jueves, 14 de agosto de 2025
Alejandro Sawa: Declaración de un vencido
miércoles, 13 de agosto de 2025
Béla Braun: El cuerpo anterior
Año de publicación: 2025
Valoración: Entre está bien y recomendable
Béla Braun tiene nombre de director de cine húngaro, de escritor centroeuropeo del período de entreguerras o, incluso,
Y no si es esto es casual o no, o si estas asociaciones son más fáciles de hacer cuando se conocen estos datos, pero el caso es que en El cuerpo anterior veo influencias centroeuropeas y ecos de autores mexicanos, así como de algún otro autor imprescindible del siglo XX. Y es que
El cuerpo anterior = (Gótico romántico + (0,4*Ibargüengotia) + (0,1*Cartarescu) +(0,3*Borges))/2
¿Cómo se come esto? Pues mirad, con una mujer de belleza deslumbrante y espectral que irrumpe en la vida de un joven universitario de suburbios, un maestro de artes marciales, dislocaciones y desdoblamientos de la realidad, puertas a otros mundos, etc. ¿Entendéis algo?
A ver. ¿Y si digo que, a fin de cuentas, El cuerpo anterior es una novela de formación? ¿Mejor, no? ¿Y si digo que es una novela de formación que roza de alguna forma el género fantástico? Nos vamos acercando. ¿Y si digo novela de formación que de alguna forma roza el género fantástico pero sin dejar de estar anclada a la realidad mexicana? ¡Ahora sí!
Porque El cuerpo anterior es la historia de una búsqueda y una huida (sigue adelante, cambia tu vida, sal con otras personas, deja el pasado atrás, dicen) narrada en primera persona y en la que pasado y presente se mezclan en el recuerdo demostrando, una vez más, que el tiempo no es una dimensión lineal que avanza siempre en el mismo sentido.
Creo que tres son los aspectos más conseguidos de la novela: la atmósfera espectral que las apariciones de Ishtar generan, la ambientación que acompaña a esa atmósfera (hablo en particular de los espacios físicos) y la parte más cercana a Ibargüengoitia, con su realismo trágico-grotesco. Pero estos tres aspectos funcionan bien (y muy bien, por momentos) como elementos aislados; en cambio, diría que su encaje en el conjunto no acaba de estar del todo logrado. Vaya, el clásico "el todo es inferior a la suma de las partes".
Lo que es innegable es que El cuerpo anterior es una novela original, ambiciosa y arriesgada y ese es un mérito que no podemos quitarle a Braun. Como tampoco podemos negar que se trata de un libro disfrutable y aprovechable, aunque no consigo alcanzar del todo las cotas que prometía.
martes, 12 de agosto de 2025
Unai Elorriaga: Nosotros no ahorcamos a nadie
lunes, 11 de agosto de 2025
Reseña + Entrevista: Una cita con la Lady de Mateo García Elizondo
Año de publicación: 2019
Valoración: Muy recomendable
domingo, 10 de agosto de 2025
Caroline Blackwood: Ni una palabra
- "Ni una palabra". Un antiguo jockey profesional, que acompaña a dos niñas ricas cuando van a montar, pide a una que se reúna con él por la noche en medio del bosque.
- "Cochino". La escuela de alumnos masculinos en la que, por los avatares de la guerra, termina yendo la protagonista, deviene un lugar violento por culpa de un matón que impone su ley.
- "Unidad de quemados". Una mujer espera, en la asepsia de un hospital de quemados, un milagro para su hija.
- "La entrevista". Un periodista invita a la viuda de un pintor famoso a tomar algo tras la proyección de un documental sobre la vida del difunto artista, para preguntarle qué le ha parecido. La anciana, aparentemente patética, se revela capaz de perturbar y avergonzar a su joven interlocutor con sus opiniones, proposiciones y sarcasmo.
- "La niñera del bebé". Una joven cae en depresión tras parir y su marido contrata a una niñera, que poco a poco va adueñándose de su hogar.
- "Mi amor, no llores, por favor". Una mujer se somete a una operación estética en contra de la voluntad de su marido, quien aún así deberá tratar de calmarla mientras aguarda que le den el alta en el hospital.
- "La esposa de Taft". Un atractivo asistente social, muy entregado en sus casos pero solitario y celoso de su vida privada, encuentra a la madre de un niño abandonado, ahora casada con un hombre rico, y concierta una comida entre los tres.
