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viernes, 31 de marzo de 2023

VV.AA.: Manifiesto conspiracionista

Idioma original:
Francés
Título original: Manifeste conspiracioniste
Traducción: Emilio Ayllón Rull / Julio Monteverde 
Año de publicación: 2022
Valoración: Curioso

Vaya por delante que me parece razonable, incluso sensato, mostrarse escéptico, cuando no abiertamente desconfiado, ante el prójimo; sobre todo si ese prójimo detenta el poder, se oculta tras una institución o justifica su proceder con una ideología. Es por ello que siempre me he sentido cercano a los conspiranoicos. No a los más trasnochados, por supuesto, pero sí a esos que exhiben unas dosis de saludable recelo y misantropía. 

Espero que el resto os mostréis, también, abiertos a las ocurrencias conspiranoicas. O que, al menos, no entorpezcáis las que tienen sentido. Recordad que «El objetivo de la retórica anticonspiracionista es asegurar a los propietarios de este mundo el monopolio de la capacidad de conspirar.» (34) ¡De modo que no os interpongáis entre aquellos que pretenden «reapropiarse del arte de conspirar» y sus, ¿nuestros?, enemigos! (290)

Los autores, varios y anónimos, del Manifiesto conspiracionista pertenecen a la rama de conspiranoicos moderados. Esos que tiran de hilos tangibles y no se montan pajas mentales esquizofrénicas. Esos que, como ellos mismos insinúan en las páginas de este libro, se adscriben en el linaje de pensadores proclives a la sospecha, como por ejemplo Foucault, Hegel, Marx, Nietzsche, Freud o Adorno, entre otros.

La forma de abordar y recibir el COVID les ha alarmado. Aunque sus denuncias se remontan a periodos anteriores, estos últimos años de pandemia son los que más rechazo les producen; años en los que, según afirman, se ha llevado a cabo una campaña de «ingeniería social» y «biocontrol» para someter a los ciudadanos, restringir sus libertades y, encima, volverlos cómplices de lo anterior. (258-259)

Los conspiranoicos del Manifiesto conspiracionista, sin andarse con rodeos, abordan las críticas obvias que uno podría formularles. Por citar una bastante previsible: sí, el mundo es complejo, pero «Un mundo tan hostil como el que se vislumbra no se hace solo. Nos han hecho (…) un mundo a nuestras espaldas. (…) El solo hecho de que haya un mundo y no varios (…) es fruto de un esfuerzo concentrado.» (23)

Admito que los conspiranoicos de Manifiesto conspiracionista no están libres de defectos. Ni ellos en tanto que conspiranoicos ni sus argumentos para serlo. A veces desprenden un tufo a excepcionalismo que tira para atrás, establecen paralelismos algo forzados o mean fuera del tiesto. Sea como fuere, vale la pena leerlos. No sólo porque sueltan reflexiones que, aunque matizables o abiertamente discutibles, son bastante curiosas. También porque la prosa con que las comunican es deliciosamente torrencial y expresiva. Más próxima, en efecto, a la de un manifiesto que a la de un ensayo propiamente dicho. A veces peca de exaltada, cae en redundancias o dilata en exceso los capítulos, pero insisto en que para mí ha sido una gozada paladearla.

Personalmente, me ha encantado el rapapolvo que se lleva la izquierda en este Manifiesto conspiracionista. Yo, que me considero un izquierdista desencantado, aprecio declaraciones tan honestas y lúcidas acerca de la izquierda como las que siguen: 

«Se ha mostrado (…) irracional a fuerza de racionalismo, oscurantista a fuerza de cientifismo, insensible a fuerza de sensiblería, mórbida por higienista, odiosa por filantrópica, contrarrevolucionaria por progresista, estúpida por creerse cultivada y maléfica a fuerza de querer estar del lado del Bien.» (35-36) «De la derecha nunca ha habido nada que esperar, excepto la perpetuación de la injusticia heredada. Pero que, en el fondo, la izquierda ha estado siempre del lado de los vencedores, limitándose a ser su mala consciencia histérica, eso solo había aparecido a la vista de todos, a lo largo de la historia, en destellos que se olvidaban rápidamente. (…) Reactiva, embrollada, peso muerto, la izquierda ha sido siempre contrarrevolucionaria de la manera más eficaz en que podía serlo: pretendiendo “apoyar al movimiento”. Siempre ausente en el momento en que hay que estar ahí, vive solo en el futuro perfecto, para producir los relatos, los conceptos, las justificaciones que explican y ratifican la derrota.» (40)


