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miércoles, 27 de agosto de 2025

Eduardo Mendoza: El asombroso viaje de Pomponio Flato

Idioma: español

Año de publicación: 2008

Valoración: recomendable

Palestina; primeros años del siglo I, durante el mandato del emperador Octavio Augusto. "¿Qué han hecho los romanos por nosotros?", se preguntaban los judíos que vivían en aquellas tierras, sojuzgados por Roma, dos mil años antes de que sus descendientes se dedicaran a perpetrar un infame genocidio sobre los hombres, mujeres y niños de Gaza. Bueno, pues aparte del alcantarillado, la sanidad, la enseñanza, el vino, el orden público, la irrigación, las carreteras y los baños públicos, sí que hubo un romanos que hizo mucho por unos judíos en concreto; se trata de Pomponio Flato, ciudadano del orden ecuestre y filósofo natural -o aspirante a serlo- quien, tras sufrir cierto descalabro en su salud y peculio durante su búsqueda por Cilicia de ciertas aguas milagrosas, llega a Nazaret acompañando al tribuno Apio Pulcro. Allí es contratado por un niño de nombre Jesús, hijo de María, para que le ayude a exonerar a su padre, el carpintero José (sí, ya sé quienes parece que son, pero, igual que el autor de la novela, no lo voy a afirmar, no sea que concitemos la animadversión de los ínclitos Abogados Cristianos o de cualquier otra agrupación, congregación o secta integrista, ya se encuentre dentro de la Iglesia Católica o fuera de ella), condenado por el asesinato del rico Epulón. En su pesquisa, digan de un Sam Spade, Philip Marlowe o incluso un Gran Lebowsky, Pomponio indagará en los diferentes estratos de la sociedad nazarena, entrevistando tanto a la acaudalada familia de la víctima o a su criado, el efebo griego Filipo, como a mendigos y cortesanas, sacerdotes del Sanedrín o legionarios romanos.  Con ayuda, eso sí, del párvulo Jesús y de su agreste primo Juan.

Más allá de su adscripción al género de misterio o, de forma más improbable aún, a la novela histórica, El asombroso viaje... es sobre todo una obra llena de humor (no obstante, y lo digo siempre que reseño algo de este autor, no se trata de Sin noticias de Gurb. Repito: NO SE TRATA DE SIN NOTICIAS DE GURB... No sea que se me llenen los comentarios de gente diciendo lo mucho que les gustó ésta y lo que les han decepcionado otras novelas de Mendoza); es verdad que un humor quizás no del gusto de todo el mundo, puesto que se basa, en gran medida, en el contraste entre la pedante prosopopeya de la que hace gala el protagonista y las situaciones o comentarios algo chuscos entre las que se mueve; también, en continuas referencias culturales que tal vez hoy en día ya le sean ajenas a una parte de la población lectora -digamos que para disfrutar de la novela conviene tener ciertas nociones de Historia Sagrada, filosofía clásica, mitología grecolatina, las fábulas de Esopo y las tradiciones navideñas catalanas, entre otras cosas-, pero pensemos que Eduardo Mendoza es ya un señor de cierta edad que se educó, por tanto, en una época en la que a estos conocimientos se les daba mayor importancia. Pero estoy convencido de que quien esté en condiciones de disfrutar de esta lectura, con su despliegue de erudición, ironía y sorna, sin duda lo hará; cierto es que no estamos ante una de las grandes obras de este escritor, no siquiera, insisto, ante una de sus mejores novela cómicas, pero, desde luego, tampoco es uno de los títulos, más deslavazados, con los que nos decepciona de vez en cuando, impelido, creo yo, por la urgencia editorial. Así que sí, El asombroso viaje... es una novela que me atrevo a recomendar sin reparo alguno (y eso que me consta que entre los reseñistas de este mismo blog, por los general tan atinados, hay a quien no le gusta nada... Pero bueno, pensemos que también hay a quien le encantan ciertos libros perpetrados por Sara Mesa o Marta Sanz).

Y, por supuesto: #StopGenocidioGaza y #VivaPalestinaLibre...

Más obras del gran Eduardo Mendoza reseñadas en Un Libro Al Día: aquí

domingo, 11 de mayo de 2025

Oscar Wilde: El crimen de Lord Arthur Savile

Idioma original: inglés

Título original: Lord Arthur Savile´s Crime

Traducción: Colectivo Wilde BdL

Año de publicación: 1887

Valoración: Muy recomendable


Si bien hay excepciones, por lo general es gratificante volver a los clásicos. Aunque ninguno sepamos bien lo que son, digo yo que Oscar Wilde merece el calificativo sin lugar a dudas. Con una obra no muy extensa, y lo más celebrado ya reseñado en ULAD, hacemos una incursión en un pequeño relato con el que se podrá valorar si, como ocurre en algunos casos, el brillo se pierde en cuanto nos alejamos de los títulos más sobresalientes.

No, no se pierde. Lord Arthur Savile es un joven de buena posición que tiene a la vista la boda con Sibyl Merton, quien por su parte es una especie de novia perfecta. La cosa se tuerce cuando, en una de esas fiestas cursis de la época victoriana, un quiromante (quiromancista, en una traducción un poco dudosa) lee la mano a Lord Arthur y encuentra algo horrible que ni se atreve a desvelar hasta que se ve presionado a ello. La escena es todo potencia y misterio. El espanto visto en su futuro hace temer al joven por la relación con su novia, y se pone manos a la obra para corregir el desatino.

Lo que se presentaba como un relato de misterio o un thriller psicológico adquiere sin embargo una coloración diferente, porque si algo tiene Wilde es una capacidad pasmosa para fundir lo trágico con lo cómico e ingenioso, algo que se parece un poco al humor negro sin serlo. En ningún momento se pierde la tensión insoportable del joven noble que ve su vida resquebrajarse, pero se presenta al lector con la destreza necesaria para sacarle una sonrisa y hacerle disfrutar con pequeñas agudezas muy británicas. Una especie de mezcla de dulce y salado en la proporción exacta para apreciar los dos sabores al mismo tiempo, disfrutando igualmente de la mezcla.

Al mismo tiempo, las escasas ochenta páginas del libro nos conducen por disparatadas peripecias que hacen pensar en cierta literatura policiaca también muy british, y situaciones ingeniosas que obligan a no perder de vista el punto de partida para que la narración no se nos quede en un simple divertimento. 

Esa sensación de ligereza puede restarle algo de empaque al relato pero es quizá también uno de los puntos más interesantes. Porque lo que de verdad me resulta más admirable es precisamente la capacidad para reunir elementos tan dispares de forma tan perfecta: el misterio de lo desconocido, el humor y la sutileza, la tensión por lo inesperado, la ingenuidad de los amores juveniles, y tal vez reflexiones más profundas sobre lo inexorable del destino, que sería quizá la interpretación digamos seria del conjunto. ¿Cómo hacer que toda esta amalgama funcione en un texto tan breve mientras deleita con el lenguaje y entretiene al lector? Claro, para eso hay que ser un grande de la literatura, y por eso los que lo fueron perduran a través del tiempo, y a veces los etiquetamos como clásicos.

P.D. Creo que ya lo comenté en otras ocasión: me gusta esta serie de Nórdica que no recuerdo si tiene un nombre, pero no acabo de entender lo de las ilustraciones. Hay que admitir que en este caso el libro tiene un sesgo humorístico indudable, pero tampoco creo que merezca dar la impresión de deslizamiento hacia la frivolidad.  


Unas cuantas obras de Oscar Wilde reseñadas en ULAD: aquí

viernes, 4 de abril de 2025

Laura Pérez: Nocturnos

Idioma: español

Año de publicación: 2024

Valoración:  entre recomendable y está bien

La noche, por definición, está llena de oscuridad y misterio, de insomnes y pesadillas, de monstruos y revelaciones. La noche representa el reino de lo irracional, del subconsciente, de aquello que está más allá de la realidad aparente. La noche es el territorio de lo que no podemos entender, sólo intuir. Y la noche, en este libro de Laura Pérez es el momento en que suceden las historias más extrañas o, si se quiere, cuando el extrañamiento del mundo nos alcanza. El espacio de los seres nocturnos, como reza el título, el de las deserciones y los encuentros inesperados, el de las presencias inquietantes -hay un par de episodios en el libro que, de hecho, son verdaderos relatos de terror- y el reconocimiento espiritual en el silencio, con, a menudo, los animales actuando de psicopompos. Como los ciervos y zorros, las arañas o esa lechuza que actúa de enlace entre los personajes  del libro, entre las vivencias de unos y los descubrimientos de otros. 

