lunes, 30 de septiembre de 2024

Martín de Ugalde: Hablando con Chillida

Idioma original: castellano

Año de publicación: 1975

Valoración: recomendable para interesados


Supongo que casi todo el mundo sabe quién es Eduardo Chillida, escultor vasco cuya obra, con frecuencia de grandes dimensiones, está esparcida por medio mundo, buen parte de ella en espacios públicos. Por su parte, con muy pocas excepciones, Martín de Ugalde les resultará un nombre completamente desconocido. Es un escritor que pasó buena parte de su vida en el exilio, retornando a Euskadi tras el fin del franquismo, cuando adquirió cierta notoriedad como autor de libros de temática vasca, entre ellos alguno de entrevistas con personajes del país, entre los que se inscribe este texto con el testimonio directo del artista.

La vida de Chillida también transcurrió parcialmente en el extranjero, aunque por motivos profesionales y no políticos. Su figura, ampliamente reconocida sobre todo a partir de los años 70 del siglo pasado, fue sin embargo importante desde mucho antes, cuando formó parte de Gaur, un grupo de artistas vascos (Oteiza, Zumeta, Mendiburu…) que impulsaron una profunda renovación de las artes plásticas, trascendiendo el ámbito local y nacional. En la larga charla el escultor cuenta algunos episodios familiares y anécdotas acerca de sus obras, pero sobre todo habla del proceso creativo, la forma de sentir y trabajar los distintos materiales, la búsqueda del espacio vacío que rodea y se inserta en el objeto, o la intención de crear cosas que se integren en el entorno y pasen a ser de dominio público. Naturalmente, muchas cosas para llenar unas 170 páginas, aunque se echan de menos algunos asuntos.

Para empezar, aunque el libro se reedita varias veces, la entrevista deduzco (porque Ugalde no lo dice) que tuvo lugar en 1975. Para entonces, por poner un ejemplo, el famoso Peine del Viento de Donostia-San Sebastián todavía no estaba en pie, ni imaginado siquiera el polémico vaciado de la montaña de Tindaya, y faltaba aún mucho para el conocido rifirrafe con Oteiza. Es decir, que la etapa digamos de mayor visibilidad pública del artista, y por tanto quizá la más atractiva para el profano, queda fuera del texto, que se centra así en un periodo y una temática más íntimos, con informaciones interesantes aunque algo más árido.

Por otra parte, aunque supongo que Martín de Ugalde se habrá trabajado previamente la entrevista, no puede ocultar que sus conocimientos de arte son bastante limitados. De manera que la mayor parte del tiempo se limita a dar continuidad a las reflexiones de Chillida, cuando no a insistir, de forma un poco obsesiva, en asuntos identitarios que en mi opinión solo tienen un peso relativo en la obra del escultor. Cuando toca hablar propiamente de arte, Ugalde se pierde bastante o sale del paso recurriendo a razonamientos intencionadamente abstractos que ni el entrevistado llega a entender. Al no conducir correctamente la conversación, nos perdemos algunos datos interesantes sobre esa etapa inicial en la que Chillida avanza en su proceso de maduración.

No obstante estas carencias, encontramos desde luego ideas de gran interés, como la insistencia en separar la creatividad de la técnica, desaprender lo que se domina para poder explorar nuevos caminos, la relación del artista con los materiales que utiliza, o el entronque con su entorno cultural. Porque, aunque haya quien siga pensando lo contrario, para ser un creador reconocido en todo el mundo durante décadas no basta con inventarse un hierro retorcido o una mole de piedra colgada de un cable: hay muchas horas de reflexión y trabajo, mucha creatividad intentando buscar el camino entre bocetos, materiales y descartes. Pensémoslo un poco cuando veamos obras que a lo mejor no entendemos o no nos dicen nada. Leyendo a un tipo inteligente y sensato como Chillida podemos verlo más claro.


domingo, 29 de septiembre de 2024

Joyce Carol Oates: Como un espectro. Miao Dao

Idioma original: inglés

Título original: Phantomwise: 1972 / Miao Dao

Año de publicación:2020

Traducción: Susana de la Higuera Glynne-Jones

Valoración: recomendable

Como todos los años (bueno, menos uno), se acerca ese momento en que los letraheridos y gafapastas del mundo, aunque lo neguemos, estamos atentos a que salga por una puerta un señor sueco con pinta de aburrido y nos desvele quien es el galardonado/a con el premio nobel de Literatura. Como todos los años, los bookmakers británicos publican antes como van las apuestas para acertar con el /la afortunada y, como todos los años, siempre hay incautos que ponen su dinero y esperanzas en el Murakami malo o Houellebecq, para regocijo, supongo, de los corredores, que saben que va ir a parar directo a sus bolsillos... Ahora bien, no hace falta gastarse un euro o una libra para pasarlo bien con esta ya tradición anual. Todos y todas podemos hacer nuestros pronósticos o al menos comentar quienes son nuestros favoritos, obviando el hecho habitual de que se lo darán a lgún escritor/a de quien no hayamos oído hablar y que ni siquiera tendrá una reseña en Un Libro Al Día, por imposible que esto parezca...

Pues bien, honrando esta pequeña tradición me voy a permitir hacer yo también mi predicción; teniendo en cuenta que, según lo establecido en los últimos años éste toca dárselo a una mujer y que el año pasado fue para un autor noruego, luego ya pueden volver a dárselo a alguien que escriba en inglés, mi apuesta (con permiso de la favorita, la china Can Xue) va para Joyce Carol Oates, quien, además de su excelencia literaria, es una escritora con una obra amplísima y que, aunque mantiene una capacidad intelectual y pública envidiable (ayer mismo se encontraba haciendo una gira por... Suecia, precisa y no sé si casualmente) ya atesora bastantes primaveras, al límite de lo admisible para la Academia Sueca, pues ya se sabe que a partir de cierta provecta edad miran para otro lado, no sea que el galardonado no llegue a la ceremonia de entrega del premio, con lo vistosa que es... 

En fin, que por si acaso y para que no me pille el toro, por si le conceden el premio, he decidido reseñar algún libro más de esta escritora. Ahora bien, dado que en su extensa producción literaria abundan los tochos (no sé de dónde ha sacado tiempo está mujer) y la vida de un servidor no está ahora mismo para eso, me he decidido por un volumen no muy extenso, que recoge dos novelas cortas -o relatos largos, si se prefiere- pero, me parece, bastante representativos del estilo y los temas habituales de la obra de Oates ( de todos modos y, tanto le den el Nobel como no, sus libros sin ninguna duda merecen la pena, prometo leer alguno más extenso en un futuro próximo. Y reseñarlo, claro). En la primera de las novelettes, Como un espectro, se nos cuentan las cuitas de Alyce Urquhart, estudiante universitaria de diecinueve años atrapada entre las redes -o las tenazas- del deseo de dos de sus profesores, dos hombres muy diferentes entre sí, pero hombres, al fin y al cabo, y por tanto más proclives a pensar en su propia conveniencia que en respetar la voluntad de una chica joven.

En la segunda historia, Miao Dao, una niña de doce años, Mia, hace frente al divorcio de sus padres, a la dificultosa pubertad y al acoso escolar/sexual refugiándose junto a una colonia de gatos callejeros, una forma de paliar su soledad y aferrarse a su infancia...

(No voy a contar más porque, como digo, ambas son novelas bastante cortas...)

Tal vez estas novelitas no sean lo mejor de la obra de Joyce Carol Oates, pero sí, me parece, una buena forma de introducirse en la misma, tanto por su excelencia narrativa como porque toca temas habituales en esta autora: la violencia contra las mujeres -y la violencia en general... De hecho, Oates tiene un ensayo acerca de por qué escribe sobre la violencia-, la compleja ambigüedad de los sentimientos humanos, la sensación de desamparo que puede y tal vez suele, atormentar a las jóvenes, la combinación de novela pegada a la realidad, el misterio r incluso cierto toque sobrenatural. En fin, todas buenas razones para iniciarse en el conocimiento de esta excelente escritora, le concedan el Nobel o no... Pero, por si acaso, no tardéis mucho en hacerlo ; )


Unos cuantos libros más de doña Joyce Carol reseñados: aquí

sábado, 28 de septiembre de 2024

Contrarreseña + Entrevista: Ciudad en llamas de Garth Risk Hallberg

Idioma original: inglés

Título original: City on fire

Traducción: Cruz Rodríguez Juiz

Año de publicación: 2015

Valoración: muy recomendable 

Más que ser una contrarreseña, veo esto como un buen pretexto para retomar esta novela e indagar un poco en las ideas de su escritor, Garth Risk Hallberg. Tengo que decir que la reseña original de este libro me parece excelente y concuerdo en muchas de las opiniones (incluso me tome la licencia de elaborar algunas pregutnas para la entrevista usando puntos que se tocan en la reseña, gracias, Francesc), por lo que, para evitar ser redundante, me limitaré solo a hacer pequeños apuntes (además de aportar mi opinión sobre los comentarios en la reseña original).

