lunes, 1 de diciembre de 2025

Semana de la poesía: Amor y pan de Paula Melchor

Idioma original: 
español
Año de publicación: 2022
Valoración: Muy recomendable
 
Antes de hablar del (precioso) libro de Paula Melchor, dejadme contaros una historia.
 
En ULAD no reseñamos mucha poesía; eso es algo obvio para cualquiera que nos acompañe con alguna regularidad. Así que hace un par de años nos dijimos: ¿y si hacemos una "semana de la poesía"? Quien más se involucró con la idea fue nuestro añorado colega Emilio; enviamos unos cuantos emails a poetas españoles, para sugerirles que colaborasen con una reseña de un libro de poesía, recibimos unas cuantas respuestas simpáticas... y luego, infelizmente, pasó lo que pasó: Emilio nos dejó y la idea de la Semana de la Poesía quedó aparcada... 
 
La historia tiene aún una segunda parte. Entre las respuestas que recebimos, la más simpática y generosa fue sin duda la de Juan F. Rivero, autor entre otras obras como Canícula, Las hogueras azules Raiz Dulce. Él no se animó a enviar una reseña pero, en cambio, me envió una docena (o más) de recomendaciones de poemarios españoles recientes; me los compré (casi) todos, y poco a poco los he ido leyendo desde entonces, conectando más con unos que con otros, pero reconociendo en ellos poéticas muy diversas e interesantes.
 
Uno de los libros de aquella lista era Amor y pan de Paula Melchor, que por aquel entonces acababa de ganar el Premio de Poesía Letraversal, y que fue, sin duda, de entre los poemarios que leí, el que más me impactó y me conmovió. Porque es un poemario lleno de sensibilidad, de ternura, de inteligencia, de belleza, a través de un lenguaje claro, transparente, casi conversacional en ciertos momentos, con un espíritu narrativo que huye de artificios innecesarios pero que tampoco cae en el prosaísmo de cierta poesía instagrammer
 
El título del libro (Amor y pan. Notas sobre el hambre) no engaña en absoluto; porque esos son los dos temas que dominan todo el libro: el amor, entendido fundamentalmente como una relación sentimental con un innominado "novio" (o quizás sean varios a lo largo del libro, poco importa), aunque también con el amor familiar, fundamentalmente a la madre; y el pan, el hambre, la comida, los lazos afectivos, culturales y físicos que se trenzan alrededor del acto de compartir el pan y la sal. (El libro incluye de hecho una receta manuscrita de "papas a lo pobre" para amigos y amantes...). También se construye en estas páginas un espacio, un pueblo (también innominado) que contrasta con una ciudad lejana, grande, "moderna", pero en la que también se es más proclive a la soledad y a la nostalgia.
 
Siguiendo esta combinación de temas, el libro se estructura en cuatro partes, correspondientes al "Desayuno", "Almuerzo", "Merienda" y "Cena", que a su vez vienen a corresponder, aproximadamente (aunque no de una forma que resulte excesivamente obvia o programática) a las fases de una relación amorosa. El tercer vértice de este triángulo, junto con el amor y el pan, es, claro, la poesía, el lenguaje, como expresa el primer poema del propio libro: Es importante el pan. // Las palabras están hechas / 

de pan y jengibre. 

El pan, metáfora omnipresente en esta primera sección, simboliza también los cuerpos, metáfora tal vez de origen religioso, aunque no solo (Ahora mi cuerpo / tiene que ser el pan). Por otra parte, las "conversaciones después del desayuno" parecen introducir ya una cierta disonancia, dentro de aquella tradición poética de la "albada" o "alborada" en la que la llegada del nuevo día significa la separación de los amantes: Me gustaría darle la oportunidad a nuestro / amor de acabarse por cansancio, pero te tienes que marchar.

La sección del almuerzo parece continuar esta idea de fracaso o ruptura, con un retorno a casa que es al mismo tiempo un espacio físico y simbólico (el pueblo, la familia, la infancia). 
Volver a casa sola volver

a casa arrastrando los pies

como una gata arrastrando

el lomo por el sol.

