos en su momento.

Si por algo me parece que destaca esta novela de Benjamin Markovits es por:
  • cómo refleja el desgaste que conlleva la madurez (y no solo a nivel sentimental, sino que se extiende a distintos ámbitos de la vida).
  • su análisis de la relaciones familiares y de las dinámicas de poder que se establecen en ellas.
  • la utilización de los diálogos.
  • el tratamiento que da a algo que ocurre al final de la novela. Tuve la mala suerte de pasar por lo mismo y me veo absolutamente reflejado en esas páginas (no entro en detalles por no destripar nada).
  • la profunda sensación de tristeza y esperanza que me transmite. Emoción y sensibilidad, pero bien llevadas.
En el lado menos positivo tengo que mencionar lo siguiente:
  • ¿por qué carajo un porcentaje tan alto de los protagonistas de estas novelas son profesores universitarios? Ya sé que esto, pero se, no es bueno ni malo, pero me "carga".
  • alguna trama secundaria algo endeble (la parte laboral, sobre todo). Sé que permite y guía el viaje, pero tengo la sensación de que desentona con el resto de la novela.
  • la alargada sombra del Stoner de John Williams (tb veo algo del gran Stephen Dixon por ahí).
En resumen, y pese a estas pequeñas pegas, una sorpresa más que agradable de un autor absolutamente desconocido para mí y del que espero, de verdad, tener más noticias en el futuro. A ser posible, sin tardar demasiado!

jueves, 26 de junio de 2025

Colaboración: El campo, de Robert Seethaler

Idioma original: alemán

Título original: Das Feld

Traducción: Ana Guelbenzu

Año de publicación: 2024

Valoración: Recomendable


Harry Stevens, un anciano alemán residente en el pueblo de Paulstadt, disfruta paseando cada tarde entre las tumbas del cementerio, un lugar al que los vecinos llaman “el campo”, los días que hace buen tiempo. Cuando se cansa, se sienta a la sombra de un viejo abedul, y deja vagar sus pensamientos. A veces, cree oír hablar a los muertos, aunque no llega a captar más que palabras sueltas, y se pregunta cuál será el objeto de sus conversaciones. A muchos los conoce o, mejor dicho, los conoció. Fueron obreros, comerciantes, dependientes y políticos del pueblo que, a buen seguro, tienen muchas cosas que contarnos sobre su vida y, claro, sobre su muerte.

Quizás sólo en ese último momento, como dice nuestro protagonista “sería razonable que un ser humano pudiera emitir un juicio definitivo sobre su vida”.

Y eso es lo que hace Seethaler en este libro. Dar la palabra a veintinueve vecinos de Paulstadt que nos hablan de cómo vivieron y cómo murieron.  Es un universo pequeño y cerrado y, en muchas ocasiones, inevitablemente, las historias de algunos personajes se entrelazan con las de otros creando un universo en el que vemos como respira toda la comunidad. Hay historias de amor, odio, soledad, esperanza, venganza, ilusión o crueldad. Cada capítulo no deja de ser más que un reflejo de la condición humana. 

Seethaler se propone, y lo consigue, que comprendamos a cada uno de los personajes que nos presenta. Son personajes normales y corrientes, como usted y como yo, con sus pequeñas alegrías y tristezas, que toman decisiones, acertadas o equivocadas, que dirigen su vida, y a menudo su muerte, en una determinada dirección. 

No me resisto a incorporar el fragmento final de un capítulo. Unas líneas ilustrativas del tono poético en que se mueve el escritor alemán:

“En mi memoria ya no paró de llover, el mundo se vino abajo. Ahora yazco aquí, entre mis padres. No ha sido un camino largo, pero se está tranquilo, y algunas noches oigo a lo lejos un gemido, leve al principio, aunque constante como el llanto de un niño, que luego crece y se vuelve más intenso y penetrante, hasta llenar la noche. Yo me quedo quieto y escucho aullar a los lobos hasta que su aullido se interrumpe”.

Seethaler escribe con elegancia y sobriedad y transmite ternura hacia los personajes que retrata. Algunos merecen unas líneas, otros varias páginas, pero todos han constituido el tejido vivo de Paulstadt y todos tienen cosas que contarnos.

Como señaló el propio novelista alemán en alguna entrevista: “cada hombre es el héroe de su propia historia”.  

                                                                                                                  Firmado: José Miguel Martínez

También de Robert Seethaler reseñado en ULADEl vendedor de tabaco

miércoles, 25 de junio de 2025

¿Contrarreseña?: El mundo como supermercado de Michel Houellebecq

Idioma original: francés

Título original: Interventions

Año de publicación: 1998 (como libro)

Traducción y edición: Encarna Castejón

Valoración: Vaya morro que le echas, Michel...

¡Ay, por fin, una reseña de un libro de nuestro admirado Michel Houellebecq, con las ganas que yo le tenía! Porque sabed que en este blog tenemos auténtica devoción por este escritor, de tal manera que resulta imposible conseguir turno para reseñar alguno de sus libros; en cuanto se avisa de que va a aparecer uno nuevo, mis compañeros se lanzan sobre él cual pirañas sobre una res herida que trate de cruzar algún afluente del Orinoco... Aunque supongo que debería aclarar antes que nada los interrogantes del título de la reseña porque merecéis una explicación y como alcalde vuestro que soy... quiero decir como autor de la misma que soy, os la voy a dar:

Como bien saben mis compañeros de blog (y aquí dejo el tono sarcástico), soy algo reticente a la obra y la figura literaria de Michel Thomas, de soltero Houellebecq (bueno, de soltera su abuela, quiero decir), aunque, ya que una cosa no quita la otra, como actor cómico-patético me parece genial. Ahora bien, si algo me enorgullezco de ser es ecuánime (más o menos) y, a raíz de cierta conversación, pensé que, después de todo, tampoco había leído tanto de este tío... A lo mejor resultaba que me había topado con lo peor de su producción y el resto de su obra era excelsa, o, por lo menos, interesante. Claro que hombre precavido vale por dos; tampoco me iba a poner a leer un tochaco como Plataforma o El mapa y el territorio que, aparte de ser gordos, ya estaban reseñados en este magnérrimo blog (where else?); la solución la encontré en este mucho más delgadito al tiempo que variado El mundo como supermercado que, además, contaba con la ventaja de haber pasado por debajo del radar depredador houellebecquiano de mis compañeros. La ocasión la pintaban calva, como decían nuestros abuelos y los personajes de Bruguera...