Para muchos escritores, incluidos los mismos norteamericanos, la literatura que se produce actualmente por esos rumbos ha dejado de ser lo que fue durante aquella esplendorosa época del siglo XIX y principios del XX (en palabras del escritor americano Jesse Ball, entrevistado en este blog, la mayor parte de lo que se escribe en Estados Unidos es basura). Podemos llegar al extremo de algunos escritores, como Carlos Fuentes, que aseguraba que la literatura en lengua inglesa ha ido en decadencia desde Shakespeare, llegando en ese momento a alcanzar su máximo potencial en cuestiones formales y estéticas (ya para qué mencionar el fenómeno BookTok o Bookstagram).

Tal vez el ruido del alud de publicaciones corrompe cualquier obra que se publique, y la relación señal/ruido se hace cada día más insignificante. He aquí un gran reto para los lectores, si es que quieren disfrutar de vez en cuando de lecturas excepcionales. A mi parecer, este libro vale la pena, y mucho. Se nota el trabajo y cuidado que se requirieron al escribir esta gran novela, en ambición y extensión. Aunque estoy de acuerdo de que la primera tal vez no fue lograda del todo.

Hay ciertos pasajes que sirven exclusivamente para mostrarnos algunos ángulos ocultos de los personajes, que no son del todo relevantes para la trama, pero que nos ayudan a entender un poco mejor sus motivaciones y reacciones ante ciertos eventos. Por ejemplo, el reportaje de los pirotécnicos o un ejemplar del fanzine de Samantha. Para muchos son fragmentos prescindibles, y que debieron ser eliminados para la edición final, pero quizá sean estos capítulos los que aportan una mayor profundidad a los personajes y enriquecen el tejido narrativo de la novela.

City on Fire es en definitiva una obra ambiciosa (tal vez demasiado) que, a pesar de sus excesos, ofrece una visión rica y detallada de una ciudad en constante transformación (una ciudad que en realidad podría ser cualquier ciudad). Risk Hallberg logra capturar la esencia de una era tumultuosa, utilizando distintos elementos narrativos para construir un collage (o un fresco, en palabras del autor) detallado de una ciudad caótica. Para mi, la maestría de Hallberg reside en su capacidad para tejer múltiples tramas y personajes de manera coherente, tomando en cuanta que hay mínimo 6 o 7 personajes que tienen un papel fundamental.

Sin duda, una lectura que merece el tiempo y la atención de aquellos que buscan más que una simple historia, sino una experiencia literaria más allá de una trama entretenida.

Por cierto, en 2023 salió una serie de televisión basada en el libro. Háganse un favor y no vean ni el trailer antes de leer el libro, les va a arruinar todo. Está culerísima.



Pueden ver la reseña original aquí: TochoWeek #6. Garth Risk Hallberg: Ciudad en llamas


viernes, 27 de septiembre de 2024

Hanif Kureishi. El regalo de Gabriel


Idioma original: inglés
Título original: Gabriel's gift
Traducción: Mauricio Bach
Año de publicación: 2001
Valoración: recomendable

Exponiéndome a que esta reseña merezca el subtítulo de lamento de boomer, habrá que reconocer que el modo de vida rock, tal como podía concebirse en 2001, ya no digamos en 1973, ahora nos resulta caduco y envejecido. A pesar de los denodados esfuerzos por mantener su espíritu vivo (aunque sólo sea eso), la actitud hacia la vida, contemplada como influencia del fenómeno, se encuentra en un receso absoluto e indisolublemente unida a algunas generaciones que ya han empezado a perder influencia en la dominación  global. El tiempo ha sido un canalla, por supuesto, pero también las costumbres y, en general, el modo de vida ya no occidental sino global, la urgencia, la oferta de entretenimiento, la pérdida de influencia anglocéntrica, las diferentes ambiciones, todo ha evolucionado de forma que el estereotipo, algo ingenuo y romántico, ha quedado desfasado. Por supuesto, la voracidad del capitalismo a la hora de asimilar y fagocitar aquello que puede ser explotado dentro de límites controlados. Creo que ya he mencionado en alguna ocasión esa banalización manifiesta a través de camisetas de Ramones, de Nirvana, de Guns'n'Roses. La admiración por un estilo musical reducida a una fase de la post adolescencia.

El regalo de Gabriel es una novela cuyo trasfondo es ya este escenario en decadencia. Gabriel es hijo de una pareja de viejas glorias, un adolescente que sueña con ser cineasta mientras convive con su madre, rodeada de hombres de poco fiar que vienen y van, separada de su padre, bajista de rock en paro tras un accidente en escena, pero que conserva, a pesar de su clara función de segundón, contactos con lo más granado del star system. Como Lester Jones, obvio trasunto de David Bowie o Marc Bolan, ése sí una gloria de alto nivel que regala a Gabriel un dibujo suyo, en una visita que este le hace junto a su padre. Para la pareja en desmoronamiento, saber de ese regalo representa una posibilidad de hacerse con algo de dinero, y la pugna patética por hacerse con el dibujo y poder venderlo como obvio fetiche de coleccionista los lanza a una inesperada carrera por hacerse con la atención del menor, que acumula no solo sus propios problemas, sino alguna situación curiosa: se comunica con su hermano gemelo ya fallecido.

Kureishi brega con un planteamiento algo forzado y cuyo recorrido se define demasiado pronto, con lo que su resolución no es exactamente el objetivo del libro. Como testimonio de esa generación a la que el nihilismo o los excesos parecen representar una justificación para todo un recorrido vital, hay que decir que El regalo de Gabriel acusa el paso del tiempo y nos sitúa en un universo de mitomanía y culto a un estilo de vida que hoy nos parece extemporáneo. Incluso desde una coartada de novela psicológica (la imagen del hermano fallecido solo puede explicarse así), la hipotética brecha generacional donde el hijo parece el más maduro del triángulo familiar no acaba de convencerme. En todo caso, su lectura desprende cierta calidez ligeramente nostálgica por la que no puedo sentir repulsa. Simplemente, el mundo ya no es así.

Sobre Kureishi en ULAD: aquí

jueves, 26 de septiembre de 2024

Florencia del Campo: Que tenga una casa

Idioma original: Español 

Año de publicación: 2024

Valoración: Recomendable 

Si vamos por el lado obvio, lo primero que nos vendrá a la cabeza será alguno de los centenares de libros en los que la casa, y qué se puede incluir en el concepto y de qué forma es otro tema, ocupa un lugar fundamental: Casa tomada, La casa verdeLa casa de Bernarda AlbaCasa de hojasSegunda casaIrse de casaCasas vacíasFormas de volver a casaetc.

Si rascamos un poco en la superficie y tiramos de memoria lectora, dos serán los libros que nos vengan a la cabeza: Siberia de Daniela Alcívar, también editado por Candaya, y Borderlands, editado por Capitán Swing). ¿Los motivos? Su carácter (semi)autobiográfico, su forma híbrida en lo genérico, su relación con el cuerpo, la autoría femenina (mujer migrante, además), etc.

El caso de que Que tenga un campo es un libro que juega con los géneros, ya que en el hay tanto de novela autobiográfica (¿o es autoficción?) como de relato o de ensayo, y que tiene, al menos en apariencia, cuatro patas que funcionan como planos paralelos: casa, cuerpo, familia y escritura. Digo en apariencia porque, parafraseando a Baroja, "pinta tu casa pero estarás pintando otra cosa". En este caso, esa otra cosa será la búsqueda de un sentido de pertenencia, de una identidad, de un asidero, de un lugar al que volver o del que huir, de un refugio que puede ser también lugar de aislamiento y soledad. 

Yendo a lo argumental, Que tenga un cuerpo es el libro que la autora escribe mientras trata de escribir un libro de cuentos relacionados con la historia de España y con la historia de su familia paterna a través de sus casas. Pero como esas humedades que van apareciendo poco a poco en las paredes, hay elementos que se filtran y van impregnando el libro: la historia personal, la reflexión sobre la infancia, la construcción de la propia identidad, del relato, etc.

Decía anteriormente que el libro posee un carácter híbrido, tanto en lo genérico como en lo temático. También en lo estilístico. Predomina en el comienzo la frase breve, cortante y el uso de la primera persona. A medida que el libro se abre a diferentes ámbitos, comienzan a intercalarse la primera y tercera persona (mención especial al capítulo 10), las frases se vuelve más "convencionales", se introducen citas, etc.