En esta sección gana peso, de hecho, la figura protectora y primordial de la madre, que parece surgir para lamer las heridas de la voz poética (también las que le inflige ese "topo interior" qua la consume, sobre todo en los momentos de soledad); una madre que es interlocutora y consejera, refugio y sustento, pero que también aparece, en algunos momentos del poemario, se siente lejana y ausente, una lejanía próxima (o idéntica quizás) a la muerte: El ombligo por el que una vez chupé la comida del cuerpo de mi madre es ahora la fosa en la que se pudre mi madre. Dos poemas consecutivos ("Le explicas a tu madre la relación con tu nuevo novio" y "Le explicas a tu madre la ruptura con tu nuevo novio") parecen condensar los temas y las dinámicas de esta sección, y del libro: esperanza, distancia, ternura, separación.
 
La sección titulada "Merienda" parece ser, como su título podría sugerir, un interludio reflexivo, en que la poeta habla alternativamente consigo misma, con su madre, con su novio, a veces quizás con varios interlocutores a la vez. En esta sección se encuentran algunos poemas más largos y abstractos del libro, aquellos que más huyen de las referencias concretas y materiales, como "Los fantasmas", aunque la recurrencia de metáforas naturales y físicas (el fruto, el cuerpo, la boca) parece introducirse incluso en los poemas más filosóficos, aunque sea a través de un muy carnal dolor de pies. Así se dice, en las "Instrucciones del hambre":
Sobre el fruto: la boca lo reconoce en el latir. Puede estar tras el pulmón o podría esconderse debajo de la piel de las manos y la boca lo buscaría siguiendo su latido. La boca se arrastraría recorrería el cuerpo todas las pieles y mordería la carne entera escarbando en busca de su fruto oculto. 
La sección final, "La cena", cierra y al mismo tiempo abre el ciclo: podría leerse como la antesala del desayuno inicial, como el momento de encuentro de los amantes y de la abertura de lo nuevo (de hecho el último verso del libro, antes de un poema "Para F.", es "¿Qué desayunaremos mañana?"). Y en otro de los poemas de la sección se lee:
Ahora que está oscuro y,
enredados en el sofá,
yo podría ser cualquier otra mi mano
podría ser otra mano
puedo cambiar la respiración
a una respiración cualquiera y el ruido de mi estómago es
        [lo único que me da nombre

quédate esta noche y prepararemos la cena 
Por otra parte, en esta última sección del libro es donde más explícita se hace la identificación de lenguaje (poesía) y alimento: empleando el lenguaje y las fórmulas de las recetas de cocina, el texto nos guía hacia la construcción de un poema que, a su vez, y como contrapunto, está íntimamente relacionado con la formulación del hambre, con su disección; un hambre que (creo que ya es evidente a estas alturas) no se refiere solo a las ganas de comer.
 
Voy acabando.
 
Hace poco leí una entrevista a un poeta (no importa quién, no se trata de eso) que decía que "la sentimentalidad es el porno de la literatura". Probablemente hace años hubiera estado de acuerdo con él; ahora mismo, no podría estar más en desacuerdo. Como dije en la reseña de El viaje de Estíbaliz Madrazo hay de hecho una equiparación de lo sentimental, de lo emotivo, de la ternura, con lo cursi, con lo ingenuo - y por supuesto, con lo femenino. Muchos (y aquí el masculino no es necesariamente genérico) hemos sido educados para adoptar una actitud distanciada, elevada, cool. Paula Melchor opta por lo opuesto: por la vulnerabilidad, la claridad, sensible; con un toque algo ingenuo y hasta infantil en determinados momentos, no como pequeños deslices o fallos que haya que perdonar, sino como una parte integrante y consciente de su poética. El resultado es un libro precioso, delicado, conmovedor, y muy inteligente en su construcción y en sus temas.
 
