viernes, 26 de julio de 2024

Paco Alcázar y Torïo García: Las 100 primeras películas de Nicolas Cage


Idioma: español

Año de publicación: 2021

Valoración: recomendable para todos públicos, pero, sin duda, imprescindible para fans...

El fabuloso actor Nicolas Cage(¿qué digo, actor? ¡La estrella!) brilla por derecho propio en el universo hollywoodiense y gracias a su magnífica labor interpretativa y a su indudable carisma ha ido generando a lo largo de su dilatada carrera todo un ejército de seguidores, que se pueden encontrar en los lugares más insospechados... Sin ir más lejos, en este benemérito blog cuenta, al menos, con dos: nuestro padre fundador, Santi y yo mismo (he de aclarar que soy fan, pero de baja intensidad; no duermo en unas sábanas estampadas con la cara de Nicolas Cage, ni nada de eso... Ojo, que tampoco estoy diciendo que Santi lo haga. Repito: NO ESTOY AFIRMANDO QUE SANTI DUERMA EN UNAS SÁBANAS ESTAMPADAS CON LA CARA DE NICOLAS CAGE... A mí, al menos, no me consta).

Como es de supone otros dos grandes fans de Nicolas Cage son los autores de este libro, Paco Alcázar, dibujante que ya había incorporado al actor como personaje de sus tiras cómicas, y Torïo García, autor en internet  de una NicCagepedia; dos personas, por tanto, idóneas, para llevar a cabo la gloriosa recopilación de las cien primeras películas de este titán de la interpretación.  Y sí, no me equivoco, porque Cage ha aparecido ya -y sin tener en cuenta el doblaje de dibujos animados- en más de cien películas, cien (bastantes más, a estas alturas), desde su primera aparición en la pantalla, siendo aún adolescente. Y también: cien películas puede parecer una barbaridad (lo es) para cualquier actor, pero es que Cage no es un actor, es toda un género cinematográfico, en palabras del propio libro... Entre estos cien interpretaciones encontramos, claro está simples cameos -bien es cierto que cuando hablamos de quien hablamos, nada es "simple"- y papeles más o menos secundarios, pero también claramente protagónicos e incluso dobles; películas de culto, blockbusters y de serie Z, cine experimental y palomitero, metaficción y adaptaciones de cómics. películas dirigidas por grandes directores contemporáneos -ojo ahí, porque Nicolas Kim Coppola, a.k.a. Cage, ha sido dirigido por los hermanos Coen, David Lynch, Paul Schrader, Martin Scorsese, Brian De Palma, Werner Herzog, Ridley Scott, Oliver Stone, Spike Jonze (con guión de Charlie Kaufman) y, por supuesto, su tío Francis Ford... Bien es cierto que,  salvo en el caso de Jonze, ninguna de las películas es de las mejores de estos directores,-, así como por artesanos del cine de acción -Simon West, Michael Bay-, visionarios de la ida de olla gore -Rob Zombie, Panos Cosmatos- o dobles de acción, operadores de cámara y debutantes en busca de su oportunidad. Incluso ha sido dirigido por sí mismo, aunque en un papel secundario, que Cage puede tener algún que otro patito desalineado, pero no todos... Naturalmente el registro de personajes que ha interpretado en todas estas películas es inacabable, épico, aunque con alguna repetición de cierta tipología: agentes de la ley tanto corruptos como incorruptibles, delincuentes variados -gángstwr, ladrones, traficantes diversos-, guionistas, borrachos o no, rebeldes juveniles y maduros, vampiros, caza tesoros, leñadores, superhéroes, motoristas fantasmas y, sobre todo, vengadores de diverso tipo y condición, porque puede que ningún otro actor se haya vengado tantas veces en la pantalla, excepción hecha de Liam Neeson...

