miércoles, 18 de septiembre de 2024
VV.AA.: Afusellats. 4 relats modernistes
martes, 17 de septiembre de 2024
Mario Vargas Llosa: Los cachorros
"Todavía llevaban pantalón corto ese año, aún no fumábamos, entre todos los deportes preferían el fútbol y estábamos aprendiendo a correr olas, a zambullirnos desde el segundo trampolín del Terrazas, y eran traviesos, lampiños, curiosos, muy ágilos, voraces. Ese año, cuando Cuéllar entró al Colegio Champagnat."
Lo lógico sería que muchos se lanzaran a por esta novela simplemente por lo que este resplandeciente inicio presagia, pero continúo, para los escépticos. La trama, ese recorrido vital del grupo de muchachos, de cachorros, desde sus correrías de patio de colegio hasta sus primeros escarceos con la madurez, el descubrimiento de la sexualidad, sus opciones vitales y las tentaciones en que caen, sus estudios, su futuro, sus decisiones u omisiones. Esa es, básicamente, la trama y el que pueda no tener nada de nuevo - novela coral, ejemplo no moralizante de los distintos caminos que puede ofrecer la vida - no significa que ese camino no sea placentero y fascinante. El lenguaje, vivaz, nervioso, plagado de localismos peruanos y sudamericanos, sólo hace que aportar un éxtasis adicional y se convierte en un personaje más, delicioso contemplar su evolución y deliciosa esa irrupción - espero que constante e inacabada - de términos nuevos, de gloriosa corrupción que desafía anquilosamiento y provoca sin vergüenza a toda almidonada institución que pretenda, aún hoy, limitar y protocolizar. Los personajes, que la concisión de la novela apenas permite más que retratar en trazo grueso y precipitado, acaban resultando familiares y cercanos, modestos iconos que retratan tanto el íntimo entorno de las amistades tejidas en la convivencia escolar como el entramado social. En fin, la novela es un emblema, un modesto emblema ya que no suele relacionarse entre las obras cumbre de su autor - sitio reservado a proyectos de mayor extensión- pero un significativo ejemplo de como en literatura el minimalismo y la concisión no son para nada sinónimos de racanería o volatilidad.
lunes, 16 de septiembre de 2024
Zoom: Conversaciones sobre la escritura por Andrea Camilleri Y Manuel Vázquez Montalbán
Año de publicación: 2021
Traducción: Ernesto C. Gardiner
Valoración: recomendable, sobre todo para fans
Existe un particular género de libros que creo tiene más predicamento en Italia que en otros países (al menos, son italianos los ejemplo que yo conozco) que es el de los diálogos con o entre escritores. En algunos casos, se trata de periodistas u otros autores hacen ua se vuelve na larga entrevista a un colega con el objetivo declarado de publicarla como libro; en otros, como es el caso, se trata de la transcripción de conversaciones, más o menos públicas, entre escritores, como las que se producen en un festival literario, para solaz de sus asistentes o auspiciadas por algún medio de comunicación. Lo ideal, claro está, es que los participantes en la conversación tengas cosas interesantes y si además se conocen de antes y se llevan bien, se vuelve mucho más fluida.
