Año de publicación: 2012
Valoración: Recomendable (especialmente para jóvenes)
La barcelonesa Tamara Romero escribió Los dedos de la bruja, su primera novela, en castellano. La tuvo en un cajón durante años hasta que vio la oportunidad de publicarla en inglés, traducida por ella misma bajo el título Her Fingers, en la editorial americana Eraserhead Press. Recientemente, Mai Més ha decidido traérnosla al público catalán. Por supuesto, esta nueva versión lingüística se la debemos, también, a la propia Romero. Una políglota en toda regla, sí señor.
No quiero dejar pasar la ocasión de mencionar la ilustración de la cubierta, hecha por Cristina Cid. Es, a todas luces, preciosa. Y denota algo que ni en paratextos editoriales ni en ninguna reseña he visto mencionar: que el producto al que acompaña tiene un toque "young adult". Conste que no me estoy quejando, ¿eh?; a fin de cuentas, esta novela de Romero le otorga interés y profundidad a la narrativa juvenil. Pero creo que es deshonesto venderla como si fuera otra cosa.
No quiero dejar pasar la ocasión de mencionar la ilustración de la cubierta, hecha por Cristina Cid. Es, a todas luces, preciosa. Y denota algo que ni en paratextos editoriales ni en ninguna reseña he visto mencionar: que el producto al que acompaña tiene un toque "young adult". Conste que no me estoy quejando, ¿eh?; a fin de cuentas, esta novela de Romero le otorga interés y profundidad a la narrativa juvenil. Pero creo que es deshonesto venderla como si fuera otra cosa.
Y hablando de esto. El prólogo de Víctor García Tur nos informa de que Los dedos de la bruja pertenece al bizarro. Personalmente, creo que a esta historia, pastiche que mezcla fantasía oscura con ciencia ficción distópica, le falta extravagancia e incoherencia como para incluirla en este género en alza.
¿De qué trata? Misadora, una bruja de cabellos rojos cuyos dedos han sido reemplazados por apéndices de metal, es rescatada de las aguas de un río. Su salvador, un científico que trabaja para el gobierno y vive en una cabaña, termina por contarle las terribles verdades que el Poder oculta.
Hay muy buenas ideas, en Los dedos de la bruja. Me refiero a su enfoque transhumanista, a que las personas tengan hasta tres nombres distintos y empleen uno u otro según el tipo de encuentro, a los sonámbulos, a la enfermedad conocida como la mordaza o a la existencia de Eraya y su convivencia con Yimla. Por no hablar de los guiños a diversas obras que se desperdigan aquí o allá. Por ejemplo, esos animales híbridos que bien podrían haber salido de la pluma de Philip K. Dick, o esos "outsiders" que tanto recuerdan a los de Clive Barker. Igualmente hay, según afirma la autora en una entrevista hecha por Leemáslibros, un homenaje a Crimen y Castigo.
Me ha sorprendido que Romero sea capaz de condensar tanta información en poco más de cien páginas. No sólo entrega un "worldbuilding" bastante trabajado, sino que comunica una miríada de mensajes, la mayoría con una fuerte carga de crítica social, a sus lectores. A saber:
- Lo detestables que son las estrategias que el "statu quo" emplea para perpetuarse (maquillar el legado que han heredado de una dictadura e instrumentalizarlo convenientemente, controlar al individuo, perseguir a posibles disidentes, fomentar el consumo de drogas entre la población...).
- Lo absurda que es la lucha entre sexos.
Quizás el apartado menos conseguido del libro sean sus personajes. Sus dos protagonistas son particularmente planos, lo cual resulta insultante, teniendo en cuenta el foco que el argumento les da. Incluso el robot doméstico de Volátil, el científico, parece tener una personalidad más marcada que los humanos. Asimismo, señalaría que las interacciones entre éstos son demasiado lineales para mi gusto. Y que alguna subtrama (como ésa que indaga en la relación entre el mentado Volátil y el gobierno) queda frustrantemente desdibujada.
En definitiva: Los dedos de la bruja es una propuesta fresca, sugerente y rebosante de ideas creativas que disfrutaremos sobremanera, pese a sus defectos y carencias, si acudimos a ella con las expectativas adecuadas. Es un "young adult" de calidad; amén de un debut literario sumamente prometedor.
También de Tamara Romero en ULAD: La estatua que tiembla, Objeto ancla
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