Tercera novela gráfica de esta autora que leo (estas si que no me atrevo a llamarlas cómics), en la que confirmo las impresiones que me dejaron las dos anteriores, Ocultos y Tótem, tanto en sus elementos más positivos como en los que no me lo parecen tanto. Igual que en los otros, las ilustraciones muestran una magnífica factura, con un estilo muy reconocible, hierático y oscuro, y una línea narrativa pausada que ayuda a crear el ambiente misterioso y trascendente que caracteriza también a las obras de esta autora. Por otro lado, las escenas resultan quizás demasiado estáticas, con apenas diálogos y los que hay, muy escuetos, lo que puede llegar a desesperar a lectores/as acostumbrados a un estilo más dinámico. Las transiciones entre las distintas escenas o relatos (quizá sea excesivo denominarlos así) están bien conseguidos y fluyen con naturalidad, aunque tal vez el recurso a la lechuza se haga un tanto reiterativo. 

De todos modos, son éstas pegas menores a un libro que, en general, consigue su objetivo de crear un ambiente entre enigmático y, cómo no, onírico, con una forma de narrar diferente a la vorágine de estímulos a que suele bombardearnos, sobre todo desde lo audiovisual o las redes sociales, pero también, a veces, de lo literario y gráfico. Se agradece, por tanto, un poco de mesura a este respecto, ya que no de sosiego, pues precisamente lo que consigue Laura Pérez es inquietarnos, extrañarnos, desvelarnos, incluso, para convertirnos, a nosotros también, en criaturas nocturnas.


Otros libros de Laura Pérez resañados en este blog: Ocultos, Tótem

lunes, 31 de marzo de 2025

Edogawa Rampo: La bestia entre las sombras

Idioma original: Japonés
Título original: 影の中の獣
Traducción (al catalán): Mei Gutiérrez
Año de publicación: 1928
Valoración: Recomendable (sobre todo para incondicionales de Edogawa Rampo y amantes de la literatura detectivesca)

He leído mucho al escritor japonés Edogawa Rampo. También he criticado (y bastante) varias de sus obras. Nunca lo hago con dureza, porque en el fondo me parecen extremadamente entretenidas y hay una enternecedora ingenuidad en ellas, pero me es imposible negar que a menudo obligan a suspender la incredulidad en demasía, o que apuestan por elementos argumentales inverosímiles.

Pues bien, La bestia entre las sombras es una expeción. Y es que esta novela corta es puro Rampo, pero sin los excesos algo pasados de rosca a los que el autor nos tiene acostumbrados en obras de inclinación "pulp" como La bestia ciega o El Lagarto Negro.

Hay un argumento enrevesado y muchos giros de tuerca en La bestia entre las sombras, cierto, pero en ningún momento pierden credibilidad. El erotismo permea la obra, de acuerdo, pero aunque es decadente, morboso y hasta me atrevería a decir que perverso, nunca llega a extremos ridículos y caricaturescos.

A esto hay que sumarle otros tres apartados en los que La bestia entre las sombras se antoja particularmente inspirada: su estructura (capaz de progresar la historia de manera orgánica y cerrar capítulos con suculentos "cliffhangers"), sus personajes (simples pero efectivos) y determinadas escenas en el clímax (pienso sobre todo en una potentísima, que recontextualiza por enésima vez la obra y deja una sensación de incertidumbre que roza la genialidad).

Poco más que añadir; sólo insistir en que La bestia entre las sombras me ha sorprendido, porque si bien mantiene la impronta autoral de Rampo y el encanto genuino de su literatura, refina la fórmula del autor. Y es que entrega una ficción pulida, verosímil y bien estructurada, un argumento y unos personajes plausibles, un misterio atractivamente sugerente, un romance exquisitamente oblicuo (y, visto en retrospectiva, sumamente trágico) y una visión del erotismo y la perversión madura y realista, aun si todo esto es en detrimento del toque "pulp" y "eroguro" que caracterizaba otras obras del nipón. 

De modo que recomiendo entusiastamente esta novela corta de Rampo, especialmente a los amantes de la literatura detectivesca. Y a quienes vayáis a leerla os doy un consejo: acudid a ella sin que nadie os destripe su argumento, pues merece la pena dejarse sorprender por sus constantes zarandeos. Eso sí, permitid que os obra el apetito con una pequeña sinopsis: 

Un escritor de novelas detectivescas soltero, cuya obra es «considerada (...) la más intelectual del género», conoce a una hermosa mujer llamada Shizuko, con quien entabla cierta amistad. Un día, Shizuko recurre a él en busca de ayuda. Y es que un antiguo amante despechado, Hirata, la ha encontrado y está decidido a vengarse. Para ello, le infundirá miedo mediante cartas obsesivas y se declara dispuesto al acoso e incluso al asesinato. Shizuko, que no puede acudir a su adinerado marido porque éste descubriría que su esposa no era virgen cuando se casaron, tiene que confiar entonces en el narrador de la historia. Y él aceptará el caso, por un lado porque quiere ayudar a su amiga, pero también porque Hirata resulta ser el hombre tras el pseudónimo de Shundei Õe, escritor de novelas detectivescas «sangrientas, astutas y malvadas» con quien siempre sintió cierta rivalidad literaria.


También de Edogawa Rampo en ULAD: Aquí

miércoles, 26 de febrero de 2025

Junichirō Tanizaki: Cuatro casos criminales

Idioma original: Japonés
Traducción: Rumi Sato
Año de publicación: 1918-1921
Valoración: Está bien

La editorial Satori sigue publicando la obra de juventud de Junichirō Tanizaki, como ya hiciera con El demonio y otros relatos. En esta ocasión, su antología Cuatro casos criminales compila cuatro historias cortas de misterio, intriga y suspense del autor japonés.

De estas historias sorprende el pulso narrativo de Tanizaki, capaz de zarandear de forma sumamente eficaz al lector de un lado a otro, pero permitiéndole siempre extraer sus propias conclusiones. También los atinados retratos psicológicos de sus protagonistas, generalmente varones, capaces de profunda introspección y propensos a una degradación física y moral deliberada.

En "El caso del baño Yanagi" (1918), un pintor acude a un abogado para que éste le ayude a dirimir si ha matado a su amante o no. Con semejante premisa, el relato logra captar el interés del lector desde las primeras páginas. Además, tiene ideas muy sugerentes (si bien no siempre desarrolladas) y alberga pasajes geniales (como los que desnudan la atribulada mente del joven K, o aquellos, de un acabado más onírico y atmosférico, que supuestamente transcurren en un fantasmagórico baño).

En "Por el camino" (1920), un detective privado aborda en plena calle a un oficinista y admite abiertamente que le está investigando. Es un relato a mi juicio algo lineal, pero llevado con maestría. Asimismo, soprende por la agudeza y sagacidad del detective, y por la forma en que, a través del diálogo, éste va arrinconando al asalariado.

En "El ladrón" (1921), un alumno becado de un instituto de élite es sospechoso de ser el perpetrador de una serie de robos acaecidos en su residencia. Me recuerda a otros relatos de Tanizaki (como por ejemplo "El criminal", "Una confesión" y "El odio"), en el sentido de que es un intenso y contundente retrato psicológico que, si bien me hubiera gustado ver insertado en un argumento mayor, funciona satisfactoriamente por sí solo y presenta una lógica interna la mar de retorcida.

En "Diablos a la luz del día" (1918), un escritor es invitado por un amigo adinerado, ocioso y mentalmente trastornado a acompañarle a presenciar la ejecución de un asesinato. Con este relato me sucede igual que con algunas obras de Edogawa Rampo: pese a que me parece disfrutable y muy entretenido, obliga a suspender la incredulidad en demasía y apuesta por elementos narrativos algo chirriantes (los personajes excéntricos, las deducciones detectivescas, la visión a día de hoy un tanto ingenua del erotismo perverso o los giros de tuerca rocambolescos).

Resumiendo: Cuatro casos criminales es una antología recomendable, sobre todo para los completistas de Tanizaki y los amantes de la literatura de suspense que enfatiza la oscuridad de la naturaleza humana. Sin embargo, hay que leerla teniendo en cuenta que, pese a pertenecer a un autor extremadamente talentoso, éste todavía estaba en su fase embrionaria cuando escribió los relatos que la componen. Y es que incluso el más logrado del conjunto (a mi juicio, "El ladrón") presenta alguna aspereza.


También de Junichirō Tanizaki en ULAD: Aquí

sábado, 21 de septiembre de 2024

Nita Prose: El huésped misterioso

Idioma original: Inglés 
Título original: The mistery guest
Año de publicación: 2023
Traducción: Ángela Esteller García
Valoración: Está bien

50 Phil Ochs fans can´t be wrong. Esta frase aparecía en la contraportada del disco de grandes éxitos de Phil Ochs y lo hacía como homenaje (sui generis, eso sí) al disco de Elvis Presley 50.000.000 Elvis fans can´t be wrong. 

Extraño comienzo para una reseña, ¿no? No tanto, amigos, porque uno no puede dejar de sentirse "bicho raro" cuando ve en la faja de El huésped misterioso que la novela se ha llevado el Premio Goodreads al mejor libro de misterio y que ha tenido más de 2.000.000 de lectores en todo el mundo (añado que tiene 104.314 "ratings" y 11.802 "reviews" en Goodreads). ¡Y yo en mi burbuja de yugoslavos raros y argentinos modernitos! Toca "bajar al barro", quitarse las gafas de pasta y mezclarse con el populacho lector para ver si la cosa es o no para tanto.

En lo argumental, la premisa del libro es el fallecimiento, momentos antes de realizar un importante anuncio en el hotel Regency Grand, de un famoso escritor de novelas de misterio. Casualmente, allí trabaja Molly Gray, camarera, detective amateur y narradora de la historia, quien hará gala de una perspicacia que ríanse ustedes de Jessica Fletcher o Miss Marple (la referencia british no es baladí) para resolver el entuerto. Para ello, la autora se sirve de dos tiempos que permiten la introducción de variables temáticas ajenas, en apariencia, a la trama principal.

Estandarte del cozy crime contemporáneo (ya sabéis, asesinatos sin vísceras y con un ligero toque humorístico), Nita Prose sabe mezclar los ingredientes para hacer de su receta un best-seller instantáneo: un estilo sencillo y directo, ritmo ágil, diálogos y personajes por lo general aceptables, tensión sostenida e introducción de temas más o menos actuales que acompañan a la trama principal son los pilares sobre los que se sustenta una novela muy para todos los públicos (casi de 0 a 99 años, vaya) que, pese a evidentes debilidades, se sostiene con dignidad en lo literario.

Entre esas debilidades debemos citar cierta sobreadjetivación en las partes más descriptivas, algún que otro personaje demasiado estereotipado o las excesivamente empalagosas menciones a la relación de la narradora con su abuela o con su pareja.

Por tanto, El huésped misterioso es una novela que, pese a lo anterior, cumple con lo que promete: entretiene, engancha y sirve para pasar unas tardes de lo más agradable. Suficiente o no, eso ya es cuestión de gustos y lectores.

viernes, 2 de agosto de 2024

John Franklin Bardin: El percherón mortal

Idioma original: inglés

Título original: The Deadly Percheron

Año de publicación: 1946

Traducción: César Aira

Valoración: está bastante bien y recomendable para aficionados al género

Ignoro si esta novela ha sido adaptada alguna vez al cine (lo dudo), pero tengo claro quién hubiera sido el director adecuado para hacerlo y no es otro que el inefable David Lynch.  La razón creo que estará clara para quien haya leído la novela, pero me temo será difícil de explicar a quien no la haya hecho, ya que si historia posee, además, la característica de resultar harto complicada de explicar. Aparte, claro, de que no debe hacerse, puesto que, en palabras de Cabrera Infante (que fue un gran admirador de este libro), "revelar la trama de esta novela es un verdadero crimen". Sirva como explicación de lo que he comentado sobre Lynch que aquí los lectores/as encontrarán, además de crímenes y misterio, amnesia, expeditivos leprechauns, ominosos caballos, extraños feriantes, femmes fatales, espejos deformantes, sinrazón y locura.

Resumen muy resumido (por contar algo): George Matthews es un psiquiatra de Nueva York que recibe en su consulta a James Blunt, joven heredero de una fortuna que teme estar volviéndose loco, pues pretende que unos peculiares hombrecillos le contratan para realizar ciertos encargos, a cual más absurdo. A partir de ahí, Matthews  se ve inmerso en una trama a cada momento más desconcertante y hasta alucinatoria, plagada de sorpresas y giros que convierten la lectura de esta historia en una experiencia intrigante y, por momentos, adictiva.

Y lo es, sobre todo, más que por una sabia dosificación del misterio en la trama, porque hasta el final uno no entiende nada de lo que está pasando, de forma que, incluso hasta justo antes de ese final, todas las posibilidades están abiertas. Bien es cierto, no obstante, que quizás la historia haya perdido punch desde ese 1946 en el que fue publicada o desde los años 70, cuando fue redescubierta, al parecer, por los aficionados al género y se cimentó el prestigio de El percherón mortal como una de las muestras más enigmáticas de la novela negra. Hoy en día, sin embargo (debido, en parte y precisamente, al cine de David Lynch y otras propuestas algo bizarras... como la narrativa del traductor al español, nuestro admirado César Aira) es más difícil que nos sorprenda. Lo que no quita, para que leer esta novela sea algo del todo recomendable, más aún e incluso diría que de forma obligada, para los amantes del noir.

domingo, 5 de noviembre de 2023

Laird Koenig: La chica que vive al final del camino

Idioma original: Inglés   
Título original: The little girl at the end of the road
Traducción: Jon Bilbao 
Año de publicación: 1973
Valoración: Recomendable

Aunque La chica que vive al final del camino, de Lair Koening, es fácilmente adscribible al "thriller" de misterio o al gótico americano, también es una novela de formación y romance muy "sui generis". 

Su oscura premisa me ha recordado bastante a Matemos al tío de Rohan O'Grady: dos niños, menos indefensos de lo que uno pueda imaginar, deben hacer frente a un adulto intimidante. ¡Incluso hay un policía de por medio en ambas propuestas! Eso sí, la de Koening es más psicológica, tensa, madura y realista que la de O'Grady.

¿De qué trata? Rynn acaba de cumplir trece años y lo celebra sola en su casa de alquiler. Nadie sabe mucho de ella; sólo que proviene de Inglaterra, apenas habla, es desconfiada, da esquinazo a las visitas inoportunas y cobra cheques de viaje. Hace tiempo que su padre no se deja ver por el pueblo, y los vecinos empiezan a hacer preguntas. Un día conocerá a Mario, un niño cojo al que le gusta hacer magia. Juntos plantarán cara a Frank Hallet, un pedófilo local que, gracias a la influencia de su madre, es intocable.

Entre las muchas virtudes de La chica que vive al final del camino, destacaría las siguientes:

  • Mezcla acertadamente diversos géneros.
  • Se estructura en capítulos tan breves como adictivos. 
  • Su historia transcurre con una fluidez sorprendente, pero en todo momento sabe cuándo debe realentizar el ritmo. 
  • Koening dosifica acertadamente la información, expande el misterio, juega con las expectativas del lector, te encariña con los protagonistas y logra que ciertas escenas impacten emocionalmente. 
  • La caracterización de Rynn (madura, inteligente, calculadora, de gustos refinados, pero sin por ello dejar de ser una niña) está muy lograda. También me ha convencido su eventual desarrollo, que nos es transmitido de manera orgánica y creíble.
  • Mario, que es un poco mayor que Rynn, la complementa a la perfección, e incluso ejerce de contrapunto que cataliza su arco de crecimiento.
  • Frank Hallet consigue erigirse como un personaje siniestro y amenazante, cuya plausibilidad da miedo.   
  • Los diálogos, llenos de batallas dialécticas, ambiguedades, dobles sentidos, sarcasmo, etc..., resultan entretenidos a la par que avanzan la trama y caracterizan a los interlocutores.
  • Hay un par de escenas brillantes en lo que a tensión u horror respecta.
  • Puntadas irónicas radiografían la sociedad de la época (sobre todo su corrupción, clasismo y racismo); también las diferencias entre Inglaterra, EEUU y sus respectivos habitantes dan bastante juego al autor.
  • Su final es técnicamente abierto, en el sentido de que no insulta a la inteligencia del lector, pero al mismo tiempo cierra la novela. 

Solamente le pondría un par de pegas a La chica que vive al final del camino:

  • En determinados momentos hay que suspender la incredulidad para aceptar ciertos acontecimientos. Por ejemplo, que tanto Rynn como Mario sean tan espabilados y resolutivos, o que puedan engañar a un policía que ha demostrado ser extremadamente competente y atento.
  • El romance que presentan estas páginas me parece algo forzado.

Originalmente, Koenig concibió La chica que vive al final del camino como obra de teatro; después de su éxito literario, también la guionizó. Sin haber visto la aclamada adaptación cinematográfica, me atrevo a decir que probablemente no aporta gran cosa a quienes hayan leído la novela. Además, la película protagonizada por Martin Sheen y una jovencísima Jodie Foster toma un par de decisiones, según tengo entendido, que diluyen el malrollismo y la perversidad que emanaba su contraparte literaria.



También de Laird Koenig en ULAD: Los niños están mirando

martes, 7 de marzo de 2023

Reseña + Entrevista: La estatua que tiembla, de Tamara Romero

Idioma original: Español 
Año de publicación: 2020
Valoración: Recomendable y curiosa en tanto que experiencia literaria. Está bien como ficción

La estatua que tiembla me ha gustado. Y es que Tamara Romero ha escrito una novela tan absorbente como fascinante. Aun así, mentiría si dijera que es perfecta; creo que tiene un margen de mejora (o, más bien, de refinamiento) bastante amplio.

¿De qué trata? Una estudiante de Bellas Artes asiste a las reuniones de una casa abandonada. Allí se discute, los viernes por la noche, sobre el documental Francesca camina hacia el volcán.

Dicho documental introduce uno de los muchos misterios que la obra de Tamara baraja: el retiro al bosque de la cantante "folk" Francesca Apollonia. Además de a tan extraña ermitaña, en estas páginas encontraremos pájaros que se lanzan en picado contra las ventanas, sectarios que visten de blanco, una escultura que emite una vibración casi imperceptible y varias fábulas siniestras. 

Permitid que liste las virtudes de la ficción de Tamara:

  • Hibrida correctamente géneros y registros dispares.
  • Ofrece una original aproximación al "bildungsroman".
  • Enfoca adecuadamente temas sugerentes, como el de las amistades ambivalentes.
  • Integra, en un mundo realista, ideas la mar de extravagantes.
  • Erige atmósferas inquietantes.
  • Su prosa, aunque sencilla y en ocasiones algo plana, funciona.
  • La voz de la narradora es convincente.
  • Marie, Fedora y Francesca resultan fascinantes.

Asimismo, estos son los defectos que, a mi juicio, lastran al conjunto:

  • Tamara hace un énfasis desmesurado en ciertos detalles, como si temiera que el lector no fuera a recordarlos por su cuenta. Por ejemplo, que la narradora se obsesiona a rachas, o que los personajes quieren hallar respuestas para volver a la normalidad.
  • No todos los enigmas presentan el mismo nivel de sofisticación. De hecho, un puñado de ellos se antojan artificiosos, forzadamente interconectados o tramposos en su planteamiento y resolución.
  • Intenta ser un libro sobre el misterio (igual que el extraordinario Picnic en Hanging Rock), pero lamentablemente se queda en libro de misterio. 
  • Su clímax decepciona, pues es demasiado abierto y, en determinados apartados, acusa falta de planificación.

Puede que esta reseña os sugiera que La estatua que tiembla es una novela sumamente irregular. Y, pese a que algo de verdad hay en eso, la recomiendo, al menos a aquellos a quienes atraiga su premisa. Porque si bien empiezas a verle las costuras una vez terminada, su lectura supone una experiencia única y hechizante a la que yo, personalmente, estoy agradecido de haberme entregado.


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A continuación adjuntamos un pequeño cuestionario que Tamara ha respondido con suma amabilidad:

ULAD: Ya he catado varias cosillas tuyas: un relato compilado en Bienvenidos al bizarro, la "novelette" Los dedos de la bruja, la antología Objeto ancla y la obra que hoy he reseñado. Los dos primeros textos te los han editado, mientras que los dos últimos los has autopublicado. Por lo general, ¿prefieres alguna de las dos opciones?

T.R.: Actualmente prefiero la autopublicación. Me gusta escribir a mi ritmo y en general conservar los derechos sobre mis historias. Tampoco dedico mucho tiempo a la promoción ni me interesan especialmente las redes sociales. Solo escribo la historia que me gusta y la publico. Luego me olvido de ella y me pongo con la siguiente. Colaboro con editoriales cuando me proponen proyectos concretos o me encargan algo que suponga un reto, pero sigo la estela de lo que yo misma leo. Casi todos mis autores favoritos, los que leo actualmente, autopublican sus libros. Creo que es muy factible combinar ambas vías.

ULAD: ¿Vives de la escritura?

T.R.: Ahora mismo no. Para vivir exclusivamente de ello tendría que autopublicar mucho más a menudo, o bien escribir dentro de un género más comercial.

ULAD: ¿Qué consejos darías a quienes se quieran dedicar a este oficio, vocación, "hobby" o cómo quieras llamarlo?

T.R.: Centrarse en lo esencial (escribir y publicar), seguir aprendiendo siempre y no distraerse mucho con lo que rodea a la escritura (promoción, redes o en general lo que hagan otros). También entender que tener lectores suele llevar tiempo (años). Dicho esto, cada uno tiene su propio camino y no acostumbro a dar más consejos que estos. Los «consejos para escritores» también son una industria en sí misma.

ULAD: ¿Crees que existe un público objetivo para tu literatura? Aunque a mí me parece bastante variada, le veo una voz, un registro, un estilo y unos temas muy parecidos.

T.R.: Debe haberlo, no estoy segura. Escribo estas historias para mí misma y comparto la mayoría de ellas porque en los últimos años soy consciente de que hay bastante gente que las lee. Siempre me ha sorprendido que la mayoría de mis lectores sean hombres, pues mis protagonistas suelen ser mujeres poco convencionales. En realidad, lo que más me interesa es conformar un «cuerpo de obra», una colección de novelas y relatos que tengan sentido también en su conjunto. Es decir, que si alguien lee una historia, pueda encontrar otras similares que le gusten. Que una de mis historias le lleve a otra.

ULAD: ¿Te gusta que te encasillen dentro del bizarro? Personalmente, creo que es una etiqueta que no siempre se ajusta a tu producción, tan heterogénea como personal.

T.R.: La primera novela corta que escribí se publicó en una colección dedicada al bizarro. Pero de eso hace más de diez años. A partir de ahí creo que he transitado más hacia el terror. Yo lo llamo «terror tranquilo». Pero las etiquetas me cuestan, me incomodan un poco. Si son útiles para el lector o para un editor, adelante con ello, pero yo rara vez las uso para referirme a mis historias.

ULAD: Tienes una imaginación portentosa. Sin embargo, y ya que casi todo está inventado, ¿alguna vez has leído un libro y pensado: mierda, se parece mucho a esa idea que tuve el otro día?

T.R.: ¡Gracias! No me ha pasado, pero supongo que nadie es tan original. Las ideas y los temas ya están ahí; el estilo es lo personal e intransferible y el motivo por el que volvemos a leer a un escritor en concreto. Es la manera de usar esas ideas la que conforma un estilo, y la que crea lectores, así que eso no es algo que me preocupe mucho. 

ULAD: A quienes no te conozcan, ¿qué obra propia les recomiendas? Y a aquéllos a los que nos gusta tu rollo, ¿qué títulos de autores afines compartirías?

T.R.: Recomendaría las últimas, La estatua que tiembla o su hermana espiritual: Respiración de fuego. Objeto ancla si prefieres leer relatos. 

Con respecto a otros autores me cuesta hacer recomendaciones, pues leo mucho en inglés y no todo el mundo está por la labor. Me encanta Tanith Lee, que apenas está traducida al castellano. También Andersen Prunty, Jon Athan, C.V. Hunt, Jeff Strand o Amy Cross.

Recomiendo Las cosas han empeorado desde la última vez que hablamos de Eric LaRocca (Dilatando mentes) o algunas obras publicadas por La Biblioteca de Carfax, como Cero de Kathe Koja. En general me interesan mucho los autores que exploran tabús. Los que se arriesgan.

Respecto a autores nacionales, Colectivo Juan de Madre, con quien he colaborado en algunos proyectos, Pilar Pedraza (La fase del rubí es de mis novelas favoritas de siempre) o la última novela de Beatriz García Guirado, Los pies fríos. ¡Pero siempre ando buscando recomendaciones yo también!

ULAD: ¿Cómo definirías La estatua que tiembla?

T.R.: Es la historia de una secta que se forma en torno al visionado constante y compulsivo de un documental sobre una cantante que desapareció sin dejar rastro, y de cómo se abre el camino hasta llegar a ella. Me encantó escribirla. Y luego, en el fondo, habla sobre las amistades que dejamos en el camino. Las que un día, sin que pase nada concreto, se terminan y se quedan en el (buen) recuerdo.

ULAD: ¿Cómo urdiste esta novela? ¿La escribiste sobre la marcha o siguiendo un esquema planificado? ¿Qué referentes empleaste?

T.R.: Escribí la novela en verano de 2019, si no recuerdo mal, y la terminé bastante rápido. No sigo esquemas ni guiones para escribir, solo parto de una idea o de un personaje y a partir de ahí avanzo según me lleve la historia. Me fascinan las historias de gente que desaparece sin dejar rastro y dejan una estela incomprensible a su espalda; como la de Francesca, la cantante desaparecida que se convierte en un mito. Me gustan los artistas que no se exponen, sino que hacen lo contrario, se ocultan. Ese fue mi punto de partida. Y a partir de ahí añadí mis obsesiones recurrentes y habituales: sectas, ermitaños, "found footage" y, en general, hechos que no tienen ningún tipo de explicación lógica.


También de Tamara Romero en ULAD: Los dedos de la bruja, Objeto ancla, La momia y la niñera

viernes, 7 de enero de 2022

Susanna Clarke: Piranesi

Idioma original: Inglés
Título original: Piranesi
Año de publicación: 2020
Traducción: Ferran Ràfols Gesa
Valoración: Recomendable    

Piranesi combina entretenimiento con fondo reflexivo y factura artística. En consecuencia, es una novela que gustará a lectores diversos: aquéllos que busquen evasión la disfrutarán sobremanera; también quienes exijan cierta profundidad a un libro. 

Quizá el aspecto más logrado de Piranesi sea la voz narrativa escogida por Clarke. No sólo provoca que empaticemos con el protagonista de esta historia, sino que permite que nos caiga genuinamente simpático.

Otras virtudes de Piranesi: su mundo, que combina los encantos de la Antigüedad Clásica con la lógica fantástica; los misterios y enigmas que salpican el argumento; los temas barajados en estas páginas, que indagan en la necesidad humana de socializar, la relación que mantenemos con el mundo que nos rodea, etc... 

Sólo le puedo poner dos reproches a esta obra: que algunas caracterizaciones son demasiado simplistas y, sobre todo, que su final flojea. Admito que éste último logra conmover, pero se siente un tanto insatisfactorio. Y es que un servidor se montó su propia película y, para cuando todas las piezas encajaron, era imposible que las respuestas no me acabaran frustrando.

sábado, 1 de enero de 2022

Emilia Pardo Bazán: La cita y otros cuentos de terror

Idioma original: Español
Año de publicación: 2021 (este volumen)
Valoración: Entre recomendable y está bien

La cita y otros cuentos de terror es la propuesta con que la editorial Nórdica homenajea el centenario de la muerte de Emilia Pardo Bazán. Vaya por delante que el libro como objeto es magnífico: tapa dura, buen papel, cómoda tipografía, ilustraciones a color... Sin embargo, hay dos asuntilos que, a mi juicio, lastran al volumen. 

El primero y más evidente: el título de la obra es engañoso, porque no todos los textos aquí reunidos se adscriben dentro del género prometido. Tanto "La cita" como "La cana" se inclinan hacia lo meramente criminal. Por su parte, "La confianza", "Desde allí", "Mausoleo" o "Casualidad" son ejercicios alejados de lo que convencionalmente entendemos por horror (aunque es cierto que le toman prestados algún que otro rasgo superficial al mismo). 

A esta ligera decepción provocada por las expectativas malogradas hay que sumarle otra: unas cuantas de las ficciones compiladas ya han sido rescatadas previamente, por lo que su repetición puede frustrar al lector completista. Un servidor, por ejemplo, ya conocía tres de las diez piezas vertidas en estas páginas. Considerando que Bazán escribió a lo largo de su vida centenares de narraciones breves, estoy seguro de que se podría haber hallado material menos manido.

En cualquier caso, la antología se goza. La prosa de Bazán resplandece, los argumentos pergreñados por la autora son (por lo general) interesantes y las ya mencionadas ilustraciones de Elena Ferrándiz derrochan oficio. Me gustan especialmente las que evocan paisajes: son muy atmosféricas y expresivas.


También de Emilia Pardo Bazán en ULAD: Aquí

domingo, 31 de octubre de 2021

Jon Bilbao: Los extraños

Idioma original: Español     
Año de publicación: 2021
Valoración: Entre recomendable y está bien

Los extrañosnovela corta del asturiano Jon Bilbao, es tan incómoda y perturbadora como, a su extraña manera, hermosa. Funciona a la perfección en tanto que excusa para abordar la agonizante relación que ata a sus dos protagonistas. En cambio, no acaba de cuajar como narración al uso. 

Vamos por partes. De este texto, destacaría las siguientes virtudes: 

  • Se lee de una sentada. 
  • Tiene un título la mar de sugerente.
  • En su prosa, que hace gala del estilo taquigráfico propio de un guion audiovisual, se aprecia sin embargo cierta factura artística (descripciones sensibles, recursos expresivos...).
  • Sus personajes, aunque algo simples, tienen unas caracterizaciones lo suficientemente marcadas como para diferenciarse entre ellos. Y las dinámicas y sinergias que mantienen unos con otros, por cierto, son bastante interesantes. 
  • Abunda en escenas impactantes, ya sea porque son visualmente potentes, porque su planteamiento derrocha imaginación o porque logran teñir lo cotidiano de rareza.

Por otro lado, tengo que admitir que le he encontrado defectillos a Los extraños

  • En retrospectiva, da la impresión de que le falta empaque. Parece, antes que una obra terminada, un borrador (uno muy trabajado y sumamente prometedor, eso sí). 
  • Abusa de la indefinición y la ambigüedad. Ambas, cualidades que admiro, especialmente en ficciones que se pretendan misteriosas e inquietantes, pero que hay que saber administrar en su justa medida.
  • Desaprovecha vetas argumentales con mucho potencial, como la de la sexualidad malrollera.

En fin: Los extraños es una propuesta sugestiva y entretenida a la que le falta mayor definición para ser todo lo memorable y compleja que prometía. En cualquier caso, deja buen sabor de boca y reafirma la certeza de que la literatura de Bilbao es siempre, aun con sus más y sus menos, una apuesta segura. 


También de Jon Bilbao en ULAD: Aquí

martes, 22 de junio de 2021

Edogawa Rampo: Crímenes selectos

Idioma original:
Japonés
Traducción: Daniel Aguilar
Valoración: Está bien

Crímenes selectos compila seis relatos de Edogawa Rampo publicados originalmente entre 1924 y 1931. En todos ellos se aprecia la impronta del japonés: su prosa ramplona; su linealidad argumental; sus personajes un tanto simples; su truculenta imaginación; sus obsesiones (el doble, los espejos, el deseo, la locura, la muerte, lo sensorial...); y, por descontado, sus homenajes a la obra de Edgar Allan Poe. De clara filiación pulp, la condición de estas historietas impide que se les pueda reprochar que a veces les falte verosimilitud, caracterizaciones más complejas o mayor profundidad temática. 

"Gemelos" es la confesión de un condenado a muerte que se atribuye un crimen perfecto que nadie ha descubierto. Sin mucho fondo, funciona en tanto que pasatiempo endiabladamente entretenido. 

"Un sueño a pleno sol" no destaca en nada. Aun así, se deja leer. Cuenta cómo un comerciante afirma haber matado a su mujer y presume de tenerla en el escaparate de su tienda convertida en maniquí. Personalmente, considero que al final de esta pieza le hubiera beneficiado una mayor ambigüedad.

En "La butaca humana", una escritora recibe la inquietante carta de un admirador. Esta ficción es, a mi juicio, una de las mejores del autor. No sólo parte de un concepto bastante original, sino que perturba sin recurrir a efectismo alguno, al contrario de lo que sucede en su adaptación manga de Junji Ito.

"La llegada de O-Sei" termina de forma abrupta, pero construye una buena tensión durante sus compases iniciales. Narra un asesinato impecable llevado a cabo gracias al azar. 

"Bichos" es una detallada crónica que quizá peca de ser demasiado larga. En cualquier caso, tiene unos agradecidos toques de humor negro e imágenes bastante escabrosas vinculadas con la necrofilia y la descomposición. 

"Los extraordinarios crímenes del doctor Mera" es una joyita. No sólo secuestra nuestra atención desde el inicio, sino que alberga reflexiones interesantes, una atmósfera la mar de sugerente, escenas aterradoras y un desenlace sorprendente, amén de un cameo metaliterario del mismísimo Rampo. 

En resumen: los relatos agrupados en Crímenes selectos son intrigantes pese a su previsibilidad y, de tanto en tanto, exhiben picos notables. De modo que este volumen editado por Satori es altamente recomendable para los amantes del misterio.


También de Edogawa Rampo en ULAD: El Lagarto Negro, La bestia ciega, La bestia entre las sombras

martes, 18 de mayo de 2021

Olga Tokarczuk: Sobre los huesos de los muertos

 Idioma original: polaco

Título original: Prowadź swój pług przez kości umarłych

Año de publicación: 2009

Valoración: Recomendable



Como saben, sobre Olga Tokarczuk recayó el premio Nobel de 2018 que no recibió hasta el año siguiente junto a Peter Handke, el galardonado del momento –ambos reseñados aquí–, ya que la Academia Sueca decidió hacer una pausa por entonces para resolver sus propios asuntos.

