Año de publicación: 2015
Valoración: recomendable (para fans)
En este libro autobiográfico, Murakami nos cuenta su relación con la literatura y el proceso de creación de su obra, retomando parte de los elementos biográficos que ya le sirvieron en su día para explicar como era su día a día en su anterior libro «De qué hablo cuando hablo de correr» donde ya daba sus primeras pinceladas de por qué empezó a correr así como la forma en la que se organizaba la vida y lo combinaba con su trabajo de escritor. De la misma manera, también nos aportaba apuntes sobre sus inicios en la vida profesional y cómo empezó abriendo un bar, hasta que lo dejó para dedicarse a la literatura. Así, lo que en su anterior libro eran únicamente unos apuntes para describir su vida diaria y su relación con el deporte, en este libro lo centra en la vida profesional, por lo que probablemente agradará especialmente a los seguidores interesados por su obra más que por el personaje.
Estructurada en capítulos correspondientes a los diferentes temas que quiere tratar, Murakami nos cuenta en primer lugar la (poca) importancia que le da a los premios literarios, en qué se basa la originalidad que transmite a sus obras, en el placer que encuentra escribiendo y haciéndolo libremente, su proceso de creación, la necesidad de haber leído mucho y ser muy observador para poder crear dentro de sí un espacio donde guardar tanta «materia prima» como sea posible. Así, describe como escribió su primer libro «Escucha la canción del viento» durante las madrugadas, después de cerrar el bar, y como tenía serias dudas de cómo encajaría debido a su poco conocimiento de la literatura japonesa contemporánea ya que leía básicamente literatura rusa y americana. La forma en la que nos explica su primera novela nos revela detalles interesantes acerca del origen de su particular estilo: después de un primer intento de escribir el libro, que no pasó su propio filtro, pensó que el problema era que intentaba escribir una buena novela con los cánones e ideas preconcebidas de cómo tenía que ser una buena novela según la literatura japonesa existente, y él no podía escribir de esta manera. Así que, para cambiar el marco, dejó papel y pluma, cogió máquina de escribir con caracteres ingleses y empezó a escribir, en inglés. Debido a su nivel de inglés, escribió principalmente frases cortas y así fue como acabo encontrado su estilo tan propio, sin grandes descripciones, con frases de estructura simple y que acabaría adoptando al escribir directamente en japonés.
Como apuntes interesantes, nos cuenta su proceso de escritura y su meticulosidad (como la de escribir diez páginas al día, tanto si está inspirado como si no) para establecer un ritmo que le acompañe en toda la escritura de una novela y que, hecha una primera escritura, la reescribe cuatro veces para pulirla, dejando un espacio de tiempo entre reescrituras. Según indica Murakami, para un escritor, la actitud que tiene más sentido es la de estar decidido a mejorar el texto. También, enlazando con su obra previa «De qué hablo cuando hablo de correr» recuerda la importancia de tener el cuerpo físicamente activo para, a la vez, estimular las neuronas y mantener la creatividad.
Probablemente uno de los capítulos más interesantes sea el dedicado a los personajes y cómo los construye: pasando de sus primeros inicios al uso de primera persona y personajes sin nombre, al uso de la tercera y poniendo nombre a los personajes; esto le permitió añadir complejidades a la vez que ampliar el abanico de los mismos para hacer historias más completas. Asimismo, este hecho le permite tomar distancia como escritor del personaje principal y tener la posibilidad de no identificarse con él. Murakami añade el ejemplo de «El gran Gatsby» para explicar esta opción narrativa, donde la primera persona no es Gatsby sino Carraway.
También nos cuenta cómo, a raíz de las críticas que recibió en sus inicios en Japón por no considerar como «literatura» a lo que publicaba se fue a vivir al extranjero, para así poder escribir en un entorno libre de interferencias. Nos cuenta además, la poca importancia que le da a los premios y a lo que aportan al propio escritor. Para él, el premio está en que los lectores lo valoren lo suficiente para comprar sus libros, ése es el mejor premio que puede obtener, donde sí hay una recompensa personal.