Eso es lo que pasaba con Manuel Vázquez Montalbán y Andrea Camilleri, que eran amiguetes, lectores mutuos y admiradores recíprocos de la obra del otro - de hecho, es bien sabido y además lo cuenta en este libro, Camilleri le puso Montalbano a su personaje más conspicuo en honor del escritor catalán-; no sólo eso: ambos compartían ciertas circunstancias biográficas, como si origen "periférico" dentro de sus respectivos estados, haber crecido bajo una dictadura fascista y una militancia comunista común. Y, sobre todo, una concepción de la novela negra "mediterránea", diferente en algunos aspectos de la tradición anglosajona o la escandinava
En las cuatro conversaciones recogidas en este libro -quizá tres, en realidad, pues las dos últimas tuvieron lugar el mismo día y podemos considerarlas como continuación una de la otra- , llevadas a cabo entre 1998 y 2000, disertan sobre todos estos temas y otros más-; desde su formación literaria, su identidad cultural o, cómo no, su afición a la gastronomía, que ha trascendido a sus personajes. He de señalar aquí, por querencia personal, las menciones que hacen a un referente común, también cultivador de la novela policíaca "mediterránea", aunque con un sentido más político: el maestro Leonardo Sciascia. La primera de las conversaciones, por otro lado, tuvo lugar durante un festival literario en Mantua y por ello cuenta con el interés añadido de algunas preguntas por arte del público (como la inevitable de por qué Carvalho quemaba libros... De hecho, un libro al día ; )
En fin, que se trata de un librito rápido de leer y muy interesante, sobre todo para los muchos seguidores/ as de la obra de estos dos grandes escritores, ya desaparecidos, y, en los tiempos que corren, a menudo recordados.
Otros muchos títulos de Andrea Camilleri reseñados en Un Libro Al Día: aquí
Y también unos cuantos (no tantos) de Vázquez Montalbán: acá
domingo, 15 de septiembre de 2024
Iris Owens: Después de Claude
El taxista, con todo el odio de su corazón, pisó el acelerador y nos precipitamos Broadway abajo como si transportáramos una bolsa de plasma a una decapitación.
(...) soy en esencia una persona desenfadada que trata de verle el lado cómico a este circo de engendros llamado vida (...)
Son solo dos ejemplos de la voz que dominará buena parte de una novela que tiene ecos, cómo no, de La conjura de los necios y de un Woody Allen puesto de ácido hasta las gafas. Porque Harriet es una narradora cáustica, desinhibida, hipocondríaca, afilada y malhablada que nos cuenta su versión de la relación y ruptura con la rata gabacha.
Pero cuidado que, aunque en el párrafo anterior hablo de novela, Después de Claude tiene mucho de obra de teatro, tanto por estructura (tiempos, escenarios, "escenografía", etc) como por la presencia e importancia de los diálogos.
Sea como fuere, la primera parte de Después de Claude tiene un ritmo endiablado. Diálogos punzantes y humor negro y absurdo se combinan para que vayan asomando risas y carcajadas que, con el paso de las páginas, quedarán congeladas ya que surgirán las dudas sobre la fiabilidad de la narradora, sobre posibles percepciones alteradas de la realidad.
La segunda parte, por contra, supone un cambio importante. No porque el ritmo decaiga sino porque el humor queda a un lado y Harriet se ve envuelta en una trama que trae a la cabeza a la simpática Familia Manson, medium jeta y psicodélico incluido, y que parece haber sido escrita por el William Vollmann de La familia real.
No diré que esta segunda parte sobre ya que forma un todo coherente, pero sí que el cambio en el tono es tan radical, sobre todo con las primeras 75-100 páginas, que si el libro hubiese terminado al concluir la primera parte de libro me habría quedado con otro sabor de boca.
sábado, 14 de septiembre de 2024
J.R.R. Tolkien: La historia de Kullervo
viernes, 13 de septiembre de 2024
Brandon Sanderson: Elantris
Título original: Elantris
Traducción: Manuel de los Reyes García Campos
Año de publicación: 2005
Valoración: prescindible
No esperaba nada de este libro y aún así logró decepcionarme.
Leer un buen libro requiere un esfuerzo intelectual. En parte, ese esfuerzo hace más satisfactoria la lectura una vez terminada, así como también la enriquece con nuestra interpretación y análisis. No se diga con aquellas obras donde se requiere tomar decisiones o mantener un registro de los eventos, como Cien años de soledad.
