Año de publicación: 1956
Título original: Brouillard au pont de Tolbiac
Traducción: Luisa Feliu
Valoración: está bien
Reconozco no ser demasiado partidario de esa barrera que es el género a la hora de definir una novela. Supone una limitación y un condicionante. Así que no vamos a exigirle a una novela negra más que cierta solvencia en el planteamiento de una trama, cierto sentido del ritmo en la progresión, coherencia en el desenlace y, en los tiempos que corren, perdonen que le pida un extra: evitación de la obviedad. O dicho de otra manera, por favor, que el asesino no sea el mayordomo.
Lo cual divide al género en dos etapas, y me temo que Léo Malet encaja mejor en ese tipo de novela algo ingenua, aderezada con cierta coartada post-bélica, que siempre resulta un recurso socorrido y permite acceder a otro nivel de malos. Pero que aquí no es demasiado aprovechado. Un crimen por resolver, un detective, Nestor Burma, con un pasado vinculado a movimientos anarquistas del período entre guerras, y una historia oculta de renuncia a los ideales como medio de adaptación al entorno o, simplemente, porque no hay otro modo de ganarse la vida. Y los tópicos de cierta novela policíaca que caen uno tras otro. Los encuentros casuales, la intuición detectivesca, las pesquisas, las enemistades, las falsas identidades. Todo dentro de un entorno urbano fascinante, la Europa en las décadas posteriores al nazismo, pero con una trama muy estereotipada, demasiado previsible e ingenua en un mundo que, medio siglo más tarde, está más que acostumbrado (culpemos al cine, a las series de TV, a la propia realidad) a atrocidades mucho más retorcidas que un crimen casual que se ramifica hacia el pasado.
Dicho sea sin ánimo de aguar la fiesta, pero hay lecturas a las que el tiempo pasa factura de un modo despiadado. Cierto tipo de novela policíaca ya solo tiene sentido en un ejercicio de nostalgia y como ejemplo patente de lo peligroso de las etiquetas. Niebla en el puente de Tolbiac es una lectura ligera, agradable, pero cuya estructura y definición de personajes (el detective ya veterano que huye de la policía y aún posee cierto poder como para seducir a las jovencitas...) nos resulta hoy tan repetitiva y estereotipada que nos suena a demasiados libros ya leídos.
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