Título original: Manga de dokuha, Das Kapital / Sequel to Das Kapital
Año de publicación: 2008
Traducción: Jesús Espí
Valoración: entre recomendable y está bien
¿Qué tal, jóvenes lectores de Un Libro al Día? ¿Arde en vuestro pecho el fuego revolucionario pero vuestro bagaje ideológico no pasa de un par de temas de Los Chikos del Maiz y lo que pone en vuestra camiseta con la efigie del Che Guevara? ¿Estáis hartos de sentiros marginados en vuestra pandilla de amigos mientras ellos se enzarzan en interminables diatribas sobre las disquisiciones gramscianas acerca del materialismo histórico? ¿Sois más de derechas que ir a un concierto de Taburete peinados como el padre del cantante, pero también os gusta una chica de clase que es un poco perroflauta, qué se le va a hacer? Tranquilos, que para convertiros en unos rojetes, aunque sea de pega, no tenéis por qué tragaros las obras completas de Karl Marx. De hecho, ni siquiera el propio Marx se las leyó, sino que le dejó ese trabajo al bueno de Engels, que era su pagafanta... digo, su colaborador. Y ahora, ni siquiera eso: gracias a la incansable industria japonesa del manga y a la colección la otra h de la editorial Herder, vosotros también podréis presumir de conocer al dedillo El Capital, obra fundamental del pensamiento económico y político y tal vez la más importante del marxismo (acordaos que es con -x , chavales, no con -s... que no tiene nada que ver con Bruno).
Como suelen hacer los mangas de esta colección, al menos los que adaptan libros teóricos y no novelas, se echa mano de una historia para ejemplificar lo que se pretender transmitir al lector. En este caso, nos encontramos en una ciudad de algún lugar de Europa, a principios del siglo XX. Robin es un joven que fabrica quesos con su padre en una granja, que luego vende, con gran aceptación por parte de sus clientes, en el mercado de la ciudad. Pero la aspiración de Robin es hacerse rico y por eso acepta los consejos y la inversión de Daniel (amigo de la chica que le gusta a Robin). Junto a éste, monta una pequeña fábrica de quesos y va siguiendo sus instrucciones para hacerla cada vez más rentable... Básicamente, la idea de exprimir todo lo posible a sus trabajadores, empleando métodos coercitivos, si es necesario, para incrementar la productividad y de esta forma aumentar la plusvalía que se consigue de aquéllos. Aún así, y a pesar de su ambición, Robin no deja de tener dudas y remordimientos de conciencia sobre su actuación, lo que concita toda una serie de explicaciones por parte de Daniel acerca del funcionamiento del sistema capitalista (Daniel es bastante capullo, pero sincero).
Gracias a ellos podemos aprender el significado de muchos conceptos económicos -y no sólo marxistas-, como valor de uso, valor de cambio, fuerza de trabajo, capital constante, capital variable, plusvalía extraordinaria, reproducción en escala ampliada, tasa de beneficio... y otros conceptos igual de amenos para el común de los mortales. También nos ilustra, claro está, sobre las injusticias y desigualdades que puede generar el sistema capitalista. Y más aún: en la segunda parte del libro -la que correspondería a los volúmenes editados y publicados por Engels tras la muerte de Marx, es el propio Federico el que nos hace de guía y nos advierte también las contradicciones y peligros del capitalismo -burbujas económicas, recesiones, crisis... vamos, ciencia ficción, como quien dice-, además de una didáctica explicación sobre el sistema monetario y financiero. Hay incluso una aparición estelar al final del manga y una última viñeta realmente epatante. Para quedarse ojiplático, vaya...
Dicho esto, y entrando en el asunto de la valoración del libro: en mi opinión, cumple a la perfección el objetivo que se le supone, de acercar y difundir a los jóvenes (y no tan jóvenes) de forma atractiva esta obra clásica de la política y la economía... que, para qué vamos a engañarnos, a priori no resulta la obra más amena que se nos puede ocurrir. Así pues, el primer párrafo de esta reseña, aunque en tono de broma, no va tan desencaminado. Cierto es que alguno de los conceptos que se explican aquí puede ser discutible o ahaber quedado desfasado (por ejemplo, no sé si, en plena proceso de robotización, como estamos, puede aún afirmarse que el beneficio que supone el valor añadido de las mercancías surge sólo a partir de la fuerza de trabajo y no de la mecanización del proceso de producción), pero recordemos que El capital original fue escrito hace 150 años, nada menos. Y a quien tenga alguna objección de tipo ideológico, recordarle que en esta misma colección puede encontrar también la versión manga de La riqueza de las naciones, de Adam Smith, que para gustos se hicieron los colores. Otra cosa es que este reseñista tenga ganas de repetir la experiencia; aunque, bueno, ya veremos...
