sábado, 18 de octubre de 2025

Flann O´Brien: Crónica de Dalkey

Idioma original: inglés

Título original: The Dalkey Archive

Traducción: Mª José Chuliá García

Año de publicación: 1964

Valoración: Recomendable alto


Flann O´Brien es uno de los autores más originales que he podido leer, con una asombrosa capacidad para la digresión (inevitable buscar referencias en Laurence Stern), manejo del humor, a veces sutilísimo y a veces absurdamente grotesco, y sin límites aparentes para internarse en el disparate, rozando lo alucinatorio (El tercer policía, que me sigue pareciendo que trasciende con mucho la simple floritura imaginativa) o lo metaliterario (En Nadar-Dos-pájaros). O sea, creatividad por los cuatros costados, aunque siempre teniendo delante las peculiaridades de esa Irlanda que parece marcar de forma decisiva la literatura de la isla. 

En Crónica de Dalkey nos encontramos a aquella especie de científico-filósofo llamado De Selby, cuya desternillante bibliografía salpicaba de tanto en tanto El tercer policía. Ahora lo encontramos en persona, un tipo con economía en apariencia bien saneada (recuerda al Canterel de Roussel) que vive aislado en un caserón junto al mar y atesora importantes secretos. El tipo es capaz de gobernar de alguna manera el tiempo para, en una cueva submarina, comunicarse con personajes del pasado (cómo le hubiera gustado esto a Papini), encuentros en la práctica limitados a ciertos padres de la Iglesia católica con quienes discute bastante acaloradamente. Y dispone además De Selby de cierta sustancia con la que se plantea seriamente acabar con la Humanidad al completo. 

También filosofan o exponen ideas extravagantes otros personajes, como cierto policía que insiste en cierta transmutación entre hombres y bicicletas, e incluso los dos jóvenes que rulan entre tan peculiares personajes, todos ellos bien abastecidos de whiskey, cervezas o lo que se tercie, porque el alcohol fluye sin tregua a lo largo de todo el libro. Diálogos absurdos, o mejor dicho incrustados de todo tipo de desatinos, formulados con total seriedad, y cuajados de giros repentinos a otras digresiones (la práctica de la natación, el carácter supuestamente mendicante de los jesuitas, opiniones sobre Jonás el de la ballena), el universo infinitamente enredado y loquísimo que acostumbra a mostrarnos el gran O´Brien.

Pero no para ahí la cosa, porque un poco casualmente encontramos a un James Joyce al que se suponía muerto, que sin embargo ejerce de camarero en un pub y solo recuerda haber escrito Dublineses y un borrador del Ulises que aborrece y que, según asegura, utilizó sin consentimiento su editora Sylvia Beach (ésta es auténtica). Con lo cual ya tenemos medio completo el panteón irlandés, porque Joyce por una parte y la Iglesia católica por otra, y también ambos entremezclados y sazonados en alcohol, sostienen la estructura del libro en la que, como en otras ocasiones, el autor no se corta en absoluto a la hora de dejar cabos sueltos o subtramas abandonadas, o poco menos.

Todo es un desparrame de creatividad empapada de humor que podría extenderse sin medida si O´Brien lo quisiera así, porque se diría que el libro termina cuando el autor simplemente se cansa de sus monstruitos y le coloca un final que apenas tiene que ver (¿o sí?) con todo lo que hemos leído hasta entonces.  Y sin embargo, se le nota una tonalidad algo diferente a algunas de sus otras obras, como capas teñidas de un poco más de seriedad, quizá algo más intimista o reflexivo, como si estuviese planteando al lector, vale, te he sorprendido, te has reído y hemos puesto a prueba el ingenio, pero también te he dejado pistas sobre las que, despejando un poco el humo del sarcasmo y el malabarismo, puedes detenerte un momento. Esto no era una simple diversión, descubre tú mismo lo que está debajo: Irlanda con sus pubs, sus pequeños pueblos y su vida provinciana, impregnada por un catolicismo al que se puede poner a prueba o someter a un tercer grado, con su más ilustre personaje volteado y proletarizado. Así de complejo, sorprendente e inclasificable.