Para terminar, quizá la parte autobiográfica (¿o es autoficción?) no resulte ya sorprendente, y entiendo que pueda haber gente a la que llegue a cansar, pero creo que el libro coge vuelo cuando esa experiencia personal es utilizada para llevar el texto a lo colectivo y a una vertiente más cercana al ensayo. Me interesa mucho más y me parece más universal el plantearse, por ejemplo, qué es una casa, qué es lo propio y lo ajeno, qué sostiene una casa (y un cuerpo), etc.

P.S. 1: las reseñas de Siberia y de Borderlands llevan meses preparadas pero sin publicar. Mal hecho por mi parte, son dos muy buenos libros.

P.S. 2: justo hoy, mis padres finalmente firman la venta de la "casa de verano" de mis abuelos. Y aunque hace casi 10 años que no he pisado esa casa, vuelven de golpe imágenes de objetos (los geranios del balcón, la lámpara del salón...), personas que fallecieron hace más de 30 años, amigos de la infancia que sabe Dios dónde estarán ahora, etc.

miércoles, 25 de septiembre de 2024

Raúl Ariza: Trilogía elefantiástica

Idioma original: Español  
Año de publicación: 2024
Valoración: Está bien

La Trilogía elefantiástica compila varios textos (revisados para la ocasión) que se publicaron originalmente en las antologías de Raúl Ariza Elefantiasis (2010), La suave piel de la anaconda (2012) y Glóbulos versos (2014). 

Dichos textos son mayoritariamente relatos de dos páginas de extensión (ahora mismo sólo me vienen a la cabeza cuatro relatos que se alargan hasta las tres páginas), aunque también hay un puñado de poemas salidos de Glóbulos versos. Se ciñen a un registro realista (salvo "Crisis", que narra un fin del mundo inminente), comparten un estilo directo no exento de lirismo y abordan temas similares.

En general funcionan. Sin embargo, no todos lo hacen con la misma efectividad; a eso hay que sumarle que, leídos de corrido, son redundantes (pues exploran temas como la incomunicación entre seres humanos, la soledad, el deseo reprimido o la frustración existencial desde ángulos parecidos) y acusan ciertos vicios estilísticos que no me acaban de convencer (por ejemplo, poner algunas acotaciones de los diálogos en una nueva oración con la primera letra en mayúscula).

También reprocharía a los textos de Ariza que muchos de ellos podrían pulirse. Aquellos que tienen narradores en primera persona no siempre son del todo verosímiles; en "El ruido y el frío" o en "Superhéroe", por ejemplo, se me ocurren un par de ideas para que la voz de niño del primero, y la del narrador en tercera persona centrado en un niño del segundo, sean más convincentes. Asimismo, a los que se cierran con un giro les convendría buscar opciones más imaginativas, ya que en casi todos se revela al último momento una relación adúltera o un crimen pasional.

Así a groso modo diría que en La suave piel de la anaconda se hallan relatos más refinados del volumen. También los hay bastante buenos en Glóbulos versos, acompañados por unos interesantes poemas que actúan como contraparte.

Estos poemas de Ariza también son destacables, por cierto. Sin ser yo un admirador del género, admito que algunos de ellos me han llegado a conmover, en ocasiones incluso más que su versión narrativa. Es el caso, por ejemplo, de "El viajero imaginario", cuyos versos (probablemente asimilados perfectamente gracias al contexto que da previamente el relato del mismo nombre) comparto a continuación:

«Hice el petate
-cuatro cosas, tres poemas y algún sueño-
y me puse a caminar
Doblé dos esquinas que 
resultaron fronteras
y me adentré en selvas
vírgenes como mis 
sábanas
También me bebí vasos
llenitos de ríos con
caimanes y trepé
bordillos del tenor
de un Himalaya

Era ya tan viejo
cuando me anudé los 
zapatos para partir»

Para ir terminando querría mencionar que Trilogía elefantiástica parece haber recibido mimo tanto del autor como de Talentura, la editorial que la publica. Aunque, eso sí, criticaría a ésta última por recurrir a imágenes generadas con IA; no entraré en la ética de semejante proceder, pero diré que las ilustraciones obtenidas se antojan sumamente genéricas.

martes, 24 de septiembre de 2024

Claire Dederer: Monstruos

Idioma original: inglés 

Título original: Monsters. A Fan's Dilemma

Año de publicación: 2023

Traducción: Ana Camallonga

Valoración: entre recomendable y está bien

Como resulta obvio, este ensayo que nos ocupa hoy no va de Godzilla ni de la Cosa del Pantano, sino de artistas -entiéndase en su sentido más amplio; también escritores- que se comportan o han comportado alguna vez de forma reprobable; de hecho, la cubierta ya nos indica por donde van los tiros, porque el caballero que está haciendo el canelo con una máscara de toro (es decir, convertido en un monstruo clásico, el Minotauro) es uno de los más conspicuos, nada menos que el ínclito Pablo Ruiz Picasso. El subtítulo del libro ya nos lo deja claro, por otra parte: ¿Se puede separar al artista de su obra?, el no tan viejo como pueda creerse, pero siempre espinoso dilema que la escritora estadounidense Claire Dederer trata de dilucidar aquí. Veamos si lo ha conseguido... Ahora bien, como hay mucha tela que cortar, me voy a permitir utilizar el Método Patentado Oriol para reseñar libros. Primero, los aciertos de este ensayo, a mi entender:

  • La autora sigue el sistema de ir analizando uno por uno los diferentes elementos o actores del asunto, con el objetivo (o eso parece) de ir conduciéndonos poco a poco a una conclusión: el fan, la crítica, el genio, el "antimonstruo" -éste es Nabokov, a quien dedica uno de los mejores capítulos del libro- las "madres abandonadoras", etc.
  • Aborda el tema no desde una posición supuestamente ecuánime, elevada o académica, sino desde el reconocimiento de su propia subjetividad, que Dederer considera imprescindible para ejercer la crítica. De hecho, su interés por el tema viene de su devoción por el cine de Roman Polanski y Woody Allen, pese a los, como poco, censurables comportamientos de ambos con chicas menores de edad.
  • El análisis que hace de los diferentes aspectos de la cuestión a menudo está lleno de sutileza, a lo que contribuye, sin duda y en buena medida, no poco sentido del humor  y la empatía que le otorga ese punto de vista subjetiva que ya he mencionado.

Ahora bien, en cuanto a los puntos desfavorables del libro (que, en cierto modo, son los mismos que los favorables), también se pueden mencionar:

  • Justamente, esa subjetividad de la que hablo. Mejor dicho, el personalismo, la necesidad constante que muestra Dederer de ilustrar todas sus observaciones con anécdotas personales, por triviales que sean. Esto tiene su sentido e interés cuando, por ejemplo, nos habla de su experiencia como crítica de cine, pues resulta pertinente, pero, ¿qué más nos da lo que le dijera la camarera del local de crepes o una amiga mientras tomaban una copa de vino en el jardín de su casa? Porque tampoco es que estuviese charlando con Noam Chomsky, precisamente... Comprendo que la autora ha escrito antes libros memorialísticos (sic) y, además, existe esa costumbre norteamericana de tener que ejemplificar cualquier aserto con anécdotas propias, pero llega un momento que ya resulta excesivo e incluso ridículo.
  • Esa subjetividad -que tiene su cara positiva, repito- se plasma también en el claro sesgo ideológico y cultural  presente en el libro. Lo cual, en principio, tampoco tiene nada de malo, menos aún porque Dederer no lo oculta, pero ocurre lo mismo que con las referencias personales, que resultan un tanto excesivas. En este caso, Dederer deja bien claro su impronta liberal (ojo, liberal en el sentido norteamericano, es decir "progre", no "liberal de extremo centro" como se entiende aquí); lo mismo ocurre con el feminismo, algo que le alejan del asunto central del libro, esto es, si debemos separar o no la vida y la obra de determinados creadores debido a su comportamiento indigno y hasta criminal. Es lo que ocurre con el capítulo dedicado a la artista Ana Mendieta y su presunto asesino, su marido y también artista Carl Andre (en el caso de Ana Mendieta, también denota Dederer la sonrojante obsesión estadounidense por la clasificación racial, pues la califica como "artista de color" porque, claro,  era de origen cubano...). También, y aunque quizás no le corresponda por la edad, Dederer se deja llevar por la ola woke y le dedica un capítulo a la figura de J.K. Rowling; bien es cierto que además de aportar una interesante explicación de la animadversión de los fans hacia ella, no se ensaña demasiado con la autora de Harry Potter, tal vez porque piense que sus "pecados" no son comparables con los de los violadores de niñas o los maltratadores de mujeres, como Picasso (*).
  • Sin embargo, lo menos entendible del ensayo, en mi opinión, es que todo ese sistema de análisis que he mencionado y que nos las prometía muy felices acaba, a partir de cierto momento diluyéndose en ese aluvión de personalismo y derivaciones varias, quedando, en última instancia, la respuesta al Fan's Dilemma que menciona el título en inglés, cuando menos bastante difusa. Lo que viene a decir es que debemos asumir e incluso reivindicar nuestro amor por las obras creadas por personas que despreciamos, sin olvidar el motivo por el que son despreciables, pero asumiendo nuestra propia contradicción ("...el amor no depende del criterio, sino de la decisión de dejar el criterio de lado"). Lo cual podría parecer una respuesta muy madura y reflexiva al problema, si no cupiera cierta sospecha de que Dederer ha llegado a ella simplemente por ser incapaz  -o no tener ganas- de llegar a otra... Es decir, ¿se puede separar al autor de su obra? Pues ni sí ni no, sino todo lo contrario...