Como suelen hacer los mangas de esta colección, al menos los que adaptan libros teóricos y no novelas, se echa mano de una historia para ejemplificar lo que se pretender transmitir al lector. En este caso, nos encontramos en una ciudad de algún lugar de Europa, a principios del siglo XX. Robin es un joven que fabrica quesos con su padre en una granja, que luego vende, con gran aceptación por parte de sus clientes, en el mercado de la ciudad. Pero la aspiración de Robin es hacerse rico y por eso acepta los consejos y la inversión de Daniel (amigo de la chica que le gusta a Robin). Junto a éste, monta una pequeña fábrica de quesos y va siguiendo sus instrucciones para hacerla cada vez más rentable... Básicamente, la idea de exprimir todo lo posible a sus trabajadores, empleando métodos coercitivos, si es necesario, para incrementar la productividad y de esta forma aumentar la plusvalía que se consigue de aquéllos. Aún así, y a pesar de su ambición, Robin no deja de tener dudas y remordimientos de conciencia sobre su actuación, lo que concita toda una serie de explicaciones por parte de Daniel acerca del funcionamiento del sistema capitalista (Daniel es bastante capullo, pero sincero).
Gracias a ellos podemos aprender el significado de muchos conceptos económicos -y no sólo marxistas-, como valor de uso, valor de cambio, fuerza de trabajo, capital constante, capital variable, plusvalía extraordinaria, reproducción en escala ampliada, tasa de beneficio... y otros conceptos igual de amenos para el común de los mortales. También nos ilustra, claro está, sobre las injusticias y desigualdades que puede generar el sistema capitalista. Y más aún: en la segunda parte del libro -la que correspondería a los volúmenes editados y publicados por Engels tras la muerte de Marx, es el propio Federico el que nos hace de guía y nos advierte también las contradicciones y peligros del capitalismo -burbujas económicas, recesiones, crisis... vamos, ciencia ficción, como quien dice-, además de una didáctica explicación sobre el sistema monetario y financiero. Hay incluso una aparición estelar al final del manga y una última viñeta realmente epatante. Para quedarse ojiplático, vaya...
Dicho esto, y entrando en el asunto de la valoración del libro: en mi opinión, cumple a la perfección el objetivo que se le supone, de acercar y difundir a los jóvenes (y no tan jóvenes) de forma atractiva esta obra clásica de la política y la economía... que, para qué vamos a engañarnos, a priori no resulta la obra más amena que se nos puede ocurrir. Así pues, el primer párrafo de esta reseña, aunque en tono de broma, no va tan desencaminado. Cierto es que alguno de los conceptos que se explican aquí puede ser discutible o ahaber quedado desfasado (por ejemplo, no sé si, en plena proceso de robotización, como estamos, puede aún afirmarse que el beneficio que supone el valor añadido de las mercancías surge sólo a partir de la fuerza de trabajo y no de la mecanización del proceso de producción), pero recordemos que El capital original fue escrito hace 150 años, nada menos. Y a quien tenga alguna objección de tipo ideológico, recordarle que en esta misma colección puede encontrar también la versión manga de La riqueza de las naciones, de Adam Smith, que para gustos se hicieron los colores. Otra cosa es que este reseñista tenga ganas de repetir la experiencia; aunque, bueno, ya veremos...
Otros títulos de Marx y Engels reseñados en Un Libro Al Día: escritos diversos
9 comentarios:
Hola, Juan:
Vaya risas, precisamente hoy que mi lavadora robot de 15 programas ha petado.
Varias cosas breves:
-Está curiosa la colección, pero parece que no se le puede pedir mucho, ¿no?
-Gracias a la incansable industria del manga y anime tengo capítulos de Doraemon para ver hasta que me muera. Mis respetos ya sólo por ello.
Y para acabar, eché un vistazo a algunos títulos, pensando en que podríamos recomendarlos para adolescentes, pero creo que ni a ellos les atraen..creo.
Muy buena reseña para divertirse y aprender cosas nuevas. Sigue asi de kawai.
