Idioma: español
Año de publicación: 2014
Valoración: divertido... y revelador
COOLTURETA: Dícese del individuo que pretende conseguir alguna notoriedad social (es decir, parecer cool o guay) por medio del conocimiento de diversas manifestaciones culturales y artísticas, a ser posible elitistas y/o vanguardistas; a veces se conoce a estos especímenes como "gafapastas", por su afición a estos adminículos para la mejora óptica, aun cuando no las necesiten (lo que, por cierto, causa no poca perplejidad a quienes desde siempre somos más miopes que Stephen King cuando se levanta por la noche a hacer pis). No hay, sin embargo, que confundir al verdadero cooltureta, cuyo deseo de ser guay y molar no está reñido con un interés auténtico, por más que pueda ser algo errático, por la cultura (entiéndase la música, el cine, cierta literatura y, como mucho, algunas artes plásticas o escénicas... otras variedades como las danzas regionales o la cerámica vidriada no suele ser objeto de su atención); no hay que confundirlo, digo, con el llamado "cultureta de palo", que sólo finge tal interés por conseguir objetivos más espúreos, ya sean de tipo crematístico o lúbrico. Los fenotipos diferenciados de ambos especímenes, el auténtico cooltureta y el de palo, se encuentran bien representados en este cómic novela gráfica, así como de otras subespecies asociadas; verbigracia:
La historia que se nos cuenta es, justamente, la de un joven cooltureta que se muda al barrio bohemio de sus sueños, repleto de tiendas de vinilos, mercadillos
vintage, cafeterías prohibitivas y locales de
coworking (confieso que este concepto siempre me ha hecho mucha gracia); amén, claro está de mucha gente guapa e interesante. Lo que no significa que a nuestro héroe todo le venga rodado en su vida soñada, sobre todo en lo refrente a sus relaciones sociales y amorosas... Porque, en fin, más allá de este neo-costumbrismo, por divertido que resulte, lo que encontramos en el
cómic novela gráfica es la enésima variante de la historia de chico-conoce-chica-fascinante-pero-sobre-todo-que-está-buenorra-aunque-no-le-hace-mucho-caso-mientras-él-pasa-de-su-amiga-simpática-que-sin-embargo-está-loca-por-sus-huesos... (esto me recuerda una peli en la que a la amiga simpática pero feúcha la interpretaba... Halle Berry O_o ). También se remarca la idea de que es más importante la autenticidad y el estar a gusto con uno mismo que conseguir la supuesta excelencia a la que aspiremos (lo que puede aplicarse a cualquier otro coolectivo, desde los coolturistas a los cooleccionistas de coo... vale, ya lo dejo). En todo caso, especialmente divertido para nosotros puede ser contemplar los avances del protagonista en cuestión de lecturas, en aras de hacerse con una culturilla literaria -aunque no queda muy claro si se ha leído todos los libros que aparecen-: así, pasa de
El guardián entre el centeno o
1984 de su adolescencia a
La insoportable levedad del ser, para acabar con los libros de
DFW y
Murakami (el malo)... ¿Alguien se siente reflejado?
Porque a estas alturas, más vale reconocerlo: TODOS SOMOS UN POCO COOLTURETAS, vosotros y yo. Vosotros, porque, si no, de qué ibáis a seguir un blog que trata diariamente de libros de ex-yugoslavos raros y guatemaltecas que no conocen ni en su casa a la hora de cenar, o lo que sea... Yo, porque, lo admito, en mi lejana juventud también vi películas rarunas, escuché música que no me gustaba y fingí haber leído libros que ni había abierto (bueno, esto lo sigo haciendo) para tratar de ir de guay. Y eso que en mi época lo que de verdad molaba era tener moto o, más adelante, un VW Golf 16 válvulas, a qué engañarnos...
También es cierto que este có... novela gráfica (al final se me va a enfadar el prota) es de hace ya unos añitos; no sé si el coolturetismo estará hoy día tan en auge como entonces. Me huelo que ha sido ya barrido, por una parte, por la moda
hipster, que no deja de ser una banalización del coolturetismo con vistas a ser deglutido más fácilmente por el mercado. Y, por otro lado, por la ola friki, que ha acabado convirtiendo a buena parte de la población adulta occidental e incluso, sospecho, mundial en expertos en los multiversos DC y Marvel y en los vericuetos de las sagas
Star Wars,
GoT,
ESDLA y yo que sé qué culebrones más... Aún así, el coolturetismo, gafapastismo o simple pedantería pervivirá mientras algún jovenzuelo pretenda distinguirse de la masa (para pillar cacho, tampoco os creáis) citando a un ex-yugoslavo raro de ésos, comparando la peli de un cineasta iraní que conocen cuatro gatos con el cine de Haneke o alabando al arquitecto neozelandés que diseñó los aseos de la Kunsthalle de no sé dónde... Porque ser cooltureta, amigos y amigas de ULAD, no es una moda, sino una elección de estilo de vida, incluso una filosofía existencial, como ser montañero, radioaficionado,
swinger o jugador de curling... Así que repetid conmigo: THE COOLTURETA NEVER DIES!