Ahora bien, ¿seguro que este libro aún no había sido reseñado en este blog? Como soy un profesional de esto del reseñismo, investigué un poco. Resulta que el compañero Francesc Bon había publicado, hace más de diez años el libro de nuestro autor Intervenciones, valorándolo, siempre generoso nuestro Francesc, "como muy recomendable". Con la mosca bailando detrás de mi oreja, consulté el título original de este libro, que resultó ser Interventions 2 y el del libro que yo pretendía reseñar, que... a ver si alguien lo adivina... Mais oui, mes amis: también Interventions! Bueno, no pasa nada, pensé, puesto que el de Francesc fue publicado originalmente en 2009 y el mío, en 1998: simplemente, uno es la continuación del otro y ya está. Todo en orden en el ecosistema literario. Ahora bien, un somero examen de los índices de ambos libros me indicó que... tenían el mismo contenido en un 50% -y, consecuentemente casi el doble de páginas el uno que el otro-; es decir, que Michel y sus editores (no quiero atribuirle toda la responsabilidad de la estafa estratagema) habían tomado el primer libro que, por otra parte, es una recopilación de artículos del autor ya publicados -en su mayor parte en Lettres Françaises o en Les Inrockuptibles, amén de otras cosas, le habían añadido toda una serie de artículos -y otras cosas- publicados entre 1998 y 2009 y chimpún, todo listo para que sus adoradores seguidores pasaran por caja. Y si esto os parece ya mucho morro (también habrá a quien le parezca una práctica honesta, ya lo sé... supongo que porque compraron sólo el segundo libro), resulta que en ambos volúmenes nos encontramos con que se incluyeron tres entrevistas suyas con diversos medios en el primer Interventions y tres en el segundo... ¡Es decir, que el sinvergüenza genio de Michel incluyó, como creación propia y con dos coj... todo el cuajo, entrevistas que le hicieron en Art press o L'Humanité! Lo tengo que reconocer: me quito el sombrero ante semejante jeta de hormigón armado... ¡Qué digo: de titanio! ¡De adamantium! (*)

Pero bueno, por mucho que me regocije el arte de Houellebecq para sacarle los cuartos a los primaveras de sus fans, lo importante, después de todo, es si este El mundo como supermercado merece también ese estupendérrimo "muy recomendable" que el bueno de Francesc le otorgó a su ¿segunda? parte. Pues no sé qué deciros, que es la forma educada de expresar que sí lo sé: ni de coña. Igual los artículos de entre 1998 y 2009 que se añadieron eran la repanocha, pero éstos de aquí a mi me parecen más bien normalitos, en el mejor de los casos, por no decir flojillos y erráticos. O flojillos y rutinarios, que es peor. Alguno, es cierto, me resulta más original y hasta resultón, como La arquitectura contemporánea como vector de aceleración de desplazamientos -el título, además de bueno, resulta muy houellebecquiano, pero no esconde ninguna metáfora: trata exactamente de eso-; el elogio del cine mudo que es La mirada perdida o El absurdo creador, sobre la obras del Jean Cohen Structure du langage poétique. Esta tampoco es la única ocasión  en la que el caradura de emprendedor Michel (se me están acabando los sinónimos) monetiza, como se dice ahora, los favores que le hizo a otros artistas amiguetes (quiero suponer): Opera Bianca consiste en una serie de poemas para una instalación móvil y sonora de 1997. Por lo demás, en el bloque Tiempos muertos coexisten artículos más sugerentes, como la semblanza de la escritora feminista radical Valerie Solanas -la tipa que disparó contra Andy Warhol- en ¿Para qué sirven los hombres? con relatos más o menos ocurrentes -La reducción de la edad de jubilación- o auténticas chorradas, como El alemán, donde el escritor francés descubre oh, sorpresa, que hay localidades de la costa española llenas de alemanes jubilados (imagino que le jodió ir a un Mercadona a comprar sobrasada y encontrarse con tanto boche, por más que trate de emular a Céline, sin conseguirlo). En definitiva, un pot-pourri de textos reciclados al que le viene que ni pintado tal denominación (me quedo, eso sí, sin leer lo que opina Houellebecq de la pedofilia, lo que aparece en la "segunda parte" del libro... pero mirad, creo que puedo pasar sin saberlo).

No puedo acabar la reseña sin aludir al artículo con el que abre ambos volúmenes, publicado originalmente en 1992 en Lettres françaises y provocativamente titulado Jacques Prévert es un imbécil -supongo yo que para provocar el "escándalo" entre la intelectualidad literaria francesa, a la que se le suele o solía hacer el culo gaseosa con estas chiquilladas-; francamente, no sé si monsieur Prévert, uno de los poetas franceses más populares del siglo XX era un imbécil (yo diría que no) y, como pretende Houellebecq, de ahí su gran éxito, ya que, por ende, gustaría a los imbéciles que componen la gran masa de la población (yo diría que tampoco). Sólo quiero recordar que por aquel entonces el amigo Michel también trataba de descollar como poeticastro, (que imagino sería su gran ilusión) para acabar, más de treinta años después y con su figura literaria ya amortizada, como un enfant terrible de baratillo, relleno en las quinielas para el Nobel y actor cómico-patético (más lo segundo que lo primero, pero ya digo que ni tan mal). El Nobel no lo conseguirá, pero puede que, algún día, el Óscar sí se lo den... O el Razzie, que también sería apropiado. 

(*) Ojocuidao, que resulta que el gran Michel Houellebecq, ese genio del marketing personal, ese águila del selfcoaching y de sacarle los cuartos hasta a las piedras, que deja en bragas a los cryptobros, los technobros y los gymbros, lo volvió a hacer: existe un tercer libro, Más intervenciones, compuesto por... a ver si adivináis: los textos que ya salen en los dos primeros más unos cuantos textos igualmente recuperados de la papelera de diversos medios y... ¡tachán: nada menos que tres nuevas entrevistas (una de ellas con Frédéric Beigbeder, otro que tal baila)! Michel, lo debo admitir, no eres un genio: eres el puto Mesias. 

Demasiados libros de Michel Houellebecq reseñados: aquí

martes, 24 de junio de 2025

Shintaro Kago: Ciudades e infraestructuras

Idioma original: Japonés
Título original (del volumen): Toshi To Infrastructure
Traducción: Víctor Illera Kanaya
Año de publicación (del volumen): 2021
Valoración: Está bien

Ciudades e infraestructuras es una recopilación de relatos del mangaka Shintaro Kago, publicados originalmente en la revista AX Magazine. La mayoría son muy breves; duran entre cuatro páginas y cuatro viñetas. Si bien funcionan, dada sus modestas pretensiones y su solvencia visual, no se cuentan entre lo mejor que tiene por ofrecernos su autor, debido a que sus premisas, aunque creativas, tienen un interés y recorrido harto limitados.

Mis favoritos serían "En el dentista", "Concurso de personas con falta de presencia", "Resquicios de mercado", "Ciudad amurallada" y "Manos postizas", pues brotan alrededor de conceptos extravagantes o hilarantes. Asimismo, he disfrutado bastante de los relatos sin título que hallamos a la mitad y al final del volumen respectivamente, pues construyen el suspense con acierto y entregan escenas "gore" muy originales y grotescas.

Resumiendo: Ciudades e infraestructuras es una antología que hará las delicias a los completistas de Kago. Y es que el japonés ostenta, incluso en sus obras menos inspiradas, un dibujo extraordinario, ideas delirantes, escenarios absurdos, sexo depravado, "gore", escatología, humor negro y una saludable dosis de irreverencia y mal gusto.