En todo caso, estemos o no de acuerdo con sus conclusiones, el asunto aquí es valorar este libro. Pues bien, siguiendo las premisas de Alessandro Manzoni, nada menos, para hacer una crítica y de las que propia Dederer extrajo el método que utilizaba cuando era crítica de cine, debemos preguntarnos cual era la intención de la autora, si esa intención es razonable y, sobre todo, si la autora ha logrado lo que pretendía. La respuesta a la primera cuestión parece clara, establecer un criterio para saber si podemos o no disfrutar de las obras artísticas realizadas por personas de comportamientos dudosos, deplorables o incluso claramente condenables. En segundo lugar, la intención, sin duda, parece razonable... Ahora bien, en cuanto a la tercera cuestión, ya digo que no creo que llegue a ofrecernos una conclusión nítida y categórica, sino que más bien, y siguiendo el tono subjetivo de todo el ensayo, lo deja al criterio personal de cada cual. Lo que no me parece tampoco mal, salvo que no sé si esa era la intención de su autora, desde un principio, o el resultado final de un proceso algo (bastante) divagante. Si en verdad era lo que pretendía, ella sabrá...

(*) Sé que me meto en un jardín bien frondoso, pero quiero aprovechar para expresar mi perplejidad sobre el hecho de que, al mismo tiempo (y en ocasiones por parte de las mismas personas) que se ha creado un consenso casi general en descalificar a J.K. Rowling a cuenta de sus opiniones sobre cierto tema (que no entraré a valorar aquí) asistamos a un reconocimiento también casi general de la figura de otro escritor cuyas ideas extraliterarias resultan no menos cuestionables (cierto es que quizás cada vez menos, por desgracia), como es H.P. Lovecraft, convertido ya casi en un icono pop... Yo me pregunto: ¿Se debe esta diferencia a que una está viva y el otro muerto? ¿A que una se haya hecho multimillonaria y el otro fuera pobre como las ratas? ¿O, siendo más suspicaz, a que una mantiene un control férreo sobre sus derechos de autor y la explotación de sus personajes, mientras los del otro son de dominio público, sus obras pueden ser reeditadas por cualquiera, monetarizada la fan-fiction y vendido el merchandising de sus criaturas? Que Cthulhu guarde a quien encuentre la respuesta...

lunes, 23 de septiembre de 2024

Heinrich von Kleist: La marquesa de O... y otros cuentos

Idioma original: alemán

Título original: Die Marquise von O…

Traducción: Carmen Bravo Villasante

Año de publicación: 1807-1810

Valoración: Recomendable


A decir verdad, la valoración también podría ser Intenso, por ejemplo, porque así es todo en nuestro amigo Heinrich von Kleist, lo mismo en su (corta) vida que en su obra. En el primer aspecto, se podría decir que encarnó en toda su dimensión el concepto de romanticismo, del que fue uno de sus más destacados representantes. Heinrich tenía ese gen que le hace a uno sentirse destinado a escribir el libro definitivo, alcanzar el absoluto, llegar al último límite en todo lo que tiene que ver con las emociones, vivir la vida en toda su intensidad sin cálculo alguno, y morir en la forma que a todos se nos ocurre cuando hablamos de un personaje semejante. El fracaso de sus obras y el desprecio de sus contemporáneos son otros de los elementos que resultan inevitables en su trayectoria de autor atormentado y obsesivo, de manera que solo muchos años después de muerto empezó a apreciarse el valor de su obra. Vamos, que perfectamente puede decirse que su propia vida hubiera sido su mejor novela.

Hay que reconocer que tampoco sorprende que su prosa no agradase mucho a público y crítica. Escribe Kleist de forma un poco torrencial, con un manejo extraño de los signos de puntuación y un desequilibrio visible en el ritmo, que se remansa largamente hasta paralizar la acción y acelera de repente para acumular hechos que a veces se presentan fugaces o terminan absorbidos por una elipsis. Y sin embargo no deja de tener su gracia, como a veces ocurre con este tipo de escritores poco académicos, de estilo digamos libre, cuya forma de escribir parece transmitir sin filtros toda la pulsión que llena su cabeza y su corazón. No será una lectura exactamente placentera, pero sí deja una agradable sensación de frescura y sinceridad. Eso sí, hace doscientos años probablemente no se apreciaban estas virtudes de la misma forma.

También el contenido de los relatos explica por qué no fueron apreciados en su época. Esa intensidad que apuntaba como seña de identidad está del todo presente en la narración, en especial en La marquesa de O…, que debió escandalizar a las mentes bienpensantes de la época. La marquesa, viuda de buena posición social, está embarazada, y defiende por activa y por pasiva que no ha tenido relación alguna que pudiéramos establecer como origen de tal estado. Aunque no se explica la situación, la marquesa tampoco es estúpida y, con objeto de restablecer en lo posible su honor, anuncia en el periódico, de forma ingenua y bastante sorprendente, que se casará con el hombre que afirme ser el padre. Por supuesto ella recibe el repudio radical de su propia familia, en especial del severo padre, y por ahí asoma lleno de intenciones un cierto conde ruso perdida y un poco misteriosamente enamorado de la marquesa. Todo un extraño drama en el que no faltan algunas reacciones inexplicables de los personajes, un elemento chocante aunque de cierto atractivo que abunda también en el resto de relatos.

El amor, siempre sujeto a avatares complejos, es también el núcleo de otros dos cuentos, sorprendentemente situados en escenarios más bien exóticos para la época: el terremoto de Chile (imagino que el de Valparaíso de 1730) y la revolución haitiana de finales del XVIII. Amores arrebatados y profundos son sometidos a condiciones extremas, mezclados con tragedias y convulsiones sociales, y difícilmente van a terminar de forma feliz. Parece que siempre triunfa el mal: crímenes e imputaciones injustas se imponen a los sentimientos solidarios de los chilenos frente a la tragedia, y el odio y una violencia feroz ensombrecen las intenciones puras de los enamorados en el escenario brutal de la revuelta de los negros en la colonia francesa. Este relato, inocentemente titulado Los desposorios de Santo Domingo, aunque no tiene la sutileza de La marquesa de O..., me parece el mejor construido desde el punto de vista narrativo, con una progresión bien desarrollada, ingredientes de terror y suspense, y enredos y malentendidos de novela romántica. 

Menos relevante me parece La mendiga de Locarno que cierra el libro, un pequeño cuento con aires de misterio que trae a la memoria el episodio inicial que desencadena La bella y la bestia (versión Disney), quedando la duda de si Kleist pudo ser su inspiración, o fue él quien a su vez recogió la influencia de relatos más antiguos.

En todo caso, un pequeño librito que se lee en un pispás, con un prólogo bien interesante y muy adecuado para conocer el romanticismo literario alemán en carne viva.


domingo, 22 de septiembre de 2024

Quim Monzó: Cómo triunfar en la vida. Edición de Julià Guillamon


Idioma original:
 catalán

Título original: Com triomfar a la vida

Año de publicación: 2009

Valoración: muy recomendable

Hace muy pocos días que Quim Monzó anunció su intención, parece que definitiva ('me he hartado"), de dejar de publicar sus colaboraciones en prensa, sus artículos, un puñado al mes, donde desplegaba su análisis punzante y su verborrea suavemente corrosiva y que, en muchas ocasiones eran de lo que más valía la pena en muchas ediciones diarias. De hecho, el grueso de su obra más reciente pasaría por ser una recopilación de sus textos en corto formato todavía inexistente y los incondicionales habremos de conformarnos con esa rememoración, con mantener la esperanza de que ese retiro permita que se decida a acometer nuevos relatos o, ya sería la caraba, una novela.