- "Addy". Una mujer asimila la muerte de una perrita por la que no sentía especial cariño.
- "La Navidad de Marigold". Una madre soltera se prepara para pasar la Navidad sin su ex marido por primera vez, pues éste, incluso después del divorcio, siempre las acompañaba a ella y a su hija.
- "Compra compulsiva". Una cuarentona que se quiere gastar el dinero de su marido experimenta todo tipo de sentimientos con la solícita empleada que se ofrece para atenderla.
- "El contestador automático". Una viuda trata de superar el luto con un excéntrico ritual, que consiste en llamarse a sí misma desde un pub sórdido y dejarse mensajes en el contestador automático.
sábado, 9 de agosto de 2025
Ignacio Aldecoa: Con el viento solano
Año de publicación: 1956
Valoración: muy recomendable
El pasado día 24 de julio se cumplió el centenario del nacimiento del insigne escritor vasco Ignacio Aldecoa e Isasi (la vena literaria le venía por parte de madre, presumo). Como en este blog somos rebeldes, independientes y hasta iconoclastas decidimos celebrarlo no cuando tocaba, sino unos cuantos días más tarde (bueno, vale, que se nos pasó... Es decir, que se me pasó a mí). Así pues, aquí va, en su honor, la reseña de una novela de Ignacio Aldecoa... Al que, increíblemente, aún no habíamos dedicado una entrada en el blog. Nunca es tarde para hacer lo correcto, empero.
Con el viento solano es una de las pocas pero intensas novelas que escribió, la crónica de una huida, una road-novel que se desarrolla en los años 50, por los campos toledanos, las ferias de los pueblos, el laberinto urbano que es Madrid... Sebastián es un gitano de Talavera que, a resultas de una trifulca de borrachos, se escapa de la Guardia Civil, con trágico resultado. Busca ayuda en los amigos y la familia, pero la recibe, sobre todo, de los extraños que va encontrando por el camino, un camino que precede al de Kerouac y que va transformando al protagonista, en principio un holgazán y pendenciero, en un personaje trágico, casi existencialista, un extranjero en el mundo que le rodea, como un personaje de Camus. Las historia, no obstante, tiene sobre todo trazas de novela negra un tanto inusual, de noir ibérico que transcurre por los bordes de una sociedad que apenas salía de la miseria, de una época triste y cutre, por más que ahora se empeñen en glorificar algunos que no la vivieron. La España de los bares de mala muerte y las prostitutas, de los pueblos medio derruido, anclados en el tiempo y de los trotamundos que los recorren tratando de malabares la vida. De los perdedores, marginales y desesperados. O resignados... Novela, por cierto, que es, más que la segunda parte, el reverso, incluso, en su estructura, en cierto modo, de la anterior de este escritor, El fulgor y la sangre, en la que las esposas de unos guardias civiles reciben la noticia de la muerte de uno de sus maridos.
El autor echa mano para ello de un léxico que hoy nos puede parecer periclitado o incluso exótico de tan caduco, pero que hace setenta años (y menos) sin duda aún seguía en uso: el lenguaje cervantino del campo castellano, el propio de oficios ya desaparecido, las formas de cortesía o, simplemente, las mañas para medirse entre hombres en una época sin redes sociales, con menos prisa y más sociabilidad aunque también desconfianza ante el forastero. Un léxico que, sobre todo el referente a los animales, a los campos, puede no sonar tan natural en Aldecoa (hijo de una familia burguesa de Vitoria, después de todo) como en Delibes, por ejemplo, pero tampoco resulta extemporáneo, pues, como ya digo, aún continuaba siendo el lenguaje de su tiempo; esta novela no es ni un pastiche ni una reconstrucción filológica. No es Intemperie, para entendernos (dicho con todo el respeto por mi parte). Parecido ocurre con los diálogos en los que se hace más presente el argot callejero y noctámbulo, casi agermanado (aunque sospecho que esto lo conocía Aldecoa más de primera mano); ha cambiado tanto que hoy nos resulta casi ininteligible a los que hablamos el castellano de España (no digamos de otras latitudes), pero, sin duda, corresponde a ese momento y a esa realidad concreta. Curiosamente, el léxico que se entiende mejor, en ocasiones, es el de los términos procedentes del caló y que ya han permeado hacia el acervo común del idioma... En todo caso, aparte del recurso a una terminología específica, ya sea rural o maleva, destaca en la novela la precisión con la que está escrita, sobre todo en lo referente a las descripciones, donde cada palabra está en el lugar que le corresponde y no podría cambiarse por otra, en las que el autor hace gala, además de una cierta audacia narrativa, aquí y allá, que contrasta con el estilo general, mucho más seco, aun sin llegar a lo austero, que encontramos a lo largo de toda la novela.
