Un libro al día
Cada día, una nueva reseña
lunes, 17 de noviembre de 2025
Carlos Pérez Merinero: El ángel triste
domingo, 16 de noviembre de 2025
John Steinbeck: La luna se ha puesto
sábado, 15 de noviembre de 2025
David Grann: El comandante yanqui
Título original: The Yankee Comandante
Año de publicación: 2012
Traducción: Sandra Caula
Valoración: muy recomendable
Con apenas ciento veinticinco páginas, y un tiempo de lectura de apenas un par de horas, El comandante yanqui es el tipo de lectura que ofrece mucho más de lo que tan escueto contenido pueda hacer presagiar. La historia de William Morgan, que se une en los años 50 a la guerrilla que acabará alzándose con el poder en Cuba, derrocado Batista podría parecer, en estos tiempos turbios dominados por las opiniones políticas contrapuestas usadas por doquier (sobre todo en las RRSS, por supuesto) como armas arrojadizas algo proclive a la idolatría, a la idealización. Y no es que la historia deje al régimen cubano en demasiado buen sitio, más bien simplemente añadido a la larga lista, con muchos miembros ya, de experimentos utópicos, tan loables y admirables en sus planteamientos, tan necesarios en sus determinados momentos históricos, tan deteriorados o directamente dinamitados por lo que siempre acaba siendo la naturaleza humana en su peor versión: avaricia, corrupción, afán de poder que se interpone en los ideales. También esa especie de paroxismo que ataca a cualquiera que ostenta el poder absoluto y que acaba haciendo cierta la máxima: todos los totalitarismos acaban pareciéndose y una de sus condiciones más habituales es la obsesión enfermiza por neutralizar a la disidencia, incluso en sus estadios más seminales.
Queda clarísimo en esta biografía: Morgan perteneció al círculo cercano a Fidel Castro, cuya primera intención fue acabar con una dictadura e implantar la democracia en la isla caribeña. Y esa idea fue la que sedujo a Morgan un joven norteamericano cuya vida hasta ese momento había sido errática y poco ejemplar. Pero se sintió atraído por ese ideal, el de defender a los desfavorecidos que sufrían la fuerte represión de la dictadura de Batista, muchas veces con la connivencia o la ayuda descarada de los servicios secretos - la mítica CIA - siempre tan obsesionados por sofocar cualquier posibilidad de que los estados iberoamericanos pudieran desequilibrarse hacia la izquierda. Ese mapa de influencias de orden casi contradictorio (¿no eran ellos los garantes de la democracia y las libertades?) se configura a lo largo del libro y presenciamos como Morgan empieza a dudar de aquello a lo que apoyado.
Por supuesto, la sombra de la traición (incluso la traición a uno mismo) acaba pesando en su vida, y Grann lo explica de una forma amena, directa, casi periodística y por supuesto sin desagradables decantaciones ideológicas. Nada tendencioso y casi bruscamente real, la historia de Morgan es tejida de una forma clara, vehemente, incontestable, en un texto de una concisión severa y aplastante, que ni siquiera necesita trazar elipsis, tal es su síntesis y su intensidad formal.
También de David Grann en ULAD: Los asesinos de la luna
viernes, 14 de noviembre de 2025
Jon Fosse: Vaim
Título original: Vaim
Traducción: Meritxell Salvany en catalán para Galàxia Gutenerg y Cristina Gómez-Baggethun en castellano para Random House
Año de publicación: 2025
Valoración: muy recomendable
jueves, 13 de noviembre de 2025
Garazi Albizua: Termita
Año de publicación: 2024
Valoración: entre recomendable y está bien
La protagonista de esta novela con título de bichito que se come la madera es una mujer que vive con su abuela en un caserón de las afueras de alguna localidad sin especificar, física y socialmente distanciadas del resto de la comunidad, que las evita, excepto para solicitarle favores a la abuela, que practica ciertas brujerías...
Sí, no me he equivocado de novela, amigos/as de este blog; este comienzo bien podría servir para otra novela ya reseñada magníficamente en este blog, (magníficamente por mis compañeros Santi y Oriol, quiero decir, que yo no di un palo al agua), de tal forma que cualquiera podría pensar que Garazi Albizua se ha inspirado, de forma consciente o no, en la de Layla Martínez... Bueno, pues hasta ahí, porque lo cierto es que, más allá de la primera premisa, ambas novelas no tienen mucho que ver la una con la otra. La que nos traemos hoy entre manos no nos propone una historia de carácter o con componentes sobrenaturales -aparte de las supuestas brujerías que he mencionado-, ni tampoco una reivindicación de los humillados por el pasado -bueno, un poco sí, pero de forma tangencial-; se trata, en cambio, de un conjunto de vivencias, pensamientos y recuerdos de la protagonista, una mujer ya madura con ciertos problemas de relación social, un trastorno de apetito desenfrenado y un vínculo basado (aparentemente) en la dicotomía amor/odio con su abuela, a la que ella llama la Termita.
