viernes, 11 de octubre de 2024

Manuel Jabois. Mirafiori

Idioma original: español.
Año de publicación: 2023
Valoración: recomendable

Entiendo los artefactos promocionales de las editoriales. Pero otra vez: buenos comentarios sobre un escritor, en la tapa de una novela, pero referidos a otras obras. 

Jabois puede caeros simpático si seguís sus colaboraciones en diversos medios de corte más bien progresista (sin pasarse) o puede pareceros otro escritor de mediana edad, de aspecto algo hipster, crítico (repito, sin pasarse) con aspectos sociales y con opiniones que, sin ser complacientes con el poder, contienen la justa dosis de polémica para que sean a la vez respetadas y poco proclives a ser alineadas con la mayoría. 

Un perfil peligroso, opino, ya que tras esa imagen bohemian bourgeois uno puede encontrarse a compañeros de andanzas como Ray Loriga, Guillermo Prado o Eduardo Soto Ivars. Comprendo que en ese packaging es casi ineludible escribir novelas. Y que estas tengan regusto a ser protagonizadas por personajes muy parecidos a sus autores, o nos suenen hasta autobiográficas. Y que sus autores siempre parezcan venir de pasar una noche terrible pasada en compañía de tipos como Leyva o Sabina y aspiren (vaya, el subconsciente me traiciona) a ser el eslabón perdido entre Javier Marías y Andrés Calamaro.

Por tanto, Mirafiori solo puede ser una novela agridulce con ciertos detalles de humor negro, siempre humor negro de perdedor al que al final las cosas no le van tan mal, pero es que, si hay algo que todos aceptaremos, es que la felicidad raramente ayuda a producir buena literatura. Una verdad como un templo que escritores como Jabois no van a poner en duda. 

Por lo que la historia irremisiblemente cae en cierto tópico, aunque resulte interesante en sus desarrollos paralelos, el hecho de que estos no acaben de concretarse en exceso y no haya una convergencia, algo parecido a un clímax (si uno se decanta por cierto post-modernismo) no puede considerarse un defecto en sí. Pero volvemos a la cuestión principal. El protagonista es un escritor que, a la espera (¡a la cola !) de la novela que lo consagre, anda dedicado a escribir semblanzas que se usarán cuando sus protagonistas fallezcan. Su antigua novia, Valentina, una joven a la que se le aparecen fantasmas. curiosa condición. ha conocido el éxito como actriz, y ahora, unos años más tarde de que hayan acabado su relación, va a encontrarse con él en Málaga, a donde sus compromisos profesionales les llecvan a coincidir. Bueno: quizás el encuentro pueda parecer el clímax de la novela, si bien la perspectiva de él abre la novela y la de ella la cierra en un epílogo hábil, con cambio de narrador incluído. 

La relación se rememora en el cuerpo del libro, y no le negaré ciertos hallazgos y momentos brillantes aunque esas piezas queden desencajadas: el inicio de los amoríos en la adolescencia, el curso de la relación en la juventud, salpimentado con muchos excesos de época (finales de los noventa, inicio del milenio) que castigan y condicionan, polos de atracción y de repulsión. Alcohol, cocaína, vida sexual con fugaces invitados. Muy propio de la época. Las escenas en que se desenvuelve la novela son atractivas y originales. Nada más conocerse, la madre de Valentina fallece y el narrador conoce a la madre de su novia ya de cuerpo presente. Saldrán ambos de su Pontevedra natal (una ciudad, dice en la que cuesta no encontrarse) y se irán al brillante Madrid de la época, acogedor de talentos y rebosante de oportunidades. Con suerte dispar y con una relación que desemboca en una rutina que Valentina intenta romper con encuentros furtivos. 

Jabois, obviamente, no ha inventado nada y ciertos perfiles son reconocibles. Agradezco el esfuerzo en sacar la novela del puro contexto físico de las relaciones y aportar leves toques casi fantásticos, aunque queden en eso, en apuntes que no toman protagonismo. Aún así, la fugaz relectura que he hecho para redactar esta reseña ha resultado agradable y placentera, cosa que no siempre sucede.

8 comentarios:

Tere Heiss dijo...

Excelente recomendación. El autor no estaba en mi radar. Gracias.

Anónimo dijo...

Parece que es otro de los muchos escritores que no tiene nada nuevo que contar.

Anónimo dijo...

Gracias por el tiempo continuo que se da para manifestar su pensamiento sobre el contenido de un libro.

Anónimo dijo...

Escritor canceladisimo. Intimo de Florentino, Ferreras y demás caverna mediática. Más cercano a la derecha que al centro-izquierda en el que quiere residir, intentando dárselas de progre. Pasando. Si eres cómplice de la mafia, eres mafia.

Alberto dijo...

Pues pese a tan tremendas herejías no parece mal escritor a juzgar por la reseña. Nunca he leído nada de Jabois. Igual me animo.

Anónimo dijo...

Si eres cómplice de la mafia eres mafia 😂😂😂😂😂😂😂
Hay que ser cómplice de Belarra o de Otdgui para ser buen escritor ? 😂😂😂😂
Como se puede ser tan ridículo …?

Anónimo dijo...

Aquí que se juzga ?
La calidad literaria o tu filiación política ?
Jabois pon un par de bombas para que las musas te lleguen !!!

DIEGO dijo...

La valoración de un libro por sus amistades o enemistades no parece conducir a las valoraciones literarias. Como el respaldar su calidad, en la últimamente obligada faja, con los "superaremos" concedidos y superventas.