Toda esta facundia interpretativa la debemos agradecer, en buena medida, al colapso financiero sufrido por Cage hace unos años, consecuencia, más que de la crisis económica, de la legendaria tendencia al despilfarro, sobre todo inmobiliario, que adolece nuestro ídolo. Pero también, creo yo, a una tendencia  totalizando, a la ambición de convertirse en un artista, más que completo, absoluto. Aparte que, entre tanta morralla como la que ha debido aceptar desde que se arruinó (entiéndase de la forma en que se arruinan los ricos y famosos) pueden surgir y, de hecho, surgen gemas que cimentan su prestigio y leyenda como actor. Todo gracias a sus técnicas interpretativas que él mismo ha bautizado como "Nouveau Shamanic" o "Western Kabuki" (sic), pero, sobre todo,  a ciertos recursos caracerísticas, como sus famosas "explosiones Cage", sus gestos y expresiones de locatis o sus excesos (en la pantalla, se entiende)a la hora de beber, cantar, bailar o mataer a sus adversarios. Rasgos que le han convertido no ya en carne de cañón de memes en las redes sociales, sino, posiblemente, en uno de los principales proveedores, aunque involuntario, de los mismos. Circunstancia que, por otra parte, ha contribuido de forma decisiva al culto a su figura (puede que este término sea excesivo, dejémoslo en "subculto") que estamos viviendo en los últimos años, y que quizás ya sea incluso mainstream.

La estructura del libro, repetida cien veces, es sencilla: cada película está explicada en una página, en la que consta una escuela sinopsis del film, cómo fue su proceso de gestación y anécdotas relacionadas -más o menos jugosas- del rodaje, promoción, etc. Se completa la ficha con las opiniones de los autores sobre dicha película y una valoración del " nivel de intensidad Nic", que puede ir desde " moderado" a "demonio volador", por ejemplo. En la página opuesta, un retrato de Cage hecho por Paco Alcázar, con el look que luce el actor en esa película y que, no en pocas ocasiones, suele ser bastante peculiar (1).


Además de la lista de películas, está curiosa biografía nos ofrece también una serie de apartados, que tratan desde la fascinación de los autores (y el público en general) por Nicolas Cage, sus ajetreadas circunstancias biográficas, familiares y conyugales, las fases por las que ha pasado su carrera actoral, las fases, aún más variadas, por las que han pasado sus arreglos capilares e indumentarios, sus técnicas - igual esto es mucho decir- interpretativas y los proyectos en los que Nic se hallaba embarcado a partir de su película número cien, muchos de los cuales ya han sido llevados a la pantalla, grande o pequeña. Porque, amigues, de momento, en los tres años transcurridos desde que se publicó este el señor Nicolas Cage ya ha intervenido en nada menos que trece películas, con interpretaciones tan destacadas como la del dueño de una cerda trufera en Pig, un histriónico -cómo, si no- conde Drácula en Renfield o la encarnación de sí mismo en la metaficcional El insoportable peso de un talento descomunal, cuyo título ya lo dice todo...

A este ritmo, pronto Nic Cage llegará a las doscientas películas y los autores de este libro escribirán otro, no menos descacharrante. Disfrutemos entre tanto de esta primera parte y, sobre todo, de ese "talento descomunal" de su (y nuestro) ídolo... ¡Larga vida al cine y a Nicolas Cage!

(1) Hay que señalar (y admirar), que para el libro Paco Alcázar ha dibujado a Cage, si no me equivoco, no cien, sino ¡doscientas cincuenta veces! Eso, sin contar los innumerables Nics de la tapa y la contratapa, con los que ya no me he atrevido...

2 comentarios:

Carlos Andia dijo...

Me encanta la cubierta con las distintas caracterizaciones. El actor me cae bien, no sé por qué, ya sé que hace montones de pelis alimenticias deplorables, pero tiene interpretaciones fascinantes, como la de 'Corazón salvaje' o 'Leaving Las Vegas'.

Juan G. B. dijo...

Yo el otro día volví a ver "Besos de vampiro, que es de los 80 (ésa en la que se come una cucaracha) y creo que ahí ya tocó fondo...digo, techo...