PD: A los interesados en esto de las conspiraciones, les recomiendo indagar en aquella de la que nos alertaba Thomas Ligotti en La conspiración contra la especie humana. Esa es la verdadera conspiración. También recomiendo el ensayo de Donatella di Cesare, titulado El complot en el poder.

miércoles, 1 de febrero de 2023

Elvira Roca Barea: Imperiofobia y leyenda negra

Idioma original: Español 
Año de publicación: 2016
Valoración: Recomendable para interesados (aunque discutible y harto irregular)
 
No creo que deba presentaros Imperiofobia y leyenda negra, ¿verdad? Seguramente, a la mayoría os suena este controvertido ensayo de la también polémica Elvira Roca Barea; incluso es probable que algunos lo hayáis leído. 

Yo me he hecho de rogar porque, aunque la obra de Roca se publicó originalmente en 2016, he esperado a que salga la versión ampliada y revisada para darle una oportunidad.

Ah: si le di una oportunidad a Imperiofobia y leyenda negra, pese a que intelectualmente hablando no simpatizo en demasía con Roca, es porque siempre estoy dispuesto a escuchar los argumentos de los, llamémoslos así, adversarios ideológicos.

Otra aclaración: aunque no coincido con muchos de los preceptos del hispanismo, creo que se carticaturiza en exceso a sus exponentes. Y ya sabemos que es imposible debatir con alguien si le convertimos en un mero hombre de paja, ni refutar ninguna corriente de pensamiento cuando se la reduce al absurdo. De manera que bienvenidos sean los hispanistas como Roca; moderados, sensatos y articulados.

De hecho, no es necesario que uno se defina como hispanista (ni siquiera como patriota) para admitir que el Imperio español fue, hasta cierto punto, avanzado para la época (o, como mínimo, mejor que sus coetáneos) en ciertos asuntos. Para muestra, un botón: sin ser yo sospechoso de hispanista, veo que se lleva intentando estigmatizar nuestro legado (ugh, qué palabreja) a base de mentiras malintencionadas, tergiversaciones históricas y tópicos desinformados. La inquisición española, por ejemplo, era relativamente garantista, y mataba y torturaba menos que otras inquisiciones; aun así, persiste la idea de que fue la peor con diferencia.

Bueno, pues: Imperiofobia y leyenda negra desmiente el mito cultural de la inquisición española, amén de muchos otros que, en conjunto, podríamos englobar dentro de la llamada leyenda negra española; asimismo, arremete contra la hispanofobia que la mentada leyenda negra española lleva inculcando en el imaginario popular hace siglos. Ambos son apartados en los que, a mi juicio, sobresale Roca. 

Sin embargo, el ensayo flaquea al pretender ser puramente descriptivo. Y es que yo he tenido la impresión de que a veces interpreta los datos a conveniencia. Ya en sus primeras páginas se afirman auténticas barbaridades, que no sé qué lectura sesgada de la realidad y los hechos avalará. ¿No me creéis? Pues sabed que sólo en la «Introducción», esa en que la autora afirma que «procurará en lo que sigue no incurrir en resbaladizas disquisiciones morales sino dejar constancia de los hechos», se ataca veladamente, amparándose en el pragmatismo o falacias naturalistas varias, a ideas como la igualdad o la organización social horizontal, y en cambio se rompe una lanza a favor de ideas tan cuestionables como la libertad individual (Roca habla de «libre albedrío»), política y económica.