Real como la vida misma...
11 comentarios:
En mis años mozos estudiantiles miraba con el rabillo del ojo, y con un poco de envidia y admiración también, a los culturetas de la facultad de filosofía. Con 18 o 19 años todo deslumbra. Sobre todo cuando los cool/culturetas, sentados en la cafetería, divagaban en voz alta sobre cosas de filosofía incomprensibles para la gente de pueblo (para ellos también, me temo): Delleuze, Habermas, Vattimo y hasta el carpetovetónico e inefable Gustavo Bueno (QEPD). ¡Qué rabia no poder meter baza en esas conversaciones tan cooltas! Pero llevaban un cartelito invisible que decía: reservado el derecho de admisión. No sé exactamente a qué tribu pertenecerían estos coolturetas alevines de filósofos. En su mayoría, eran muy gafapastas (o gafapesados). Al correr de los años uno se va curando de estas enfermedades infantiles del coolturetismo, aunque no del todo, confesémoslo.
Un saludo cordial.
Juro que ni bien me cruce con una cancha de curling dejo de leer todas estas boludeces.
Dr. Fabián, si hay algo que mola más que nada en el mundo es el curlibg (y lo digo en serio), pero, por desgracia, su práctica requiere de una infraestructura que no es accesible para todas las climatologías... En oelo caso, ya habría conquistado el favor del público mundial.
Juan, esperadísima esta reseña. Voy a leerlo sí o sí, porque entre lo que explicas y la factura ya reconocida de la autora creo que es un valor seguro. El tema del snobismo y lo cool da para mucho, no hay más que pasear un sábado morning por algunos barrios de Barcelona y, reconozco, que por unos instantes, mola. Pero todo el día así debe ser agotador.
Un saludo, compa!
Hola, Beatriz; he decir que yo además era cultureta, pero de provincias, que eso sí que era triste, al menos en aquella época aún analógica (hoy día, con el internésny las plataformas de streaming, es mucho más fácil)... Aunque bueno, alguna peli de Jim Jarmush de gez en cuando o casas así sí que llegué a ver...
Saludinhos.
Qué bien, Juan:
Disfruté como una perraca leyendo el cómic y mirándome a mí misma no me identificaba con nadie. Sólo he sido o soy..rarita, y además me encanta (además del esperanto y los gatos) pasar el aspirador y abrillantar el suelo..El curling se me podría dar..
Eso sí, muy anclado en el tiempo. Envejecerá muy rápido.
Saludos
Moderna de Pueblo sabe bien lo que cuenta en este cómic. La entrevista del otro día en Atención Obras de la 2 es reveladora...qué cultureta es y que sobrada anda. Que dios la bendiga...
Hola a las dos:
Lupita, un suelo encerado puede ser muy apto para la práctica del curling, siempre que el encofrado del piso tesista el peso de las piedras; asegúrate antes...
Rosa, supongo que te refieres a Raquel Córcoles, pues parece que el los guiones del "Team Moderna" los escribe con un tal Carlos Carrero, que infiero será su chorbo. Sobre lo de sobrada o no, no te puefo decir, pues no tengo el placer, ni siquiera vía entrevista. A mí sus dibujicos me hacen gracia...
Un saludo a ambas y gracias por los comentarios.
Jajaj muy buena reseña, me he reído mucho con ella ya que ironiza sobre una realidad (la de tener la necesidad de diferenciarse en base a actividades o poses impostadas muchas veces) que evidentemente existe en todos los tiempos y lugares con diferentes formas y nombres. Yo soy del "interior" de Argentina y el snobismo con sus muchas variantes suele ser una de las formas que se adoptan para demostrar lo orgullosamente antipopular que es la persona que lo adopta. Bueno Juan la verdad que llevo años leyendo este blog, sin comentar nada, y ya que es la primera vez aprovecho y te digo que me pareces el mejor por lejos, sigue así por muchos años más, un abrazo!
Hola, simpático y argentino anónimo:
He de decir que yo había decidido no contestar a más comentarios anónimos, perhaen este caso haré una excepción en respuesta a tus amables palabras sobre todo, reconocimiento a tu excelente criterio...
Sí, tienes mucha razón: soy el mejor reseñista y todos lo sabemos, pero, para ser justo con mis compañeros, también soy con mucho el que más cobra y eso es por algo. De hecho, ellos me conocen como "el Messi de las reseñas" y eso se debe tanto a mi talento innato y dotes casi extraterrestres parael reseñismo como a que gano un fortunón con esta actividad (sólo un poco menos que el astro rosarino). Pero nada de envidias: ellos me adoran, es inevitable...; )
Gracias por el comentario y te deseo el mejor de los días ydioue los dioses guarden tu gran discernimiento.
Excelente reseña, además de divertida. Jajajaja, así es, algunos de los que leemos este blog tenemos algo de coolturetas. Tus sugerencias en el blog siempre han sido de mi agrado.
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