Pallares se muestra solvente en distintos registros: el del retrato psicológico, el del drama intimista, el de la crítica social, el de la imaginería y atmósfera terroríficas... En consecuencia, su colección de cuentos resulta satisfactoriamente ecléctica, pues nos entrega, por un lado, historias realistas (por ejemplo, "Los días salados" o "La espera"); asimismo, también nos obsequia con ejercicios de literatura fantástica (mi favorito dentro de esta categoría sería "Fä"); por no hablar de esas propuestas ambiguas que dejan en manos del lector decidir si contienen algún elemento sobrenatural o no.
Sólo le pondría un par de pegas a estos textos. En primer lugar, destacaría que, puntualmente, su prosa se antoja impostada y puede sacarnos de la narración. Asimismo, señalaría que en algunas piezas he echado en falta un mayor desarrollo de la idea base o de los matices que ésta sugería.
Sea como fuere, Los ritos mudos es una lectura estupenda para los amantes de la ficción inquietante. La factura, temática y calidad del componente medio de este volumen permiten enlazar a Pallares con escritoras hispanohablantes de la talla de Mariana Enríquez, Samanta Schweblin o María Fernanda Ampuero.
Por último, querría felicitar a la editorial InLimbo. Y es que tanto su catálogo como su estética me parecen sumamente reivindicables. Ojalá pueda seguir desarrollando su impagable labor durante mucho tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario