Título original: Jack of Spades. A Tale of Suspense
Año de publicación: 2015
Traducción: José Luis López Muñoz
Valoración: está bien
Vamos a realizar un ejercicio de memoria literaria, amigos y compañeros ULADianos: ¿de qué escritor creéis que puede ser el siguiente argumento?: un exitoso autor de novelas de misterio mainstream escribe también otras más "cañeras" utilizando un pseudónimo, hasta que comienza a plantearse dejar de hacerlo, momento en el que ese pseudónimo parece cobrar vida propia y a interferir en la vida del escritor real. No, Koldo, no es de Proust, vaya idea... ¿Qué dices, Santi? ¡No, hombre, no... menuda obsesión con Murakami! ¿A nadie se le ocurre algo más plausible? A ver: oigo una voz que llega desde la lejanía... parece la de nuestra añorada Izas... ¿Cómo dices? ¡Exacto, gracias, Izas; sabía que podía confiar en ti: es el argumento de una novela de Stephen King! Por concretar, es el de La mitad oscura, una de las más interesantes, en mi opinión (aunque tampoco soy un experto) del autor de Maine y que escribió, precisamente, a raíz de su renuncia al pseudónimo que utilizaba, Richard Bachman. Pues así es también en esta novela de Joyce Carol Oates el inicio, al menos, de la trama, aunque luego cambie con respecto a la de King. De hecho, la cosa se complica cuando aparece una lectora chiflada de los libros del escritor que...
_ ¡Espera, esa sí que me la sé: es Misery!
_ Sí, bueno, también sale aquí algo que tiene que ver con Misery, aunque la novela no va por ahí... pero es cierto que las referencias a Stephen King son constantes desde la primera página, hasta casi convertirlo en un personaje más... Incluso se diría que Oates se trae bastante coña marinera cierto juego metaliterario a su costa (de hecho, aunque ignoro cuales son las relaciones personales entre ambos autores norteamericanos, casi parece que Rey de Picas constituye una especie de broma privada entre ambos. "¡Oye, Steve, te apuesto lo que quieras a que soy capaz de escribir una novela de las tuyas mejor que tú, incluso a partir de uno de tus argumentos!" "No te lo crees ni tú, Joyce... venga, vale, y el que pierda paga el six-pack de Miller que nos estamos bebiendo..."). Por lo demás, la sorna de Oates no se limita a sus referencias a colegas literatos reales -no sólo King- , sino que se ceba, a lo largo de toda la novela, en el protagonista, Andrew J. Rush, como ya he mencionado un exitoso autor de novelas de misterio "blanditas", esposo, padre y ciudadano ejemplar -o así se ve él mismo-, adalid de la corrección política y de la tranquila vida campestre, pero que parece ocultar un Mr. Hyde en su interior.
Y hasta aquí puede leer (es decir, escribir) para no estropearle la trama a nadie. Simplemente, debo avisar que se complica bastante... aunque tal vez no tanto como sería de desear. Me explico: la novela está escrita con la eficacia y hasta excelencia estilística que cabe esperar de tan insigne autora. Bien. La trama, aun no partiendo, ya digo, de un presupuesto original suyo, se va complicando de forma gradual, e incluso a su favor hay que decir que Oates sabe cómo introducir esas "complicaciones" de forma sutil, sugiriendo de manera exquisita lo que luego va a ir ocurriendo a lo largo de la historia; estupendo, también... Pero llega un momento en el que, quizás debido a la idea de mantener la narración dentro de los límites de una novela corta, la autora se decide por el camino más obvio, por no decir "fácil" (este adjetivo, con todo el entrecomillado del mundo), hurtando a los lectores la posibilidad de disfrutar de todo un novelón del género de suspense o thriller psicológico que podía haber sido este libro y limitándose a dejarlo en una especie de divertimento metaliterario, un guiño cómplice hacia sus colegas escritores y a los lectores más avisados. Porque, eso sí, lo "metaliterario" está presente en todo momento en esta novela y no sólo como referencia a otros autores o libros, sino con la inclusión de temas cuyo mayor desarrollo quizás habría tenido su interés: las vicisitudes de la creación literaria, el peligro de caer en el plagio, la dislocación personal que puede suponer dedicarse al oficio de escritor, etc...