También de Shintaro Kago en ULAD: Aquí

lunes, 23 de junio de 2025

Russell Banks: Los abandonos


Idioma original: 
inglés

Título original: Foregone

Año de publicación: 2022

Traducción: Benito Gómez Ibáñez

Valoración: bastante recomendable 

 

Esta es la penúltima novela de su autor, que falleció en 2023 sin disponer de la repercusión de otros novelistas estadounidenses de, vamos a decirlo así, primera línea, como Cormac Mc Carthy o Philip Roth. Y he de reconocer  que la lectura de Los abandonos me ha planteado una duda algo reincidente sobre la cuestión del panorama literario de su país: si, como se suele repetir, se trata de un mundo que basa su enorme repercusión en su poderoso aparato promocional- premios, publicaciones, potentes grupos editoriales o si, como a menudo me inclino a pensar, se trata de una sociedad que, dentro de sus defectos y contradicciones, atesora las circunstancias propicias para generar un ecosistema donde hasta algunas de sus figuras secundarias pueden llegar a tener destellos de mucho calado.

Esto es lo que me ha sucedido con Banks, y aunque Los abandonos dista de ser una novela deslumbrante a la primera sensación, pasados unos días y a la hora de afrontar esta reseña, dispone de una persistencia que, frente a la capacidad reciente de demasiadas novelas de ser leídas y olvidadas con semejante facilidad, obra mucho en su favor. No solo eso, esa perspectiva la enriquece y la hace acumular algo así como capas de consistencia y cohesión. Con lo cual, lo que podríamos simplificar como una novela de situación se proyecta en varios ámbitos y abarca desde cierto prisma político a una crítica social retrospectiva e incluso un agrio cuadro de cómo la sociedad de hoy en día amortiza y exprime a sus mitos en aras de una supuesta coartada artística.

Leonard Fife se encuentra en los últimos días de su existencia. Atendido por una enfermera que se ocupa de él ante la mirada circunspecta de su esposa, se ha prestado a otorgar una larga entrevista para un documental que resumirá su existencia: huyó de Estados Unidos hacia Canadá para librarse de ser alistado en la guerra de Vietnam e, instalado en el país vecino, dedicó su vida a la producción de documentales de fuerte y polémico contenido progresista que hicieron de él una celebridad, de ahí que se halle rodeado de focos, cámaras, en un diálogo discontinuo con sus entrevistadores pues sus fuerzas ya han empezado a flaquear. Fife decide desnudar su alma a través de esas entrevistas, una decisión que se manifiesta con la contundencia y determinación de aquél a quien el tiempo se le escurre, pero que queda matizada por todo lo que concurre en esa confesión: sus polémicas decisiones vitales, la vida que dejó atrás cuando decidió cruzar la frontera, sus parejas, sus hijos, el supuesto conflicto de intereses entre el compromiso político de una cierta época y los miedos íntimos y personales. El libro traza idas y venidas que podremos achacar a su propia personalidad, a su legítimo deseo de quedar en paz consigo mismo y con aquellos a quien pudo causar daño. Banks pudo tomarse todas las licencias del mundo, desde saltos temporales de décadas atrás y adelante desde la habitación medicalizada, hasta pasajes que parecen devaneos o incluso delirios combinados por las trampas de la memoria y los efectos de los medicamentos paliativos del dolor. Ese juego aporta una enorme profundidad a la novela, que tan pronto puede interpretarse como una agria crónica de la decadencia física como de una puesta un contexto de unos ideales, los de los finales de los sesenta, llenos de trampas y contradicciones.

domingo, 22 de junio de 2025

Stephen King: Apocalipsis (The Stand)

Idioma original: Inglés

Título original: The Stand

Traducción: Lorenzo cortina

Año de publicación: 1978

Valoración: Muy recomendable

Un clásico.

Y no lo digo en sentido abstracto. A casi cincuenta años de su publicación, esta novela inevitablemente se lee desde una perspectiva histórica, distinta a la época en la que fue concebida. Pienso que una obra con semejantes pretensiones difícilmente encontraría cabida en el ecosistema literario actual. Incluso, no podría abordarse con la misma mentalidad que una novela contemporánea. El tiempo transcurrido desde su publicación hasta hoy es casi el mismo que separa a esta novela de En busca del tiempo perdido. Siempre he pensado que la lectura de esta última era propia de una época en la que la gente carecía de televisión, se consumía sin prisa, capítulo por capítulo, como se publicaban muchas novelas en ese entonces. Del mismo modo, para sumergirse en The Stand es necesario prepararse para un viaje extenso, agotador, en ocasiones tedioso, pero, sin duda, épico.

The Stand es una novela de fantasía post-apocalíptica. Una pandemia fulmina en pocos días a la mayor parte de la humanidad, dejando solo a unos cuantos supervivientes inmunes al patógeno. Siguiendo con la idea del párrafo anterior, una sinopsis así ofrece una visión general, pero la pandemia es solo el pretexto para explorar una humanidad llevada al límite. Es como si se abriera la tierra y las personas, que en circunstancias normales conforman una población homogénea, fueran separadas y experimentaran una regresión hacia una era maniquea en la que sus rasgos más primitivos los llevan al camino del bien o del mal. Parece que en situaciones extremas los humanos intensifican al máximo su personalidad y sus creencias; basta observar el surgimiento de guerras recientes para notar lo ávidos que están todos por tomar un bando.

Otro punto importante es la cantidad abrumadora de personajes. Como es natural en un libro de estas dimensiones, el elenco es inmenso. Al inicio puede resultar complicado identificarlos y diferenciarlos claramente, lo cual exige del lector un ejercicio considerable de memoria y atención, algo que, dado el ritmo actual de vida, es como pedirle peras al olmo. Sin embargo, si uno decide comprometerse con la lectura y prestar atención, descubrirá un atractivo singular en cada uno de ellos, particularmente en los protagonistas. El desarrollo de estos personajes a lo largo de la novela es, en general, sustancial, presentando un amplio abanico de personalidades, conflictos y experiencias. Precisamente, la riqueza y complejidad en estos personajes hacen que la novela sea memorable.

Para no hacer spoilers, no entraré en detalles sobre cómo se desarrolla la novela a partir de, más o menos, la segunda mitad. Sin embargo, el hecho de que esté clasificada como "dark fantasy" puede dar una pista de que la trama va mucho más allá de una simple historia de supervivencia postapocalíptica. Solo diré que hay un componente sobrenatural, simbólico y espiritual que se intensifica conforme avanza la historia, y que lleva el enfrentamiento humano a un terreno más amplio y alegórico, donde el bien y el mal adquieren formas concretas.

The Stand es una obra monumental, tanto por su extensión como por la complejidad temática y narrativa que propone (según wikipedia, King pretendía hacer su propio Lord of the Rings, lo cuál, a mi parecer, no consigue). No es una lectura ligera ni inmediata, pero ofrece una experiencia que puede ser profundamente gratificante.