Dicha tarea puede llegar a ser agotadora. Por lo que de vez en cuando uno recurre a lecturas más ligeras para mantener engrasada la máquina. Historias entretenidas, emocionantes, intrigantes… pero que no producen un cambio en nosotros (incluso desde el punto de vista de algunas teorías psicológicas, cualquier aprendizaje solo se evidencia como un cambio en el comportamiento). En fin, cuando estoy cansado de hacer cualquier ejercicio intelectual, recurro a dichas lecturas. Alguna saga detectivesca o de ciencia ficción (me llevé una grata sorpresa con El problema de los tres cuerpos).
Intenté leer algún libro de fantasía. Brandon Sanderson encabeza muchas listas y, al buscar cuál de todos sus libros sería el indicado, por qué no hacer caso a las recomendaciones del mismo escritor. Sanderson recomienda Elantris, para todo aquel que quiera adentrarse en su literatura. Vamos allá.
Un príncipe cae en desgracia. Una princesa astuta quiere salvar el reino. Un villano muy malo quiero conquistar el mundo (si Sanderson no se esfuerza en escribir, menos yo en resumir la trama).
El libro está mal escrito. Abundan las redundancias y las incoherencias temporales y de caracter de sus personajes; el narrador se confunde con los pensamientos de los protagonistas; los personajes carecen personalidad, más allá de la que nos describe el narrador, sin que esto sea respaldado por las acciones de los personajes… podría seguir, pero qué más da.
Si tuviera un poco más de empatía, me sentiría mal por los que consumen esta comida chatarra.
jueves, 12 de septiembre de 2024
Henrik Ibsen: Espectros
Título original: Gengangere
Traducción: Cristina Gómez-Baggethun (en castellano para Nórdica)
Año de publicación: 1881
Valoración: está bien
Siempre supone cierta dificultad reseñar obras de teatro en su formato literario, pues uno debe recrear mentalmente escenarios y espacios y gran parte del texto se centra en los diálogos entre personajes por lo que el lector debe estar dispuesto a casi formar parte de un imaginario elenco actoral y entrar mentalmente en el escenario. Y el éxito de tal empresa depende en gran parte de la propia historia narrada.
En esta obra, escrita a finales del siglo XIX, intervienen únicamente cinco personajes y se descompone en tres actos correspondientes a los habituales momentos narrativos (introducción, nudo y desenlace). La historia empieza con una escena entre Regina (la asistencia de la señora Alving) y su padre, quien pretende convencerla de que deje el hogar donde está realizando las tareas domésticas y marche a vivir con él para trabajar en una especie de mesón para marineros. La chica descarta la propuesta ya que no se fía del negocio que tienen pensado hacer su padre ni tampoco de él, pues es alguien de vida algo errática. En paralelo, vemos como Osvald, el hijo de la señora Alving, ha vuelto de un viaje al extranjero y se encuentra a su madre hablando con el reverendo del pueblo acerca de la construcción de un asilo financiado por ella. La aparición del hijo y los detalles de su vida en el extranjero alarman al reverendo, pues la mentalidad del joven ha cambiado desde que se fue, abandonando las costumbres más arcaicas y cerradas para ver la sociedad desde un punto de vista más abierto; así, Osvald defiende que las parejas puedan tener hijos sin casarse y convivir en un mismo hogar, ideas con las que su madre está de acuerdo pero que enervan al reverendo, quien le discute sus ideas y conceptos sobre la libertad afirmando que «en esta vida es pura rebeldía esperar la felicidad. ¿Qué derecho tenemos las personas a ser felices? No, señora, ¡lo que tenemos que hacer es cumplir con nuestro deber!». Unas ideas anticuadas que reafirma, hablando a la mujer de su difunto marido y la vida de excesos que llevaba, al decir que «una esposa no ha de erigirse en juez de su marido. Tenía usted la obligación de llevar con humildad la cruz que una voluntad superior había considerado oportuno concederle». A partir de esa puesta en escena y conflicto candente, se desarrolla la acción en un continuo contraste entre mentalidades e ideologías al que se añade situaciones del pasado de los implicados que provocan no pocas discusiones y revelaciones que ponen en riesgo el frágil equilibrio familiar y social de los personajes.