No conozco tan bien la obra de Joyce Carol Oates (y a ver quíén: 50 novelas, 400 cuentos, no sé cuántos libros de otros géneros...) como para saber si sus lectores habituales estarán complacidos o decepcionados con esta novela. A mí me ha dejado más bien tibio. Ahora bien, estoy dispuesto a insistir con esta autora, una de las candidatas habituales al Nobel, a ver si cuando se lo den me pillan siendo ya un experto y puedo lucirme... Aunque, entre nosotros, si yo fuese el mandamás de la Academia Sueca de marras, a quien se lo concedería sería a Stephen King, ¡que eso sí que sería un puntazo! ; )
Y hasta aquí puede leer (es decir, escribir) para no estropearle la trama a nadie. Simplemente, debo avisar que se complica bastante... aunque tal vez no tanto como sería de desear. Me explico: la novela está escrita con la eficacia y hasta excelencia estilística que cabe esperar de tan insigne autora. Bien. La trama, aun no partiendo, ya digo, de un presupuesto original suyo, se va complicando de forma gradual, e incluso a su favor hay que decir que Oates sabe cómo introducir esas "complicaciones" de forma sutil, sugiriendo de manera exquisita lo que luego va a ir ocurriendo a lo largo de la historia; estupendo, también... Pero llega un momento en el que, quizás debido a la idea de mantener la narración dentro de los límites de una novela corta, la autora se decide por el camino más obvio, por no decir "fácil" (este adjetivo, con todo el entrecomillado del mundo), hurtando a los lectores la posibilidad de disfrutar de todo un novelón del género de suspense o thriller psicológico que podía haber sido este libro y limitándose a dejarlo en una especie de divertimento metaliterario, un guiño cómplice hacia sus colegas escritores y a los lectores más avisados. Porque, eso sí, lo "metaliterario" está presente en todo momento en esta novela y no sólo como referencia a otros autores o libros, sino con la inclusión de temas cuyo mayor desarrollo quizás habría tenido su interés: las vicisitudes de la creación literaria, el peligro de caer en el plagio, la dislocación personal que puede suponer dedicarse al oficio de escritor, etc...
No conozco tan bien la obra de Joyce Carol Oates (y a ver quíén: 50 novelas, 400 cuentos, no sé cuántos libros de otros géneros...) como para saber si sus lectores habituales estarán complacidos o decepcionados con esta novela. A mí me ha dejado más bien tibio. Ahora bien, estoy dispuesto a insistir con esta autora, una de las candidatas habituales al Nobel, a ver si cuando se lo den me pillan siendo ya un experto y puedo lucirme... Aunque, entre nosotros, si yo fuese el mandamás de la Academia Sueca de marras, a quien se lo concedería sería a Stephen King, ¡que eso sí que sería un puntazo! ; )
Otras obras de Joyce Carol Oates reseñadas en Un Libro Al Día: Puro fuego, Violación: Una historia de amor, Marya
13 comentarios:
Estoy de acuerdo contigo Juan en lo del reconocimiento a Stephen King. En lo que a mí concierne, todo lo que disfruto hoy en día leyendo, se gestó de adolescente con S. King. Y aunque ya no lo sigo mucho, no tengo ninguna duda de su valía literaria, mucho mayor de lo que se le presupone por ser un escritor de género fantástico. La última que leí suya después de tenerlo abandonado fue 22/11/63, y la disfruté como cuando niño. De vez en cuando, un poco de King, no hace daño!
Coicido con ambos respecto al reconocimiento de Stephen King, uno de los grandes e inspirador de muchos. Y sí, para mí "La mitad oscura" también es de lo mejorcito que ha escrito y, coincidiendo también con Javier, "22/11/63" es un novelón donde, más allá del apunte fantástico, destaca la gran recreación que hace de los años 60 en EEUU. Éste último, junto con "Duma Key", es uno de sus mejores títulos que, sin poder ser incluidos en el género de "terror", están totalmente al mismo (y alto) nivel de sus obras más conocidas.