Paula Melchor acaba de publicar un nuevo libro recientemente, Conjuro. Valdrá la pena, sin duda, hacerse con él... 

domingo, 30 de noviembre de 2025

Sergi Moyano Hurtado: Operación Apolo

Idioma: español

Año de publicación: 2025

Valoración: muy recomendable 

Lo confieso: ¿me propuse leer este libro sólo por lo mucho que me moló su cubierta? Pues sí, no me escondo (pero es que miradla: no me digáis que no es una genialidad conceptual. Se entiende todo el libro de un vistazo... aparte de llamar la atención, que es de lo que se trata). A ver, también el tema me interesaba, lo reconozco, pero dudo que me hubiese planteado leer de inmediato el libro si hubiese venido envuelto de otra manera; probablemente lo habría dejado en el tsundoku hasta tener tiempo de echarle un vistazo (que no hubiera sucedido nunca).

Dicho esto, la decisión de leerlo ha resultado realmente satisfactoria. El libro, que en principio no es sino una crónica periodística sobre un suceso ocurrido hace más de cuatro décadas, se lee, además, como un thriller policíaco y político, amén del retrato de una época y unas circunstancias  que nos pueden parecer ya lejanas, pero, a la vez, indefectiblemente cercanas. O viceversa... Ahora bien, ¿de qué va, ya con más concreción? El subtítulo del libro lo explica a la perfección: De cómo ETA secuestro al rey de los helados (suena un poco a una exploitation de la peli de Willy Wonka, lo sé); es decir, y para ser más exactos, de cómo ETA político-militar secuestró en enero de 1981 al empresario valenciano Luis Suñer, propietario, entre otras cosas, de la fábrica de helados Avidesa, marca hoy desaparecida, pero que quizá nuestros lectores/as de mediana edad (aunque jóvenes de espíritu) recordarán con cariño. Tres meses le tuvo retenido un insólito comando valenciano de ETA-pm  -o medio valenciano, en todo caso-, para al cabo liberarlo tras cobrar un rescate de más de trescientos millones de pesetas de la época -los que llamaron "suñerdólares"-; con ellos se financió la disolución de esta banda armada (continuaría la llamada ETA militar, aclaro a quienes nos lean fuera de España), amén de alguna otra y sorprendente inversión, que conocerá quien lea el libro. 

La historia resulta pinturera no sólo por los sorprendentes elementos del caso, sino por el carácter o idiosincrasia de sus protagonistas. Por la parte de sus secuestradores, ya digo que se trataba de un comando medio valenciano, aunque sería más preciso decir medio valenciano-madrileño -además de medio vasco, como es de suponer-, pero es que el secuestrado, Luis Suñer, también era un personaje peculiar: se trataba de un empresario de gran éxito hecho a sí mismo (pero de verdad, no como los que ahora presumen de ello), de cuyas empresas dependía buena parte de la economía de la ciudad de Alzira, donde era considerado no ya un prohombre o un benefactor, sino una especie de padre o de padrino... Este tipo de empresariado paternalista, que se preocupaba ,a demás deganar de dinero, del bienestar de sus trabajadores -siempre que no se atreviesen a llevarle la contraria, claro- era bastante propio o, al menos promocionado, en la época franquista y era algo bastante típico, creo, en el País Valenciano. Sobre Suñer, particularmente, basta decir que era un empresario que presumía de ser el que más impuestos pagaba en España -y, de hecho, colaboraba con campañas publicitarias del Ministerio de Hacienda-, que lo mismo financiaba las fallas de su localidad que prometía enviarles helados a la cárcel a sus secuestradores. 