En cualquier caso, Imperiofobia y leyenda negra es una obra recomendable. En tiempos menos polarizados que los actuales no hubiera tenido tantos detractores, pero tampoco partidarios tan fervorosos. Una sociedad más abierta al cruce de pareceres la aprovecharía para plantear debates estimulantes. ¿Hasta qué punto el análisis de la Historia requiere de apoyos subjetivos? ¿Contextualizar y matizar algo implica legitimarlo o blanquearlo? ¿Puede el colonialismo ser (o haber sido) positivo? ¿Hay que combatir la propaganda de régimenes extranjeros? ¿Rechazar la leyenda negra conlleva abrazar la rosa?

miércoles, 29 de junio de 2022

Gustavo Bueno: Panfleto contra la democracia realmente existente

Idioma original: Español
Año de publicación: 1997-2008
Valoración: Interesante

Panfleto contra la democracia realmente existente es un volumen recopilatorio. Lo ha editado excelsamente Pentalfa. Reúne nueve textos del filósofo español Gustavo Bueno, escritos entre 1997 y 2008. En todos ellos se aborda, desde una perspectiva crítica, el concepto e implementación de lo que se entiende por democracia. 

A mi juicio, las virtudes de estos textos serían las siguientes: 

  • Su prosa. Pese a emplear algún tecnicismo y su tendencia verborreica, es bastante clara. 
  • Sus argumentos. Son inteligentes y están genialmente estructurados, por lo que no resulta complicado entender su desarrollo.
  • Su estimulante sentido del humor. 
  • El debate que genera. Y es que rechaza postulados de, por ejemplo, la escuela trevijanista, que tan de moda está hoy día.

En resumen: Panfleto contra la democracia realmente existente es una de las obras fundamentales de Bueno. Aunque su lectura y comprensión entrañan cierta dificultad, la recomiendo encarecidamente. Incluso sus aportaciones menos agraciadas merecen ser tomadas en consideración; especialmente por aquéllos que nos consideramos demócratas. 

Ah, el autor reflexionó sobre la democracia en más ocasiones. Su libro El fundamentalismo democrático, publicado en 2010, sería una muestra de ello.


También de Gustavo Bueno en ULAD: El mito de la Izquierda / El mito de la Derecha

viernes, 5 de abril de 2019

Sergio del Molino: Lugares fuera de sitio

Idioma: español
Año de publicación: 2018
Valoración: recomendable

He leído en algún sitio que este ensayo de Sergio del Molino es una especie de spin-off de su anterior y exitoso La España vacía. Como lo que no he leído este libro, me fío de esta observación y supongo que al menos en cierto modo así es, puesto que el anterior se refería a un movimiento centrípeto que ha dejado casi desiertas amplias zonas de la Península Ibérica, mientras que éste trata sobre aquellas fronteras que en su formación como estado ha ido trazando España, dejando en más de un caso "flecos" o, como dice el autor "dobleces del mapa", y en los cuales, con sus peculiaridades y contradicciones, el propio país-nación-Estado -el autor utiliza indistintamente estos términos, como es habitual en España- se explica mejor que en su centro (creo que le leí a Juan José Millás que los procesos más interesantes siempre ocurrían en los bordes de las cosas, o algo así). O quizás el centrípeto sea este movimiento y centrífugo el otro, según se mire...

Dobleces de los mapas cuya pertenencia a la patria española es, si no ya discutible, sí bastante aleatoria y, en algún caso, de pura chiripa; tras una introducción sobre la naturaleza de las fronteras y cómo han cambiado desde tiempos pretéritos -es decir pre-Zweig, que es a quien sigue- hasta los tiempos actuales, con el punto de inflexión en la época de entreguerras, el autor se dedica a analizar algunos lugares donde la Historia dejó sus grumitos, cual Cola-Cao old fashioned. en ambos lados del Estrecho, Gibraltar, Melilla y Ceuta. En la raya con Portugal, Olivenza y Rihonor de Castilla/Rio de Onor (el capítulo que me ha parecido más conmovedor, por cierto); en el Pirineo, Llívia y Andorra y como bonus-track, lo que él llama "fronteras fósiles", es decir, enclaves de una provincia dentro de otra, que sobrevivieron a la reforma de Javier de Burgos de 1833; los más significativos, por su tamaño o peculiaridades históricas son el condado de Treviño, Villaverde de Trucíos, el rincón de Ademuz y Petilla de Aragón.

En general, el autor del libro se muestra como un observador curioso, abierto y tolerante, de lo más dispuesto a corregir sus prejuicios cuando haga falta. Echando mano de una bibliografía escogida y de charlas -no muchas- con personajes interesantes y buenos conocedores de sus terruños, va urdiendo en cada caso un entramado de explicaciones históricas, sociológicas, periodísticas y literarias que, junto a su apreciación subjetiva, resulta cuando menos convincente y, desde luego, didáctica y entretenida. porque además hay que contar con la excelente prosa de este escritor, con su humanidad y bonhomía, que convierten la lectura de gran parte de este libro en una verdadera delicia; yo, al menos, me lo he pasado pipa, vaya...