Hola a los dos:
Es que la última frase de la reseña puede parecer de cachondeo por mi parte, pero no lo es. partiendo de la evidencia de que los premios Nobel no jerarquizan la excelencia literaria (si es que eso es posible), sino que responden a las razones más o menos evidentes que cada año les apetecen a los miembros de la academia sueca (y no digo que sean injustas ni mucho menos no irracionales), por lo que lo mismo da que se lo den a Bob Dylan que el hecho de que no se lo den a Philip Roth, por ejemplo... pues entonces, ¿por qué no concedérselo a Stephen King, que además de haber demostrado ser un excelente escritor, ha hecho más por fomentar la lectura que la mayoría de sus colegas de profesión?
Pues yo, desde ahora y aquí, comienzo mi campaña a favor de la concesión del premio Nobel de Literatura a Stephen King. He dicho.
Un salñudo y gracias por los comentarios.
Ejem...Que´ria poner "no racionales " o "irracionales", como es obvio.... Sorry
Hola a todos y todas,
Leí esta novela porque era corta y de una autora de renombre.
Hace muchos años leí de esta misma autora "Qué fue de los Mulvaney", que me pareció una buena novela. Ésta, la verdad, me ha decepcionado. Sé que tiene una biografía novelada de Marilyn (que leeré en su momento), pero creo que tarde un poco en leer libros de esta autora de nuevo.
Siendo corto y preciso, para mí, este libro no merece la pena.
Un saludo,
Oscar
Hola, Oscar.
Tienes razón. no creo que esta vaya a ser una de las novelas más recordadas de esta autora... de todos modos, como ya explico en la reseña, me da la impresión de que se trata más de un "divertimento" que de otra cosa...
Un saludo y gracias por comentar.
Buena tardes.
Me uno a la reivindicación de Stephen King y coincido en la idea de que es un autor que ha hecho mucho por fomentar la lectura. Fue uno de los autores que más leía cuando era adolescente y guardo muy buen recuerdo de sus novelas. Ahora mediados los cuarenta, me interesa otros tipos de lectura, pero tomo nota de los títulos citados .... Y por cierto, a mí que los suecos le premien me importa poco. Creo que el reconocimiento ya lo tiene, obviamente.
Saludos.
Toni.
Hola, Toni:
Coincido en todo contigo... he de señalar que estas alusiones a S. King en los comentarios pueden parecer gratuitas o anecdóticas, pero lo cierto es que la propia Oates, en su novela, no deja de hablar de él.
Un saludo y gracias por visitarnos.
No vas por mal camino. Oates y King son buenos amigos, así que seguramente todo lo que comentas estaba entre sus intenciones.
Un saludo.
Nobel ya a King! Quien no daría por lo menos una mano por escribir It, Cementerio de animales o Misery?
Saludos!
Hola a los dos:
Hombre, Gabriel, yo una mano igual no, pero un buen pellizco sí que me dejaría dar... ¡bueno, vaaale, que me corten el dedo meñique siempre que sea con anestesia!En todo caso, es sorprendente el número de personas que hasta ahora se me han declarado de acuerdo con lo de l Nobel para king.... y que conste, repito, que no es una boutade:
Estimado anónimo: algo así sospechaba yo al leer el libro. Que conste que soy seguidor en twitter de ambos escritores y parecen de lo más simpáticos los dos, así que tampoco me extraña que sean amigos.
Un saludo a ambos y gracias por los comentarios.
hola: encontré esta reseña luego de leer Rey de picas...coincido con tus comentarios: la novela daba para más, el final es precipitado, me hubiera gustado un mayor desarrollo de los personajes (Rush y su "doble"), su acosadora, Edras....he leído varias novelas y también cuentos de Oates, todos me fascinaron, en especial Carthage. De Stephen King leí casi todo, su obra me encanta y ..también me gustaría que obtuvier el Nobel
saludos desde Argentina
Daniela C.
Hola, Daniela:
No puedo añadir nada a tu comentario, con el que estoy totalmente de acuerdo; sólo me queda darte las gracias por visitarnos.
¡Un saludo!
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