Como ya ha demostrado es múltiples ocasiones, Ibsen sabe encontrar los conflictos sociales y morales de sus personajes y los somete a momentos de confrontación, mostrando de esta manera las costumbres de una sociedad que se va abriendo a nuevas ideas y visiones del mundo. No podemos olvidar que estamos a finales del siglo XIX, una época en que las ideas de Ibsen colisionaban de lleno en una sociedad donde el modelo de familia (con gran influencia de la religión) era poco menos que intocable por lo que su valentía y atrevimiento le otorgan aún más valor de lo que el propio texto merece. Por ello, a pesar de que no es una de sus mejores obras, Ibsen siempre debe tener un espacio destacado en nuestro bagaje lector, pues la influencia de su obra en la historia de la dramaturgia es incuestionable.
Tal y como dice una de las protagonistas en el texto, en plena confesión al reverendo, «he tenido la sensación de estar viendo espectros. Aunque yo diría que espectros somos todos (…) y no solo porque carguemos con la herencia de nuestros padres. Tenemos además muchas opiniones viejas y muertas». Y no le falta razón, pues la herencia de nuestro pasado sigue presente en nosotros, a veces con valores nobles y vigentes, pero también con mentalidades encerradas y arcaicas que conviene enterrar para que no asomen e impidan avanzar en derechos y libertades.
miércoles, 11 de septiembre de 2024
Luisa María Linares: Apasionadamente infiel
martes, 10 de septiembre de 2024
Karen Russell: Donantes de sueño
Título original: Sleep Donation
Año de publicación: 2020 (como libro en papel; 2014 como e-book)
Traducción: Rubén Martín Giráldez
Valoración: entre recomendable y está bien
Vamos allá con otra distopía, que sé que es in género que os gusta mucho y del que no estáis hartos7as no nada... Bueno, tranqui todo el mundo, que no estamos ante la enésima versión de El cuento de la criada o Neuromante (ni siquiera de El edificio), sino ante la enésima versión de... ¡tachán!, La peste de Camus... por decir un título emblemático del género o subgénero, no sé de epidemias, pandemias y demás infecciones contagiosas, incluyendo los mordiscos de los zombies.
lunes, 9 de septiembre de 2024
Shane Stevens: Ciudad muerta
Idioma original: inglés
Título original: Dead City .
Traducción: Óscar PalmerAño de publicación: 1973.
Valoración: muy recomendable.
domingo, 8 de septiembre de 2024
Gabriel Miró: El humo dormido
Idioma original: Español
Año de publicación: 1918-1919
Valoración: Recomendable
Este es el tercer libro que he leído de Gabriel Miró y, que los miroístas (si es que existen) me perdonen porque me da la sensación de que esto no es muy académico, debo decir que es el que más me ha gustado.
Puede ser que me haya acostumbrado a ese estilo tan peculiar, a esa "falta de acción", a esos paisajes impresionistas, pero más me inclino por pensar que es que al estilo de Miró le sientan mejor los textos breves, las estampas o las semblanzas que la novela pura y dura.
Como ya es habitual en Gabriel Miró, en los textos de El humo dormido no encontremos una acción puramente novelesca (aunque algunos de ellos sí que podrían formar pequeñas nouvelles) ni gran penetración psicológica en los personajes. La elección ética y estética del autor es la de mostrar la realidad a partir de la prosa poética, de la construcción de imágenes y de la transmisión de sensaciones.
Será esto sentir sólo a distancia o recordar lo sentido, acercándolo con una lente nueva? Nunca lo averiguaremos cabalmente, porque hay episodios y zonas de nuestra vida que no se ven del todo hasta que los contemplamos y revivimos por el recuerdo
Vaya, que podríamos decir que Miró es una especie de Marcel Proust mediterráneo, pero sin ese escalpelo del francés para con los personajes.