Una novela que, de haber sido escrita en inglés, por ejemplo, y ambientada en el profundo Sur o en el Medio Oeste norteamericano, sería sin duda un clásico del género negro, ambientada en la España mesetaria de los 50, no deja de ser una curiosidad con tintes de novela social de un autor interesado por los ambientes singulares que se daban en la sociedad de su época -el boxeo, los toros, la pesca- y, más que nada, en las gentes que se movían a ellos -también, por cierto, resulta insólito para la época que pusiera como protagonista a un hombre de etnia gitana y que incluso le dote de un aura de antihéroe trágico, más allá de crimen que haya cometido-; una novela, en todo caso, de una intensidad, una casta y un respeto hacia el desamparo, hacia quien ya no le queda nada, que merece la pena descubrir y reivindicar. Hay que leer a Aldecoa, hacedme caso, aunque hasta ahora no nos hayamos acordado de él en el blog... Pero os prometo que volverá.
Nota final: esa misma semana de julio (que, curiosamente, es la misma en la que se desarrolla la trama de Con el viento solano) también se cumplió el 150 aniversario del nacimiento de Antonio Machado. Como a este poeta, sin duda uno de los mejores en lengua castellana, si que le hemos dedicado más de una reseña, no hace falta insistir en ello, pero, al menos, que quede constancia aquí.
viernes, 8 de agosto de 2025
Patrick Radden Keefe: Cabeza de serpiente
Título original: The Snakehead
Año de publicación: 2009
Traducción: Eduardo Iriarte
Valoración: bastante recomendable
Otra obra de Radden Keefe que se recupera oportunamente y se traduce, vista la repercusión de algunas de ellas (especialmente No digas nada, que ha contado con el inestimable apoyo de un trasvase a la pantalla) y he de reconocer que la cronología se me hace un poco liosa en este proceso, aunque no sé si eso es un detalle crucial, dado el apego del autor a su estilo, pero este, en realidad, sería su segundo libro, anterior por tanto, a sus obras de más repercusión, pero obvio eslabón de una cadena en la que Radden Keefe, un poco al estilo del tan cacareado true crime audiovisual, parece estar definiendo un género propio, nada en contra, aunque siempre saldrá algún purista que le recrimine el no estar creando algo nuevo o, llegado cierto extremo, que sus libros puedan ser sustituibles por búsquedas exhaustivas en aplicaciones de AI que lleguen a compilar y resumir todo lo habido y por haber sobre un tema concreto y le apliquen un cierto criterio literario y una dosificación del suspense. Que sepáis, por cierto, que estamos muy cerca de todo eso.
Cabeza de serpiente es una lectura perfecta para ese determinado momento en que, por ejemplo, un lector de ficción necesita una cierta desconexión de tramas, de argumentos que hay que seguir y cuyos momentos clave hay que retener. No digo que sea la clásica lectura ligera, la de las plácidas hamacas de la playa. Pero todos los libros de Radden Keefe podrían encajar en ese perfil. Como sentarse ante una pantalla a ver reportajes bien pertrechados, no siempre de cuestiones que responden a una rabiosa actualidad o a un tema que levante pasiones, pero que al final acaban despertando tu interés, e incluso podríamos aludir a una cierta coartada social, por cuanto las víctimas de los criminales suelen ser gente normal: las víctimas pueden ser pacientes que buscan que su dolor se mitigue o pueden ser ciudadanos de Fujian a quienes se les promete un futuro mejor.
