viernes, 28 de febrero de 2025

Michel Nieva: La infancia del mundo

Idioma: español

Año de publicación: 2023

Valoración: más que recomendable (sobro todo si eres como Oriol)

Para el año 2272 el calentamiento global habrá provocado una temperatura media en la Tierra de 90º C, los hielos polares se habrán, lógicamente, derretido, provocando la consiguiente elevación del nivel de los mares y en el caso de la República Argentina (saludos desde aquí a nuestros lectores de aquel país), al menos la mitad de su territorio, incluido el conurbano bonaerense,  estará sumergido bajo las aguas. En los terrenos aún emergidos, otrora Pampa, el clima será tropical, con una media de 40º C todo el año y, de hecho, se encontrarán a orillas del llamado Caribe Pampeano, por donde, como si se tratará de un nuevo Panamá, transcurrirá el Canal Interoceánico. Sin embargo, a orillas de este mar no estarán las comunidades más prósperas de la nación -más bien al contrario-, que se encontrarán a orillas del llamado Caribe Antártico, ocupado antes por la banquisa del continente helado y ahora por resorts turísticos y explotaciones mineras, explotados ambos recursos por compañías transplanetarias como la AIS-Influenza Financial Services-YPF, que saca beneficios incluso -o sobre todo- de la especulación a costa de los innumerables virus mutantes que proliferan en la Tierra...

En fin, podría seguir aún un rato enumerando las predicciones científico-técnicas y político-sociales de esta novela de Ci-Fi/distopía, muy logradas aunque, por desgracia, poco imaginativas, dado que todo indica que vamos de cabeza hacia un futuro parecido... Ahora bien, lo que le otorga originalidad, frescura y, por qué no decirlo, mala baba a esta ficción (de momento) es la elección del protagonista, que no es un tipo cualquiera, sino un niño. Y no un niño cualquiera sino el niño dengue, un mutante nacido de una mujer, pero con todo el aspecto de un mosquito gigante (ahora ya se empieza a comprender el por qué de esa cubierta un poco y aún bastante repulsiva que le han puesto a este libro, ¿no?). Como cabe suponer, el pobre niño dengue sufre durante su infancia no ya el asco y el desprecio, sino el acoso de sus compañeritos de cole y de la sociedad en general, pese a que vive en la tampoco demasiado refinada población de Victorica. Sin embargo, según el niño va creciendo, se ve que las hormonas o simplemente la rabia acumulada le hace rebelarse contra su dickensiano sino y comienza a tomarse la venganza por su propia mano pata, primero contra sus congéneres otros infantes y luego contra la Humanidad, en general. Y ahí (y perdón si es un spoiler) comienza la escabechina un t tano gore que hará las delicias de los lectores y lectoras más raritos (y no miro a nadie...).

Hasta ahí, podríamos estar hablando de un simple despiporre más o menos splatterpunk -tampoco llega a tanto-, pero además la novela adquiere otra dimensión debido a la segunda línea narrativa, la que conduce otro personaje importante, otro niño apodado el Dulce -uno, que por cierto, le toca los coj... dípteros al pobre niño dengue-, enganchado a un juego de realidad virtual llamado Cristianos vs. Indios y que, para enredarlo todo, le roba cierta mercancía muy rara y peligrosa a su hermano, contrabandista en el Canal Interoceánico, con imprevisibles consecuencias. Las aventuras del Dulce permitirán a la novela meterse en un tráfago metaliterario muy sugerente y sobre todo, inesperado en una novela relativamente breve.

No quiero entrar en más detalles, porque buena parte del interés de esta novela está en las sorpresas continuas que nos va deparando su lectura. Sólo decir que buena parte de la comicidad que posee se debe al empleo por parte de su autor de un lenguaje muy elaborado, decimonónico, podríamos decir, que contrasta con las barbaridades y despropósitos que nos van desgranando. No sé si la novela se puede considerar dentro del género bizarro o no (tampoco sé si lo bizarro tiene unas características rígidas e inamovibles para su definición, pero resultaría paradójico); doctores tiene la Iglesia bizarra que lo sabrán mejor que yo... Pero me siento obligado a advertir al lector o lectora más o menos normalito/a (también si existe algo así) de dónde se mete si se decide a leer este libro... Que se lo va a pasar pirata, eso también os lo digo...

1 comentario:

David Batista dijo...

Excelente comentario. Muy agradable la frescura del mismo. Las correcciones tachadas son una delicia. Gracias, deveras (deveras como lo escribimos acá en México)