Valoración: Recomendable
¿Qué hacer cuando un ser querido es diagnosticado de Alzheimer? ¿Qué hacer con esos recuerdos intransferibles (la infancia, la imagen de padres, amigos o hermanos, un marido o una esposa muertos hace 20 años) que van cayendo en una densa niebla de olvido de la que jamás saldrán? ¿Qué hacer cuando la ruina es evidente e inevitable? ¿Qué hacer para seguir adelante?
Sylvia Molloy, en la dedicatoria de este "Desarticulaciones", nos da la opción por ella elegida:
" Tengo que escribir estos textos mientras ella está viva, mientras no haya muerte o clausura, para tratar de entender este estar / no estar de una persona que se desarticula ante mis ojos".
Ella es ML, amiga de la autora, y ML padece Alzheimer. Y lo que podría haber sido un ejercicio lacrimógeno y sentimentaloide se convierte, en manos de la argentina Sylvia Molloy, en una tentativa de salvación de los restos de un naufragio seguro. Molloy se agarra a pequeñas tablas apenas inasibles, ya sean una sonrisa de reconocimiento, un recuerdo, una anécdota o una conversación prácticamente olvidada, que no hacen sino retrasar lo inevitable.
El libro, de apenas 80 páginas, se estructura en breves textos que podrían leerse como microrrelatos o como apuntes de un diario y que no son otra cosa que escenas cotidianas- bien del presente, bien del pasado- que sirven a Molloy para tratar de rescatar algo del agujero negro del olvido y para plantearse interesantes reflexiones acerca de la memoria, la identidad, el lenguaje y su función, la relación pasado / presente, la amistad o la soledad, las cuales llevarán a la autora a comprobar que la desarticulación de ML acarrea también la desaparición de una parte importante de uno mismo.
Se trata de un texto duro, doloroso y bello, que recoge, sin caer en la sensiblería, el progresivo deterioro de ML y los recuerdos, dudas y cuestionamientos que todo ello suscita a su alrededor. En el lado negativo, su brevedad, en el sentido de que me hubiera gustado una mayor profundización en alguna de las reflexiones planteadas, y una leve sensación de frialdad en ciertos momentos. Pese a esto último y al tema y a su dureza, se trata de un texto recomendable y "disfrutable".
También de Sylvia Molloy en ULAD: Varia imaginación, Vivir entre lenguas
5 comentarios:
Cómo decía un personaje de humor Argentino: "¡piel de gallina!". Sin duda un tema muy doloroso el del libro que traes.
Por un lado, yo soy muy reticente para con obras que no superen ampliamente el centenar de páginas. Se lo perdono a Peter Nadas o algún otro escritor ya conocido, pero me echa atrás con autores que no conozco. Por el otro, por lo que te leo, la obra me resulta interesante ya que parece que la autora aborda el tema desde el sitio correcto (lease: que a mi me parece más duro o sinceramente egoísta), ya que comparto con Roa Bastos esa afirmación de que escuchamos con la memoria más que con el oído, y creo que allí está la basa de lo más terrible de esta enfermedad. Cuando desaparecen los testigos de lo que fuimos, tememos que lo que fuimos desaparezca con ellos.
Recuerdo una pelicula británica que trataba el tema del Alzheimer: "Iris". Allí no te dolía tanto la situación de la enferma, como sí lo hacía la desorientación de su compañero.
Véase: "Amor" de Haneke, en un hilo parecido.
En fin. Gracias por la recomendación y, si me permites, voy a re-recomendar la lectura de ficción que más me marcó, llegó, gustó, de lo que leí el año pasado: "Diario de una buena vecina" de Lessing. Allí, el alzheimer no es el protagonista, sino, el deterioro de los ancianos en general, y cómo les despreciamos y apartamos de esta sociedad a la que ya "no sirven".
Es una de esas obras que, al terminar la última página, después del pañuelo, te invita a coger el teléfono.
Gracias, otra vez, por la recomendación y por el espacio.
Ostras, Interlunio! Cómo se me ha podido olvidar mencionar "Amor"!
El libro va un poco en esa onda, pero ya te digo que podría dar un poco más de sí.
Apuntadas quedan las recomendaciones (me va a ser necesaria otra vida para todo lo que queda por leer / ver /hacer) y gracias a ti por el comentario, como siempre
Hola Koldo, solo por curiosidad: cómo llegaste al libro? He notado que reseñan habitualmente en el blog libros de Eterna Cadencia.
Saludos
Hola, anónimo!
Los libros de Eterna Cadencia se distribuyen en España. De hecho, al lado del trabajo tengo una librería en la que se pueden comprar sin problemas. Además, en las bibliotecas de Madrid se pueden encontrar algunos títulos.
Un saludo
Lo leí hace unos meses atrás y me dejó mucho que pensar sobre la enfermedad y el deterioro. Recomendable.
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