Bueno, hasta aquí los parabienes, que no todo va a ser almíbar. La lectura de Lugares fuera de sitio . Viaje por las fronteras insólitas de España-(así reza el título completo, antes de que se me olvide mencionarlo- también me ha deparado algún momento más estupefaciente; por lo menos, la sensación de que uno  comienza leyendo un libro y acaba leyendo otro, hasta cierto punto, diferente. Me permito reproducir un fragmento del comienzo y de la conclusión, para que se entienda (y perdón si alguien lo considera un spoiler... pero, vaya, esto es un ensayo, no una novela de Agatha Christie):

"Sorprende que quienes han dedicado tanto tiempo y esfuerzo a pensar sobre las singularidades de estos territorios-frontera ignoren un aspecto elemental: que en ellos vive gente. Las cuestiones jurídicas y jurisdiccionales, así como las sutilezas de la diplomacia y la política exterior no deberían imponerse nunca ni a la voluntad ni a las condiciones de vida de los ciudadanos afectados (...)".

Qué ecuménico, ¿verdad? Pero más bonico aún es el final del libro:

"Quienes creemos que a los nacionalismos disgregadores y etnicistas como el vasco y el catalán se puede oponer una idea de nación abierta y fuerte fundada en el principio liberal de igualdad, debemos esforzarnos por eliminar cualquier forma de marginalidad y cualquier sentimiento de exclusión. Sólo así lograremos convencer de que una España dentro de Europa es la mejor forma de reconciliarnos con una historia ingrata y cruel -como la de todas las naciones- y enfrentar un futuro libre y democrático".

¿Coño, dónde se han quedado "la voluntad y las condiciones de vida de los ciudadanos afectados"? Pues quizás en el capítulo dedicado a Llívia, enclave español en Francia (por más que el 96'12% de sus habitantes lo vean más bien como catalán en Cataluña. O, para ser precisos, de la Cerdanya... en la propia Cerdanya). Aquí la mirada comprensiva y casi cómplice hacia, por ejemplo, los llanitos gibraltareños que viven de montar sociedades-pantalla, los andorranos que se lucran gracias a la discreción de su sistema bancario o los musulmanes ceutíes que reivindican su españolidad por ser descendiente de los regulares marroquíes que lucharon en el bando faccioso durante la Guerra Civil (éstos, en cambio, son pobres, hay que señalar... bueno, menos los narcotraficantes); esta mirada amable que digo se torna en displicencia, cuando no abierto desdén, hacia esos arteros catalanes mimados por el franquismo y que ahora, sin embargo, han devenido ingratos indepes... Bueno, y ni tan mal, que el capítulo dedicado al condado de Treviño -perteneciente a Burgos, pero situado en el corazón de Álava- adquiere por momentos un tono tan dramático que el lector ya cree oír el ominoso y sempiterno golpeteo de la txalaparta, imprescindible fondo sonoro de cualquier reportaje sobre "La Cosa" vasca, que diría Iban Zaldua... (ya no sé si mencionar la asimilación que hace entre los mapas del tiempo de "la Gran Cataluña" y "la Gran Euskadi" con el anhelo de la Gran Alemania de Hitler. A punto he estado de gritar: "¡Chupito!").

Espero que se me entienda, antes de que petéis la reseña de comentarios indignados: ni soy ni lo pretendo un defensor de los "nacionalismos periféricos" (significativo este adjetivo, de todos modos), pero tampoco del "patriotismo constitucional" habermasiano del que hace gala el autor del ensayo. Es más, unos y otro me la traen al fresco, si se me permite tan simpática expresión. Pero además de percibir en el libro una curiosa, por selectiva, falta de empatía, no acabo de entender cómo se puede empezar éste contando cómo al pobre Goethe casi le empuran por dibujar unas ruinas que marcaban la frontera entre la República de Venecia y el Imperio Austríaco y acabar reivindicando el estado-nación y su integridad territorial como garante de los derechos y libertades de los ciudadanos (al margen de lo que opinen estos ciudadanos que viven en él y sobre todo en sus fronteras, además). Será que yo soy muy suspicaz o don Sergio muy confiado, no lo sé...