Otros libros de Stephen King en ULAD: La niebla y otros cuentosEl ciclo del hombre loboRevivalIt (Eso)Las cuatro estacionesTommyknockersEl fugitivoBellas durmientesCementerio de animalesLa historia de LiseyCarrieEl hombre del traje negro22/11/63Buick 8, un coche perversoJoylandBlockade BillyMientras escriboEl InstitutoInsomniaCellLa cúpulaMiseryEl resplandorBilly SummersDoctor SueñoEl misterio de Salem's LotEl juego de Gerald

sábado, 21 de junio de 2025

Vincenzo Latronico: Las perfecciones

Idioma original: italiano

Título original: Le perfezioni

Traducción: Carmen García-Beamud

Año de publicación: 2022

Valoración: Se deja leer (como mucho)


Qué bien empieza Las perfecciones, con el sello inconfundible de Perec, una de cuyas citas tiene el honor de abrir el libro. Solo por la descripción de los objetos de ese apartamento berlinés ya tenemos una idea bastante exacta sobre sus moradores, Anna y Tom. Y solo con esos mismos objetos algo desordenados por el uso empezamos a percibir que la vida va dejando huella en la decoración perfecta y con ello adivinamos no sé si un deterioro pero sí un ligero declinar, cómo el simple pasar de los días va moldeando las formas. 

Este arranque fascinante dura un par de capítulos, apenas doce o quince páginas. Uno quisiera que esto siguiese por el mismo camino, pero Latronico tiene otros planes. Nos cuenta ahora cosas acerca de estos dos jóvenes, parece que italianos, que son creativos de internet, diseñadores gráficos o alguna de esa larga lista de profesiones con sus inevitables denominaciones inglesas. Son fruto de nuestro tiempo, no sé si generación Z, o millennials o cosa parecida, profesionales de cierto éxito que casi siempre teletrabajan y que han emigrado a la capital alemana como epítome del cosmopolitismo y el estilo de vida que corresponde a su estatus.

Sorprende que el autor les nombra siempre al mismo tiempo, Tom y Anna, Anna y Tom, y por lo visto los dos hacen lo mismo, se mueven igual, piensan muy parecido. Algo que quizá es envidiable en una pareja, no sé, pero si hablamos de literatura, que para eso estamos aquí, el tono y la omnipresente tercera persona del plural del pretérito imperfecto hacen que el relato se asemeje a una redacción escolar no muy trabajada. El efecto es tan llamativo como pobretón, pero en fin, quizá intente ser algún tipo de figura literaria con un objetivo desconocido. Pero asumimos el estilo y seguimos.

Estos chicos trabajan en lo que les gusta, viven en la ciudad que han elegido y pueden permitirse pagar alquiler de zona tensionada, aunque cuando pueden subarriendan la casa para uso turístico, que eso también es muy moderno. Además, se dejan ver en exposiciones de arte (aunque más por promoción y vida social que por verdadero interés en la materia), y son, ellos y sus amigos, foodies que prueban alimentos de semillas, conocen más o menos el tueste del café, y se pirran por las infusiones. Hasta se atreven con alguna pequeña excentricidad sexual más bien en modo amago, y por supuesto visitas esporádicas a Berghain, Kit-Kat y sitios así de imprescindibles. A una fiesta llevan como obsequio ‘una bandeja de samosas ecológicas y un inhalador electrónico de CBD’.

Todo es tan cool que casi dan ganas de que les ocurra algo malo. O al menos de que les ocurra algo de algún tipo.

No se percibe ironía, parece un relato totalmente objetivo. Nuestros amigos siguen buscando nuevas emociones y nuevos lugares, siempre en modo tándem, y uno se pregunta dónde está la ficción, porque esto más parece una autobiografía exprés de alguien que, o bien encuentra su vida muy interesante, o bien, si nos ponemos un poco más profundos, está buscando el sentido de lo que hace. Por ahí quizá podrían ir los tiros, porque se deja ver un cierto hastío, el aburrimiento del nativo digital que empieza a descubrir que aquello ya no da más de sí, que lo que era un trabajo guay, fácil, divertido y bien remunerado termina, como tantos otros, aplastado por la rutina y la monotonía o, peor aún, acechado por nuevas hornadas de gente más joven que ellos, quizá más atrevida, y que seguramente dominan incluso mejor los secretos del medio, probablemente a precios más baratos para sus clientes. 

El futuro más revolucionario que son capaces de concebir es la paridad de género en los consejos de administración, los coches eléctricos, el vegetarianismo. Anna y Tom envidian no solo a 'quienes habían podido luchar por un mundo radicalmente distinto, sino incluso a quienes habían sido capaces de imaginarlo'.

Si párrafos como este nos resultan esclarecedores y valoramos la carga crítica que pueden llevar, la lectura habrá merecido la pena. Porque si lo tomamos desde el punto de vista literario, con todo lo que ello pueda representar para cada uno, el resultado es más bien tirando a pobre.

viernes, 20 de junio de 2025

David Aliaga: La lengua herida

Idioma original: Español

Año de publicación: 2025

Valoración: Recomendable 

Toda novela contiene, al menos, un viaje, ya sea este real o metafórico, espacial, temporal o interior. Y algunas novelas llevan en su interior más de un viaje. 

Es el caso de La lengua herida, donde tenemos:

  • el viaje que realiza el profesor P. Coen de Barcelona a Mexicali en busca de las huellas de su abuelo.
  • el viaje que el abuelo realizó de Trieste a México huyendo del nazismo (y el que hizo de México a Barcelona, donde se estableció).
  • el viaje en el tiempo del profesor P. Coen, para quien la vuelta a Mexicali supone encontrarse también con su pasado, con su yo de 20 años atrás
  • el viaje a través de la historia del pueblo judío, etc.
Todo lo anterior (y algún que otro "viaje espacial") para hablar de memoria e identidad, de cómo codificar la experiencia del ser, de la necesidad de contar y ser contados y del origen de la misma, del deseo de la memoria y del temor ante ella.
Ambos conocen la historia, pero en eso consisten a menudo los reencuentros, las charlas con viejos amigos, las comidas familiares, en repetir los relatos que nos anudan unos a otros, como si dejar de explicarlos fuese a extinguirnos un poco, a alejarnos un poco.

También los recuerdos que han empezado a invocar en algún momento lo han hecho reír mientras sentía, en el estómago, una arcada de pea ácida y amarga.

La novela, si esto ayuda en algo, trae a la cabeza algunas páginas de Modiano y sus búsquedas medio espectrales, a Bolaño y su obsesión por la escritura y las referencias literarias (además de ese norte mexicano, claro), a los grandes de la literatura centroeuropea de entreguerras por la indagación en la identidad y la memoria.

El problema que le veo a La lengua herida es que quizá se abren demasiadas historias, muchas de ellas de lo más "promisorias", que no acaban de cuajar. Está claro que lo que inicialmente parecía un viaje en busca de información sobre el pasado familiar se termina convirtiendo en un viaje interior y el "peso" se va trasladando de uno a otro, pero eso nos deja con la miel en los labios en alguna de las tramas secundarias (por ejemplo, la historia del Nonno) y hace que varios personajes sean apenas sombras o esbozos. Aunque, ahora que lo pienso, ¿no será esto último un guiño a la carrera literaria del profesor?

En cualquier caso, la impresión general que me deja el libro es favorable, especialmente en lo que hace referencia a la vertiente más "ensayística" y "reflexiva" del mismo. Su indagación en la memoria, la identidad y la escritura resulta sumamente interesante y compensa, con creces, los defectillos que pudiera tener la novela.

jueves, 19 de junio de 2025

Carlton Mellick III: Cada vez que quedamos en la heladería, te explota la puta cara

Idioma original: Inglés
Título original: Every Time We Meet at the Dairy Queen, Your Whole Fucking Face Explodes
Traducción: Hugo Camacho
Año de publicación: 2016
Valoración: Entre recomendable (especialmente para raritos) y está bien

Ethan se ha enamorado de la chica rara, y ella le corresponde. Aunque los dos son muy tímidos, empiezan una relación. Pero su noviazgo resulta algo difícil, pues a la joven Telaraña le explota la cabeza cuando se emociona, tiene sangre anestesiante y desprende un olor corporal que atrae a las arañas.

Esta es la premisa de Cada vez que quedamos en la heladería, te explota la puta cara, novela corta de Carlton Mellick III (prolífico escritor cuya obra figura entre la más destacada del movimiento bizarro). Novela que funciona a la perfección como pasatiempo fácil de leer, extravagante, divertido y a ratos sangriento, y que incluso soportaría una lectura alegórica sobre la intensidad del primer amor de adolescencia. Novela que alberga ideas magníficas, un par de escenas francamente potentes y un final loquísimo.

Sin embargo, le pondría una pega. Y es que Cada vez... sobreexplica sus ideas, cosa totalmente innecesaria (al menos a mi juicio) en una obra adscrita al bizarro. O sea, ¿hace falta saber, por ejemplo, que las rarezas de Telaraña se deben a los cambios evolutivos de su linaje? ¿Necesitamos conocer el origen de los injertos de piel que usa su familia? Toda esta sobreexplicación, aunque competente y hasta creativa en su ejecución, resta potencial absurdo y grotesco al conjunto.

Asimismo, dicha sobreexplicación impone una lógica interna que Mellick III no es capaz de mantener consistente. E insisto, una obra adscrita al bizarro no tiene por qué tener una lógica interna consistente. Pero en este caso, como el autor trata de justificar ciertas cosas, muchas otras empiezan a chirriar. Y es que no resulta plausible que la peculiaridad de Telaraña deba mantenerse en secreto, pero que aún así su padre permita a ésta que vaya al instituto o a la heladería con su novio, y menos todavía cuando ya le ha estallado la cara frente a testigos. Tampoco me convence que Ethan no pueda volver a ver a sus padres cuando huye con Telaraña y su familia, por miedo a que la policía les siga la pista, pero aún así asistan tanto él como su pareja a un nuevo colegio (como si un nombre falso pudiera ocultar sus caras remendadas).

Sea como fuere, Cada vez... es una novela original y divertida, que recomiendo tanto a amantes del bizarro como, por qué no, a lectores eclécticos abiertos a nuevas experiencias. Que no acabe de abrazar todo su potencial absurdo y grotesco no quita que sea una obra por momentos delirante, sumamente entretenida y que goza de cierto subtexto. ¿Qué más se puede pedir?


También de Carlton Mellick III en ULAD: Aquí

miércoles, 18 de junio de 2025

Colaboración: La resistencia, de Ernesto Sabato

Idioma original: Español 

Año de publicación: 2000

Valoración: Muy recomendable


Cuando Sabato publicó La resistencia en 2000, con ochenta y nueve años, ya sentía el aroma de la muerte. Tardaría once años aún en culminar su existencia, y buena parte de ese aguante se puede explicar a raíz del contenido de esta suerte de ensayo/manifiesto, que trasluce un optimismo sólido (esto es, paradójicamente, lleno de dudas) ante la vida.

En este blog las tres novelas de Sabato han sido calificadas de imprescindibles y por tres personas distintas, lo que da testimonio de su maestría literaria y de su profundidad intelectual y humana, pues es uno de los pocos escritores con una visión del mundo que puede considerarse personalísima. Él definía a su producción narrativa, desgraciadamente escasa, como una oportunidad en donde mostrar las alegrías y las tristezas de su persona, sus pruebas de carácter y sus valles de sombras, que se reflejan en los personajes, trasuntos conscientes del autor.

Pero en los ensayos sostenía una postura coherente y sin resquicios, apelando al orden de los razonamientos. En La resistencia él mismo admite que años atrás no hubiese escrito este libro, entregado a una resignación aplastante (acababa de perder a su compañera de toda la vida y a uno de sus hijos), pero en su edad final resurgió una esperanza “demencial”, producto de la convicción de luchar por lo más sagrado en nuestro interior.

Es así que La resistencia se divide en cinco cartas, y cada una de ellas trata un tema en particular (los valores antiguos, los valores en comunidad, entre otros). La tesis que impregna a las cartas es que el hombre, mecanizado en una era de industrialización y sacralización científica, debe recuperar aquello que lo hace humano, la necesidad de cuidar el planeta y el respeto hacia la vida de uno y de los demás apostando al bien común, que no es “la sumatoria de los bienes egoístas individuales”, con sus afectos y ritos que proporcionan un orden ante la ansiedad de lo Absoluto y que ninguna máquina ni teoría puede reemplazar a la hora de brindar respuesta o consuelo. Realiza una crítica despiadada a casi todos los aspectos del capitalismo salvaje, no desde una postura económica o partidaria, sino centrándose en lo espiritual y humano, en el desgajo continuo, y perpetuo a este ritmo, que causa la estructura y visión actual del mundo.

Sabato no escribe de manera mística, entronizando únicamente las cosas del pasado y desechando lo nuevo. Pondera la necesidad de la juventud de volver a las raíces espirituales frente a un mundo que exige información y productividad constante. Admite fallas en su razonamiento, resultado de sus dudas permanentes (y él fue un hombre jalonado por ellas), pero desarrolla sus argumentos y esperanzas con una sencillez abrumadora, la que la sabiduría de los años le han dado, que es complicado no emocionarse, no encontrar una grieta en nosotros que nos haga detener un momento para redimensionar la vorágine en la que estamos sumergidos. Es probable que al leer este libro uno ya sepa o haya intuido todo lo que se expresa, pero una cosa es saberlo y otra ponerlo en acción de la mejor forma que cada uno pueda, una cosa es creer en ello sin que nadie más parezca compartirlo y otra cosa es verse respaldado por un autor de la talla de Sabato.

