viernes, 16 de diciembre de 2022

Miguel Gallardo y Juan Mediavilla: Todo Makoki

Idioma: español (o algo parecido)

Año de publicación: entre 1978 y 1994, como historias sueltas; 2012, como libro

Valoración: Fuera de concurso

Puede que quede un poco buitre (Buitaker, en este caso) aprovechar el fallecimiento de alguien para reseñar sus libros, pero, aparte de que no solemos hacerlo (y este año ha habido unas cuentas ocasiones, por desgracia, sobre todo en el mundo del cómic; ayer mismo, Calpurnio, que tenía no poca relación con los autores y el personaje de este libro), en el caso que nos ocupa hoy me parece más que justificado, puesto que en este ya agonizante 2022 nos han dejado no uno, sino los dos artífices de este libro: el dibujante Miguel Gallardo y, más recientemente, el guionista Juan Mediavilla. De todas formas, la reseña del Todo Makoki era una de las cuentas pendientes de este blog, porque estamos hablando, amigues míes, si no del cómic español -y personaje- más importante de los últimos 50 años (no me atrevería a afirmar tanto y menos aún a decir cuál puede ser), sin duda sí que el más gamberro y descacharrante, con el protagonista más majarón del tebeo hispánico... sin olvidar a su pandilla de secuaces y antagonistas, a cual más delirante. La antítesis de la corrección política actual, que no resistiría ni la más ligera mirada woke ni, mucho menos, la de la sociedad bien pensante... (milenials, centenials, agarraos bien las pelotas a donde podáis antes de atreveros a leer este cómic).

¿Quién es Makoki? Pues un personaje nacido, al parecer, de un relato de Felipe Borrallo, allá por 1977, un majareta escapado del frenopático, aún en bata y con el casco y los cables del electroshock colgando, refugiado junto a sus colegas delincuentes en la Barcelona más preolímpica y cutre que cabe imaginar, donde sobreviven a base de trapicheos, palos y de colocarse con todo lo que encuentran a su paso, Las desopilantes aventuras de Makoki y la basca, publicadas primero en Disco Express y luego en otras revistas (como la mítica El Víbora), tuvieron tal éxito que merecieron su propia publicación, epítome de la llamada "línea chunga", titulada, cómo no, Makoki, hasta el año 1994. Para entonces, símbolo de una época que ya había pasado o se había transformado en otra cosa, el personaje acabó por desaparecer para convertirse en leyenda.


Este compacto volumen está dividido en cinco libros -los dos primeros, a su vez, compuestos por varias historias más o menos independientes-: Las aventuras de Makoki, La juventú de Makoki, Fuga en La Modelo, Makoki en Niu Yors y La muerte de Makoki. Todos ellos -salvo el último, mucho más cuidado- dibujados por Gallardo con un trazo entre anfetamínico y naif, muy poco primoroso, deudor tanto del "estilo Bruguera" o de las tiras de Popeye el Marino, como del underground de la época, ya fuera americano o autóctono, y con una composición algo caótica, representativas del zeitgeist (aprovecho para meter el palabro) de aquellos años del punk. Pero que nadie piense en postureos de modernillos; las historias de Makoki, incluso cuando recogen los avatares de los pasotas o drogatas de aquellos años y se desvíen, en la mayoría de las ocasiones, hacia el puro delirio, están firmemente ancladas en el costumbrismo de la España de por entonces, pero también de aquel intemporal, el que viene, en línea directa, de La Celestina o el Lazarillo de Tormes. Prueba de ello es el particular lenguaje urdido por Mediavilla, mezcla de la jerga delincuencial barcelonesa, del habla charnega y de las expresiones de moda entre la juventud de la época (hoy bastante vintage... siendo generosos). Escrito, eso sí con un escrupuloso cuidad de incluir todas la incorrecciones ortográficas habidas y por haber. como tocaba... Es el argot que emplean los entrañables peculiares coleguis de Makoki: el fornido y fiel Morgan, el sociópata Emo -de Emosiones-, el desconfiado Cuco, el Niñato, el laborioso Chenchín, el buitre Buitaker, el dr. Otto y su ayudante Josechu Julagaray... Sin olvidarnos, claro, de sus enemigos mortales, que también los tiene, como buen superhéro... bueno, héroe... en fin, lo que sea: el siniestro comisario Loperena, el inspector Pectol o el cyborg bonaerense -Capital Federal- Robesto...

A lo largo de sus aventuras vamos conociendo las cuitas, los fracasos y los triunfos -de éstos, más bien pocos- de esta alegre pandilla de inadaptados -por no decir descerebrados-, a través de una serie de historias un tanto (o bastante, hay que admitirlo) disparatadas y dispersas. La parte más ambiciosa y extensa es la de Makoki en Niu Yors -genial Morgan creyendo que está en Bilbao-, que , además, esconde multitud de homenajes a otros personajes y autores de cómics, desde los Freaks Brothers de Sheldon a Carlos Sampayo, pasando por la MARVEL, pero los más logrados y coherentes narrativamente son la espectacular Fuga en la Modelo -y minuciosa, puesto que los autores consiguieron los planos de la cárcel para reproducirla con total fidelidad... incluso circuló la leyenda urbana de que había quien se fugó de verdad de esa cárcel gracias al cómic- y La Muerte de Makoki, de estructura casi "tarantiniana" (o quizás "guyritchiana"... o más bien viceversa, en este caso).

En fin, si Mortadelo y Filemón, Zipi y Zape o El capitán Trueno (o, en un sentido más amplio, las canciones de Manolo Escobar, el Un, Dos, Tres o las películas de Esteso y Pajares) forman parte, para bien o para mal, de nuestro background cultural (en el sentido, literal de "patio trasero"), no lo hacen menos las historietas de Makoki, de Peter Pank o la Anarcoma de Nazario (o el cine "quinqui", las primeras pelis de Almodóvar, la música de Siniestro Total o de Kortatu, las rumbas de los Chunguitos...). Así que nunca está de más echarles un vistazo, aunque sólo sea para alucinar un poquito con lo que se hacía en el cómic de hace ya cuarenta años. Y espere,os que se pueda seguir haciendo.

Nota final: el prólogo de Antonio Escohotado os lo podéis saltar, a no ser que os interese mucho el personaje, porque básicamente habla de sí mismo y de sus movidas particulares...

La criaturita, con sus papás...

Otros cómics de Miguel Gallardo reseñados en Un Libro Al Día: María y yo, María cumple 20 años

2 comentarios:

Gustavo Vargas dijo...

Será este Makoki al que alude la canción de Paraíso?
Saludos desde Perú.

Carlos Andia dijo...

Pues yo diría que sí, es lo primero que me vino a la cabeza al leer el nombre del personaje.