Idioma original de los relatos: Inglés
Traducción: Óscar Mariscal
Año de publicación de la antología: 2017
Valoración de la antología: Recomendable (con matices)
Permitidme que hable un poco sobre Pulpture, editorial española consagrada a resucitar la literatura pulp. Carne para la eternidad es el primer contacto que tengo con un libro suyo, y menuda edición tiene. No sé si el nivel de atención al detalle que ha demostrado la editorial en esta obra será el mismo en otros productos suyos, productos de naturaleza más humilde como sus folletines. Ni siquiera sé si este acabado se mantendrá a lo largo de la Colección Almaya, colección recientemente inaugurada. Pero, al menos, en la edición de este libro se nota dedicación, cuidado y respeto. Respeto hacia el material original y respeto hacia el lector. Y en estos tiempos de praxis desdeñosas por parte de las editoriales, creo necesario remarcar este esfuerzo. Más teniendo en cuenta que Pulpture es una editorial independiente pequeña y bastante joven, lo cual vuelve más arriesgado su compromiso para con una edición tan trabajada.
Pero vamos al grano. Como ya he mencionado, Carne para la eternidad se enmarca dentro de la línea editorial llamada Colección Almaya. El diseño de dicha colección parece beber del de esos hermosos Valdemar de tapa dura, tanto a nivel cromático como de maquetación; dicha influencia también está plasmada en los motivos ornamentales que salpican las páginas de Carne para la eternidad. Otro aspecto a remarcar de esta pequeña joya es su estilización. Ya Lumen recurrió a alargar a las maravillosas Muertas enamoradas de Gautier, libro con obvios paralelismos temáticos con el que hoy nos reúne aquí. No sé si este parecido ha sido intencionado o no; en todo caso, creo que este formato vuelve interesante a Carne para la eternidad como objeto y, al mismo tiempo, se justifica en el concepto momia que, como veremos, en él se baraja.
Para acabar la reseña, quiero enfatizar que los relatos tienen un interés relativo. No son obras maestras; a la postre se parecen a muchas otras historias similares. Además, el estilo cursi que sus protagonistas emplean al hablar de sus amadas vuelve a estas historias algo empalagosas (aunque gozan de ese encanto nostálgico de todo aquello con un regusto a la época romántica). Pero. Si eres una persona a la que le interesa el tema momias, esta antología probablemente te satisfaga. Un amante del terror se sentirá, gracias a ella, como en casa; ambas historias son deliciosas rarezas del género, aunque miedo den poco o nada. Incluso a un lector menos condicionado que quiera darles una oportunidad también pueden atraerle. Y lo digo desde el vamos: si compras este libro, sólo por su edición ya habrá valido la pena hacer esta inversión. ¿He dicho ya que me encanta la cubierta?
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