Otros títulos de este autor reseñados en Un Libro Al Día: La hora violetaLo que a nadie le importaLa España vacía

martes, 12 de marzo de 2019

Daniel Bernabé: La trampa de la diversidad

Idioma: español
Año de publicación: 2018
Valoración: interesante, pero discutible

No sé si el hecho habrá trascendido fronteras, pero el caso es que este libro, desde su aparición hace cosa de un año, ha causado cierto revuelo dentro de la izquierda española (o al menos de cierta izquierda, más habitual y sensible a las redes sociales); digamos que a las sempiternas y casi entrañables divisiones que se dan en esta izquierda (marxistas, anarquistas, socialdemócratas, troskistas, maoístas, eurocomunistas y cualquier otro -istas que se tercie), debemos añadir, en este siglo XXI tan vintage que nos está quedando, la que hay entre la "izquierda diversa" o "posmo" y la "izquierda materialista u obrerista" (1). Sin embargo, en esta suerte de Antiguo Testamento revisitado, con sus luchas cainitas, su  filisteos y fariseos, sus travesías por el desierto... Pero, en fin, en este erial rojizo asediado por víboras, buitres y alacranes, de vez en cuando aparece un profeta que nos revela la palabra de Yahvé... digo, de Lenin. Preparaos, hermanos, para recibir el Libro de Daniel... Bernabé.

Las profecías de este Daniel se pueden concretar en unos puntos que van formando una hilazón, a modo de caminito de perdición, hasta el desastre final (me permito resumirlas a mi modo, pero añado  citas literales del libro, para que no se me pueda acusar de tergiversación alguna):

1- El neoliberalismo y su caballo de Troya intelectual, el posmodernismo, avanzan triunfantes por el mundo desde los años 70, cual Sauron y Saruman por la Tierra Media: "El neoliberalismo utilizó al posmodernismo para desmanterlar a la izquierda, para extender su amoralidad y cinismo con valores aceptables para crear un estado de cosas donde un proyecto no es que fuera el más apropiado, sino el único posible".
2- A la clase trabajadora se la dan con queso y se convierte (o cree hacerlo) en clase media aspiracional que se pone a competir en el mercado de la diversidad: "Si en un contexto neoliberal carente de conciencia de clase los individuos llenan su identidad media de clase media con el consumo de diversidad simbólica, tarde o temprano esas identidades simbólicas tienden a competir cuando ocupan un mismo espacio".
3- El debate político pasa a centrarse en la representación y el reconocimiento de la diversidad, en vez de en la redistribución. "(...) en el debate sobre la redistribución y el reconocimiento no se tiene en cuenta que el reconocimiento de la diversidad opera como un producto aspiracional bajo las condiciones neoliberales".
4- La izquierda cae en esta trampa para topos renunciando a plantear una lucha conjunta basada en las reivindicaciones comunes -materiales y no meramente simbólicas-de toda la clase trabajadora: "La izquierda, presa de este mercado, cosificada también como mercancía, presenta su seducción a través de las políticas de la diversidad. una vez que se ha visto incapaz de alterar el sistema, de cambiar las reglas del juego, las acepta y, creyendo aún desempeñar un papel transformador, su única función es resaltar lo minoritario, lo específico, exagerar las diferencias, proporcionar una representación no sólo a las mujeres, homosexuales o minorías raciales, sino a toda la clase media aspiracional".
5- En consecuencia, los agentes de la izquierda se dedican a perder el tiempo con pijadas que sólo les sirven para enfrentarse entre sí y debilitar sus vínculos con la sociedad real: "Deconstruir identidades hasta atomizarlas es dar anfetaminas al posmodernismo".
6- A la extrema derecha, en cambio, le viene de perlas esta competición en el mercado de la diversidad, que contribuye a afianzar su creciente presencia social y política: "Mientras que la izquierda juega siempre de inicio fuera del sentido común dominante, a los ultras tan sólo les hace falta exagerarlo".
7- La izquierda debe volver a presentar un frente común y dejarse de reivindicaciones parciales y, en ocasiones excluyentes entre sí, en el terreno de la representación simbólica: "¡DEJAOS YA DE BOBADAS, CONCHO!" (Vale, esto lo he inventado, pero es que no me apetecía seguir buscando citas...).

