jueves, 29 de diciembre de 2011
Thomas Harlan: Veit
Idioma original: alemán
Título original: Veit
Año de publicación: 2011
Valoración: Recomendable
Veit Harlan fue un actor y director de cine alemán que ha pasado a la historia por ser uno de los directores que trabajaron a las órdenes de Hitler, rodando películas que se utilizaron como propaganda nazi (entre las cuales destaca El judío Süß, un largometraje de corte antisemita que fue utilizado por los gobiernos alemán y austriaco). Una vez terminada la guerra, Harlan fue procesado por haber colaborado con los nazis, pero, tras argumentar que le habían obligado a hacerlo, fue absuelto de todos los cargos.
¿Es cierto que le obligaron o realmente quiso rodar esas películas y cambió de chaqueta cuando se vio ante un tribunal? Nunca lo sabremos. Pero lo que sí sabemos es cómo su carrera afectó a los que lo rodeaban, especialmente a sus cinco hijos (frutos de su segundo y tercer matrimonio). Este libro, escrito (dictado, realmente, como aclara el autor) por uno de ellos, es un testimonio de esa experiencia.
Thomas Harlan toma como punto de partida la llamada que le hizo su padre desde Capri, poco antes de morir, en la que le decía: Hijo mío, creo que te he comprendido. Y, sin embargo, Thomas sabe que esa frase es una mentira, que su padre realmente nunca ha comprendido nada: por qué él se fue de Alemania, por qué vivió en Italia, por qué luchó contra Pinochet... por qué ha dedicado su vida, en definitiva, a intentar compensar el mal que hizo su padre y del que nunca se arrepintió.
Este libro es una carta abierta a un padre que ya no está y no puede leerla, pero también es un intento de aclarar las cosas con uno mismo, de poner en orden las ideas y repasar si lo que se ha hecho es lo correcto, aun cuando uno siempre acabe preguntándose si realmente podía haber hecho algo más. Publicado un año después de la muerte de su autor, Veit es una despedida a este mundo, a un padre lejano en cuerpo y espíritu y a uno mismo, escrita sin piedad pero sin caer en la rudeza, fría y terriblemente conmovedora al mismo tiempo. Todo un descubrimiento.
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