Volviendo a El humo dormido, el primer bloque de textos recoge una serie de escenas de infancia y adolescencia. Son textos de corte iniciático en los que el narrador va descubriendo, entre el humo dormido, el mundo de los adultos, el amor, la muerte, la nostalgia, etc. Llama la atención en este bloque, además del carácter impresionista de los textos, el uso de técnicas cercanas a lo cinematográfico. En particular, buena parte de las descripciones de lugares o paisajes parecen travellings que el autor realizara cámara en mano.
De esta parte me quedo con El enlutado y el perejil, texto que roza lo gótico por el uso de los miedos infantiles y de un misterioso personaje, con el sensual La sensación de la inocencia y con La hermana de Mauro y nosotros, en el que el final de la inocencia se muestra de manera sumamente bella y triste.
El segundo bloque, conformado por diez textos, tiene como hilo conductor la Semana Santa. Comenzando por el Domingo de Ramos, el autor dedica un texto a cada día de la semana en el que mezcla la reinterpretación de los sucesos narrados por la Biblia, la liturgia y la celebración de la Semana Santa en la actualidad (de 1919, claro). Cierra un texto humorístico / popular sobre San Juan, San Pedro y San Pablo y un híbrido entre la biografía mironiana, la leyenda y la "protohistoria" de España a través de Santiago Apóstol.
Nuevamente hay que recordar que Miró no entra en la psicología de los personajes bíblicos sino que reinterpreta los hechos bañados por la luz de paisajes y sensaciones. En este sentido, destaca por encima de todos el texto dedicado al Sábado Santo por la imagen de José de Arimatea frente al sepulcro de Jesús, frente a la muerte y frente a su propia fe.
En resumen, no sé si El humo dormido formará parte de los "textos canónicos" de Gabriel Miró. Tampoco me importa mucho, aquí también nos vamos a mover por sensaciones y la que deja su lectura es más que agradable.
También de Gabriel Miró en ULAD: La novela de Oleza y Las cenizas del cementerio
sábado, 7 de septiembre de 2024
Contrarreseña: Un amor de Sara Mesa
viernes, 6 de septiembre de 2024
Eduardo Sáenz de Cabezón: Inteligencia matemática
Año de publicación: 2016
Valoración: recomendable, si te atreves
Tengo que confesar que conocí a Eduardo Sáenz de Cabezón por Tiktok,
donde cuenta cosas en torno a las matemáticas, que es lo suyo. Es un tipo con
buena capacidad para comunicar, y creo que también tiene, o tenía, un programa
sobre asuntos científicos en la televisión. Hay en los medios unos cuantos
divulgadores que se dedican, con mayor o menor fortuna, a acercar a la gente al
ignoto mundo de las matemáticas y, claro, es difícil resistirse a la tentación
de intentarlo una vez más, de buscar otro camino para alcanzar aquello que se escapaba entre los dedos cuando se acercaban los exámenes. Así
que lo intentamos con este simpático señor, a ver si hay suerte.
Dice Sáenz de Cabezón que todos llevamos un matemático
dentro, aunque muchas veces esté dormido o vencido por la pereza, incluso
atrofiado por la inactividad, o también, añadiría yo, desaparecido sin dejar
huella. Se trata por tanto de removerlo de su reducto y seducirle para que se
ponga a funcionar. Una vez activado, parece ser, la propia práctica irá
haciéndole crecer y volverse ágil. Al menos en teoría. Por eso el autor se
esfuerza en proponer juegos, pasatiempos, pequeños ejercicios para desperezar
al matemático oculto. Juro que he hecho algunos (dos) y he dedicado algunos
minutos a algún otro (digamos otros dos), pero considero que he fracasado, porque mi
matemático no ha hecho acto de presencia.
La verdad es que da un poco de rabia sentirse incapaz de
razonamientos que, en palabras del divulgador de turno, parecen tan sencillos.