viernes, 17 de octubre de 2025

Desirée de Fez: Reina del grito

Idioma: español

Año de publicación: 2020

Valoración: entre recomendable y está bien

Para quien no la conozca, Desirée de Fez es una crítica de cine especializada en los géneros fantástico y de terror, colaboradora de programas televisivos, miembro (¿al final se podía decir "miembra" o no?) del equipo del Festival de Sitges y conductora del recomendable podcast Marea Nocturna, además de, como queda hoy patente, escritora de libros sobre, como es fácil de adivinar, el cine fantástico y de terror. De eso mismo, de hecho, va este Reina del grito... o quizás no del todo. O no sólo, mejor dicho. Porque la clave de este ensayo la podemos encontrar en el subtítulo: Un viaje por los miedos femeninos. Un viaje, eso sí de la mano de, cómo no, el cine fantástico y, sobre todo, de terror. 

Porque, precisamente, lo que nos explica la autora, que se confiesa no ya asustadiza o timorata, sino directamente aterrada por las diferentes circunstancias que se encuentra y se ha ido encontrando por la vida, es cómo las películas de este género (aclaremos ya que no necesariamente se trata de películas que dan "mucho susto", sino, en general, películas que utilizan los diferentes elementos característicos y el lenguaje propio del género de terror para contarnos sus historias) le han ayudado de una u otra manera a identificar y enfrentarse con sus miedos e incluso, aunque parezca paradójico, a superarlos. Por citar solamente los ejemplos más obvios, la película Carrie le sirvió para asumir el paso de la infancia a la adolescencia (simbolizada en la primera regla, como es más que evidente); La posesión, la superación de una relación de pareja tóxica; Rosemary's Baby (me niego a repetir el título que se le dio en España a este film), los miedos inherentes al embarazo y El exorcista, el miedo a la posibilidad de fallar en su labor como madre... No son las únicas películas, que aparecen, claro, sino que muchas más son mencionadas y, en más de una ocasión, comentadas con cierta atención, a los largo de los diecinueve capítulos del libro. Desde clásicos setenteros como  La profecía o Halloween a títulos más recientes de lo que algunos llaman "terror elevado", como Babadook o Hereditary, pasando por The Conjuring, ¿Quién puede matar a un niño?, Amenaza en la sombra... en fin, que el libro puede ser una buena fuente para sacar una lista de títulos para quien quiera adentrarse en el género. pero no es, que quede claro, un ensayo cinematográfico sobre el mismo; que no busque nadie aquí un análisis de los subgéneros -aunque de alguno que otro sí se habla-, los directores/as -ídem-, interpretaciones -lo mismo-, recursos escénicos, técnicos y narrativos, y demás pormenores que se suelen detallar en los ensayos sobre cine. Anécdotas, que también es algo que aparece con frecuencia en esta clase de libros, sí que hay, a montones, de hecho. pero no son anécdotas referentes a rodajes, promociones de pelis, etc. -de festivales sí que hay alguna que otra-, sino que en su gran mayoría se refieren a la vida privada y laboral de la autora, a sus recuerdos de infancia y juventud, y a sus dificultades para desenvolverse con soltura en los entornos en los que ha ido transcurriendo su vida. Dificultades por cierto, que, en su aspecto profesional, se refieren principalmente al hecho de haber sido, hasta hace poco, una de las pocas mujeres y joven, por añadidura, que desempeñaba su labor en un entorno muy masculinizado... 

Así que sí: este libro se trata, más que de un ensayo sobre un tipo particular de cine, de una suerte de memorias de la autora, concretadas a través de esos dos vectores, sus miedos particulares (o generales, pues muchos de ellos seguramente sean compartidos por buena parte de sus congéneres) y las pelis de terror. Es decir, una piedra más en el muro de literatura autorreferencial o "literatura del yo" que se ha ido erigiendo (y cerrando) alrededor de los indefensos lectores/as a lo largo de este siglo XXI. Como, personalmente, odio casi toda turra ególatra que nos viene emparedando ya digo, en lo que va de siglo,  lo lógico, habrá quien piense, hubiera sido abandonar este Reina del grito en cuanto me olí la tostada o, en último caso, haberlo puesto a caer de un burro en esta reseña, lo que tampoco estoy haciendo (dejadme acabar); hay, sin embargo, ciertas particularidades del libro que han propiciado que mi parecer vaya por otros derroteros, más favorables. A saber: 

  • Que, si bien se trata de un ensayo que podemos considerar memorialístico, no es, en ningún caso, un libro de la llamada (y malhadada) autoficción; es cierto que en él la autora habla continuamente de si misma, de sus miedos y las circunstancias, reales o imaginadas, que los provocan, pero creo yo que cualquiera que escribe autoficción lo hace para poder mixtificarse a sí mismo/a y presentarse ante el mundo como más cool de lo que es realidad, ya sea embelleciendo o encanallando su vida, mientras que también estoy seguro de que Desirée de Fez es, en la realidad, más guay de lo que aparece en este libro.
  • Esta falta (sospecho que intencionada) de "guayotismo" se compensa con el sentido del humor, autoparódico, incluso, que muestra la autora en muchas partes del ensayo y que hacen que se la mire con inevitable simpatía. El devenir autobiográfico del libro, que refleja vivencias desde que la escritora y crítica era una niña hasta ser una profesional de prestigio y madre de familia, de la infancia a la mediana edad, pasando por todo el resto de etapas -adolescencia, juventud, primera madurez- está muy bien hilado a través del recurso a las diferentes películas y se lee con suficiente agrado, siendo un poco reiterativo, tal vez, pero no redicho.
  • Por último, aunque quizás debería ser el primer punto, el tema del libro me resulta muy interesante; cómo, ante la gran variedad de miedos que podemos sentir los seres humanos en la actualidad (es decir, más allá de morirse de hambre o en un bombardeo israelí. O ahogarse al cruzar el Mediterráneo en una patera, que esos son miedos mucho más reales y acuciantes) y, en especial, los miedos más atávicos que han agobiado siempre a las mujeres, me temo, el cine de terror, en este caso, sirva no ya de representación de los mismos, sino incluso como catarsis y, en cierto modo, remedio contra esos miedos, a modo de medicina homeopática, si se quiere (que ya sé que es un timo, pero esto es sólo una metáfora) o de terapia de choque. Pero el caso es que puede funcionar...
En fin, no me extiendo más; repito que me parece un libro sugerente, aunque también creo necesario advertir de que no se trata de un ensayo sobre cine al uso. Por eso, a pesar del cierto pudor que siempre me produce enterarme de detalles de la vida privada, los pensamientos, obsesiones y paranoias de quienes escriben, algo que resulta inevitable en el género memorialístico al que me he referido y que ha invadido las estanterías de librerías y bibliotecas, no dudo en recomendarlo a quienes estén interesados, como yo, en el tema. Y no dudéis, sobre todo, en ver las películas de las que habla su autora en él; yo no las he visto todas (en ello estoy) pero sí unas cuantas y son todas excelentes. Después de todo, ¿quién dijo miedo?

jueves, 16 de octubre de 2025

Natsume Sôseki: El eco fantasmal de un koto

Idioma original: Japonés
Título original: Tosh
Traducción: Óscar Tejero
Año de publicación: 19
Valoración: Está bien

El eco fantasmal de un koto es una novela corta de Natsume Sôseki. En ella, el narrador, que está a punto de casarse, es sugestionado en pocas horas por la acumulación de distintos hechos: las aprensiones de su criada, una anciana supersticiosa; el diálogo que mantiene con un amigo del instituto al que visita; una lluvia torrencial; una conversación en la barbería sobre seres fantásticos...

Sin ser una novela particularmente memorable o compleja, El eco fantasmal de un koto cumple holgadamente su cometido y destaca por la solvencia de su prosa y su factura artística. Además, me ha gustado la facilidad con la que perfila a los personajes principales con apenas unos trazos, y ese pasaje de varias páginas, siniestro y atmosférico, en el el narrador emprende una caminata nocturna.

De modo que recomiendo El eco fantasmal de un koto a quien busque una historia de fantasmas más poética que aterradora; una historia de fantasmas en la que lo sobrenatural, si es que existe, supone una excusa para la exploración temática, el retrato psicológico y la estampa costumbrista.


También de Natsume Sôseki en ULAD: Aquí

miércoles, 15 de octubre de 2025

Olivia Sudjic: Asylum Road


 Idioma original: inglés

Título original: Asylum Road

Año de publicación: 2021

Traducción: Regina López

Valoración: recomendable


Asylum Road parece, a tenor de lo que leemos en la primera de las tres partes (cada una titulada según su emplazamiento) una novela algo estereotipada en los tiempos que corren: gente joven de un cierto perfil cultural que transita por relaciones sentimentales atenazada por la intensidad del mundo actual, por su creciente cúmulo de incertezas que amenazan la plácida existencia en el confortable mundo occidental. En este caso, Anya, que está preparando su tesis doctoral y recibe, vía el consabido anillo, la propuesta de matrimonio por parte de su novio Luke, propuesta que encaja de manera algo extraña, pues, aunque todo su entorno parece atravesar situaciones parecidas, Anya parece no encajar la expectativa de un compromiso. Toman el coche y viajan a la casa en Francia de los padres de él, un panorama que no puede mostrarse como más idílico y atractivo. Una pareja joven que consolida su relación, decide que ésta avance y lo comparte con las generaciones precedentes. 

Luego van a Split, en Croacia, hogar natal de la protagonista, del cual tuvo que huir durante el conflicto de los Balcanes (sí, ese que suele servir de ejemplo de cómo ciertas grandes naciones suelen digerir fatal todo movimiento que pueda empequeñecerlas, la eterna espada de Damocles sobre cualquier conato de cualquier comunidad por ejercer su soberanía) y las intenciones son las mismas. Dar a conocer el compromiso, evocar ciertos recuerdos, revisitar ciertos lugares, recuperar el idioma materno, comprobar como a veces lo mejor que se puede hacer con los orígenes es dejarlos ahí y respetarlos desde la distancia. Esa es la parte central de la novela, como si el dicho sobre la Patria de las personas y su infancia buscara un grado definitivo de validación, y casi involuntariamente, todo ese escenario cae a plomo sobre la narración: las situaciones de la guerra, los francotiradores, los bandos cambiantes en función de la evolución, la crisis familiar y la obligada dispersión entre aquellos que se quedan porque no tienen nada que perder y los que se van exactamente por lo mismo. Y de forma imperceptible, a través de esos dos recorridos, asistimos a una erosión de la relación, que vamos a achacar a la ansiedad y la inseguridad que Anya arrastra.

Sintonizar con una novela así resulta difícil y extraño. A veces me ha parecido recordar a tantas y tantas situaciones de perfil generacional, a novelas que ya me cuesta retener (aunque las de Ottessa Moshfegh, no sé por qué, las percibo en una longitud de onda similar, como tibias en una especie de laguna de confort vital y preocupaciones existenciales), y aunque creo que, de forma aislada, leerlas equivaldría a ver ciertas series o películas algo escoradas hacia el almíbar emocional, nada puede oponerse a esta u otra en particular. Cierto recorrido narrativo, estilo correcto, referencias más o menos comunes. Aunque conservo cierto regusto algo desconfiado: me da que publicar esta u otra en su lugar ya depende más de un primer lector influyente, de algún contacto adecuado.


martes, 14 de octubre de 2025

Paco Cerdà: Presentes

Idioma original: Español
Año de publicación: 2024
Valoración: Recomendable

Quede este canto como recuerdo de tantas vidas perdidas, de aquel país echado a perder.

Esta es la frase que cierra Presentes, libro de no ficción con el que Paco Cerdà continúa la senda explorada en El Peón y en 14 de abril. En esta ocasión, nos trasladamos a los últimos días de noviembre de 1939, a los 11 días y 10 noches (y 470 kilómetros) en los que tuvo lugar una de las ceremonias más inverosímiles (y mira que este país ha tenido ceremonias inverosímiles) de la historia de España, un acto megalómano y operación propagandística en el que se funden militarismo y religión. Hablamos del cortejo fúnebre de José Antonio Primo de Rivera (el Josean para los amiguis), del traslado de sus restos mortales desde Alicante hasta El Escorial.

El primer capítulo del libro es impactante. A la potencia visual y narrativa de los hechos en sí se suma el estilo que utiliza el autor: frase breve cual paso marcial, mirada poética, atmósfera tenebrosa como los cuadros de El Greco o ciertas pinturas de Goya. Y uno piensa que todo va a seguir por esa vía, que este libro va a ser una especie de Mientras Agonizo patrio montado por Leni Riefensthal, pero NO.

Porque Presentes se construye en dos planos contrapuestos: el de los presentes oficiales y el los escondidos. Porque en este libro hay mucho de memoria y homenaje, de retrato coral de unos años terroríficos. Y para ello Cerdà opta por estructurar el texto a modo de "tríptico diario": por cada día, una primera parte con el cortejo en sí y unas segunda y tercera parte en las que el autor pone el foco en personajes, anónimos o no, que de una forma u otra viven o mueren en esos días de posguerra. 

No me enrollo más y paso a enumerar las que, para mí, son las principales virtudes y defectos del libro. Entre las primeras hay que hablar de:

  • El ingente trabajo de documentación 
  • Su innegable y evidente voluntad literaria pese a su también evidente cercanía a la crónica y al documental.
  • El manejo de diferentes registros y voces. Si bien siempre dominados por la prosa poética, los textos de Presentes aúnan el lenguaje barroco, encendido o arcaizante de escritores abiertamente fascistas con herramientas ligadas a la modernidad.
  • La emoción que se desprende de varios de los textos. Destacan, en este sentido, Los 47, Miguelillo y Matilde.
En el lado no tan favorable tengo que mencionar:
  • Cierto desaprovechamiento del ya comentado potencial visual y narrativo que tiene el propio cortejo fúnebre.
  • Una leve sensación de agotamiento a medida que me acercaba al final, debido a la estructura elegida y textos quizá algo prescindibles.
  • El escaso peso de lo ensayístico / analítico, en lo referente sobre todo a la construcción del mito, del vaciado del hombre y sus ideas (sean estas las que sean) y de su utilización por el régimen franquista. Sé que sería otro libro pero, una vez que se insinúa en el texto, me hubiese gustado más profundización. 
Entonces, ¿qué? ¿Es un libro que merece ser Premio Nacional de Narrativa o no? Pues no es mala novela, ni mucho menos, pero la verdad es que me sorprende que no haya mejores obras escritas por autores españoles. De hecho, para mi las hay y reseñadas las tenéis en el blog.

También de Paco Cerdà en ULAD: 14 de abril y El peón

lunes, 13 de octubre de 2025

2x1: Strange Houses y Strange Pictures de Uketsu

Idioma original: japonés

Título original: 変な家 (Henna ie)

Año de publicación: 2021

Traducción: Sandra Ruiz Morilla

Valoración: Se deja leer (a duras penas)

¿Conoce alguien a un famoso youtuber que esconde su identidad tras una sudadera negra y una máscara blanca? No, no me refiero al soplagaitas aquél que se hace o hacía llamar Un Tío Blanco Hetero (a decir verdad, no sé si aún sigue con sus patochadas sacando vídeos), sino a un "creador de contenido" japonés conocido por Uketsu, de quien no se sabe la identidad y que se dedica a contar historias de misterio, con un toque weird e incluso de terror (bueno, ya os adelante que tampoco mucho). Por lo visto su video más visto en internet fue uno (este) sobre una casa cuyo extraño plano le movía a hacer ciertas indagaciones que desvelaban el terrible secreto que ocultaba. Como buen youtuber, adalid de los medios digitales, Uketsu enseguida escribió un libro -así, a la antigua, de papel con sus tapitas, etc.-, Strange Houses, que es uno de los que se reseñan hoy en este blog y cuyo éxito llevó luego a que se hiciese una no menos exitosa película en Japón. Movido por la curiosidad ante esta supuesto hit del terror psicológico, según diversos y entusiasmados medios que reflejaron su publicación en España, este mismo año (quiero pensar que de forma desinteresada y profesional) y movido por mi vocación de servicio a los seguidores y seguidoras de este vuestro blog que confían en nosotros para una prescripción acertada de lecturas, me puse a ello y le dedique al libro unas cuantas horas de mi vida que no recuperaré jamás...