Aquí nos vamos atrás en el tiempo y el acontecimiento central es el fallecimiento de ciudadanos chinos por el hundimiento de un buque carguero, en 1993, en el que viajaban ilegalmente desde China a EEUU. Cómo ese hecho permite seguir y comprobar cómo actuaban las tramas mafiosas (ya tardaba en salir la palabra) ocultas detrás de humildes comercios, cómo, aunque no se trate de casos de violencia extrema - apenas algunos ajustes de cuentas en operaciones calculadas, lo justo para no llamar la atención más de lo necesario -, cómo operan las organizaciones. En este caso, la liderada por la Hermana Ping, que desde la apariencia de comercios modestos y anónimos ubicados en Chinatown, construyó, ganándose además el respeto de su comunidad que la veía como la persona de referencia cuando se necesitaba ayuda, una trama criminal (y por tanto, muy lucrativa, aquí el binomio mayor riesgo= mayor rentabilidad funciona a pleno rendimiento) que expandió sus tentáculos y se arraigó en la comunidad china del barrio neoyorquino, tejida de forma minuciosa e inteligente - testaferros, empleo de abogados de suculentas minutas para generar la maraña legal que impedía actuar de forma eficaz a los desorganizados organismos oficiales encargados de controlar tanto flujos migratorios como criminalidad. Criminales de un perfil más marcado por su discreta astucia que por su crueldad, vistos con benevolencia por su comunidad y, por lo tanto, casi impenetrables en su organigrama, en su jerarquía, en sus modus operandi.
Más libros de Radden Keefe reseñados en ULAD, aquí
jueves, 7 de agosto de 2025
Eva María Medina: La historia sin fin
Año de publicación: 2025
Valoración: Entre romendable y está bien
El mundillo editorial y sus cosas. Sirva este libro como ejemplo: una apreciable novela, de una autora española, que resulta que es publicada por una editorial argentina. El mundo al revés (o al verrés, que diría Cortázar).
Sea como fuere, el caso es que La historia sin fin es una novela dostoyevskiana sobre la adicción al alcohol y sobre los efectos que la misma provocan en el propio protagonista y en todo lo que a este rodea. Vaya, un poco como la versión ficcionada de Vinagre, recientemente reseñada por estos lares!
Narrada en primera persona por Gerardo, el texto es una continua espiral autodestructiva en el que se combinan momentos de angustia y momentos de euforia, una tragicomedia delirante (en el sentido de relativo a persona que delira) pero firmemente anclada, por desgracia, en la realidad.
Entre los aspectos más destacados de la novela cabe citar:
- Gerardo, su protagonista. Personaje bien construido y desarrollado, creíble y con el que la autora evita caer en maniqueísmos o hipérboles. En ese sentido, me gusta que la autora no juzgue, no acuse y no victimice a Gerardo.
- El patetismo del submundo tabernario, con sus perdedores, cuñados, jetas y otros animales
- Su posible lectura "social". Y es que... ¿por qué el alcohol sigue siendo socialmente aceptado (e incluso exaltado por alguna descerebrada de cuyo nombre no quiero acordarme)?
miércoles, 6 de agosto de 2025
Luis Goytisolo: El lago en las pupilas
Año de publicación: 2012
Valoración: Decepcionante
Si esto fuese una conferencia podría titularse como ‘La desconexión: formas de escribir y formas de leer’. O, más coloquialmente, ‘Por qué hay libros que quizá deberían gustarnos y sin embargo no nos gustan’. Y que quede claro que he hecho un esfuerzo generoso para que el libro me guste, quizá porque es cortito, quizá porque tenía ‘buena pinta’. Hasta me he planteado leerlo de nuevo buscando lo que no encontré, pero hasta ahí creo que no voy a llegar.
La mayoría de las veces tenemos bastante claro por qué no nos gusta un libro, y lo achacamos siempre al autor, porque no nos agrada cómo escribe, no nos interesa lo que cuenta, es demasiado largo, demasiado superficial o demasiado profundo, ininteligible, aburrido, pobretón. Esta vez yo creo que las culpas habría que repartirlas porque, por circunstancias del momento, mi lectura ha sido excesivamente fragmentaria para un texto que apenas sobrepasa las ciento cincuenta páginas. Ya sé que a nadie le importa si leo rápido o despacio, del tirón o a trozos, pero en este caso creo que puede tener su importancia, porque el relato es por su parte también fragmentario, un collage de escenas breves, escenarios diferentes y personajes muy diversos que seguramente requerían una lectura mucho más concentrada.
Dos de esos personajes, hombre y mujer, llegan por separado a Riofrío (Granada, lo he mirado) buscando información sobre algo que tiene que ver con su pasado, quizá datos concretos o más bien un punto de contacto poco definido con algo relacionado con sus orígenes. Hay encuentros algo inocuos con algunos residentes y visitas a ciertos lugares que parecen contener mensajes confusos y signos de una atmósfera especial. Surgen historias de la Guerra civil y recuerdos de paisanos que no terminan de ponerse de acuerdo. Con esta historia se entrecruza la de un periodista que cubría una cumbre económica en Suiza, quien por su parte intentaba escribir una novela sobre una invasión extraterrestre, y varios episodios a su alrededor en torno a intercambios de parejas y prácticas sexuales digamos poco frecuentes.