Así, el libro, y sin olvidar en ningún momento la tragedia que supuso el terrorismo de ETA en aquellos años y posteriores -más allá de este secuestro y otros secuestros, se nos recuerda tanto la comisión de atentados con víctimas indefensas como las torturas cometidas por las fuerzas de seguridad para combatirla-, transita entre, como he comentado, el reportaje extenso y el thriller, pero sin poder evitar algunos momentos, si no abiertamente humorísticos, digamos que "berlanguianos" (qué otro adjetivo poner, si no...). No obstante, sobre todo, resulta un libro de lo más entretenido y absorbente, que se lee en un suspiro, pero que, al mismo tiempo, hace gala de un rigor del que ya podrían aprender muchos periodistas o ensayistas de más renombre. A partir de una circunstancia casual, como fue el conocimiento de uno de los secuestradores, nunca detenido y ni siquiera identificado, Sergi Moyano llevó a cabo una gran labor de investigación, no sólo por medio del expediente del caso  de la hemeroteca de la época, sino entrevistándose con todos los personajes que se vieron involucrados de alguna manera que pudo. Y, además, lo que me resulta más asombroso teniendo en cuenta que se trata de un periodista muy joven, sabiendo transmitir el latido de aquellos años convulsos y la humanidad de quienes los vivieron. El resultado es, en mi opinión, uno de los mejores libros publicados este año, cuando menos es la categoría de no ficción. Aunque, vuelvo a insistir, como narración no tiene desperdicio.  Menos aún que la cubierta...

sábado, 29 de noviembre de 2025

Joan S. Luna - J. De Montfort (Editores): C. Tangana - Del rap crudo a la alfombra roja

 


Idioma original: español

Año de publicación: 2025

Valoración: recomendable / imprescindible para interesados

Quizás la cosa se reduzca a algo tan binario como dirimir si la figura de C. Tangana merece o no respeto en el entorno elitista y poco dao a perdonar deslices que viene a llamarse la crítica. Sí: aquellos que pueden determinar que no ser nada cool puede ser lo más cool y viceversa. Aquellos que te ensalzan por logros insignificantes y te machacan si perciben que lo intentas demasiado. Afortunadamente, hablamos de un libro sobre un músico que publica discos, no de discos en sí: ahí el mínimo desliz te precipita al ostracismo. Pero, hablando de literatura, quizás porque el perfil del lector promedio sea menos caprichoso, más reflexivo que el oyente promedio. 

Es curioso que, en varios de los artículos incluidos sea el propio C. Tangana quien se vea, eln alguna década futura (golpe en la línea de flotación, cuando sea ya mayor) como escritor.

Pero el presente del cantante de los mil nombres (demasiados para mencionarlos, aquí le llamaremos C. Tangana) está asociado a la música, y este libro parece ser como una cuarta pieza, una prolongación (tras disco, gira y documental) del colosal éxito de su disco El Madrileño  (ese que les gustó a los boomer). O como una repercusión natural, una secuencia de ese proceso que se inició cuando interpretó Un veneno ante una cariacontecida audiencia de ingenuos asistentes a una gala de ese abyecto experimento anti-musical llamado Operación Triunfo. Cuestión que en no pocos artículos se considera un hito: el raperose nos vuelve sensible y sus canciones casi tienen estribillos.

Joan S. Luna y el inquieto José De Monfort recogen en este entretenido volumen desde las andanzas previas del cantante hasta su explosión comercial, hasta todas las reacciones (algunas a destiempo) posteriores. Aquí podemos dar la hipérbole por descontada, no en vano cuando uno pasa a integrar la iconografía pop (pop! gritos de horror) cualquier tonalidad gris queda descartada, desde la apreciación de su obra hasta los detalles más sórdidos han de contar con algún detalle, algún aspecto que llame la atención. Pero también ese ámbito queda equilibrado. Hablamos de un hombre, pasada la treintena, que ha estudiado una carrera de esas con poca salida. Que ha tenido trabajos de mierda, que ni se ha arrastrado por el fango ni ha disfrutado de privilegios de cuna hasta que ha logrado que el mundo (el público y la crítica) reconozcan su talento. Se habla de un músico que aún depende de si un eventual nuevo disco disfrute de una buena o mala acogida para confirmar su status de estrella local o incluso global.