Cómo triunfar en la vida no funciona nada mal como paño de lágrimas. Para los mitómanos, es un excelente acercamiento a todo el hábitat que gestó al autor. Es un libro repleto de material gráfico del más distinto pelaje. Se reproducen desde algunas cartillas escolares con sus notas, hasta algo de su trabajo como diseñador gráfico antes de que centrara su existencia en la escritura, disponemos de imágenes de ese corpulento joven greñudo, un kumbayà ligeramente disidente como ha demostrado, y por supuesto el texto, lleno de profusas colaboraciones de distintas personalidades que, más que ensalzar su obra - cosa no necesaria - desmenuzan su chispeante trayectoria como personaje público omnipresente en los medios catalanes, deteníéndose por supuesto en una de sus facetas más brillantes: la capacidad de reírse de uno mismo, a nivel individual y colectivo. Muy importante que uno pueda ver sus propios actos y pueda definir algunos como patéticos. Muchos deberían aprender y no me hagáis decir nombres. En este sentido, aunque a alguno se le escape el tono panegírico - hace quince años, imaginaos ahora - todos convienen en alejarse de la adulación excesiva. Aún hoy, de su actividad en Twitter puede deducirse que Monzó puede haber echado el freno en cierto nivel de producción, pero que su cabeza es una locomotora desbocada que absorbe y procesa información de lo que sucede a su alrededor.

Hay extractos de sus obra de referencia, hay amagos de críticas a la evolución de su estilo, de sus actitudes hacia el mundo, de ese desvergonzado reconocimiento de ciertos excesos que han empujado a su parte creativa a mantener esa actitud (de la que veo parangón en muy pocos escritores) ácida y mordaz con todo quisqui. Si te gustaba Monzó, Cómo triunfar en la vida es una orgía para los sentidos. Si no lo conocías, es una descabellada invitación a curiosear (¡palabra pentavocálica!) en su obra. Si hasta ahora no te gustaba, pues bueno, pues adiós.

Otras obras de Quim Monzño reseñadas en ULAD: aquí

sábado, 21 de septiembre de 2024

Nita Prose: El huésped misterioso

Idioma original: Inglés 
Título original: The mistery guest
Año de publicación: 2023
Traducción: Ángela Esteller García
Valoración: Está bien

50 Phil Ochs fans can´t be wrong. Esta frase aparecía en la contraportada del disco de grandes éxitos de Phil Ochs y lo hacía como homenaje (sui generis, eso sí) al disco de Elvis Presley 50.000.000 Elvis fans can´t be wrong. 

Extraño comienzo para una reseña, ¿no? No tanto, amigos, porque uno no puede dejar de sentirse "bicho raro" cuando ve en la faja de El huésped misterioso que la novela se ha llevado el Premio Goodreads al mejor libro de misterio y que ha tenido más de 2.000.000 de lectores en todo el mundo (añado que tiene 104.314 "ratings" y 11.802 "reviews" en Goodreads). ¡Y yo en mi burbuja de yugoslavos raros y argentinos modernitos! Toca "bajar al barro", quitarse las gafas de pasta y mezclarse con el populacho lector para ver si la cosa es o no para tanto.

En lo argumental, la premisa del libro es el fallecimiento, momentos antes de realizar un importante anuncio en el hotel Regency Grand, de un famoso escritor de novelas de misterio. Casualmente, allí trabaja Molly Gray, camarera, detective amateur y narradora de la historia, quien hará gala de una perspicacia que ríanse ustedes de Jessica Fletcher o Miss Marple (la referencia british no es baladí) para resolver el entuerto. Para ello, la autora se sirve de dos tiempos que permiten la introducción de variables temáticas ajenas, en apariencia, a la trama principal.

Estandarte del cozy crime contemporáneo (ya sabéis, asesinatos sin vísceras y con un ligero toque humorístico), Nita Prose sabe mezclar los ingredientes para hacer de su receta un best-seller instantáneo: un estilo sencillo y directo, ritmo ágil, diálogos y personajes por lo general aceptables, tensión sostenida e introducción de temas más o menos actuales que acompañan a la trama principal son los pilares sobre los que se sustenta una novela muy para todos los públicos (casi de 0 a 99 años, vaya) que, pese a evidentes debilidades, se sostiene con dignidad en lo literario.

Entre esas debilidades debemos citar cierta sobreadjetivación en las partes más descriptivas, algún que otro personaje demasiado estereotipado o las excesivamente empalagosas menciones a la relación de la narradora con su abuela o con su pareja.

Por tanto, El huésped misterioso es una novela que, pese a lo anterior, cumple con lo que promete: entretiene, engancha y sirve para pasar unas tardes de lo más agradable. Suficiente o no, eso ya es cuestión de gustos y lectores.

viernes, 20 de septiembre de 2024

Lola Olufemi: Feminismo interrumpido. Reventar el poder

Idioma original: inglés
Título original: Feminism, Interrupted: Disrupting Power
Traducción: Josefina Caball en catalán para Raig Verd y Laura Estefanía en castellano para Rayo Verde
Año de publicación: 2023
Valoración: recomendable

Siempre es interesante ampliar conocimientos acerca de las desigualdades existentes en nuestra sociedad ya sea en conceptos de racismo, feminismo, capitalismo, etc. Y, a menudo sucede, que todos estos conceptos van ligados, porque la opresión siempre va dirigida a las partes más vulnerables de la sociedad y acostumbra a ir de arriba a abajo en la escala social.

Este ensayo escrito por la feminista y activista Lola Olufemi parte de la idea de remover consciencias y hacernos reflexionar acerca de la sociedad que tenemos y la que podríamos conseguir. Ya la propia autora indica este propósito afirmando en la introducción que «este libro se dirige a cualquier persona que haya empezado a pensar de manera crítica (…) Espero que este libro os haga pensar en los límites de este mundo y en las posibilidades de los mundos que podemos crear conjuntamente». Así, esta mirada crítica que defiende y practica la autora, también la dirige hacia su propio movimiento, hacia el feminismo que de manera conceptual ella defiende, pero que choca de manera frontal con el racismo y las desigualdades entre etnias. Tal es así, que confiesa sin tapujos que «yo veía que las mujeres negras eran excluidas del concepto de feminidad, según la definición que hacía la supremacía blanca, y que las personas que quedaban al otro lado de estas fronteras sencillamente no existían a ojos del feminismo convencional. Empecé a entender hasta qué punto el espíritu rebelde y desafiante que me habían infundido las feministas que admiraba estaba determinado por factores de raza y clase». Esta denuncia sobre la corriente feminista dominante es algo que no siempre está en el debate pero que es importante destacarlo, y es algo que recuerda mucho a Nikki Kendall y su libro «Feminismo de barrio» donde este concepto era un tema central en su ensayo. Por ello, el libro está rodeado holísticamente de la interseccionalidad, «el prejuicio derivado de la intersección de las ideas racistas y otras formas de intolerancia, como el sexismo, el clasismo, el etnocentrismo o la homofobia» (parafraseando a Ibram X. Kendi en «Marcados al nacer. La historia definitiva de las ideas racistas en Estados Unidos»).

La autora critica de manera frontal el sexismo, un sexismo que va más allá de las conductas o pensamientos individuales pues está impregnado de manera estructural en los organismos y estructuras gubernamentales. Por ello afirma que «cuando las feministas tildan el estado de ‘sexista’, quieren decir que la provisión estatal, la asignación de recursos y la manera como se hace la supervisión refuerzan la opresión de género restringiendo la libertad de las mujeres». Este sexismo también está presente en la legislación que pretender combatirlo ya que, en cuanto a las leyes protectoras contra la violencia doméstica, la autora afirma que «la cuestión más urgente para las supervivientes no es que sus agresores vayan a la cárcel, sino que haya una red de protección de la cual se puedan fiar y que les permita salir de situaciones abusivas. Necesitan albergues, vías para una estabilidad económica y asistencia social adecuada». Así, no únicamente critica la mentalidad sino como esta rige el día a día, como las prioridades están en otra parte, acertando plenamente en su cuestionamiento sobre la utilidad de un estado en los que sus intereses no se dirigen hacia los desfavorecidos, preguntándose: «¿de qué sirve un país que se niega a situar las necesidades de la ciudadanía antes que el progreso capitalista?».

Otros focos del libro son su denuncia hacia las terfs y su falso feminismo, así como las trabajadoras sexuales y de cómo el sexo se utiliza como una forma de abuso de poder, la poca cobertura que tienen en cuanto a seguridad física y social y la necesidad de replantear el sistema penal y carcelario pues «creer en las prisiones presupone que son neutrales des del punto de vista racial (…) que ayudan a rehabilitar los delincuentes y a reparar el agravio sufrido por las víctimas». Así, aboga (mencionando a Angela Davis) por la abolición de las prisiones y por dedicar recursos y orientar la sociedad hacia cuestionar y cambiar aquello que empuja a las personas a delinquir, con la intención de «encontrar la manera de crear las condiciones para transformar las relaciones que son causa del delito». También la autora habla de la religión y de su influencia, así como de la crítica fácil que se hace desde fuera especialmente hacia las mujeres musulmanas pues «raramente son consideradas individuos el cuerpo de las cuales es necesario proteger, cuidar o tener en cuenta en los debates feministas. Se habla en nombre de la mujer musulmana, pero no se habla de ella: se lo imponen, la invaden, la diseccionan: raramente es tratada como un ser humano autónomo, la libertad de la cual merece ser comprendida en sus propios términos. Cuando en los medios de comunicación se habla de las mujeres musulmanas, son caricaturas vacías o víctimas que sufren bajo el control patriarcal del padre o los hermanos. Necesitan constantemente que las salven: de ellas mismas, las unas de las otras, de ‘países atrasados’».

