Año de publicación: 2017
Valoración: entre recomendable y está muy bien (hilando muy fino)
Libro de cuentos del escritor mexicano Antonio Ortuño que ganó un prestigioso concurso dedicado a esta modalidad literaria (de hecho, el más prestigioso en lengua castellana, creo), hemos de suponer que con justicia. No se trata, por supuesto, de ejercer de jurado a posteriori, pero sí puedo decir que el nivel de los relatos aquí contenidos es más que digno, bordando la excelencia, en algún caso, así que sí, podemos pensar que el premio estuvo bien concedido.
Es de suponer, por otra parte, que los relatos contenidos en este delgado volumen de apenas 120 páginas (supongo que por adecuarse a las condiciones del certamen en cuestión) habrán sido cuidadosamente seleccionados por el autor y de ahí también que la calidad de los cuentos sea bastante homogénea. No son muchos, media docena que, salvo en uno de ellos, tienen en común al protagonista, un escritor llamado Arturo Murray -tal vez o tal vez no un alter ego del autor- al que encontramos en diferentes momentos de su vida y de su actividad literaria. O quizás sean historias con diferentes protagonistas a las que Ortuño ha decidido otorgar el mismo nombre, eso tanto da... Así, en Un trago de aceite encontramos al niño Arturo pasando el fin de semana en casa de una familia acomodada, donde su padre le ha llevado con intenciones poco claras.
En El caballero de los espejos el escritor se encuentra, en el funeral de su madre, con un primo que le había maltratado siendo niño -al niño Arturo no le salvaban de los sinsabores ni sus aficiones literarias-; en Quinta temporada Murray es contratado, junto con otros escritores latinoamericanos, para colaborar en el guión de una serie épica internacional -el guiño a Juego de Tronos es más que evidente-, mientras que en El príncipe con mil enemigos lleva a cabo una gira por bibliotecas y ferias literarias de provincias (de provincias mexicanas, se entiende), ofreciéndonos el surtido de anécdotas y personajes peculiares que cabe suponer. ¿Y qué le puede faltar por hacer a un escritor profesional en el siglo XXI? Pue sestá claro: La batalla de Hastings trata de un taller literario que imparte nuestro héroe, en medio de una crisis matrimonial y puede interpretarse como un relato sobre el impulso o el prurito de escribir.
El único relato que no tiene como protagonista a Arturo Murray se titula Provocación repugnante y recrea un hipotético encuentro entre Walter benjamin y Bulgakov en 1926, en Moscú, a la salida del teatro donde se representaba una obra de éste último. No tiene nada que ver con el resto de cuentos, ambientados en México en época contemporánea, salvo que los protagonistas son asimismo escritores. De ahí, probablemente, venga el título de esta recopilación de relatos, La vaga ambición, pues ya se sabe que los escritores suelen ser ambiciosos pero más vagos que la chaqueta de un guardia resume bastante bien la sensación irremediable pero inasible de ese impulso que lleva a alguien a ponerse a escribir.
En todo caso y siendo, como ya he explicado, bastante notable la calidad de todos los relatos, en genral, en mi opinión destacan tanto el primero, Un trago de aceite como Quinta temporada, uno por el malestar que sabe trasmitir el autor describiendo una experiencia infantil incómoda, que acaba siendo traumática y el otro -también ocurre con El príncipe con mil enemigos- por lo divertido y aun tronchante que resulta, con el retrato que hace de la fauna, ciscunstancias y miserias tanto del mundo literario como del audiovisual.
En suma, un libro de relatos que dan ganas de seguir leyendo más cosas de este autor y, por tanto, es una excelente carta de presentación para quien no lo conozca. para eso, creo yo, han de servir los concursoso literarios (y éste, en concreto, siempre ha destacaado por eso, que yo sepa), y no -o no sólo- para poder vender productos vacíos, pagar favores o promocionar a quien no lo necesita.
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