Título original: L'Herbe des nuits
Traducción: Mª Teresa Gallego Urrutia
Año de publicación: 2012
Valoración: recomendable
Confieso que yo soy una de esas personas (y creo que no soy precisamente el único) que cuando le dieron el Premio Nobel a Modiano pensaron: "¿Por qué?". Hasta el día del Nobel solo había leído una novela suya, En el café de la juventud perdida, y coincido totalmente con la reseña que le hizo Montuenga: me pareció una sinsorgada llena de tópicos y con una imagen mitificada de la bohemia parisina que, la verdad, me pareció ya bastante pasada: cafés, mujeres misteriosas, paseos nocturnos... ¿No hemos leído ya esto mil veces antes, desde el siglo XIX hasta ahora?
Pero bueno, como le dieron el Nobel me sentí en la obligación de leer algún otro libro suyo, para poder hablar con conocimiento de causa, así que me compré este, uno de los últimos, La hierba de las noches, y la verdad es que me ha gustado más que En el café de la juventud perdida, que tampoco era difícil. Y ahora, voy a hacer como cierta revista de cine que resume "Lo mejor" y "Lo peor" de las películas, por variar un poco más que nada.
Lo mejor: Empezando por lo que cabía esperarse de un Premio Nobel: Patrick Modiano escribe bien, y no me refiero tanto al estilo sino a la construcción de la novela, autorreflexiva y consciente en todo momento del ritmo narrativo. La novela se desarrolla a través de los recuerdos más o menos fiables, más o menos deshilachados del autor sobre acontecimientos que ocurrieron casi cincuenta años antes; para reconstruirlos se ayuda de una pequeña libretita negra en la que anotaba casi arbitrariamente nombres, direcciones, frases, descripciones, y de un dossier policial que le entrega un funcionario jubilado.
Esa es una de las claves para que me haya gustado esta novela más que En el café...: que hay, aunque sea sutilmente, un cierto aire de misterio casi detectivesco en la novela. Relativamente pronto en la novela descubrimos que casi todos los personajes guardan algún secreto, que casi todos (solo se salvaría prácticamente el narrador) están envueltos en algo turbio, y tendremos que esperar casi hasta el final para descubrir de qué se trata. Es sobre todo el personaje femenino principal, Dannie, quien más evidentemente esconde algo, o mejor dicho, casi todo. (Aunque el desenlace, dicho sea de paso y sin querer hacer spoilers, no termina de responder a tantas expectativas).
Lo peor: Que, como el propio Modiano ha declarado, en realidad siempre escribe la misma novela. Sí, esta me ha gustado más que En el café de la juventud perdida, pero hay tantos elementos comunes que no me extrañaría acabar confundiéndolas, con el tiempo: tenemos París, por supuesto, con sus barrios numerados, sus líneas de metro, sus bulevares y sus cafés noctámbulos; tenemos a una muchacha misteriosa que lleva al narrador de un sitio para otro como un perrito faldero; tenemos un ambiente entre bohemio y patibulario con un conjunto de personajes secundarios bastante sospechosos...
En fin, que si todas las novelas de Modiano van a ser así, con leer una o dos es suficiente. Escribe bien, faltaría más, tiene sensibilidad para crear personajes y ambientes; pero con eso no basta -no debería bastar- para que te den un Nobel. Para eso, que se lo hubieran dado a Murakami, y acabábamos...
También de Modiano en ULAD: En el café de la juventud perdida, Tres desconocidas, El lugar de la estrella, Ropero de la infancia, Catherine
6 comentarios:
Me ha hecho mucha gracia tu reseña, especialmente cuando dices que siempre escribe lo mismo, pero reflexionando podríamos decir que casi todos los escritores siempre escriben lo mismo, y eso es parte de su estilo.
En cuanto a lo del Nobel, siempre recuerdo que durante muchos muchos años Henry Miller quisó el Premio Nobel e hizo una campaña bestial para intentar conseguirlo y dado que es un premio más de tipo político de editoriales que otra cosa, pues nunca lo consiguio. Igualmente recordemos los Premios Nobel obtenidos por España, y excepto en un par de casos ya están justamente olvidados.
Y obviamente yo también hubiese preferido que se lo diesen a Murakami
http://leidovividovisto.blogspot.com.es/
No se trata de escribir siempre lo mismo. No se a quien le lei que un libro necesariamente nace de otro libro. Hace algunas semanas lei en dos dias Dora Bruder y El cafe de la juventud perdida y acabe hartito de este señor. Es un querer y no poder. No hay nada en sus paginas. Apenas destellos de algo, nostalgia, pero nada. Darselo a este señor supone bajar el nivel de una forma preocupante. Me cuesta mucho no dedicarle un taco por las 3 horas de mi vida perdidas. Suerte que luego vino Pasternak y lo remedio.
Hola!! me ha gustado tu blog y te he nominado para los premios lovely blog arward. Podes ver mas información en mi blog, te dejo el link http://myworldmg.blogspot.com/2014/11/premio-lovely-blog-award.html.Felicidades!! Besos!!
Quizá Modiano no sea el mejor escritor de los últimos tiempos, pero Murakami comparado con él es narrador de best sellers (posiblemente lo sea sin la comparación).
No seré yo quien defienda a Murakami pero... No, solo eso: no seré yo quien defienda a Murakami.
¡Ja ja ja! "No seré yo quien defienda a Murakami pero..." ¡Magnífico comentario! ¡En serio! A mí no se me caen los anillos: creo que Murakami cuenta cosas y emociona al hacerlo, y para colmo del delito, llega de lleno a sus lectores. Y eso no se perdona en los círculos exquisitos. Es preferible leer aunque te quedes a medias, con cara de tonto al final del libro, pero convencido de haber leído una maravilla. Así que nada, a leer a Modiano para estar en paz con la conciencia y a denostar públicamente a Murakami. Dicho esto, La hierba de las noches no está mal, pero es sobre todo por el tono detectivesco del relato y por su brevedad. Cincuenta páginas más y sería un tostón como En el café de la juventud perdida, que se me atragantó. No he leído más cosas de Modiano, ni creo que lo haga. Prefiero perder el tiempo con Murakami. Sin peros que valgan. Excelente blog éste, por cierto. Enhorabuena.
David
Publicar un comentario