Como aspectos algo más ajenos a su obra, el libro da unos apuntes acerca de cómo es el sistema educativo en Japón y las grandes lagunas que ve en el sistema. También habla acerca de como los autores encajan el hecho que personas que se dedican a otros trabajos se decidan a publicar libros (actores, etc.). Parece que en Japón no se lo toman a mal, no lo perciben como si fuera una invasión de su territorio. Ignoro si en otros países lo encajan igual pero lo veo especialmente interesante en un momento donde cada vez más personas de otras profesiones escriben: locutores de radio, periodistas, actores, etc.
El aspecto más negativo del libro se encuentra en cierta tendencia a la repetición de ideas, dando vueltas a las mismas reflexiones. Entiendo que, al articular el ensayo en diferentes capítulos por temática, hay ideas que afectan a varios de ellos pero, aún y así, da la sensación de querer alargar la historia más en lugar de repetir para enfatizar. De todos modos, es un libro interesante para conocer qué hay detrás de la obra del autor y cabe decir, en su favor, qué Murakami no intenta sentar cátedra sobre cuál es el mejor proceso de escritura; él nos descubre el suyo particular e indica reiteradamente que es su opinión. Sin duda, sus seguidores agradecemos que haya encontrado un método tan característico y que le permita escribir con un estilo tan propio y, a mi modo de ver, tan interesante.
Sobre Murakami: A vueltas con Murakami, y de Murakami en UnLibroAlDía: After Dark, De qué hablo cuando hablo de correr, Al sur de la frontera, al oeste del Sol, Tokio blues, Los años de peregrinación del chico sin color, El elefante desaparece, Kafka en la orilla, La muerte del comendador
Estructurada en capítulos correspondientes a los diferentes temas que quiere tratar, Murakami nos cuenta en primer lugar la (poca) importancia que le da a los premios literarios, en qué se basa la originalidad que transmite a sus obras, en el placer que encuentra escribiendo y haciéndolo libremente, su proceso de creación, la necesidad de haber leído mucho y ser muy observador para poder crear dentro de sí un espacio donde guardar tanta «materia prima» como sea posible. Así, describe como escribió su primer libro «Escucha la canción del viento» durante las madrugadas, después de cerrar el bar, y como tenía serias dudas de cómo encajaría debido a su poco conocimiento de la literatura japonesa contemporánea ya que leía básicamente literatura rusa y americana. La forma en la que nos explica su primera novela nos revela detalles interesantes acerca del origen de su particular estilo: después de un primer intento de escribir el libro, que no pasó su propio filtro, pensó que el problema era que intentaba escribir una buena novela con los cánones e ideas preconcebidas de cómo tenía que ser una buena novela según la literatura japonesa existente, y él no podía escribir de esta manera. Así que, para cambiar el marco, dejó papel y pluma, cogió máquina de escribir con caracteres ingleses y empezó a escribir, en inglés. Debido a su nivel de inglés, escribió principalmente frases cortas y así fue como acabo encontrado su estilo tan propio, sin grandes descripciones, con frases de estructura simple y que acabaría adoptando al escribir directamente en japonés.
Como apuntes interesantes, nos cuenta su proceso de escritura y su meticulosidad (como la de escribir diez páginas al día, tanto si está inspirado como si no) para establecer un ritmo que le acompañe en toda la escritura de una novela y que, hecha una primera escritura, la reescribe cuatro veces para pulirla, dejando un espacio de tiempo entre reescrituras. Según indica Murakami, para un escritor, la actitud que tiene más sentido es la de estar decidido a mejorar el texto. También, enlazando con su obra previa «De qué hablo cuando hablo de correr» recuerda la importancia de tener el cuerpo físicamente activo para, a la vez, estimular las neuronas y mantener la creatividad.
Probablemente uno de los capítulos más interesantes sea el dedicado a los personajes y cómo los construye: pasando de sus primeros inicios al uso de primera persona y personajes sin nombre, al uso de la tercera y poniendo nombre a los personajes; esto le permitió añadir complejidades a la vez que ampliar el abanico de los mismos para hacer historias más completas. Asimismo, este hecho le permite tomar distancia como escritor del personaje principal y tener la posibilidad de no identificarse con él. Murakami añade el ejemplo de «El gran Gatsby» para explicar esta opción narrativa, donde la primera persona no es Gatsby sino Carraway.
También nos cuenta cómo, a raíz de las críticas que recibió en sus inicios en Japón por no considerar como «literatura» a lo que publicaba se fue a vivir al extranjero, para así poder escribir en un entorno libre de interferencias. Nos cuenta además, la poca importancia que le da a los premios y a lo que aportan al propio escritor. Para él, el premio está en que los lectores lo valoren lo suficiente para comprar sus libros, ése es el mejor premio que puede obtener, donde sí hay una recompensa personal.