No le he puesto un Imprescindible porque no deja de ser un compendio de reflexiones muy bien conocidas de anteriores ensayos (recomiendo Heterodoxia, El escritor y sus fantasmas, en fin, toda su trayectoria) y porque sus novelas tienen más alcance emocional, ahondan no solo en la luz de la humanidad, sino también en la oscuridad, pero es una inmejorable entrada a uno de los pocos escritores que son también artistas de su tiempo, y en donde se puede encontrar, en vez de la moda del estoicismo barato y los manuales de autoayuda, verdadera compañía. Cierro con una cita de Emmanuel Lévinas, incluida en el libro y que resume excelentemente la obra de este monumental autor:

Lo humano del hombre es desvivirse por el otro hombre

Firmado: Félix

Otras obras de Ernesto Sabato reseñadas en ULADSobre héroes y tumbasAbaddón el exterminadorEl túnel

martes, 17 de junio de 2025

Tom Sharpe: La gran pesquisa

Idioma original: inglés

Título original: The Great Pursuit

Año de publicación: 1977

Traducción: Mónica Martín Berdagué

Valoración: recomendable 

Por lo general, trato de huir de las novelas protagonizadas por escritores (propósito harto difícil de cumplir, pues muchos autores/as parecen pensar que no existe otro oficio digno de reflejarse en la ficción); ahora bien, otra cosa son los libros que hablan del mundillo literario -editores, agentes, e incluso la crítica-, que suelen resultar de lo más divertido, al tratarse de un tema bastante proclive al humor y la ironía... por no decir la sátira, como es el caso (1).

Este libro del gran Tom Sharpe, de hecho, trata del periplo de otra novela titulada, de forma digamos que un tanto grandilocuente, Deteneos, oh hombres, ante la virgen, que un buen día llega a la londinense agencia literaria Frensic & Futtle, remitida por un abogado de Oxford, ya que su autor o autora desea  permanecer en el más estricto anonimato, presumiblemente por el carácter escandaloso del libro, que narra el romance y, con particular detenimiento, las relaciones sexuales entre un adolescente y una señora octogenaria... Es decir, que se trata de una novela con unas extraordinarias posibilidades comerciales (en los años 70, cuando se publicó La gran pesquisa, la literatura con sexo en grandes cantidades y, a ser posible, algo escabroso, era la que más vendía... quiero pensar que es algo que ya no sucede), así que el agente literario Frederick Frensic monta toda una estrategia para conseguir sacar un pastizal por ella a la editorial americana Hutchmeyer. Con el pequeño inconveniente, claro está, que debe presentar a un autor que la firme y ponga la cara, por lo que Frensic echa mano de Peter Piper, un pobre letraherido al que lleva años representando -o, mejor dicho, no representando, puesto que no hay forma de colocar su novela autoficcional-, llegando a embarcarlo hacia EE.UU. junto a su socia, Sonia Futtle, para hacer la obligada promoción. Y aquí es cuando las cosas se comienzan a torcer de manera incontrolable y, más aún, imprevista, sobre todo cuando entra en escena la recauchutada, a la par que desquiciada, Baby, la esposa de Hutchmeyer. 

No voy a contar nada más, primero, porque no quiero hacer espoilers, pero, sobre todo, porque la trama de la novela se vuelve tan enrevesada y delirante que me resulta imposible resumirla. De todos modos, para quien le parezca todo un argumento inverosímil, recordemos recientes casos de escritores/as que han utilizado con éxito seudónimos para permanecer en la sombra, como Elena Ferrante o incluso quienes han sido representados en público por sosías, como ocurrió en la igualmente increíble, pero cierta, historia de J.T. LeRoy. Por lo que se refiere a la trama de esta novela, su premisa podría ser perfectamente plausible, aunque Sharpe, fiel a su estilo, la lleve hacia el más desaforado delirio humorístico, si bien es cierto, creo yo, que tampoco se trata del libro más desopilante de este autor. No obstante, posee la suficiente carga de humor y mala leche como para provocar no ya la sonrisa, sino más de una carcajada -en especial, al menos según mi opinión, los capítulos que se desarrollan en Bibliopolis, Alabama, villorrio de irónicamente apropiado nombre-; cierto es que se trata de un humor hoy en día un pelín incorrecto (o, en cambio,  correctísimo, tal y como pintan las cosas en el mundo, últimamente) y. así, encontramos ciertas dosis de lo que habrá quien considere homo y transfobia, rechufla hacia los pueblos oprimidos, bodyshaming -en especial, gordofobia, o como se diga-, recurrente edadismo y hasta burla a los sentimientos religiosos (2). No lo voy a negar, pero hay que tener en cuenta que se trata de una novela humorística de hace casi medio siglo y, sobre todo, de Tom Sharpe. Y a los libros de Tom Sharpe, ya se sabe, hay que venir llorado, meado y cagado. No queda otra.

En cualquier caso, lo más interesante de La gran pesquisa es que, además de ser una ácida sátira sobre el mundillo literario -repito: escritores, editores, agentes y hasta la crítica (3)- en ella encontramos también todo un juego metaliterario sobre la propia naturaleza de la literatura y su creación, hacia dónde debe encaminarse y por qué, etc. Que estemos ante una novela de humor de hace tanto tiempo no cambia las cosas, porque, de hecho, las cosas apenas han cambiado en todo este tiempo.

(1) Más aún ahora que estamos en plena temporada de Ferias del libro y eventos por el estilo, en las que al interés mercantil y político se une la egolatría de los juntaletras escritores /as, como bien se comenta en este vídeo que podéis ver en nuestro estupendérrimo canal de YouTube (sí, también tenemos uno, ¿qué os creíais?) 

(2) De racismo, en cambio, no hay trazas, quizás porque, como es bien sabido, Sharpe fue educado, durante su niñez y adolescencia, en las ideas nazis, que luego rechazó en su edad adulta, sobre todo tras emigrar por un tiempo a Sudáfrica... Lástima que no ocurra lo mismo con todos los personajes públicos provenientes de ese país, y no estoy pensando en nadie (o sí).

(3) Hoy en día habría añadido, supongo, a booktubers e influencers, con un especial hincapié en la obsesión por los likes y el número de seguidores en las redes, que determina muchas veces a quién se publica y a quién no.

Otras novelas del gran Tom Sharpe reseñadas en Un Libro Al Día: WiltLos GropeBecas flacasLo peor de cada casa

lunes, 16 de junio de 2025

Mieko Kawakami: Pechos y huevos

Idioma original: Japonés

Título original: Natsu monogatari (夏物語)

Traducción: Lourdes Porta Fuentes

Año de publicación: 2019

Valoración: Se deja leer

De acuerdo con datos de la World Population Review¹, los países con mayor tasa de cirugías estéticas son, en orden descendente, Corea, Argentina, Brasil, Colombia y Grecia. Al igual que los estándares de belleza varían según la geografía y la cultura, el tipo de cirugía predominante en cada país también es diverso y emblemático de cada región: en Corea, la cirugía de párpados; en Brasil, el Brazilian Butt Lift, y en Colombia, el aumento de pecho, reflejado incluso en títulos de célebres producciones como Sin tetas no hay paraíso. Comienzo la reseña con estos datos para subrayar que esta novela jamás podría haber sido escrita en, por ejemplo, Brasil o Colombia.

Natsuko, la protagonista, aloja temporalmente en su pequeño (y muy pobre) departamento de Tokio a su hermana mayor, Makiko, y a su sobrina. Aunque las hermanas crecieron juntas y compartieron muchas experiencias, poseen caracteres completamente distintos y formas muy diferentes de entender la vida. Estas diferencias quedan en evidencia ante la situación central de la trama: Makiko viaja a Tokio para realizarse una cirugía de aumento de mamas, un procedimiento relativamente poco frecuente en Japón, en comparación con las operaciones de párpados o los liftings faciales. 