Todos esos artículos de prensa de antes, de mientras, de después. Todas esas semblanzas acerca de personas que han andado por ahí, ese reguero de menciones a influyentes e influidos, a videos en Youtube, a las publicaciones que iban pasando, cada vez, menos desapercibidas. Todo está en este libro.

viernes, 28 de noviembre de 2025

Xavier Mas Craviotto: Animals inexpressius

Idioma original: catalán
Título original: Animals inexpressius
Traducción: sin traducción al castellano en el momento de publicar esta reseña
Año de publicación: 2025
Valoración: muy recomendable


Hay talentos que, ya de bien jóvenes, destacan por tener una sensibilidad especial a la hora de escribir, ya sea una novela, relatos cortos o poesía. Pero hay autores que justamente su paso por todas las disciplinas literarias (y especialmente la poesía) les otorga un valor adicional no siempre al alcance de todos. Porque es difícil destacar en cada una de esas facetas, pero Mas Craviotto lo consigue, pues este libro de relatos (su primer recopilatorio) se suma a los éxitos en clave de calidad literaria que consiguió con las novelas o sus poemas. Veamos lo que nos ofrece en esta antología.

El libro que nos ocupa nos presenta una recopilación de diez relatos, de duraciones entre las cincuenta páginas el más largo y catorce el más corto, escritos todos ellos en una misma época. Y, como en todo libro de relatos que se precie, todos ellos tienen algo en común, un hilo conductor que permite al lector hilvanar las diferentes historias para que, también en conjunto, tengan sentido, que a su manera se puedan entender como una continuación uno del otro, no ya a nivel argumental sino a nivel emocional, casi sensorial que los conecta de manera orgánica y natural. En este caso, el nexo común a todos ellos es la inercia, una inercia que empuja a los personajes a seguir con unas vidas que no perciben ya como propias, sometidas a una desconexión permanente ya sea de la pareja, del mundo, del futuro o incluso de su propia vida. Así, los personajes que protagonizan los relatos se ven arrastrados por una cotidianeidad de la que no saben cómo escapar, por unas expectativas que les empujan adelante sin ver (o pretendiendo no hacerlo) el abismo que se abre ante sus vidas; un abismo que sortean como pueden, empujando los días, uno a uno, intentando así salvar el escollo que les niega la felicidad, sin tener en cuenta que, en cada decisión, la cuerda que los sostiene es más débil, más fina, casi un hilillo en el que agarrarse justo antes de la caída final que no siempre se produce, aunque quizás paradójicamente sería esa su salvación.

Para no extenderme demasiado, no desgranaré cada uno de los relatos porque, además, con ello, hurtaría a los futuros lectores parte del encanto que tienen de manera intrínseca los relatos: la contundencia de esa ventana temporal que se abre in media res a una historia y que nos permite ser testigos por un corto espacio de tiempo de unas vidas que uno percibe más amplias de las que se nos refleja. Y es que, en parte, ese es uno de los puntos fuertes de las grandes narraciones en el genero de los cuentos: la capacidad del autor en dejarnos ver, a través de unas pocas páginas, unos personajes que por lo que se insinúa en el relato tienen vidas previas y posteriores al momento narrado, podemos intuir su pasado y su futuro fuera del cuento convirtiéndonos momentáneamente en testigos temporales de sus vivencias. A pesar de ello, sí diré que mis preferidos son el primero de ellos («La noche atrapada dentro del retrovisor») en la que el autor teje un relato duro, intenso, con una tensión palpable que se extiende como un manto a lo largo del relato. Una historia de vacíos, de silencios, pero sobre todo de una inercia que empuja a sus personajes hacia un abismo, cada uno el suyo, con su propio interminable fondo al que ni la oscuridad propia de los propios temores les hace apartarse de un borde que les tienta absorbiéndoles hacia un agujero existencial en sus vidas. También me ha parecido sublime el relato «El laberinto», sobre un niño prodigio, que conoce todas las banderas de los países del mundo, sus capitales y la forma de sus países. Un niño incomprendido por los padres porque ven que en su cerebro hay como una especie de laberinto donde se encuentra todo lo que recuerda y que, a diferencia de ellos que «sólo tenemos una calle», su hijo nació «con una ciudad en la cabeza». Un niño inteligente con unos ojos que «eran de alguien que había entendido la vida mucho mejor que los adultos. Alguien que había entendido el mundo y se aburría porque ya no había nada que hacer en el mundo, cuando lo has entendido». También resulta sobrecogedor el relato «El día que desapareció el Sol» o también triste y desesperanzador «El iceberg».