Os resumo brevemente: el narrador -se supone que es el propio Uketsu- recibe la petición de consejo por parte de un amigo que está pensando en comprar cierta casa, pero hay algo que le parece raro. El narrador, a su vez, pide ayuda a un tercer amigo, que es arquitecto y, por lo que se ve, el más espabilado de los tres. Bueno, espabilado y fantasioso, porque a partir del análisis del plano de la casa saca unas deducciones totalmente gratuitas sobre circunstancias y sucesos luctuosos que pueden haber sucedido allí. Pero fijaos que ojo tiene el tipo, de nombre Kurihara -y que también aparece en la segunda novela que reseño hoy-, que en cuanto se le ocurre una hipótesis, por disparatada que sea, ésta pasa a ser automáticamente cierta, sin que nadie plantee posibilidades alternativas ni se intente comprobar por medio de algún tipo de pruebas... el método hipotético-deductivo más riguroso, vaya. es decir, más riguroso para programas tipo Cuarto Milenio, donde si sale un locatis diciendo que los chemtrails se deben a que nos fumigan con nanobots desde aviones o que la Tierra es plana y si te arrimas mucho al borde te caes, se da por buena la teoría y santas pascuas. Pues aquí lo mismo... Para que luego el asunto acabe siendo un culebrón familiar truculento, desestimando la novela, por desgracia, algunas posibilidades más inquietantes pero también más interesantes que parecían plantearse al principio. Una lástima, aunque ya os lo digo: eso no es lo peor...

Lo peor es que el libro parece haber sido escrito por y para lectores retr... bisoños. pero que muy bisoños... (es de suponer que el público mayoritario del canal de YouTube de Uketsu sean adolescentes, pero, coño, los adolescentes no tienen por qué ser tontos del culo y menos aún los que leen). Está escrito con una prosa supersencillita -los diálogos, incluso como si se tratara del guion de una película u obra de teatro-, sin el menor intento de utilizar recursos literarios que no sean los más básicos, una repetición constante de ideas (como en los programas de true crime, para entendernos, de los que supongo que Uketsu también tiene bastante influencia) y con muchas, muchas ilustraciones de los planos de las casas de las que se habla y que se supone ocultan la clave de un terrible secreto (terrible y totalmente inverosímil, os adelanto), con todo lo que se cuenta en el texto bien señaladito no sea que los lectores y lectoras, más acostumbrados, supongo, al lenguaje audiovisual, se pierdan con tanta palabrería... La ventaja de esta poca exigencia es que la novela se lee bastante rápido y el bochorno (quizás exagero; digamos la incomodidad) dura poco.

En fin, que si buscáis una historia de misterio con su punto de horror que os vuele la cabeza o incluso una novelilla de crímenes para pasar el rato... hacedlo en otro sitio, hacedme caso, porque con este libro vais a perder, si no el dinero (yo lo he sacado de la biblio, qué os creíais), al menos seguro que el tiempo...

Nota casi final: al parecer, hay una continuación o ampliación de este libro, aún no traducido al español (por fortuna), con once planos, nada menos, de strange houses de éstas... Vamos, no lo toco ni con un palo.


               Idioma original: japonés

               Título original: 変な絵 (Henna e)

               Año de publicación: 2022

               Traducción: Sandra Ruiz Morilla

               Valoración: Un poco mejor que el otro


Pues entonces, os preguntaréis y no sin razón: ¿a qué viene que hayas leído también Strange Pictures, la segunda novela del tal Uketsu? Os debo una explicación y esa explicación que os debo os la voy a dar... Debido a tres motivos fundamentales, a saber:

    1. Que soy más bueno que las pesetas y pensé que el amigo Uketsu, que parece buen chaval detrás de su máscara de asesino de slasher, merecía que le diera otra oportunidad, a ver si había mejorado como escritor.
    2. Que soy más bueno que el arroz con leche y pensé que los lectores/as de este blog merecen que haga el sacrificio de leer libros de dudosa calidad para poder advertirles de qué deben mantenerse alejados/as, por su bien.
    3. Que soy más bueno que... vale, que también lo había sacado de la biblioteca y ya, total, de perdidos al río... Así que me puse a leer esta otra novela perpetrada por el mismo youtuber misterioso, etc. y, mira por dónde, resulta que no está tan mal. O, en todo caso, está mejor que la anterior (tampoco era difícil). Parece que Uketsu habrá asistido a las clases de algún taller literario (o contratado un ghostwriter más competente) porque el resultado, sin ser tampoco para dedicarle una mascletà fallera, se lee con bastante más interés y hasta agrado que en el caso anterior.
En esta ocasión la cosa no va de hacer deducciones peregrinas a partir de planos de casas con truco, sino de hacer deducciones peregrinas a partir de dibujos que ha realizado alguno de los personajes de la novela. Entiéndaseme: las deducciones son igual de gratuitas y traídas por los pelos, por más que alguna de ellas pretenda basarse en las teorías psicológicas al respecto, pero aceptada la premisa de que Uketsu no se come mucho el tarro deductivo y menos aún busca una verosimilitud (que sus seguidores, además, seguro que ya le han otorgado de entrada), al menos ha sido capaz de componer una trama igualmente truculenta que en la novela anterior pero más creíble, aunque sea un tanto propia de película de sobremesa dominguera de Antena 3. Pero se le puede perdonar porque no da tanta vergüenza ajena como en Strange Houses. además, la estructura de la narración tiene cierto interés: en principio la novela está compuesta de cuatro capítulos  que parecen corresponder a relatos independientes unos de otros; a partir de un momento de la verdad, aunque determinado, sin embargo, queda claro que son cuatro partes o vertientes de la misma historia y componen en conjunto una novela de crímenes, drama(s) familiar(es) mediante... de esta forma, se logra mantener la atención del lector sin necesidad de cliffhangers forzados ni demás trucos bestselleros. La cosa no le sale mal del todo, a decir verdad.

Por lo demás, ya digo que el estilo literario ha mejorado bastante con respecto a la novela anterior y sin denotar una prosa preciosista, sino simplemente eficaz, se lee con bastante más alivio por ahorrarnos la spanish shame. Los personajes están más trabajados (tampoco era difícil), incluso con cierta profundidad psicológica, en algún caso. La trama detectivesca tiene también interés, aunque las pistas a través de los dibujos -también repetidos a lo largo del libro una y otra vez, con diagramas explicativos, además, para que nadie se pierda- están bastante traídas por los pelos, pero, en fin, también lo estaban las de las novelas de Sherlock Holmes. Aunque el maestro de Uketsu en esto de la novela policiaca es su compatriota Edogawa Rampo... y por lo que he leído en las reseñas del compañero Oriol, se nota.

En todo caso, mi consejo está claro: si alguien está interesado/a en leer alguna cosa de este autor que se esconde en las sombras interneteras, mejor decidirse por la novela de los dibujitos que por la de las casas (ya puestos, ¿por qué los títulos de la edición española son en inglés, si en el original están en japonés? Mí no entender...). O pasad directamente a su canal de YouTube, que, como también es en japonés, no os enteraréis de mucho (bueno, nuestro Alain sí) e igual hasta salís ganando...

domingo, 12 de octubre de 2025

O. Henry: La senda del solitario

Idioma original: Inglés
Traducción: Marcelo Cohen
Año de publicación: 1903-1911
Valoración: Está bien

La senda del solitario es una colección de relatos del escritor estadounidense O. Henry. Las catorce historias compiladas en este volumen se caracterizan por su sencillez (que no simpleza) en lo que respecta al fondo y la forma, y su absoluta querencia por el humor (un humor afable, casi entrañable, que llega a dulcificar incluso hechos tan patéticos o trágicos como la ruina económica o el crimen).

Personalmente, reconozco el estatus de clásico de O. Henry y soy perfectamente capaz de valorar las virtudes de su ficción (su ya mentada simpleza, su capacidad para perfilar a los personajes con apenas unos párrafos, su precisión estructural, sus giros argumentales...). Sin embargo, yo no he acabado de conectar con su humor (supongo que es demasiado lineal y bonachón para mí, que soy tan retorcido y cáustico). Tampoco me han asombrado demasiado sus desenlaces (Borges, por el contrario, los alababa, pues describió a O. Henry como un maestro del «relato en cuya línea final acecha una sorpresa»).

De manera que recomiendo La senda del solitario a quienes quieran adentrarse en el universo litertario de O. Henry, aunque deben tener en cuenta la humildad de su narrativa (pese a ser considerado un clásico y reivindicado por titanes de la talla de Borges, el autor apelaba a lo popular) y que su humor carece de afán crítico o mala leche.