Valoración: Recomendable
El género carcelario tiene una larga tradición, ya sea como novela puramente de "aventuras", testimonio, crónica, ensayo, denuncia social, etc. En lo que a América Latina respecta, y "gracias" a su también extensa genealogía en déspotas y tiranos del más variado pelaje, podemos citar ejemplos como El Sexto (Arguedas), El beso de la mujer araña (Puig) o El mundo alucinante (Arenas). Pese a tratarse de un texto carcelario sui generis, es en esta tradición en la que habremos de insertar este "Los años sin juicio" del venezolano Federico Vegas, novela basada en hechos reales ocurridos durante los últimos años del "chavismo con Chávez".
Digo que es un texto sui generis porque, en contra de lo que suele ser habitual y de lo que uno podría pensar inicialmente, en "Los años sin juicio" no hay una historia tortuosa, no hay mártires, no hay épica. Obviamente, existe una denuncia de la arbitrariedad del poder, del absurdo, de la corrupción, la extorsión y el terror que campan a sus anchas en un país kafkiano, pero el protagonista y narrador de esta crónica novelada no es precisamente un hombre "íntegro"; al contrario, se trata de un personaje que juega en un tablero con unas reglas conocidas y que trata de obtener ventajas de esas mismas reglas.
Fruto de esa adaptación al contexto, de su situación económica y de la corrupción endémica del sistema es que los 3 años de permanencia en prisión y el texto que de ellos surge sea más "ejercicio de introspección y observación exterior" que catálogo de vejaciones y violencias. Porque "Los años sin juicio" combina esos dos componentes, el intimista y el contemplativo.
Así, mientras que el aspecto intimista sirve para realizar un recorrido por los estados de ánimo por los que atraviesa el preso, desde el engreimiento hasta la autocompasión, y para acercarnos a la visión intramuros de temas como el sexo, la amistad o el amor, el aspecto que he dado en llamar contemplativo no es otra cosa que un completo catálogo de personajes / coro de tragedia griega, muchos de ellos de lo más grotesco y excesivo, que pueblan los dos lugares en los que es encerrado el preso.
Y pese a que con la vertiente intimista de la novela Vegas construye un personaje complejo y contradictorio, he de decir que, quizá por parecerme aquel un enfoque algo más convencional o trillado, me decanto por el segundo aspecto del texto, por ese acercamiento a la maldad ajena y ese intento de comprenderla que desplaza el centro del mismo al exterior del protagonista, que alivia y aligera el texto al tiempo que presenta a algunos personajes de lo más interesante. En el lado menos positivo, por su parte, la abundancia de "secundarios" hace que algunos resulten irrelevantes para el conjunto mientras que otros en los que se adivina un mayor potencial salen de escena dejándonos con ganas de más.
Así que pese a algún pequeño pero, creo que este "Los años sin juicio" es un texto recomendable en el que la acertada conjugación de lo personal y lo general y de lo novelesco y lo social permite el mantenimiento del ritmo y la tensión narrativa y una doble lectura que posiblemente amplíe nuestra visión sobre qué es Venezuela.
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