En esta recopilación, Mas Cravitto ha bordado un libro a través de un conjunto de textos enlazados, no solo simbólicamente sino también sutilmente a través de puntos de unión argumentales entre ellos, que desprenden violencia, alguna vez física, alguna vez psicológica pero siempre interior, por la frustración de no haber conseguido una vida mejor, por no haberse rebelado en los momentos en que la vida lo exigía o demandaba, por ser demasiado débil o demasiado fuerte, por una pérdida o por un exceso, por uno mismo o por los demás. Violencia contenida o explícita que rodea a sus personajes, así como lo hace también la desesperación o la tristeza, todas rodeadas en un abrazo letal que lo arrastra y los condena. No hay redención, no hay una brecha por lo que la luz pueda asomar y mostrar un nuevo camino, todos parecen perdidos y condenados a una vida que no quieren, pero de la que no consiguen encontrar escapatoria porque, tal y como dice el autor en uno de los cuentos, «es cabrona la inercia. Hace que dejes de entender cosas. Hace que dejes de entender las cosas porque antes ha hecho que dejes de hacerte preguntas. Dejas de preguntarte por qué haces lo que haces, qué sentido tiene todo lo que te envuelve. Entonces sí que estás muerto». Una muerte muy presente en los relatos, pues en uno de ellos afirma, sabiamente, que «las personas que amamos no se mueren solo una vez. Se mueren muchas veces. Cada vez que las recordamos vuelven a morirse. Una y otra vez. Infatigablemente. La muerte no se cansa nunca».

Para terminar, dijo el autor, en una charla en la que participé, que cuando empieza a escribir un nuevo texto no parte de un propósito sobre en qué campo situará el texto: deja que la idea le venga a la mente y luego busca qué cuerpo encaja mejor con la idea. Y, una vez leídas varias de sus obras, no me cabe duda de que todas ellas encajan como un guante, aunque no siempre de seda.

También de Xavier Mas Craviotto en ULAD: La mort lentaLa gran nàusea, La pell del món

jueves, 27 de noviembre de 2025

Byung-Chul Han: El espíritu de la esperanza

Idioma original: alemán

Título original: Der Geist der Hoffnung

Traducción: Alberto Ciria

Año de publicación: 2024

Valoración: Decepcionante/Filosófico


‘Guerras, migraciones masivas, atentados, catástrofes climáticas, crisis y pandemias: escenarios apocalípticos muy diversos nos confrontan con una inminente amenaza de hundimiento y extinción [..] Sin embargo, de la desesperación más profunda nace también la esperanza más íntima. La esperanza nos abre tiempos futuros y espacio inéditos, en los que entramos soñando’. Bajo un título como El espíritu de la esperanza y con una contracubierta con semejante invocación, queremos pensar que Byung-Chul Han, él sí, ha dado con la tecla para ofrecernos el salvavidas que nos saque del marasmo en que nos hemos metido en este cuarto de siglo. Quizá por eso le acaban de dar un nuevo premio más, y hasta parece que se ha hecho un poco más popular.

Un preludio bastante largo nos deja un poco descolocados, porque empieza a referirse a raíces etimológicas y a enfrentar esa esperanza a diferentes conceptos, angustia, miedo, optimismo. Este deslindar el concepto parece algo muy profesoral y, aunque se prolonga más de lo esperable, espera uno que pronto se ponga el Sr. Han a explicarnos cómo podemos albergar esperanza en tiempos tan inciertos. Pero no. Lejos de bajar a nivel terrenal, el texto sigue navegando entre conceptos abstractos, presentando a buena parte del panteón de la filosofía alemana del último siglo, desde Heidegger a Adorno, Benjamin, Bloch o Arendt, incluyendo a algunos foráneos como Derrida, Camus o Václav Havel. Seguimos página tras página desglosando la culpa o la teoría del perdón, esperanza y acción, soñar dormido y soñar despierto, la reflexión prospectiva y retrospectiva.