En realidad solo habría que pensar un poco para desentrañar algunas de las
cuestiones, al menos las más sencillas. Pongamos un ejemplo, que creo que es idéntico
al que aparece en el libro:
Creo que la pregunta es cuál de las superficies, círculo o cuadrado, es más grande. Vamos trabajando sobre radios y lados, sacamos triángulos y deducimos semejanzas, obtenemos áreas, diferencias… y resulta que no hay uno, sino varios procedimientos válidos para obtener la respuesta correcta. Es fácil cuando vemos el video donde el profesor explica con rotuladores azules y rojos, nombra un segmento como X y aplica fórmulas (que debieron ser) aprendidas en Primaria. Pero cuando uno ve la imagen en blanco y tiene que ponerse a ello, la cosa no pinta tan bien. Lo mismo que pasaba en el examen.
Critica el libro un sistema educativo incapaz de hacer
mínimamente atractivo el aprendizaje de las matemáticas, en el que solo se
acumula el conocimiento de técnicas cuya utilidad el alumno, naturalmente, no
entiende. Y como estas técnicas se van encadenando una tras otra, basta que uno
de los eslabones falle para que el proceso quede bloqueado y el estudiante se
pase de inmediato al latín, no porque le despierte especial interés la lengua de Virgilio, sino por
mera supervivencia. Ofrece Sáenz de Cabezón algunas ideas para mejorar en la
enseñanza de estas materias, aunque me permito dudar del éxito frente a un
problema al que nadie parece haber encontrado solución, al menos en España, que
yo sepa.
En las matemáticas se manejan cosas como la lógica y cierta capacidad
para la generalización y la abstracción, cualidades que no todo el mundo posee
(o que están ocultas, no sé), y en el sistema educativo se explican mecanismos
y técnicas, que son sobre lo que se examina, pero que no funcionan sin aquellos
presupuestos básicos, que sería por tanto lo que habría que despertar en los
alumnos.
Lo intenta el autor lanzando cuestiones muy sencillas con
las que seducir al profano, y también presentando otras (hipótesis y
conjeturas sin resolver) que ilustran el trabajo de los matemáticos. E
igualmente expone el carácter auxiliar de las matemáticas, cuyos
descubrimientos sirven para resolver cuestiones pendientes en otras ciencias o
abren nuevos caminos dentro de las distintas áreas de este campo. Asuntos en
general bien explicados, en un tono quizá excesivamente coloquial, más adecuado
para los medios audiovisuales donde se desenvuelve Sáenz de Cabezón, y no tanto,
o eso me parece, para un libro.
Pero bien, simpático y con la loable intención de atraernos
hacia esas materias que a algunos nos hicieron sudar tanto y con las que me
temo que, por mucho que le pongamos buena voluntad, difícilmente nos vamos a
congraciar. Pero en todo caso se agradece el intento.
jueves, 5 de septiembre de 2024
Reseña + Entrevista: Chico Bizarro y las moscas, de Mónica Bustos
miércoles, 4 de septiembre de 2024
Vicent Andrés Estellés: Llibre de meravelles
Año de publicación: 1971
Valoración: imprescindible
Se cumplen hoy cien años del nacimiento en Burjassot de Vicent Andrés Estellés, uno de los más grandes poetas que ha habido en lengua valenciana (y, por ende, catalana), dicho sea con toda la precaución que supone establecer algún tipo de jerarquía o incluso gradación en un género de apreciación tan subjetiva como es el de la poesía, más aún por parte de este humilde lector. Pero ya nos entendemos... y en todo caso, Vicent Andrés Estellés era la caña, sin duda, no ya uno de los mejores poetas que ha habido en lengua valenciana/catalana, sino yo diría uno de los mejores nacidos en España en el siglo XX. Poeta del siglo XX, aunque bien enraizado en los clásicos de su lengua: no sólo el título de este libro está tomado de otro de Ramón Llull, del siglo XII, sino que cada poema que lo compone está encabezado por una cita de Roís de Corella, Per March, Jordi de Sant Jordi o, por supuesto y sobre todo (¿cómo no?), Ausiàs March.