Cabe decir que parte del libro tiene una mirada centrada en Gran Bretaña (país donde nació u reside la autora) por lo que en algunos casos los ejemplos planteados no coinciden en su totalidad con lo que sería aplicable en otros países y hace que en algunos casos la lectura pierda algo de interés, aunque, en cualquier caso, se trata de un libro interesante pues ayuda a ampliar la mirada sobre el feminismo, así como para recordar conceptos que en algunos casos ya conocíamos o intuíamos. 

Dice la autora que «si este libro os empuja a elegir algún otro o a mirar un documental, buscar en el archivo, coger un libro de poesía —si os enciende u os reaviva el interés por el feminismo—, habré conseguido mi objetivo». Y este es un sin duda un objetivo que, a través de esta reseña, comparto con ella.

jueves, 19 de septiembre de 2024

Issei Eifuku y Taiyō Matsumoto: Takemitsu Zamurái

 Idioma original: japonés

Título original: 竹光侍 (Takemitsuzamurai)

Traducción: Marc Bernabé

Año de publicación: 2006

Valoración: muy recomendable

Descubrí este cómic en una exposición sobre la representación de escenarios de Tokio en medios audiovisuales. Generalmente, por regulaciones comerciales, cuestiones de privacidad o pura conveniencia, los escenarios que aparecen en los cómics suelen ser genéricos. Sin embargo, en algunos casos, los escritores y dibujantes se dan a la tarea de plasmar fielmente los paisajes donde se desarrolla la acción. Uno de los casos notables es el de Kimi no na wa (Tu nombre), donde la aparición de escenarios reales motivó el peregrinaje a las locaciones del anime. De igual manera, Issei Eifuku nos muestra los paisajes y el estilo de vida de la capital del Japón feudal, al estilo de los cómics "slice of life" o de las novelas de época (時代小説), muy populares en Japón.

En este escenario, se nos presenta la historia del ronin Senō Sōichiro, recién llegado a la capital. A diferencia de otras historias de samuráis, la personalidad de Sōichiro diverge de la filosofía estoica del bushido. En contraste con otros samuráis de cómic como Musashi de Vagabond o Battōsai de Rurouni Kenshin, él busca una vida más rutinaria en su nuevo hogar, como se evidencia por el abandono de su katana, que ha derramado mucha sangre, en favor de una vara de bambú, algo indigno de un samurái.

La trama al inicio me recordó a la película A History of Violence, protagonizada por Viggo Mortensen, donde el protagonista entierra su pasado de violencia para crearse una nueva vida, apacible y corriente. De igual manera, el pasado de Sōichiro es un misterio que se va revelando a lo largo de los tomos, representado en ocasiones por la aparición de una mujer tuerta, el espíritu de su antigua katana asesina. La historia se desarrolla con un ritmo pausado pero cautivador, permitiendo que los personajes y sus relaciones evolucionen de manera orgánica. Hay también muchos diálogos reflexivos, ofreciendo una introspección en las motivaciones y conflictos internos de los personajes. La combinación de momentos de calma con escenas de intensa acción crea un equilibrio que te mantiene enganchado.

Otro punto fuerte (para algunos, el más fuerte) es el dibujo. Nada que ver con lo que se nos viene a la mente al escuchar la palabra "manga". Los trazos fuertes, a veces un poco descuidados, transmiten dinamismo en las escenas de acción; los trazos finos, delicadeza y serenidad. Las posturas y facciones distorsionadas se ajustan a la personalidad de los personajes. La exageración de la distorsión de la proporción y la perspectiva llega incluso a semejarse al cubismo (un guiño al Guernica nos indica que esto fue hecho con toda la intención). Las sombras aprovechan al máximo el monocromo característico del cómic japonés, mientras que la acuarela de las viñetas a color evoca el estilo del ukiyo-e.

En conclusión, Takemitsu Zamurái es una obra que combina una narrativa intrigante con un estilo artístico único, ofreciendo una visión fresca y profunda de las historias en el Japón feudal. Es una lectura imprescindible para quienes buscan algo más que una historia de samuráis convencional y desean sumergirse en una experiencia visual y emocionalmente enriquecedora.






miércoles, 18 de septiembre de 2024

VV.AA.: Afusellats. 4 relats modernistes

Idioma original de los relatos: Catalán
Año de publicación del volumen: 2021
Valoración: Está bien

Afusellats compila cuatro relatos modernistas de distintos escritores catalanes. En todos ellos se exploran los recovecos más bestiales del alma humana. Aunque su estilo a día de hoy pueda parecer algo anticuado, dilatado y redundante, ni su léxico en desuso llega a confundir ni el interés de sus argumentos se ha erosionado en demasía.

En "La bufetada" (1884), de Narcís Oller, un carnicero siente que su rol de hombre de la casa se ve amenazado por su esposa, una mujer humilde que ha logrado montar un próspero negocio. Debo admitir que el giro final de este relato, sin ser particularmente original, me sorprendió al eludir la dirección más obvia.

En "Dia de sentència" (1906), de Raimon Casellas, una masa compuesta por gente de todas las clases sociales se une para contemplar la ejecución de un bandolero. El relato arremete con un sarcasmo no exento de repugnancia contra los instintos más bajos del ser humano y contiene, como de refilón, críticas tanto a las multitudes sedientas de sangre como a las autoridades y su implementación a veces arbitraria de la justicia.

En "Carnestoltes" (1907), de Víctor Català, una marquesa anciana y paralítica no se percata de que está enamorada de su fiel criada hasta que resulta demasiado tarde. La prosa de este relato es, con diferencia, la más depurada del conjunto. A eso hay que sumarle otras dos virtudes: la valentía de tocar el tema lésbico en su época, sin demonizarlo ni edulcorarlo en el proceso, o la crueldad de su trágico desenlace.

En "L’afusellat" (¿?), de Marian Vayreda, un hombre intenta sonsacar al guía que lo acompaña durante el trayecto en mula de Olot a Vic la historia detrás de su apodo. Me hubiera gustado que este relato enfatizara más ese elemento fantástico que apenas insinúa. En cualquier caso, es innegable que funciona, especialmente ciertas descripciones frenéticas de su clímax.

Resumiendo: Afusellats es una antología recomendable para los amantes del modernismo catalán, o para aquellos curiosos que deseen catarlo en un formato asequible. 

También querría alabar las ilustraciones de Cesc Pujol que adornan este volumen editado por Lapislàtzuli. Y es que me gustan su combinación de acabados detallados con otros más abocetados, la expresividad de los personajes que en ellas aparecen y, sobre todo, los ángulos y composiciones por los que optan. Destacaría especialmente las dos que acompañan el relato "Carnastoltes" a modo de evocadora secuencia gráfica.

martes, 17 de septiembre de 2024

Mario Vargas Llosa: Los cachorros

Idioma original: español

Año de publicación: 1967

Valoración: imprescindible

Por muy desorientada y mediática que haya sido últimamente su existencia, aquí reseñamos libros y no vida y milagros de sus autores. 
Los cachorros, novela corta, cortísima (entonces, intensísima) es una maravilla absoluta. Cuarta novela de su autor, en absoluto obra de tanteo, sino más bien obra de confirmación, totalmente consciente, por lo que todas sus intenciones son manifiestas y no nos encontramos ante un experimento de concisión, sino ante una obra premeditada.

Y qué joya: vaya por delante que el ejemplar leído alcanza las cien páginas de las que más de la mitad la constituyen (clásico en las ediciones de Cátedra) una extensa introducción incluyendo bibliografía - que leeré tras esta reseña para evitar ser condicionado - más un nutrido grupo de notas a pie de página con explicaciones tanto sobre los localismos empleados - alguna aclaración necesaria, muchas de ellas fáciles de comprender en función del contexto - por lo que el texto original, desnudo de complementos, debe estar sobre las cuarenta y cinco o cincuenta páginas. Pero vaya texto: perfecto desde todos los ángulos. Los cachorros sigue las correrías de un grupo de niños peruanos, cada uno de ellos provisto de su curioso apodo o mote, que (aquí todo es elipsis, glorioso elipsis) no siempre es explicado, aunque sí, relativamente, el del protagonista, el Pichula Cuéllar, figura que aporta el pretexto para la patada inicial del relato, pues se le da entrada en el primer párrafo, que ya aporta todo el regusto de la novela: concisión, urgencia, cambios súbitos, hasta en la misma sentencia, de sujeto y tiempo verbal, cada frase necesaria para el contexto, y apenas media docena de líneas de la novela: 
"Todavía llevaban pantalón corto ese año, aún no fumábamos, entre todos los deportes preferían el fútbol y estábamos aprendiendo a correr olas, a zambullirnos desde el segundo trampolín del Terrazas, y eran traviesos, lampiños, curiosos, muy ágilos, voraces. Ese año, cuando Cuéllar entró al Colegio Champagnat."

