Título original: The buried giant
Traducción: Mauricio Bach
Año de publicación: 2015
Valoración: decepcionante
Hay que reconocer que Kazuo Ishiguro es un escritor valiente. Y es que tras haber escrito libros maravillosos, como Los restos del día o Nunca me abandones, podría haber caído en la autocomplacencia y en la casi irresistible tentación de escribir una y otra vez el mismo libro. Pero no. Además de torturar a su seguidores (e imagino que también a sus editores) con diez años de espera, resulta que les sorprende con una novela que no tiene absolutamente nada que ver con las anteriores.
Porque El gigante enterrado es, a primera vista, una novela de "aventuras" ambientada en la Edad Media, con sus caballeros artúricos, guerreros, dragones, venganzas, traiciones, etc (Tranquilos, Ishiguro no se ha convertido en un trasunto de George R. R. Martin o de Tolkien...). Digo a primera vista porque la novela es, o al menos lo pretende, una metáfora sobre la memoria o el olvido en el más amplio sentido de la palabra: memoria individual, memoria colectiva, memoria histórica... incluso sería una metáfora política (al menos, en España), si se le quiere dar esa lectura.
Una niebla de olvido ha cubierto el territorio en el que se desarrolla la novela, esa niebla ha contribuido decisivamente a que se haya extendido una paz casi total, a nivel individual y colectivo, pero la semilla de la venganza está plantada, solo resta que el terreno sea fértil para su crecimiento. Y así surgen las dudas y los personajes se preguntan cuestiones como:
Pero también me pregunto si lo que sentimos hoy en nuestros corazones no es semejante a esas gotas de lluvia que siguen cayendo sobre nosotros desde las hojas empapadas que tenemos encima, pese a que en el cielo ya hace rato que ha dejado de llover. Me pregunto si, sin nuestros recuerdos, lo único que le espera a nuestro amor es apagarse y morir
¿Quién sabe qué sucederá cuando hombres con facilidad de palabra relacionen antiguos agravios con un nuevo deseo de tierras y conquista?
El problema que, en nuestra opinión, tiene la novela es que el fondo está por encima de la forma (Ojo que Ishiguro sigue escribiendo tan bien como lo hacía hace 20 años, al menos en lo que se refiere al dominio del párrafo y a la exquisitez de su prosa). Si decimos que el fondo está por encima de la forma es porque el planteamiento puede ser muy bueno (de hecho, nos parece que lo es), pero el vehículo utilizado para llevarlo a cabo no nos parece ni el más idóneo ni el mejor desarrollado. Si en otro momento imitar el estilo pulcro y hasta relamido de la prosa victoriana resultó una idea excelente, en esta novela, la pretendida sencillez de los romans medievales o incluso los cuentos tradicionales no parece acabar de casar con una novela que se va complicando, pero en ocasiones de forma algo gratuita.
De hecho, la historia resulta un tanto "tramposa", con varias vueltas de tuerca que la alargan innecesariamente, con algunas lagunas (y no la Estigia precisamente) que le restan credibilidad, con personajes que no aportan gran cosa, situaciones rocambolescas... por momentos incluso se diría que el autor ha echado mano, para crear la trama, de uno de aquellos entrañables libros de Elige tu propia aventura. Por ejemplo (y perdón si esto es un spoiler):
-Os están atacando cientos de duendes que salen del río. ¿Qué harás?
A- Luchar con ellos para salvar a una anciana que no conoces de nada (vete a la página 62)
B- Pelear para ayudar a tu adorada esposa (vete a la página 70)
C- Salir por pies y no volver la vista atrás (vete a la última página. Has ganado)
Lo mismo si te encuentras a un perro del Infierno, a unos ogros caníbales o a los soldados de un malvado Lord (y no, esto tampoco es Shrek)...