Vaya, que me parece a mí que hay una heterogeneidad bastante apreciable que se enriquece además con unos cuantos personajes secundarios, fragmentos de discursos, artículos y reflexiones en torno a algún que otro asunto que no recuerdo. Claro, todo esto leído a salto de mata no puede funcionar porque es muy fácil perder el hilo (es hilo tan tenue, tan escondido) y desconectar del todo.
Pero, admitiendo mi parte de culpa en el fracaso, tampoco entiendo bien el objetivo del relato, tal como está concebido. La dispersión, recurso tan utilizado, sirve a distintos fines, pero no encuentro en el libro ninguno de los posibles. Como tampoco termina de cuadrarme la variedad de tonos que irrumpen en mi opinión de forma caprichosa y terminan por generar una sensación de inconsistencia general.
Claro, se diría que pueden ser tics de obra primeriza, pero es que don Luis escribe esto con cerca de ochenta años, y tiene una lista muy respetable de libros publicados, entre los que este es, que yo sepa, uno de los más recientes. No sé, igual es que precisamente por su veteranía y experiencia ha querido construir algo que no he sido capaz de captar, y el resultado empeora incluso por mi forma inadecuada de acercarme al texto. No lo voy a negar, pero como la lectura, correcta o no, y la reseña son mías, no me queda más remedio que concluir que el libro no me ha gustado casi nada.
martes, 5 de agosto de 2025
Sergio Lozano Mateos: Vicio
lunes, 4 de agosto de 2025
Iván Repila: El jardín del diablo
domingo, 3 de agosto de 2025
Aldo Leopold: Un ética de la Tierra
Título original: A Sand County Almanac
Traducción: Jorge Riechmann
Año de publicación: 1949
Valoración: Imprescindible
sábado, 2 de agosto de 2025
Jesús Cañadas: Fundido a negro
Año de publicación: 2025
Valoración: Muy, pero que muy recomendable
Apariciones de la Virgen; leyendas granaínas; gitanos del Sacromonte; parejas de la Guardia Civil; procesiones entre flores... Con todos estos elementos se podría componer un drama lorquiano. O un pastiche lorquiano, que tanto da... Pero lo que hace Jesús Cañadas en esta novela no es ni una cosa ni la otra, sino añadirle al cóctel un documental de true crime, la telebasura adicta al frikismo de los 90 (no me refiero a los fans de Star Wars, precisamente), los jipis de la Alpujarra, drogas y culpabilidad . Y a Juliette Binoche, qué ya me diréis como se la puede meter en una novela de terror, pero Cañadas lo consigue... Porque sí, Fundido a negro es una novela de terror, pese a que su autor afirme que él lo que escribe son thrillers (y sí, está novela es un thriller, quizás antes que ninguna otra cosa, pero también da mucho miedito), ya desde su comienzo, con la transcripción de un video en que los guardias civiles se dirigen de noche a un cortijo donde, al parecer, ha habido un grave incidente... Pero avancemos la imagen para hacer el consabido resumen resumido:
- Que nos encontremos, precisamente, ante un thriller, con los mecanismos y tropos propios (y típicos) del thriller, pero, al mismo tiempo, ante una novela de terror, con los mecanismos y tropos propios del terror, lo que nos hace olvidar las costuras que se le puedan ver al thriller.
- Que el autor consiga crear momentos inquietantes, cuando no terroríficas, no sólo por la presencia de personajes, entidades o situaciones aterradoras, sino, sobre todo, por el dominio e incremento de la tensión en casa capítulo y la gran habilidad de este escritor para crear ambientes perturbado(re)s, espacios liminares, equívocos o, directamente siniestros. Pero todo y siempre, sin embargo, al servicio de la trama y del devenir reservado a sus personajes.
- Que la trama funcione con la precisión de un reloj suizo, con la minuciosidad de una maqueta ferroviaria, con el ingenio de un juego de palabras inesperado... pero todo sin que nos demos cuenta de ello hasta el final, ya sea debido a las circunstancias que antes he comentado, o, simplemente, para la facilidad de Cañadas para que todo fluya, sin forzar la máquina, sin obligar al lector a inclinarse a cada momento ante el talento del autor.
