Idioma original: portugués
Título original: Desgarrada
Año de publicación: 1902
Traductor: Hermenegildo Giner de los Ríos
Valoración: Recomendable
No creo que muchos lectores de este blog hayan oído hablar de Alice Pestana (salvo aquellos que me sigan por Twitter, porque ya he dado un poco la brasa con ella por ahí); de hecho, muy poca gente, en Portugal o en España, recordarán probablemente su nombre o su seudónimo ('Caïel'), porque salvo en el campo de la Pedagogía, en el que tuvo un papel destacado, y en el del activismo feminista portugués, donde su nombre es casi inexcusable, el resto de las facetas de su vida y de su producción (y como veremos, son muchas) han quedado totalmente olvidadas.
Y realmente es una pena, porque Alice Pestana es una figura interesantísima, que merecería haber permanecido algo más en la memoria cultural ibérica. En ese sentido, esta reseña es solo un paso en una recuperación crítica e histórica que espero conseguir promover en los próximos tiempos, también a través de mi trabajo como profesor e investigador.
¿Quién era, entonces, Alice Pestana? Pues así en resumen, una pedagoga, feminista, escritora, traductora, dramaturga, periodista e intelectual republicana portuguesa, nacida en Santarém en 1860 y fallecida en Madrid en 1929. Y casi podría decirse que en su vida caben dos vidas: hasta 1901, en Portugal, se destacó como activista feminista y pacifista (fundadora, por ejemplo, de la Liga Portuguesa da Paz y autora de un manifiesto titulado Le femme e la paix), y formó parte de la vanguardia del pensamiento pedagógico portugués, de la mano de su maestro Bernardino Machado; durante esta primera fase fue también una autora literaria bastante prolífica, con una obra relativamente extensa que incluye relatos, novelas, literatura infantil y juvenil, y una breve incursión en el teatro. Esta obra apareció casi siempre publicada bajo el seudónimo de 'Caïel', obviamente un anagrama de su nombre, Alice.
A partir de 1901, tras su matrimonio con Pedro Blanco Suárez, se trasladó a Madrid, donde se integró en el círculo de la Institución Libre de Enseñanza (en la que fue profesora); a partir de ese punto su obra literaria se interrumpe, y sus energías se centran en la creación del Protectorado del Niño Delincuente, en sus colaboraciones periodísticas (escribió durante 12 años, por ejemplo, unas "Chrónicas de Madrid" para el Diário de Notícias) o en la traducción de novela, ensayo y teatro. Tras su muerte en 1929 se publicó un In Memoriam con textos de y sobre la autora, que revela la amplitud y variedad de su producción, y también el reconocimiento que recibió entre algunas de las personalidades más relevantes de su época, tanto en Portugal como en España.
Creo que este brevísimo perfil ya da idea de lo interesante que es esta autora, y de lo injusto que resulta su olvido, incluso entre quienes se ocupan de las relaciones culturales entre Portugal y España...
En cuanto a la novela que reseño hoy, Desgarrada, es la última novela que publicó (después de eso vendrían solo dos volúmenes de relatos, De longe (1904) y Retalhos de verdade (1908), y en ella se perciben claramente las huellas del traslado de la autora, de Lisboa a Madrid, poco antes o durante el proceso de escritura de la novela. De hecho, la protagonista de la novela, Germana da Câmara, también se traslada de Lisboa a Madrid, aunque por un motivo muy diferente al de su autora: para huir del oprobio por haberse quedado embarazada siendo soltera. Este traslado marca una clara división en la novela, que quizás no estuviera inicialmente planeada así (me atrevo a conjeturar): la primera mitad está dedicada a los desgraciados amores de Germana con el intelectualoide Ramiro (volveré a él más tarde), mientras que la segunda se desarrolla, unos años más tarde, en torno al hijo de Germana, Francisco, que ha sido adoptado casi como un hijo por el intelectual Manuel de Aguilar (en el que no es difícil identificar a Francisco Giner de los Ríos) y que se ve en la tesitura de tener que decidir si quiere o no conocer a su padre biológico.
Si digo que quizás la novela no fue planeada inicialmente con esta estructura, es porque la primera parte parece plantear una serie de temas o conflictos que se abandonan en la segunda, y de hecho ni siquiera el título, Desgarrada, parece corresponder del todo bien al contenido del conjunto de la obra. Así, en la primera parte, Germana está de hecho "desgarrada", entre creer las promesas y los supuestos ideales de libertad y progresismo de Ramiro, y la formación y el influjo conservador y religioso de su familia, un poco a lo Rosario en Doña Perfecta. (Con esta primera parte se relacionaría, también, la [espantosa] portada de la traducción española que coloco al principio). En cambio, en la segunda parte Germana es ya una mujer segura de sus ideales y de sus convicciones, que ha abandonado a su familia y a su país y que vive volcada en su vida intelectual y en la educación de su hijo; solo la reaparición indeseada de Ramiro sacudirá esa estabilidad duramente alcanzada (pero sin llegar, creo yo, a "desgarrarla" nuevamente, y de hecho como decía el centro de esta segunda parte es más el joven Francisco que ella).
Quizás uno de los elementos más actuales de la novela sea, curiosamente, el personaje de Ramiro, a quien en términos actuales calificaríamos de "(falso) aliado" (de los de "soy aliado send nudes"). Con un discurso progresista y feminista, lleno de supuestos ideales y promesas de libertad para la mujer, lo cierto es que acaba disfrutando de todos sus privilegios (de género, económicos, sociales...) y utilizando a las mujeres para obtener aquello que desea, sea estímulo intelectual, satisfacción sexual o una pequeña fortuna de la que vivir el resto de sus días. Aunque la autora (o mejor, la narradora) nunca es demasiado ácida con Ramiro, como sí lo es en cambio con otros personajes de la novela, sobre todo con los conservadores y los snobs, no deja de ser curioso que hace ya más de 100 años Alice Pestana consiguiese identificar este perfil de presuntos aliados feministas que, en el fondo, lo único que buscan es conservar o aumentar sus propios privilegios.
Me gustaría poder decir que Desgarrada es una obra maestra, que he descubierto a una autora genial que pasará a ocupar un lugar central en el canon de la narrativa portuguesa, pero no puedo llegar a tanto. Sí es una novela notable, diría yo, queirosiana en ciertos aspectos (por ejemplo en las escenas de salón) y en que la autora demuestra una capacidad admirable de introspección psicológica y de descripción social. Narrativamente creo que la estructura irregular de la que ya he hablado no acaba de funcionar del todo, y de hecho la parte final es bastante anticlimática. En todo caso, es una novela interesante por el modo como problematiza cuestiones sobre feminismo, educación, m/paternidad o familia que están ahora mismo, 120 años después, en el centro de muchos de nuestros debates.
Como se puede ver por la portada del principio, y como ya he avanzado, hay una traducción española de esta novela, de 1909, realizada por Hermenegildo Giner de los Ríos, el hermano del famoso pedagogo de la ILE. De hecho, Alice Pestana es, según Elias Torres Feijó, la autora portuguesa más traducida al español en su época. Solo ese dato ya debería servir para indicar que nos encontramos ante una figura de gran relevancia, que convendría seguir leyendo e investigando más de cerca...