martes, 23 de diciembre de 2025

Colin Barrett: Casas de locos


Idioma original:
inglés

Título original: Wild Houses

Año de publicación: 2024

Traducción: Magdalena Palmer

Valoración: está bien

Uh, mucho tiempo sin reseñar nada de Sajalín por mi parte, y aunque he de reconocer que su perfil no ha cambiado y lo que publican suele obedecer a lo que se espera, no sé si es que el que ha cambiado habré sido yo, pero esta Casas de locos me ha decepcionado algo. Leí a su autor en formato relato hace unos años y reconozco que el recuerdo de Glasbeigh ha pesado de cierta forma: una colección de relatos amena y con cierta cohesión al incluir estos personajes coincidentes. como una de esas películas corales que se estilaba hace unas décadas, como un Raymond Carver algo más acanallado y con menor perfil en lo psicológico.

Pero entonces, esto es Sajalín, esto es Dublín (mil perdones por el ripio), esto es el mundillo criminal de poca monta, ni hablamos de sicarios ni de narcotráfico a gran escala, ni de grandes y oscuros intereses. Los tipejos que pululan esta novela son varones irlandeses de pocas luces y menos expectativas vitales. Mujeres que hacen lo que pueden para tirar adelante a su familia, entornos precarios donde lo que se trata es de buscarse la vida para ir afrontando el día a día. Ese mundillo de las pequeñas ciudades, de los barrios donde campa la abulia y el aburrimiento, donde los jóvenes que. por lo que sea, renuncian a intentar acabar unos estudios o avanzar en algún campo profesional y se dedican a eso, al trapicheo, al menudeo de estupefacientes, casi siempre en un entorno reducido y prácticamente sin salir del entorno del barrio, de la pequeña ciudad. Aquí la historia es casi un puro esquema: dos hermanos reciben el encargo de secuestrar a otro joven, para forzar a su hermano a pagar una deuda por un alijo de droga. Nada especialmente truculento, el secuestro resulta contar con una curiosa colaboración, cuando otro joven, Dev, aporta su casa, retirada en un paraje y a la que nadie acude, como escondrijo mientras el chantaje se concreta.

Lo que sucede, al margen de que la trama ya se precipita a una resolución en forma de disyuntiva, es que Casas de Locos parece, en demasiados momentos, un relato alargado hasta tomar forma y extensión de novela. Cierto es que las descripciones, las reflexiones, ese subfondo social que se manifiesta (familias desestructuradas, jóvenes que desde la adolescencia apenas dan cuenta de sus cosas, que callejean como plan de vida) toma el mando de la narración y parece establecer una capa más dura y permeable que la pura secuencia del secuestro. Nada en contra, pero el punto intermedio entre la pura novela negra o criminal y la parábola con denuncia social implícita empieza a parecerme un terreno demasiado transitado.

También de Colin Barrett en ULAD aquí

No hay comentarios: