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jueves, 1 de junio de 2023

Jonathan Fetter-Vorm: Trinity

 Idioma original: inglés

Título original: Trinity. A Graphic History of the First Atomic Bomb

Año de publicación: 2012

Traducción: Maryflor Súarez

Valoración: está bastante bien

A la espera de que se estrene la película Oppenheimer, de Christopher Nolan, (aplazada para poder competir por el favor del público con Barbie... y no es una broma) podemos ir abriendo boca con la publicación de este cómic/Historia gráfica  de Jonathan Fetter-Vorm que trata asimismo sobre la figura de este físico americano y la invención, dirigida por él de la bomba atómica durante la II Guerra Mundial. Es decir, dirigía, junto con el general Groves, el famoso "Proyecto Manhattan", que se desarrollaba en un emplazamiento de Nuevo México en donde tuvo lugar la primera explosión atómica, cuyo nombre en clave fue, precisamente, "Trinity".

Si bien este cómic o novela gráfica de no ficción (demonios, no sé cómo llamarla) está articulada, en gran medida, en torno a la figura de Robert Oppenheimer, aunque también recoge las figuras de otros científicos participantes en el proyecto, quienes, junto a sus familias, vivieron para llevarlo a cabo en una colonia ultrasecreta de Los Álamos, aunque no se desarrolló únicamente allí. No sólo eso: en el libro conocemos también a otros físicos que tuvieron que ver en el descubrimiento de la radioactividad y el posterior desarrollo de su uso, como los célebres Curie, Leo Szilard o Enrico Fermi. Y, sobre todo, se nos explica pormenorizadamente y de la forma más clara posible en qué consiste la fisión atómica, el uranio enriquecido, la masa crítica y demás cuestiones que a los de letras no nos suenan desde los lejanos tiempos del insti, por lo que el esfuerzo narrativo resulta bastante de agradecer.

Como se puede suponer, buena parte del libro también está dedicada a las consecuencias, tanto directas como en el devenir histórico del mundo, que tuvo el uso militar de la energía atómica, así como a las dudas éticas e incluso remordimientos que conllevó a aquellos científicos y otros trabajadores involucrados en el proyecto (no a todos: algunos siguieron fabricando armas atómicas tan alegremente. Porque si el descubrimiento de la energía atómica se puede comparar con el mito de Prometeo robándoles el fuego a los dioses, su utilización y, sobre todo, la invención de la bomba se puede considerar el castigo que los dioses nos impusieron por haberlos desafiado. Como recordó el propio Oppenheimer tras la prueba Trinity, citando el verso hindú del Bhagavad Gita: "Ahora me he convertido en la Muerte, la Destructora de Mundos".

viernes, 31 de marzo de 2023

VV.AA.: Manifiesto conspiracionista

Idioma original:
Francés
Título original: Manifeste conspiracioniste
Traducción: Emilio Ayllón Rull / Julio Monteverde 
Año de publicación: 2022
Valoración: Curioso

Vaya por delante que me parece razonable, incluso sensato, mostrarse escéptico, cuando no abiertamente desconfiado, ante el prójimo; sobre todo si ese prójimo detenta el poder, se oculta tras una institución o justifica su proceder con una ideología. Es por ello que siempre me he sentido cercano a los conspiranoicos. No a los más trasnochados, por supuesto, pero sí a esos que exhiben unas dosis de saludable recelo y misantropía. 

Espero que el resto os mostréis, también, abiertos a las ocurrencias conspiranoicas. O que, al menos, no entorpezcáis las que tienen sentido. Recordad que «El objetivo de la retórica anticonspiracionista es asegurar a los propietarios de este mundo el monopolio de la capacidad de conspirar.» (34) ¡De modo que no os interpongáis entre aquellos que pretenden «reapropiarse del arte de conspirar» y sus, ¿nuestros?, enemigos! (290)

Los autores, varios y anónimos, del Manifiesto conspiracionista pertenecen a la rama de conspiranoicos moderados. Esos que tiran de hilos tangibles y no se montan pajas mentales esquizofrénicas. Esos que, como ellos mismos insinúan en las páginas de este libro, se adscriben en el linaje de pensadores proclives a la sospecha, como por ejemplo Foucault, Hegel, Marx, Nietzsche, Freud o Adorno, entre otros.

La forma de abordar y recibir el COVID les ha alarmado. Aunque sus denuncias se remontan a periodos anteriores, estos últimos años de pandemia son los que más rechazo les producen; años en los que, según afirman, se ha llevado a cabo una campaña de «ingeniería social» y «biocontrol» para someter a los ciudadanos, restringir sus libertades y, encima, volverlos cómplices de lo anterior. (258-259)

Los conspiranoicos del Manifiesto conspiracionista, sin andarse con rodeos, abordan las críticas obvias que uno podría formularles. Por citar una bastante previsible: sí, el mundo es complejo, pero «Un mundo tan hostil como el que se vislumbra no se hace solo. Nos han hecho (…) un mundo a nuestras espaldas. (…) El solo hecho de que haya un mundo y no varios (…) es fruto de un esfuerzo concentrado.» (23)

Admito que los conspiranoicos de Manifiesto conspiracionista no están libres de defectos. Ni ellos en tanto que conspiranoicos ni sus argumentos para serlo. A veces desprenden un tufo a excepcionalismo que tira para atrás, establecen paralelismos algo forzados o mean fuera del tiesto. Sea como fuere, vale la pena leerlos. No sólo porque sueltan reflexiones que, aunque matizables o abiertamente discutibles, son bastante curiosas. También porque la prosa con que las comunican es deliciosamente torrencial y expresiva. Más próxima, en efecto, a la de un manifiesto que a la de un ensayo propiamente dicho. A veces peca de exaltada, cae en redundancias o dilata en exceso los capítulos, pero insisto en que para mí ha sido una gozada paladearla.

Personalmente, me ha encantado el rapapolvo que se lleva la izquierda en este Manifiesto conspiracionista. Yo, que me considero un izquierdista desencantado, aprecio declaraciones tan honestas y lúcidas acerca de la izquierda como las que siguen: 

«Se ha mostrado (…) irracional a fuerza de racionalismo, oscurantista a fuerza de cientifismo, insensible a fuerza de sensiblería, mórbida por higienista, odiosa por filantrópica, contrarrevolucionaria por progresista, estúpida por creerse cultivada y maléfica a fuerza de querer estar del lado del Bien.» (35-36) «De la derecha nunca ha habido nada que esperar, excepto la perpetuación de la injusticia heredada. Pero que, en el fondo, la izquierda ha estado siempre del lado de los vencedores, limitándose a ser su mala consciencia histérica, eso solo había aparecido a la vista de todos, a lo largo de la historia, en destellos que se olvidaban rápidamente. (…) Reactiva, embrollada, peso muerto, la izquierda ha sido siempre contrarrevolucionaria de la manera más eficaz en que podía serlo: pretendiendo “apoyar al movimiento”. Siempre ausente en el momento en que hay que estar ahí, vive solo en el futuro perfecto, para producir los relatos, los conceptos, las justificaciones que explican y ratifican la derrota.» (40)


PD: A los interesados en esto de las conspiraciones, les recomiendo indagar en aquella de la que nos alertaba Thomas Ligotti en La conspiración contra la especie humana. Esa es la verdadera conspiración. También recomiendo el ensayo de Donatella di Cesare, titulado El complot en el poder.

sábado, 25 de febrero de 2023

Magius: Primavera para Madrid

Idioma: español

Año de publicación: 2020

Valoración: más que recomendable

Érase una vez, un país muy, muy lejano donde reinaba un rey de lo más campechano, mujeriego y aficionado a cazar elefantes y cuyo príncipe heredero, algo panoli, estaba casado con una princesa un tanto lagarta, practicante de yoga. Por su capital, villa y corte, pululaban toda clase de personajes, desde políticos castizamente corruptos a periodistas manipuladores, a sueldo de constructores que presiden equipos de fútbol; policías que realizan trabajitos "especiales"; amantes reales demasiado ambiciosas e incluso el propio nieto del rey, un joven atolondrado y juerguista, proclive a pegarse tiros en el pie y que sabe que nunca reinará...

Entre toda esta fauna variopinta, tampoco faltan pícaros y buscavidas; como muestra y botón, este cuento se centra en dos trayectorias trepadoras  paralelas, aunque partiendo de diferentes posiciones: las figuras de Lobo Madrid, directivo de una de las principales empresas del país y yerno de su dueño, el constructor Cipriano Luna, además de amigo íntimo del príncipe -y luego rey- Fernando y "compiyogui" de su esposa la princesa Carolina. El otro personaje que merece nuestra atención es un joven petimetre, ansioso por codearse con los poderosos, conocido como "El pequeño Nico..." perdón, quiero decir "El gran Fede", quien comienza organizando francachelas para los vástagos de la clase alta y acaba metido en asuntos de las cloacas del Estado o incluso en los embrollos de la Monarquía.

Todo cuento necesita al cronista o juglar adecuado y éste
lo ha encontrado en Magius, un diestro maestro iluminador que domina con aparente facilidad los secretos del dibujo y aún más, de la sutil caricatura, al que sabe aplicar un engañoso aire espontáneo, lleno de ingenio y frescura. Asimismo, cuento tan ejemplarizante, si bien jocoso, tan elevada historia que nos habla de reyes y reinas, príncipes y cortesanos, necesitaba un pergamino a la altura de su distinción y en esto la empresa editora, Autsaider Cómics, ha tirado la casa por la ventana imprimiéndola en un papel no ya gualda (como bien podría ser), sino dorado cual doblón con la efigie del monarca, dotado de un aúreo fulgor que hace brillar a los personajes y convierte su peripecia en una fábula, más adecuada imposible, sobre el poder, el dinero y el sexo.

  
Y colorín, colorado, este cuento se ha acabado. Porque las cosas que se cuentan en Primavera para Madrid ya no ocurren en ese reino muy, muy lejano... ¿verdad? ¿VERDAD?

Nota post... lo que sea: como se suele decir, la realidad supera la ficción, amiguis, y más en el caso de este cómic, en el que prácticamente todos los acontecimientos y personajes que aparecen tienen su reflejo en las hemerotecas de la prensa española... Pero he aquí que, además, este libro ganó el premio Nacional de Cómic de 2021, que se entregó este pasado día 20 en Zaragoza por... los mismísimos reyes Fernando y Carolina... quiero decir Felipe y Letizia... Un momento impagable.


La imagen de tan regio y epustuflante evento. Hay que señalar que SS.MM. tienen cara de no haberles hecho gracia el cómic (bueno, a ella, igual un poco sí... ; )

 

También de Magius y reseñado en Un Libro Al Día: El método Gemini

martes, 31 de enero de 2023

Juan Tallón: Obra maestra

Idioma: español

Año de publicación: 2022

Valoración: entre recomendable y está bien

En mi selección de las mejores cubiertas de 2022 incluí, en último momento, la de este libro de Juan Tallón, que, a su vez, ha aparecido en varias listas de los mejores libros del año pasado. Lo cual, ya sabemos, no tiene por qué significar gran cosa, pero, en todo caso, ambas circunstancias picaron mi curiosidad, mas aún por cuanto Obra maestra trata de un hecho real: la desaparición de una obra del afamado escultor Richard Serra que pesa (o pesaba) nada menos que 38 toneladas; 38 toneladas de acero corten que, he de aclarar, se esfumaron de la nave industrial donde estaban depositadas, no del Museo Reina Sofía, al que pertenecían (que eso sí que habría sido una virguería digna de un supermago). Tal hecho ocurrió en 2005 o , mejor dicho, fue en el año 2005 cuando la prensa se enteró de lo ocurrido y la dirección del museo tuvo que asumir su responsabilidad (aun de aquella manera) públicamente  -y a nivel interno, que hasta entonces, naranjas de la China...-; es de suponer el consiguiente y justificado recochineo en los medios de comunicación de todo el mundo y en el mundillo del arte en particular.

Para construir su novela de (más o menos) no ficción, Tallón echa mano de diferentes testimonios, tanto auténticos como recreados o inventados, de distintas personas que tuvieron algo que ver con la investigación del asunto -responsables del museo o de la empresa depositaria, policías, jueces, políticos, el mismo artista...- o con la obra de arte, siquiera tangencialmente. Pero también con otras obras del mismo escultor o simplemente, con el propio Richard Serra, en algún momento de su trayectoria. entre estos testimonios, que no están ordenados cronológicamente, sino por "temas", por así decirlo y que saltan de una época a otra, se encuentra el del propio Juan Tallón, que explica cómo fue el difícil proceso de documentación del libro y, de paso, aprovecha para resarcirse de los palos en las ruedas que les pusieron algunas personas, aunque también para reconocer la ayuda de quien se la prestó.

El resultado de toda esta afluencia  -e incluso profusión- testimonial, si bien en ocasiones resulta bastante divertida, también hay que decirlo, se parece a cuando uno contempla una máquina barredora que limpia el suelo de una plaza o a una lijadora quitar el barniz de una mesa de madera: es fascinante observar cómo va surgiendo la veta natural de la madera o o se recupera la pulcritud del enlosado, pero, al tiempo, las evoluciones de ambas máquinas, si centramos en ellas nuestra mirada, no dejan de ser reiterativas y un tanto soporíferas... No digo que sea el caso de este libro, ni mucho menos, pero quizá sí que sobren unas cuantas declaraciones de algunos personajes, que, la verdad, no entiendo bien qué pintan en el conjunto, aparte de rellenar páginas. Claro que tampoco me cabe duda de que la intención del escritor no era tanto dilucidar un misterio o ni tan sólo exponerlo a la luz pública, como proporcionarnos un panorama de todo lo que rodea a la creación, exposición e incluso muerte de una obra de arte, más aún en un caso como éste, en el que la obra nace del acero fundido y acaba, tal vez, convertida en chatarra y vuelta a fundir. Ojo cuidao: que nadie busque aquí, no obstante, una de esas sátiras (por otro lado, bastante manidas) sobre la supuesta estafa, según la "sabiduría popular" expresada por los opinadores "sin complejos", que constituye el arte contemporáneo; no se cuestiona en ningún momento -o sólo de forma puntual en algún "testimonio"- la categoría artística de la obra de Serra ni de cualquier otro artista. En todo caso, es algo que debe decidir el lector, si es que se convierte en espectador de las mismas.

Lo que sí hace Tallón es poner esta obra de arte -o de forma más interesante aún, quitarla... Como se dice en una de las aseveraciones recogidas en el libro: "La obra maestra es robar la escultura de Richard Serra, no hacerla."- en el centro de una enorme convergencia de esfuerzos, ideas, declaraciones, tiempo y, claro está dinero. Por lo demás (y en esto sí que se da la razón a los críticos con el arte contemporáneo), da lo mismo si lo que se encuentra en ese vórtice, en medio de tantas reflexiones, preocupaciones y acciones de tanta gente es una gran obra de arte, un monumental trozo de chatarra o, simplemente, el vacío.


Otros títulos de este autor reseñados en Un Libro Al Día: Libros peligrosos

miércoles, 18 de enero de 2023

Byung-Chul Han: La expulsión de lo distinto

Idioma original: alemán
Título original: Die Austreibung des Anderen
Traducción: Alberto Ciria
Año de publicación: 2016
Valoración: muy recomendable


Confieso ya de entrada, que los libros que analizan, en clave de ensayo, nuestra sociedad y el mundo en el que nos encontramos despiertan mi interés. Y más aún si lo hacen mediante una crítica sin paliativos al egoísmo y narcisismo que, cuál veneno o virus letal, nos contagia y nos envuelve, nos adormece en un largo letargo envuelto de objetos y vacuidades que nos distraen de nuestro propósito vital que, a mi entender, no debería ser otro que el de (auto)conocernos y enriquecer nuestros conocimientos y nuestra sociedad.

En este conjunto de reflexiones acerca de diferentes aspectos en torno a la alteridad que el autor descompone en doce capítulos, Byung-Chul Han explora nuestra relación con lo distinto, con "el otro" pero que, a la vez, no deja de ser una relación con nosotros mismos. Y para ello, debemos conocernos y conocer el mundo que nos rodea, entendiendo “mundo” como lugar habitado por personas con las que no siempre coincidiremos en nuestra visión del mismo.

Por ello, en un mundo cada vez más parecido y uniforme, Byung-Chul Han asevera que «el terror de lo igual alcanza hoy todos los ámbitos vitales. Viajamos por todas las partes sin tener ninguna experiencia. Uno se entera de todo sin adquirir ningún conocimiento». Así, deambulamos por la vida sin tener consciencia (entendiendo consciencia a un acto que requiere de reflexión) de la misma ni de una necesaria interrelación con los demás, pues «la interconexión digital total y la comunicación total no facilitan el encuentro con otros. Más bien sirven para encontrar personas iguales y que piensan igual, haciéndonos pasar de largo ante los desconocidos y quienes son distintos, y se encargan de que nuestro horizonte de experiencias se vuelva cada vez más estrecho. Nos enredan en un inacabable bucle del yo». En nuestros tiempos de fácil acceso a la información, se puede constatar que su fácil acceso es a la vez su limitación, pues «la información simplemente está disponible. El saber en un sentido enfático, por el contrario, es un proceso lento y largo» e incluso, en el universo de los metadatos, suponen un saber muy escaso pues «con la ayuda de macrodatos se averiguan correlaciones (…) La correlación es la forma de saber más primitiva, ni siquiera está en condiciones de averiguar la relación causal (…) La pregunta por el porqué está aquí de más. Es decir, no se comprende nada. Pero saber es comprender».

En el amplio alcance que supone la comunicación digital, el autor nos habla sobre las redes sociales y el uso que se hace de ellas, pues «la comunicación digital (…) propicia una comunicación expansiva y despersonalizada que no precisa interlocutor personal, mirada ni voz. (…) Las redes sociales no fomentan forzosamente la cultura de la discusión. A menudo los manejan las pasiones» creando así un lugar de confrontación y no de crecimiento algo que es aprovechado por los populismos. Respecto a este aspecto, cabe decir que ciertas ideas que arroja el pensador son controvertidas y con las que podríamos divergir pues aunque afirma que «el nacionalismo que hoy vuelve a despertar, la nueva derecha o el movimiento identitario son asimismo reacciones reflejas al dominio de lo global», también afirma que «no es casualidad que los seguidores de la nueva derecha no solo sean xenófobos, sino también críticos del capitalismo» (algo que a mi modo de ver no es cierto, o al menos no lo es en todos los territorios). Más acertado está, a mi entender, cuando habla de la economía de la atención pues «totaliza el tiempo del yo» en una búsqueda constante de la atención, ese gran bien del que disponemos y que es objeto de deseo de las corporaciones como ya apuntaba James Williams en «Clics contra la humanidad».

En mi opinión, el autor se muestra especialmente lúcido y acertado cuando habla de la sociedad actual y su alta tendencia al narcisismo, propulsado por un consumismo que viene aupado del neoliberalismo. Un consumismo que pretende alimentar una autenticidad pero que nos convierte en sus esclavos, pues tal y como afirma Byung-Chul Han, «como estrategia neoliberal de producción, la autenticidad genera diferencias comercializables (…) Los individuos expresan su autenticidad sobre todo mediante el consumo. El imperativo de la autenticidad no conduce a la formación de un individuo autónomo y soberano.  Lo que sucede es, más bien, que el comercio lo acapara por completo» y que desvirtúa el concepto de autenticidad porque «el imperativo de autenticidad desarrolla una obligación para consigo mismo, una coerción a cuestionarse permanente a sí mismo, a vigilarse a sí mismo, a estar al acecho de sí mismo, a asediarse a sí mismo. Con ello intensifica la referencia narcisista». En este aspecto, la relación entre la sociedad actual y el narcisismo imperante recuerda al ensayo de Lluís Calvo «Els llegats» así como nos viene también a la memoria el ensayo «Calla y paga» de Inés García López en el que la autora aborda el impacto del capitalismo y la relación entre objeto y sujeto o a Ingrid Guardiola y su «El ojo y la navaja» en el que explora la relación entre el individuo y las imágenes mostradas en las redes. En este aspecto, Byung-Chul Han (como Inés García López) cita a Lacan para sostener su opinión y afirma que «el sujeto narcisista solo pervive el mundo en las matizaciones de sí mismo. La consecuencia fatal de ello es que el otro desaparece». Así, expulsamos al otro de nuestro mundo, dirigimos la mirada hacia nosotros mismos reduciendo así el mundo a nuestra propia imagen, algo que se evidencia por «la adicción a los selfies» pues «no tiene mucho que ver con el sano amor a sí mismo: no es otra cosa que la marcha en vacío de un yo narcisista que se ha quedado solo (…) Los selfies son el yo en formas vacías». 

Byung-Chul Han también dirige su mirada a la cultura y al arte como elemento disruptivo y que de manera denunciativa exhibe Jeff Koons en sus obras, pues «muestran unas imágenes que reflejan nuestra sociedad, que se ha convertido en unos grandes almacenes». Un arte que «se amalgama por completo con la cultura del consumo». Y, hablando de arte, el autor cita también a Adorno quien defiende la extrañeza del mundo afirmando que «quien percibe el mundo de otro modo que no sea como algo extraño no lo percibe en absoluto» de manera que «para Adorno no habría ningún arte que haga sentirse a gusto» y critica la sociedad actual, una sociedad del «me gusta» para quien «todo se vuelve complaciente, incluso el arte. Hoy hemos olvidado de asombrarnos». En este aspecto, el autor ahonda específicamente en la literatura y defiende especialmente la poesía pues «el poema es un acontecimiento dialógico. La comunicación actual es fuertemente narcisista. Se produce sin ningún tú, sin invocar al otro. En el poema, por el contrario, yo y tú se engendran mutuamente».

Para terminar, hago mías unas palabras del escritor francés Michel Butor, citado por Byung-Chul Han, quien «constata una crisis contemporánea de la literatura y la concibe como una crisis de espíritu», pues «hace diez o veinte años que ya no sucede casi nada en la literatura. Hay un aluvión de publicaciones, pero un parón intelectual». Creo que el autor tiene bastante razón en esta afirmación, pues particularmente cada vez me es más difícil encontrar un gran libro de narrativa actual. Por el contrario, me encuentro más a gusto (que no cómodo) en los ensayos como este pues nos invitan a la reflexión y a la ardua tarea de intentar comprender algo mejor este cambiante, consumista y narcisista mundo que, por fortuna o por desgracia, estamos construyendo entre todos.

domingo, 15 de enero de 2023

Selva Almada: Chicas muertas

Idioma: español

Año de publicación: 2015

Valoración: sin duda, recomendable

Este libro no es fácil de leer. Y no porque esté mal escrito o su estilo resulte demasiado farragos -todo lo contrario, en realidad-, sino porque de lo que trata resulta demasiado doloroso y cercano, pese a que se remonte a acontecimientos que tuvieron lugar en Argentina hace 40 años. Pero tanto en Argentina como en España o en cualquier otro país sucesos como los que nos cuenta este libro aparecen con mayor o menor frecuencia en los medios de comunicación y, además, por suerte, nuestra sociedad, salvo algunos desalmados que encima hacen alarde de ello, parece más  concienciada sobre este problema ahora que en los años a los que se remonta el libro de Almada. Lo que no significa, por desgracia, que el problema haya desaparecido o siquiera reducido, como es obvio...

Selva Almada parte aquí de un recuerdo de su adolescencia, allá por lo 80 del siglo XX, el asesinato en su propia cama, mientras dormía, de Andrea Danne, una joven de un pueblo cercano al suyo, en la provincia de Entre Ríos, para hacer un escalofriante recorrido por los feminicidios ocurridos en Argentina tanto en aquellos años como aún hoy en día. Sobre todo se centra este libro, a medio camino de la denuncia social, el relato periodístico o de no ficción y las memorias personales (aunque no creo que quepa hablar aquí de autoficción o "literatura del yo", salvo en algún momento puntual) , en el asesinato de Andrea y también en los de otras dos chicas, ocurridos asimismo en esos años 80  y en localidades pequeñas del interior argentino -de Entre Ríos y el Chaco- e igualmente sin resolver: de Sarita Mundín y de la jovencísima -tan sólo quince años- María Luisa Quevedo.

La aurora estudia los expedientes y la prensa de la época, recoge las declaraciones deposibles testigos,se entrevista con familiares de las víctimas, visita algunos de los lugares donde sucedieron los hechos e incluso consulta a una vidente-tarotista sobre las chicas muertas. No llega a ninguna conclusión sobre la identidad de los culpables de esas muertes -aunque sí se habla de ciertos sospechosos-; lo que predomina en el libro,  más que la intriga de una investigación  detectivesca, es un tono de tristeza y compasión por las víctimas, de denuncia serena de todos los crímenes de este tipo que han sucedido desde entonces y todavía hoy. Porque, además de recordar y revisar los casos de estas tres chicas, Almada va desgranándonos la lista de lo acaecido a muchas otras, secuestradas, violadas, asesinadas... no ya por desconocidos, sino también por novios, amantes o maridos. Una pléyade de de víctimas cuyo número no parece reducirse con el tiempo.

Un libro éste de, desgraciadamente,  no ficción, que, como digo, tampoco puede calificarse de "literatura del yo", pese a qué la autora también nos refiera incidentes que le sucedieron a ella o a mujeres cercanas y que pudieron acabar en tragedia,  puesto que aquí su "yo" personal se diluye en un "nosotras", colectivo y femenino,  en el que todas las mujeres son potenciales víctimas del machismo imperante y su destino, tan sólo una cuestión de suerte, no la consecuencia de lo que hagan, hayan hecho o dejado de hacer...

Un libro, repito, doloroso y triste.


Otros libros de Selva Almada reseñados en este blog: Ladrilleros, No es un río

miércoles, 26 de octubre de 2022

James McBride: El color del agua

Idioma original: Inglés
Título original: The color of water
Año de publicación: 1993
Traducción: Josefina Guerrero
Valoración: Bastante recomendable    

Dice James McBride hacia el final del libro que "la realidad es más extraña que la ficción". Para muestra, su historia y la historia de su madre. Veréis: mujer de origen judío (y polaco) emigrada siendo apenas un bebé a América (allá por los años 20), hija de un rabino que sería todo lo rabino que queráis pero era un cabronazo, repudiada por su familia por su matrimonio con un hombre negro con quien tuvo 8 hijos (+4 de un matrimonio posterior), etc. Vamos, ingredientes más que de sobra para un buen libro, siempre y cuando estos ingredientes caigan en buenas manos. Por suerte, esto último es lo que ocurre.