- Que nos hayamos, además, ante un escritor especialmente dotado para contarnos lo más terrible y mantenernos en vilo con el suspense y el ritmo que le imprime a la narración, sin por ello (quizá por su origen gaditano) perder la naturalidad y aun el gracejo de lo coloquial, el respiro de lo cotidiano, que nos permite una falsa relajación hasta que nos damos cuenta de que la temperatura narrativa ha subido y no tenemos ya escapatoria, como langostas cociéndose en un agua cada vez más caliente. Por no mencionar (o mejor sí), la extraordinaria capacidad de que hace gala Cañadas para el símil, la metáfora o la metonimia certera e ingeniosa, que posiblemente tenga también su raíz en Cádiz (y perdón por el tópico, si es que molesta a alguien). Unos pocos ejemplos extraídos de un mismo capitulo: "Se había levantado con los ojos convertidos en dos puñaladas en una Caja Roja de Nestlé"; "(...) era un polvorón empapado en bechamel seca"; "(...) asintió con lentitud de café de filtro que gotea en la cafetera"."Aparte de caminar a paso de lista de espera en correos, con una cojera imposible de disimular (...) no relajaba ni a tiros esa expresión que parecía ponerse por las mañanas, antes incluso que las pantuflas". "Echó la mandíbula hacia delante y se montó su propia final de Roland Garros con los ojos, que fueron de un lado a otro en busca de una excusa que, por supuesto, no encontró. Al cabo, soltó un un suspiro de cañería".
- Que el autor hace un empleo loable e inteligente de diferentes aspectos de la cultura andaluza, en el seno de la cual se desarrolla la historia; desde el habla sevillana y granaína (he de señalar que yo no soy andaluz, pero, desde luego, parece bastante convincente) a otros elementos culturales o incluso subculturales .dado el tema y la ambientación de la novela- de la misma. Todo escrito con un aire desenvuelto, ya digo, pero que trasluce el respeto que le produce a Cañadas su propio pueblo, su idiosincrasia y forma de expresarla.
También de Jesús Cañadas y reseñado en Un Libro Al Día: Dientes rojos
viernes, 1 de agosto de 2025
Mario Escobar Velásquez: Marimonda
Año de publicación: 1985
Valoración: Recomendable
Este libro engaña. Desde el primer momento, además, porque la primera página nos remite a una nota de prensa en la que se informa del reclutamiento de monos por parte del ministerio de defensa de Israel para labores de tipo humanitario. Podríamos pensar, entonces, que lo que encontraremos en las siguientes 150 páginas será algo así como una distopía, una novela de ciencia - ficción o una comedia. Vaya, si estaremos ante una versión tropical de El planeta de los simios o de 12 monos, por poner un par de ejemplos.
Pero pronto descubriremos que apenas hay nada de lo anterior y que lo que finalmente leeremos será una novela, protagonizada por un pequeño grupo de marimondas, bastante más compleja de lo que podría inicialmente parecer.
Protagonismo animal, por tanto, pero animales humanizados (y humanos animalizados, como reverso de la moneda) en un texto que toca multitud de temas. Así, colonialismo, globalización, relación hombre - naturaleza, organización social o la formación de los liderazgos atraviesan las páginas de una novela que en un tono casi ligero, como si estuviésemos leyendo un documental de National Geographic, vuelve a poner sobre la mesa un tema muy tratado en la literatura latinoamericana de la primera mitad del siglo XX: aquello de civilización o barbarie.
Superada la extrañeza inicial que provoca ese protagonismo animal, uno va extrayendo cosas positivas de la novela. Tres destacan por encima de todo:
- el lenguaje, que combina lo popular con "poéticotorrencial", tan relacionado con el contexto geográfico en el que se ubica la novela. Mejor un ejemplo que, no sé si acertadamente o no, me lleva a pensar en Tomás González:
Subió hasta la cara rugosa del cadáver de abiertos ojos en cuyo fondo opaco se copiaba adentrado un reflejo de cielo estrellado, y halló que de esos ojos estrábicos por la muerte, como si quisieran mirarse al propio interior del cráneo, y de la nariz que era poco más que unos agujeros tenebrientos, hoy se escapaba la esencia de ese olor a muerte condensado en gotitas
- los cambios de perspectiva. El peso de la novela recae en el líder de la manada de marimondas, pero Escobar Velásquez lo traslada a unas hormigas, un zorro, una lagartija, unas vacas o a un hombre, sin pudor y sin que la cosa chirríe.