Makiko se nos presenta como una mujer superficial, inculta, y obsesionada con el paso del tiempo y los efectos del envejecimiento. En contraste, Natsuko, aunque ingenua, es propensa a la reflexión (por no decir rumiación) de todo lo que ocurre en su entorno. Como cereza del pastel de este drama de la condición humana, tenemos a la sobrina, Midoriko, una adolescente en plena pubertad cuyo cuerpo en florecimiento contrasta visiblemente con la marchita figura de Makiko. Como no podía ser de otra forma, Midoriko es sumamente introvertida, al grado del mutismo, por lo que tiene que hacer uso de una libreta para comunicarse con su madre y tía. Sus reflexiones se nos presentan intercaladas en la novela a manera de entradas de diario, permitiéndonos asomarnos al caos existencial que atraviesa.

El libro tiene sus momentos interesantes, pero lamentablemente, si tuviera que definirlo con una sola palabra, sería esta: aburrido. La novela cuenta con alrededor de 500 páginas que, con una buena edición, podrían haberse reducido fácilmente a unas 200 (culpo completamente al editor; aunque no estoy del todo seguro, parece que se trata de una reedición motivada por la falta de impacto inicial). A riesgo de molestar a los defensores del slow pace, esta obra se extiende demasiado en descripciones superfluas que, en mi opinión, no aportan verdadera profundidad ni relevancia narrativa.

Asimismo, la sobrina con mutismo selectivo parece más un pretexto para introducir otro punto de vista narrativo que una verdadera oportunidad para generar contrastes o diálogos internos convincentes. Finalmente, el eje central de la novela, la cirugía de aumento de mamas, termina siendo un arma de doble filo: puede ser una invitación a reconsiderar desde una perspectiva distinta un acto aparentemente banal, o bien, ser un tema trivial si se lee desde países donde dicha intervención es algo cotidiano. Sin embargo, en un mundo donde podemos enterarnos fácilmente de lo que ocurre en otras culturas desde nuestras pantallas, siento que el intento quedó en mera intención.

A pesar de estos aspectos negativos, es justo reconocer que Pechos y huevos tiene el mérito de abordar temas sensibles sobre el cuerpo femenino, la presión social y el paso del tiempo. Eso sí, desde una perspectiva claramente japonesa. Su estilo intimista, aunque en ocasiones excesivamente pausado, logra transmitir las inseguridades cotidianas de sus personajes. Aunque la obra no alcanza plenamente su potencial, creo que consigue momentos que invitan a la reflexión sobre lo que implica ser mujer en sociedades obsesionadas con la belleza y la juventud.

1. https://worldpopulationreview.com/country-rankings/plastic-surgery-by-country

domingo, 15 de junio de 2025

Sonya Walger: León

Título original: Lion 
Idioma original: Inglés 
Año de publicación: 2025
Traducción: Esther Cruz Santaella
Valoración: Recomendable 

León
podría ser el bonus track de la semana temática "Padres de libro" que montamos hace un par de meses porque es una novela autobiográfica en la que la autora explora en la relación con un padre "no del todo perfecto", en la que nos habla de escisiones silenciosas y solitarias, de silencios y palabras que esconden la verdad, de amor (why not?), de abandonos, reencuentros, amputaciones, vida, muerte, etc.

Siendo más conciso, diría que esta novela es un mapa de los afectos construido con las piezas de un rompecabezas. ¿Mejor así? Porque esta no es la historia de la vida de Sonya Walger o de su padre sino que son historias de sus vidas, de su relación y de la relación de ambos con otros miembros del universo familiar. 

La idea de rompecabezas es clave en el aspecto formal del libro (saltos temporales, episodios aislados) y transmite la fragmentariedad y las disociaciones de la vida familiar, si bien juega un poco en contra del libro en la parte inicial. 

Uno tiene la sensación, en esss primeras páginas, es de leer una serie de episodios inconexos, de no ver demasiado bien a dónde quiere llegar la autora. Esto, unido a alguna escena que bordea el "telefilm", deja un regusto agridulce.

Afortunadamente, el libro crece (y mucho) en su segunda mitad. Las piezas van ensamblando, la imagen del padre se hace más  nítida, la soledad y la desubicación que atenaza a los personajes y los efectos del paso del tiempo en cómo observamos a los demás y cómo estos nos observan se reflejan en toda su crudeza. Especialmente brillantes, por la conjunción de fondo y forma, me parecen dos capítulos: Adrenalina e Intermedio.

Me pregunto cuántos años de mi vida me he pasado añorando a las mi padre, y ahora está aquí y quiero que se vaya.

En resumen, un libro que, pese a ciertos titubeos iniciales, crece con el paso de las páginas, que evita caer en la idolatría, en la autocomplacencia o en el "ajuste de cuentas" y que deja a este lector pensando si estará haciéndolo más o menos bien (signifique lo que signifique) en eso de la paternidad.


sábado, 14 de junio de 2025

Shintaro Kago: La formidable invasión mongola

Idioma original: Japonés
Título original: Choudouryoku Mouko Daishuurai JP
Traducción: Olinda Cordukes Salleras
Año de publicación: 2014
Valoración: Delirante

La formidable invasión mongola es una locura que sólo Shintaro Kago podría concebir: una ucronía con toques bizarros, surrealistas, "ero-guro" y cómicos que exprime su premisa al máximo. Describe un mundo en el que los humanos domestican a los caballos mongoles, extrañas criaturas en forma de mano que se amputan a unos seres gigantescos.

El manga muestra cómo la implementación de los caballos mongoles afecta al curso de la Historia. Para ello revisita, en capítulos bien diferenciados, varios países en distintas épocas (la conquista de Temujin, la creación de las primeras rutas comerciales que permiten llevar el descubrimiento a occidente, la revolución industrial, la primera guerra mundial, los inicios de la fabricación en cadena de montaje, etc...) y recontextualiza a figuras como Temujin (más tarde conocido como Gengis Khan), Vasco da Gama, James Watt o Henry Ford.

Esta ida de olla no explora solamente el delirante concepto de caballos mongoles (con su origen, su recorrido histórico, su uso, etc...), sino que también entrega otras ideas igual de extravagantes, como la comunicación con vómitos, las tiendas de sogas para suicidas, las trincheras laberínticas con un "maid café" o un aula de órgano electrónico, las cintas transportadoras con mujeres desnudas, etc...

Aunque La formidable invasión mongola no se toma en serio a sí mismo, critica a la humanidad, dispuesta a todo en pos del progreso, incluso si para ello debe explotar los recursos naturales del planeta o someter a diversas especies animales.

La narrativa visual de este manga no hace gala de la originalidad de que es capaz Kago. Sin embargo, su apartado gráfico es tan bueno como siempre. Y es que, en estas páginas, el mangaka despliega su habitual nivel de detalle, sus elaborados entramados y sus imaginativas arquitecturas o anatomías.