Lo lógico sería que muchos se lanzaran a por esta novela simplemente por lo que este resplandeciente inicio presagia, pero continúo, para los escépticos. La trama, ese recorrido vital del grupo de muchachos, de cachorros, desde sus correrías de patio de colegio hasta sus primeros escarceos con la madurez, el descubrimiento de la sexualidad, sus opciones vitales y las tentaciones en que caen, sus estudios, su futuro, sus decisiones u omisiones. Esa es, básicamente, la trama y el que pueda no tener nada de nuevo - novela coral, ejemplo no moralizante de los distintos caminos que puede ofrecer la vida - no significa que ese camino no sea placentero y fascinante. El lenguaje, vivaz, nervioso, plagado de localismos peruanos y sudamericanos, sólo hace que aportar un éxtasis adicional y se convierte en un personaje más, delicioso contemplar su evolución y deliciosa esa irrupción - espero que constante e inacabada - de términos nuevos,  de gloriosa corrupción que desafía anquilosamiento y provoca sin vergüenza a toda almidonada institución que pretenda, aún hoy, limitar y protocolizar. Los personajes, que la concisión de la novela apenas permite más que retratar en trazo grueso y precipitado, acaban resultando familiares y cercanos, modestos iconos que retratan tanto el íntimo entorno de las amistades tejidas en la convivencia escolar como el entramado social. En fin, la novela es un emblema, un modesto emblema ya que no suele relacionarse entre las obras cumbre de su autor - sitio reservado a proyectos de mayor extensión- pero un  significativo ejemplo de como en literatura el minimalismo y la concisión no son para nada sinónimos de racanería o volatilidad. 

Reseñado de Vargas Llosa en ULAD: aquí



lunes, 16 de septiembre de 2024

Zoom: Conversaciones sobre la escritura por Andrea Camilleri Y Manuel Vázquez Montalbán

Idioma: italiano

Título original: Dialoghi

Año de publicación: 2021

Traducción: Ernesto C. Gardiner

Valoración: recomendable, sobre todo para fans

Existe un particular género de libros que creo tiene más predicamento en Italia que en otros países (al menos, son italianos los ejemplo que yo conozco) que es el de los diálogos con o entre escritores. En algunos casos, se trata de periodistas u otros autores hacen ua se vuelve na larga entrevista a un colega con el objetivo declarado de publicarla como libro; en otros, como es el caso, se trata de la transcripción de conversaciones, más o menos públicas, entre escritores, como las que se producen en un festival literario, para solaz de sus asistentes o auspiciadas por algún medio de comunicación. Lo ideal, claro está,  es que los participantes en la conversación tengas cosas interesantes y si además se conocen de antes y se llevan bien, se vuelve mucho más fluida.

Eso es lo que pasaba con Manuel Vázquez Montalbán y Andrea Camilleri, que eran amiguetes, lectores mutuos y admiradores recíprocos de la obra del otro - de hecho, es bien sabido y además lo cuenta en este libro, Camilleri le puso Montalbano a su personaje más conspicuo en honor del escritor catalán-; no sólo eso: ambos compartían ciertas circunstancias biográficas, como si origen "periférico" dentro de sus respectivos estados, haber crecido bajo una dictadura fascista y una militancia comunista común. Y, sobre todo, una concepción de la novela negra "mediterránea", diferente en algunos aspectos de la tradición anglosajona o la escandinava 

En las cuatro conversaciones recogidas en este libro -quizá tres, en realidad, pues las dos últimas tuvieron lugar el mismo día y podemos considerarlas como continuación una de la otra- , llevadas a cabo entre 1998 y 2000, disertan sobre todos estos temas y otros más-; desde su formación literaria, su identidad cultural o, cómo no, su afición a la gastronomía, que ha trascendido a sus personajes. He de señalar aquí, por querencia personal, las menciones que hacen a un referente común, también cultivador de la novela policíaca "mediterránea", aunque con un sentido más político: el maestro Leonardo Sciascia. La primera de las conversaciones,  por otro lado, tuvo lugar durante un festival literario en Mantua y por ello cuenta con el interés añadido de algunas preguntas por arte del público (como la inevitable de por qué Carvalho quemaba libros... De hecho, un libro al día ; )

En fin, que se trata de un librito rápido de leer y muy interesante, sobre todo para los muchos seguidores/ as de la obra de estos dos grandes escritores,  ya desaparecidos, y, en los tiempos que corren, a menudo recordados. 

Otros muchos títulos de Andrea Camilleri reseñados en Un Libro Al Día: aquí

Y también unos cuantos (no tantos) de Vázquez Montalbán: acá

domingo, 15 de septiembre de 2024

Iris Owens: Después de Claude

Idioma original: Inglés
Título original: After Claude
Año de publicación: 1973
Traducción: Regina López Muñoz
Valoración: Recomendable

La importancia de una primera frase (He dejado a Claude, la rata gabacha) y de las primeras páginas de un libro para agarrarte de las pelotas y para dar el tono de lo que encontraremos en las siguientes páginas. Sirvan dos ejemplos:
El taxista, con todo el odio de su corazón, pisó el acelerador y nos precipitamos Broadway abajo como si transportáramos una bolsa de plasma a una decapitación.

(...)  soy en esencia una persona desenfadada que trata de verle el lado cómico a este circo de engendros llamado vida (...)

Son solo dos ejemplos de la voz que dominará buena parte de una novela que tiene ecos, cómo no, de La conjura de los necios y de un Woody Allen puesto de ácido hasta las gafas. Porque Harriet es una narradora cáustica, desinhibida, hipocondríaca, afilada y malhablada que nos cuenta su versión de la relación y ruptura con la rata gabacha.

Pero cuidado que, aunque en el párrafo anterior hablo de novela, Después de Claude tiene mucho de obra de teatro, tanto por estructura (tiempos, escenarios, "escenografía", etc) como por la presencia e importancia de los diálogos.

Sea como fuere, la primera parte de Después de Claude tiene un ritmo endiablado. Diálogos punzantes y humor negro y absurdo se combinan para que vayan asomando risas y carcajadas que, con el paso de las páginas, quedarán congeladas ya que surgirán las dudas sobre la fiabilidad de la narradora, sobre posibles percepciones alteradas de la realidad.

La segunda parte, por contra, supone un cambio importante. No porque el ritmo decaiga sino porque el humor queda a un lado y Harriet se ve envuelta en una trama que trae a la cabeza a la simpática Familia Manson, medium jeta y psicodélico incluido, y que parece haber sido escrita por el William Vollmann de La familia real.

No diré que esta segunda parte sobre ya que forma un todo coherente, pero sí que el cambio en el tono es tan radical, sobre todo con las primeras 75-100 páginas, que si el libro hubiese terminado al concluir la primera parte de libro me habría quedado con otro sabor de boca.

sábado, 14 de septiembre de 2024

J.R.R. Tolkien: La historia de Kullervo

Idioma original: inglés
Título original: The Story of Kullervo
Traducción: Martin Simonson
Año de publicación: 2010 (escrito en 1914-15)
Valoración: Recomendable para interesados (pero muy interesados)


Aunque el título de la entrada indique otra cosa, este libro que tenemos entre manos no es exactamente La historia de Kullervo ni su autor es J.R.R. Tolkien. O, mejor dicho, no es solo ese relato, obra desde luego del afamado autor inglés, sino más bien un estudio, un ensayo de Verlyn Flieger en torno a ese texto, que lo incluye íntegramente para después analizarlo con mucho detalle desde distintos puntos de vista. Algo así como algunas ediciones de Cátedra, donde el análisis es tan amplio y exhaustivo que casi arrincona el propio texto original.

Por lo visto Tolkien escribió La historia de Kullervo entre 1912 y 1916, es decir con alrededor de veinte años. Por esa época Tolkien había conocido la colección de antiguos cuentos finlandeses conocida como Kalevala, compilada por un tal Elias Lönnrot (por cierto, ¿no hay un personaje de Borges con ese mismo apellido?), texto que le impresionó hasta el punto de intentar aprender el idioma para leerlo en el original. No parece que tuviera mucho éxito en esa empresa, pero lo que sí hizo el joven Tolkien fue reinterpretar la epopeya convirtiéndola en un cuento, que es justamente el que luce en el título.