Como se ve, nada que contribuya a sacarnos de la zozobra de los genocidios, aeronaves hostiles que sobrevuelan los cielos, o diversas especies de dictadorzuelos de ópera bufa desgraciadamente demasiado poderosos para tomarlos a broma. Tampoco me seduce precisamente ese estilo de frase breve y redonda que salpica el texto con insistencia: puede que simplemente sea la forma de expresarse del autor, pero da la impresión de buscar siempre la cita célebre, lo cual se confirma sospechosamente cuando uno escribe en el buscador Byung-Chul Han y la búsqueda más frecuente que se ofrece es ‘citas’ o ‘frases’.

Pero tampoco nos enfademos demasiado con este autor coreano afincado en Alemania. Esto no es en realidad otra cosa que un libro de filosofía, y Han disfruta tomando el hilo de algunos  de sus colegas y confrontando con otros, siempre en torno a ese concepto de esperanza, como podría haber sido cualquier otro. Y estas reflexiones (o discusiones, que también) son las que posicionan a los filósofos en su mundo particular, porque en definitiva es a lo que se dedican.

Así que desde ese punto de vista no me siento capaz de negarle valor al libro. El problema es otro: cuando estudiábamos filosofía se desplegaba un esfuerzo generalizado por convencernos de que aquello tenía una utilidad real, quizá a largo plazo, tal vez solo (y eso sería suficiente) para iluminar el espíritu y hacernos pensar, hacernos más humanos, y qué sé yo. Siendo muy sincero, y aunque esto pueda parecer una aberración, tengo que reconocer que me resulta muy difícil encontrarle utilidad a estas elucubraciones, como no sea en un plano casi completamente abstracto, como una pequeña semilla que, aunque la ignoremos, contribuye a hacer que la Humanidad sea un poco mejor (aunque no lo parezca).

P.D. En cualquier caso, lo mejor del libro son en mi opinión las varias reproducciones de pinturas de Anselm Kiefer que incluye, aunque es indudable que en el pequeño formato del libro lucen mucho menos grandiosas que a tamaño natural. Y tampoco tengo nada claro que sean lo más indicado para ilustrar un texto sobre la esperanza porque, a mí al menos, estas obras, aunque muy sugerentes, me mueven a sentimientos mucho menos luminosos.


Unas cuantas obras de Byung-Chul Han reseñadas en ULADaquí


miércoles, 26 de noviembre de 2025

Colaboración: Solo humo, de Juan José Millás

Idioma original: castellano

Año de publicación: 2023

Valoración: Divertido y Está muy bien


Juan José Millás sigue incombustible medio siglo después, lo que es una gran noticia para sus seguidores. A esta se suma otra más: su regularidad. Gracias a ella ha mantenido un ritmo de publicación que da como media aproximada un libro cada dos años.

En los últimos tiempos, ¡albricias!, ha agudizado el ritmo. Uniéndolo, además, a una portentosa capacidad de captar el signo de los tiempos. Obras de justa extensión que se incautan del lector, como Solo humo, en la que al protagonista, dicho sea de paso, le ocurre lo mismo. Paso a explicarme.

Carlos recibe la noticia de la muerte de su padre en accidente de moto. No es ningún secreto, porque se cuenta en la tercera frase. En la visita al piso que ha recibido como herencia, Carlos encuentra un cuaderno con apuntes de su progenitor, que procede a confiscar convenientemente. Ya de vuelta en casa, lo lee y halla en él una historia que le insta a mudarse inmediatamente a la vivienda recién transmitida.

En su nuevo domicilio al que marcha con no poca oposición de su madre, descubrirá dos pasiones que van a marcar su vida justo al momento de cumplir la mayoría de edad: los cuentos de hadas, que lee en un volumen de los hermanos Grimm, y su vecina Amelia, que le dobla la edad y por la que siente una fuerte atracción instantánea. Según parece, tanto objeto como persona son viejos compañeros de su padre recién fallecido.