He disfrutado con esta novelita, que quizá merecería otro formato, más reducido, como el relato o la novela corta, para brillar como se merece. Primero descubrimos un personaje femenino con entidad propia que promete dar mucho juego; asimismo, el escenario en el que se mueve está lleno de posibilidades, pero hacia la segunda mitad parece que el argumento se agota, que se enrosca sobre sí mismo, que ya no da más de sí. Una impresión completamente errónea, pues poco después volvemos a sorprendernos y emocionarnos con un giro de guión que no ha sido ideado para hacer un alarde virtuoso, al contrario, sirve para completar el significado más profundo de la trama y conlleva unos cuantos interrogantes éticos. Por eso, si la autora hubiera insistido algo menos en esa vida cotidiana que ya conocíamos, ese anticlímax tan marcado no hubiera llegado a producirse.

Pero vayamos por partes. Los elementos que la componen proceden de una larga tradición, desarrollada en cualquier literatura, aunque hábilmente modificados por Tokarczuk para llevarlos a su propio terreno. En primer lugar, la protagonista constituye un hallazgo destacable. Una ingeniera, de cuyos servicios se prescindió por resultar incómoda, no sabemos por qué, y que ahora vive retirada en un territorio despoblado e inhóspito viviendo de unas clases de inglés a tiempo parcial y de alguna labor de mantenimiento. Este personaje, por lo que luego veremos, recuerda más o menos de refilón a la Miss Marple de Agatha Christie o a la Jessica Fletcher de la vieja serie Se ha escrito un crimen, que quizá alguien recuerde todavía. Con la diferencia de que esta señora tiene entidad propia, incluso muchas capas, y no es un mero instrumento para guiar las investigaciones. Si ha fijado allí su residencia, no fue por casualidad, ya que es una persona reflexiva, con una personalidad muy marcada y pensamientos dignos de atención, que se encuentra unida estrechamente a ese lugar concreto, con su fauna y su flora específicas, y sus opiniones, así como su modo de vida, en comunión con la naturaleza y dedicada obsesivamente al estudio de los astros y su repercusión en lo que ocurre acá abajo, difiere por completo del de sus vecinos, que la consideran, por decirlo suavemente, una excéntrica.

“Al mismo tiempo, deseo exhortar a la Honorable Policía a que no se cierre ante la idea de que los autores de los trágicos acontecimientos arriba mencionados puedan ser los mismos animales. (…) San Bernardo excomulgó a un enjambre de abejas que le impedía hacer un trabajo con su zumbido. Las abejas serían también las responsables de la muerte de un hombre en Worms en el año 846, por lo que el Concilio de Worms decretó la muerte de estas por asfixia. (…) En 1639, en Francia, en Dijon, un jurado condenó a un caballo por haber matado a un hombre. (…) El más famoso de los procesos se celebró en Francia, en 1521 y fue el proceso de unas ratas que causaron grandes daños en las cosechas. Fueron demandadas y citadas a juicio por los vecinos, y les fue designado un abogado de oficio que resultó ser el hábil jurista Bartholomew Chassenée. (…) Finalmente, tras un encendido alegato de su defensor, las ratas fueron declaradas inocentes. (…) Atentamente, Duszejko."

Contra lo que pueda parecer, y aunque escribe varias cartas a la policía de las cuales esta es con diferencia la más estrambótica, nuestra heroína ni es tonta ni está tan desequilibrada como dan a entender estas líneas. Es más, puedo asegurarles que sabe distinguir perfectamente entre las buenas y las malas acciones. Es verdad que, en más de una ocasión, defiende que los animales actúan movidos por propósitos concretos, pero eso, por mucho que les mueva el instinto, nadie puede negarlo. Quede claro, pues, que lo que se narra aquí es algo muy serio, nada que ver con una fábula infantil.

El territorio, desolado y cubierto de nieve durante muchos meses al año, integrado por un puñado de casas dispersas y separadas del pueblo más cercano por unos cuantos kilómetros, es el elemento típicamente novelesco que nos mantendrá en tensión al menor movimiento extraño que se produzca. También aquí, tanto literatura como cine, han encontrado un filón para desarrollar historias inquietantes. Recuerdo ahora el caserón de Otra vuelta de tuerca o el resentido pueblucho llamado Dogville. En este caso las escenas dantescas son escasas y no están descritas con detalle, pero el hecho de que vayan apareciendo cadáveres de vez en cuando, en su propia casa o a la vuelta de cualquier curva, y que la policía demuestre no tener ninguna pista no parece irrelevante en absoluto. Lo malo es que carecemos de sospechosos: los personajes que van apareciendo, siempre en relación con la señora Duszejko, son seres pacíficos, simples aficionados a la caza o a la búsqueda de setas que se ocupan de sus asuntos sin meterse con nadie. Aunque se habla insistentemente de un mafioso local con quien el comandante de la policía –también asesinado– parece haber compartido negocios.

A pesar de lo dicho, no podemos encuadrar esta novela en los géneros negro, policíaco ni nada parecido. Si tuviera que ponerle una etiqueta, la calificaría de ecologista con ciertas dosis de misterio. La propia autora milita en el partido Los Verdes desde hace más de una década. Su transcurso es tan sereno como la protagonista y sus amigos: todos ellos de costumbres pacíficas, carentes de grandes pasiones pero con afectos arraigados y algún gran ideal, causante, quizá, de cierto comportamiento fanático.


Otros libros de la autora: Un lugar llamado Antaño, Los errantes

sábado, 9 de mayo de 2020

Wilkie Collins: El hotel encantado

Idioma original: Inglés
Título original: The haunted hotel
Traducción: Miguel Ángel Herranz
Año de publicación: 1878, por entregas
Valoración: Entretenido


El hotel encantado es una novela de misterio decimonónica en la que se entremezclan la coreografía amorosa, la acción detectivesca y lo sobrenatural. Publicada originalmente por fascículos, muchos de sus capítulos acaban en "cliffhangers" llenos de suspense. Tiene problemas de ritmo durante su tramo central, pero es innegable que nos encontramos ante un adictivo "thriller" victoriano.

A la naturaleza folletinesca de esta historia debemos atribuirle la desaparición de algunos personajes y los cierres abruptos de determinadas subtramas. De todos modos, El hotel encantado tiene más empaque del que viene siendo habitual en la narrativa por entregas.

Eso sí: nuestro bagaje nos arruinará varias de sus sorpresas, aquéllas que debieron impresionar a los lectores de la época. A cambio, la ambientación con la que la mayoría de ellos debían estar familiarizados (desde Inglaterra hasta Venecia, escenarios principales de la novela) nos envolverá gratamente.

Llegados a este punto, recapitulemos. A mi juicio, las virtudes de El hotel encantado son:

  • Su brevedad.
  • Su prosa, directa y elegante. 
  • Su adictivo argumento. 
  • El suspense que imprimen sus capítulos, la mayoría de ellos rematados con un  angustioso "cliffhanger" o una nueva pieza para encajar en el rompecabezas global. 
  • Su ambientación, que para muchos lectores del siglo XIX debía ser un decorado conocido pero para nosotros resulta un paisaje exótico y fascinante.  
  • Las interacciones entre personajes son menos lineales de lo que puedan parecer a priori. 
  • Hay un amago de grisalla que aleja sus conflictos del maniqueísmo barato.
  • Su enternecedor clímax. 
  • La escena del sueño de Agnes. No me esperaba un momento tan terrorífico y "gore" en esta ficción victoriana. 

Por otro lado, creo que los defectos de El hotel encantado son los siguientes:

  • Su ritmo languidece hacia la mitad del relato y tarda lo suyo en recuperar fuelle.   
  • El rol de Agnes. Uno cree, al inicio de la narración, que esta virtuosa mujer será la protagonista indiscutible de la historia, que ejercerá un papel proactivo en su resolución. Pues no. Tras un debut prometedor, en el que se la ve haciendo indagaciones, es relegada a un papel pasivo y son los varones a su alrededor los que toman el relevo, incluso aquéllos cuya presencia se limita solamente a algunos capítulos. 
  • Ciertos personajes desaparecen sin más. Lo mismo que varias subtramas, que se cierran sin llegar a solventarse. Esto es, sin duda, fruto del origen folletinesco de la historia y la falta de planificación de la misma. Insisto, empero, en que El hotel encantado tiene bastante empaque, dentro de lo que cabe.   
  • Claramente, la mano aleccionadora del autor está detrás del destino de varios de los personajes moralmente reprobables. Si éstos hubieran tenido, al menos, un arco de redención más orgánico, podría perdonarle a la novela su intención didáctica. Desgraciadamente, no es el caso.   
  • En determinados pasajes, Collins muestra condescendencia para con las mujeres y clasismo para con las personas de baja cuna. Lo cual, huelga decirlo, puede irritar la sensibilidad contemporánea. Por no hablar del abuso que el escritor hace de diversos tópicos nacionales.