Como aspectos algo más ajenos a su obra, el libro da unos apuntes acerca de cómo es el sistema educativo en Japón y las grandes lagunas que ve en el sistema. También habla acerca de como los autores encajan el hecho que personas que se dedican a otros trabajos se decidan a publicar libros (actores, etc.). Parece que en Japón no se lo toman a mal, no lo perciben como si fuera una invasión de su territorio. Ignoro si en otros países lo encajan igual pero lo veo especialmente interesante en un momento donde cada vez más personas de otras profesiones escriben: locutores de radio, periodistas, actores, etc.
El aspecto más negativo del libro se encuentra en cierta tendencia a la repetición de ideas, dando vueltas a las mismas reflexiones. Entiendo que, al articular el ensayo en diferentes capítulos por temática, hay ideas que afectan a varios de ellos pero, aún y así, da la sensación de querer alargar la historia más en lugar de repetir para enfatizar. De todos modos, es un libro interesante para conocer qué hay detrás de la obra del autor y cabe decir, en su favor, qué Murakami no intenta sentar cátedra sobre cuál es el mejor proceso de escritura; él nos descubre el suyo particular e indica reiteradamente que es su opinión. Sin duda, sus seguidores agradecemos que haya encontrado un método tan característico y que le permita escribir con un estilo tan propio y, a mi modo de ver, tan interesante.
Sobre Murakami: A vueltas con Murakami, y de Murakami en UnLibroAlDía: After Dark, De qué hablo cuando hablo de correr, Al sur de la frontera, al oeste del Sol, Tokio blues, Los años de peregrinación del chico sin color, El elefante desaparece, Kafka en la orilla, La muerte del comendador
23 comentarios:
Noooooo..........Murakami nooooooooo :p
¡Y eso que le he puesto únicamente un «recomendable (para fans)»! XD
Gracias Gabriel por comentar desde la discrepancia comedida ;-)
Saludos
Marc
Cuales serían los libros mas recomendables de Murakami? Gracias
Azul casi transparente... ¡ah, qué error! Ese libro es del verdadero y genial Murakami, Ryu Murakami jejeje ;)
Para mí, sus mejores obras, por orden de preferencia, serían: 1Q84, Tokyo Blues, Sputnik mi amor, After Dark, Al sur de la frontera al oeste del sol.
Saludos
Marc
Voy a hacerme un poco de propaganda, que ya toca.
http://julianbluff.blogspot.com.es/2012/10/haruki-murakami-revisited.html
http://julianbluff.blogspot.com.es/2014/01/haruki-murakami-literatura-aseptica.html
Si después de este desvergonzado posteo, mi blog no supera las 15.000 visitas en treinta segundos, eso es porque ULAD no tiene tanto tirón, como yo, ingenuamente, vengo a creerme. Je, je... ;-)
Empiezo a contar: ¡uno, dos, tres, cuatr......
A mí me gustaron por este orden estas tres obras que he leído la mejor sin duda por lo breve y asequible Tokio Blues, y no sé cuál pondría primero de las otras dos quizás Kafka en la orilla y luego El pájaro que da cuerda al mundo. Saludos.
Julián, miraré tus enlaces con lo que ya puedes contar con al menos un par de visitas ;-)
Siempre es bueno contrastar opiniones, gracias por el apunte!
A Sir Robin: coincido en que por buena, breve y asequible, Tokio Blues es la mejor opción para entrar en el universo de Murakami. Kafka y El pájaro son algo más complejas, especialmente esta última por su gran extensión, aunque buenas ambas opciones.
Aunque para mí, de todas sus obras, la mejor es 1Q84. La encuentro muy redonda y contiene todo lo que nutre las obras de Murakami: misterio, relaciones, episodios oníricos, sentimentalismo, delicadeza... Es prácticamente perfecta para quién le guste Murakami.
Gracias a los dos por los comentarios y aportaciones.