Y en la investigación a fondo de estos dos misterios que operan sobre su curiosidad se vuelca Carlos sin miedo a las consecuencias. Pero en esta nueva fase de su vida tendrá también que poner límites si no quiere que se repitan dinámicas indeseables.

Además de homenaje a la literatura en general y a los cuentos de hadas en particular, Solo humo es paradigmático de la forma de ver la vida de Millás, quien afirma estar más en deuda con los libros que con las propias vivencias. Relator eficaz y potente como él solo, desarrolla una trama a varias bandas con personajes que se desdoblan y se reencarnan, y que cruzan como cosa cotidiana la frontera entre fantasía y realidad.

Como dijimos al principio, Millás es un raro caso de autor. No solo es que haya ido apuntalando su literatura con el tiempo, sino que el tiempo ha apuntalado también su literatura. Para sus lectores es vertiginoso comprobar que su estilo rápido de reflejos resulta ahora casi más actual que cuando empezó, paradoja digna de su diario La vida a ratos o de su libro más reciente. Ojalá ambos títulos también apareciesen por aquí en algún momento.

Firmado: César

También de Juan José Millás en ULAD: Dos mujeres en Praga, Hay algo que no es como me dicenHay algo que no es como me dicen (re-reseña), Articuentos completos, La mujer loca, Laura y Julio.


martes, 25 de noviembre de 2025

Jose Valenzuela: Una

Idioma original: Español 

Año de publicación: 2025

Valoración: Está muy bien

Me resulta inevitable pensar en Persona cuando miro la bergmaniana cubierta de Una. Tras la lectura de la novela, no me cuesta nada imaginar a Bibi Andersson y a Liv Ullmann en el papel de Una y de Jana, las dos protagonistas de un texto que, tirando de referencias cinematográficas, tiene también mucho de David Cronenberg. Y es que aunque, al menos inicialmente, podríamos etiquetar la novela de debut (¡y qué debut!) de Jose Valenzuela dentro de la ciencia ficción especulativa, hablamos de un texto firmemente arraigado en obsesiones y preocupaciones atemporales.

De hecho, el comienzo de Una es absolutamente distópico. Mentes disociadas, "ladrones de cuerpos", implantes, desconexiones, etc que dan paso, progresivamente, a una historia plagada de máscaras y espejos, de entradas y salidas, a un puzzle complejo acerca de la identidad y su pérdida, la soledad, el dolor, el amor (sea en las formas que sea) y la muerte. 

Pero en el caso de Una, casi tan importante como la historia que Valenzuela nos cuenta es el cómo nos la cuenta. Porque, tal como se dice en la página 27 del texto... Todo lo que se podría decir en este puto mundo ya se dijo en algún momento anterior. Lo único que podemos hacer ahora es decirlo de forma diferente. 

Y así, la estructura cobra un peso fundamental. Una se mueve en diferentes niveles narrativos. No entraremos aquí en narratología ni mandangas similares (mis conocimientos son casi nulos), pero bastará decir que hay una historia principal distópico-existencialista (la de Una y Jana) conectada con varias subtramas personales y familiares que llevan a la novela a un terreno más realista, y que tanto unas como otras se ven interrumpidas / atravesadas por un coro de tragedia griega que lleva a Una hacia lo metaliterario (el papel del autor, la relación autor / personajes, relatos sobre el relato contados desde dentro del relato, etc). Ese ver(se) la novela desde fuera choca en un primer momento, pero funciona y cobra sentido a medida que avanza el texto.

En resumen, una primera novela compleja y ambiciosa, no recomendable para todo los públicos (me temo que Valenzuela sabe que no es lo que se dice un escritor comercial 😜😜) pero sí para aquellos que gusten de textos arriesgados que opten por caminos menos explorados para hablar de aquello que fuimos, somos y seremos.