Para narrar esta historia, que es al mismo tiempo la reconstrucción de la vida de Rachel (Ruth) Shlutsky y el viaje de autoconocimiento del propio James McBride, este opta por una estructura en la que se alternan los capítulos en los que es la propia Ruth quien lleva la voz cantante y los capítulos narrados por el propio McBride. Con aquellos el autor cubre el período que va desde la llegada a América de su familia materna hasta su segundo matrimonio (1925-1960, aproximadamente) y con estos abarca el período que va desde su nacimiento hasta el momento de escritura del texto (1960-1993).

Lo anterior permite observar la evolución de los Estados Unidos durante buena parte del siglo XX, especialmente de los años 30 a los 70, y confiere al texto un aspecto sociológico más que interesante. Asuntos tales como la identidad, el racismo (llámese antisemitismo o "cuestión negra"), la educación, la religión o las paradojas del "país de las oportunidades" son tratados en profundidad y ofrecen un cuadro completo de una parte importante del siglo XX.

Además de este lado sociológico del texto, sí por algo destaca "El color del agua" es por la brutal historia de Rachel. Esta puede ser leída como esas novelas centroeuropeas o rusas de finales del XIX o principios del XX sobre familias o shhetls judíos o, tirando de imaginación por el tiempo transcurrido, como una versión antigua de la serie Unorthodox. Malos tratos, abusos, amores prohibidos, repudio familiar, soledad... Podría ser un dramón de tomo y lomo pero la mirada tierna y compasiva del autor (o de la narradora) y ciertos toques de humor le dan un tono algo más ligero.

Algo menos interesante me resulta la parte narrada por el propio McBride. Pese a que esa mirada se mantiene y a que me parece acertada su puesta en paralelo con la historia materna (huidas, dudas, miedos, superación, etc), determinadas fases del texto se acercan peligrosamente al libro de autoayuda, al mensaje Mr. Wonderful y es algo que no me acaba de convencer.

Pero esto no es obstáculo para que la sensación general tras la lectura de este texto tan "americano" (léase de los USA) pero a la vez tan universal sea más que favorable.

viernes, 22 de julio de 2022

Nicola Lagioia: La ciudad de los vivos

Idioma original: italiano 

Título original: La città dei vivi

Año de publicación: 2020

Traducción: Carlos Milla Soler

Valoración: más que recomendable

Tremebunda novela ¿no ficción?, ¿true crime?, ¿crónica negra? ... lo que sea, basada en un crimen que, al parecer, conmocionó a Italia en 2016: un par de jóvenes, hijos de "buenas familias" de la clase media romana, asesinaron de forma brutal y sádica, pero sin motivos aparentes, a otro chico un poco más joven y de un inferior escalón social, de clase trabajadora y de la periferia de Roma. Todo sucedió el 4 de marzo, cuando los dos asesinos, Manuel Foffo y Marco Prato, tras varios días de consumo desenfrenado de alcohol y, sobre todo, cocaína, atrajeron al domicilio de Foffo a la víctima, llamado Luca Varani, a quien acabaron torturando, golpeando y acuchillando más de cien puñaladas- hasta causarle la muerte. Las truculentas y morbosas circunstancias (a la violencia y las drogas hay que añadir la más o menos homosexualidad de los participantes, y las fantasías, si no sadomasoquistas, sí un tanto tortuosas), la identidad de los asesinos y, sobre todo, el hecho de que se desconociese el motivo del brutal acto -incluso los perpetradores del mismo decían desconocer la razón- hicieron que la noticia pasara pronto a convertirse, vía prensa, televisión y redes sociales , en uno de los sucesos más comentados y controvertidos del año, en el que además parecía haberse cristalizado, como si fuera un catalizador, todo lo malo que sucedía en la ciudad (en ese momento, a la deriva, sin gobierno municipal, tras un escándalo que había hecho dimitir al consistorio anterior y antes de la elección de Virginia Raggi como alcaldesa), del país  e incluso de esta nueva época, en general...

Uno de los cronistas que se vio atraído por el crimen, primero de forma profesional pero luego también como obsesión personal, fue Nicola Lagioia , por entonces el reciente ganador del premio Strega (con una novela, por cierto, que aún no ha sido publicada en castellano... espero que no tarde mucho) y que durante el tiempo que duró la instrucción del juicio e incluso después, se documentó, leyó todos los informes habidos y por haber, entrevistó a diferentes testigos, y participantes en el proceso, familiares y conocidos de los autores del crimen y de la víctima, etc. y luego, quizás precisamente para exorcizar su obsesión, lo volcó todo en este libro que, francamente, resulta una lectura adictiva, excepcional y, en cierto modo, catárquica.

Aunque quizá no sea tan excepcional: es evidente cuales son los antecedentes literarios que han servido para acabar gestando esta novela. Sin olvidar nunca la Operación masacre de Rodolfo Walsh (se supone que la primera "novela de no ficción" propiamente dicha), es inevitable recordar sobre todo la excepcional A sangre fría de Truman Capote y la notable El adversario, de Emmanuel Carrère, entre otros epígonos que les han ido saliendo con el tiempo...(*) Quizá la diferencia sea que Lagioia que también hace en su novela un ejercicio de autoficción (me resigno a que sea inevitable), o quizás más bien "autorreflexión", convierte a la ciudad de Roma, caótica, degradada, sucia, vital y, sobre todo, aniquiladora de la vanidad humana, en un personaje más de la historia. E incluso en el PERSONAJE, pues casi se diría que esta desgraciada conjunción de circunstancias y personalidades que les llevaron a tan luctuoso suceso no habría podido suceder en ningún otro lugar, que fue el influjo de a Ciudad Eterna la que les condujo, de forma inexorable, al crimen...

