Idioma original: inglés
Título original: Visiting Mrs. Nabokov and Other Excursions
Traducción: Benito Gómez Ibáñez
Año de publicación: 1993
Valoración: muy recomendable
Pues seguimos con la revisión de la obra de escritores desaparecidos recientemente. Respecto a Martin Amis, quizás en un entorno británico tendría sentido el hablar del contexto de ser un escritor como hijo de Kingsley Amis, otra celebridad de la vida cultural, pero de eso nos hemos librado y hemos podido valorar la obra en su medida. Mi experiencia con él no pudo ser más desigual: una de sus obras más celebradas, Dinero, me dejó, hace una década, bastante frío, o quizás sea que por la época yo ya andaba bastante refractario a esa corriente literaria encabezada por Easton Ellis dedicada a los anti-héroes que actúan a consecuencia de sus adicciones. Luego me entusiasmó La zona de interés y su especie de ensayo/estudio sobre los videojuegos me dejó algo descolocado.
He de agradecer a Begoña Gómez Urzaiz, inquieta y chispeante redactora del suplemento Cultura/s que, en su página de lectura obligatoria sobre miscelánea cultural, lejos del engolamiento que a veces atenaza a cierta crítica, mencionara este libro y lo calificase como muy entretenido o algo parecido, valoración que puede parecer ligera o directamente frívola, pero curiosamente exacta. Quizás el fin de la literatura no haya de ser entretener, pero vamos a ponernos de acuerdo, que es agosto y en el hemisferio norte hace calor, que no siempre grandes obras mantienen tu atención a según qué temperaturas y este Visitando a Mrs. Nabokov lo ha conseguido. Y a pesar de mi relativo escepticismo hacia lo excesivamente british, he de decir que esta es una curiosa cualidad del libro. Amis recibe encargos de entrevistas (a veces se auto-propone) o de escribir artículos sobre temas concretos. Y un poco a lo DFW, se toma el encargo a pecho desde el punto de vista técnico - es decir, los artículos o las entrevistas hablan sobre el tema o el personaje propuesto - pero lo hace a su manera. Con un espíritu irónico y ligeramente gamberro - sin pasarse que no es Irvine Welsh - ejecuta el encargo, pero para nada usa un esquema periodístico - exhaustividad, rigor, objetividad - y todo pasa por un tamiz que alcanza elevadas cuotas de legibilidad y, ya que estamos, bordea lo genial en algunos casos (el artículo dedicado a Madonna) en que se hace una crónica de una entrevista no consumada y se acaba aportando más que a través de las respuestas de una entrevista real. Claro que surgen temas que hoy han quedado algo obsoletos - alguna crítica de cine, alguna glosa de personajes ya caducos - Reagan - o propios del submundo cultural anglosajón (como si fuera eso un ámbito restringido), pero en fin, a quien se esmere por hacerse con un ejemplar de este extraño libro (una reedición sería sumamente oportuna) la cosa le va a resultar bastante gratificante, pues Amis, en su guisa de cronista o crítico o periodista o lo que le dé por ser en estos artículos, resultaba siempre brillante, ácido, punzante en un sentido que, a tenor lo que logra transmitir, lo hacen (lo hacían) parecer único.
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