Título original: Éjféli iskolák / A valóság helyreállítása
Traducción: Judit Faller / Andrés Cienfuegos
Año de publicación: 2008 / 2022
Valoración: Recomendable
Attila Veres publicó, en 2008 y 2022 respectivamente, dos antologías de corte oscuro. De éstas se nutre Negro tal vez, volumen editado en Estados Unidos en 2022 con cuya traducción al español del 2024 Sexto Piso da a conocer al autor húngaro en nuestra lengua.
Mariana Enríquez firma el prólogo de Negro tal vez. En él, la escritora argentina se declara admiradora de Veres, e incluso relaciona alguno de sus relatos con el incomparable Robert Aickman.
A mí, Negro tal vez me ha gustado bastante. A fin de cuentas, la calidad de los doce relatos que compila es, en general, notable, y la antología tiene cierta cohesión gracias a las similitudes de género, estilo y temática, así como por su inclinación hacia el humor negro.
Analicemos uno a uno dichos relatos:
En "Morder a un perro", un joven descubre que su novia se dedica a asaltar a perros y que, si quiere conservarla, deberá hacer lo mismo. Es sencillo pero potente, y aborda la oblicuidad de las relaciones de pareja, y la mentalidad contemporánea de que o eres un cazador o eres una presa, desde ángulos moderadamente originales.
"Ciudad de niebla" nos pone a leer una minuciosa entrada de blog que persigue dos misterios inefables: un libro que jamás llegó a cristalizar y una elusiva banda underground cuya existencia resulta imposible de probar al cien por cien. Sorprende por la solvencia de su factura (sobre todo teniendo en cuenta la ambición de su formato) y por la creatividad de su premisa.
"El tiempo que le queda" trata de unos niños que quieren impedir que sus muñecos de peluche mueran o sufran, pero sólo complican las cosas. Tiene una premisa ingeniosa y aborda la incapacidad infantil por comprender la muerte y sobrellevar el luto a través de un prisma curioso. Aun así, podría haber exprimido mucho más su ambigüedad y su narrador no fiable.
"No es mamífero" va de un hombre y la relación que establece con su vecina. Está lejos de ser redondo; de hecho, presenta muchos ingredientes que no sabe integrar orgánicamente en el conjunto. Sin embargo, su desacomplejado desarrollo y sus extravagantes ideas contribuyen a que funcione en tanto que entretenimiento weird sin grandes pretensiones.
"Retorno a la escuela de medianoche" sobrevuela un pequeño pueblo que se dedica a cultivar una planta extraña, y a un joven de ciudad que intenta integrarse en él y superar la muerte de sus padres. Derrocha imaginación y tiene una sugerente vocación abstracta; sin embargo, para mi gusto se alarga un pelín más de lo necesario.
"Dormiremos en la nieve" nos hace acompañar a una pareja cuyas vacaciones en un spa devienen una auténtica pesadilla, probablemente porque la protagonista ha visto un anillo de compromiso y no quiere recibirlo. Tiene unas logradas atmósfera delirante e imaginería perturbadora.
"Multiplicado por cero" nos enfrenta al viaje de un oficinista a un país regido por entidades primigenias y las religiones que les rinden culto, donde los sacrificios de sangre, desapariciones y fenómenos paranormales son habituales. Tiene momentos brillantes y redobla en el humor negro que permea al volumen. Sin embargo, se me hizo innecesariamente largo, no logra dar el mismo nivel de creatividad y verosimilitud a su formato que "Ciudad de niebla" y se aleja de la crítica al turismo de masas o a lo lovecraftiano que en un inicio tanto prometía.
En "El complejo Ámbar", un excéntrico enólogo invita a unas cuantas personas a una degustación de bebidas que provocan efectos alucinantes a quienes las consumen. Empieza eficazmente como una imitación del mejor realismo sucio y poco a poco va introduciendo conceptos extraños. Asimismo, me han hecho sonreír sus tangenciales referencias a "Ciudad de niebla" y "No es mamífero".
"La máquina de color sangre" nos presenta un mundo consumido por el absurdo, y un narrador innominado que venera (a la par que teme) a un siniestro y cruel «engranaje protector» que aísla la que antes fue su ciudad de los horrores imperantes. Reflexiona en torno al aciago futuro que nos espera mezclando elementos de la ficción distópica con el imaginario de los creepypastas.
"El cielo lleno de cuervos, y luego nada en absoluto" narra cómo un músico de heavy metal en decadencia se niega a ceder ante el demonio que le insta a «ocupar el lugar que le estaba destinado en el Trono de la Medianoche y desde allí liderar el ejército de los muertos contra el mundo». Es una auténtica delicia que me ha cautivado con su empaque, lirismo y voz narrativa. Su tierna indagación en torno a los perdedores y a los fracasaos vitales están ilustradas a través de un argumento harto original.
En "Está entre vosotros", los adoradores de una religión de corte lovecraftiano tienen que hacer concesiones para que su fe sea aceptada por el resto de húngaros. El desorden cronológico y el abultado elenco no impiden que la historia se lea con fluidez.
"Negro tal vez" narra cómo una familia de urbanitas se instala unos días en un pueblo rural para ayudar a los agricultores que los hospedan, imitar su estilo de vida y revivir las tradiciones. Es satisfactoriamente compacto. Aunque abunda en descripciones de bizarras cosechas y extraños rituales, al igual que "Retorno a la escuela de medianoche", no se recrea tanto en ellos, convirtiéndolos en más sugerentes y dejando espacio a otros apartados.
Resumiendo: Negro tal vez es una antología que hará las delicias de los amantes del terror (ya sea psicológico, rural o cósmico), lo fantástico, lo weird, lo oscuro y lo cáustico. Todos los relatos que compila son, cuanto menos, efectivos; algunos son notables, y otros rozan incluso la genialidad. Sólo por joyas como "Ciudad de niebla", para mí un clásico instantáneo, o el cuento que da nombre al volumen, ya vale la pena descubrir el universo de Veres.
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