Tampoco es que el autor se limite a reflexionar sobre Roma y su esencia... de igual forma, reflexiona sobre la naturaleza del "relato" que conforma cualquier crimen, sobre las familias, las clases sociales, la deriva de una juventud que él ya no acaba de comprender, sobre los medios de comunicación y la autoridad del Estado, la responsabilidad individual y colectiva, el libre albedrío... Reflexiona, cómo no, sobre sí mismo y su historia pasada... En fin, a veces reflexiona un poco demasiado, o por lo menos eso le puede parecer a los aficionados al género negro (en este caso, sería más apropiado decir giallo, por sus connotaciones de "amarillismo" que puede tener fuera de Italia); tranquilos, éstos, porque cuando Lagioia se pone en faena, logra transmitir perfectamente la angustia de la espeluznante cuenta atrás que acabó derivando en la tragedia. Con una muy eficaz forma de transmitirnos las diferentes versiones de la misma habida cuenta que, por razones que no desvelaré, resulta imposible saber la verdad, más allá de que un chico de veintidós años fue salvajemente asesinado.

Una novela (?) que no decepcionará a los amantes del género negro y, muy posiblemente, interesará a quien no lo sea, siempre que esté curado de espanto. Y siempre, unos y otros, que no olvidemos de personas que existen o han existido y de sus familias,  y que el dolor que ha causado toda este drama es real.

(*) Tengo cierta curiosidad por comparar este libro con otro también basado en un suceso real ocurrido en Roma: La escuela católica de Eduardo Albinati, que justamente recibió el premio Strega en ese 2016... Pero es que son más de 1200 paginacas, amiges, y uno tiene una vida o lo intenta... 

sábado, 24 de julio de 2021

Reseña + entrevista: Territorios improbables , de Pedro Torrijos

Idioma: español

Año de publicación: 2021

Valoración: muy interesante y recomendable

Aquellos de nuestros lectores que tengan cuenta en Twitter (que, sin duda, utilizan para compartir recetas de cocina, memes de gatitos y comentarios sobre Eurovisión, nada de propagar bulos e insultos a sus adversarios políticos) es más que posible que conozcan los hilos de #LaBrasaTorrijos, el hashtag que utiliza el arquitecto y profesor -y ahora escritor- Pedro Torrijos para difundir unas maravillosas, sorprendentes y, sobre todo, muy entretenidas historias sobre lugares que parecen imposibles, imaginados tan sólo por alguna mente fantasiosa, pero que en verdad existen o han existido alguna vez y que, desde toda su poesía, originalidad, horror o diversión, nos interrigan y dan respuestas, a un tiempo, sobre nosotros mismos, los seres humanos que los hemos creado (en más de un caso, hay que decir, seres humanos que estaban un poco cucú...).

Por fin, recientemente, Torrijos ha recogido el anhelo de buena parte (por no decir todos) de sus seguidores tuiteros y ha plasmado en un libro muchos de estos fascisnantes hilos. Reunidos en cinco partes -Lo que ya no está, Lo que tenemos delante, pero no vemos, Lo que no podemos dejar de ver, Lo que no queremos mirar, Lo que no debería existir-, encontramos aquí ciudades hechas de aire y ciudades anegadas por la arena, pueblos donde sus habitantes viven enterrados como muertos y otros donde los muertos -también enterrados- superan con mucho a los vivos; pueblos "potemkin" donde nadie mora sus edificios y otros donde, en cambio, todos viven en uno solo. Ciudades abandonadas en medio de la selva o el océano y rascacielos en pleno desierto. Ciudades que crecen sin control como un tumor maligno y edificios que lo hacen como una planta mutante... alguno incluso desafiando al dios que pretende honrar.

Conoceremos la historia de la casa de los cientos de habitaciones y miles de fantasmas, la del edificio que era un serial killer -es literal-, la de la isla de los cadáveres de plástico. La historia del alemán megalómano que quiso crear un supercontinente (y no es quien vosotros pensáis). La del solar más caro y pequeño del mundo; la de la casa que pretendía rascar los Infiernos; la del edificio construido con sombrillas. El museo que es una cicatriz.

Todo ello contado con una amenidad y ligereza -incluso llaneza- también digna de elogio; no os asustéis aquellos/as que huís de los términos demasiado técnicos, conceptuales o directamente pedantes: no encontraréis nada de eso en este libro. Muy al contrario, es un libro para todo el mundo, para ayudarnos a amar la arquitectura, el urbanismo y las maravillas y curiosidades que nos tiene reservadas este nuestro mundo. 

Para quien esté interesado/a, recordad: podéis leer estas historias en los hilos de #LaBrasaTorrijos, que aparecen todos los jueves en la cuenta de Twitter de @Pedro_Torrijos (me atrevo a recomendar, asimismo, otras estupendas cuentas que hacen divulgación sobre diversos temas, como @itineratur , @Wurtz3el , @Azul_Mistico o, sobre cine, la magnífica de @Okinfografia). Y, por supuesto, en este estupendo libro que esperemos tenga continuación en otros muchos de este autor...