En definitiva, recomiendo El hotel encantado a todos aquellos amantes de la literatura de misterio que quieran evadirse unas horas con un "page-turner" de los de antaño. Tengo entendido que Collins ha escrito obras mejores, pero creedme cuando os digo que esta novela os hará pasar un rato endiabladamente bueno, siempre y cuando la abordéis conscientes de sus limitaciones narrativas y de los rasgos inerciales que presenta debido a la época en que fue concebida.

Por cierto, me parece hermosa esta edición de Belvedere. La traducción de Miguel Ángel Herranzes es agradablemente fluida y la imagen escogida para la cubierta, una pintura de Bernardo Bellotto, le va como anillo al dedo a este dramón repleto de enigmas, intrigas, sucesos preternaturales y amor.


También de Wilkie Collins en ULAD: Aquí

domingo, 29 de septiembre de 2019

Emilia Pardo Bazán: Siete cuentos de misterio

Idioma original de los relatos: Español
Año de publicación del audiolibro: 2005 
Valoración del audiolibro: Se deja leer

Emilia Pardo Bazán (1851-1921) publicó, además de obras maestras, textos de cuestionable calidad. Los relatos compilados en el audiolibro Siete cuentos de misterio vendrían a ser una prueba de ello. Y es que estas historietas de suspense son bastante mediocres. 

En primer lugar, porque son previsibles. No hay giros originales ni subversión de expectativas en ellas. Algunas sabía de antemano cómo iban a terminar, y las demás tengo la impresión de haberlas leído en versiones similares de la pluma de diversos autores. 

Por otro lado, porque no aportan nada al género en que se inscriben. Unas cuantas se sienten, incluso, como oportunidades de innovar desperdiciadas. Este vendría a ser el caso de "El revólver", que tiene un planteamiento interesante pero mal encauzado. En "La cita" o "So tierra" hay enredos a los que, para mi gusto, habría que llevar más allá, o enfocar con más mala leche. En fin, una lástima que doña Emilia se mostrara así de condescendiente al escribir estas tres piezas que tanto potencial tenían.

De todos modos, hay que reconocer que la prosa de estos relatos es magistral. Hecho que sorprende, teniendo en cuenta la naturaleza folletinesca de los mismos. Eso sí, el tono de todos ellos es algo monocorde, pues, aunque cambian constantemente de punto de vista, los narradores siempre hablan de forma parecida, sean en primera o tercera persona.  

¿Qué otra cosa decir sobre este audiolibro? La locutora tiene una dicción excelente y la banda sonora (creada especialmente para esta obra) ambienta a la perfección. Desgraciadamente, esta encomiable labor editorial no se ha visto resaltada por una mejor selección de relatos. 


miércoles, 19 de junio de 2019

Joseph T. Sheridan Le Fanu: Carmilla

Idioma original: Inglés
Título Original: Carmilla
Traducción: José Luis Piquero
Año de publicación: 1872
Valoración: Imprescindible para interesados, recomendable para el resto

Antes de entrar en materia, tengo que mencionar tres factores que condicionan la valoración de este libro. El primero es que me encantan las películas de la Hammer (Peter Cushing, Christopher Lee y compañía), el Drácula clásico de Bela Lugosi, etc, así que muy mal se tiene que dar para que un libro de este tipo no me guste. El segundo es que estamos ante una obra de culto, hasta el punto de ser considerada por los expertos como la primera novela (¿cuento largo?) vampírica, lo que nos permite tener cierta manga ancha con los defectos de la novela. Y el tercero y último, estrechamente relacionado con el anterior, es que es una historia tantas veces vista y leída a estas alturas que no hay "factor sorpresa". Eso sí, no debemos olvidar que la novela ¡tiene casi 150 años!.

Así que creo que lo más justo es ese "imprescindible para interesados, recomendable para el resto". Porque la novela tiene su lado positivo y su lado no tan positivo. A su favor juega, sobre todo, la recreación de una atmósfera tenebrosa que contribuye de manera fundamental a la construcción de una entretenidísima historia de terror y misterio a partes iguales, relacionada, no improbablemente, con algunos de los más profundos arcanos de nuestra existencia dual y sus estados intermedios. De hecho, es tan grande la influencia de "Carmilla" en todo el cine y literatura vampírica posterior que cualquier lector con un mínimo bagaje en la materia reconocerá múltiples elementos: la joven huérfana e inocente criada por un aya, el castillo pintoresco y solitario situado en una colina boscosa, el ama de llaves, el misterioso carruaje negro, la joven (el joven en posteriores adaptaciones) de belleza arrebatadora pero más rara que un perro verde, las muertes que se suceden sin motivo aparente, el doctor, etc. El lado menos positivo de la novela lo constituye su final, no tanto por carecer de ese "factor sorpresa" del que hablaba sino por su brusquedad. Se trata de un final que llega "muy de repente", rompiendo de forma casi violenta con todo el desarrollo anterior de la trama. 

Independientemente de esto, quisiera destacar otros dos aspectos clave de la "Carmilla". Uno sería su alta carga homosexual, cosa que sorprende tratándose de 1872. Obviamente, no hay escenas sexuales explícitas, pero la relación amistad / amor / odio entre Laura y Carmilla tiene unas connotaciones sexuales que Le Fanu no se molestó en ocultar, sobre todo en un personaje tan ambiguo y dual como el de Carmilla. El segundo sería su aspecto onírico. Sueños, visiones y alucinaciones acechan a Laura y a Carmilla y hacer crecer el halo de misterio y terror. Y es que los sueños atraviesan los sólidos muros de piedra, iluminan cuartos oscuros y oscurecen los claros, y entran y salen como les place y se ríen de las cerraduras. Vaya, que si ciertos psiquiatras vieneses aficionados a la cocaína no leyeron está novela para inspirarse en sus teorías, poco le faltó.

En resumen, este "Carmilla" supone la reedición en tapa dura, letra bien hermosa y nueva traducción de un clásico que todo aficionado al misterio y al terror debe leer. Y si no lo ha hecho, que empiece cuanto antes, no vaya a ser que una de estas noches veraniegas entre un murciélago por su ventana y ...

jueves, 20 de diciembre de 2018

Masako Togawa: La llave maestra

Idioma original: Japonés  
Título original: Ōinaru gen'ei 
Traductora: Susana Constante
Año de publicación: 1962
Valoración: Recomendable

La llave maestra fue galardonada con el prestigioso premio Edogawa Rampo. No es para menos, pues nos hallamos ante una novela extraordinaria (sobre todo si tenemos en cuenta que fue el debut literario de su autora, Masako Togawa): bella e intimista a la par que malsana y asfixiante.

Pero vamos por partes: ¿de qué trata este libro? Difícil de concretar; a fin de cuentas, La llave maestra escapa a cualquier etiqueta convencional. Por un lado estamos delante de una historia enfocada en la intriga, el misterio y la tensión. O sea, ante un thriller de toda la vida. Al mismo tiempo, se exploran temas mucho más “literarios” en estas páginas; temas como la soledad, el miedo al cambio o la invasión de la intimidad, que son presentados de forma sutil pero efectiva. De modo que la ópera prima de Togawa es en cierto modo una asequible (aunque atípica) novela negra, a la par que un ejercicio literario profundamente inteligente. Supongo que a esta naturaleza ambigua se debe su aceptación casi unánime entre público de todo tipo. 

Ubiquémonos. El relato transcurre en el Japón de los 1950s, un Japón derrotado y hasta cierto punto “invadido” por la cultura occidental. Para ser más exactos, transcurre en Ikebukuro, zona de Tokyo que en la posguerra inmediata se convirtió en lo que Focault denominaría un espacio heterotópico, dadas las transformaciones turbadoras y contradictorias que experimentó. Si destaco este contexto geográfico-histórico es porque lo creo relevante, y más adelante ahondaremos en su importancia simbólica dentro de La llave maestra.

También los Apartamentos K son un elemento significativo para el argumento de la novela, así como para los temas que ésta baraja. El viejo edificio, escenario en el que se desarrolla gran parte de la historia (y referencia al lugar donde la autora convivió de pequeña con su madre, por cierto), es un microcosmos harto peculiar. Tiene más de cien alojamientos, en los cuales solamente pueden vivir mujeres. Cierra su puerta principal a las once de la noche. Todos los visitantes que reciban las inquilinas deben quedar registrados en un libro que se guarda en recepción. Si la visita es un varón, hay que marcarle con una etiqueta numerada. 

