lunes, 26 de febrero de 2024

Lea Ypi: Libre. El desafío de crecer en el fin de la historia



Idioma original: inglés
Título original: Free. Coming of Age at the End of History
Traducción: Cecilia Ceriani
Año de publicación: 2023
Valoración: muy recomendable.

 

Para la gran mayoría del planeta (no solo de sus vecinos de la vieja Europa) Albania fue, durante mucho tiempo, una especie de enigma absoluto, solo comparable al que, aún, y no sé si eso va a durar mucho tiempo, representa Corea del Norte. Un país aislado en su empecinamiento de representar un ejemplo de la aplicación de ciertos ideales que son, casi todos, perfectos en lo téorico y desastrosos en lo práctico (lo cual siempre se suele achacar a la naturaleza humana). Allá por el periodo posterior a la II Guerra Mundial y en el estéticamente fascinante periodo de la guerra fría, fue un pequeño territorio aislado, al lado de los Balcanes que se embarcó, liderado por uno de esos dudosos líderes, Enver Hoxha (que suelen compartir destino simbólico con otros dictadores cuando las enormes estatuas con sus efigies son abatidas entre alborozo general, y esas imágenes se constituyen en símbolos de la liberación de sus pueblos), en una suerte de regimen hermético, rechazando a partes iguales el imperialismo capitalista y el soviético.

Aunque la caída de este último fuera, pensemos que por capilaridad, lo que sumiría al país en una abrupta transición, no por casualidad contemporánea con la elevada inestabilidad en la zona que suele envolverse en el paraguas conceptual del conflicto de los Balcanes. Un aperturismo súbito y casi narcótico que sumió a sus habitantes en una desorientación de identidad que se redujo, en la práctica, a unas cuantas fotos sensacionalistas de buques llegando a puertos italianos repletos, sobre todo, de hombres de aspecto cansado y algo oscuro, como siempre, seguimos así, huyendo hacia un futuro mejor. 

Aún así, si a este humilde comentarista de lo cultural le preguntan por albaneses de origen, mi pareja de elegidos no puede ser más heterodoxa: Ismail Kadaré y Dua Lipa.

Lea Ypi ni siquiera figura en la escueta solapa de Libre como escritora, me atrevería a afirmar que, salvo que el éxito crítico de este libro provocara lo contrario, quedará como una especie de one hit wonder literaria, aunque es posible que se genere cierta curiosidad y se indague sobre artículos de perfil profesional, pues es profesora universitaria en Londres y Australia especializada en marxismo y teoría crítica, cuestión que surge en el texto y que aleja cierto fantasma al que este tipo de obras puede ser proclive. Ypi se declara marxista y este Libre no está escrito ni desde la nostalgia ni desde el rencor. Lo cual, como mi valoración ya os advertía, es un poderoso punto a favor. Ya desde la portada, una fotografía de una lata de Coca Cola vacía usada a modo de jarrón decorativo en una casa albanesa, se percibe lo que es Libre, y lo que justifica su subtítulo. El desafío de crecer en el fin de la historia. Pues Ypi es una niña, una adolescente que crece en un entorno que cambia a velocidad de vértigo. Que observa un mundo precario e hipercontrolado gobernado  por lo que poco cuesta verificar como absurdo: el racionamiento, las colas para acceder a los productos básicos, el control gubernamental especialmente (la envidia es la mejor espoleta para cualquier revolución) celoso en la  filtración de información respecto a lo que pasara más allá de sus fronteras. Una obsesión infantil: los albaneses aprendían italiano para ver frívolos programas de variedades de la RAI, porque otra obsesión de los regímenes dictatoriales es proclamar una especie de férrea moral pública donde cualquier desviación se contempla como un peligroso asomamiento a la posibilidad de la libertad de elección, individual y colectiva. 

Diría que debería haber un punto medio entre la cruel disyuntiva entre la democracia liberal, que deja a todos a su libre albedrío aunque lleve a la autodestrucción y ese estado incautador y paternalista que decide hasta el gusto que debe tener tu dentífrico. Es una vieja controversia, pero Ypi no se solaza en ella. Habla de la infancia y la juventud como patria de las personas, escribe con eficacia y oficio sobre esa vida en la que el aparato estatal captaba acólitos para denunciar ya no disidencia, sino semilla o incipiencia de ésta, de los tímidos conatos de apertura cuando Hoxha fallece y su red de funcionariado es incapaz de contener el estallido de la voluntad del pueblo. Habla de todos los eufemismos empleados en las conversaciones del día a día para evitar afrontar una realidad incómoda y asfixiante. Lo hace de un modo cercano y confidente, sea de anécdotas intrascendentes o de cuestiones como la separación familiar o el desarraigo. Al margen de que el tema pueda resultar, décadas después, fascinante y de interés, el resultado literario ya es muy valioso por sí solo.

2 comentarios:

Carlos Ávila dijo...

Hoy lo voy a empezar y me alegra leer tu reseña y la recomendación. Ya te contaré qué tal.

Sara VIciana dijo...

Pintón de libro. Esta mañana he leído un poquito en la librería (sin abusar) y parece muy interesante. No ocupa lugar empaparse un poco de lo que ocurre en un sitio tan poco glamuroso como Albania. Espero que aunque desde la experiencia personal de la autora no sea un panfleto de los buenos vs los malos. Confío en que sea medianamente objetivo.

Jamás me hubiera fijado en él de no ser por esta entrada de vuestro blog.