Esto no significa que la poesía de Estellés (Andrés también es el primer apellido, no un nombre propio, pero aceptemos la convención de usar el segundo) siga al dedillo modelos antiguos o desprenda un tufillo a naftalina. Todo lo contrario: se trata de lírica de una viveza extraordinaria, a horcajadas de la poesía social (pero prefigurando la "de la experiencia") y, sobre todo, del espíritu de la vida en la calle, de la frescura de los portales y la oscuridad de las escaleras de vecinos donde se besan los amantes, de las calles, las alamedas -la Alameda, de hecho-, los parques, los descampados y pretiles de la ciudad de Valencia y sus alrededores. Porque Valencia es uno de los motivos principales de este libro, no ya sólo como escenario de sus poemas, sino un elemento central, un personaje (por tópico que suene esto) que transita de arriba a abajo, de Norte a Sur Y de Este a Oeste, por todas sus páginas -de hecho, encontramos en ellas un vibrante poema, Cos mortal, compuesto enteramente con calles y puentes de Valencia-; una Valencia diferente en muchas cosas de la actual, aunque, de todos modos, reconocible. La Valencia que fue y que, cuando se publicó el libro, ya estaba comenzando a perderse.
Porque la nostalgia es otro de los motivos que recorren el libro, una nostalgia dulce y amarga a un tiempo, la nostalgia de la juventud ya pasada, de sus ansias de vida, de amor y libertad, matizada por la conciencia de los tiempos oscuros, de la represión vivida en aquellos años de posguerra en los que transcurrió. Esa posguerra franquista y dolorosa, llena de miedos y silencios, de sobreentendidos y humillaciones, de desaparecidos y asesinados, de vencedores y, sobre todo, vencidos, es la gélida sombra proyectada sobre todos los poemas, incluso los más vitales y hedonista. De forma simétrica, aunque más discreta, incluso subterránea -excepto en la última parte del libro, donde Estellés se lanza a una cierta vinculación nacional, más exaltada-, está recorrido por el espíritu de un pueblo que se mantiene a la espera, que aguarda el momento de poder salir a respirar el aire libre, de expresarse como tal (sobre todo, en la última parte del libro, Propietats de la pena).
Porque el amor, o eso nos viene a decir Estellés, es lo único que puede salvarnos, el amor en toda su profundidad y extensión, no sólo el amor excelso y puro que han cantado tradicionalmente los poetas -que también- sino el amor carnal más desatado, el erotismo furtivo de los amantes contra las tapias, o en los bancos más escondidos del parque, en los descansillos y las azoteas de las casas. El amor, que es el mayor acto de resistencia, aún desesperada, que podemos llevar a cabo, un amor que, si no lo puede todo, sí puede ser el ultimo refugio que nos quede. No en vano, el poema más célebre de Estellés, casi -o sin casi- un himno popular, se titula Els amants...
De hecho, eso es lo otro que nos queda para resistir, nos viene a recordar este libro: la poesía. Una poesía, en su caso, torrencial pero medida, de verso libre pero riguroso, llena de imágenes líricas sacadas de lo más humilde, del polvo de las calles y el sudor de quienes las recorren. Una poesía de una tierna ferocidad, preñada de musicalidad y que no renuncia, incluso, a una cierto tono épico -una épica doméstica, casi secreta, si se quiere- y que utiliza anáforas y aliteraciones para conseguir darnos ese aliento. Una poesía nacida de las entrañas del pueblo, quizá de forma oculta, como una semilla plantada por el azar, pero que, desde luego, ha conseguido serlo sin ambages.
Por no acabar la reseña sin compartir unos versos de Vicent Andrés Estellés deun poema que aparece en el primer "capítulo" de este Llibre de meravelles y que creo que ejemplifica bastante bien su figura y su voz:
Un entre tants com no aguarden i lluiten.
Un entre tants com foraden la nit.
Un entre tants com no dormen i guaiten.
Un entre tants.
(...)