Y en éstas, Ishiguro se demora 400 páginas; ya sabemos que Ishiguro es lento, moroso y con tendencia al detalle (lo cual en otros libros ya mencionados es parte de su encanto), en una historia que, en el fondo, no deja de ser un cuento largo. Aunque eso no justifica el trote cochinero que le inflige a la narración durante buena parte de la misma, en especial en su primer tercio, ni los diálogos reiterativos, los momentos en que la acción parece enredarse en bucle sobre sí misma..Por lo menos, esta manera de narrar, pausada y un tanto errática, cuando no provoca el sopor del incauto lector le va como anillo al dedo a alguno de los mejores hallazgos de la novela, que es la aparición, de vez en cuando, de momentos de una singularidad onírica interesante, como si se tratase de la inesperada plasmación de los miedos y recuerdos de los protagonistas.... o los arquetipos del célebre "inconsciente colectivo". Pero vaya, que tampoco es que estemos leyendo el guión de una película de Bergman... más bien, en la mayoría de los casos, vamos deambulando por el reino de Ooo junto con Finn y Jake. Sólo faltan el Rey Hielo y la princesa Chicle.
Y en éstas, Ishiguro se demora 400 páginas; ya sabemos que Ishiguro es lento, moroso y con tendencia al detalle (lo cual en otros libros ya mencionados es parte de su encanto), en una historia que, en el fondo, no deja de ser un cuento largo. Aunque eso no justifica el trote cochinero que le inflige a la narración durante buena parte de la misma, en especial en su primer tercio, ni los diálogos reiterativos, los momentos en que la acción parece enredarse en bucle sobre sí misma..Por lo menos, esta manera de narrar, pausada y un tanto errática, cuando no provoca el sopor del incauto lector le va como anillo al dedo a alguno de los mejores hallazgos de la novela, que es la aparición, de vez en cuando, de momentos de una singularidad onírica interesante, como si se tratase de la inesperada plasmación de los miedos y recuerdos de los protagonistas.... o los arquetipos del célebre "inconsciente colectivo". Pero vaya, que tampoco es que estemos leyendo el guión de una película de Bergman... más bien, en la mayoría de los casos, vamos deambulando por el reino de Ooo junto con Finn y Jake. Sólo faltan el Rey Hielo y la princesa Chicle.
Se puede hablar también, claro (se debería de hablar), del ciclo artúrico, de Steinbeck, de los mitos griegos y de muchas otras referencias que sin duda están presentes en El gigante enterrado. Pero al final de la lectura da lo mismo porque lo que queda es una sensación amarga, sobre todo sabiendo cómo puede llegar a escribir Ishiguro. Y es que este El gigante enterrado se queda a medio camino entre un divertimento, un pastiche y el simple mareo de perdiz y lo que en otro escritor podría ser un libro aceptable resulta, en este caso, francamente decepcionante.
También de Kazuo Ishiguro en ULAD: Un artista del mundo flotante, Nunca me abandones, Los restos del día, Nocturnos
Fdo.: Juan G.B. y Koldo CF
También de Kazuo Ishiguro en ULAD: Un artista del mundo flotante, Nunca me abandones, Los restos del día, Nocturnos
15 comentarios:
Ahora, hoy por hoy... "esos hombres"... no gozan ya ni siquiera de facilidad de palabra. Pero si son conscientes de que la "pose" y la "actitud" van a bastarles para hacerse entender por las gentes, a las que se dirigen, en orden a satisfacer su desmesurada ansia de vanidad.
E Ishiguro esto lo sabe perfectamente. ;-)
No falla;fieles a su cita los criticos de ULAD,en cuanto un libro se empieza a ver en los escaparates de las libreria o comete el imperdonable error de venderse ....Zas¡¡ , decepcionante¡¡¡
No os cansais de miraros tanto el ombligo ?
Es condicion indispensable para ser un buen libro que no lo conozca ni dios,que sea lo suficientemente aburrido, que solo lo leais vosotros y el resto de los mortales carezcamos de la sensibilidad necesaria para poder percibirlo ?