Saludos
Buena reseña. Y descacharrante introducción. Yo aún no he podido/querido hincarle el diente a tamaño tocho: ni en cómic. Y eso que tengo una versión fanzine a cargo de Max. Estos libros tan sesudos y politiqueros se me hacen bola. Se me quedan acumulando polvo en los anaqueles...creo que voy a comprar la camiseta del Che que ya la deben vender en Zara. E intentarlo con Chomsky, salud.
Pues qué quieres que te diga, cuando he visto el título me he echado a temblar. Pero, según lo que dice la reseña, si está medianamente bien hecho me parece algo bastante interesante, en plan divulgativo para esos chavales a los que efectivamente todo esto debe parecerles, en el mejor de los casos, un comecocos para viejos aburridos.
Buen trabajo, compañero.
El que no haya dicho que leía "El capital" con el fin de ligar, que tire la primera piedra!
Muy divertida, Juan.
Desde que me diste a conocer esta colección con aquella adaptación a Nietzsche, lo tengo en mente como uno de esos regalos para mi hijo que posiblemente él no tocará y yo disfrutaré... Como hace años con el Scalextric, vaya.
Hola a todos! No pensaba yo que el marxismo concitara aún tanta atención, pero mira tú...
Lo cierto es que por friki que patezca esta propuesta, en este caso (y a diferencia del libro de Nietszche que ya reseñé, que eso sí que eta puro delirio), el manga es bastante didáctico y hasta donde llega mi conocimiento de la obra original de Marx (que yo no he leído entera, para qué engañar a nadie), bastante fiel a la misma. Eso sí, la última viñeta resulta tan epatante queen parte contrarresta la impresión positiva del resto del manga, pero no seré yo quien la describa...
Koldo, tu sabes que para ligar es más conveniente usar El libro rojo de Mao, de eficacia contrastada aunque seas un futuro diputado de Ciudadanos tirando a feo.
Lupita, cada vez que me dices que soy kawai al conejito rosita que vive en mi intterior le tiemblan las orejitas y brillan los ojitos y una lágrima pugna por salir y deslizarse sobre su hociquito... ¡Sigue diciéndomelo, porfa, que me encanta!
Un saludo a todos.¡ Marxismo-manguismo o muerte, compañeros!
Hola de nuevo:
Viendo los comentarios anteriores, voy a hacer un comentario de verdad, pues mi chorrada anterior no está a la altura del trabajo que se tomó Juan (alias conejito rosa..XD)
Ya he comentado alguna vez que llevo un club de lectura infanto- juvenil. Miro mucho entre las novedades e intento mantenerme al día.
El comentario habitual entre padres/docentes es que llega un momento, hacia los 13 años en que se abandona la lectura. Si tienen muy afianzado el hábito de la lectura, suelen seguir con él, pero también cambian muchísimo los hábitos lectores.
Yo veo que el panorama habitual (comercial)oscila entre los fénomenos wattpad para chicas (Moccia, BlueJeans..) y los libros de gamers de Youtube. Un apartado especial merecen los fenómenos como Rick Riordan, Harry Potter, o los Juegos del hambre.
Si echáis un vistazo a la web de la editorial Herder, veréis que no sólo hay versiones de filósofos, sino de científicos o de grandes novelas y personajes. Yo vi el dedicado a Dostoievky y me gustó especialmente.
A mí me encantan los clásicos, pero también agradezco los esfuerzos de estas editoriales por acercarse a los jóvenes. Ojalá se quedara como un paso intermedio hacia el conocimiento más profundo (qué inocentona soy..)
Yo no he leído a Marx ni a Engels, pero sí a Kant, por ejemplo, y sin entender nada.
El debate también podría estar en si hay que tener lecturas obligatorias en las instituciones educativas
Yo lo tengo claro: SI, Sí y SÍ. Si se estudian las leyes de la fisica, los principios matemáticos, la geografía humana y física, etc..¿cómo no se van a leer las grandes obras literarias?
Perdón por el rollo y un saludo
Hola de nuevo, Lupita:
Pues hablando en serio, yo reconozco que algunos de los títulos de esta colección, sobre todo los que adaptan obras de narrativa, tienen muy buena pinta y me parecen muy adecuados para introducir a los jóvenes, supuestamente pico proclives a ellos, en el mundo de los clásicos de la litwratura. Cierto que yo he ido a buscar los títulos que me resultaban más frikis (este de Marx un poco menos), pero es que el leopardo no puede evitar tener manchas. Bueno, y las zarigüeyas...; )
Un saludo y gracias otra vez.
Koldo, a mí uno me habló de Marx mientras intentaba ligarme, y salí por patas. Para ligar, mejor hablar de los hermanos Marx.
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