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Además de por escribir sus divertidos y fascinantes hilos y libro, debo agradecer a Pedro Torrijos la gentileza de haber respondido a unas preguntas para Un Libro Al Día:

-No eres quien ha inventado los hilos de divulgación en Twitter, pero sí uno de sus más conspicuos cultivadores, al menos en España o en español...¿Te podríamos considerar como una especie de rey Aragorn o caballero jedi que capitanea los ejércitos de la luz frente a las hordas de trolls, bots y demás patulea que pulula por las redes sociales?

-Jajajaja, más allá de lo de ser o no un líder, si que creo que formo parte de un tipo de divulgadores tuiteros o creadores de contenido tuitero que intentamos escapar del ruido y la furia que, a veces, se hace dominante en las redes sociales. Y somos bastantes, ojo, no soy el único. Como dije a finales del año pasado, dicen que Tuiter es un lugar hostil pero yo creo que no, yo creo que Tuiter puede ser un lugar estupendo, solo es necesario explorarlo y mirarlo en los lugares adecuados.

-¿Que necesita tener un lugar, edificio o historia para merecer un hilo de #LaBrasaTorrijos? ¿Ser un sitio insólito, paradójico, ejemplificante... o simplemente curioso?

-Que sea susceptible de contar una historia sobre él. Es decir, la inmensa mayoría de los lugares XD. En realidad, lo importante no es ni el lugar ni la historia que se cuenta, sino cómo se cuenta. Al final, todas las historias ya se han contado antes (y, probablemente, todas de pueden reducir a la Anábasis de Jenofonte), así que lo que hace una historia buena es cómo se cuenta; cuáles son sus recursos, sus registros, su tempo, su métrica, su desarrollo...

-En tus hilos y en el libro muestras una vocación no sólo divulgativa, sino también desmitificadora de la arquitectura, huyendo del lenguaje demasiado técnico o rimbombante. ¿Cómo crees que reciben estos hilos tus colegas arquitectos, un gremio que tiene fama de..ejem, estar un tanto encantados de haberse conocido... (por decirlo así)?

-Más que encantados de habernos conocido, creo que los arquitectos somos intelectualmente muy onanistas: hablamos para nosotros de cosas que solo nos interesan a nosotros empleando términos que solo conocemos nosotros. En realidad no es malo que un gremio tenga un lenguaje y un entorno de comunicación particular, lo que es más dudoso es que ese lenguaje y ese entorno de comunicación sea prácticamente el único que se practica. Dicho lo cual, yo creo que a mis colegas arquitectos les gustan mis hilos igual que a cualquier otra persona: algunos les gustarán más y algunos les gustarán menos porque, en realidad, lo que yo cuento es historias, y las historias llegan a todos los oídos que les apetezca escucharlas.
 
-¿Y en tu caso particular, esta labor divulgadora ha cambiado de alguna manera tu forma de ejercer tu oficio?

-De hecho, ahora mismo, esa labor divulgadora es mi oficio. Mi trabajo es la comunicación y la divulgación.

-Los capítulos de tu libro o tus hilos de Twitter muestran ante todo una visión humanista de la arquitectura , en su sentido más amplio; incluso cuando hablas de lugares y edifcios abandonados o que ni siquiera han sido concebidos para que los habiten personas. ¿Te parece que a veces la arquitectura más "espectacular" y los "arquitectos estrella" han olvidado esa vertiente más humanista o eso no es más que otro tópico sobre esta disciplina que tenemos los profanos?

-Creo que todos (o casi todos) los arquitectos quieren que los usuarios de sus edificios vivan lo mejor posible y sean lo más felices posible dentro de esos edificios. Otra cosa es que consigan eso que se proponen, bien por problemas en el diseño, en la construcción, en la normativa, promoción, ayuntamientos y todos los miles de agentes que intervienen en la construcción de un edificio. Hay que tener en cuenta, eso sí, que las funciones de una obra de arquitectura no son únicamente las convencionales; a veces tienen una función simbólica, o histórica. Hacer que todos esos elementos encajen bien no es siempre fácil. Dicho lo cual, yo estoy bastante en contra del concepto arquitecto-estrella, aunque creo que es más un problema de las entidades y los ayuntamientos que los encumbraron que de su labor como arquitectos que, salvo excepciones, suele ser bastante buena.

-Supongo que te resultará casi imposible, porque es como pedirle a alguien que elija entre uno de sus hijos, pero ¿tienes algún hilo ohistoria que te sea favorito, por simple cariño o, al contrario, por la dificultad que te causó encontrar los datos necesarios, etc.?

-Como bien dices, es imposible. Algunos días es una, otros días es otra... Quizá la de Heritage USA, el parque temático dedicado a Jesucristo, que es un capítulo del libro, sea una de las que más me molan.

-¿Puedes adelantarnos alguno de los temas que van a ser objeto de #LaBrasaTorrijos próximamente o mejor esperas a darnos la sorpresa?

-Pues mira, una que contaré en la tercera temporada, que empieza en septiembre, es la de la casa de un millonario francés que iba en silla de ruedas y que limpiaba una inmigrante extremeña. Una historia MUY especial.

Deseando leer pronto ésta y otras nuevas historias, nos despedimos de Pedro Torrijos, agradeciéndole una vez más su amabilidad.