Año de publicación: 2023
Valoración: Muy recomendable
A veces los libros en torno al arte tienen algunos tics que
ahuyentan a los lectores que no estén previamente interesados en ese mundillo.
Oscilan entre el manual que recorre épocas, tendencias e ismos, con pocas
excepciones aburrido y demasiado abstracto, el texto divulgativo al que se le
nota demasiado la intención, y el volumen erudito de quien busca sobre todo
lucirse recurriendo a ideas y conceptos con el objetivo de que lo entienda el
menor número de lectores. Academicismo, banalización y elitismo parecen
competir por dejar al arte fuera del foco en el mundo de los libros.
Como en tantas otras cosas el punto óptimo, el mix adecuado,
no resulta fácil de conseguir. En otras culturas hay toda una tradición de
expertos dedicados a, y capacitados para, explicar las materias sin perder
rigor pero consiguiendo que el lector no desconecte ni se aburra. En España
esto parece menos habitual, especialmente en materia de arte, pero
afortunadamente encontramos algunas excepciones.
Óscar Martínez, historiador del arte y profesor, se adentra
en este campo por el camino de lo que se puede llamar metapintura, buscando
imágenes dentro de las imágenes, mapas, pinturas, tapices, fotografías o espejos
que se incrustan en lienzos de todas las épocas, a veces medio escondidas,
otras asumiendo por completo el protagonismo de lo que vemos. Una gran variedad
de motivos y objetos da pie para la reflexión, el estudio o la simple
divagación: la fábula de Aracne que llena el fondo del Velázquez conocido como
Las hilanderas, las vestiduras de los personajes en El entierro del señor de
Orgaz, el japonismo que deja su huella en algunos cuadros de Van Gogh, o los
espejos, claro, quizá lo más vistoso de los elementos metapictóricos, siempre
cargados de significados, el que refleja a los reyes en Las meninas, el convexo
de Parmigianino o el de la perspectiva rota del Folies Bergère de Manet.
El autor utiliza un formato similar al de por ejemplo Nuccio
Ordine, es decir, toma como punto de partida una pintura (en total son unas
veintitantas) y a partir de ella dedica unas pocas páginas, a veces partiendo
de la propia imagen o del artista, para extenderse hacia cuestiones que pueden
estar directamente relacionadas con la una o con el otro, o pueden ir
desarrollándose hacia otros campos. En ocasiones, lógicamente, son temas
relacionados con el arte (el uso del trampantojo, la muy interesante relación
entre cubismo e hiperrealismo, o la radicalidad del suprematismo), pero en
otras muchas son asuntos colaterales sobre los que deja fluir la disertación:
el impacto de la aparición de la fotografía, la importancia de las revistas
ilustradas en las primeras décadas del siglo XX, la llegada a Europa del papel
desde el Extremo Oriente, o el simbolismo de las banderas.
La multiplicidad de temas, junto con un tratamiento ameno y
riguroso, hace que la lectura sea un auténtico placer, profundizando en lo
propiamente pictórico lo suficiente para seducir a los más interesados y atrapando,
entiendo, a los demás al sondear en terrenos diversos. Si acaso, por buscarle
un poco las cosquillas, se podría achacar al autor alguna tentación de
protagonismo, y momentos puntuales en que la imaginación en torno a algún
cuadro se le va un poco demasiado lejos. Pero ya digo que son defectos muy
menores en un conjunto muy equilibrado desde todos los puntos de vista.
A primera vista sorprende un poco la escasa importancia gráfica
que se concede a los lienzos que encabezan cada capítulo, limitándose a
reproducciones en blanco y negro y de muy pequeño tamaño. Sorprende, digo,
porque se supone que deberían tener un papel estelar pero, bien pensado, quizá
no resulte tan contradictorio: el cuadro no es en realidad más que una excusa,
un punto de partida para desarrollar las reflexiones que le acompañan, que es
lo que realmente interesa que llegue al lector. Porque a fin de cuentas todas
estas obras podemos verlas con las dimensiones que queramos y a todo color con
solo hacer una búsqueda en internet. Que seguramente es lo que hemos hecho
todos.
P.S.: Otra posibilidad sería echar un vistazo a esta entrevista en torno al libro. Pero en mi opinión resulta mucho más interesante leerlo.
2 comentarios:
Realmente interesante, el arte no és mi fuerte, pero he disfrutado con estas páginas amenas i escritas de forma extraordinàriamente didactica. He aprendido mucho
Coincido, me parece un libro muy bonito tanto para interesados en el mundo del arte como para quienes no lo son demasiado. Me alegro de que lo hayas disfrutado.
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