Las contradicciones de este escenario son especialmente fascinantes. En algún momento, esta residencia para mujeres fue novedosa, pero en la actualidad ha quedado completamente desfasada; sus ritos y normas, que se siguen cumpliendo por condescendencia e inercia, son anacrónicos; a su manera es una cárcel, aunque los Apartamentos K se erigieran en un inicio para proteger a las mujeres que iban a cobijar durante los difíciles años de posguerra. Otra aspecto interesante de este edificio es que fue el primero en Japón en utilizar una llave maestra. Actualmente, este objeto se ha convertido en una amenaza, pues alguien lo ha robado y, en consecuencia, la intimidad de las residentes ha quedado comprometida. 

El argumento de La llave maestra pivota alrededor de la desaparición de susodicha llave durante la mayoría de la historia. Asimismo, hay otras subtramas en esta novela, las cuales gravitan en torno al secuestro de un niño mestizo, el robo de un violín o el desplazamiento de unos centímetros que los Apartamentos K van a experimentar para que se ensanche la calle de enfrente. Gracias a la destreza de Togawa, todas estas subtramas acabarán por confluir al final, con un par de giros sorprendentes muy logrados. Ah, si hago hincapié en los elementos que dinamizan estas tramas y subtramas (la llave, el niño, el violín, el desplazamiento) es porque no dejan de ser excusas narrativas, preñadas de simbolismo, con las que la autora va trabajando los temas que recorren las páginas de esta novela.

Por ejemplo, el desplazamiento del edificio es empleado para ilustrar el miedo al cambio de las residentes, así como la posibilidad de que una tradición como la de la milenaria cultura japonesa pueda ser apartada y substituida por otra. ¿Qué hay del niño secuestrado? Hijo de una japonesa y un militar americano, simboliza el horror ante la “ocupación” del Japón de posguerra efectuada por Occidente. Y qué decir del violín: un Guarnieri di Cremona, un valioso objeto extranjero con un atractivo turbador. Todos estos elementos remiten ineluctablemente al Ikebukuro contradictorio y forcejeante del que os hablaba hace un rato

La historia de La llave maestra se nos cuenta a través de varios puntos de vista, dando voz a diferentes residentes de los Apartamentos K. Este formato coral enriquece el rompecabezas que es esta novela, y añade de paso ángulos inesperados al meollo. Exceptuando dos capítulos, escritos en primera persona, todos los demás son descritos por un narrador omnisciente. La presentación de los acontecimientos no es lineal, lo cual ayuda también a ir dosificando las pistas que Togawa quiere ir soltando poco a poco. 

Ninguno de los personajes de La llave maestra es extremadamente memorable, pero al menos se intenta caracterizar a la mayoría de protagonistas. Que no son pocas, precisamente. La psicología de estas mujeres, aunque tratada de forma superficial, tiene uno o dos rasgos propios que la distingue de la del resto. Además, su condición de personajes solitarios, recluidos en el pasado, que guardan celosamente sus secretos más inconfesables, y la potencial interacción que se puede establecer entre varias de ellas, ya las vuelve atractivas para el lector, sin necesidad de que sean muy complejas de manera individual. 

Debo añadir, llegados a este punto, que el estilo de la autora no acaba de funcionar del todo. Se la nota bisoña con el lenguaje, y es incapaz de aprovechar todas sus posibilidades. Por desgracia, esta inexperiencia, que en otro tipo de ficciones puede jugar a favor de la historia, compromete algunos pasajes de La llave maestra. Pero bueno, este pequeño defecto apenas molesta en el desarrollo de la novela. Tampoco es especialmente problemático, pese a que no deja de ser notorio, el que el manejo de los temas sea algo irregular. Lo que sí puede tirar atrás a más de uno es la dificultad que supone para un occidental memorizar la enorme cantidad de nombres y apellidos japoneses que salpican esta obra.  

En definitiva, La llave maestra es un libro rebosante de buenas ideas que, aun cuando éstas estén parcialmente desmerecidas en el resultado final, vale la pena descubrir. Y la tremenda ambición que supone abordar semejante argumento, así como tratar de refilón los temas que Togawa toca, es algo digno de admiración (recordemos aquí que ésta es su primera novela).


Post Scriptum: Ojalá alguna editorial se ponga manos a la obra y empiece a editar a Togawa. Solamente hay tres novelas suyas publicadas en España, y actualmente es difícil conseguirlas sin tirar de internet o librerías de ocasión. Inconcebible, lo sé. 

viernes, 23 de noviembre de 2018

Cristina Fernández Cubas: El año de Gracia

Idioma original: Español  
Año de publicación: 1985
Valoración: Se deja leer  

¿Cómo os resumo esta novela? Es complicado hacerlo sin destripárosla un poco, de modo que en esta reseña habrá algún que otro spoiler leve. Aclarado esto, volvamos a la sinopsis de El año de Gracia: Daniel es un seminarista que, por azares del Destino, naufraga en una isla desierta. 

En realidad, esta síntesis no le hace justicia a la trama de la primera novela de Cristina Fernández Cubas. Para empezar, porque cuando Daniel naufraga ya no es seminarista. Además, porque la isla en la que se encuentra confinado no está desierta.

Os estoy liando; mejor pasemos a otro asunto. La prosa, por ejemplo. A Cubas, cultivadora habitual de la narración breve, se le atraganta un poco El año de Gracia, que es, como he adelantado antes, su primera aproximación al formato largo. La autora despliega un léxico rico y variado en todos sus textos, vale, pero aquí, al no tener una extensión limitada, se excede. Abusa de los adjetivos (si bien a mí el regusto barroco que deja El año de Gracia no me disgusta en lo más mínimo), y, sobre todo, de los sinónimos. Como muestra de esto último, dejad que os cite las rebuscadas palabras que emplea para designar a unas ovejas durante dos páginas seguidas: «rumiantes» (nueva noticia de que esto existe), «pécoras» (¿comour?) o «cuadrúpedos» (va, visto lo visto, esta te la acepto). 

Otro de los problemas de la prosa con que Cubas teje El año de Gracia se debe al protagonista, que es quien narra la historia. Daniel apela a un hipotético lector, al que desea «inteligente e instruido». Es por ello que algunos pasajes de su relato adolecen de florituras innecesarias («recabar su permiso»), cuando no inexcusables. Por otro lado, emplear a un hombre culto como narrador tiene sus aciertos. Y es que es una auténtica delicia ver cómo este texto está trufado de referencias religiosas y literarias. Aunque quizás, eso sí, esta citación constante de referentes convierte a la historia en algo forzadamente metaliterario; es decir, en algo artificial. 

Pero tampoco es que la historia fuera muy verosímil en un principio; ni siquiera pretendía serlo. Tras arrancar de forma bastante creíble, empieza a tirar por derroteros descaradamente novelescos. Responsable de esto es un viaje en barco, así como las supuestas maquinaciones que la tripulación del navío parece pergeñar en contra de Daniel. Estas maquinaciones acaban quedando en nada después del naufragio, por lo que me pregunto qué sentido tenía incluirlas en primer lugar. Ciertamente, le dan al asunto este toque novelesco que decía. Y, a su manera, ya va bien que así sea, porque una vez Daniel se encuentra en la isla, el libro opta por el misterio, más que por la aventura. De modo que los sucesos que ocurren en el barco (o, más bien dicho, los que hubieran ocurrido de no aparecer una fuerte tormenta) dotan al relato de ese punto novelesco que la trama promete.

Y, ya puestos a hablar de la trama de la novela, remarquemos lo evidente: el final es demasiado conveniente. Encima, El año de Gracia no termina donde debería, donde se nos había hecho creer, donde la historia se cerraría con fuerza. Termina, más bien, aterrizando en lo fácil y, hasta cierto punto, positivo, cosa que una narración impregnada en su mayor parte por la desesperación y el desasosiego no debería consentir. Porque una cosa es engañar al lector con las fluctuaciones del género en que se inscribe El año de Gracia (novela de aventuras, novela de misterio...), pero otra bien distinta es frustrar las expectativas de dicho lector eligiendo un final que, por inesperado, no es mejor al previsible.

No voy a mentir: El año de Gracia me ha parecido una novela la mar de entretenida. Se lee con agilidad pese a su prosa algo beligerante; narra eventos bastante interesantes, por más que en conjunto no acaben de funcionar; y, a través de ella, su autora nos regala fogonazos metaliterarios aquí y allá. No obstante, no creo que tarde demasiado en olvidar este libro. Además, dudo que algún día opte por releerlo. Carece de ese toque hipnótico y fascinante que caracteriza a la Cubas querida, a la Cubas del formato breve. Y por nada del mundo es el giro de tuerca de clásicos como Robinson Crusoe, como he oído decir a algunos. Mas tiene ovejas asesinas, y la parte en que Daniel está en la isla es, en general, muy buena, de modo que tampoco es que no os lo recomiende.


También de Cristina Fernández Cubas en ULAD: La puerta entreabierta (como Fernanda Kubbs), Parientes pobres del diablo, La habitación de Nona, Cosas que ya no existen