domingo, 30 de septiembre de 2018

Leonardo Sciascia; El mar color de vino


Idioma original: Italiano
Título original: Il mare colore del vino
Año de publicación: 1973
Traducción: Juan Manuel Salmerón Arcona
Valoración: Muy recomendable

¿Por qué nos gusta tanto Sciascia? Repaso las entradas que este blog  dedica al escritor siciliano y encuentro hasta una decena, cargadas de elogios, reconocimiento de bondades y entusiasta recomendación. Y desde luego no seré yo quien vaya a desmarcarse de esta respetabilísima tradición. Pero, ¿por qué nos gusta tanto Sciascia? Podría irme por los cerros de Úbeda y soltar alguna ocurrencia del tipo por que todos los mediterráneos somos sicilianos. Proclives a buscar refugio en una sombra y verlas pasar, bla bla bla…

Pero no. Hay algo más hondo. Más sustancial. Los libros de Leonardo Sciascia (1921 / 1989) cuentan, casi exclusivamente, historias sicilianas y para nuestro autor Sicilia era una excelente unidad de medida de lo universal. Sin ápice de ombliguismo ni asomo de aldeanismo. Pero lo que ciertamente fascina de Sciascia es el rigor, la pulcritud de los argumentos, la exigencia a motivos y razones, la capacidad para pensar, para desnudar y (re)vestir ideas, comportamientos, actos y roles. O sea, para desmenuzar la condición humana con lucidez y agudeza. Por eso (creo) nos gusta tanto, y nos da lo mismo acabar de leer sus libros sin saber quién ha dado la orden, quién puso su pulgar hacia abajo, por que eso –como buenos sicilianos- no hace falta que nos lo cuenten, ya lo sabemos, estamos debajo de la sombra viéndolas pasar…. Lo que interesa es cómo sobrevivimos o cómo –casi siempre- somos manejados, dominados, toreados. Sometidos. Casi siempre.

El libro recoge trece relatos publicados en revistas y publicaciones varias entre 1959 y 1972. Destaca, por supuesto, la proverbial contención del autor; si el asunto puede ser bien contado en diez páginas, no son necesarias ni doce ni once. De los relatos aquí reunidos me parecen magníficos el que da título al libro, en el que un ingeniero peninsular emprende viaje en tren de Roma a Sicilia donde coincide en el compartimento con una familia siciliana –amor a dentelladas- que le dan un trayecto del que no conseguimos saber si le resulta sublime o terrorífico, o ambas cosas a la vez; la ironía resplandece con el mismo brillo que el sol del amanecer sobre el Jónico cuando el tren reinicia su andadura por el lado insular del estrecho de Messina.

En La retirada se pone a prueba el dogmatismo y la fe de aquellos militantes comunistas que recriminaban a sus esposas la devoción en santos milagreros y vírgenes protectoras mientras caían en la misma fantasía aunque su ídolo fuese un orondo y bigotudo soviético. En Un caso de conciencia vuelve a aflorar ese empacho de narcisismo y temerosa vergüenza al que dirán revestido de honor que tanto impregna y motiva al macho siciliano y a ese escozor que se percibe en la frente cuando surgen los cuernos, y que es uno de los grandes asuntos de la literatura del país. Y aquí es imposible no acordarse de los textos que componen el Tríptico siciliano de Vitalino Brancatti, uno de los referentes fundamentales en la formación como escritor de Leonardo Sciascia.

Otros relatos, como Juicio por violación o Eufrosina o El largo viaje, desprenden un aire como de crónica social, de retrato de un tiempo desde una cercanía sentimental que, aún así, prescinde por completo de la autoindulgencia que les haría caer de cabeza en el costumbrismo. Algunos, en fin, son un ejercicio divertido y sagaz de sacar punta a la relación entre los poderosos y las gentes de a pie, como en Reciprocidad, Western de “Cosa Nostra” o Giufà, donde la asimetría del trato entre los encaramados a la cúspide social y los que deambulamos por su base no deja de ser una arbitraria distinción frente a la simetría en la capacidad de pensar y desenvolvernos que a todos nos es propia y que convierte a quienes pululan por estos relatos en personajes de la negra comedia de la vida bajo el inclemente sol mediterráneo. Por eso siempre hay que volver a Sicilia. Y releer a Sciascia.

15 comentarios:

Juan G. B. dijo...

Gran reseña de un grandísimo autor, compañero. Y sí, nos gusta Sciascia justamente por lo que tu comentas...

Gabriel Diz dijo...

Hola Carlos, tu reseña me ha dado ganas de leer a Sciascia. Que libro me recomiendas para comenzar?

Gracias

carlos ciprés dijo...

Hola Gabriel, en mi opinión nada de él tiene desperdicio y creo que me he leído todo lo que hay traducido al castellano por qué me fascina. Quizás yo te propondría "La noche de la lechuza" o también estos relatos breves editados junto a "El mar color de vino". O también "A cada uno lo suyo" o quizás... de verdad, cualquier título es bueno para hincarle el diente. ¿Verdad, Juan?

Juan G. B. dijo...

Pues si se me permite meter baxa, yo diría que empezar por algún libro de telatos, como éste o "Los tíos de Sicilia" es perfecto. O si no, alguna de sus primeras novelas, con trasfondo mafioso: "El día de la lechuza" o "A cada cual lo suyo"...
Saludos a los dos!

El Puma dijo...

Pasar hoy por ULAD me alegró el día más que de costumbre. Es que soy de esos fanáticos de Sciascia que se han leído todo lo traducido al español de este inconmensurable artista. En especial, lo publicado en la colección Andanzas de Tusquets, y algún otro hallazgo, como el Concejo de Egipto, editado por Bruguera.

Por qué amamos tanto a Sciascia? A tus múltiples respuestas, Carlos, con las cuales concuerdo, resaltaría una fundamental: por su Etica. Retrata tu aldea y retratarás al mundo. Y Sicilia es nuestro mundo en pequeño, con sus esplendores y miserias, sus glorias y fracasos. Todo lo pinta Sciascia con la humildad de los grandes.

Toda su obra es magnífica. El relato del tren es una maravilla, aunque yo prefiero sus novelas. Puertas abiertas, Todo modo, A cada cual lo suyo, El caballero y la muerte. O incluso, entre los últimos publicados por Tusquets, La desaparición de Majorana o La muerte del inquisidor.

Qué bella manera de terminar un domingo lluvioso!

El Puma dijo...

PD: Y como bien sabe Juan, si luego de haber leído toda la obra de Sciascia te quedas con síndrome de abstinencia, allí está Camilleri para mitigarlo.

El Puma dijo...

PD2: Veo Carlos que utilizas la frase "irse por los cerros de Ubeda". Curiosamente, en Argentina se utilza algo diferente, "irse por las nubes de Ubeda". Frase que popularizó un senador nacional hace más de 30 años, en un debate televisivo con el entonces canciller por el conflicto con Chile por el Canal de Beagle.

carlos ciprés dijo...

Estimado Puma, concuerdo por supuesto en el adjetivo magnífica para valorar la obra de Sciascia. A diferencia de Italia o Francia, en castellano no están disponibles sus Obras Completas, aunque la gran mayoría de sus libros -sea en México, Argentina o España- sí están traducidos; yo he llegado a leer en italiano -sin tener ni idea- "La corda pazza" o "Occhio di capra" y, claro, de mucho no me enteré pese a las clases de latín del Instituto. Pero el primer libro de él que cayó en mis manos, y me mantengo enganchado desde entonces, fue "Negro sobre negro", una recopilación de artículos y pequeños ensayos donde ya está lo que tu bien destacas, la Ética de Leonardo Sciascia. Y disculpas, se me fue la pinza y menos mal que Juan me corrigió: "Il giorno della civetta" es, efectivamente, "El día de la lechuza" y no la noche, en la que como todos sabemos en Úbeda, en Racalmuto o en cualquier otro lugar, todos los gatos son pardos... Un abrazo a toda la extensa fraternidad sciasciana.

Lupita dijo...

Hola:
Supongo que ai digo que no le conozco tengo punto negativo de ULAD...
Me pondré manos a la obra. XD
Saludos

Juan G. B. dijo...

No tienes puntos negativos, pero sí que te hemos apuntado en cierta lista...de momento a lápiz, eso sí ; )

El Puma dijo...

Creo haberlo mencionado en otra entrada, pero no está de más repetirlo. Hay un libro de relatos llamado "Adorable Stendhal", en donde Sciascia recrea una larga estadía en Sicilia del autor de "Rojo y negro". No tiene desperdicio.

pipo dijo...

A cada uno lo suyo y el dia de la lechuza, dos novelones.

Lupita dijo...

Quitadme de la lista, que esta noche empiezo "El caballero y la muerte"..vaya vicio que nos metéis

Saludos

El Puma dijo...

Por ese mismo empecé yo, Lupita. Hará casi 30 años.
El título refiere a una pintura de Durero, y si mal no recuerdo, fue escrito por un Sciascia casi moribundo. Gran obra! Fue el inicio de una maravillosa aventura, que aún no terminó.

Pepe Pótamos dijo...

Yo tampoco había leído a Sciascia y sintiendo yo también la presión de aparecer en la lista negra, he dado cuenta en dos días de "A cada cual, lo suyo" (bueno no solo ha sido el miedo, es que es un libro muy cortito). Cortito y brutal, ese ambiente tan buen rollero que se respira en la superficie de la historia, pero que en el fondo existen unos códigos que todos los del pueblo intuyen y callan, me ha dejado bastante impresionado. Está claro que repetiré con este autor. Gracias como siempre por vuestros consejos. Saludos!