- la capacidad del autor para acercarse a temas profundos desde la más absoluta sencillez, en un tono casi de fábula.
jueves, 31 de julio de 2025
Jarosław Iwaszkiewicz: Madre Juana de los Ángeles
La sola posibilidad de la tranquilidad que le proporcionaba la naturaleza, a pesar del viento, le pareció dolorosa y notó el brillo de las estrellas, el soplo de las nubes como si fuera un cuchillo que se le clavaba al corazón. La crueldad de la naturaleza que observaba indiferente el martirio de los corazones y mentes humanos le pareció como otra tortura diabólica más, y la mera tranquilidad como una trampa en la que acechaban las posibilidades más terribles. / «Se han dormido -pensó sobre los demonios-, se han dormido en mí, llenándome toda el alma con trozos de su carne» (...). / «Pero no se han dormido, se han transformado en el viento, en los árboles, en las nubes, para atormentarme con su indiferencia. La naturaleza eternamente feliz, salvada por principio, incapaz de sufrir la caída, y yo, destinado a los actos más grandes, a las más grandes experiencias y a la más grande comprensión, ante ella mucho más grande y potente porque puedo conocerme a mí mismo y a Dios, de repente me veo rechazado y rebajado por debajo de cualquier criatura, como un juguete de las fuerzas del mal más potentes.
—Reverendo padre ¿viene usted a ver a un pobre rebe para preguntarle qué son los demonios? ¿Usted, padre, no lo sabe? ¿No se lo han enseñado en su teología? ¿No lo sabe, padre? ¿Tiene dudas? A lo mejor no son demonios, sino solo la falta de ángeles —volvió a reír—. El ángel que tenía madre Juana echó a volar y ahora ella se ha quedado sola consigo misma. A lo mejor es tan solo la propia naturaleza del ser humano.
miércoles, 30 de julio de 2025
Colaboración: Adán y Eva, de Arto Paasilinna
Titulo original: Aatami ja Eeva
Traducción: Luisa Gutiérrez Ruiz
Año de publicación: 2023
Valoración: Prescindible
El hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. ¿Dirán ustedes que a qué viene esto? Pues esto viene a que, aunque demasiado tarde, después de adquirir este libro recordé que hace años había leído otro de este autor y me había dejado igual que su lugar de origen: helado.
Se supone que Arto Paasilinna, que es de quien estamos hablando, es un reconocido autor finés que pasa por ser unos de los máximos exponentes de la literatura de humor en su país y por ende de la literatura europea de los últimos años. No lo digo yo, lo dice la solapa donde se nos informa de que “lo que hace que los libros de Arto Paasilinna sean tan especiales es la ironía que envuelve cada frase, el humor negro que hace que el lector llore de la risa y, por supuesto, los personajes bizarros y abiertamente tragicómicos”.
Les puedo asegurar que no lloré de la risa en ningún momento de la lectura de este libro, en todo caso lloré por haberme gastado veinte euros en adquirir esta novela, y por haberme acordado demasiado tarde de que había leído del mismo autor “Delicioso suicidio en grupo”, libro que acabó sus días en una librería de segunda mano.
Les voy a adelantar de que va el libro y luego ustedes deciden. Un patético empresario finés, que dirige una pequeña fábrica de baterías al borde de la bancarrota, inventa, porque tiene una inteligencia superior a media humanidad, una batería ultraligera que va a revolucionar la industria internacional. Junto a una abogada, que le ayuda a salir de la cárcel tras un oscuro episodio, patenta la batería, monta una empresa, y se dedica a ganar millones de marcos que no sabe en qué gastar. Entre medias deambulan una serie de empleados de la nueva empresa, unos empresarios japoneses que le quieren comprar el invento y un asesino siciliano que contratan unos jeques del petróleo para eliminar a Aatami Rymmatyla, que así se llama nuestro héroe.
Ni las aventuras que corren los protagonistas, ni la aparición de los secundarios que les acabo de mencionar, hacen que la historia levante el vuelo en ningún momento.
¿Suceden episodios tragicómicos? ¿Hay personajes bizarros? ¿Se desternilla uno con cada escena? Sinceramente, lo único que ocurre es que lees entre líneas, te saltas los párrafos de dos en dos y llegas al final deseando deshacerte del libro cuanto antes. Les podría contar cómo acaba la historia, pero quizás es el único momento que les pueda arrancar una sonrisa.