Un entre tants com trencaven els cants.
Un entre tants entre fúries i espants.
Un entre tants entre tots els amants.
Un entre tants.
(...)
Un entre tants com es moren d'amor.
Un entre tants com foraden la nit.
Un entre tants com carreguen els morts.
Un entre tants.
martes, 3 de septiembre de 2024
Jon Fosse: Ales junto a la hoguera
Título original: Det er Ales
Traducción: Cristina Gómez-Baggethun en castellano para Random House
Año de publicación: 2004
Valoración: muy recomendable
lunes, 2 de septiembre de 2024
Happy Hour (2x1) de Reseña Interruptus: Miqui Otero: Orquesta y Sonsoles Ónega: Las hijas de la criada
Idioma original: español
Año de publicación: 2024 y 2023
Valoración: aburrido e insuficiente, respectivamentedomingo, 1 de septiembre de 2024
Liu Cixin: El problema de los tres cuerpos
Título original: 三体 (Sān tǐ)
Traducción: Javier Altayó Finestres
Año de publicación: 2008
Valoración: recomendable (muy recomendable para los amantes de la ciencia ficción)
Abordo 'El problema de los tres cuerpos' sin ser un gran aficionado a la ciencia ficción, principalmente porque encuentro que muchas veces el género se desliza demasiado hacia la fantasía pura, perdiendo ese anclaje en la realidad que aprecio en este género. Sin embargo, el libro de Liu Cixin es una propuesta que merece atención, incluso para quienes compartan mi escepticismo hacia este tipo de historias.
La misantropía de una importante astrofísica china, la lleva traicionar a su raza (la humana), enviando una señal al espacio, a la espera de que una civilización super avanzada tecnológicamente conquiste el planeta tierra y extermine a la despreciable humanidad (sí, ya sé, nada de otro mundo).
Este es un libro claramente dirigido a los amantes de la ciencia ficción dura, esa que se nutre de datos científicos y teorías físicas complejas (ojo, dentro de su propio mundo). Liu Cixin se asegura de inundar al lector con información rigurosa, lo que, si bien es un atractivo para los interesados en el tema, puede resultar algo abrumador para aquellos que no. En este sentido, la lectura exige una concentración sostenida y cierta paciencia para procesar la gran cantidad de conceptos que se presentan.
Uno de los elementos más llamativos de la trama es el juego de realidad virtual en el que los personajes se adentran, una especie de simulación que, en un principio, parece ser un núcleo narrativo central. Sin embargo, a medida que la historia avanza, este juego pierde relevancia y, lamentablemente, se diluye en la trama, dejando la sensación de que un recurso tan interesante podría haberse aprovechado más, especialmente considerando que en las secuelas queda prácticamente olvidado.
Otro aspecto que merece mención es la forma en que Liu Cixin integra el trasfondo histórico de la revolución cultural china. Aunque esta parte inicial del libro proporciona el contexto necesario para entender el desencadenante de la trama, ocupa una porción considerable de la historia, lo que puede dar la impresión de que la novela tarda en arrancar. Para algunos lectores, esta inmersión en la historia china puede ser fascinante, pero para otros, puede resultar un obstáculo para adentrarse en lo que realmente esperan: la ciencia ficción.
Además, algunas tramas paralelas no llegan a cerrarse de manera satisfactoria, dejando cabos sueltos que pueden frustrar a los lectores que buscan una resolución más completa.
A pesar de estos puntos, me parece que El problema de los tres cuerpos es una lectura recomendada, especialmente para aquellos que disfrutan de la ciencia ficción más fundamentada. Liu Cixin nos ofrece una perspectiva única dentro del género, aportando no solo un relato intrigante sino también una reflexión sobre la naturaleza de la ciencia, la humanidad y el universo. Aunque tiene sus altibajos, es una obra que vale la pena explorar.
Lo que tengo que reconocer sin reparo, es que Cixin sabe mantenerte pegado al libro. Me chuté los tres en pocos días.