¿Tiene razón don Bernabé con sus tesis o no? Pues esa no es la cuestión, me parece a mí... o, en todo caso, eso dependerá de lo que considere cada lector y argumente a favor o en contra (por mi parte, yo estoy de acuerdo en algunas cosas y en muchas no). Pero lo que merece una mayor crítica en este libro son, en mi opinión, ciertos errores de apreciación y, sobre todo, que  en algunos aspectos su autor ha sido un poco -bastante- tramposillo (2). A saber:

I- Lo principal es que ha utilizado un truco muy pillín -no sé si se trata de una falacia del hombre de paja o simplemente de falta de término medio... Doctores tiene la iglesia de las falacias que sabrán más que yo-, consistente en reforzar sus propios argumentos recurriendo a la autoridad de sesudos/as intelectuales de prestigio (historiadores, filósofas, críticos...), como Eric Hobsbawn, Terry Eagleton, Celia Amorós, Nancy Fraser, Seyla Benhabib...; mientras que para hablar de las posiciones que cuestiona apela a ejemplos sacados de... dibujos animados, telecomedias, noticias "chorras" que habrá encontrado en twitter... Incluso cuando alguno de estos ejemplos parece guardar un mayor rigor histórico, en realidad su relación con el tema central del libro resulta bastante tangencial.
II- Cae continuamente en una suerte de arcadismo obrerista, añorando una feliz época pre-neoliberal, cuando al izquierda europea conseguía sus logros político-sociales gracias a una acción sindical mayoritaria y a la tutela benévola de la URSS (eso sí, Bernabé toma también la precaución de desmarcarse de los nostálgicos entusiastas del vintage soviético)... Bueno, creo que tiene razón en que gran parte del llamado "estado del bienestar" se consiguió en Europa gracias al miedito que a los gobiernos les causaba la presencia del vecino soviético; pero en cuanto a la clase obrera... ni la occidental parece que estuviera tan concienciada ni la de los países socialistas tan satisfecha de vivir bajo ese sistema.
III- Si bien de forma repetida a lo largo de todo el libro su autor expresa muestras de respeto hacia las justificadas luchas feministas, de los homosexuales y de las minorías étnicas o raciales, lo cierto, es que las minimiza ya desde la primera anécdota que cuenta en el primer capítulo -sobre las "Antorchas de la Libertad" y la utilización de la lucha feminista por parte de la publicidad-, y la sensación que deja es que se trata de luchas a parciales o sectoriales que deben estar supeditadas a la lucha general de toda la izquierda, Y NO AL REVÉS. He escrito estas últimas palabras en mayúsculas para resaltar el sinsentido de considerar como una lucha minoritaria la de las reivindicaciones de las mujeres, que constituyen más del 50% de la población. Aparte de que no veo por qué la lucha feminista debe de ser identificada exclusivamente con las ideas y objetivos de la izquierda  Y NO AL REVÉS (y aquí ya me callo pues es obvio que tampoco soy la persona más adecuada para dilucidar esta cuestión) (3).
IV- El fallo más excusable, quizás -y eso que es algo que le preocupa mucho a nuestro pensador: "Si el objetivo de este libro es desenmascarar el mercado de la diversidad y la trampa que plantea para la política, uno de los motivos que lo impulsan es el auge de la ultraderecha"- sea atribuir el éxito de la extrema derecha a las mismas estrategias que, sin embargo, resultan tan desastrosas para la izquierda. ¿Acaso a los fachas del mundo les importa más la representación simbólica que a la izquierda desnortada? ¿En serio? ¿No será que saben que éstas son ahora las reglas del juego y se adaptan para conseguir sus objetivos, que no son otros que obtener el poder?

Yo, por supuesto, no tengo las respuestas, ni a estas preguntas ni a la cuestión principal que plantea el libro. Lo que tampoco sé es si las tiene Daniel Bernabé o si al menos a planteado las preguntas adecuadas. Cada cual, que juzgue...


(1) Aclaro, no obstante, que la mencionada dicotomía no ha surgido a partir de este libro; en realidad lo que hace La trampa de la diversidad es recoger, aun posicionándose en uno de los bandos, un debate previo, que sin duda personas más preclaras que yo sabrán rastrear en el pasado reciente.
(2) Que conste que a alguno de los capítulos, más que nada descriptivos, como el que dedica a explicar la historia de avance del neoliberalismo, no se les pude poner casi ningún pero.
(3) En descargo del señor Bernabé, hay que recordar que el libro fue escrito, en prncipio, antes del 8 de marzo del año pasado.
(4) Arcimboldo no tiene la culpa de nada.

martes, 25 de diciembre de 2018

Camille Paglia: Vamps & Tramps. Más allá del feminismo

Idioma original: Inglés 
Traductor: Santiago García
Año de publicación: 2001
Valoración: No sé

Camille Paglia, profesora de Humanidades en la Philadelphia University of Arts, fue catapultada al espacio mediático tras la publicación de su ensayo más académico, Sexual Personae (1990). Desde entonces, la pensadora ha sido omnipresente en la radio, la televisión y la prensa estadounidense. Sus radicales y polémicas sentencias siguen dando de qué hablar incluso a día de hoy, pues algunas de sus inquietudes están todavía vigentes.  

Pero, ¿quién es, realmente, Paglia? Depende. Para algunos es una abanderada de la libertad de expresión y de pensamiento, la altavoz de un feminismo «razonable», una heroica militante que aboga por una reforma de la Universidad. Para otros, una mera agitadora, una intelectual oportunista y deshonesta, la figura de la celebridad de pandereta por excelencia.  

¿Y si preguntamos a la propia Paglia cómo se definiría ella misma? La respuesta, me temo, es de lo más frustrante. Al menos, si nos basamos en la que podemos obtener de Vamps & Tramps, la primera obra de la autora publicada en España, descatalogada en la actualidad. Y es que en este libro misceláneo, compuesto por ensayos, entrevistas, artículos, columnas, críticas literarias, transcripciones de proyectos audiovisuales, etc..., lo más cerca que está Paglia de autodefinirse es el término vago e impreciso de «libertaria». También se considera una feminista «comprometida» y «disidente». Pero, como digo, estas palabras tan abstractas nada nos ayudan a la hora de ubicarla ideológicamente. En cambio, su forma de pensar sí que podría darnos algunas pistas al respecto. 

Las controvertidas opiniones de Paglia (sobre la pedagogía, la legalización de las drogas, la prostitución, la homosexualidad, la pornografía, etc...) suscitan reacciones muy polarizadas, como podréis imaginar. A continuación, dejad que señale algunas de las tesis que defiende en Vamps & Tramps, sin entrar en juicio de valor alguno. Por cierto, las voy a extraer de este enlace, pues Eugenio Sánchez Bravo las ha simplificado de un modo admirable: 


  1. «El excesivo proteccionismo legal logrado por el triunfo de los movimientos gays y feministas convencionales impiden el desarrollo, la eclosión, del verdadero potencial de hombres y mujeres.»
  2. «El feminismo tiende a una victimización constante de la mujer y el niño, amenazados por un patriarcado feroz. La inocencia originaria de niño y mujer tienen su fundamento filosófico en Rousseau. Frente a esto, Paglia propone otra visión del ser humano, más consciente de su perversidad, que se apoye en Freud, Darwin, Nietzsche, Sade…»
  3. «El objetivo feminista de terminar con la violencia de género reeducando o reprogramando a los hombres es una estupidez que ignora los abismos del inconsciente. Son las mujeres quienes tienen que aprender a defenderse por sí mismas. (...)»


Llegados a este punto, aclaremos algo. Los trabajos compilados en Vamps & Tramps no gravitan exclusivamente en torno a las ideas políticas de Paglia. No obstante, éstas son sin lugar a dudas las aportaciones más interesantes del volumen; además, en ocasiones Paglia las mete con calzador en textos que no necesariamente tendrían por qué incluirlas. Es por estas razones, pues, que he decidido enfocar esta reseña en las cuestiones políticas que plantea Paglia y apenas incidir en otros temas que puedan aparecer en el libro. 

Y sí, aunque hasta ahora he sido completamente neutro, ha llegado el momento de que me moje un poco. Empecemos destacando los que, a mi juicio, son aspectos positivos del discurso de Paglia:

  • Está a favor de las «metas últimas» del feminismo y la liberación gay. Para mí, esto es innegociable: dichas metas son objetivos legítimos y, sobre todo, deseables. Otra cosa es cómo alcanzarlos, claro...