Es la figura de la abuela, precisamente, la que va tomando cada vez más importancia a lo largo de la novela, haciéndose un hueco en el espacio ocupado, casi en su totalidad, por la protagonista/narradora y sus cuitas; de hecho, hasta el final es difícil entender porqué la autora le ha puesto este título a la novela, pues en gran parte de ésta la abuela es un personaje de fondo, extraño y enigmático, si se quiere, pero no central. Extraño y enigmático para su nieta, claro, que si algo demuestra a lo largo de la novela es que es un ejemplo evidente de una narradora poco fiable, de forma que la percepción que tenemos de ella y de su entorno cambia a lo largo del libro; es evidente también que se trata de una persona con problemas psicológicos o con "disforia existencial", si se prefiere usar una expresión más ad hoc... aunque no errónea porque, de hecho, tiene algo de personaje de novela existencialista, como un Meursault femenino, gord... perdón, de tamaño diferente y que trabajara de teleoperadora. Bueno, también en apariencia, porque al final (y no pretendo hacer un spoiler, así que seguid leyendo bajo vuestra responsabilidad), la historia se revela más como un drama familiar lleno de buenos sentimientos que como una descarnada y escéptica novela sobre contra el mundo y contra la vida, que diría nuestro amigo Michel...
La cierta confusión para una lectura lineal de esta novela que nos puede inducir una protagonista-narradora de estas características -siento denominarla siempre así, pero es que en el libro no llegamos a conocer su nombre- resulta desconcertante en un principio pero, a la postre, se entiende su causa y, es más, refuerza la comprensión de la historia que, ya digo, resulta contarnos algo diferente de lo que parece en un principio. Ayuda a que nos sumerjamos en la novela, en gran medida, la prosa de esta autora vasca, llena de brío y recursos, con un estilo fácil de emparentar con el de muchas escritoras contemporáneas, sobre todo (aunque no sólo latinoamericanas) que retratan a sus personajes femeninos y sus circunstancias vitales "sin pelos en la pluma", por así decir, sin obviar lo que de conflictivo, violento o , desagradable que tiene el mundo que las rodea, las urgencias del sexo sin remilgos o las esclavitudes y miserias del cuerpo. No hace falta que dé nombres, supongo, pero sí añadiré que, a diferencia de alguna que otra escritora, en el caso de Garazi Albizua esta identificación de su estilo con una posible tendencia literaria contemporánea femenina (todo este rollo es para no poner el término "movimiento", puesto que no lo es) no resulta impostada ni manierista, sino perfectamente adecuada a lo que nos quiere contar. Es cierto que el partir de una premisa similar al de esa otra novela que ha tenido gran éxito (al menos en España), si bien esto no es óbice para escribir una igualmente interesante (ni es algo insólito; no es el primer caso que me encuentro este año), sí que le puede haber restado a Termita algo de impacto y repercusión... Aunque también hay que decir que le han dado el premio Euskadi de Literatura en Castellano, que, mira, no está nada mal.
miércoles, 12 de noviembre de 2025
Leonard Cline: La estancia oscura
martes, 11 de noviembre de 2025
N.D. Cocea: El vino de larga vida
- Novela de iniciación en forma del aprendizaje que el joven juez auxiliar extrae de su relación con Don Manole, noble local "apestado" y blanco de las habladurías de las "fuerzas vivas" del pueblo.
- Novela social a través de la crítica a personajillos como el alcalde, el cura, etc y las creencias / supersticiones de estos y de la contraposición entre sus ideas y opiniones y las de Don Manole (retornado de París, amante de la buena vida, el arte y los libros, etc)
- Drama lorquiano por esa historia que Don Manole narra al juez en la parte final de la novela y que marca un punto de inflexión en la vida de aquel. Esta es la parte que me ha traído a la mente a Grazia Deledda y su novela La hiedra, de temática más o menos cercana y con la que comparte protagonismo el paisaje que rodea a los personajes.