Están advertidos. Se publican demasiados libros en este país. No creo que les resulte fácil encontrar éste, pero si lo hacen bajo ningún concepto hagan caso a la solapa. Me lo agradecerán.
Firmado: José Miguel Martínez
martes, 29 de julio de 2025
Javier Tapia: Mitología japonesa
Año de publicación: 2022
Valoración: Se deja leer
Tener en el blog a un experto en lo que sea es genial, claro, pero tiene sus riesgos, porque si uno se decide a aproximarse a esas materias corre el riesgo de quedar en ridículo, no ya ante algún lector anónimo, sino ante el propio colega, que es algo un poco más humillante. Hablando de Japón, tenemos aquí a Alain, que en estas cosas entiendo que está muy puesto, así que, contando con su benevolencia, me permitiré comentar este libro en torno a la cultura japonesa, que es el campo que se trata, más allá del título.
La verdad es que si hubiera investigado un poco con anterioridad y hubiese visto la respetable lista de títulos firmados por el tal Javier Tapia, seguramente hubiera desistido: solo hay que echar un vistazo para contemplar libros, seguro que parecidos a este, sobre mitología hindú, maya, griega, vikinga o celta, sin olvidar alguno que otro sobre vampiros, sobre Lovecraft o en torno a algún esoterismo. Demasiada amplitud, demasiado aspecto de cadena de montaje. Pero en fin.
Como hubiera sido de esperar para un lector mejor informado, el libro tiene efectivamente un tono divulgativo digamos relajado, dirigido a quien le parezca suficiente con unas pinceladas sobre esa cultura japonesa de la que quizá conoce algo sobre las geishas, los samuráis, la foto del templo sobre el monte Fuji o algún anime popular. Es esa la perspectiva correcta porque es exactamente lo que el libro ofrece.
Digamos que hay una parte inicial que se ajusta más a lo que promete el título, presentando a la pareja de dioses más poderosos, no sé si primigenios o primus inter pares, Izanagi e Izanami, masculino el primero, de aire más triunfador, femenina la segunda, condenada al inframundo a causa de alguna traición que no recuerdo. Con ellos, la diosa del sol Amaterasu, creo que hija de Izanagi, es la tercera deidad de un enorme panteón lleno de divinidades menores casi de todo tipo. Pero por lo visto la característica más definitoria de la mitología japonesa es precisamente esa multiplicidad de entes o espíritus que de alguna manera lo pueblan todo, los kami, poco menos que infinitos, y los yokai, más bien demonios, algunos de ellos juguetones y puñeteros. De ahí a pensar en personajes tan frecuentes en los mangas solo hay un paso.
La penetración del sintoísmo con su carácter sincrético tiene seguramente mucho que ver con la adopción de entes sobrenaturales asimilados de distintas culturas y credos lo que, desde otro punto de vista, convierte la mitología en una especie de panteísmo estrechamente ligado a la naturaleza. Y todo ello a su vez se funde con aspectos propiamente culturales que a veces tienes raíces históricas remotas y que han sobrevivido gracias al aislamiento del país hasta épocas bastante recientes. Así, el libro hace sitio a figuras de origen no muy claro, como los samuráis o los ninja, a la yakuza o al teatro kabuki, cosas que pueden sonar más al lector occidental y cuya aparición va dejando clara la voluntad divulgadora del texto.
Aunque adornado con unos poquitos detalles históricos y algunos breves cuentos tradicionales (algunos francamente bonitos, hay que reconocerlo), el libro no puede, ni siquiera seguramente quiere, disimular su naturaleza de producto rápido, incluso poco esmerado en su redacción y estéticamente cutre, en un punto muy bajo de esa posible escala que va desde la erudición y el trabajo académico puro hasta la divulgación como simple pretexto para editar un volumen de lo que sea y pasar cuanto antes al siguiente para hacer caja.
A pesar de todo, y aunque a veces nos sorprenda o hasta dé un poco de rabia admitirlo, casi de cualquier libro se aprende siempre algo. Y tengo que reconocer que también de este.
P.S.: Cuál no sería mi sorpresa cuando hace muy poquito, dando un paseo por el monte, me encuentro escrito en una valla de madera el nombre de Amaterasu. No hay muchas opciones: o mi cultura en torno a lo japonés es muy inferior a la media, o alguien se acaba de leer el mismo libro que yo, o tal vez hay por ejemplo algún grupo musical que ha adoptado tan venerable denominación.