Título original: Gli Indifferenti
Traductor: R. Coll Robert
Año de publicación: 1929
Valoración: Imprescindible*
Esta novela es la primera de todas las que escribió Alberto Moravia. Como Moravia fue un autor prolífico (su carrera se dilató más de sesenta años), su bibliografía es muy extensa. En general, el conjunto de su obra es sumamente recomendable, al menos si te aficionas al trabajo de este coloso de la literatura del siglo XX. Eso sí, no te recomiendo leer a este escritor de un tirón: si lo haces, saldrás mal parado. Y es que Moravia tiene un universo propio bastante difícil de tratar. Éste se caracteriza, básicamente, por la crueldad hacia sus personajes, a los que, aunque quiere mucho, también desprecia, y por ello presenta como seres decadentes sin dignidad; una inclinación hacia situaciones de lo más morbosas; y una cruda sinceridad en su trato del alma humana que en ocasiones nos hará odiarnos a nosotros mismos.
Pero no nos desviemos del tema. Volvamos a Los indiferentes. Esta novela catapultó a Moravia al éxito. Porque si bien es cierto que suscitó el rechazo del régimen fascista de Mussolini, la crítica de la época tuvo la acertada intuición de considerarla como prometedora. Lo más admirable de este triunfo no es solamente la edad en la que el escritor lo alcanzó (Moravia tenía sólo veintidós años). Lo más asombroso de este éxito es, sobre todo, que la temeraria propuesta que Moravia presentó a la sociedad no fuera condenada al ostracismo.
Y es que este libro está compuesto por un tema arriesgado y un trasfondo todavía más explosivo que me hacen pensar que el joven escritor tendió al mundo una bomba de relojería sin preocuparse demasiado de que el artefacto pudiera estallarle en la palma de la mano.
Los Indiferentes es ya uno de los pilares de la literatura italiana. Y, además, goza de un merecido reconocimiento internacional. Figuraría en la lista de novelas que, creo yo, hay que leer.
A nivel formal, cabe destacar que el libro está escrito de una forma que recuerda abiertamente al desarrollo y estructura de una obra de teatro. Las acciones suceden prácticamente seguidas en el tiempo y transcurren en solamente tres días. La prosa descriptiva que se emplea nos remite a una sensación de realismo tan convincente que tienta constantemente al lector para que considere que el punto de vista del narrador es puramente objetivo.
En el plano del argumento hay que remarcar que Los indiferentes logra plasmar a la perfección la hipocresía y la tendencia al aburrimiento vital (por esto último se la tildó de novela existencialista, a pesar de que Sartre todavía no había asomado su brillante cabeza en el paisaje de la Historia) de una burguesía acomodada en el fascismo, moralmente enferma y sin ninguna posibilidad de acceder a propósitos elevados. Los personajes que retrata Moravia, los miembros de una familia que ha decaído, son absolutamente pasivos y expresan perfectamente la opinión del autor sobre los de su clase. El único personaje con un mínimo empuje vital, aunque ésta energía no provenga precisamente de una voluntad filantrópica, es Leo, el amante sin escrúpulos de la madre, que se dedica a vapulear a los miembros de la familia para lograr satisfacer sus propios intereses.
A modo conclusión diré que, aunque Los indiferentes pasa como novela de crítica social, hay que considerarla existencialista. También quiero añadir que el aspecto que más valoré de este clásico es la impecable profundidad y coherencia psicológica de que están dotados sus personajes.
*A día de hoy le pondría a Los indiferentes un Recomendable. Esto no quita que la ópera prima de Moravia siga siendo un novelón.
*A día de hoy le pondría a Los indiferentes un Recomendable. Esto no quita que la ópera prima de Moravia siga siendo un novelón.
Firmado: Oriol Vigil
4 comentarios:
Faántstica reseña, no puedo estar más de acuerdo. A mi me encantó el libro y es cierto lo que destacas de su carácter existencialista. Aun recuerdo la languidez y la apatía que trasmitían los personajes. Vaya época.
Un saludo y gracias.
¡Apuntada queda!
De acuerdo con la rebaja a "recomendable". En esta novela, Moravia sin duda es cruel con sus personajes, lo cual a mí me dejó un poso de desesperanza que todavía me parece amargo después de muchos años. Quizás esa falta de piedad de Moravia fuera cosa de la edad: cuando el autor escribió este su primer libro, era aun muy joven, y ya se sabe que la juventud mira a veces con arrogancia y fiereza.
Acabo de terminar La Ciociara y encuentro a un Moravia más maduro, más comprensivo con sus personajes, a los que no desprecia pese a sus imperfecciones. Me ha parecido un libro tristísimo pero lleno de amor por la vida, lleno de esperanza.
¡Hola, Yai!
Concuerdo en que, en "Los indiferentes", Moravia es bastante duro con sus personajes, pero bueno, en casi toda su obra actúa así. Quizá se permite algo de compasión en sus trabajos largos, pero dicha compasión suele ser breve o intermitente.
A mi juicio, él caló bastante bien la esencia del ser humano, y creo que un escritor que refleje honestamente nuestra naturaleza y la carga de la existencia debe ser, obligatoriamente, amargo, al menos en parte.
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