Desde el punto de vista lector, el relato no tiene un interés especial. En una de esas tragedias familiares, el padre de Kullervo es asesinado por Untamo, el malvado tío del joven, que posteriormente lo esclaviza y le hace objeto de diversos ultrajes, de los que el protagonista sale victorioso merced a sus poderes sobrenaturales. Tras diversas vicisitudes, que incluyen un incesto involuntario, conversaciones con una espada mágica y un plan para vengar al padre, el cuento queda inacabado.

Como Tolkien es todavía un escritor un poco verde, la recreación del mito de Kullervo es más bien un ejercicio de estilo, como para irse fogueando en los ambientes míticos que más tarde iría creando. Lo más interesante es quizá la tipificación del personaje que, lejos del héroe esperable en una epopeya, es un individuo torvo, físicamente poco agraciado, violento e incapaz de un sentimiento elevado. Por lo que conocemos más adelante, esta caracterización es una de las aportaciones más significativas del autor a las leyendas originales.

El resto del libro, como digo, es un trabajo entiendo que bastante concienzudo en torno a este relato y su significado dentro de la obra del autor. Se incluye una segunda versión del mismo texto, así como dos conferencias de Tolkien sobre el Kalevala (también muy similares entre sí), y numerosas y muy detalladas anotaciones sobre los distintos personajes, su relación con el original, las variaciones introducidas o los parentescos con el quenya, lengua que inventaría tiempo después. Igualmente, buen número de referencias a posteriores obras del autor británico, en especial El Silmarillion (ver enlace abajo), que al parecer están directamente influenciadas por la lectura de las leyendas finesas y el trabajo previo sobre Kullervo. También sabemos que Tolkien echaba de menos una mitología propiamente inglesa, y así se decidió a crearla él mismo a partir de diversas fuentes geográficamente cercanas, hasta concebir el espectacular ciclo de la Tierra Media que todos más o menos conocemos.

De forma que al relato en sí seguramente no le encontraremos demasiado atractivo, ni tan siquiera como mero entretenimiento, y el trabajo de Flieger, no obstante su alto grado de detalle y su posible valor como estudio de la obra de tan famoso autor, difícilmente creo que llegue a satisfacer al lector estándar. Así que si no es usted un apasionado, o mejor, un completista de Tolkien, igual es mejor que opte por otra lectura.  

 
Las principales obras de J.R.R. Tolkien reseñadas en ULADEl Silmarillion, El señor de los anillos, El hobbit

viernes, 13 de septiembre de 2024

Brandon Sanderson: Elantris

 Idioma original: Inglés

Título original: Elantris

Traducción:  Manuel de los Reyes García Campos

Año de publicación: 2005

Valoración: prescindible

No esperaba nada de este libro y aún así logró decepcionarme.

Leer un buen libro requiere un esfuerzo intelectual. En parte, ese esfuerzo hace más satisfactoria la lectura una vez terminada, así como también la enriquece con nuestra interpretación y análisis. No se diga con aquellas obras donde se requiere tomar decisiones o mantener un registro de los eventos, como Cien años de soledad.

Dicha tarea puede llegar a ser agotadora. Por lo que de vez en cuando uno recurre a lecturas más ligeras para mantener engrasada la máquina. Historias entretenidas, emocionantes, intrigantes… pero que no producen un cambio en nosotros (incluso desde el punto de vista de algunas teorías psicológicas, cualquier aprendizaje solo se evidencia como un cambio en el comportamiento). En fin, cuando estoy cansado de hacer cualquier ejercicio intelectual, recurro a dichas lecturas. Alguna saga detectivesca o de ciencia ficción (me llevé una grata sorpresa con El problema de los tres cuerpos).

Intenté leer algún libro de fantasía. Brandon Sanderson encabeza muchas listas y, al buscar cuál de todos sus libros sería el indicado, por qué no hacer caso a las recomendaciones del mismo escritor. Sanderson recomienda Elantris, para todo aquel que quiera adentrarse en su literatura. Vamos allá.

Un príncipe cae en desgracia. Una princesa astuta quiere salvar el reino. Un villano muy malo quiero conquistar el mundo (si Sanderson no se esfuerza en escribir, menos yo en resumir la trama).

El libro está mal escrito. Abundan las redundancias y las incoherencias temporales y de caracter de sus personajes; el narrador se confunde con los pensamientos de los protagonistas; los personajes carecen personalidad, más allá de la que nos describe el narrador, sin que esto sea respaldado por las acciones de los personajes… podría seguir, pero qué más da.

Si tuviera un poco más de empatía, me sentiría mal por los que consumen esta comida chatarra.


jueves, 12 de septiembre de 2024

Henrik Ibsen: Espectros

Idioma original: noruego
Título original: Gengangere
Traducción: Cristina Gómez-Baggethun (en castellano para Nórdica)
Año de publicación: 1881
Valoración: está bien


Siempre supone cierta dificultad reseñar obras de teatro en su formato literario, pues uno debe recrear mentalmente escenarios y espacios y gran parte del texto se centra en los diálogos entre personajes por lo que el lector debe estar dispuesto a casi formar parte de un imaginario elenco actoral y entrar mentalmente en el escenario. Y el éxito de tal empresa depende en gran parte de la propia historia narrada.

En esta obra, escrita a finales del siglo XIX, intervienen únicamente cinco personajes y se descompone en tres actos correspondientes a los habituales momentos narrativos (introducción, nudo y desenlace). La historia empieza con una escena entre Regina (la asistencia de la señora Alving) y su padre, quien pretende convencerla de que deje el hogar donde está realizando las tareas domésticas y marche a vivir con él para trabajar en una especie de mesón para marineros. La chica descarta la propuesta ya que no se fía del negocio que tienen pensado hacer su padre ni tampoco de él, pues es alguien de vida algo errática. En paralelo, vemos como Osvald, el hijo de la señora Alving, ha vuelto de un viaje al extranjero y se encuentra a su madre hablando con el reverendo del pueblo acerca de la construcción de un asilo financiado por ella. La aparición del hijo y los detalles de su vida en el extranjero alarman al reverendo, pues la mentalidad del joven ha cambiado desde que se fue, abandonando las costumbres más arcaicas y cerradas para ver la sociedad desde un punto de vista más abierto; así, Osvald defiende que las parejas puedan tener hijos sin casarse y convivir en un mismo hogar, ideas con las que su madre está de acuerdo pero que enervan al reverendo, quien le discute sus ideas y conceptos sobre la libertad afirmando que «en esta vida es pura rebeldía esperar la felicidad. ¿Qué derecho tenemos las personas a ser felices? No, señora, ¡lo que tenemos que hacer es cumplir con nuestro deber!». Unas ideas anticuadas que reafirma, hablando a la mujer de su difunto marido y la vida de excesos que llevaba, al decir que «una esposa no ha de erigirse en juez de su marido. Tenía usted la obligación de llevar con humildad la cruz que una voluntad superior había considerado oportuno concederle». A partir de esa puesta en escena y conflicto candente, se desarrolla la acción en un continuo contraste entre mentalidades e ideologías al que se añade situaciones del pasado de los implicados que provocan no pocas discusiones y revelaciones que ponen en riesgo el frágil equilibrio familiar y social de los personajes. 

Como ya ha demostrado es múltiples ocasiones, Ibsen sabe encontrar los conflictos sociales y morales de sus personajes y los somete a momentos de confrontación, mostrando de esta manera las costumbres de una sociedad que se va abriendo a nuevas ideas y visiones del mundo. No podemos olvidar que estamos a finales del siglo XIX, una época en que las ideas de Ibsen colisionaban de lleno en una sociedad donde el modelo de familia (con gran influencia de la religión) era poco menos que intocable por lo que su valentía y atrevimiento le otorgan aún más valor de lo que el propio texto merece. Por ello, a pesar de que no es una de sus mejores obras, Ibsen siempre debe tener un espacio destacado en nuestro bagaje lector, pues la influencia de su obra en la historia de la dramaturgia es incuestionable.

Tal y como dice una de las protagonistas en el texto, en plena confesión al reverendo, «he tenido la sensación de estar viendo espectros. Aunque yo diría que espectros somos todos (…) y no solo porque carguemos con la herencia de nuestros padres. Tenemos además muchas opiniones viejas y muertas». Y no le falta razón, pues la herencia de nuestro pasado sigue presente en nosotros, a veces con valores nobles y vigentes, pero también con mentalidades encerradas y arcaicas que conviene enterrar para que no asomen e impidan avanzar en derechos y libertades.