Saludos
Marc
Mis favoritas son "Kafka..." y "Crónica del pájaro...", aunque no sabría decir el orden. Hace ya bastantes años que no leo novelas suyas porque me agoté un poco de su fórmula, y ya sabéis, el peso de la fama y la popularidad que siempre influyen injustamente para mal. De hecho tengo en casa sin leer "La caza del carnero salvaje" y nunca he encontrado el momento. Pero a raíz de esta entrada, y de la lista de Marc, la verdad es que me han entrado ganas de leer 1Q84; aunque claro, teniendo en cuenta que mis dos favoritas no están entre las cinco tuyas... no sé si coincidiremos mucho en la valoración!
Hola Javier. Entiendo perfectamente lo que dices pues a mí me ocurrió algo parecido: descubrí a Murakami con Tokio Blues y empecé a devorar todo lo que había escrito una tras otro. Luego, con la publicación de obras que considero bastante inferiores como "baila, baila, baila" y "los años de peregrinación del niño sin color" me desconecté un poco. De vez en cuando leo trozos de "underground" porque me interesa conocer la forma de vida y cómo afronta las desgracias una sociedad tan diferente como es la japonesa. Pero sí perdí impulsó también. Ahora estoy a la espera de que traduzcan la nueva novela que también será muy voluminosa y, si está a la altura o se acerca a 1Q84 seguro que me engancho de nuevo.
Respecto a si aconsejarte leer 1Q84, aunque no coincidamos en las mejores (aunque también considero muy buenas las que indicas), sí te diré que no conozco a ningún seguidor de Murakami que no sitúe 1Q84 entre sus obras favoritas del autor. Pero como siempre, contra gustos... Siempre puedes probar, y si no te gusta, pues a por otro libro ;-)
Si te decides, ¡ya me contarás!
Saludos y gracias por los comentarios, y por enriquecer el blog.
Marc
Pues descuida Marc, que en el presente año me lo leo, y os haré llegar mis impresiones. Muchas gracias por devolverme las ganas de leer al controvertido amigo Murakami, que no puedo dejar de reconocer que me ha regalado muchas horas de buenas lecturas!
De nada, Javier. Para eso estamos ;-)
Y espero que te guste 1Q84, me llevaría una alegría si fuera así.
Seguimos en contacto, con Murakami u otros!
Saludos
Marc
Yo ya he leído bastantes obras de Murakami. Reconozco que al principio, quedé impresionada por su estilo muy Murakami, ( ficción/ realidad mezclada con mucha mitología Y tradiciones legendarias tanto japonesas, como su filosofía Zen.), pero al sexto libro, noté su escritura muy repetitiva y cansada.
Marc, coincido mucho, en tus apreciaciones literarias!
Saludos!
Leí todo lo que se tradujo al español de Murakami. Tiene cosas buenísimas que me encantan y alguna que otra mala. Ahora, la peor es sin duda este "de que...escribir"!!!
El que leyó el de correr no lea este bodrio porque va a leer las.mismas cosas que ya había dicho en el otro libro.
El mejor de él es "crónica de un pájaro..." Y después, "tokyo blues"
Es como los hermanos karamazov y crimen y castigo (perdonen la metáfora, salvando las Distancias años luz entre ellos)
Hola Marcela. Tienes razón cuando indicas que Murakami tiene un estilo muy definido y particular, y que cuando uno ha leído varios libros suyos acaba encontrándolos algo repetitivos ya que, más o menos, el escenario siempre es parecido. Por otra parte, eliminado el factor sorpresa, también es cierto que cuando leo Murakami lo hago cuando tengo ganas de "eso". Hay momentos para todas las lecturas, y Murakami tiene que leerse en su adecuado momento (no me pasa con muchos autores, a los que puedo leer en cualquier momento).
En fin, que ese estilo tan característico hace que lo devoremos sin pausa, pero también que tengamos periodos sin leerlo. Personalmente, le tengo muchas ganas al que ha publicado este año en Japón; a ver cuando llega traducido.
Para acabar, me alegra saber que coincidimos en las apreciaciones literarias. Coincidir en gustos literarios y comentar los libros reseñados siempre es un placer.
Saludos
Marc
Hola Guido.
Si has leído todo Murakami, entonces me ganas (pero por muy pocos...jeje). Coincido contigo en tu comentario: hay libros buenísimos y otros que ya he olvidado porque aportan poco. También coincido en que el libro "De qué hablo cuando hablo de correr" es mejor que éste, aunque como lo leí hace años no sé si me atrajo por lo que contaba sobre él o porque hablaba de correr (afición que comparto, aunque practico menos que cuando lo leí). Y ciertamente, repite alguna de las ideas ya incluidas en ese libro.