Es puro esnobismo y se lo que vais a decir pero no, no he leido el libro todavia ,pero sois tan previsibles¡¡¡.
La cultura no necesita esta litugia de exclusividad, de fobias a lo minimamente popular
Ahora le toca a Ishiguro..
Entrégate, Magneto... juntos, somos más poderosos que tú!
Es tan previsible la reseña y somos tan tan tan "antimainstream" que, hasta ahora, había cinco libros de Ishiguro reseñados y todos con reseñas positivas o entusiastas en algunos casos.
Feliz lunes
Me regalaron "El gigante enterrado" por navidad. Al ver de qué se trataba me di cuenta que jamás hubiera elegido por mí mismo una novela como ésta, pero bueno, un regalo es un regalo, no lo iba a devolver. Así que lo leí y, la verdad, me decepcionó.
Estoy muy de acuerdo con el análisis que hacen. Hay personajes que no pintan nada, la narración se enreda innecesariamente y me deja la sensación de que no logra deshacer todos los nudos. Como muy bien dicen, esta novela es un cuento largo (larguísimo), que me resulto muy cuesta arriba, en parte porque caballeros, dragones y antiguos reyes me aburren sin importar quién los escriba.
He de aceptar que jamás había leído a Ishiguro, aunque tenía muchas ganas de hacerlo. Creo que "El gigante enterrado" ha sido una muy mala coincidencia para empezar con él. Espero que haya oportunidad de darle otra oportunidad.
Saludos.
Hola, A. Casares:
Me temo que has tenido mala suerte; en efecto, este libro parece ser la peor manera de empezar con Ishiguro. Prueba cualquier otro título; por fuerza te va a parecer mejor...
Y conste que a mí si je gustan las historias con dragones, caballeros y demás, pero creo que aquí el amigo Kazuo no dio ni con el tono, ni con el ritmo ni con la intención.
Un saludo y muchss gracias por el comentario (y no sólo porque estés de acuerdo con nosotros).
Es una novela maravillosa, sutil, reposada sí, pero que te va calando poco a poco.
Os quejáis del principio pero pocas veces me han transmitido mejor el amor entre dos ancianos que en esa caminata por la campiña inglesa, agarramos de la mano y repitiéndose el nombre para asegurarse de que el otro continúa ahí. El temor a rememorar recuerdos que pueden ser demasiado dolorosos, la verdadera naturaleza del amor, la necesidad de olvidar para continuar, el origen de los odios entre distintas naciones... y todo ello mientras que la búsqueda de su hijo perdido se va haciendo cada vez más evidente que se trata de un macguffin.
Esta novela es una constante deconstruccion de los tópicos de la novela de caballería medieval o de la fantasía más rancia, anticlimatica cuando según los cánones tocaría la acción, profundamente realista en su concepción de la violencia, todo ello contribuye a que sea muy realista, a diferencia de lo que vosotros decís.
Es una novela valiente (¿quién querría leer una historia de ancianos medievales, en una sociedad donde solo se valora la juventud, plagada de novelas de corte iniciatico, donde todo le sale bien al héroe de turno?), honesta en su sencillez y profunda en sus aspiraciones. No hay nada que se le parezca, y es algo que lamento profundamente.
Espero que reseñas tan pobres en su argumentaciones como esta (la minusvaloración que hacéis de Hora de Aventuras ya os deja muy en evidencia, evidentemente no tenéis ni idea de la profundidad subyacente en susodicha serie) no provoquen que ningún lector incauto se aleje de esta u otras novelas de Ishiguro. Si eres fan de su obra no te va a decepcionar, y si eres un asiduo consumidor de novelas de fantasía quizá te descubra un nuevo tipo de narrativa.