En definitiva, La formidable invasión mongola es una obra tan creativa como divertida. Gustará sobre todo a los amantes de las gamberradas desacomplejadas que supuran humor negro, y aunque no figure entre lo mejor de Kago (¡el listón está injustamente alto!), satisfará holgadamente a los completistas de este irrepetible autor.
 


También de Shintaro Kago en ULAD: Aquí

viernes, 13 de junio de 2025

Bernd Brunner: Vivir en horizontal

Idioma original: alemán

Título original: Die Kunst des Liegens. Handbuch der horizontalen Lebensform

Traducción: José Aníbal Campos González

Año de publicación: 2012

Valoración: Curioso


No sé si existe alguna estadística fiable sobre cuántos libros se han publicado a lo largo de la historia. Son sin duda miles, quizá cientos de miles, desde las culturas más remotas hasta la misma actualidad, en todas las lenguas habidas y por haber, en todas las épocas y formatos, pergaminos, opúsculos, cartas, catecismos, tocando todos los géneros conocidos y sus derivaciones. Y en todo ese diluvio de libros se han tocado todos los temas, ya sea desde la ficción o desde la voluntad de transmitir conocimientos sobre cualquier asunto. Así que seguro que ha habido precedentes, el mismo Bernd Brunner cita algunos, pero no serán muchos los textos que se refieran a algo tan humano como una postura, la posición del cuerpo en la que todos los humanos que fueron, son y serán hemos pasado una buena parte de nuestra vida. Unos más que otros, es verdad, y por razones muy diversas. Pero en definitiva algo que nos une sin remedio y sin excepciones: todos estamos cada cierto tiempo en posición horizontal.

Desde luego, se puede construir un libro entero sobre esto tan obvio y tan conocido, pero tampoco es tan fácil. ¿De qué hablamos? ¿Empezamos con nuestros antepasados acurrucados en cuevas, o avanzamos hacia camastros rudimentarios construidos con algo de paja o ramas? ¿Hablamos de la costumbre romana, no sé si también griega, de comer recostados? ¿Quizá algo parecido a una historia de la cama, con sus modificaciones estructurales o la importancia de su colocación según el feng shui? ¿Tocamos la segmentación social o política para ver al poderoso repantingado mientras los súbditos permanecían de pie? Pues sí, todos estos asuntos los toca el libro, juntos con muchos otros relacionados con el sueño, sus horarios y aspectos médicos, las posturas idóneas para bebés y las preferidas en el lecho compartido, la influencia de Oriente en las rudas costumbres europeas, aparatos absurdos asociados  (al menos teóricamente) al descanso y la relajación.

Como se ve, es una fuente inagotable de cuestiones que podríamos obtener de una sencilla brainstorming, porque a todos se nos pueden ocurrir mil ideas relacionadas con la posición horizontal del ser humano. 

Muchas de ellas las desgrana el autor a los largo de unos treinta capítulos, de tres o cuatro páginas cada uno, en los que va revisando con una pizca de humor, más bien poquito, tantos puntos de vista posibles. La lectura es agradable, ligera, quizá demasiado ligera, porque, siendo sinceros, el tema sí que es original pero también bastante intrascendente. La consecuencia es que leemos digamos con agrado pero sin mucho interés, invitando el texto a detenerse en algún detalle curioso y poco más. 

Me temo que el asunto no da para mucho más, aparte de comentarios de algún cariz humorístico, porque si de esto alguien pretende hacer un análisis antropológico o cultural de más enjundia tal vez podría estar provocando que el lector quede traspuesto, ya sea en esa posición horizontal o en alguna alternativa, con variantes llámese butaca, sofá, hamaca, tumbona o a ras de tierra, bajo un árbol sobre la hierba, o en la arena de la playa.


jueves, 12 de junio de 2025

Colaboración: El diablo en la cruz, de Ngugi wa Thiong’o

Idioma original: Kikuyu o gikuyu

Título original: Caitaani mũtharaba-Inĩ

Traducción (del inglés): Alfonso Ormaetxea

Año de publicación: 1980

Valoración: Tendría que ser kikuyu originario para poder hacer una valoración justa.


El diablo en la cruz es un libro muy especial, algo totalmente inesperado en Europa y en el resto de lo conocido como mundo occidental. Fue el primer libro que Ngugi wa Thiong’o escribió en su lengua materna, en kikuyu o gikuyu. Lo escribió para los pueblos de su cultura natal, sin importarle que pudiera tener otros posibles lectores. Eso hace que toda su primera parte nos desconcierte a quienes no somos nativos de la cultura kikuyu. Además lo escribió pensando en los que no saben o no quieren leer en inglés y para aquellos a quienes recomienda que lean y escriban en su idioma materno. Tal vez eran muy pocos los que 1980, año de su primera edición, sabían leer kikuyu ¿Cuántos libros escritos en ese idioma existirían por entonces? Según nos cuenta el mismo Thiong’o, en la escuelas de Kenia, cuando él estudió en ellas, se prohibía hablar kikuyu; educar era enseñar a hablar, leer y escribir en inglés.

En algunas de sus obras escritas en el idioma de los colonizadores, libros que le dieron una muy merecida fama, Ngugi propone Descolonizar la mente y escribe una tesis para impulsar la escritura en las lenguas de los habitantes originarios de Kenia. Aquí, en El diablo en la cruz, Thiong’o no propone, lo hace y elige atinadamente personajes y costumbres sumamente populares para demostrar a su pueblo lo que considera de primordial importancia: con los colonizadores llegó a Kenia un sistema hecho para robar y depredar, que logró instalarse manejado por quienes quedaron al frente del país, al servicio de los antiguos colonizadores, después de la independencia política.

A nosotros, los “occidentales”, la primera parte de la novela nos parece no solo una ironía, más bien la vemos como una burla grotesca del sistema económico en que vivimos. Desde nuestro rincón cultural, preferimos leer, para criticar al sistema, a sesudos pensadores: Marx, Arendt, Althusser, Habermas, Zizek. Y los comentaristas damos maromas para defender a un gran literato que escribió, para hablar del sistema económico imperante, lo que dicen los choferes ilegales del transporte público más usado en nuestros barrios marginales. Definitivamente Thiong’o no escribió El diablo en la cruz para nosotros ¿Cómo juzgar desde nuestra cultura egocéntrica a quien escribe para una cultura que podría salvarnos de devorar nosotros mismos nuestra biósfera?

Intrigado, todavía sin entender y molesto por lo grotesco de las burlas, seguí leyendo la novela hasta el final y apareció, no podía ser de otra forma, la magia de Ngugi, con la que, a una de las protagonistas, una mujer del pueblo, la convierte, sin alardes, con una enorme sencillez, en símbolo del pueblo kikuyu: hermosa, que luce con orgullo su atuendo tradicional que la embellece aún más, segura de sí misma, que asume su pasado donde fue mancillada sin negarlo, amando a la hija de ese pasado y firme en la defensa de un futuro de cuya construcción se hará responsable, superando cualquier dificultad: Wariinga, la mujer kikuyu que representa a todo su pueblo natal, por arte mágico de Nugi wa Thiong’o.

Firmado: David Batista

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