  • Señala a intelectuales dogmáticos y proclives al doble rasero, ideas sobrepolitizadas, gimnasias mentales y trampas retóricas (sobre todo las de la izquierda americana)... Y temas tabú sobre los que, se quiera o no, hay que debatir. 

  • Es muy atractivo para las masas. No sólo porque la pensadora aborde temas actuales o haga alusiones frecuentes a la cultura pop, sino porque, además, lo hace alejada de la erudición plomiza.   

  • Su manera de criticar, implacable y sin concesiones, sienta como un soplo de aire fresco en un ambiente asfixiado por la corrección política. 

  • Ah, y no puedo olvidarme de la idiosincrasia pagana que emplea Paglia. Gracias a ella logra imágenes muy poderosas (en especial, literariamente hablando): la mujer como suma sacerdotisa de un jardín del edén, dueña de un poder atávico y turbador; la esfera social en tanto que circo sexual repleto de guerreros y atletas... 

Y ahora, listemos los aspectos negativos del discurso de Paglia: 

  • Tiende a caricaturizar a su oposición (llega a usar tres nombres satíricos a lo largo de Vamps & Tramps, que yo recuerde, para designarla). O a aludirla de forma condescendiente. Y claro, sé que en EEUU hay corrientes de pensamiento verdaderamente esperpénticas, pero enfocarse solamente en feministas neuróticas y victimistas, estudiantes sectarias e infantilizadas, académicos oportunistas o alejados de la realidad, activistas amargados o periodistas adoctrinados, no me parece intelectualmente honesto. 

  • A veces, Paglia se monta unos hombres de paja que ya le gustaría a los habitantes de Summerisle. Y ni siquiera cuando se centra en figuras más definidas, como Rousseau o Foucault, ataca en serio a sus argumentos.  

  • En ocasiones usa ejemplos o comparaciones de cuestionable relevancia para reforzar su punto de vista. Esto se puede percibir cuando emplea su idiosincrasia pagana para apoyar sus palabras. Como ya he adelantando, ésta es muy funcional literariamente, pero carece de solidez científica como para avalar ningún argumento. 

  • Desempolva al obsoleto psicoanálisis freudiano. Un ejemplo perfecto es cuando lo usa para aseverar que «cualquier mujer, gay o hetero, que no pueda responder a los penes o que los encuentre horrendos o risibles es que ha quedado traumatizada por alguna temprana experiencia».  ¿Y qué hay de esa vez en la que lo emplea, junto a una interpretación errónea de la novela Lolita, para impulsar su ética sexual sobre los menores de edad?  

  • Paglia parece, en algunos de sus trabajos, más preocupada en promocionar Sexual Personae que en abordar el tema que tenga entre manos. También la he notado, puntualmente, tan empeñada en causar controversia y ser rupturista que prefiere soltar cualquier frase altisonante a una reflexión más honesta pero menos poderosa. 

En definitiva, Vamps & Tramps es un muestrario excelente con el que tener una visión panorámica del pensamiento de Paglia. Sin embargo, lo recomiendo solamente a lectores desprejuiciados que sean capaces de obviar la ocasional barbaridad proclamada por la académica estadounidense y puedan, asimismo, extrapolar las virtudes de su discurso.

Entendámonos. La edición de este volumen, a cargo de la editorial Valdemar, es irreprochable: traducción libre de gazapos, pertinentes notas a pie de páginas, índice onomástico, algunas imágenes y un breve pero intenso prólogo redactado por Jesús Palacios. Y, como ya he dejado claro, el libro tampoco es un mal comienzo si uno quiere adentrarse en la mentalidad de Paglia. Pero hay que reconocer que, si no es el caso, se puede volver algo cargante. Su heterogeneidad conlleva una dispersión perjudicial para el discurso de la autora; por un lado, se siente poco profunda y, asimismo, reiterativa; por otro, le sobran páginas que se desvían de los temas interesantes. Porque si algo hay en Vamps & Tramps son páginas. Muchas páginas. Demasiadas.  


También de Camille Paglia en ULAD: Sexual Personae