Por los comentarios, veo que Tokyo Blues no sólo es el más famoso (y con el que se dió a conocer fuera de Japón) sino también uno de los que más gusta. El hecho de haber conocido la literatura de Murakami me hacía dudar sobre si me gustó por la novedad y permitirme descubrirlo o porque es uno de los mejores. Por los comentarios veo que probablemente sea por esto último.
Gracias por tu comentario en la entrada y por seguirnos.
Saludos
Marc
Hola a mi me encantó Tokio Blues, hasta me hizo llorar. Algunos de sus otras obras como Sputnik las tengo agendadas para leer próximamente. No me importa mucho como lo consideren otros autores o la academia, el tipo cuenta una historia, te hace entrar, y no divaga luciéndose. Es como un amigo contándonos una buena historia. Simplemente y a la vez tan difícil de hacer
Coincido contigo, Anónimo. La sencillez en la prosa de Murakami no es fácil de conseguir y aunque parece repetitiva y simple, consigue perfectamente el efecto buscado: atrapar al lector y crear seguidores de larga duración, de los que leerán todos los libros que publique. Creo que es su principal mérito, y conseguir un estilo tan personal.
Gracias por comentar la entrada.
Saludos
Marc
Yo leeré un Murakami más porque me lo regaló mi hija hace años y no está reseñado. Pero a este no me dan ganas de acercarme. Creo que cuando escribes un libro sobre tu experiencia ya es suficiente, y este me suena a fusilada del de Stephen King. Y flipo mucho con lo de Tokio Blues, o es que no me enteré de nada, que siempre puede ser. Pero me pareció alucinante el revuelo que causó, y que fuese el detonante de toda esta movida surgida, a todas luces exagerada y propia de la vacía entronización occidental, no especularé con los motivos, hacia todo lo oriental. Os recuerdo que algunos se comen a los perros.
No leí nada de Haruki Murakami.
Tengo en mi bibliteca la Crónica de un pájaro... y 1Q84. El primero se lo regaló alguien a mi esposa. Le gustó y por eso compré el segundo. No pude pasar de la sinopsis de contratapa. Prejuicio tal vez, al haber escuchado tantísimas veces que este escritor está a años luz de lo más representativo de la literatura japonesa?
Sin embargo constato que ninguna obra reseñada últimamente en ULAD concita tanta participación de los ULADeños! Será que deberé dejar los prejuicios a un lado?
Hola Francesc y El Puma,
Os respondo a los dos puesto que los comentarios van enlazados. Entiendo el rechazo de Francesc pues diría que sus gustos son bastante diferentes a la literatura de Murakami y, enlazando con los comentarios de El Puma, es evidente que se trata de un autor que tiene admiradores y detractores a partes iguales, y creo que de lo que menos hay es de los que no les parece tan bueno ni tampoco tan malo. Por tanto, diría a El Puma que pruebe con uno de los recomendados en los muchos comentarios de la entrada. Se dará cuya rápidamente si le gusta el estilo del autor o no. A partir de ahí, no lo intentará más o se empezará a interesar por su obra que, a pesar que se parece mucho un libro de otro pues la temática es muy similar, a los que nos gusta no nos importa porque ya esperamos eso de él.
Gracias por comentar la entrada y ya nos contarás si te decides ;-)
Saludos
Marc
Sólo he leido un libro de Murakami, "El elefante desaparece" y me pareció un autor que escribe de forma sensible pero que en algunos momentos puede costar. Tengo ganas de empezar este libro para ver cómo lo encuentro.
Hola "NarrativaExtranjera". Precisamente el libro que indicas es de los pocos que no he leído aún de Murakami aunque al ser un autor donde toda su obra es similar en cuanto a enfoque, es bastante probable que te sirva de referencia en cuanto a su estilo. Ciertamente escribe de forma sensible y también es cierto que puede costar por su tendencia a incluir escenas oníricas e incluso surrealistas.
El libro reseñado en esta entrada es autobiográfico por lo que te puede servir para conocer el por qué de su estilo y qué busca con su escritura.
Ya nos contarás qué te parece cuando lo termines ;-)
Saludos y gracias por comentar esta entrada.
Marc
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