Hola Tomás:
Has hecho una defensa pormenorizada y apasionada de esta novela, lo cual te agradezco y además me alegro de que te haya gustado más que a nosotros. No la voy a rebatir, puesto que cada cual tiene sus gustos y opiniones y además las nuestras ya están expuestas en la reseña, suficientemente, creo.
Ahora bien, permiteme unas observaciones sobre un par de puntos.
-Sobre los ancianos que van de la mano llamándose por su nombre, etc... he de decir que cada vez que Axl le llamaba "princesa" a su mujer (es decir, en todas y cada una de sus frases) me entraban unad ganas casi irreprimibles de tirar el libro por la ventana, y si no lo hice fue porque:
1-Lo leí en un e-book.
2-La tablet donde leía el susodicho e-book no es mía y además vale un dinerillo. Pero si hubiese sido un ejemplar en papel, no lo dudes...
-Sobre el supuesto desprecio a "Hora de Aventuras", he de decirte que yo soy un SUPERFAN de esa serie, así que no me hace falta ser aleccionado sobre sus muchas cualidades y su complejidad argumental, más allá de los efectos del ácudo lisérgico y el THC. Pero eso no significa que me parezca un modelo a seguir en la narrativa contemporáne (y menos aún si se hace tan torpemente). Cada cosa en su sitio.
Por lo demás, un saludo y gracias por el comentario.
Es curioso lo diferente que puede ser la percepeción de una sencilla palabra: "princesa". A mí me encantaba como me encantó la novela (además su final me perturbó especialmente), y si no te gusta la novela imagino que debe ser la cursilada que colma el vaso.
Un saludo.
La sensación que me queda de tu crítica es ¿Qué pasaría si lo que escribes, ya que la crítica es literatura, tendría como horizonte Murakami. Creo que sería más cuidadosa y más fundamentada por ejemplo, me refiero a esto último, en el manejo de las tópicas por parte de k. Ishiguro...
Hola, anónimo del 30 de diciembre:
Sin óbice de lo que pueda opinar mi compañero Koldo, que tiene mucho más entendimiento que yo y mucha más inteligencia al expresarse, sólo puedo decir que no he comprendido demasiado bien tu ¿pregunta?
Acerca de lo que sí he entendido, que la crítica es literatura (también lo serían, en ese caso, los comentarios a la crítica...y ya ves), no te diré que no, puesto que estas reseñas las escribimos con un ánimo que va más allá de lo meramente informativo, sino que damos nuestra opinión y buscamos un cierto estilillo y tal, pero me parece un poco absurdo ponernos a departir sobre la reseña, en vez de sobre el libro en sí.
Y a propósito de la alusión a Murakami, prefiero no pronunciarme, al no saber si te refieres al Murakami bueno o al malo.
Un saludo y feliz 2019 y lo que queda del 18.
Yo tampoco tengo muy claro el sentido del comentario (comprensión lectora < 0). Si el libro fuera de Murakami (Haruki) sería una castaña igualmente, lo que pasa es que de Ishiguro esperaba mucho más y de Haruki no esperaría gran cosa, la verdad.
Un saludo!!!
Hola a todos!
Éste fue el primer libro que leí de Ishiguro hace ya un par de años y ahora con el bagaje de haberme leído unos cuantos más del mismo autor debo decir que me parece una gran novela (siento disentir del parecer colectivo).
Kazuo se caracteriza por ir cambiando de contexto y género (a priori) de sus novelas mientras trata los mismos temas; la memoria, los recuerdos, el tiempo y la percepción de uno mismo. En este caso sus profundas reflexiones y la ambigüedad que flota en ésta y todas sus obras es lo que le hace único, ya que con la mayoría me aburriría de forma supina, pero él hace que levante la vista y reflexione sobre los pensamientos de los protagonistas.
Desde mi punto de vista estaría a la par de Los restos del día y de Nunca me abandones.
Un saludo y enhorabuena por el blog (tanto por la calidad como por el tiempo que le dedicáis, que ya son unos años ;))
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