Traducción: Sergio Chesán
Año de publicación de la antología: 2023
Valoración: Recomendable
Madres oscuras compila diez relatos escritos por mujeres. Diez relatos que proponen un paseo angustioso entre la segunda mitad del siglo XIX y las primeras décadas del XXI. Diez relatos que comparten un tono perturbador y, salvo un par de excepciones, pueden encasillarse dentro del género de terror más genuino.
Exploran, en mayor o menor medida, la temática de la maternidad desde ópticas nada idealizadas. Así pues, nos enfrentan, entre otras, a mujeres que han asesinado a sus hijos, a abuelas que ejercen de tutoras con mano dura, a comunidades que acogen a parias o a pijas celosas de la empleada doméstica que se ha ganado el afecto de su criatura.
Analicémoslos uno a uno:
"Las lavanderas nocturnas", de George Sand, toma prestadas varias leyendas populares de infanticidas espectrales. Su imaginería es muy potente, aunque supongo que parte del mérito de esto se debe al material de base. Por lo demás, se antoja un texto poco memorable y algo liso, cuya falta de desarrollo argumental le impide alcanzar unas mínimas cotas de interés.
"La Corpana", de Emilia Pardo Bazán, retrata, no sin cierta condescendencia y un tonillo ejemplarizante, a una prostituta incapaz de hacerse cargo de su hija. Exuda la siempre chispeante prosa de la autora. Sin embargo, he sido incapaz de encontrarle otras virtudes.
"La vieja Magoun", de Mary E. W. Freeman, narra cómo una abuela protege a su nieta a toda costa. Valoro que lleve su premisa hasta las últimas consecuencias, sin acobardarse en el proceso. También que su uso del simbolismo dé consistencia a sus temas y mensajes.
"El funeral del escultor", de Willa Cather, es una historia sutil y cruel. Quizá desentona un poquitín con el conjunto, pero el prólogo del libro nos justifica su inclusión. Durante un velatorio afloran las miserias de un pequeño pueblo de Kansas.
"El fin de los Jordan", de Ellen Glasgow, tiene inquietantes implicaciones y logra erigir una atmósfera impecable. Un médico acude a la casa de un hombre enfermo e intuye el mal que acecha a su familia desde hace generaciones.
"Todas las veces que sueño con tu muerte", de Nieves Mories, desconcierta pero deja un regusto muy satisfactorio. Hay aquí juegos con el lenguaje y las expectativas del lector.
"La Hacienda", de Eva Cid, engancha desde el inicio. Valoro su clímax (anticipado pero, al mismo tiempo, sorprendente), el misterio que rodea a Madre y la caracterización de la protagonista. Una joven es aceptada en un centro de inserción social.
"Mala sangre", de Layla Martínez, presenta una voz narrativa bastante lograda y paletadas de crítica. Su trama es bastante plana, pero entretiene. En ella, una trabajadora doméstica precaria es explotada por un matrimonio rico.
"Las culebras", de Dara Cuervo, tiene un estilo tan bello como turbio, tan evocador como sórdido. Lo protagoniza una mujer que rememora su infancia marcada por el desprecio materno y los abusos de sus hermanos.
"Karina", de Sarai Herrera, cierra el volumen. Indaga en torno a las fricciones que existen entre una madre y su hija, amén de las consecuencias que la muerte del padre primero, y la formación de una nueva familia después, provocan en ellas.
En definitiva: recomiendo Madres oscuras, pues las piezas que aglutina son bastante interesantes y su calidad media notable. Entre los relatos de las escritoras clásicas destacaría "El funeral del escultor" y "El fin de los Jordan", aunque "La vieja Magoun" tiene también un nivel altísimo. De los de autoras contemporáneas, "Todas las veces que sueño con tu muerte", "Las culebras" y "Karina", ya que son ejercicios de ambigüedad conceptual y ambición formal brillantemente ejecutados.
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