Valoración: así en conjunto, se deja leer
Me van a perdonar los lectores y compañeros de este blog por esta entrada, que se sale de nuestra línea habitual por su tono y por su contenido, pero es que necesito desahogarme. Si no lo digo, exploto:
Odio a Haruki Murakami.
Por supuesto, estoy exagerando: no le odio, ni como persona (no le conozco de nada) ni como escritor. De hecho, me parece que no escribe mal (sus novelas se leen con facilidad y por momentos incluso sorprenden); Tokyo Blues fue la primera que leí, me entretuvo, y me dejó con ganas de leer más cosas de este autor. Y de hecho debo de haber leído cinco o seis obras suyas (Tokyo Blues, Kafka en la orilla, After Dark, La caza del carnero salvaje, De qué hablo cuando hablo de correr...).
Pero...
Mi odio a Murakami tiene dos partes. De la primera parte tiene la culpa el propio Murakami; de la segunda no, o no directamente.
La primera parte es que Murakami se repite más que el ajo. Sus personajes casi siempre parecen sacados por el mismo troquel: seres sensibles, algo alternativos, simpáticos, tímidos... Historias de búsqueda personal y/o romántica en un Japón casi abstracto. Algo de "realismo mágico" aquí o allá. Unos toques de novela de aventuras... Tengo comprobado, además, que es muy habitual que la novela que más gusta de Murakami es la primera que te lees de él. ¿Y por qué? Porque leída una, leídas (prácticamente) todas.
La segunda parte que ya no es culpa de Murakami propiamente, es su entronización como un "clásico vivo". Por favor. Que el nombre de Murakami aparezca en las listas de candidatos al Premio Príncipe de Asturias y, sobre todo, al Nobel, me parece un ejemplo de banalización o comercialización de los estos premios. Del Príncipe de Asturias uno ya espera cualquier cosa, pero ¿del Nobel? Yo a un Premio Nobel no le exijo solo que "no escriba mal"; sino que rompa barreras, en cuanto al uso del lenguaje, en cuanto al conocimiento del mundo, en cuanto a lo que los seres humanos conseguimos hacer con eso que llamamos "literatura".
¿Consigue algo de esto Murakami? Pues como ya os imaginaréis, yo creo que ni de lejos. Murakami me parece un autor superficial, fuegos de artificio narrativos sin contenido humano digno de tal nombre; un conjunto de juegos bastante vacíos por muy atractivos que sean, y por mucho que vendan. La diferencia con Philip Roth, con quien "compitió", según dicen, por el Premio Príncipe de Asturias, es tan evidente que debería hacer que Murakami se encerrase una temporada en su casa a replantearse su vida.
Esto no quiere decir que uno no se lo pueda pasar bien leyendo a Murakami (sobre todo, como decía, cuando se lee por primera vez una novela suya); ni que no pueda gustarte Murakami, faltaría más.
Pero para mí, Murakami es el Paulo Coelho japonés.
Si a pesar de esto quieres leer algo de Murakami, puedes empezar por After Dark
o Kafka en la orilla
Otras obras del autor en ULAD: De qué hablo cuando hablo de correr, Al sur de la frontera, al oeste del Sol, Tokio blues, Los años de peregrinación del chico sin color, El elefante desaparece, De qué hablo cuando hablo de escribir, De qué hablo cuando hablo de escribir, La muerte del comendador